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Este documento describe la evolución histórica del derecho a la herencia y su regulación jurídica. Originalmente en el derecho romano, la herencia tenía la función de transmitir los poderes familiares y patrimonio para continuar el culto familiar después de la muerte. Más tarde, la herencia pasó a enfocarse principalmente en la transmisión del patrimonio del causante. Actualmente, el heredero es responsable solo hasta el monto de lo heredado y no se le considera continuador de la persona del causante, sino solo de su patrimonio.
Este documento describe la evolución histórica del derecho a la herencia y su regulación jurídica. Originalmente en el derecho romano, la herencia tenía la función de transmitir los poderes familiares y patrimonio para continuar el culto familiar después de la muerte. Más tarde, la herencia pasó a enfocarse principalmente en la transmisión del patrimonio del causante. Actualmente, el heredero es responsable solo hasta el monto de lo heredado y no se le considera continuador de la persona del causante, sino solo de su patrimonio.
Este documento describe la evolución histórica del derecho a la herencia y su regulación jurídica. Originalmente en el derecho romano, la herencia tenía la función de transmitir los poderes familiares y patrimonio para continuar el culto familiar después de la muerte. Más tarde, la herencia pasó a enfocarse principalmente en la transmisión del patrimonio del causante. Actualmente, el heredero es responsable solo hasta el monto de lo heredado y no se le considera continuador de la persona del causante, sino solo de su patrimonio.
Históricamente se advierte la presencia del fenómeno religioso en el Derecho Sucesorio. Los profesores Ramón Domínguez Benavente y Ramón Domínguez Águila, padre e hijo respectivamente", exponen que el derecho de propiedad en el Derecho Sucesorio de Grecia y Roma tenía una función muy especial porque se establecía para la realización del culto familiar, ya que resultaba inadmisible que por la muerte del causante se viera afectado este culto; por eso, la propiedad debía continuar después de la muerte. No podía desaparecer. Pero, además, está íntimamente vinculado al Derecho de Familia, particularmente en el Derecho Romano más antiguo, en donde la sucesión hereditaria no tiene como objeto fundamental la transmisión del patrimonio, sino la de los poderes que implican la soberanía sobre la familia concebida como un verdadero organismo político. La transmisión del patrimonio era sólo una consecuencia cuyos destinatarios no eran siempre los herederos sino los legatarios por la libertad absoluta de la que gozaba el testador. • La familia primitiva en el Derecho Romano comprendía a los padres, hijos y esclavos, principalmente. Sobre ella el pater-familia tenía autoridad y además presidía el culto religioso doméstico. Consideraron que la muerte no era un mal necesario, porque estaba la inmortalidad que se proyecta a través de la descendencia, a la que corresponde continuar la función del padre dentro de la familia y en el culto doméstico. • Allí está entonces la sucesión en la persona del causante y también en su patrimonio, porque no cabe culto sin patrimonio familiar. El hijo es el continuador del padre, allí está la inmortalidad, la perpetuidad y por eso se explica aquella afirmación de semel beres, semper beres y es que el heredero no puede desprenderse de esta calidad, aunque disponga de los bienes hereditarios que hubiera recibido. Esto no es nuevo, recordemos que en el Derecho Hindú los hijos son considerados como el alma de los padres muertos. • Cuando decaen las costumbres y el sentido del culto doméstico, el Derecho Sucesorio, sin embargo, va acentuando paulatinamente la idea fundamental de que sirve para la transmisión del patrimonio del causante. Actualmente, el sucesor es considerado no como el continuador de la persona del causante, sino de su patrimonio, porque eso es lo que queda a su muerte. El causante, con su muerte, extingue su personalidad, de modo que el sucesor no puede ser continuador de la persona que ya no existe. Es por eso que ya no es considerado ahora como persona responsable de las obligaciones del causante en forma ilimitada. No se produce una confusión del patrimonio propio y el recibido del causante, sino que responde de estas deudas hasta el monto de lo recibido. • Es solo con el patrimonio del causante, que el heredero ha recibido y no con el propio, que está obligado a responder frente a los acreedores de aquél. Ésta es la denominada responsabilidad intra vires hereditatis. • Ahora el Derecho Sucesorio es considerado como una extensión de la propiedad privada más allá de la vida. La herencia tiene ahora la función de transmitir el patrimonio del causante. La libertad absoluta para disponer por testamento a quienes quiera legar el testador va sufriendo restricciones, imponiéndose la obligación de dejar parte de los bienes a los parientes más próximos de aquél, estableciéndose, la facultad por parte de éstos, de invalidar todo el testamento cuando son preteridos mediante la querella inofficiosi testamenti, hasta que la ley Falcidia en el año 714 señala, como obligación imperativa, que el testador no puede disponer de más de las tres cuartas partes de la herencia, correspondiendo la cuarta parte restante al heredero. Bajo la influencia del Cristianismo, durante Constantino, la sucesión se fundamenta en el parentesco de sangre. En el Derecho Germánico antiguo no se conoce el testamento. El principio que rige es: Solus Deus beredem [acere potest, non bomo sólo Dios puede instituir a los herederos mas no el hombre, que no puede modificar el orden sucesorio. Sólo existe la sucesión intestada fundada en el vínculo familiar.