Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ADMINISTRACIÓN ECONÓMICA
2020-21
En este tema estudiaremos primero la descentralización territorial, basada
en el reparto de poderes entre entes con esta base, y luego la «funcional»,
consistente en la creación de personalidades jurídicas separadas, más o
menos dependientes de una Administración matriz, y con fines específicos
(entes instrumentales, agencias, entes reguladores).
También son admisibles los objetivos económicos específicos de las Comunidades Autónomas,
que pueden ser contemplados por sus propios Estatutos de Autonomía.
La fijación de la política económica común, sin embargo, ES COMPETENCIA EXCLUSIVA DEL
ESTADO, que puede incidir en las competencias de las Comunidades Autónomas para
desarrollar esta política, como reconoce la STC 118/96, que resuelve el recurso de
inconstitucionalidad frente a la Ley 16/87, de ordenación de los transportes terrestres,
aceptando los objetivos de sus arts. 3 y 4, dos artículos que se refieren al principio de unidad de
mercado.
EL PRINCIPIO DE UNIDAD DE MERCADO Y SU REALIZACIÓN EFECTIVA
Según RIVERO, un Estado = un mercado: reconoceremos que la formación de un mercado
nacional es inseparable del proceso de consolidación de una autoridad política con facultades
decisorias sobre todo el territorio.
La Constitución de 1978 no enuncia el principio de unidad de mercado como tal, lo que ha
llevado a algún autor a afirmar que estamos ante un principio constitucional indeterminado.
Sí puede, no obstante, derivarse este principio de varios artículos (2, 128, 131, 138, 139, 149.1.1,
149.1.13) que aceptan implícitamente la existencia de un orden económico nacional.
El más claro tal vez sea el art. 139.2:
«Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente
obstaculicen la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre
circulación de bienes en todo el territorio español»;
En otros preceptos también encontramos el mandato de respetar un común denominador
económico, por ejemplo en el art. 138.2:
«Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas NO
PODRÁN IMPLICAR, EN NINGÚN CASO, PRIVILEGIOS ECONÓMICOS O SOCIALES».
La STC 64/90 nos dice que la unidad de mercado «descansa sobre dos supuestos irreductibles,
LA LIBRE CIRCULACIÓN DE BIENES Y PERSONAS que ninguna autoridad podrá obstaculizar directa
o indirectamente y la igualdad de las condiciones básicas de ejercicio de la actividad económica».
Estas condiciones no deberían ser alteradas por ninguna autoridad, ni central, ni local o
autonómica, so pena de inconstitucionalidad y por tanto de nulidad del acto o de la disposición
que vulnere la unidad de mercado.
La prohibición de privilegios económicos, así como de medidas perturbadoras de la libre
circulación de personas, bienes y capitales, repercute sobre las medidas económicas
adoptadas por las Comunidades Autónomas.
Así, por ejemplo, una Sentencia del TSJ del País Vasco anuló los incentivos fiscales de la
Diputación de Guipúzcoa para las grandes inversiones, señalando que los Territorios
Históricos deben respetar «la libertad de circulación y establecimiento de personas y la
libre circulación de capitales y servicios en todo el territorio español, sin que se produzcan
efectos discriminatorios, ni menoscabo de posibilidades de competencia empresarial ni
distorsión en la asignación de recursos».
«No guarda proporción con el objeto legítimo que a través de ella pudiera perseguirse, por su
carácter no generalizable y restrictivo, por el grado de disponibilidad del beneficio por parte de
la Administración y aun por la magnitud del incentivo, que se sitúa muy por encima de los
previstos de los mismos tributos en la normativa del territorio común». Las ayudas regionales,
no lo olvidemos, están sujetas a demás a importantes restricciones desde el Derecho de la
Unión Europea, que defiende también a su modo del principio de unidad del mercado
europeo”.
El Tribunal Constitucional ha establecido algunos requisitos para que una medida autonómica
(o estatal) se considere compatible con el principio de unidad de mercado:
1. La finalidad de la medida debe ser legítima
2. La medida debe ser proporcionada y congruente con el objetivo perseguido
3. No debe dirigirse intencionadamente a perturbar la libre circulación
4. No puede suponer una ruptura de las reglas económicas básicas y
uniformes en todo el territorio del Estado
Para corregir esta tendencia, el Consejo de Ministros del 5 de julio de 2013 aprobó la
tramitación de urgencia del Proyecto de Ley de Garantía de la Unidad del Mercado.
Ley 20/2013, de 9 de diciembre. RCL 2013\1773: GARANTÍA DE LA UNIDAD DE MERCADO.
Garantía de la unidad de mercado:establece los principios y normas básicas para garantizar
la unidad de mercado, fundamentada en la libre circulación y establecimiento de los
operadores económicos, en la libre circulación de bienes y servicios por todo el territorio
español. Crea un Consejo para la Unidad de Mercado como órgano de cooperación
administrativa para el seguimiento de la aplicación de esta Ley.
• Orden núm. ECC/250/2014, de 20 de febrero: CONSEJO PARA LA UNIDAD DE
MERCADO. Designa la Secretaría del Consejo para la Unidad de Mercado así como la
ventanilla para la tramitación de los mecanismos de protección de los operadores
económicos previstos en la Ley 20/2013, de 9-12-2013 (RCL 2013\1773), de garantía de la
unidad de mercado.
Objeto de la Ley (art. 1):
- garantizar la integridad del orden económico
- facilitar el aprovechamiento de ECONOMÍAS DE ESCALA
- facilitar el libre acceso, ejercicio y la expansión de las actividades económicas en
todo el territorio nacional garantizando su adecuada supervisión