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CAPÍTULO 11

EVOLUCIÓN HISTÓRICA

l. INTRODUCCIÓN

Fue la religión y no la ley, la primera que garantizó el derecho a la propiedad


y una vez establecido éste, surgió el derecho a heredar'.
En la antigüedad cada predio estaba protegido por las divinidades domésticas,
cada huerta debía estar cercada junto con la casa por una cerca que la separaba
totalmente de las posesiones de las demás familias. La cerca no era fisica como
la conocemos hoy en día a manera de muros de piedra sino que era una franja de
tierra que separaba los terrenos, la cual debía quedar inculta y no podía ser tocada
por el arado; pues era un lugar sagrado al que la familia le rendía sacrificios y
la ley romana declaraba imprescriptible porque pertenecía a la religión.
Habiéndose determinado el derecho de propiedad para practicar un culto
hereditario, no era posible que este caducara con la simple existencia del
individuo. Fallecía el hombre, pero permanecía el culto, y no debía extinguirse
el hogar, ni abandonarse el sepulcro, y continuando la religión doméstica,
continuaba el derecho de propiedad. Tanto en las ceremonias como las leyes
antiguas el derecho de propiedad estaba íntimamente ligado al culto.
El hombre en el proceso de privatización de la propiedad, ha consolidado una
transmisión hereditaria, primero mediante la stlcesión legítima que su raíz se
encuentra en el derecho primitivo; después, a través de la sucesión voluntaria, que
se expresa mediante el pacto sucesorio y posteriormente el uso del testamento.

2. LA SUCESIÓN EN DIFERENTES PAÍSES

Una vez detenninado el derecho a la propiedad, para garantizar su protección


y salvaguardar el culto, en casi todas las sociedades conocidas nació el derecho
a heredar. Veamos en algunos países cómo apareció el derecho de sucesión.

DE CouLANGES, Faustel. La ciudad antigua. Bogotá: Ediciones Universales. p. 54.


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2.1. EN INDIA

En India, la persona que heredaba era la encargada de hacer las ofrendas


en el sepulcro, principio que dio origen a todas las reglas de las sucesiones
antiguas. Siendo la religión doméstica hereditaria de varón en varón, lo era
también la propiedad; siendo el hijo el continuador natural, y obligado por
el culto, heredaba también los bienes. La razón de heredar del hijo no era
por voluntad del padre, ya que heredaba de pleno derecho, ipso jure, era
heredero forzoso, no tenía que aceptar ni repudiar la herencia porque era
una obligación la transmisión tanto del culto como de la propiedad, con
todas las cargas y deudas2 •
En el derecho indio, el Código de Manu establecía: "El que no tenga hijo
varón puede encargar a su hija que le dé uno, el cual se convierte en hijo suyo
y practica en su honor la ceremonia fúnebre"3, así se buscaba que perdurara el
culto y la herencia. Si se moría sin hijos se debía elegir a quien correspondía
continuar con el culto, la religión doméstica exigía que se transmitiera de
varón a varón cumpliendo las condiciones de parentesco, que eran: tener el
mismo culto, el mismo hogar originario y los mismos antepasados, pero no
el que provenía de la misma madre, ya que el parentesco no aplica en las
mujeres, siempre la línea de ascendientes del difunto era masculina. Es así
que al morir el padre sin dejar descendencia, el patrimonio se debe repartir
entre los hermanos , recomendando el legislador no desamparar a las hermanas
mediante donaciones, por tanto, ellas por sí mismas no tenían derecho a
heredar. Los escritos de Demóstenes, quien fue el único heredero de su familia,
expresan que tenían una hermana a quien su padre había reservado una dote
de la séptima parte de su patrimonio.
La adopción y la emancipación generan un cambio de culto del padre y
la religión de la familia, cuando se adoptaba a un hijo este hacía parte de
la herencia, solo podía heredar de su familia adoptiva y no de la natural
manteniendo así mismo el culto de esta familia.
El testamento, como la decisión de dejar bienes posteriores a la muerte
para ser transmitidos a diferentes manos del heredero natural, se encontraba
en contra de la religión, ya que la propiedad era inherente al culto hereditario,
por lo tanto no se reconocía.

Ibídem, p. 56.
Ibídem, p. 58
CAPÍTULO Il. EVOLUCIÓN HISTÓRICA 51

2.2. ENROMA

El primitivo derecho romano estaba constituido por la organización de


poblaciones a través de diversos grupos de gens o clanes que se establecían en
un poblado o aldea en la península itálica bajo los ideales de propiedad colectiva,
una particular forma de gobierno, un marco religioso donde cada gens tenía
su dios para la vida, y un sistema de parentesco que partía de la existencia
de un antepasado común. El nombre del antepasado varón, perduraba para
la tradición de la gens, lo más importante era pertenecer a ella y lo peor que
podía suceder es que fuera expulsado de esta, lo cual se daba bajo condiciones
extremas. La vinculación de externos se daba bajo la adopción y los clientes4 •
En los ritos se evocaban a los Manes, quienes formaban el alma colectiva
de ancestros divinizados, donde los descendientes varones eran los encargados
de darle continuidad al ritual. Cada clan o gens tenía sus tierras comunes,
donde cada gens tenía un espacio especial para la sepultura de sus miembros.
El gobierno era impartido por los jefes (príncipes) quienes eran los hombres
más viejos de la comunidad, considerados como los paterfamilias, siendo éstos
las personas que tomaban las decisiones importantes y la más alta autoridad
dentro de la comunidad; también existía el consejo de ancianos, quienes tenían
poderes legislativos, aunque no existían normas concernientes a la herencia.
Con la fundación de Roma hacia el año 575 a. C., se genera un cambio en el
progreso material y en la transformación cultural que constituye la civilización
romana, generando una ciudad-Estado conformada de la unión de tribus, que
llevó a un cambio jurídico en cuestiones civiles (jus civitatis), en el derecho al
voto (jus suf,-agii) y el derecho de servir a las legiones (jus militiae). La paulatina
transformación a la propiedad privada fue dando lugar al derecho hereditario5 .
Sobre quien recaía los derechos patrimoniales era en el paterfamilias
quien tras su muerte delega a su hijo toda responsabilidad de suceder
el mando en la dirección del grupo; entra comq un administrador de un
patrimonio que pertenece al grupo agnaticio o gens, el Estado reconoce al
nuevo paterfamilias como el mismo dominium, que en un principio había
reconocido a la gens o familia agnaticia, este procedimiento se daba bajo dos
primordiales características: la primera, se unifica el patrimonio herencia

VALENCIA ZEA, Arturo. Derecho de sucesiones, t. VI, 8ª edición. Editorial Temis. p. 13. Tomado
de: HOMOS, L., Instituciones políticas romanas.
Ibídem, p. 13.
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con el heredero, y la segunda, el heredero tenía que pagar las deudas del
causante de manera ilimitada6 •
En el derecho romano no podía adquirirse la propiedad sin el culto, ni
este sin aquella. "La religión prescribe, dice Cicerón, que sean inseparables
los bienes y el culto de cada familia y que el cuidado de los sacrificios vaya
siempre a quien corresponda la herencia" 7. El hijo es llamado heresus lo que
se refiere a heres sui ipsius, ya que no hereda sino de sí mismo, por tanto, no
existe vínculo padre hijo en la donación, legados y cambios de propiedad, solo
una continuación de dominio. La fortuna permanece inmóvil.
En las Institutas de Justiniano se excluye a 1a hija de la herencia, a menos que
tenga la potestad del padre, en caso de que se casara se anulaba esta excepción,
ya que abandona el culto de su padre para trasmitírselo a su esposo; por tanto,
no podría continuar con las comidas fúnebres de su familia, porque se encuentra
comprometida a ofrecer sacrificios a los antepasados de su marido ante la religión.
En la época de Cicerón, la mujer podía llegar a heredar la mitad o la tercera parte de
la herencia si el padre lo escribía así en el testamento, pero por ley no tenía derecho
a nada. Al heredero se le transmiten todas las relaciones jurídicas del difunto.
La sucesión testamentaria se empezó a reconocer como una sucesión particular
donde el testador tenía la disposición de delegar ciertos recursos y derechos a
quienes recibían directamente por la ley estos beneficios, los destinatarios de la
herencia recibieron el nombre de legataiios. El testamento comicial se implementó
primero, a falta de descendientes, se buscaba la herencia se entregaba a los
parientes más cercanos para evitar la pérdida del culto tradicional; posteriormente,
se utilizó la sucesión testamentaria y la libertad de testar.

2.3. EN GRECIA

En la legislación ateniense, los hombres hallaron el camino a pesar de la


religión para hacer partícipes a las mujeres de la herencia, si el difunto dejaba
un hijo y una hija, el primero debía buscar la manera de dotarla, si la hija era
de otra madre él podía decidir si casarse con ella o dotarla, si el difundo solo
dejaba una hija esta se debía casar con su pariente más cercano para obtener
la herencia, y si ella ya se encontraba casada debía separarse y casarse con el
pariente más cercano que era el heredero legítimo, por lo tanto, esta ley buscaba
· no apegarse exclusivamente a los mandatos religiosos.

Ibídem, p. 15.
DE COULANGES, F., op. cit., p. 56.
CAPÍTULO JI. EVOLUCIÓN HISTÓRICA 53

Se daba una repartición igualitaria a los herederos, dejando a un lado la idea de


· un estado de indivisión del patrimonio familiar. Era prioridad el linaje masculino,
tanto hijos naturales como adoptivos, en segundo lugar se encontraban las hijas,
a falta de estas a los nietos o bisnietos, al no haber descendientes, se mira a
los hennanos consanguíneos y a sus hijos posteriormente a las hermanas y a
sus hijos, al no haber estos se llamaban a los tíos de línea paterna, en última
instancia, se llama a los hermanos por línea materna y sus hijos, hasta encontrar
el grado más alto de proximidad8 •
En Atenas fue prohibido el testamento hasta Solón. En Esparta fue aceptado
hasta después de la guerra del Peloponeso. Platón expone que en Atenas el
hombre quiera disponer de sus bienes antes de su muerte, mienh·as el legislador
encuentra en la familia la receptora de la herencia que busque preservar los
antepasados como la posteridad. En Roma, desde las doce tablas se percibe
la figura del testamento pero este requería de grandes formalidades, ya que se
estipulaba que el hijo no debía ser desheredado ni se debía rehusar a recibir la
herencia, por lo tanto, si se deseaba testar se convertía en una vergüenza pública9.
Los antiguos arios decían que el primer hijo tenía el deber de cumplir los
designios de los antepasados, y de los otros hijos nacen del amor, por lo tanto
el mayor era privilegiado porque tras la muerte del padre, todas las ceremonias
de culto doméstico, las comidas fúnebres y oraciones, quedaban bajo su cargo,
convirtiéndose en el jefe religioso de la familia, adquiriendo dominio sobre
la herencia, como lo estipula el código Manu: "el primogénito toma posesión
de todo el patrimonio y los demás hermanos viven bajo su potestad, como lo
hacían bajo de su padre"10• El hijo mayor, quien cancelaba las deudas de los
antepasados, debía quedarse con todo.

2.4. EN EGIPTO Y BABILONIA

En el caso de Egipto y Babilonia, los hijos partían de forma equitativa la


herencia, así fueran adoptivos, aunque estos debían contar con la aprobación
del padre, recibían una tercera parte de fonna legítima de los bienes muebles11 •

2.5. EN ISRAEL

En Israel, tanto las hijas como los hijos podían recibir herencia, pero el hijo
primogénito recibía el doble -por cuestiones morales- y la hija heredera no

SuÁREz FRANCO, Roberto. Derecho de sucesiones, 4ª edición. p. 7. Cita a: BONET RAMÓN, Francisco.
DE COULANGES, F. op. cit. p. 63.
10
Ibídem, p. 65.
11
CARRJZOSA PARDO, Remando. Las sucesiones. B ogotá: Ediciones Lemer, 1961. pp. 8 y 9.
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tenía derecho a casarse en su tribu. Dentro de esta normativa de sucesiones,


se les permitía a los hijos hacer ciertos legados en el control de su patrimonio.
En el Medioevo se hacen instituciones para detener la capacidad de testar
y conseguir que el patrimonio no se mantenga a nombre de una familia de
generación en generación, con respuesta se fortalece la primogenitura y el
mayorazgo; esta situación continúa durante los siglo XVI y XVII hasta la
Revolución Francesa en 1789, que mediante el Código Napoleónico destruyó
las instituciones medievales, s'e establece nuevamente el derecho hereditario
a los hijos en igualdad de condiciones, aunque se mantienen la diferenciación
de sexo y dejan a un lado las estirpes y la primogenitura12 •

2.6. EN ESPAÑA

En la España antigua se establece el mancomunado entre cónyuges, también


el testamento, dejando tan solo una quinta parte de libre deposición, el resto
se destinaba libremente entre los herederos. En la reconquista se elimina el
fuero Juzgo, se instaura el patrimonio completo a disposiciones de los hijos,
que debían ser repartidos en partes equitativas entre ellos. Las leyes de Toro
defienden a los descendientes legítimos e ilegítimos que tengan derecho a
heredar, estableciendo las mejoras y las asignaciones forzosas.

3. LA SUCESIÓN EN LAS CULTURAS PRECOLOMBINAS DE AMÉRICA

Comúnmente, cuando se quiera hacer una referencia histórica sobre las


sucesiones, se acude al derecho romano, sin embargo, no se puede dejar a
un lado el proceso que vivieron las culturas precolombinas del continente
americano, que antes de la llegada de los españoles -hacia el siglo XV- ya
manejaban las sucesiones para darle continuidad a sus tradiciones religiosas y
populares, en aras de dar un adecuado uso a los bienes entre generaciones13 •

3.1. EN LOS AZTECAS

En la cultura Azteca, se manejaba un matrimonio de tipo monogámico,


· aunque en el imperio también existía la posibilidad de la poligamia. La figm-a de

12 Ibídem, p. 8.
13
ALCINA FRANCH, José. Las culturas precolombinas de América. Alianza Editorial, 2009.
CAPÍTULO II. EVOLUCIÓN HISTÓRICA 55

la monogamia aparece con el fin de no dilapidar la herencia en muchas manos,


sino privilegiar los intereses del calpulli, que eran entidades político-territoriales
basadas en el parentesco, de corte patrilineal, ya que en caso de la muerte del padre
eran los hijos varones quienes recibían la herencia y la viuda se encontraba en la
obligación de casarse con el hermano del difunto para poder mantener la unidad
y ubicación del calpulli. En la sociedad azteca, los matrimonios eran arreglados
previamente por parte de la familia de los contrayentes, estaba pennitido el divorcio
y el adulterio era castigado duramente hasta con la pena de muerte14 •
En los Aztecas, en la categoría más alta de señores se encontraban los
Tlatoani (orador) quienes tenían un poder militar civil y religioso; existía uno
por cada ciudad principal. Eran comunes los vínculos familiares entre Tlatoani
de diferentes ciudades, ya que esto era promovido por Tenochtitlán. El señorío
se heredaba dentro del linaje, dependiendo del caso podía ser de padre a hijo
o de hermano a hermano, el heredero era determinado por un consejo de
electores que decidía quién era el que iba a suplir el cargo de Tlatoani, ya que
representaba una gran responsabilidad en la cuidad15 •

3.2. EN LOS INCAS

Erl el caso de los Incas, se establecía una familia endogámica, patrilineal, por
tanto, los hijos varones era en quienes recaía la herencia. Para la población en
general se establecía la monogamia pero en los nobles podía existir la poligamia,
la única esposa que era amparada por el Estado era la primera, las otras eran
concubinas o en segundo orden, que además, no tenían un ritual ceremonial' 6•
Las esposas secundarias se podían obtener de cuatro formas: la primera, a
través de un regalo del Inca; la segunda, por herencia de un hermano muerto;
la tercera, las esposas secundarias del padre que no haya tenido hijos, y por
último, dentro de un botín de guerra. La unidad básica de la sociedad Inca era
la familia o el ayllu, que representaba un grupo endogámico de parentesco que
hacía sus sucesiones por línea masculina, era el caso de los Panacas que además
de esta manutención del linaje tenía una ubicación específica y la obligación
del ritual de perpetuar la memoria y cuidar de la momia de su antecesor17.

14
Ídem.
15 LucENA SALMORAL, Manuel. 1933. Historia de Jberoamérica. Ediciones Cátedra, 2008.
16 Ídem.
17 ALCINA FRANCH, José. Las culturas precolombinas de América. Alianza Editorial, 2009.
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3.3. EN LOS CHIBCHAS

Los Chibchas eran una comunidad indígena que se encontraba ubicada-antes


de la conquista- en una serie de valles de la cordillera Oriental de Colombia
en lo que hoy se conoce como Cundinamarca y Boyacá, estaban divididos por
unidades socio territoriales, tales como la Uta, que era una unidad territorial
de parentesco, de tipo avunculocal -que es la residencia de la pareja, cercana
al hermano de la madre del esposo-, esto ocurre generalmente en sociedades
de tipo matrilineaF8 . En esta sociedad las mujeres tenían derecho de heredar la
tierra, pero también heredaba poder político, los matrimonios eran arreglados por
los parientes varones de la madre y se practicaba la dote de la novia, el levirato y
el divorcio, de característica matrilineal, que se realizaba entre primos cruzados
generalmente, pero aparte de la endogamia también se practicaba la exogamia19•

4. LA SUCESIÓN EN LAS CULTURAS PREHISPÁNICAS DE


SURAMÉRICA

En las culturas prehispánicas históricamente se ha comprobado que anterior al


patriarcado se había instituido una posición matrilineal, que designaba el futuro
de la herencia tanto ritual como material, en el que el derecho de propiedad recaía
en la mujer; que daba una gran preponderancia al género femenino también
en el campo político. Importancia que perduró en muchas zonas de América
incluso a la llegada de Colón, tal cual como se expresa en la Enciclopedia U,
Tomo 33 (1988, 1005): "Cuando Colón descubrió el continente americano, tanto
en el N conio en el S., lafiliaciónfemenina constituía la regla casi general".
Por derecho en la sucesión la mujer tenía la posibilidad de obtener el trono.
Esto se evidencia en la llegada de los españoles donde muchas mujeres se
encontraban en el poder (caciques), que entre ellas tenían, en muchos casos
una relación de parentesco.
Con la invasión española se estableció la cultura occidental en el continente
americano, se arrasó con todo el legado indígena y al mismo tiempo se redujo la
injerencia de la mujer, conduciéndola a la imposición de una cultura patriarcal;
pasando esta a un segundo plano, ya que se tenía que relegar al dominio del

18 VILLAMARÍN, Juan A. "Parentesco y herencia entre los Chibchas de la Sabana de Bogotá al tiempo
de la conquista española" en: Revista Universitas Humanística, Vol. 10, No. 16 (Dic. 1981). p. 91.
19 Ídem.
CAPÍTULO IJ. EVOLUCIÓN HISTÓRICA 57

padre y del esposo, perdiendo su poder político, religioso y económico, dejando


de ser una figura fundamental en las sucesiones20•

4.1. EN VENEZUELA

El grupo indígena de los Arawak en Venezuela también era una sociedad


matrilineal, por tanto las sucesiones se daban por la rama femenina, en
conflictos territoriales entre los Arawak y los Caribes, este último grupo tomaba
como prisioneras a mujeres Arawak, se hizo tan recurrente esta práctica que los
Caribes, que eran de fuerte tradición patriarcal, terminaron convirtiéndose en
una sociedad matrilineal debido a la influencia femenina en esta sociedad, un
caso muy parecido al del grupo indígena de los Tapirapes ubicado en Brasil,
donde ocurrió el cambio de una estado de filiación patrilineal a uno matrilocal21 .

4.2. COLOMBIA Y ECUADOR

En Colombia la cultura matriarcal de San Agustín, de la misma manera que


en los Chibchas, preponderaba la sucesión que se regía por la rama materna,
sociedades donde las mujeres desde su pubertad participaban en ritos especiales,
para su vinculación a una vida activa en el comercio y el poder, teniendo
derecho a heredar bienes mediante la madre. Esto se evidencia en las palabras
de SEJOURNÉ, L. (1976, 132): "Cieza de León señala también el acceso al poder,
por derecho de sucesión a la mujer en Colombia, así como la devolución de los
títulos y bienes al hijo de la hermana del difunto." Situación que se reflejaba
también en el diario vivir de los Kogis Andinos y los Kágabas. En la cultura
Quimbaya las mujeres lograron controlar el poder y tener sucesión al trono.

5. LA SUCESIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

En el Génesis se habla de los relatos del pueblo judío, que lo caracterizaba por
la conformación de familias grandes que vivían en casas patriarcales, las cuales
eran ocupadas por el padre, las esposas, quienes tenían a su mando esclavas,
las concubinas e hijos e hijas de estas. En el caso de las mujeres, algunas no
conseguían pareja o enviudaban, lo que les hacía merecer el repudio de sus
hermanos, quienes también se encontraban bajo los dictámenes del padre22 •

2° CANO ABREU, Francisca Martín. Sociedades matrilineales de Suramérica, 12/1/10. (Consulta


Online) Dirección: http://culturaarcaica.iespana.es/suramerica.matrilineal.html.
21
Ibídem.
22 FERNÁNDEZ MONTES, Matilde. Matrimonio y herencia en el Antiguo Testamento. Revista de
Dialectología y Tradiciones Populares, Vol. 51, No. 1, 1996. p. 181.
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El grupo crecía hasta el punto que los hombres, que no perpetuaban el linaje,
tenían que partir a otro territorio a formar otra casa patriarcal, todo con el fin
de darle continuidad al nombre paterno el cual por herencia era otorgado al
primogénito, dejando relegados a sus hermanos a recibir pequeñas porciones
de los bienes23 • Comúnmente los matrimonios eran endogámicos y virilocales,
porque se realizaban bajo personas de la misma línea paterna -excluyendo
el incesto- generando así patriarcados territoriales, se establecía de forma
endogámica con la finalidad de no mezclarse con otras culturas o religiones
para perpetuar la tradición, tanto material como religiosa24 •
Cuando se buscaba una mujer de otra familia para incluirla en la propia,
con tal de conservar el linaje, se tenía que dar una dote al padre o al hermano
mayor de la novia, transfiriendo bienes como monedas, ganado, tierras, joyas,
vestidos o esclavas25 •
En el antiguo testamento, cuando una mujer joven quedaba viuda,
desamparada y contribuía a la descendencia, por órdenes de la ley de levirato,
que se encuentra expresada en el versículo de la biblia de Deuteronomio (25,5),
dice que la mujer, al estar en viudez, no puede casarse con un extraño, sino
con su cuñado por la consigna de esta ley26 •

23
lbíd., p. 182.
24
Ibídem, p. 182.
25 Ibíd., p. 185.
26
lbíd., p. 192.

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