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Una de las principales relaciones conflictivas en el siglo XVII se presentó entre los virreyes y los obispos, particularmente
los de México y Puebla
Los obispos eran muy respetados por lo que su opinión era muy importante para la población, es decir tenia mucha
autoridad. El rey aceptaba que los obispos fueran poderosos, pues que le permitía tener un contrapeso al poder de los
virreyes en caso de que actuaran de mala manera
Por ello, constantemente hubo tensión entre estas autoridades. Tenían desacuerdos por la toma de decisiones, o poque una
autoridad interferia en los ámbitos de gobierno de otra.
Los enfrentamientos entre virreyes y arzobispos fueron graves en 1624, 1642 y 1692. El primero y el ultimo ocasionaron
grandes motines en la Ciudad de México. En estos conflictos los miembros de la audiencia jugaban un papel muy
importante, pues su apoyo era determinante para obtener la victoria
Actores, conflictos y rebeliones
en el siglo XVII
Los criollos, no obstante, lograron obtener
algunos puestos en los gobiernos,
particularmente en los cabildos y en los
oficios de corregidor. Esto contribuyo a que se
conformaran importantes grupos de poder
local que controlaron diversos aspectos de la
vida política y económica por ejemplo el
comercio regional y el abasto de productos
para las ciudades.
Los conflictos y el malestar no fueron
exclusivos de las elites del virreinato, Entre
los sectores populares los más marginados y
explotados, se presentaron también grandes
problemas
Venta de cargos y corrupción