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LA EXTRAORDINARIA COGNITIO.

PROCEDIMIENTOS
JURÍDICOS.

DERECHO ROMANO
ESTUDIANTE:

GMAIL:
RAUL.M13.RV@GMAIL.COM
CICLO: III
ILO-2020
LA EXTRAORDINARIA COGNITIO E INTERDICTA EN DERECHO
ROMANO

• Durante el período de las legis actiones y del procedimiento per formulas ocurría a


veces que el magistrado, en lugar de remitir la causa al juez, la retenía y
pronunciaba él mismo sobre el fondo de la cuestión (extra ordinem). La demanda en
este caso se llama persecutio, y la decisión del magistrado, decretum.
- ¿SOBRE QUÉ CASOS, SE PRONUNCIABA, POR SÍ MISMO, "EXTRA ORDINEM", EL
MAGISTRADO EN LA ANTIGUA ROMA?

• Los casos en los que el magistrado pronunciaba por sí mismo, extra ordinem, se referían
particularmente a los actos de jurisdicción voluntaria, y también a determinadas materias
de la contenciosa, como fideicomisos, restituciones in integrum y algunas otras.

El magistrado, desde un principio, pronunciaba extra ordinem, mediante decreto, aun en


los casos a los que posteriormente se extendió el procedimiento especial de los interdictos
.
- EL DECRETO DEL PRETOR, ANTE RELACIONES E INTERESES NO
GARANTIZADOS POR EL IUS CIVILE


Existían entre los antiguos romanos relaciones e intereses, los cuales, aunque muy
importantes, no resultaban garantizados ni provistos de acciones del ius civile. Entre estas
relaciones figuraban en primer lugar la posesión y el uso de las cosas públicas. En estos y
otros casos análogos, los particulares se hubieran visto precisados, faltos de un remedio
legal, a recurrir a la fuerza privada para defenderse contra los que les perturbaban en
dichos uso y posesión, si el pretor no hubiese impuesto su autoridad, pronunciando un
decreto en virtud de su imperium.
- ADAPTACIÓN DEL DERECHO ROMANO A LAS NECESIDADES PRÁCTICAS: LOS
INTERDICTOS

• Ahora bien, multiplicándose cada vez más los negocios, el pretor ya no pudo con el
tiempo tomar por sí mismo conocimiento de la causa; por otra parte, no existiendo acción
civil para aquel caso, no podía el pretor remitir las partes a un iudex, sin ofender la
máxima inveterada, según la cual, praetor ius facere non potest. Era, pues, preciso
encontrar un expediente para adaptar el derecho a las necesidades prácticas, y fue el
siguiente
 SPONSIO POENALALIS Y RESTIPULATIO

• Para poner en claro si efectivamente subsistían las condiciones base del interdicto, la
parte que lo había impetrado citaba a su adversario ante el pretor, quien, bajo la amenaza
de una multa, le obligaba a una sponsio poenalis, esto es, a la promesa de una suma
pecuniaria para el supuesto de resultar ciertas las condiciones en que se basaba el
interdicto a que había desaparecido. Otro tanto prometía el provocador para el caso
contrario (restipulatio). De tales sponsio y restipulatio nacían obligaciones civilmente
reconocidas, y las partes podían, en consecuencias, reclamar la cantidad por medio de
una legis actio.
GRACIAS,

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