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El hecho moral .....................................................................................................................................4
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Marini - Petrinelli
Ética – 1era Parte – Introducción 3
Es preciso saber bajo qué aspecto conviene, en Moral, considerar esas costum- Entendemos por
bres y esos actos. Por eso, es necesario que nos ocupemos DE determinar, con la objeto material la
mayor precisión posible, el objeto formal propio y la naturaleza de la ética. materia, el contenido
de una determinada
Finalmente y para clarificar la cuestión etimológica, estudiaremos qué diferencia y disciplina. Por objeto
formal, el aspecto
relación hay entre los conceptos ética y moral. Sencillamente: especial bajo el cual
esa materia es consi-
Cuando hablamos de moral, nos referimos a determinadas acciones humanas o derada. Disciplinas con
hechos morales. Cuando hablamos de ética, designamos la ciencia que estudia el mismo objeto mate-
las acciones morales humanas. Por lo tanto, la moral es objeto de estudio de la rial pueden tener obje-
tos formales absoluta-
ética, un tipo de conducta, siendo la ética una reflexión filosófica. mente distintos; por
ejemplo, la anatomía y
la sociología, pues las
Más adelante será oportuno distinguir la Ética filosófica de la Teología Moral. dos estudian al hom-
bre, pero mientras una
investiga de qué forma
está constituido el
individuo (órganos del
cuerpo, estructura), la
sociología lo estudia
en cuanto relacionado
con sus semejantes,
sus comportamientos,
etc.
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Ética – 1era Parte – Introducción 4
El hecho moral
Una introducción sobre el estudio de la Moral y su relación con distintas disciplinas
debe descansar sobre algo más que una mera construcción abstracta; debe hacerlo Ver Jolivet 1959:
sobre hechos que el hombre claramente pueda identificar como originados en reali- 10ss.
dades trascendentes a su materialidad.
De allí que se puedan enunciar aspectos que forman lo que podemos llamar el he-
cho moral:
Los juicios preceden y siguen al acto moral. Antes del acto enuncian (en Estos juicios se sir-
dependencia del juicio universal y evidente de que hay que hacer el bien y ven, según se puede
ver, de múltiples no-
evitar el mal) que tal acto es bueno o malo y debe (o puede) ser realizado o ciones: nociones de
evitado. Después del acto, la conciencia aprueba o reprocha, según el acto bien y de mal, de de-
realizado sea considerado bueno o malo. Evalúa en consecuencia el au- ber y de obligación, de
mento o la disminución del valor moral del agente y la recompensa o casti- responsabilidad, de
go merecidos por ese acto bueno o malo. Además, enuncia la obligación de mérito y de demérito,
de sanción, de derecho
reparar el perjuicio causado al prójimo o el derecho de obtener para sí la y de justicia.
satisfacción requerida por la justicia.
Los sentimientos morales suponen, antes del acto, la tendencia al bien La vergüenza se
y la repulsa al mal, el respeto del deber y por tanto, la simpatía y la admira- presenta cuando algún
ción, la antipatía y el menosprecio de la buena o mala conducta del prójimo. defecto personal que-
Después del acto, la conciencia tiene sentimientos de alegría por el deber da al descubierto fren-
te a otra persona y
cumplido, o de tristeza e insatisfacción por el deber violado. Esta insatisfac- pretendemos volver a
ción de sí mismo se manifiesta de tres maneras: 1) por la vergüenza en ra- ocultarlo por tratarse
zón de la cobardía ante el deber y el consiguiente debilitamiento; 2) por los de algo negativo. El
remordimientos o reproches de la conciencia por haber violado el orden pudor, por el contrario,
que ella daba por bueno (cuando no ha habido violación de un orden formal intenta mantener en
privacidad aquellas
de la conciencia o también cuando el acto ha sido involuntario, la conciencia cosas que la mirada de
experimenta, no remordimiento, sino pena o pesar); 3) por el arrepenti- otro perturbaría, no por
miento, que supone la aceptación del castigo en reparación de la falta, y la ser algo malo, sino por
resolución de evitar el mal en lo venidero. ser honda y profunda-
mente personales y
privadas. Es decir: uno
Los elementos activos consisten en los diferentes actos de voluntad que siente vergüenza por
intervienen en función del fin (voluntad eficaz de realizar tal fin), en función haber sido descubierto
de los medios a elegir (elección), y en función de la ejecución (el querer en falta, pero experi-
que pone en movimiento las facultades necesarias). menta pudor por haber
sido violentada su
noble intimidad
Especificidad del hecho moral: lo que caracteriza la conciencia moral que
acabamos de analizar y la distingue absolutamente de la conciencia psico-
lógica es que se comporta como un legislador y un juez, y no como un La conciencia
simple testigo. Por ello, decide lo que se debe hacer en cada caso y está psicológica es pura y
dominada por un ideal de moralidad con relación al cual se pronuncia so- simple aprehensión de
los hechos internos.
bre la responsabilidad del sujeto moral.
de la Moral, sino sólo que siempre y en todas partes han admitido los
hombres la existencia de valores morales, distintos de los valores materia-
les, y se han sentido sujetos a leyes morales, distintas de las leyes físicas y
que enuncian un ideal de conducta.
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Ética – 1era Parte – Introducción 6
En el objeto material, se han de distinguir los actos del hombre y los actos huma-
nos.
Los actos del hombre son todos los actos, voluntarios o no, que realiza el
hombre: digerir es un “acto del hombre”, lo mismo que razonar y amar.
Los actos humanos son aquellos que el hombre realiza por su voluntad libre:
amar, razonar, pero no digerir. Solamente a los actos humanos se aplica la
Moral, es decir que no considera al hombre sino en cuanto es dueño de sus
actos. Todo lo que se encuentra fuera de los dominios de la libertad, está
también (directamente al menos) fuera del dominio de la Moral.
En cuanto al objeto formal, no basta sin embargo con asignar los actos humanos a La Psicología y la
Sociología hacen abs-
la Moral, porque esto no la distinguiría de la Psicología y de la Sociología que también tracción de este punto
contemplan (aunque no exclusivamente) las actividades libres del hombre. de vista y consideran
las actividades huma-
Lo que formalmente especifica a la Moral es que estudia los actos humanos desde nas, no en sus condi-
el punto de vista de la moralidad, es decir, desde el punto de vista de su conformi- ciones de derecho,
sino solamente en sus
dad o no conformidad con la regla ideal de la conducta humana, o en general, desde el condiciones de hecho
punto de vista de su valor en relación con el Fin último del hombre. y su constitución empí-
rica.
Para obtener una buena definición de la Moral, hay que incluir en ella el objeto for-
mal de la ciencia moral y a la vez su carácter normativo y práctico. Decimos entonces:
La moralidad com-
Si la Ética considera filosóficamente los hechos morales, podemos definirla co- prende no sólo el or-
mo la parte de la Filosofía que estudia el orden del obrar humano o moralidad, den moral, sino tam-
bién el acto moral.
con el fin de determinar la bondad o malicia de la actividad libre del hombre, en
orden a su fin último.
Si la Ética estudia el obrar humano podemos agregar, siguiendo a Aristóteles, Seguidamente ex-
que el fin de la Ética no sólo debe ser el estudio de la bondad sino cómo “ser plicaremos que la Ética
buenos” o cómo ser virtuosos. es verdaderamente
una ciencia “práctica”
propiamente dicha.
O la definición tomista:
Algo es claro: la noción de fin en las definiciones dadas y en los diversos sistemas
de Filosofía moral es la cuestión central.
Definiciones inadecuadas
“La moral, ciencia del hombre.”
En cuanto a la Metafísica, hemos de decir que ella respalda el análisis ético con la
clara noción del “ser”, de sus causas, de sus accidentes, del acto y de la potencia.
Veamos esto con más detalle en el próximo punto.
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Ética – 1era Parte – Introducción 9
Ética y ciencias
Ética y metafísica
La Ética desde Platón y Aristóteles se había fundamentado en la metafísica. Pero,
a partir del empirismo inglés y de Kant, todo cambió, pues ya no se podrá admitir
una moral metafísica.
¿Qué responder a esto? Contrariamente a lo afirmado por Kant, la Ética está ba-
sada en la Metafísica.
el obrar es posterior al ser, el obrar sigue al ser, “así como un ser es, así obra”.
Así entendido, es lógico decir que el obrar, el acto, el bien, la ley, el valor, se en-
tienden si se piensa en el concepto de ser, que es un legado de la Metafísica:
Resumiendo,
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Ética – 1era Parte – Introducción 10
Sustituir una moral con un fundamento metafísico por otra autónoma dejaría de lado
todo valor absoluto y nos llevaría a una moral relativista y sin sentido último.
Ética y antropología
La Ética también se subordina a la Antropología, porque si la Ética estudia la mo-
ralidad de los actos humanos, la Antropología tiene como objeto al hombre y se pre-
gunta por sus principios esenciales. La antropología filosófica como conocimiento
especulativo se une a la Ética como conocimiento práctico.
La consideración de los actos humanos (no actos del hombre) por parte de la Ética
supone el estudio previo de la estructura esencial de la actividad humana. Una va-
loración de la conducta humana y su deber-ser se vincula con el concepto de hombre
que se tiene y las condiciones psicológicas de su actividad.
Lo esencial es entender que no puede haber una ética sin una antropología, pero
no es indiferente que sea cualquier antropología.
A esto se opone una antropología que considera al hombre en todos sus aspectos
como ser viviente: esto es, como una unidad corpóreo-espiritual. Sólo es posible un
estudio de la moralidad del hombre allí donde el hombre es visto como un todo, como
un ser que se trasciende a sí mismo.
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Ética – 1era Parte – Introducción 11
su conciencia psicológica,
Pero, a pesar de la relación entre ambas ciencias, está latente el peligro de reducir
la Ética a lo puramente psicológico, lo cual recibe el nombre de psicologismo. Esta
corriente consiste en la pretensión de explicarlo todo “reduciéndolo” a, por ejemplo, la Los valores son
“presión del inconsciente” o a las necesidades instintivas, o también pretender enten- aquí reducidos a lo
der los valores éticos como meras “sublimaciones, productos de la reacción y raciona- subjetivo por cuanto
ya no pueden tener
lizaciones”. Esto conduce inexorablemente a la subjetivización y a la relativización
validez independien-
de los mismos valores. temente del sujeto y
son relativizados por
Lo mismo cabe decir de la relación entre la Sociología y la Ética. La primera trata cuanto ya no pueden
sobre las realidades sociales, aunque el objeto material coincida con el de la Ética. La tener validez de un
modo incondicional.
Sociología aporta el estudio de la influencia social en el comportamiento de la per-
sona, a través del estudio descriptivo y comparativo de los fenómenos sociales me-
diante estadísticas y encuestas, pero la valoración ética de los hechos sociales le co-
rresponde a la Ética.
qué tipo de normas y qué tipo de valores hay en cada momento se explica
exclusivamente por el tipo de organización social existente;
Así, la moral individual está absolutamente determinada por la sociedad. Sin em-
El sociologismo
bargo, una concepción así –presentada de un modo extremo – es difícilmente sosteni- no puede explicar, por
ble. Y quizá no ha sido defendida, tal cual, por nadie. ejemplo, cómo es
posible que el individuo
Por lo tanto, habrá que establecer que: llegue a oponerse por
razones morales a las
prácticas sociales
establecidas.
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Ética – 1era Parte – Introducción 12
Por otro lado, hay que distinguir cuidadosamente dos cuestiones: una cosa es ex-
plicar sociológicamente la aparición o génesis de ciertas normas morales, y otra muy
distinta justificarlas éticamente. Esto último sólo es posible hacerlo desde principios
éticos, que deben posicionarse precisamente más allá del mero consenso social o del
capricho arbitrario de la razón humana, considerada único juez de la realidad.
Partes de la ética
Ética fundamental o general y Ética aplicada o particular o
específica
Son las dos partes esenciales de la Ética:
La Ética profesional
Deontología pro-
También llamada Deontología, la Ética profesional se ha desarrollado dentro del viene del griego: “cien-
campo de la Ética aplicada debido al notable incremento de los problemas morales cia del deber”.
surgidos en el ámbito de las diversas profesiones.
Téngase en cuenta que no es una Ética aparte: es la misma Ética que desciende
hasta las actividades concretas de cada profesión, especificando las aplicaciones que
derivan racionalmente de los principios generales y tratando de conciliar estos últimos
con las reglamentaciones que el Derecho Positivo suele imponer en cada país y para
el ejercicio válido de cada profesión.
Bioética
Desde aproximadamente la década de 1970, se ha ido desarrollando una nueva
disciplina, la bioética, neologismo inventado por el biólogo norteamericano van Res-
senlaer Potter. Ella se vincula principalmente con la ética médica. Estudia la morali-
dad de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida. Incluye, por su-
puesto, la ética médica tradicional y sus problemas morales clásicos: aborto, esterili-
zación, uso de drogas, derecho del enfermo a la verdad, secreto médico, etc. pero
también debe abocarse a los problemas planteados por el desarrollo tecnológico de
las ciencias biológicas. Se interesa por los problemas del nacimiento, de la vida y de la
muerte a causa de los recientes progresos y de las posibilidades de la investigación y
de la terapéutica, por los problemas de ecología, etc.
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Ética – 1era Parte – Introducción 14
Sin el conocimiento que ésta [la Revelación divina] nos da de Dios no se puede re-
conocer claramente el pecado, y se siente la tentación de explicarlo únicamente como
un defecto de crecimiento, como una debilidad psicológica, un error, la consecuencia
necesaria de una estructura social inadecuada, etc. (CATIC, 387).
Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a
graves errores en el dominio de la educación, de la política, de la acción social y de
las costumbres (CATIC, 407).
Estas consideraciones indican ya que la moral filosófica tiene sus límites y también
sugieren los servicios recíprocos que pueden prestarse la Ética natural y la Ética
cristiana. La primera debe permanecer incompleta y tomar conciencia de su imperfec-
ción por medio de su confrontación con las exigencias de la moral cristiana, en la
cual encuentra su perfección suprema, lo mismo que la naturaleza humana encuentra
su perfección suprema en la gracia que la eleva sin destruirla.
Por ello, las implicancias morales de la Ética Cristiana o Teología Moral de ninguna
manera eliminan las enseñanzas de la Ética Natural, más bien las consolidan y las
integran.
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Ética – 1era Parte – Introducción 16
El iuspositivismo moderno
El iuspositivismo moderno niega por principio la existencia de la ley natural, o sea,
la posibilidad de normas éticas y jurídicas universales e inmutables inferidas por la
razón de la misma estructura ontológica de la naturaleza humana.
Así, se puede llegar a pensar que Dios podría haber cambiado por otro el actual or- Por cierto que Lute-
den moral. Según esto, el odio a Dios, el robo y el adulterio serían malos por razón del ro (“Yo soy un discípu-
precepto divino que los prohíbe, pero podrían haber sido actos meritorios si la ley de lo de la escuela de
Ockham”) tomará de
Dios no los hubiera prescripto.
aquí fundamentos de
su postura teológica
Ante la terrible perspectiva del Dios arbitrario y despótico de un Ockham o de un antirracional (véase
Lutero, las posturas filosóficas desembocarán lógicamente en el voluntarismo de un Marini 2006b: 91).
Kant, quien pondrá a Dios, no ya como una realidad captada por nuestra inteligencia
(el conocimiento sólo es de los fenómenos, el nóumeno queda oculto), sino como un Marx afirma: “El
postulado de la razón práctica: Dios simplemente “está ahí” porque es conveniente a la hombre es el nuevo
moral. ser supremo para el
hombre”
Entonces, ¿en qué estriba la bondad o malicia de los actos? Como explica Rafael
Gambra (1981), los anteriores sistemas de ética –dice Kant– han buscado la moralidad
en el fin de los actos, es decir, han hecho radicar la bondad en su adaptación a un fin
concreto, determinado. Así, por ejemplo, los hedonismos descubren este fin en el pla-
cer o la misma moral religiosa, que lo señala en el cumplimiento de una ley divina.
Pero el que así obra, dice Kant, no obra por razones morales sino por algo ajeno a la
moral misma; la verdadera moral no es heterónoma (ley ajena, impuesta), sino autó-
noma: sólo obra moralmente el que actúa por respeto a la Ley, sin razones distintas a
este cumplimiento mismo.
Y ¿cuál es esa ley en que estriba toda la moralidad? Aquí Kant encuentra una nue-
va forma, una forma de la razón práctica. Esta forma es lo que él llama el imperativo
categórico o ley moral, que puede formularse con estas palabras: “Obra de modo que
la norma de tu conducta pueda erigirse en norma de conducta universal”. Si ante una
acción cualquiera podemos admitirla sinceramente como norma de conducta general,
esa acción es lícita moralmente; en caso contrario, no. Esta ley o imperativo es pura-
mente formal: en sí misma no manda nada concreto, pero sirve para cualquier clase
de contenidos o actos.
Cuántas veces
Según Kant, no debe hacerse un acto porque sea bueno, sino que es bueno por- hemos escuchado
frases como ésta: “No
que debe hacerse. es nada. Sólo he cum-
plido con mi deber”.
Ahora bien, la ley o imperativo moral, puesto que existe, requiere, según Kant, cier- Este lenguaje común
tos supuestos, sin los cuales sería incomprensible. Puesto que, de hecho, hay quie- de algún servidor pú-
nes no cumplen la ley moral y la vida no premia o castiga adecuadamente las diversas blico u otra persona
que ha realizado una
conductas, es necesaria de una parte, la existencia de un Dios remunerador y, de acción meritoria des-
otra, la supervivencia del alma y, naturalmente, su previa existencia como sustancia. nuda el vaciamiento
Aquí radica la entrada práctica que busca Kant para el conocimiento de Dios y del al- ontológico, la elimi-
ma humana: nación de la bondad
metafísica implicada
en la acción, producto
Así como en la filosofía tradicional la ley moral se derivaba de la existencia de de esta ética del deber
Dios, en el kantismo la existencia de Dios se deriva de la moral. por el deber mismo.
Pero Santo Tomás, comentando a Aristóteles, señala que el dominio de sí tiene al-
go en común con la virtud y con el vicio:
Tiene en común con el vicio, porque las pasiones en cuanto tales permane-
cen en estado de vehemencia, lo cual indica que permanecen en estado de Hay mucho de cier-
desorden; es decir, hay una represión tensa que no lleva a la perfección y to en eso de que de
una pasión desorde-
tal es la moral represiva. nada sólo nos “cura-
mos” con otra pasión
La virtud, en cambio, penetra en la masa pasional y la transforma ordenándola, li- (ordenada): un amor
berándola del desorden. ilícito con un amor
mayor lícito, un com-
portamiento negativo
Cualquier esfuerzo moral que se contente con enfrentarse frontalmente a una con- con un comportamien-
ducta negativa, sin darse cuenta de que detrás de ella existe alguna esperanza o al- to positivo que no
guna necesidad positiva que se ha de reconocer, jamás logrará su objetivo. niega, sino que asume
el deseo subyacente al
primero
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Ética – 1era Parte – Introducción 20
Equipo editorial
Corrección de estilo: Mg. María Clara Lucifora y Lic. María Verónica Riedel