Está en la página 1de 95

EL AMOR DESDE EL

PSICOANÁLISIS
¿POR QUÉ NOS ENAMORAMOS?

Psi. María Soledad Terán Pineda


El proceso de elección de pareja se
fundamenta en 3 bases.

• El objeto perdido
• El complejo de
Edipo
• Las vivencias
infantiles
EL OBJETO PERDIDO. EL PARAÍSO
PERDIDO.
Para el psicoanálisis el objeto se constituye como objeto en la
medida en que falta, es decir en la medida en que hay un vacío.
El objeto NO se constituye a partir de las experiencias sucesivas,
evolutivas y madurativas por las que el niño va transitando, sino
que se recorta sobre un fondo de ausencia. Es decir, no es el
objeto que seguro evoca tu mente cuando escuchas el
significante objeto.
Se trata de una existencia que está ausente, pero que es el
origen de todo.
El objeto, en psicoanálisis, remite

siempre a una falta de objeto. Y

esta falta de objeto, en Freud, remite,

además de una falta, a una pérdida

originaria. Freud postula la pérdida

originaria de un objeto que marcará

y enmarcará todo el surgimiento y

desarrollo del psiquismo humano.


LA EXPERIENCIA DE SATISFACCIÓN
En el “Proyecto de una psicología para neurólogos”

Freud habla de las experiencias de satisfacción. Son

previas a la adquisición del lenguaje, son previas al

acceso al universo del símbolo, es decir que

podríamos situarlas en un contexto donde lo

predominante es lo real, o sea la experiencia pura.


Sintetizando, podemos suponer que es el impacto que sucede en un organismo biológico afectado
por sensaciones: de dolor, de placer, algunas provenientes desde el exterior, otras procedentes
desde el mismo organismo, y sin contar aún con el bagaje simbólico suficiente como para poder
discriminar, discretizar, reconocer dichas experiencias.
Cuando el acceso al lenguaje ya lo permite, de estas primeras
experiencias se desprenden dos porciones. Una, dice Freud, no
asimilable (imposible de simbolizar, imposible de ser representada
en palabras) que queda apartada del pensamiento y se mantiene
coherente, constante como una cosa. La otra, la derivada de los
atributos, de las cualidades de esa cosa, porción que será
conocida por el yo y que podrá ser comprendida gracias a la
intervención del lenguaje.
Este distanciamiento producido por el lenguaje
–distanciamiento de esa cosa real-, esta
exclusión de lo real por la introducción de lo
simbólico, va a consistir en la piedra
fundamental sobre la que surgirá el
psiquismo y se constituirá el sujeto humano.

Ese goce primitivo de la cosa es excluido


por el advenimiento del lenguaje, y aquellas
experiencias –ahora irrepetibles desde la
intrusión del lenguaje- aquel goce primario,
quedará ahora como un agujero, como una
falta.
A partir de allí no sólo surgirá la posibilidad del pensamiento, sino
que este objeto perdido-perdido desde las coordenadas del
advenimiento del lenguaje será el punto inicial, a la vez lógica y
cronológicamente, de la organización del mundo en el psiquismo.
Si Freud da tanta importancia a esta pérdida inaugural es
porque a partir de allí el sujeto humano no hará sino intentar
reencontrar aquel mítico objeto de sus primeras experiencias
de satisfacción.
Entonces, es la búsqueda de aquello
perdido lo que posibilita el encuentro
con otros objetos. En realidad, el
planteo freudiano tiene un matiz que a
veces pasa desapercibido, y es el
siguiente: en cada encuentro con un
objeto es como si el sujeto tratase de
repetir aquella experiencia primitiva.
Visto así, es el encuentro el que lanza a la
búsqueda –y no la búsqueda la que lleva
al encuentro.
De allí podemos deducir una característica
esencial: si todo encuentro lleva a una
búsqueda de aquel mítico objeto que ya no
existe, es porque en última instancia todo
encuentro, toda relación a un objeto tiene un
fondo de insatisfacción.
Podríamos enunciarlo así: en toda
relación de satisfacción hay un
resto de insatisfacción que
relanza el circuito. Y gracias a
este resto de insatisfacción que
relanza el circuito, el sujeto irá
explorando el mundo de objetos y
por ende irá constituyendo su
realidad.
En el Seminario 10 sobre la angustia, Lacan termina de formalizar
el objeto a planteándolo como un resto que cae de la operación de
constitución del sujeto, es decir que el sujeto pasa a existir
simbólicamente. Pero hay algo que no termina de poder ser
incluido en la simbolización y, como venimos considerando,
tampoco es imaginable, por tanto, es un Real residual presentado
como un resto algebraico, producto de la operación de constitución
del sujeto en el campo del Otro del significante.
LOS CUIDADOS MATERNOS
(o del cuidador primario)
A través de Los cuidados maternos, la madre procura responder a cientos
de necesidades que aparenta requerir el bebé. A través de estos cuidados
se instauran cientos de huellas. Y pues al tratar de responder desde lo
simbólico algo que pareciera cien por ciento biológico, siempre va a haber un
resto no simbolizable. De hecho, este es el momento donde se puede rastrear
las antípodas tanto del deseo como de la pulsión.

Estas marcas habitarán en una persona por el resto de su vida.


Determinarán aquello inexplicable en torno a su elección de pareja, en torno
incluso a gustos sexuales muy particulares.
Winnicott pone en evidencia que el
objeto transicional aparece en el
tiempo del destete. La madre impone
una distancia con su bebé para sacarlo
de su ilusión de fusión. Este tiempo es
vivido por el bebé como una
frustración intolerable. En efecto el
bebe se da cuenta que la satisfacción
de sus pulsiones físicas y psíquicas
depende de algo que lo rebalsa.
El bebé pasa de una relación de fusión segura a una relación
objetal. Esta distancia instaurada es una brecha en toda su
potencia. Este pecho nutricio satisfaciendo sus pulsiones físicas y
libidinales es, en verdad, un objeto exterior a él, del que él
depende. Una angustia importante nace, es por esto que el niño
se va a apegar a un objeto especifico, EL OBJETO
TRANSICIONAL. Este va a devenir el soporte que permitirá
canalizar esa angustia.
El niño ha percibido y se ha introyectado varias
características propias de su madre que va
a proyectar en este objeto para que se vuelva
en un substituto materno. Este objeto le ayuda
al niño vivir mejor su angustia y poder transitar
del principio del placer al principio de realidad.

Por eso Lacan afirma que la conceptualización


del objeto transicional de Winicott es un
excelente auxiliar para la comprensión del
objeto a
En última instancia la elección
de pareja va a ser un sustituto
bastante lejano y
metaforizado del objeto
transicional.

El objeto fetiche también sería


un sustituto lejano y
metaforizado del mismo.
EL COMPLEJO DE EDIPO, Y SU RELACIÓN CON LA
ELECCIÓN DE PAREJA EN LA VIDA ADULTA
Para Freud, el Edipo tiene que ver con el profundo
amor por el padre del sexo contrario y la rivalidad y
rechazo al padre del mismo sexo; o con el amor al
padre del mismo sexo y la exclusión del otro, con
todos los sentimientos ambivalentes de amor,
odio y culpa que dichas dinámicas generan.
“INFANCIA ES DESTINO” DECÍA SIGMUND FREUD
De acuerdo con la mitología griega, Edipo mató a su padre y se enamoró de su
madre con quien tuvo cuatro hijos. Visto así, suena horrendo, pero lo que pasó fue
que cuando sus padres lo concibieron, el Oráculo de Delfos les vaticinó que eso
pasaría, y para evitar tal destino, su padre pidió a un campesino que lo matara, pero
éste mejor lo dejó en un monte de donde fue llevado a los reyes de Corinto, quienes
lo criaron.

Cuando creció, descubrió que no eran sus padres y emprendió camino para
buscarlos, se encontró con su verdadero padre y riñeron por el paso de un risco
donde lo mató. Después descubre el acertijo que la Efigie usa para asolar a Tebas (su
ciudad natal) y en recompensa se casa con la reina viuda que era su madre.
Para Freud, una situación parecida ocurre
a nivel inconsciente en el varón durante
sus primeros años de vida con relación a
su madre. Ésta es la primera persona con
la que desarrolla su amor, ya que el
vínculo está desde antes de nacer. Es a
través de la figura de la mamá que los
hombres aprenderán los roles de género
de ellas y lo que será su molde posterior
para la elección de pareja.
Normalmente, la figura del padre hará que la
rivalidad amorosa del hijo se vea frustrada y por
ello, el pequeño, ante la imposibilidad de tener a
su madre, esperará a ser adulto para tener una
mujer, que de cierta forma, tiene relación
inconsciente con su madre.
Para Freud, el complejo de Edipo mal resuelto durante el
desarrollo del niño, sería el principio de la inmensa
mayoría de insatisfacciones de pareja. Hay quienes
llegan a ser adultos mayores sin resolver esa etapa en su
vida, y esto es consecuencia de las necesidades
emocionales insatisfechas desde la infancia que
persisten.
Esto es, seguirán buscando a la “pareja
perfecta”, o a la mamá viviendo relaciones de
pareja fallidas; por ejemplo, se enamora de las
novias de los amigos, de mujeres imposibles o
trata siempre de rescatar al ser amado, cosa
que no disminuye con el matrimonio.

También, este tipo de hombre busca


relacionarse sentimentalmente con personas
mayores y va de una pareja a otra, entablando
toda una cadena de relaciones, aunque sin
encontrar a una persona con quien sentirse en
realidad pleno.
VIVENCIAS INFANTILES
Acorde, a las coordenadas que hayan dejado instauradas el
objeto perdido y el complejo de Edipo, una persona va a
seleccionar las vivencias infantiles que han marcado su vida y
que dan matiz a sus relaciones de pareja de adulto. (problemáticas,
elección de pareja, decisiones)

Lo que es trauma para uno, no lo es para otro. La subjetividad y las


vivencias son muy singulares.
el modo de relacionarnos con nuestros padres y el tipo de relación
van a ser sumamente importante a la hora de establecer relaciones
afectivas a lo largo de nuestra vida.

A lo largo de la infancia hay varias vivencias traumáticas, cuando se


habla de trauma, es importante tener claro de que, No depende
tanto de la magnitud del suceso, sino del momento evolutivo en el
que se haya dado.
Es importante tener en cuenta,
que la relación que hemos
establecido en la infancia con
nuestros cuidadores, así como los
mensajes recibidos por parte de
ellos y las miradas recibidas,
serán los cimientos sobre los que
vamos a construir nuestra
elección de pareja
CASO CLÍNICO
Toda relación parental implica cierto nivel de trauma

Los padres siempre dejan ciertas huellas en los hijos, de diferentes


formas, por cómo fue la relación de ellos como pareja, por como fue
el trato contigo, por las razones por la que les viste sufrir, que enojo
tenías con alguno de ellos, de que querías rescatarle. Tu cabecito de
niño o de niña fue incorporando mucha de esa información y se fue
configurando una especie de verdad.
María tenía 30 años de edad, había tenido varias relaciones de pareja, y comentaba que en
ninguna de ellas le había ido bien. Ella no sabía determinar qué era lo que pasaba. En ocasiones, sus
parejas le eran infieles. En otras, tenían un apego increíble hacia la madre.

María decide acudir a terapia. En este espacio relata la relación de sus padres.

La relación de los padres de María había sido dramática. El padre maltrataba a la madre, la
manipulaba, mientras que le fue infiel en múltiples ocasiones… La madre se sometía, no era capaz de
expresar sus sentimientos y aguantaba en la relación porque decía sentir amor, cuando en realidad
sufría dependencia emocional. La madre se sentía sola muchas veces, abandonada. No solo por su
pareja, también por su propia familia que empujaba para que aguantase en vez de terminar con la
relación.
María nunca fue una mujer sumisa. En sus relaciones
nunca hubo maltrato. Hacía todo lo que no había visto
hacer en la relación de sus padres: se comunicaba
mucho con sus parejas, se hacía respetar, no estuvo
con nadie que la sometiera… No obstante, sus parejas,
además de lo anteriormente comentado, en ocasiones eran
sumisa, mentían y no se comunicaban de manera abierta.
La elección de pareja que hacía María tenía “mucho de su madre”. No
obstante, aunque ella creía que intentaba construir relaciones de pareja sanas, no
como la de sus padres, la raíz del problema aún no era visible para ella.

Lo que le pasaba a María en sus relaciones era que había una falta de
compromiso: las que estaba no se comprometían realmente con ella o le eran
infieles o estaban muy apegadas a sus madres. Por lo tanto, ella se quedaba en un
segundo lugar. Como le había sucedido a su madre.
EJERCICIO
El amor puede ser vista como la promesa con la
que algunos sujetos esperan encontrarse en un
algún momento vital. El amor se sitúa del lado de la
imposibilidad subjetiva y de la queja humana. El
amor opera desde el inconsciente y en tanto tal,
implica el padecimiento humano y la dificultad del
encuentro con el otro y con la falta, constitutivos
ambos de toda subjetividad.
Sobre el ideal de completud, está
fundado el ideal de la
contemporaneidad y que se expresa en
los decires cotidianos: él/ella, es mi
media naranja, él/ella me complementa,
era todo lo que estaba buscando, etc., o
como afirmó el poeta “Todo lo llenas tú,
todo lo llenas” (Neruda, 2004, p. 5).
El asunto de la completud, aparece, tal como afirmara
Freud (1905), como algo engañoso, puesto que el otro, es
ubicado por el sujeto como un objeto que intenta colmar
la falta y porque puede, aparentemente, saciarla, se le
desea, pero además, se desea también, del lado del sujeto
que ese objeto le ame. Dicho de otra manera, el sujeto
desea ser amado por el objeto que ama.
En el Seminario 5, Lacan (1958), va a postular que

“amar es siempre dar lo que no se tiene” (p. 216)

aserto que reformulará en el Seminario 12, diciendo “El

amor es dar lo que no se tiene, a alguien que no

quiere eso” (Lacan, 1965, p. 50). Lo anterior, rompe con

la idea romántica e ilusoria de completud, pues indica

Lacan (1965), que no es posible para ningún sujeto,

completar a otro, en tanto el objeto de amor solo hace

semblante y en tanto no hay unidad posible entre uno

y otro.
Esto, en parte llevará al psicoanalista francés a decir más
tarde su mundialmente conocida consigna “no hay
relación sexual” (Lacan, 1974, p. 31), ya que en el
llamado acto de amor carnal, cada sujeto no puede gozar
más que del propio cuerpo, y esto indica necesariamente
la presencia de un desencuentro entre los sexos.
Que no haya relación sexual no quiere decir que no pueda haber encuentros
memorables, sino que no hay proporción en ellos. Quiere decir que el amor es un
engaño, un velo a la castración (a la incompletud estructural).

La maldición del sexo es que no hay relación sexual. Los cuerpos copulan con el
fantasma. Es mediante el fantasma que el hombre consigue el goce sexual. Es
decir, eso a lo que ha quedado fijado en su temprana infancia y que repite en
su condición de objeto erótico.
En Tres ensayos para una teoría sexual,
Freud (1905) postula, “El encuentro con
un objeto, es en realidad un
reencuentro” (p. 203). Esta afirmación
freudiana, que aparece en las primeras
publicaciones psicoanalíticas, implica que
el sujeto, desde muy temprano, está
preso de una inmensa nostalgia, fuente
de la intensa e incesante búsqueda de un
objeto amado.
En este mismo libro, afirma Freud (1905) que los vínculos amorosos que establece
el infante, pasan por varios tiempos a saber: oral, sádico anal, latencia y genital,
donde en principio, la madre constituye el primer y único objeto de amor para
el niño; es ella quien lo soporta narcisísticamente y él está insondablemente ligado
al deseo materno, es ella quien otorga los primeros cuidados y caricias al
recién nacido y, es ella quien hace de su pecho fuente de alimento, por lo que la
madre, adviene como el primer objeto pulsional del bebé.
En la pubertad, entonces, se busca que un objeto reemplace a aquel que fue
primero, a saber, la madre, intentando el sujeto, de acuerdo a sus posibilidades,
que ambas partes advengan en una sola (Freud, 1905). El nuevo objeto
encontrado, debe ser parecido al objeto antiguo perdido. Lo que queda del
vínculo sexual con el primer objeto, afirma Freud (1905) prepara de alguna
forma, el vínculo sexual con el objeto hallado. Esto, no ocurre sin traspiés, toda
vez que el objeto hallado, está en relación a aquel originariamente perdido y, como
su sustituto, puede eventualmente, dar origen a la angustia en el sujeto
Esto, si llegase a asomarse en el
sujeto, eventualmente, la culpa
incestuosa. Es decir, si algo del
objeto hallado remite al sujeto al
incesto, como prohibición
primaria ligada a lo fundante de
la subjetividad.
[…] Aquí, como siempre ocurre en el ámbito de la libido, el hombre se ha mostrado
incapaz de renunciar a la satisfacción de que gozó una vez. No quiere privarse de
la perfección narcisista de su infancia, y si no pudo mantenerla por estorbárselo
las admoniciones que recibió en la época de su desarrollo y por el despertar de su
juicio propio, procura recobrarla en la nueva forma del ideal del yo. Lo que él
proyecta frente a sí como su ideal es el sustituto del narcisismo perdido de su
infancia, en la que él fue su propio ideal. (Freud, 1914, p. 91). INTRODUCCIÓN AL
NARCISISMO
Entonces, amar implica, desde el
psicoanálisis, poner en el otro los
atributos que corresponden al yo ideal
del sujeto y así, amarlo justamente por eso.
Es decir, aquel al que se le han colocado
esos atributos del yo ideal será entonces el
objeto amado que tiene poder sobre el
sujeto que ama, quedando expuesto este
último al vínculo establecido con su objeto
amado.
Nada más natural que obstinarnos en buscar la dicha por el mismo camino
siguiendo el cual una vez la hallamos. El lado débil de esta técnica de vida es
manifiesto; si no fuera por él, a ningún ser humano se le habría ocurrido
cambiar por otro este camino hacia la dicha.

“Nunca estamos menos protegidos contra las heridas que cuando amamos; nunca
más desdichados y desvalidos que cuando hemos perdido al objeto amado o a su
amor. (p. 82). 1929 EL MALESTAR EN LA CULTURA
Es decir, para Freud, nunca un sujeto está
más en riesgo que cuando ama, pues allí,
queda a merced de la voluntad y del goce
del Otro, cosa que no ocurre sin dejar al
sujeto frente a la angustia de la
posibilidad de perderlo y/o de perderse
en él, quedando entonces en el estatuto de
puro objeto para aquel que ama.
Del amor como enamoramiento dirá Freud en
Psicología de las masas que la persona amada
ocupará el mismo lugar que el líder de la masa o
el hipnotizador: el lugar del Ideal del yo del sujeto,
estando este en posición de Yo ideal respecto del
objeto
El amor pide sin cesar, es siempre una
demanda y es en su origen una
sujeción al Otro. El Otro es el Otro
primordial, es decir los padres pero
principalmente la madre. El deseo es el
deseo del Otro y es por esa sujeción
originaria que uno siempre está en
déficit frente a aquello que lo causa.
Amar será entonces una decisión ética que supone un saber sobre la castración y que ese
amor vaya más allá del en amor a miento, es decir, más allá de las trampas del
narcisismo. En el amor se trata del encuentro de dos soledades que provienen de la no
proporción. El goce por estructura nos separa. El amor es índice de un reconocimiento
entre dos que pueden estar separados juntos, aún.

Hay que ser valientes para, a sabiendas que tarde o temprano la ilusión de completud cae,
ponerse a querer alguien, aceptando y reconociendo las fallas propias y asumiendo que
ese otro no completa nuestras faltas.
Amar no es solo mirarse mutuamente sino
mirar en la misma dirección. Que además
perdure en el tiempo con la solidez que
pretende el para siempre, no se condice con
la vida líquida actual. Porque para
sostenerse requiere un esfuerzo conjunto, la
plasticidad de negociar y renegociar pactos
(los hay conscientes e inconscientes que
pueden aparecer y ser trabajados en una
terapia de pareja), y no una mirada
individualista.
El para siempre es un ideal, y quien ha
atravesado algún recorrido de análisis está
advertido que de los ideales hay que
trascender, no sin haberse servido de ellos.
El amor NO ES incondicional, porque de
serlo sería patológico. Requiere un trabajo
mutuo que supone que uno vuelve a elegir
al otro a pesar de que no nos completa….
Nadie dijo que esto es fácil, pero muchas
veces vale la pena.
CASO CLÍNICO
Sabine, una paciente que intentó un análisis, profesional exitosa, se sentía
atrapada en una relación de cinco años donde estaba, según ella, muy enamorada
de él, pero la pasaba “muy mal”. Él era veinticinco años mayor, profesional; en los
últimos tiempos alcoholizado, muy deprimido. Finalmente se había separado de su
esposa y de sus tres hijos, con gran culpa. Él no le permitía a ella estar en público
ni presentarla a su familia. Él decidía cuándo estaban o no juntos, de manera que a
ella le tocaba siempre esperar por él para moverse en la vida. Esto la hacía sufrir
mucho.
Cuando tratamos de comprender el por qué de ese tipo de elección,
se explicaba -al reconocer que ella había sido abandonada por su
padre- un importante personaje público, que no la reconoció como
hija. Había nacido de una relación de amantes, que se terminó
cuando la madre salió embarazada de ella. El padre era casado,
pertenecía a una clase social alta, tenía hijos que Sabine,
investigando, sabía quienes eran.
La madre era extranjera, humilde y se dedicó a trabajar para darle a ella sustento y
educación, había muerto hacía cinco años, con lo cual ella se sintió
desesperadamente sola, no había familia por ningún lado. ¿Cómo elegir una buena
pareja en estas condiciones?... Si bien Sabine intentó en dos oportunidades asumir
su tratamiento analítico, no pudo. Vía telefónica interrumpió, después de unos
cuantos meses, expresando que era demasiado doloroso para ella ver esas
verdades, y que de verlas y separarse, se quedaría más sola, con lo que no podía,
al menos “por ahora”. Prefería su situación que la soledad.
EL AMOR DE TRANSFERENCIA
En el principio fue el amor, dice Lacan el
16 de noviembre de 1960 en su
seminario La Transferencia.

Y sostiene que el dispositivo analítico


genera un nuevo amor.

Un sujeto representado por su síntoma


consulta a un analista y genera hacia él un
amor que se dirige al saber supuesto a un
sujeto, encarnado en el analista.
Este enamoramiento, que al principio del análisis representa una
búsqueda de satisfacción pulsional del analizante, se pondrá al
servicio del saber inconsciente de éste.

La transferencia, como puesta en acto de la realidad del


inconsciente, irá desvelando, poco a poco, la verdad del drama del
amor, que es la de su ceguera, o sea, la de amar en el otro algo
que no es el otro: “no era ella, no era él” ilustra Lacan.
En el psicoanálisis, ellas y ellos
buscarán en el vínculo con el analista el
predominio del reino del amor y
descubrirán la ilusión fálica de ser y
de tener la completud. De ser Uno con
el otro o de tener – del analista- o
hacerle tener al analista lo que falta
para complementarse.
Los análisis comienzan por admitir, por parte del paciente, la regla
fundamental: la asociación libre. Eso puede tardar en darse, cuando
se da. El texto así producido pide ser leído con una significación
de inconsciente. El amor de transferencia es un amor epistémico y
se basa en la importancia que adquiere para el analizante aquel que
lo asiste en la lectura de su propio texto. Por eso Lacan decía
que, si el psicoanálisis no había inventado una nueva perversión, un
nuevo modo de goce, si ha inventado un nuevo amor.
El resorte fundamental de la transferencia, al inicio de la cura, es la demanda de
significación. El sujeto demanda al analista el sentido, lo que sitúa al analista en
posición de Otro de la Demanda. Esto, en ocasiones, se ha confundido con la
regresión, porque el analista soporta todas las figuras del Otro de la demanda.

Pero la regresión lo es solo en el campo del significante. Es una regresión a los


significantes primarios de la Demanda. Lacan funda la transferencia sobre la
relación del sujeto al significante.
La demanda fundamental del analizante es: ¿qué
quiere decir mi síntoma? Es una demanda de
significación. El significante de la transferencia (el
síntoma analítico) es aquello sobre lo que el
paciente demanda ¿qué quiere decir? Es por lo
tanto un significante enigmático.

Un analista es un significante en relación al cual


se busca encontrar significación al primer
significante. El efecto de esta articulación es
producir una significación de inconsciente que
remite a lo reprimido.
Cuando hablamos en estos
términos, la referencia es el
algoritmo de la transferencia,
formulado por Lacan en su
“Proposición del 9 de octubre de
1967 sobre el psicoanalista de la
Escuela”.
Se trata de una fórmula de articulación de significantes, que permite producir
un efecto de significación, “[…] implicando en el paréntesis el saber, supuesto
presente, de los significantes en el inconsciente”, nos dice Lacan. Desde esta
perspectiva, el algoritmo parecería adecuado para dar cuenta de cómo el
significante de la transferencia, el síntoma, en su articulación al significante
cualquiera del analista, dice su verdad. El algoritmo permite formalizar
claramente la vertiente verdad del síntoma, el querer decir del síntoma, en tanto
mensaje del Otro. Aquello que, de lo que no va, vía represión, ha pasado al
lenguaje.
¿POR QUÉ NOS ENAMORAMOS?
La forma como un sujeto establece los vínculos amorosos, está en
directa relación con las experiencias infantiles, por lo que muchas
de las dificultades que se tengan en dichos lazos, estarán entonces
en línea directa con la introversión de la libido en un sujeto y, la
manera como para él se han fijado las imagos parentales y/o las
imagos de aquel o aquellos que hayan sido introyectados para el
sujeto como Otro, creando así él, formas fantasmáticas de responder
a la relación y al objeto amoroso que se repiten continuamente.
NO ELEGIMOS A LOS OTROS AL AZAR. NOS ENCONTRAMOS CON
AQUELLOS QUE HABITAN YA EN NUESTRO INCONSCIENTE
No eliges de quien
enamorarte.

No te enamoras por
intervención de la parte
consciente, eso quiere decir
que es tu inconsciente
operando.
Quisieras enamorarte de otra persona, pero
simplemente no te nace.

La persona de quien te enamoras o la


persona a la que amas, dice mucho de
quien eres tú.

Es como si esa persona delatara un pedazo


fundamental de tu historia inconsciente.

Seguirle el rastro a la persona que amas,


nos puede decir muchísimo de tu verdad
inconsciente.
Si no entiendes que pasa con tu relación de
pareja, y crees que simplemente todo se
desmorona sin razón, es porque NO conoces
tu historia, si no comprendes tu presente,
es porque no conoces tu pasado.
Todo lo que eres o tienes actualmente
es una consecuencia lógica de tu
verdad inconsciente, por eso es falsa
la frase de EL PASADO YA PASÓ,
ENFOCATE EN EL FUTURO. Lo cierto
es que, si no atiendes tu pasado, este
puede fácilmente enlodarte el futuro.
Has escuchado personas que dicen, no sé
porque siempre me toca el mismo tipo de
hombre o el mismo tipo de mujer, y se sienten
victimas del destino. Es colocar a fuera una
responsabilidad que está adentro.
TU PAREJA UNA PANTALLA DE
PROYECCIÓN
No vemos el mundo como
es, vemos el mundo como
somos

Debes tener muy presente


que Tus miedos, traumas,
deseos y sueños se
proyectan en tu pareja.
Debes tener muy presente que muchas de las
demandas que tienes ante tu pareja son
demandas de tipo parental, es edipico, es decir,
son las cosas que tú les estarías demandando a
alguna de tus figuras parentales y quieres que
sea tu pareja quien las responda
Mucho de lo que vas a querer de tu
pareja, que te cuide, que te ame, que
te consciente, que te entienda, SON
DEMADAS PARENTALES, queremos
que el otro sea de tal o cual forma para
nuestra propia satisfacción, DE AHÍ
NACEN TODOS LOS DEBERÍAS, y nos
olvidamos que el amor madura es el
encuentro con la extrañeza del otro.
Tu pareja va a hacer cosas y va a tener rasgos, que tú vas a observar en la
cotidianeidad Y MUCHO DE LO QUE ÉL O ELLA HACE TU LO VAS A
DECODIFICAR ACORDE A LO QUE HAY DENTRO DE TI

Aquí es donde hay que tener mucho cuidado porque tú puedes estallar y enojarte
muchísimo, y sentirte herido y lastimado por cosas que tu pareja hizo, pero que
en realidad es tu decodificación de lo que hizo.
Cuando llegas a identificar (que es tuyo),
que es lo que estás proyectando sobre tu
pareja, te ayuda a tener una mirada más
nítida y sin apasionamientos referente a
lo que tu pareja hace o dice, y
ocasionalmente, con un gran recorrido y un
gran proceso de trabajo, puedes ayudarle a
que reconozca también que es realmente
suyo y que está intentando depositar sobre
ti.
VAMOS A VER UN EJEMPLO DONDE CADA UNO
DEPOSITA SU PROPIA PROYECCIÓN
Se trata de una pareja de esposos que van saliendo de una fiesta. Todo el trayecto a casa,
van gritándose y se desata una pelea grandísima que aparentemente sale de la nada.

¿Qué es lo que cada uno estaba proyectando?

El esposo, dentro de su psicoanálisis cuenta acerca de un asunto pendiente no resuelto


referente a una infidelidad de su madre, que esto (desde la perspectiva de él), es lo que
llevó a la ruina el matrimonio de sus padres.

 La esposa, tiene un asunto no resuelto con sus padres, pues toda la vida vio como su
padre sometía a su mamá, ella era sumisa y obedecía todo lo que él decía y eso hizo
(desde la perspectiva de ella) que con el paso de los años su madre se volviera amargada,
envejeció rápido y se sentía muy frustrada.
¿Qué es lo que cada uno de ellos veía en esa fiesta? Él, al verla
desinhibirse y disfrutar de la fiesta, se activó en él ese núcleo no
resuelto, ese trauma de la infidelidad de su madre, y el temor de que
eso pueda terminar con su hogar.

Ella, al ver la insistencia molesta de él de que ya tenían que irse.


Vio al padre prepotente que coartaba a la madre, que iba haciendo
de ella una mujer sumisa y que solo tenía que obedecer
Es decir, en esa pelea, cada
uno estaba PELEANDO
CONSIGO MISMO y con un
asunto pendiente no
resuelto PROYECTADO
SOBRE LA PAREJA
Entonces, las peleas en pareja suelen ser un
escenario ideal para conocerse más a fondo.
Porque te hace actuar en piloto automático
entonces te puede impulsar a delatar verdades
inconscientes que no han sido trabajadas.
Hay heridas de infancia o
núcleos traumáticos de las que
vas a intentar protegerte todo el
tiempo.

cuando se trata de relaciones de


pareja, vas a intentar
protegerte de estos dolores y
de estas heridas todo el tiempo
En la vida en pareja, tu cónyuge, va a hacer o decir cosas que
toquen esos núcleos traumáticos.

Esto tú lo vas a vivir como un ataque y te vas a defender, vas a


activar los mecanismos de defensa que armaste desde la
infancia. Y en ese ejercicio puedes actuar con injusticia muchas
veces, porque contra lo que en verdad estás peleando es contra un
fantasma tuyo que se presentó, por lo que la otra persona hizo o dijo.
FIN
¡GRACIAS POR ASISTIR!
TRES TALLERES. “El amor desde el
psicoanálisis”
Fechas:
Viernes 25 de junio
Viernes 2 de julio
Viernes 9 de julio.
De 18:00 a 20:00
En estos encuentros vamos a revisar varios casos clínicos
de parejas y analizar acerca de la forma de intervenir
desde el Psicoanálisis.
También vamos a realizar ejercicios prácticos , desde tu
propia vida acerca de tus propias elecciones de pareja.
Vamos a trabajar el concepto de NO ELEGIMOS A LOS
OTROS AL AZAR, NOS ENCONTRAMOS CON AQUELLOS QUE
HBITAN YA EN NUESTRO INCONSCIENTE. Y acerca de LA
PAREJA COMO PANTALLA DE PROYECCIÓN.

También podría gustarte