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TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN DE

CONDUCTA
¿Qué es la conducta?

La conducta indica el actuar de


un sujeto u animal frente a
determinados estímulos
externos o internos.

En psicología, la conducta
humana refleja todo lo que
hacemos, decimos y pensamos e
indica esencialmente una acción.
¿Qué es la conducta?
En la historia del concepto de conducta en psicología, tiene
importancia el artículo de Watson publicado en 1913, que inicia
la corriente o escuela llamada Conductismo o Behaviorismo, en
el que sostiene que la psicología científica debe estudiar sólo
las manifestaciones externas (motoras, glandulares y
verbales); aquellas que pueden ser sometidas a observación y
registro riguroso, tanto como a verificación. Ya antes que
Watson, Pillsbury había definido la psicología como la ciencia de
la conducta y Angelí —integrante de la escuela funcionalista-
anticipaba el reemplazo de la mente por la conducta como
objeto de la psicología
TITULO

Fue Watson el que promovió una de las escuelas que


hicieron tambalear, aún más, el edificio de la psicología
clásica.

Aportó elementos que conducen a nuevas posibilidades de


la psicología. Tolman dice que, indiscutiblemente, se habló
de la psicología como ciencia de la conducta antes de
Watson, pero este último transformó la conducta en "ismo“.

Watson incluyó en la conducta todos los fenómenos visibles,


objetivamente comprobables o factibles de ser sometidos a
registro y verificación v que son siempre respuestas o
reacciones del organismo a los estímulos que sobre él
actúan
IMPORTANCIA DE LA DESCRIPCIÓN DE LA CONDUCTA

La descripción objetiva de la conducta es el primer


requisito para emprender un programa de
modificación conductual.

Es, por tanto, la primera habilidad que debe


aprender quien se está formando como
modificador de conducta. En la mayoría de los
escenarios, hay un acuerdo general entre los
miembros del personal en cuanto a los
“problemas” de los clientes, cuáles individuos
necesitan de cambio y los objetivos generales que
se han de lograr.
Los rasgos, las etiquetas globales y generales
que resumen ciertas cosas y las características
de la personalidad, son demasiado generales
para que sean útiles al modificador de
conducta. La referencia a constructos
inobservables, como “deterioro del yo” o
“lucha por la virilidad” son insuficientes para
describir en términos mensurables el
comportamiento de una persona.
Por tanto, se tiene que definir explícita y objetivamente
cuáles son las conductas que deseamos modificar, para que
realmente puedan ser observadas, medidas y reconocidas por los
individuos que administran el programa.
Llamaremos respuesta-blanco a aquella acción específica
observada en el individuo que deseamos modificar.
Dos aspectos deben tenerse en cuenta en la descripción
objetiva de la conducta:
1. Determinar la topografía de la respuesta-blanco;
2. Determinar la fuerza de la respuesta-blanco.
A.- TOPOGRAFÍA DE LA RESPUESTA BLANCO
El primer aspecto que debe resolverse en la descripción objetiva de la respuesta-
blanco es determinar su topografía, es decir, su forma física. Reglas:

1.Descripción en términos de acción:


Ejemplo incorrecto: “Andrea es colaboradora en la casa”.
Ejemplo correcto: “Andrea lava los platos después de cada comida en la casa”.

2. Descripción en términos concretos:


Ejemplo incorrecto: “Federico tiene una autoestima exagerada”
Ejemplo correcto: “Durante toda la conversación., Federico habla acerca de sus viajes
al extranjero”.
3. Descripción en términos afirmativos:
Ejemplo incorrecto: “Alfredo no es cariñoso con su esposa”.
(Este ejemplo es incorrecto, no sólo porque viola la regla 2, sino también por violar la regla 1).
Ejemplo correcto: “Cuando llega del trabajo, Alfredo pasa delante de su esposa y se dirige al estudio,
cerrando la puerta”.

4. Detalle de la descripción de la topografía:


El grado de detalle en la descripción de la topografía de la respuesta-blanco dependerá de los objetivos
particulares del programa de modificación conductual. Considérense los siguientes ejemplos:
Ejemplo A: “Patricia hace una rabieta”
Ejemplo B: “Patricia se arroja al suelo y grita o llora”.
Ejemplo C: “Patricia se acuesta en el suelo boca arriba, agita los brazos y las piernas y a la vez llora o
grita”.
De los tres ejemplos, el C es el más detallado. Sin embargo, una descripción como la del ejemplo B tal
vez sea suficientemente útil en muchos casos. En cambio, la descripción del ejemplo A es algo
imprecisa, pues plantearía el problema de determinar a qué se llama “rabieta”.
B.- LA FUERZA DE LA RESPUESTA BLANCO
El segundo aspecto que debe tenerse en cuenta en la
descripción objetiva de las respuestas-blanco consiste en
presentarlas de una manera cuantitativa.
De manera general, se puede usar el concepto de fuerza
de la respuesta, para referirse a la “cantidad” en que se
presenta la respuesta-blanco.
La fuerza se mide a través de diferentes indicadores,
conocidos como medidas de respuesta.

El modificador de conducta debe elegir la o las medidas


que permitan cuantificar la respuesta-blanco, es decir, medir su
fuerza. Las principales medidas de respuesta son las siguientes:
a. La tasa de respuesta, o cantidad de veces que se
repite la respuesta en una unidad de tiempo. Se
usa cuando la respuesta se emite
espontáneamente, ya sea a un estímulo
específico o no. Ejemplo: “Carlos guiñó el ojo
derecho tres veces por minuto”.

b. El porcentaje, o razón de respuesta, se


utiliza cuando la respuesta depende de una
condición específica, y se define como la cantidad de
veces que se repite la respuesta dada dicha
condición. Ejemplo: “Verónica obedeció tres de las
diez órdenes que se le dio”.
c. La latencia de la respuesta, utilizada cuando la respuesta se da a un
estímulo específico y se define como el tiempo que transcurre entre el
estímulo y la respuesta. Ejemplo: “Raúl cogió sus juguetes 20 segundos
después de que se le ordenara hacerlo”.

d. La duración de la respuesta, que es una medida útil cuando la


respuesta es una actividad continua y se define como el tiempo total
abarcado por dicha conducta. “Pablo tomó una ducha durante 120
minutos”.

e. La magnitud de la respuesta. Término genérico que hace


referencia a diferentes dimensiones, que tienen en común implicar la
fuerza, energía o potencia física implicada en la realización de la
respuesta-blanco. Por ejemplo, qué tan alto habla una persona o qué tan
fuerte es un golpe propinado por un individuo agresivo
¡Ahora hazlo tú!
1. Estoy últimamente colérico y fastidio a todo el mundo

2. La clase me parece aburrida ya no hay mucho dinamismo

3. Mi hijo es muy irresponsable pues no anda muy bien en el colegio

4. Ella está deprimida llora todas las noches cada vez que ve la foto de su madre que falleció hace un
mes

5. Estoy irritable casi diariamente levantó el tono de voz a mis hijos y en ocasiones he llegado a
decirles tontos, torpes tirándoles algunos objetos que estaban cercano a mí

6. Mi esposa se pone agresiva con mis hijos cuando se portan mal

7. Es un adolescente rebelde con sus padres no tiene en cuenta que son figuras de autoridad

8. Él es un padre amoroso besa y conversa con sus hijos casi diariamente y juega con ellos

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