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Carlos Padilla Garcés 201

FALACIA
Falacia “ad hominem”
Los ataques personales son contrarios a
los argumentos racionales. En lógica y
retórica, un ataque personal se llama “ad
hominem”, que en latín significa “contra el
hombre”. En lugar de avanzar en un buen
razonamiento, una falacia ad hominem
reemplaza la argumentación lógica con un
lenguaje ofensivo no relacionado con la
verdad del asunto.
Falacia del hombre de paja
La falacia del hombre de paja consiste en
atacar una posición lógica y argumentativa
que el contrincante realmente no tiene.
Es una forma sencilla de hacer creer que la
posición de uno parezca más fuerte de lo
que es. Usando esta falacia, los puntos de
vista del oponente se caracterizan como
absurdos y poco fiables; en comparación,
la propia posición se ve como más verídica,
seria y fiable.
Falacia de la apelación a la autoridad
Esta falacia argumentativa, también
denominada “ad verecundiam”, ocurre
cuando hacemos mal uso de una
autoridad.
Este mal uso de la autoridad puede ocurrir
de varias maneras. por ejemplo: podemos
citar solo a las autoridades, alejándonos
convenientemente de otras pruebas
comprobables y concretas como si la
opinión de los expertos fuera siempre
correcta; o podemos citar autoridades
irrelevantes, autoridades pobres o
autoridades falsas.
Falacia de la falsa equivalencia
La falacia de la falsa equivalencia o de la
ambigüedad se da cuando una palabra,
una frase o una oración se usa
deliberadamente para confundir, engañar o
inducir a error al sonar como si dijera una
cosa pero en realidad dice otra. A menudo,
este engaño aparece en forma de
eufemismos, reemplazando las palabras
desagradables con una terminología más
atractiva.
Falacia populista
Esta falacia, también denominada
argumento “ad populum”, supone que algo
es cierto (o correcto o bueno) porque otras
personas están de acuerdo con la persona
que lo afirma; esto es, se acepta algo que
se dice porque es popular. Esta falacia
argumentativa es común entre los
anunciantes
Falacia de la correlación y la causalidad
La falacia causal se refiere a cualquier fallo
lógico que se produce al identificar una
causa; es decir, cuando se concluye acerca
de una causa sin evidencia suficiente para
hacerlo.
Falacia del falso dilema
Esta falacia argumentativa ocurre cuando
fallamos al limitar las opciones a
únicamente dos, cuando de hecho hay más
opciones para elegir. A veces las opciones
son entre una cosa, la otra, o ambas cosas
juntas (no se excluyen entre sí). Y a veces
hay una amplia gama de opciones.
Falacia de la generalización apresurada
Una generalización apresurada es una
declaración general sin evidencia suficiente
para respaldarla. Ésta se produce a partir
de la prisa por llegar a una conclusión, lo
que lleva a la persona que argumenta a
cometer algún tipo de suposición ilógica o a
emitir estereotipos, conclusiones
injustificadas o exageraciones.
Falacia circular
La falacia o argumentación circular ocurre
el argumento de una persona simplemente
repite lo que ya asumió de antemano y no
llega a ninguna nueva conclusión. Los
argumentos circulares también se llaman
“petitio principii” o petición de principio, y se
producen cuando la proposición que ha de
ser probada se incluye de forma implícita o
explícita en las premisas (las afirmaciones
que sirven para probar la conclusión
posterior).
Falacia del costo hundido
A veces invertimos tanto en un proyecto
que somos reacios a abandonarlo, incluso
cuando resulta infructuoso y fútil.
Es natural y generalmente no es una
falacia querer continuar con algo que
consideramos importante; sin
embargo, este tipo de pensamiento se
convierte en una falacia cuando
comenzamos a pensar que deberíamos
continuar con una tarea o proyecto debido
a todo lo que hemos puesto en él, sin tener
en cuenta los costos futuros en los que
probablemente incurramos al hacerlo.

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