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Licenciatura en Derecho
Profesor:
Luis Emmanuel Antonio Arévalo
Alumno:
Abner Tapia Molina
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Este es el primer sistema que forma el ordo iudiciorum privatorum el orden de los
juicios privados. Gayo en su comentario dice: "Las acciones que usaron los
antiguos se llamaban acciones de la ley, bien porque dimanasen de las leyes,
pues entonces no existían los edictos del pretor que introdujeron otras muchas
acciones, o bien porque estando acomodadas al texto mismo de la ley, eran tan
invariables y tan observadas como ellas. Así es que supuesto el caso de que uno
al reclamar sus cepas cortadas, hubiese usado en la acción la palabra cepas, han
decidido los jurisconsultos que habría perdido la cosa reclamada, fundados en que
debiera haber empleado la palabra árboles, porque la ley de las Doce Tablas, de
donde en este caso procedía la acción, habla en general de árboles cortados —
arboribus succisis." Con este sistema principia el derecho procesal romano;
contiene en alto grado los caracteres de una civilización ruda y en su infancia; el
simbolismo material, un ritual de pantomimas y palabras consagradas lo
caracterizan. En este sistema priva la dominación patricia y la influencia pontifical,
dura desde el principio de Roma hasta la ley Aebutia en el año 126 a. C.
Dos son las fases en que se desarrolla la instancia en este procedimiento: una
ante el magistrado y que termina con la litis contestado, la otra ante el juez, cuyo
papel termina al dictar sentencia.
Ante el magistrado —in iure— las partes pronunciaban las palabras, hacían las
pantomimas como la ley lo ordenaba, sin variar nada; el magistrado no es el que
juzga, da simplemente por su concurso una especie de autenticidad a los actos de
las partes, especialmente a los del actor. El actor es el que ejercita la acción
correspondiente a su derecho cumpliendo con la legis actio, misma que no puede
cumplir más de una vez con respecto a un mismo derecho, de ahí la máxima bis
de eadem re ne sit actio. Al terminar esta primera fase las partes se dirigirán a los
presentes diciéndoles: testes estote litis —sed testigos del juicio—, a fin de
que posteriormente el juez pudiera aclarar alguna duda con estos testigos. En
seguida el asunto pasaba al juez, quien tenía la parte más laboriosa: hacer el
examen de las pruebas y testigos, para finalmente dictar la sentencia; por lo
general la condena era pecuniaria.
Iudicis postulatio. Tenemos muy pocos datos sobre esta acción de la ley, pues las
Instituciones de Gayo, la principal fuente en esta materia, en este pasaje, son del
todo ilegibles. Parece que no requería un procedimiento solemne como la anterior
y las partes se limitaban a pedir al magistrado un juez o árbitro al decir de Valerius
Probus: arbitrwn iudicem-ve postulo uti des —pido que des un árbitro o un juez.
Condictio. Gayo en sus Instituciones dice: "Esta acción se llamaba con toda
propiedad condictio, porque el actor intimaba a su adversario para que a los treinta
días se presentase a tomar un juez. Mas hoy ya no se hace ninguna intimación de
este género, llamamos condictio impropiamente a la acción personal en cuya
virtud sostenemos que otro está obligado a darnos alguna cosa.
Manus iniectio. Esta legis actio nos aparece ante todo como un procedimiento de
ejecución de los juicios, que se aplica directamente a la persona del condenado y
que no atañe a sus bienes más que por vía de consecuencia. Vista en esta
aplicación principal, que también es la más antigua, la manus iniectio se da:
a) Contra el condenado a una pena pecuniaria; b) Contra el deudor que ha
reconocido su deuda pecuniaria in ¡tire, de donde viene la máxima confessus in
iure pro iudicato habetur —quien ha confesado ante el magistrado, se le tiene por
juzgado.
Pignoris capio. Se llama pignoris capio al acto por el cual el acreedor toma a título
de prenda bienes del deudor. Para que sea válida debe estar autorizada por la
costumbre o por la ley y en razón de un interés público. Se introdujo por la
costumbre en los asuntos militares, porque era lícito al soldado que no recibía su
paga apoderarse de una prenda perteneciente al pagador —ae$ militare—,
también cuando no recibía dinero para la compra de un caballo —xs xquestre—, o
para la alimentación del mismo.
Gayo en sus Instituciones dice: "Empero, todas estas acciones de la ley llegaron
poco a poco a hacerse odiosas, porque resultaba de la excesiva sutileza con que
las redactaron los antiguos legisladores, que el más ligero error en la manera de
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entablar y proseguir la acción, podía acarrear la pérdida del pleito. Por tanto, estas
acciones fueron abolidas por la ley Aebutia y las dos leyes Iulite estableciendo que
en adelante se procediese en los litigios por ciertas y determinadas palabras, esto
es, por medio de fórmulas. Sólo en dos casos se permitió hacer uso de las
acciones de la ley: cuando se teme que sobrevenga un daño y cuando el juicio se
lleva ante los centumviri..."
El carácter formalista y riguroso de las legis actiones fue lo que motivó su caída
para ser substituido por un procedimiento más expedito: el formulario. En las legis
actiones el papel del pretor era meramente pasivo y no le permitía elaborar el
derecho para los nuevos problemas que se presentaban; además era un
procedimiento eminentemente quirita-rio. Todo esto contribuyó a que fuera
ganando popularidad el sistema formulario que tiene su origen en el tribunal del
pretor peregrino. Sin embargo, como hemos visto, perduraron restos de las legis
actiones.
B) LA FORMULA.
La fórmula es una instrucción escrita redactada por el magistrado en términos
sancionados —per concepta verba—, y por la cual, después de haber indicado al
juez la cuestión a resolver, le concede el poder de absolver o condenar al
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demandado. Toda fórmula principia con la designación del juez y después sigue
una instrucción que determina sus poderes. Las partes principales de la fórmula
son: 1) la insti-tutio iudicis, 2) la demonstratio, 3) la intentio, 4) la adiud icario, 5) la
condemnatio.
1. Jnstitutio iudicis. En esta parte se hace la designación del juez que conocerá del
asunto, va siempre al principio y se hace en términos imperativos
2. Demonstratio. El fin principal de esta parte es indicar al juez el objeto del
iudicium
3. Intentio. Intentio est ea pars formulae, qua actor desi-derium suum conctudit —
la intentio es aquella parte de la fórmula por la cual el actor indica su pretensión
4. Adiudicatio. Se llama así a la parte de la fórmula que confiere al juez el poder de
transferir la propiedad a una de las partes; ya sabemos que ésta sólo se encuentra
en tres fórmulas: aquellas dos de división —communi dividundo, familia;
erciscundse —y en la acción finium regundorum— de reglar los límites.
5. Condemnatio. La condemnatio es la parte de la fórmu la por la cual se da al
juez la facultad de condenar o de absolver.
C) LA LITIS CONTESTATIO.
Antiguamente, en el momento en que se habían cumplido las solemnidades de la
legis actio —acción de la ley—, los contendientes se dirigían en estos términos a
los ahí presentes: testes estote —sed testigos. De aquí la expresión litis
contestatio para señalar que la organización del iudicium era cosa hecha. Este
llamado a los testigos se hizo inútil bajo el procedimiento formulario, pero el
término sobrevivió al uso que le había dado nacimiento. En adelante sigue
expresando de una manera general la terminación del procedimiento in iure, sólo
que anteriormente esta terminación coincidía con la de la legis actio y ahora
concuerda con la entrega de la fórmula. La litis contestatio no es entonces otra
cosa que el contrato que se forma en el instante en que la fórmula es aceptada por
las partes. Su efecto principal es que transforma el derecho primitivo del actor; por
un lado crea una obligación nueva entre las partes, por el otro, el anterior derecho
del actor se agota, no pudiendo ya deducirlo en un nuevo proceso. Este antiguo
derecho, cuando el actor lo pretende deducir nuevamente, casi siempre se
paraliza por una excepción y a veces se extingue ipso iure.
como actor cuando opone una excepción lo que significa que una vez establecidos
los hechos sobre los cuales se apoya la pretensión, el demandado debe probar a
su vez aquellos que alega para destruirla. "Hay que decir que en las excepciones
debe el demandado hacer de actor y demostrar la excepción como si fuera la
pretensión del demandante.
Los dos principales modos de prueba son la escrita y la testimonial, siendo ésta la
más usual en un principio. La prueba escrita recibe el nombre genérico de
instrumenta privata cuando proviene de documentos redactados por los
particulares: arcaría nomina, syngraphx. A fines de la época clásica los
particulares adoptaron la costumbre de redactar sus convenios utilizando los
servicios de oficiales públicos llamados tabelliones, desde entonces se
distinguieron los instrumenta privata y los instrumenta pública. Además de la
prueba escrita y de la testimonial, los romanos admitieron como medios de
prueba la confesión, el juramento y las presunciones.
E) LA SENTENCIA.
El fin natural del juicio es llegar a una sentencia que debe absolver o condenar al
demandado. La sentencia debía ser dictada en alta voz en presencia de las
partes; en la época clásica en latín, aunque en el año 397 se permitió el uso del
griego; debe ser pura y simple, salvo casos raros en los que puede ser
condicional; debe ser motivada y fundada. La sentencia es ley para las partes, por
lo que excluye toda búsqueda ulterior de la verdad, en sí misma es tenida pro
vertíate, da al actor la actio iudicati cuando probó su acción, cuando no fue así y
se absolvió al demandado, da éste una exceptio iudicati.
Dictada la sentencia las partes debían acatarla, en cuyo caso se daban treinta
días para que fuera cumplida; de lo contrario había la amenaza de una ejecución
forzada bajo la forma de una manus iniectio o de una pignoris capio.
De las vías de ejecución. Hasta Justiniano se continúa admitiendo que los juicios
no serían ejecutados sino a los dos meses, plazo que el emperador dobla.
Por lo que respecta al aprisionamiento del condenado, las reglas antiguas
permanecieron intactas hasta el tiempo del emperador Zenón. Por una
constitución válida para Alejandría y para la diócesis de Egipto, este emperador
substituyó la prisión privada por la pública, y más tarde Justiniano generalizó esta
reforma. Por lo demás, la bonorum cessio —cesión de los bienes— continúa
suministrando un medio para evitar la cárcel. En cuanto a las vías de ejecución
sobre los bienes, se reducen a la bonorum distractio —venta individual de los
bienes—, El procedimiento extraordinario es ya una función protectora del estado
a quien compete administrar la justicia. Este procedimiento carece de formulismos;
las instrucciones dadas por el magistrado al iudex pedáneas no pueden ser
consideradas como fórmulas, pues no entrañan contrato arbitral, ni sumisión al
iudex, ni litis contestatio propiamente dicha.
En los procedimientos por legis actiones y formulario impera la oralidad, en cambio
en éste se va introduciendo paulatinamente la escritura, levantándose acta de las
sesiones y llegando a redactarse por escrito la demanda.
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Ya hemos dado una somera noción de lo que es la acción, así como sus
significados restringidos y generales, por lo que aquí nos concretamos a dar su
definición. Nihil aliud est actio quam ius quod sibi debeatur, iudicio persequendi la
acción no es otra cosa que el derecho de perseguir ante un juez lo que se nos
debe—, así define Celso a la acción. Esta es la noción de acción tomada del
procedimiento formulario, que se aplica a las persecuciones de obligaciones —
quod sibi debeatur— y que Justiniano reproduce en sus Instituciones.
Cada derecho estaba sancionado con su respectiva acción, por lo que el litigante
debía tener cuidado en seleccionarla para evitarse consecuencias desagradables
en el desarrollo del juicio. Gayo dice que dos son los géneros de las acciones: in
rem e in personam —reales y personales—, aquéllas sancionan los derechos
reales, de sucesión, o de familia, éstas sancionan toda obligación. Estas acciones
tienen sus diferencias: a) la acción in personam se da contra un adversario
determinado, que es el único que puede violar el derecho del acreedor: el deudor.
La acción in rem, por el contrario, se ejercita contra toda persona que obstaculice
el derecho del actor, b) La anterior diferencia se refleja en la redacción de la
fórmula: la intentio de la acción in personam contiene el nombre del demandado,
en la intentio de la acción in rem no figura el nombre, c) La fórmula de la acción in
rem se distingue de la acción in personam en que no contiene demonstrado,
tener intentio in ius porque no descansaba sobre el derecho civil, sino sobre la
autoridad del magistrado, como la acción hipotecaria v la acción de dolo Cuando
el magistrado extiende una acción civil modificándola, emplea por lo general
una ficción, suponiendo realizadas las condiciones para que la acción fuese
concedida en derecho civil, y redactada la intentio in ius. Sin embargo:
1) Algunas acciones civiles eran limitadas, como la acción depensi —de pago—
dada la sponsor —que se obligaba por otro—, que se extinguía a los dos años, la
querella inofficiosi testamenti, a los cinco años.
2) Las acciones honorarias que completaban al derecho civil eran perpetuas,
como la acción publiciana, la hipotecaria y la acción furii manifesti —de hurto
manifiesto. La perpetuidad de las acciones civiles tenía sus inconvenientes por lo
que Teodosio II las limitó a treinta años y Justino extinguió a los cuarenta la
hipotecaria y la actiu furti manifesti.
De las acciones in rem civiles. Las acciones in rem civiles son la rei vindicatio, la
acción negatoria, la confessoria y la petición de herencia.
De la reivindicatio. Es la principal actio in rem civil por ser laanción del derecho de
propiedad, por ella el propietario desposeído hace valer su derecho para obtener
la restitución de su objeto. Su campo de acción se limita a las cosas susceptibles
de propiedad privada, muebles e inmuebles, pero no es aplicable a patrimonios.
Se puede ejercitar contra aquel que posee, contra el que dolosamente ha dejado
de poseer y contra el poseedor ficticio.
El actor que afirma su derecho de propiedad, debe justificar que era propietario en
el día de la litis contestatio, el demandado se limita a combatir los alegatos de su
adversario y si éste no prueba su acción, aquél es absuelto.
De la acción negatoria. Se da esta acción al propietario de una cosa contra toda
persona que ejercite sobre ella una servidumbre sin tener derecho a ello.
De la acción confessoria. Esta acción sanciona el derecho de servidumbre y por
ella se obtiene que sea reconocida su existencia.
De la petición de herencia. Es una acción por la que se tiende a obtener una
sucesión. Pertenece a aquel que pretende ser heredero y para triunfar debe
demostrar su calidad. Esta acción se ejercita contra aquellos que poseen pro
herede o pro possessore —como heredero o como poseedor.
De las acciones in rem pretorias. Estas acciones son muy numerosas,
comprenden las acciones ficticias y las acciones in factum. Las primeras son
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Las acciones divisorias son tres: familite erciscundm, com-muni dividundo y finium
regundorum; presentan la particularidad de que sólo ellas tienen adiudicatio en la
fórmula, parece que ésta iba entre la intentio y la condemnatio, según el orden en
que Gayo enumera las partes de la fórmula —partes autem formularum hx sunt:
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CONCLUSIÓN PERSONAL
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- González, A. B., & Valdéz, B. B. Derecho romano: Primer Curso. Editorial Porrúa,
Lección XXX - XXXII