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Presupuestos de la responsabilidad

civil
Unidad Nº 5 El daño
Concepto. Daños resarcibles en materia de accidentes de tránsito. Cómo se
deben interponer y cómo se deben probar. Daños a los automotores y a las
personas físicas. Distintos rubros y partidas de daños. La pretendida
autonomía de los rubros que lo compoenen. Análisis doctrinario y
jurisprudencial.
PRESUPUESTOS COMUNES (ART. 1716/1749
CCyc) DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL: Sec. 3
y 4, Cap. I, Tít. V, Lib. III

DAÑO

RELACION • RESPONSABILIDAD ANTIJURIDICIDAD


CAUSALIDAD CIVIL

FACTOR DE
ATRIBUCION
PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD
CIVIL: Sec. 3 y 4, Cap. I, Tít. V, Lib. III

Sec. 3

Sec.4

Factor Obligación
daño Rel. Antijur atrib. de reparar
causal
Concepto legal de daño en el CCyCN (daño lesión)
Libro 3ero, Titulo 5to, Otras fuentes de las
obligaciones, sección 4ta “Daño Resarcible”

• ARTÍCULO 1737.- Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado
por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia
colectiva. (JUNTO con los arts. 1738, 1726 y 1748 se completa la definición de daño resarcible)
Definición normativa de daño
•El artículo 1737 se inspira en la idea intuitiva de daño como "lesión". Este concepto alcanza para la función preventiva
de la responsabilidad civil (art. 1711). Pero la función resarcitoria requiere el complemento de los artículos 1726, 1738
y 1741. Es que no hay nada para resarcir si la lesión no produce "consecuencias” (puede haber lesión sin daño resarcible:
homicio de persona sin allegados). Además, la reparación plena presupone individualizar esas consecuencias. Debe
entonces existir una diferencia perjudicial: un antes y un después, separados por el hecho lesivo (por ej. si un gran
incapacitado tiene posteriormente hijos, ellos carecen de dcho. Resarcitorio contra el responsable de dicha
incapacidad). Las derivaciones negativas (modificaciones, alteraciones, repercusiones) no son un efecto del daño: son el
daño resarcible en sí mismo. Este segundo concepto del daño como “consecuencia" es el de mayores implicancias
operativas. La norma supera el régimen anterior porque: (i) dispone que también hay daño cuando se lesiona un interés
simple; (ii) coloca en primer lugar a la persona; (iii) reconoce el daño colectivo.
Daño a intereses no reprobados por el Derecho: Lo lesionado puede ser un derecho subjetivo,
un interés legítimo o un mero interés jurídicamente no reprobado. De modo que: (i) no es
necesario que una ley positiva reconozca el interés; (ii) aunque no haya una prohibición legal,
no se protegen intereses contrarios a principios o valores jurídicos; (iii) existen intereses
neutros o indiferentes para el Derecho: justamente por eso son respetables y géneran el deber
de no dañar (art. 1710, inc. a).

Daño colectivo
Es el experimentado por un conjunto de personas a raíz de la lesion a un interés grupal
indivisible (art. 14, inc. b). Presenta una diferencia cualitativa con el daño individual. El
Código, lógicamente, se integra con las reglas especiales: ambientales, de consumo, etcétera.
Son básicas estas directivas: (i) no es imprescindible el reconocimiento normativo del interes
colectivo; (ii) resulta prioritaria la prevención; (iii) la recomposición precede a la
indemnización dineraria; (iv) el daño colectivo debe ser compensado con autonomía de la
indemnización que pueda corresponder por daños individuales; (v) el daño colectivo no impide
el resarcimiento de los individuales derivados del mismo hecho; (vi) la protección judicial
debe ser efectiva, incluso en defecto de normas procesales idóneas.
Bienes tutelados: objeto del daño.
Objeto de la lesión y consecuencias a indemnizar
Una lesión a la persona, a su patrimonio o a un derecho de incidencia colectiva puede producir daños
económicos, daños no patrimoniales, o ambos. Las categorías se entrecruzan, pero sin perder su identidad
conceptual:
La agresión a una persona (heridas físicas) puede perjudicarla patrimonialmente
(gastos de curación, disminución de ingresos) -es un daño patrimonial directo- y
provocar daño espiritual (dolor, disminución de la vida social);

Persona
una lesión económica (destrucción de un objeto con valor pecuniario) causa daño
emergente (el patrimonio disminuye), un posible lucro cesante (si es una
máquina destinada a un emprendimiento productivo) y puede ocasionar daño
patrimonio
moral (si es una herramienta de trabajo fabricada artesanalmente, inexistente en
el mercado) –es un daño moral indirecto-.

la afectación de intereses colectivos, como la destrucción de una obra de arte en


Bs
incidencia
un paseo público, puede producir un detrimento inmaterial indivisible, pues
colectiva afecta la existencia comunitaria (daño moral colectivo), al margen de que genere
daños patrimoniales (costo para recomponer o reemplazar la obra).
Derivaciones funcionales del daño-lesion: El concepto daño-lesión tiene repercusiones prácticas: (i) la lesión es el presupuesto, el núcleo del daño resarcible; (ii)
el interés debe ser no reprobado y prevaleciente; (iii) sólo es damnificado el titular del interés (personalidad del daño); (iv) los derechos o intereses sólo pueden
ser patrimoniales o no patrimoniales (no hay una tercera posibilidad); (v) lesiones similares producen daños mínimos o básicos –a falta de información especifica
lesiones similares determinan indemnizaciones similares (solución por defecto)-; (vi) la lesión

puede ser un indicio para presumir el daño resarcible (art. 1744 in fine).

Derivaciones funcionales del daño-consecuencia: El concepto daño-consecuencia es sumamente operativo: (i) los daños no se clasifican por la naturaleza del
bien lesionado sino por las consecuencias (patrimoniales o no patrimoniales); (ii) individualizar el daño no es otra cosa que identificar las consecuencias (sin
indagar en las repercusiones es imposible una reparación plena); (iii) la gravedad de las consecuencias no depende de la importancia axiológica o constitucional
del interés agredido (indeminizar las consecuencias de una incapacidad puede ser más costoso que indeminizar las consecunecias de una muerte, y puede
suceder que la indeminización de los gastos medicos del damnificado supere la correspondiente a sus daños espirituales); (iv) lesiones similares pueden generar
indemnizaciones distintas (en un siniestro con varios fallecidos las indeminizaciones para los allegados no pueden ni deben ser iguales, como en cambio ocurriria
si lo resarcible fuera un supuesto “Valor vida”. La situacion particular de la victima puede determinar una indeminizacion muy alta o muy baja) ; (v) como regla, las
consecuencias deben ser probadas por quien invoca haberlas sufrido (art. 1744).
 
 
 
Daño resarcible: “la indemnización es una
consecuencia de la lesión”

Consecuencia
Lesión de un
derecho/interes Indemnizables
DAÑO Daño jurídico
DAÑO EVENTO
CONSECUENCIA
Art. 1737
Art. 1738
Daño consecuencias: indemnización

• ARTÍCULO 1738.- Indemnización. La indemnización comprende la


pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el lucro
cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la
probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances.
Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los
derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal,
su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que
resultan de la interferencia en su proyecto de vida.
REQUISITOS DEL DAÑO

• ARTÍCULO 1739.- “Requisitos. Para la procedencia de la


indemnización debe existir un perjuicio directo o indirecto, actual
o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es
indemnizable en la medida en que su contingencia sea razonable y
guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho
generador.”
Requisitos del Daño jurídicamente
resarcible
Debe ser cierto.

Damnificado directo o indirecto.


Debe subsistir al momento de la
sentencia.
Debe ser personal del reclamente.
CIERTO

El daño debe ser cierto en cuanto a su


existencia misma, esto es, debe resultar
objetivamente probable.

Debe ser real y efectivo, sin perjuicio de la


posible indeterminación de su magnitud

El daño incierto es el eventual, hipotético o


conjetural, que puede tanto producirse como no
producirse . No es indemnizable
Certeza del daño

La certeza no El daño puede Momento para su


requiere ser actual o determinación:
actualidad futuro Sentencia
Subsistencia del daño al momento de la
sentencia
El daño debe
subsistir al momento
de la sentencia (no
debe haber sido
reparado por el
causante del daño).

Si la propia víctima o
un tercero reparó el
daño, lo mismo
subsiste el daño.

La víctima o el
tercero pueden
reclamar el
reembolso de lo
invertido.
Subsistencia del daño

Reparación por el
responsable : obligación
extinguida

No es que no haya
responsabilidad por falta de
la subsistencia del daño,
sino lisa y llanamente ha
mediado cumplimiento de la
obligación de resarcir que
incumbía al responsable.
Personal del accionante
Sólo la persona que sufre el daño en un interés
propio de manera directa o indirecta puede
reclamarlo.

Es un presupuesto de la acción

Cuestión de legitimación activa

Damnificado directo: víctima del acto ilícito

Damnificado indirecto: el daño se produce de


rebote

La acción es siempre a título personal


En relación con la prueba del daño, el art. 1744 del CCivCom
establece que el perjuicio debe ser acreditado por quien lo
invoca, excepto que la ley lo impute, o que surja notorio de
los propios hechos.
Al respecto, y en relación con la carga de la prueba de los
factores de atribución y de las circunstancias eximentes,
incumbe a quien los alega, de acuerdo con lo reglado por el

•ART. 1744.
art. 1734 del ordenamiento jurídico unificado.
Conforme lo reglado por el precitado art. 1744 del CCivCom,
y a mérito de lo que disponen la mayoría de los digestos
Prueba del daño procesales (arts.377 del CPCC Nación; 363 CPCC Entre Ríos;
375 CPCC Buenos Aires; 377 CPCC Salta; 179 CPCC Mendoza),
la prueba del daño pesa sobre el demandante, de forma tal
que será él quien deberá acreditar que el perjuicio
efectivamente se produjo, en virtud de ser este el extremo
fundamental de la norma que invoca, especificando la
doctrina autoral que el «perjuicio es el elemento esencial
constitutivo de la acción, y por ello su demostración le
incumbe a la víctima.
Además, el damnificado deberá demostrar los «requisitos del daño resarcible», en cuanto a la existencia o presencia
de lesión de un interés patrimonial o extrapatrimonial, personal, subsistente, y que presenta un grado de certeza
suficiente que amerita su resarcimiento.
Cabe recordar que las denominadas «reglas de la carga de la prueba» -contenidas en el art. 377 del CPCC Nación,
resultan, en realidad, parámetros decisorios o reglas de juicio, pues no solo indican cuál de las partes debe probar
hechos en la litis, sino que también prescriben que, de no acaecer tal situación procesal, se deberá resolver contra
quién debía probar y no probó, y por tanto, resulta una circunstancia o acontecimiento de riesgo, toda vez que quien
no prueba los hechos que debe probar pierde el pleito, si de ellos depende la suerte de la litis, y consecuentemente,
negada la situación fáctica por el contradictor, la distribución de la carga probatoria se impone a quien ha afirmado
los hechos constitutivos de la prestación, resultando preciso puntualizar que la responsabilidad probatoria no
depende solo de la condición de ser accionante o accionado, sino de la situación en que se coloca la parte en el
proceso para obtener una determinada consecuencia jurídica.
Asimismo existe una regla general legal que adjudica la carga probatoria a quien invoca el factor de atribución o la
eximente, por tanto, no parece dudoso que la carga procesal, en definitiva, es un imperativo que se concreta en el
cumplimiento de una conducta fijada en interés de la propia parte gravada con la citada carga, pero también de la
propia administración de justicia .
CATEGORÍAS DE DAÑOS…
DAÑO EMERGENTE LUCRO CESANTE

 ARTÍCULO 1738.- Indemnización. La indemnización


comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la C
H
víctima, el lucro cesante en el beneficio económico A
esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su N
obtención y la pérdida de chances. Incluye especialmente C
las consecuencias de la violación de los derechos E
personalísimos de la víctima, de su integridad personal, S
su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y
las que resultan de la interferencia en su proyecto de
vida.

¿DAÑO MORAL? ¿DAÑO


EXTRAPATRIMONIAL? UNA NOVEDAD…
LA GRAN
DISCUSIÓN
¿EL DAÑO ES PATRIMONIAL O NO
PATRIMONIAL O EL CÓDIGO
INTRODUCE NUEVAS CATEGORÍAS DE
DAÑO ADEMÁS DE LAS
TRADICIONALES?

SE DICE EN LOS FUNDAMENTOS DEL ANTEPROYECTO…


“La comisión ha discutido si es necesario clasificar el daño
patrimonial, extrapatrimonial o moral, distinguiendo
distintos supuestos, pero se ha considerado que es una
tarea que corresponde a la doctrina y la jurisprudencia, ya
que una norma general no podría dar cuenta de la enorme
variedad de casos que se presentan.”
Del artículo 1738, en función con el 1741, 1745 y 1746 del CCyCN surge que existen
dos tipos de consecuencias resarcibles: las patrimoniales y las extrapatrimoniales. Por
tanto, no cabe en este sistema otro tipo de conse- cuencias dañosas resarcibles. El
código civil y comercial no admite un tercer género de consecuencias dañosas.
En este sentido, la jurisprudencia ha dicho que: “Tanto en el régimen del Código Civil
derogado como en el Código Civil y Comercial, los daños se subsumen en dos grandes
esferas, a saber, material o patrimonial y moral o extrapatrimonial; ello supone excluir
una tercera categoría de daños, particularmente cuando se analizan los daños a las
personas” (CáMara de aPelacioneS en lo civil y coMercial de azul, sala II, “D. B., A. c. A., L. C. y otros s/ derechos personalísimos y
acumulada”, Revista de responsabilidad civil y seguros, núm. 1.)
Por ejemplo La jurisprudencia también señala:
-La lesión de la psiquis de quien sufrió un accidente de tránsito no cons- tituye un perjuicio autónomo y distinto de la
incapacidad sobreviniente, pues se trata, en ambos casos, de lesiones que producen una merma en la capacidad del
sujeto para realizar actividades patrimonialmente mensurables siendo esta disminución lo que en definitiva
constituye el daño resarcible, circunstancia que aconseja que se fije una única partida indemnizatoria que abarque
ambos conceptos. (CáMara nacional de aPelacioneS en lo civil, sala A, “D., L. E. c. K., S. D. y otros s/ daños y
perjuicios”, Revista de respon- sabilidad civil y seguros, núm. 3.)
-La lesión de la psiquis o de la estética de quien sufrió un accidente de tránsito no constituyen un perjuicio autónomo
y distinto de la incapacidad sobreviniente, pues se trata, en ambos casos, de lesiones que producen una merma en la
capacidad del sujeto para realizar activi- dades patrimonialmente mensurables siendo esta disminución lo que en
definitiva constituye el daño resarcible (CáMara nacional de aPelacioneS en lo civil, sala A, “P., V. c. T., J. y otros s/
daños y perjuicios”, La Ley Online, 31 de agosto, 2015.)
-En similar sentido: “La lesión estética no constituye un daño que deba repa- rarse en forma autónoma,
particularizada e independiente del daño patrimonial y moral, máxime cuando tal práctica puede llevar a una
inadmisible doble indemnización”.(CáMara de aPelacioneS en lo civil y coMercial de Morón, sala III, “Casagrande,
Milva Marcela y otro c. Palacio, Antonio y otra s/ daños y perjuicios”, 18 de agosto, 2015, La Ley Online).
Daño emergente Consecuencias
Clasificación del no
Patrimonio patrimoniales
daño 1738 CCCN 1737/1738 1º
pár.
Lucro cesante
1741

chance

Daño lesión Dchos


1737 personalísmos
Consecuencias
indemnizables
Integridad
personal

Persona
1737/ 1738 2º Salud psicofísica
pár.

Afectaciones Consecuencias
espirituales
legítimas patrimoniales
1745 (muerte)
Proyecto de vida 1746
(incapacidad)
Según las consecuencias dañosas el
daño puede ser

Daño material o Daño moral o


patrimonial: recae extrapatrimonial:
sobre todo lo que recae sobre todo lo
la persona tiene que la persona es
La norma supera el régimen anterior porque: (i) no identifica el daño patrimonial con pérdidas dinerarias; (ii) no limita el
daño no patrimonial al sufrimiento o al dolor (una persona sin discernimiento puede experimentar este tipo de daño);
(iii) enumera perjuicios relevantes, antes solo conocidos por la doctrina y la jurisprudencia (chances, daño al Proyecto al
Proyecto de vida, violacion a los dchos personalisimos) (iv) varias de las hipotesis captadas remarcan la preocupación de
proteger los intereses espirituales, que son los más valiosos pero los más frágiles.

Imposibilidad normativa de terceros géneros

La estructura de la norma y el detalle (no taxativo) de los rubros permite inferir una clasificación binaria: daños
patrimoniales y no patrimoniales (sólo dos géneros). La subdivisión ulterior (especies) es dentro de esas dos categorías.

Insertar daños autónomos, como si fueran otro género, al lado o afuera del daño patrimonial y del daño no patrimonial:

(i) Resulta legalmente equivocado, dada la amplitud del artículo 1738; (ii) puede conducir a indemnizar dos veces las
mismas consecuencias, bajo rótulos diferentes; (iii) contradice el artículo 1741, que restringe la legitimación para las
consecuencias no patrimoniales, de cualquier tipo que sean (biológicas, psicológicas, estéticas, vinculadas al proyecto de
vida o a la vida

de relación, etc.).

Ahora bien, las elaboraciones sobre los "nuevos daños” son útiles para identificar analíticamente todas las
consecuencias no patrimoniales que debe computar la indemnización.
Certeza del daño

Daño emergente:
pérdida efectiva
sufrida

Lucro Cesante:
Grados de Certeza: pérdida de
ganancia

Chance: pérdida de
la posibilidad o
probabilidad de un
beneficio
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)

Daño emergente
El primer rubro es "la pérdida o disminución del patrimonio". En realidad, se trata de "pérdidas
patrimoniales": privaciones o deterioros puntuales.
Es lo que tradicionalmente se conoce como daño emergente, que se produce cuando el patrimonio pasa a tener
una composición inferior: porque desaparece un "activo", porque un bien se deteriora, porque se genera un
"pasivo", o porque se incurre en un gasto.
Desde el punto de vista causal, el daño emergente puede ser una consecuencia inmediata o una mediata (art.
1727). Y con un criterio temporal, puede ser pasado o futuro (art. 1739).
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)

GASTOS DE TRASLADO:

En el presente reclamo cabe aplicar un concepto amplio, y no exigirle necesariamente al reclamante la prueba acabada de la existencia y extensión del
perjuicio que invoca.-
En este sentido la jurisprudencia ha entendido que en estos gastos no se requiere prueba de las erogaciones, toda vez que los mismos pueden presumirse
cuando de acuerdo a la índole de las lesiones se infiere que la víctima debió realizar desembolsos extraordinarios para su movilidad, como ser vehículos de
alquiler.- La procedencia del mismo no puede discutirse si se encuentra probado el accidente y la entidad de las lesiones, no es óbice para su reclamo la
ausencia de comprobantes que lo justifiquen de modo fehaciente (conforme argumentos Excma. Cámara de Apelaciones en lo Civil, Sala G, autos: “Langer
Liria c/ Tia S.A Mercado s/ daños y perjuicios, del 8 de junio de 2007).-
Así teniendo en cuenta las consideraciones efectuadas por el perito médico designado en autos; las consideraciones vertidas al tratar la incapacidad física
sobreviviente; los datos de conocimiento general; y el criterio jurisprudencial previsto en el art. 165, tercer párrafo del Código Procesal, fijo el monto
indemnizatorio en pesos … ($ …).-

GASTOS ASISTENCIALES Y DE FARMACIA:

Mediante el presente rubro los actores persiguen el reembolso de los gastos de medicamentos necesarios para su curación.-
Jurisprudencialmente se estima procedente el reintergo de este tipo de erogaciones si se determina que son consecuencia del hecho ilícito : “Ello es así
aunque no exista prueba documentada que demuestre precisa y directamente el respectivo pago, siempre que resulte razonable su correlación con la lesión
sufrida y el tiempo de su tratamiento. Por lo demás, esta conclusión debe mantenerse aun en el caso de que quien resultó damnificado haya sido atendido -tal el
sub lite- en hospitales públicos …o que cuente con cobertura social; toda vez que siempre existen desembolsos que no son completamente cubiertos (cfr. mi
voto in re "Hidalgo c/ Rolón", del 5/3/07).” (Excma. Cámara de Apelaciones en lo Civil, Sala B, en autos: “M, M. H c/ Kraft, Daniel Alejandro s/ daños y
perjuicios, del 10/10/2007.-
En síntesis, la prueba de los gastos médicos y de farmacia no debe exigirse con un criterio riguroso, y el juez se halla facultado a fijarlos razonablemente.
Lógicamente se han de fijar siempre que haya una relación lógica con las lesiones que contribuyeron a curar.-
Por lo expuesto, teniendo en cuenta las consideraciones efectuadas por el perito médico designado en autos; las consideraciones vertidas al tratar la
incapacidad física respecto de las lesiones y los tratamientos requeridos por cada uno de los actores ; los datos de conocimiento general; y el criterio
jurisprudencial previsto en el art. 165, tercer párrafo del Código Procesal, fijo el monto indemnizatorio para el sr. Jeremías Jorge Luis Flores en pesos
cuatrocientos ($ 400); en el caso de Mario Orlando Diaz lo establezco en la suma de pesos trescientos ($ 300) y para Leonardo Alegre en pesos doscientos ($
200).-
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)

GASTOS DE SEPELIO:
Los actores persiguen en este rubro el reembolso de los gastos que les irrogara el velatorio y sepelio de su madre.-
En este aspecto la jurisprudencia ha entendido: “En la acción resarcitoria por muerte de la víctima de un hecho ilícito corresponde abonar los
gastos de sepelio y luto que fueran estimados, aunque no se haya acercado prueba al respecto, toda vez que aquellos se tratan de desembolsos que necesariamente
debieron haberse afrontado” (conforme Excelentísima Cámara de Apelaciones en lo Civil, Sala J, autos: “Acosta Alejandra Mariel c/ Edenor Sociedad Anónima s/
daños y perjuicios”, del 20 de noviembre de 2007).-
Así, teniendo en cuenta los datos de conocimiento general; las constancias y circunstancias de la causa; y el criterio jurisprudencial previsto en
el art. 165, tercer párrafo del Código Procesal, fijo el monto indemnizatorio en la suma de pesos tres mil ($3.000).-

GASTOS MEDICOS FUTUROS:

Respecto de los gastos futuros reclamados, cabe puntualizar que resultan, en principio indemnizables. Pero para ello es condición necesaria -
para su procedencia-, que sean acreditados por quien los invoca, para que resulten ciertos pese a su condición de futuros. (arg. CNCiv, Sala K, en autos "Hauch,
Edviga y otro c. Establecimiento Agropecuario Bouvril SA s/ sumario, del 10/9/86; id sala, Armendano, Carlos E. c. Bernardino Rivadavia y otro 29/05/2006).-
La certeza debe ser probada al momento del dictado de la sentencia, ya que de lo contrario estaríamos en presencia de una presunción de daño a
ocurrir en el futuro con las características de ser incierto, hipotético o conjetural y por lo tanto no reparable en esa oportunidad.-
Es más, ni siquiera en el alegato se menciona este rubro. Por todo ello corresponde rechazar el mismo.-
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)

GASTOS DE VESTIMENTA:
La jurisprudencia ha entendido que, si bien por el modo como se producen ciertos accidentes en determinados supuestos es dable
presumir el deterioro de la ropa, corresponde rechazar la indemnización por gastos de vestimenta si ningún elemento fue aportado a la causa que los
acredite ni aun de modo indiciario (conf. CNciv., Sala B, 18/11/96, autos: "López, Mirta B. c/ Morales, Antonio J. S/ Daños y Perjuicios").-
En el caso de autos si bien el actor no menciona cuál fue la ropa dañada, corresponde hacer lugar al reclamo por pérdida de calzado
dado el reconocimiento de los hechos derivado de las rebeldías.-
Por lo expuesto, los datos de conocimiento general; y el criterio jurisprudencial previsto en el art. 165, tercer párrafo del Código Procesal,
las condiciones socio-económicas del actor que surgen del beneficio de litigar sin gastos que tengo a la vista, fijo el monto indemnizatorio en la suma de
pesos veinte ($20).-

 
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.) Ejemplo Rubro Daños al rodado (reparación) :
El resarcimiento de los daños aquí reclamados tiene una función compensadora o de equilibrio, es decir que tiende a colocar al
patrimonio de la víctima en idéntica situación a la que tenía con anterioridad del hecho por el que se reclama, con fundamento en el art. 1083 del
Código Civil.
Mediante el presente el reclamante persigue una suma de dinero equivalente al valor de uno de los presupuestos que adjunta (fs.
26), cuya autenticidad ha sido negada.
Si bien el actor no ha demostrado en autos ser el titular del rodado, la mera demostración de haber sido usuario del mismo le basta
para reclamar los daños de reparación (conforme argumentos plenario Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, autos:“Bellucci Nicolás
c/ Pollano s/ daños y perjuicios”, del 30 de diciembre de 1985). Es que el art. 1110 del Código Civil legitima para pedir la reparación aquí tratada,
no sólo a quien ostenta un derecho real de propiedad sobre la cosa dañada, sino a todo aquél que tenga un derecho o facultad sobre la misma,
siempre que el daño irrogase un perjuicio a su derecho y en la medida del interés personal conculcado.
La calidad de usuario del Sr. Diaz la encuentro probada con la copia de la denuncia de siniestro de fs. 108/12 y la copia del acta de
choque de fs. 140 debidamente reconocida por la autoridad emisora (fs. 138/41).
Por su parte, de la copia del acta de choque antes mencionada, surge que el rodado del actor sufrió desperfectos en la parte
delantera y trasera. De la declaración del testigo Faldutti surge que el vehículo del reclamante tuvo daños en su parte trasera y delantera (fs. 119
vta., respuesta 4°) y del testimonio de Morisio se extrae: “ quedó toda la cola abollada y rompió también la trompa porque pegó contra el Falcón”
(fs. 121, respuesta 4°). El perito ingeniero designado en autos detalló los trabajos a realizar en el vehículo del actor a raíz del siniestro que aquí se
ventila y estimó el costo de las reparaciones (fs. 135 vta.).
Por lo expuesto, teniendo en cuenta los datos de conocimiento general; las constancias y circunstancias de la causa; y el criterio
jurisprudencial previsto en el art. 165, tercer párrafo del Código Procesal, fijo el monto indemnizatorio en la suma de pesos dos mil trescientos
veinticuatro ($2.324).
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.) Ejemplo rubro Desvalorización del rodado (se admite):
El fundamento para la procedencia de este rubro radica en la disminución del valor de cotización que experimenta un automóvil
chocado al momento de su venta, por lo que su titular verá ingresar en su momento una suma menor a la que correspondía como consecuencia del
choque.- Es decir, consiste en la disminución del valor de reventa como consecuencia de los rastros de la colisión. Así, resulta necesario acreditar el
daño, la relación de causalidad con el hecho de autos y la titularidad del rodado.-
Jurisprudencialmente se ha entendido que en este rubro no se dan reglas generales, ya que es tan inexacto decir que todo choque
produce desvalorización en el rodado, como que solo se da este extremo cuando se afectan partes estructurales. Depende entre otras cosas, de las
circunstancias de cada caso, la antigüedad del automóvil y del estado en que quedó luego de ser reparado. Para establecer la desvalorización es
necesario inspeccionar el vehículo antes y después del siniestro, para evaluar si detenta secuelas que lo deprecien en el mercado de usados y es el
peritaje mecánico de gran utilidad para arribar a estas conclusiones (conforme argumentos Excelentísima Cámara en lo Civil, Sala G, del 20 de
abril de 2007, en autos: “Prado Maule Francisco Andrés c/ Reijlin Juan Carlos s/ daños y perjuicios; ídem “Baz Ricardo Alejandro c/ General
Motors de Argentina S.A s/ daños y perjuicios, del 11 de mayo de 2007, ídem “Transportes Automotores Riachuelo S.A c/ Peirano Jorge y otro s/
daños y perjuicios”).-
En el caso de autos, el perito la estimó en un 6% del monto de póliza que era de $11.400 (fs. 164). Frente a la disconformidad del
peritaje por la demandada y citada en garantía y analizado conforme las pautas reseñadas supra, debo ceñirme a lo considerado por el experto. En
consecuencia debo acoger favo­ra­blemen­te la pre­tensión contenida en el rubro subexámine. Por lo tanto­ deter­mino la correspon­diente indemni­zación
con la prudencia del caso y los elementos de juicio que me permiten hacerlo en la suma de pesos seiscientos ochenta y cuatro ($684).-
 
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.) (EJEMPLO Se rechaza partida)
Jurisprudencialmente se ha entendido que en este rubro no se dan reglas generales, ya que es tan inexacto decir que todo
choque produce desvalorización en el rodado, como que solo se da este extremo cuando se afectan partes estructurales.
Depende entre otras cosas, de las circunstancias de cada caso, la antigüedad del automóvil y del estado en que quedó luego de
ser reparado.- Para establecer la desvalorización es necesario inspeccionar el vehículo antes y después del siniestro, para
evaluar si detenta secuelas que lo deprecien en el mercado de usados y es el peritaje mecánico de gran utilidad para arribar a
estas conclusiones (conforme argumentos Excelentísima Cámara en lo Civil, Sala G, del 20 de abril de 2007, en autos: “Prado
Maule Francisco Andrés c/ Reijlin Juan Carlos s/ daños y perjuicios; ídem “Baz Ricardo Alejandro c/ General Motors de
Argentina S.A s/ daños y perjuicios, del 11 de mayo de 2007, ídem “Transportes Automotores Riachuelo S.A c/ Peirano Jorge y
otro s/ daños y perjuicios”).-
En el caso de autos, teniendo en cuenta que a la fecha del accidente el vehículo tenía diez años de antigüedad
conforme surge de la copia certificada de título de propiedad de fs. 6, que el vehículo no pudo ser inspeccionado por el experto
por motivos imputables a lo actores, lo manifestado a fs. 165 en cuanto a que en la actualidad no cuentan con el vehículo y que
no han adjuntado documentación alguna que prueba que hayan sufrido la merma aludida ut-supra en el precio de reventa,
considero que corresponde rechazar la indemnización pretendida en concepto de desvalorización venal.-
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)
ejemplo rubro Privación de Uso :
En este punto debe tenerse presente que la sola indisponibilidad del vehículo, durante el tiempo de permanencia en el taller por
el tiempo que demandan las reparaciones, implica un perjuicio que debe ser indemnizado independientemente del uso que se le diera al rodado.-
En este sentido se ha dicho que la mera privación de uso constituye un daño resarcible, presumiéndose en principio que quien
tiene y usa un automotor lo hace para llenar una necesidad y contribuir al desarrollo de sus actividades, no sólo laborativas sino de la vida en
general, y que corresponde que el “quantum” indemnizatorio sea fijado en forma equitativa por el juez (conforme argumentos de la Excma.
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala L, del 4 de junio de 2007, en autos “Graf Victor Hugo c/ Parini Alejandro s/ daños y perjuicios,
entre otros).-
Jurisprudencialmente se ha entendido que tanto el dueño como el usuario se encuentran legitimados para su reclamo (Excma.
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala M, autos: “Vega Hortal Ernesto c/Larrosa Antonio H. s/suc. Y otros s/daños y perjuicios”, del
14 de junio de 2007; ídem Sala G, “Baz Ricardo Alejandro c/ General Motors de Argentina S.A s/daños y perjuicios”, del 11 de mayo de 2007;
ídem Sala C, “Lago Carrera Julio César c/ Rios Walter s/ daños y perjuicios, del 11 de abril de 2007; entre otros).-
Por lo expuesto, la calidad de usuario del sr. Diaz analizada en rubro daños al rodado, teniendo en cuenta el dictamen del perito
ingeniero mecánico, que estima el lapso de las reparaciones entre 15 y 20 días (fs. 181, 1er. Párrafo), la magnitud de los daños, los datos de
conocimiento general; las constancias, circunstancias de la causa y el criterio jurisprudencial previsto en el art. 165, tercer párrafo del Código
Procesal, fijo el monto indemnizatorio en la suma de pesos un mil trescientos ($1300).-

 
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)

Lucro cesante
El Código reconoce el derecho a que se indemnice "el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención". Si el daño emergente es todo o cualquier empobrecimiento (el patrimonio se achica), el lucro cesante es toda o cualquier
pérdida de un enriquecimiento (el patrimonio deja de crecer). Es un daño negativo: desaparece una utilidad económica (Esto demuestra
que no todos los daños patrimoniales son daños "materiales”).

El texto es categórico en que:

(i) no es imprescindible la pérdida de dinero: puede ser cualquier beneficio económico;

(ii) no es necesaria la certeza: basta la “probabilidad objetiva”(No es posible una total seguridad: el lucro cesante pasado versa sobre algo
que no ocurrió y el lucro cesante futuro sobre algo que nunca ocurrirá).
(iii) la transitoriedad no es requisito de este rubro (Carece de base normativa el criterio que, en caso de una incapacidad, sólo tipifica
como lucro cesante a las pérdidas experimentadas durante los días de convalecencia).
También aplica lo señalado en el daño emergente: el lucro cesante puede configurar una

consecuencia inmediata o mediata y ser pasado o futuro.


DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)
Ejemplo rubro Lucro Cesante (se admite):
La reparación del daño, en el Código Civil, constituye una materia reglada, y el juez no puede abordarlos de manera antojadiza, intuitiva o desordenada y no puede, adem ás, asignar montos
que no se compadezcan con el daño sufrido por el peticionario ni conjeturar daños que no han sido suficientemente probados en el proceso.-
Así, el lucro cesante indemniza no la pérdida de una mera expectativa o probabilidad de beneficios económicos futuros, sino el daño que supone privar al patrimonio damnificado la
obtención de lucros a los cuales su titular tenía derecho, es decir, título, al tiempo en que acaece el eventus damni (Zannoni, Eduardo El daño en la responsabilidad civil, Astrea, Bs. As., 1982, p. 48). El lucro
cesante es la ganancia o utilidad de que se ve efectivamente privado el damnificado a raíz del daño. Ello implica una falta de ganancia o de un acrecentamiento patrimonial que el damnificado habría podido
razonablemente obtener de no haberse producido el daño y obviamente queda a cargo de quien lo reclama la prueba de su existencia. En relación al rubro, si bien en lo doctrinario le compete lo ya expuesto supra
en el caso de autos, el coactor Roberto Marcelo Soifer reclama por los días que el vehículo siniestrado debió o deberá estar inactivo mientras se realizaron o realizasen las reparaciones, fijando una suma
estimativa a tal efecto.-
Del escrito de demanda se desprende que el vehículo del actor era conducido por Sergio Fabio Soifer, sin especificar horario ni frecuencia.-
A fs. 263 “SACTA” informa que el rodado en cuestión se encontraba afectado a la licencia de taxi 23423 expedida a favor del Sr. Soifer Roberto Marcelo DU 12310261”.-
En este contexto, es menester destacar la ordenanza nº 41.815 del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires (BM 15/01/1987 - Adla, XLVIII-B, 2082), prescribe en el art. 1 inc. e)
que el conductor de taxi puede ser: 1. Titular de Licencia de taxi ; 2. Conductor no titular, autorizado por el Titular de Licencia de Taxi.-
Asimismo, la ley 667 (B.O. 29/11/2001 ADLA 2001-E,6187) del Poder Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires, que incorpora como art. 15 bis en el Cap ítulo V - De los Conductores de
la Ordenanza Nº 41.815, establece que: “Sólo podrán conducir vehículos afectados al servicio de taxi los titulares de la licencia de taxi correspondiente que cumplan con los requisitos del presente R égimen y los
que establezca la reglamentación, y los conductores no titulares que se encuentren debidamente habilitados a tal efecto por la Autoridad de Aplicaci ón y que cuenten con la tarjeta de conductor correspondiente al
vehículo con taxímetro conducido”.-Este artículo, ha sido modificado a su vez por la ley 787 del Poder Legislativo (B.O. 24/07/2002 – ADLA 2002-D, 4445) que agrega a lo ya dispuesto supra que “En el caso que
la tarjeta del conductor no sea la correspondiente al vehículo taxímetro conducido se procederá a dar de baja la licencia del titular del vehículo y se inhabilitará al conductor por el término de cinco (5) años para
ejercer la actividad”.- Estas normativas son las aplicables al momento del accidente reclamado en autos.-
En estas circunstancias, para la utilización del taxi por parte de un conductor no titular, necesariamente debe emanar de la licencia de habilitación expedida por el G.C.B.A. a través de
S.A.C.T.A. (Sociedad Argentina de Control Técnico de Automotores), (CNCiv, Sala B, Ursino, Juan c/ Línea 22 S.A. y otro, del 23/05/2007) cuestión que no se da en el presente caso, ya que según surge de las
constancias de autos sólo se prueba que la licencia se encontraba a nombre del mencionado coactor.-
Por lo expuesto, teniendo en cuenta el dictamen del perito ingeniero mecánico, que estimó el lapso de las reparaciones del automóvil en aproximadamente 30 días (fs. 203, ptos. 7), la carencia o
falta de disponibilidad de un bien integrante del patrimonio durante el lapso por el cual duran las reparaciones, conforme lo narra el actor al solicitar el rubro privación de uso, lo informado por SACTA; los gastos que
irriga el uso del vehículo, lo expuesto por la Unión de Propietarios de Autos de Taxi a fs. 153 , en los puntos 1, 2 y especialmente en el 3; los datos de conocimiento general, las constancias y circunstancias de la causa y
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)
(se rechaza)
De la lectura del dictamen confeccionado por el perito ingeniero resulta que “…el horario de los prestadores del servicio de reparación a vehículos de transporte público en
áreas urbanas suele ser nocturno…una reparación de esta característica se realiza en una, dos o tres noches de tiempo inactivo del ómnibus…”.-
Sin embargo, considero que ello nada prueba, pues no acredita que la actora como consecuencia del lapso de indisponibilidad de uso del interno siniestrado, motivado por
las reparaciones a las que fue sometido, haya padecido un lucro cesante.-
No cabe admitir el lucro cesante por el sólo hecho de que la unidad siniestrada de la empresa de transporte se haya visto obligada a permanecer fuera de servicio para
efectuarle reparaciones, debido a que lo normal es que los pasajeros sean absorbidos por otras unidades.
Cuando se trata del retiro de circulación de un vehículo de transporte colectivo de servicios públicos, el lucro cesante no puede presumirse, pues es norma que, en tal situación, se lo reemplace por
otro, sin alterarse la eficacia del servicio y el número de usuarios. (Transportes Avenida Bernardo Ader S.A. c/Micro Omnibus Quilmes S.A. s/daños y perjuicios- CNCIV - Sala F – N° de
Recurso: F184295 - Fecha: 19-6-1996).-
Cuando la damnificada es una empresa de transporte que cuenta con una flota de vehículos, y que se encuentra usualmente constreñida a cumplir una determinada frecuencia
o regularidad en los recorridos, la indisponibilidad de uno de sus automotores por razón de las reparaciones a que debió ser sometido no ocasiona inexorablemente una pérdida de ganancias. En
efecto, es posible que éstas se obtengan igualmente, sea a través del reemplazo de la unidad por otra adicional, sea por la intensificación de la actividad con el parque automotor restante. La otra
posibilidad (es decir, la real frustración de un lucro por no poseer en la emergencia un ómnibus sustitutivo o por no ser factible satisfacer el mismo servicio con los demás) no pasa de ser una
posibilidad o conjetura, que no reviste el grado de seria probabilidad o el umbral mínimo de certeza exigible en el lucro cesante. La situación característica de tal género de empresas no autoriza a
presumir el cese o la limitación de ganancias, pues la propia organización contiene la previsión de desperfectos de las unidades y el arbitrio de su reemplazo, sin menoscabo de la prestación
regular del servicio y de su correlativa productividad económica. Si se aduce un contexto distinto, así debe probarse, sin que corresponda una inferencia 'in genere' y prescindente de las
circunstancias del caso. (Zavala de González, Matilde; "Resarcimiento de daños". Tomo 1. “Daños a los automotores”, 1° Ed., 3° reimpr., Hammurabi, 2003, p. 162).-
De allí que nada deba indemnizarse en concepto de lucro cesante ante la imposibilidad de utilizar el rodado accidentado o dañado durante un lapso que resultó breve, a lo
que se suma que el siniestro acaecido es una eventualidad no ajena al esquema de organización del servicio público de transporte y que en nada debería repercutir, tanto en la prestación regular del
servicio, como así tampoco en la productividad económica de las empresas de transporte. Además, todo lo dicho se colige con lo dispuesto en la resolución 21/2001, que reglamenta el Transporte
público de pasajeros de carácter urbano y suburbano de jurisdicción nacional y en donde se establece, entre otras cosas, un parque móvil mínimo.- Por lo tanto y, toda vez que el
lucro cesante invocado no fue acreditado, sólo cabe su rechazo.-
DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.)

Chances
Constituye un rubro autónomo (en su caso, acumulable al daño emergente y al lucro cesante).

Puede manifestarse de dos maneras:

(i) Chance positiva: se elimina la probabilidad de un evento favorable. Es la hipótesis tradicionalmente reconocida. Por ejemplo, la chance de
ayuda futura que causa la muerte de un hijo (art. 1745, inc. c). O, en el ámbito laboral, cuando el accidente priva a la víctima de la posibilidad
futura de ascender en su carrera ( CSJN, 8-4-2008, “Arostegui, Pablo Martín c/Omega Aseguradora de Riesgos del Trabajo SA y Pametal
Peluso y Compañía SRL y otro s/Inconst. art. 39, LRT", Fallos. 331:570; 10-8-2017, "Ontiveros, Stella Maris c/Prevención ART SA y otros
s/Accidente, inc. y cas.", Fallos: 340:1038).
No desaparece un beneficio, sino algo cualitativamente menos importante: la oportunidad de obtener un beneficio.

(ii) Chance negativa: se genera la probabilidad de un evento desfavorable. Por ejemplo, la situación de inferioridad comparativa en que
quedará un incapacitado si en el futuro pierde su empleo ( CSJN, 7-9-93, “Maldonado, Jorge Roberto c/Valle, Héctor y otro s/Accidente, acción
civil", Fallos: 316:1949; 10-8-2017, “Ontiveros, Stella Maris c/Prevención ART SA

y otros s/Accidente, inc. y cas.", Fallos: 340:1038.


DAÑOS PATRIMONIALES (art. 1737/1738 1º pár.) (ejemplo rubro perdida de chance)
Pasando a analizar la pérdida de chance, es importante diferenciarla del lucro cesante ya analizado, ya que si bien son conceptos que se ubican dentro del daño
patrimonial, son distintos los grados de certidumbre del daño.-
El jurista francés Philippe Le Tourneau ha sostenido en referencia a los mencionados rubros, que "el lucro cesante no puede ser confundido con la pérdida de
chance: el lucro cesante es una pérdida de ganancia cierta mientras que la pérdida de chance es una pérdida de ganancia probable (Droit de la responsabilité et des
contrats, Dalloz, París, 2004, p. 361).-
También se ha dicho que el lucro cesante invariablemente habrá de consistir en una ganancia dejada de percibir, en tanto que la pérdida de chance puede estar
configurada por una ganancia frustrada y además por frustración de una posibilidad de evitar un perjuicio (Resalís, M – Magri, E – Talco, G, La pérdida de la chance
y sus notas tipificantes, LA LEY, 2005-C, 97).
Así, la pérdida de la chance -del francés: ocasión o posibilidad- es un daño cierto, por tanto resarcible, por el cual se pretende la reparación por la probabilidad
de éxito frustrada; aunque no es más que una consecuencia mediata que permanece siempre en grado de probabilidad (Bustamante Alsina, "La pérdida de una chance
es una consecuencia mediata, previsible y por lo tanto solamente resarcible en caso de incumplimiento malicioso", LA LEY, 1993-D, 207.).-
Para que esta pretensión prospere la actora debió probar: que el negocio generador de ventajas era realizable; que la posibilidad de realización del negocio se
frustró - el daño es entonces, la pérdida de la posibilidad de éxito o chance- ; y por último, que tal fracaso tiene como causa el accionar de los demandados.-
Sobre esta base, no le asiste razón a la actora por cuanto el daño material que pretende - la pérdida de la chance- no ha sido debidamente acreditado; máxime
cuando la ley le impone la carga de probar aquello que pretende (art. 377 Código Procesal).-
En síntesis, toda vez que la actora no ha probado el daño, no corresponde acordar indemnización sobre la base de simples conjeturas sin que medie la prueba
indispensable del perjuicio real y efectivamente sufrido dado que no puede acordarse derecho a una indemnización sobre la base de suposiciones. De otro modo, la
sola circunstancia del accionar — cuanto menos— negligente de los demandados no constituyen presunción de daño a favor de la actora.-
DAÑOS A LA PERSONA 1737/ 1738 2º pár. Que estén al final de la norma no significa que deban estar
al final del reclamo, la vida y salud importan más que los bienes materiales.

La “violación de los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud


psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su
proyecto de vida, ”deberán ser evaluadas, en principio, como rubros conceptualmente autónomos.
Para determinar, luego, si tienen también autonomía resarcitoria, deberá valorarse si sus
implicancias no fueron consideradas ya como daño emergente, lucro cesante o pérdida de chance.
•“En caso de lesiones o incapacidad permanente,
física o psíquica, total o parcial, la indemnización
debe ser evaluada mediante la determinación de un
capital, de tal modo que sus rentas cubran la
disminución de la aptitud del damnificado para
ARTÍCULO 1746.- realizar actividades productivas o económicamente
valorables, y que se agote al término del plazo en
Indemnización que razonablemente pudo continuar realizando tales
actividades. Se presumen los gastos médicos,
por lesiones o farmacéuticos y por transporte que resultan
razonables en función de la índole de las lesiones o
incapacidad la incapacidad. En el supuesto de incapacidad
física o psíquica. permanente se debe indemnizar el daño aunque el
damnificado continúe ejerciendo una tarea
remunerada. Esta indemnización procede aun
cuando otra persona deba prestar alimentos al
damnificado.”
ART. 1746

RENTA
disminución de la aptitud del
damnificado para realizar
actividades productivas o
económicamente valorables,
determinación de un capital

y que se agote al término del


plazo en que razonablemente
pudo continuar realizando
tales actividades
PRESUNCIÓN
Gastos médicos,
Incapacidad
farmacéuticos, transportes
Relación de causalidad

Continuación actividad
remunerada irrelevantes
Obligación alimentaria
Confusiones muy típicas

Al respecto, he señalado en diversos antecedentes que la confusión entre


“daño psíquico” y “daño moral”, no es admisible, pues se tratan de
conceptos disímiles. El primero es un típico daño patrimonial, el cual se
configura al padecer la persona un menoscabo patológico en la salud
psíquica, que se integra al concepto de “incapacidad sobreviniente”.
El daño moral, en otro orden, es de naturaleza extrapatrimonial y
repercute en los sentimientos e interioridad del reclamante, generando
un daño en las legítimas afecciones, y siguiendo esta postura se ha
señalado que:”el daño psicológico resulta independiente del daño moral”
(CNCiv. Sala E, 20-12-97, Laniado I. c/ Rusell s/ ds. y ps.).
- Incapacidad sobreviniente. Tratamiento futuro.
i.- En la anterior instancia el juzgador acordó la suma de $600.000 -monto comprensivo del daño físico y psíquico- y la de $38.400 para solventar el tratamiento psicológico. Desestimó la partida por rehabilitación física, en tanto la perito médico concluyó
que, dado el tiempo transcurrido, no modificaría las secuelas halladas.
El actor se agravia de la consideración del colega de grado, respecto a la carencia de autonomía del daño psíquico. Aduce que el daño físico debe indemnizarse separadamente del daño psíquico, ya que ambos son compartimentos independientes de la
salud de una persona, debiendo determinarse una partida indemnizatoria para cada rubro. Por otro lado, cuestiona por exiguo el monto concedido de acuerdo a los padecimientos sufridos y sus condiciones personales. Objeta también el monto concedido
por tratamiento futuro, el cual dice que es insuficiente para su resarcimiento.
La aseguradora tilda de excesivo el monto concedido. Aduce que el accidente fue de mínima entidad y que no hubo incapacidad, con lo cual no se justifican las sumas indemnizatorias otorgadas.
ii.- En primer lugar, señalaré que el magistrado explicó que evaluaría los rubros en forma conjunta, toda vez que, en definitiva, se trata -tanto la merma física como la psíquica- de conceptos que remiten a diversos aspectos del daño a la persona consistente
en la disminución de sus aptitudes. Ello, en modo alguno impide considerar que el magistrado haya quitado autonomía al daño psíquico, sino que para su justipreciación tuvo en cuenta ambas incapacidades.
De tal forma, cabe señalar que la circunstancia de que se considere que el daño a la salud sea único y se lo trate en forma global dentro de la incapacidad sobreviniente, sea que se lo incluya al valorar los daños extrapatrimoniales, o por el contrario se
indemnicen por separado las secuelas de orden psicológicas comprobadas, es una cuestión secundaria si ello no importa un menoscabo al resarcimiento económico fijado. Es que lo que realmente interesa es tratar de colocar al damnificado en la misma
situación en que se hallaba antes del suceso dañoso, a lo que debe apuntarse con independencia de los términos o expresiones utilizadas y sin caer en dogmatismos estériles que impidan el acceso a una solución justa e integral.
En función de lo expuesto, no advierto que lo resuelto cause agravio al apelante, por lo que corresponde desestimar las quejas formuladas.
iii.- Es menester destacar que la incapacidad consiste en la inhabilidad o impedimento o bien la dificultad apreciable en algún grado para el ejercicio de funciones vitales (ver Zavala de González, M. Daños a las personas-Integridad psicofísica, Tomo 2ª,
página 289).-
Así, la incapacidad sobreviniente “se traduce en una disminución de las aptitudes físicas de la víctima para sus actividades no sólo laborativas sino también en todo su ámbito de relación y se verifica cuando las secuelas no son corregibles luego de
realizados los tratamientos médicos respectivos, es decir cuando no existe posibilidad de lograr recuperación del estado de salud del que gozaba la persona con anterioridad al suceso dañoso. Así es que, para que esta indemnización prospere debe
contemplarse una pérdida o aminoración de las potencialidades del sujeto que lo afectan no sólo en su vida presente sino también en sus posibilidades futuras” (CNCiv, esta Sala, mi voto en libres nº 44555/2015 del 23/9/20; nº 81136/14 del 23/2/21; nº
9094/2015 del 3/3/21, nº 114443/2008 del 11/3/21, nº 17811/2009 del 11/3/21; nº 28104/2018 del 16/3/21; nº 22760/2017 del 25/3/21, entre muchos otros)
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido que cuando el perjudicado resulta disminuido en sus facultades físicas o psíquicas de manera permanente, esta incapacidad debe ser objeto de reparación al margen de que desempeñe o no una
actividad productiva, pues tal integridad tiene en sí misma un valor indemnizable y su lesión afecta diversos aspectos de la personalidad que hacen al ámbito doméstico, social, cultural y deportivo con la consiguiente frustración del desarrollo pleno de la
existencia (Fallos. 308:1109; 312:2412).
Así, expondré –en concreto- el marco bajo el cual emprenderé la tarea cuantificadora cuestionada.-
Específicamente en relación con el principio de resarcimiento integral, sin perjuicio de las pautas generales que analizaba antes de la reforma del Código Civil y Comercial, es aconsejable tener en cuenta como indicio, lo que el nuevo código nos dice al
respecto. Así, el art. 1740 Código Civil y Comercial establece que la reparación del daño debe ser plena, restituyendo la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. Asimismo, el art. 1746 del
mencionado código, establece pautas para la indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica, total o parcial, admitiendo la presunción de la existencia de los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resulten razonables en función de
la índole de las lesiones o la incapacidad.­
Ahora, no debe soslayarse que este art. 1746 hace referencia a la adopción de determinadas pautas que parecen dar cuenta que debe emplearse un criterio matemático para calcular la indemnización. En efecto, establece como directiva que la
indemnización debe consistir en una suma de capital que, debidamente invertido, produzca una renta que permita al damnificado continuar percibiendo durante su vida útil una ganancia que cubra la disminución de su aptitud para realizar actividades
productivas o económicamente valorables, y que se agote al término del plazo que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades. Como se advierte, esta fórmula, prevista para el caso de incapacidad permanente, en base a la función
resarcitoria (arts. 1708 y 1716), al principio de inviolabilidad de la persona humana (art. 51) y al de la reparación plena (art. 1740), todos ellos objetivos de la responsabilidad civil, en conjunto con el deber de prevención (arts. 1708 y 1710) podrá ser un
elemento a seguir para cuantificar también el perjuicio producido (conf. Galdós, en Lorenzetti (dir) “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, 1º ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2015, p. 294). Se trata de una herramienta, de una verdadera
Así, expondré –en concreto- el marco bajo el cual emprenderé la tarea cuantificadora cuestionada.-
Específicamente en relación con el principio de resarcimiento integral, sin perjuicio de las pautas generales que analizaba antes de la reforma del Código Civil y Comercial, es
aconsejable tener en cuenta como indicio, lo que el nuevo código nos dice al respecto. Así, el art. 1740 Código Civil y Comercial establece que la reparación del daño debe ser plena,
restituyendo la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. Asimismo, el art. 1746 del mencionado código, establece pautas para
la indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica, total o parcial, admitiendo la presunción de la existencia de los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resulten
razonables en función de la índole de las lesiones o la incapacidad.­
Ahora, no debe soslayarse que este art. 1746 hace referencia a la adopción de determinadas pautas que parecen dar cuenta que debe emplearse un criterio matemático para calcular la
indemnización. En efecto, establece como directiva que la indemnización debe consistir en una suma de capital que, debidamente invertido, produzca una renta que permita al
damnificado continuar percibiendo durante su vida útil una ganancia que cubra la disminución de su aptitud para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y que
se agote al término del plazo que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades. Como se advierte, esta fórmula, prevista para el caso de incapacidad permanente, en base a
la función resarcitoria (arts. 1708 y 1716), al principio de inviolabilidad de la persona humana (art. 51) y al de la reparación plena (art. 1740), todos ellos objetivos de la
responsabilidad civil, en conjunto con el deber de prevención (arts. 1708 y 1710) podrá ser un elemento a seguir para cuantificar también el perjuicio producido (conf. Galdós, en
Lorenzetti (dir) “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, 1º ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2015, p. 294). Se trata de una herramienta, de una verdadera pauta
orientadora para lograr acercarse en forma objetiva a la reparación adecuada, pero que no descarta la aplicación de las particularidades del caso que son, justamente, las que permiten a
los jueces resolver con justicia cada situación individual.­
Es decir, a ese fin, es prudente acudir como pauta orientativa a criterios matemáticos para su determinación, si bien tomando los valores que arrojan esos cálculos finales como
indicativos, sin resignar las facultades que asisten al órgano judicial para adecuarlos a las circunstancias y condiciones personales del damnificado, de modo de arribar a una solución
que concilie lo mejor posible los intereses en juego. Criterios semejantes, aunque resistidos por muchos, distan de ser novedosos (cfr. Iribarne, H éctor en “Derecho de Daños”,
primera parte, Directores Trigo Represas, Stiglitz, Ed. La Roca, Bs. As,1996, pág. 191 y sgtes.).­
iii.- En este contexto, tendré en cuenta además y a los fines de cuantificar el monto indemnizatorio 1) que el accidente ocurrió el 25 de enero de 2016, cuando el actor tenía 27 años de
edad -fecha de nacimiento 22.8.1988-2) que se encuentra acreditado que al momento del accidente el actor se desempeñaba como empleado administrativo en una concesionaria con un
ingreso mensual, al momento de los hechos, de $8.000 (fs. 258 vta, 268 y 274/275); 3) una tasa de descuento del 5% anual que representaría el adelanto por las sumas futuras,
equivalente a la que se podría obtener de una inversión a largo plazo; 4) el período a computar que estaría dado hasta la edad productiva de la víctima que se estima en 75 años, 5)
finalmente, la incapacidad estimada por los peritos designados en autos.
Veamos. Quedó acreditado en la causa que como consecuencia del hecho denunciado el actor fue trasladado ese mismo día a las 20 hs por el SAME al hospital Piñeiro de esta ciudad (fs. 188),
institución en la que fuera atendido por el servicio de emergencia por traumatismo de pierna y mano izquierda y excoriaciones (fs. 125). Se le realización radiografías -que no evidenciaron
lesiones óseas-, se inmovilizó su pierna con valva de yeso y dieron pautas de alarma (fs. 214).
Se anotó en la pericia que, al examen físico, se observa en el Sr. Sánchez tobillo izquierdo levemente aumentado de tamaño, dolor a la palpación del maléolo tibial izquierdo, evidenciándose
leve edema; también se observa disminución del tobillo y pie izquierdos, y leve disminución del trofismo y tono en pantorrilla izquierda. La sensibilidad y fuerza se encuentra conservada en
ambos miembros inferiores, con marcha eubásica y pudiendo adoptar la posición de cuclillas (fs. 213 vta).
También se dejó constancia que el actor continuó su atención por Galeno ART (fs. 107/108), realizó una resonancia de tobillo y pie izquierdo, que informó aumento del líquido en la
articulación tibio peroneo astragalina, edema óseo en los extremos articulares, importante edema de partes blandas sin lesiones ligamentarias (fs. 214 vta).
Sánchez evolucionó con infección en la zona (celulitis), permaneciendo con medicación antibiótica y control por infectología durante un mes. Realizó rehabilitación fiosiokinésica y le
otorgaron el alta con fecha 26.2.2016. Por último, las lesiones por quemadura de pierna izquierda evolucionaron favorablemente sin dejar cicatrices evidentes (fs. 214 vta).
Tras analizar los estudios complementarios (Rx de ambos pies y rodillas, ecografía de partes blandas de pie y tobillo izquierdo) la Dra. Mirta Cristina Quintieri indicó que las limitaciones
funcionales articulares en el tobillo y pie izquierdo le producen discomfort al actor en la realización de actividades cotidianas, tanto laborales, como sociales y recreativas (fs. 214 vta).
Agregó que tales secuelas guardan relación causal con el accidente (fs. 215) y que no está indicado tratamiento de rehabilitación (fs. 215 vta).
Concluyó la auxiliar que el actor presenta una incapacidad física parcial y permanente del orden del 8% de la T.O. ( fs. 214 vta).
iv.- El informe fue impugnado por la aseguradora a (fs. 219). Al evacuar el traslado, la perito ratificó sus conclusiones (fs. 224 vta).
Corresponde señalar que el dictamen se encuentra debidamente fundado en tanto las lesiones constatadas encuentran sustento en el examen físico y estudios complementarios, correlacionados
con la atención médica brindada por el hospital Piñeiro y la atención dispensada por su ART.
Ello así, en la medida que no advierto que se hayan demostrado errores que autoricen a desmerecer el informe y atento que sus conclusiones resultan robustecidas por el apoyo de otros
elementos probatorios –constancias de atención médica y estudio radiológico que permiten correlacionar el incidente con las secuelas detectas-, admito el dictamen pericial referido en los

términos del art. 477 del CPCC.


v-. El daño psíquico reposa predominantemente en la subjetividad de la persona, trasciende en actitudes y comportamientos, y a veces tiene tambi én manifestaciones somáticas. La lesión psíquica implica un
desequilibrio patológico, diagnosticable por la ciencia médica, que se traduce en disturbios que disminuyen en la persona, sus aptitudes laborales e inciden en su vida de relación.
El daño psicológico debe ser considerado una especie del daño patrimonial, que produce un menoscabo a la integridad psicofísica de la persona y a su estructura vital; que importa una merma o disminución de su
capacidad psíquica. Para que ésta sea indemnizable en forma independiente del daño moral, debe ser consecuencia del accidente por el que se reclama y ser coherente con éste, además de configurarse en forma
permanente.
En este sentido, como ya he sostenido en otros fallos, el daño psíquico configura un detrimento a la integridad personal, por lo que para que este sea indemnizado independientemente del moral, debe producirse
como consecuencia del siniestro de autos y por causas que no sean preexistentes al mismo. Ello se da en una persona que presente luego de producido el hecho, una disfunci ón, un disturbio de carácter psíquico.
En conclusión, que muestre una modificación definitiva en la personalidad que la diferenciaba de las demás personas antes del hecho; una patología psíquica originada en éste que permita que se la reconozca
como un efectivo daño a la integridad psicofísica y no simplemente una sintomatología que sólo aparezca como una modificación disvaliosa del espíritu, o de los sentimientos, que lo haría encuadrable tan sólo en
el concepto de daño moral.
De los elementos probatorios obrantes en autos, encuentro pertinente tratar el peritaje psicológico efectuado por la perito psiquiatra Estela Wainfeld (fs. 199/203).
Luego de realizar la entrevista con el actor, explicó que el accidente le produjo una merma en su aptitud física, con cambios en su estado de ánimo, desgano, falta de energía y tendencia frente a situaciones que
antes no se lo producían; por otra parte, sus relaciones sociales y de amistad han mermado (fs. 202).
Indicó que los cambios que se produjeron luego de la situación traumática sufrida y las consecuencias físicas, produjeron perturbaciones psíquicas que tienen relación causal con el accidente (fs. 202).
Concluyó que presenta un trastorno por depresivo de grado moderado (fs. 202) que le ocasiona un 10 % de incapacidad psíquica, parcial y permanente, de acuerdo al baremo para daño neurológico y Psíquico de
los Dres. Castex y Silva (fs. 203). Asimismo, sugirió la realización de un tratamiento psicoterapéutico individual por al menos 12 meses con frecuencia de una sesión a la semana y un costo por sesión de $800.
vi.- Al evacuar la impugnación efectuada por la aseguradora, la perito (fs. 207/209) señaló que en el caso no fue necesario la realización de estudios complementarios -utilizados en casos de dudas diagnósticas o
para descartar o confirmar lo que se observa y diagnostica clínicamente-, siendo suficiente el material que aportó la exploración psíquica. Añadió también que el actor no tiene antecedente de patología psíquica
(fs. 231)
Las secuelas detectadas por la auxiliar, contrariamente a lo alegado, han quedado objetivadas por la auxiliar con la entrevista como as í también su relación causal con el accidente sufrido. Por lo expuesto, habré
por tanto de atenerme a las conclusiones de la auxiliar.
vii.- Expuesto ello, en esas pautas orientativas que se viene haciendo referencia, hay distintas fórmulas, que a su vez arrojan distintos valores, conforme se podrá observar infra. En primer lugar se verá la
fórmula de Bahía Blanca y es así conocida pues en el Departamento Judicial de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, se ha difundido la aplicación de la misma que, en términos generales comparte las
mismas variables y relaciones que la de Vuotto y Méndez.

 
Ahora bien, sin soslayar los números que el uso de las fórmulas arroja, como ya fuera mencionado, aquello no conlleva a
prescindir de otras circunstancias que rodean el caso. Por lo demás no debe perderse de vista la proyección de tal
incapacidad sobre su personalidad integral y la incidencia en la vida de relación y su seguridad personal.
De tal forma y teniendo en cuenta que las consecuencias físicas detalladas sin dudas complejizaron el cuadro de vida de
referencia, lo cierto es que, en mi opinión, la suma justipreciada por el anterior sentenciante por incapacidad psicofísica
resulta reducida a la luz de las restantes pautas objetivas especificadas. -
Basta remitirse, para el caso, a lo que los resultados del uso de las fórmulas ponen en evidencia.
viii.- Tocante a las quejas de los accionantes respecto al tratamiento psicológico, corresponde tener presente que se tendrá en
cuenta el valor aproximado de una sesión a la época de la sentencia de primera instancia, no solo porque se los va a
considerar como un gasto futuro, sino también porque los jueces tenemos que tener en cuenta las circunstancias actuales en
las que, día a día, vivimos en la sociedad.
ix.- Por ello, si mi voto fuese compartido, propiciaré al Acuerdo confirmar el monto concedido en la instancia anterior por
incapacidad psicofísica. En relación al tratamiento psicológico, entiendo reducido el monto concedido en la anterior
instancia, proponiendo elevarlo a la suma de $48.000.
 
ARTÍCULO 1740.- Reparación plena

La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación del

damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. La

víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible,

excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso de daños

derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a pedido de

parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del

responsable.
FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL (ART. 19 CN)

Corte Suprema de Justicia de la Nación • 05/08/1986 • Santa Coloma, Luis F. y otros c. Empresa Ferrocarriles
Argentinos • LA LEY 1987-A , 442 • AR/JUR/611/1986
“La sentencia que desconoció a los padres de tres menores que fallecieron en un accidente ferroviario el derecho a
una indemnización por daño material y redujo sustancialmente el resarcimiento del daño moral lesiona el principio
del "alterum nom laedere" que tiene raíz constitucional —art. 19 de la Constitución Nacional— y ofende el sentido
de justicia de la sociedad, cuya vigencia debe ser afianzada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dentro
del marco de sus atribuciones y en consonancia con lo consagrado en el preámbulo de la Carta Magna.”
CS “Ontiveros” (2017)

• el derecho a una reparación integral -cuyo reconocimiento busca


obtener la actora- como el derecho a la integridad de la persona
en su aspecto físico, psíquico y moral y el derecho a la vida que
enlaza a los dos primeros, se encuentran reconocidos por el plexo
convencional incorporado al art. 75, inc. 22, de la Constitución
Nacional (conf. arts. I de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre; 3° de la Declaración Universal de
Derechos Humanos; 4°, 5° y 21 del Pacto de San José de Costa
Rica y 6° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos;
Fallos: 335:2333).
ART. 1741. INDEMNIZACION DE LAS
CONSECUENCIAS NO PATRIMONIALES (daño
moral)
Está legitimado para reclamar la indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su muerte o sufre gran

discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las circunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían

con aquél recibiendo trato familiar ostensible.

La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste.

El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las sumas reconocidas.
CONCLUSIÓN
Este modo de regular el daño resarcible lleva a interrogarse sobre cuál es la relación entre ambos artículos y qué se entiende por daño en el Código Civil y
Comercial: si la lesión a un interés o las consecuencias dañosas de la lesión.
El artículo 1737 define al daño en sentido amplio como daño lesión o daño evento, pero, para que este sea indemnizable, debe provocar consecuencias dañosas
como las enumeradas en el articulo 1738, bajo el título indemnización. Es decir, para que el daño sea resarcible, es insuficiente que se haya lesionado un derecho
o un interés no reprobado. La resarcibilidad de la lesión requiere que esta haya provocado consecuencias dañosas en la persona o en su patrimonio. La lesión en
sí misma no es indemnizable. Ello surge del articulo 1738, que refiere a la indemnización y detalla las consecuencias resarcibles.
Luego, se corrobora con el artículo 1741 que se titula “indemnización de las consecuencias no patrimoniales” y el articulo 1745, que reglamenta la
indemnización por fallecimiento, así como el articulo 1746, que contempla la indemnización por lesiones o incapacidad física y psíquica. Se podría afirmar que
los artículos de esta sección cuarta, que refieren a la “indemnización”, aluden al daño resarcible, en sentido estricto, como consecuencias dañosas de la lesión.
De tal modo, de las normas citadas surge que el daño es la lesión a un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico pero que la indemnización requiere que
esa lesión a un interés haya provocado consecuencias nocivas.

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