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Síndrome Frontal:
Las principales entidades que pueden dar lugar a un síndrome frontal son:
• Vasculares: la ruptura de un aneurisma de la arteria comunicante anterior es una causa
común de síndrome frontal, pues la hemorragia puede causar un daño directo; además,
tras el sangrado se puede producir un espasmo arterial que condicione una lesión
isquémica en la región orbitofrontal. Si la lesión que se produce es extensa puede abarcar
además al núcleo accumbens y otras estructuras límbicas originando un síndrome
amnésico. Los infartos, tanto del territorio de la cerebral anterior como de la cerebral
media, que irriga la región dorsolateral de los lóbulos frontales, son otra causa de
síndrome frontal. Como se mencionó, el infarto de ambas cerebrales anteriores es la
causa más frecuente de mutismo acinético.
• Tumores: provocan un cuadro de deterioro intelectual subagudo que puede confundirse
con el inicio de una demencia.
• Traumatismos (lo más frecuente): la superficie orbitaria y el polo frontal son las
regiones que se lesionan con más frecuencia en los traumatismos craneales, por el
contacto con la base del cráneo sobre la que descansan. Lesiones a distancia: suelen ser
lesiones que ocurren a lo largo de los circuitos comentados como, por ejemplo, en el
núcleo caudado (enfermedad de Huntington, infartos caudados), lesiones talámicas y
palidales, tanto isquémicas como tóxicas; el caso clásico de abulia producida por lesión
palidal es la intoxicación por CO. Además, diversas enfermedades mesencefálicas, como la
parálisis supranuclear progresiva. Patología global cerebral: las lesiones cerebrales
múltiples, ya sean isquémicas, desmielinizantes o traumáticas, cursan con frecuencia con
un síndrome frontal por afectación de los circuitos frontosubcorticales. Enfermedades sin
lesión aparente: hay varias enfermedades psiquiátricas, como el alcoholismo y en especial
la esquizofrenia, en las que existen trastornos conductuales e intelectuales muy similares
a los de un síndrome frontal. Aunque no se observan lesiones macroscópicas, los estudios
de flujo cerebral detectan una falta de activación frontal que normalmente debe suceder
cuando los pacientes realizan tareas ejecutivas. Enfermedades degenerativas: se incluyen
todas las enfermedades que cursan con degeneración y pérdida neuronal en los lóbulos
frontales, como la enfermedad de Pick y sus variantes. Son cuadros progresivos, que a la
larga cursan con demencia. En la tabla VI se describen las diferencias clínicas entre una
degeneración frontal y una degeneración de predominio en áreas cerebrales posteriores,
como ocurre en la demencia tipo Alzheimer.
Clínica Este síndrome se inicia de forma insidiosa y está caracterizado por cambios de la
personalidad, que se reflejan por falta de preocupación por cualquier situación,
indiferencia social, placidez, falta de agresividad, inestabilidad y superficialidad emocional,
en ocasiones se produce una excitación infantil (memoria de Jastrowitz), bromas y juego
de palabras (Witzelsucht de Oppenheim). Deterioro de la inteligencia con falta de
concentración que impide ejecutar actividades planeadas con pérdida de la memoria.
Abulia, disminución de todos los procesos mentales y, en grado extremo, mutismo
acinético. Trastornos motores que se reflejan por dificultad en la marcha, ataxia del lóbulo
frontal o marcha atáxica de Brun, posturas anormales, liberación de los reflejos de
prensión y succión e incontinencia de los esfínteres.
Sindromogénesis y etiología Las lesiones del lóbulo frontal izquierdo alteran la fluidez
verbal y causan mayor grado de obstinación y las del lado derecho, trastornos del
aprendizaje y los patrones visuales del espacio, ocasionando falta de perseverancia. En las
lesiones frontales izquierdas la inteligencia se reduce más (10 puntos en la escala de CI)
que en las derechas, quizás por reducción de la habilidad verbal. Se observa en:
leucotomías frontales, meningiomas, tumores de la región frontal, lesiones vasculares,
traumáticas, etcétera.
Epilepsia parcial de sintomatología compleja
Este tipo de crisis comienza en una parte delimitada del cerebro y puede manifestarse de
diversas formas:
Crisis parcial simple: en estos casos se produce una alteración del movimiento, la
memoria y las sensaciones, además de los sentidos de la vista y el oído. La persona
no pierde el conocimiento.
Crisis parcial compleja: la persona que la padece pierde el conocimiento y puede
aparentar un estado de trance. Puede darse una repetición compulsiva de ciertos
movimientos. Aproximadamente, dos tercios de las personas que padecen
epilepsia sufren este tipo de crisis.
Secundariamente generalizada: comienza como una crisis parcial y se extiende al
resto del cerebro convirtiéndose en una crisis generalizada.