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Libertad y

determinismo
Determinismo
• Los deterministas conceden validez universal e irrestricta al principio
de causalidad: nada acontece que no tenga una causa. Si es así, si todo
lo que sucede es causado, todos los acontecimientos, incluidas las
acciones y las decisiones humanas, formarán parte de una cadena que
se remite infinitamente al pasado y que apunta, también infinitamente,
al futuro. Tal cadena determina todo suceso de manera necesaria y no
hay espacio alguno para la libertad.
Fatalismo
• Es más radical que el determinismo. Esta doctrina afirma que en
definitiva el hombre no es libre, puesto que su comportamiento está
escrito de antemano por el destino. Una persona fatalista es la que
piensa que lo que ocurre ha de suceder necesariamente y que es
incapaz de evitarlo. Dentro de las corrientes filosóficas, el estoicismo
reviste un fatalismo. Según el estoicismo, es necesario que el hombre
acepte su destino, porque es imposible resistir el curso de los
acontecimientos, el cual está regido fatalmente por Dios; no existe la
libertad ni el azar. El hombre tiene que cumplir su destino, la sabiduría
consiste en tomar conciencia de esta necesidad, de este destino
Libertad y Necesidad

• La necesidad se desprende de la esencia interna de los fenómenos,


designa la ley, el orden y la estructura de los mismos. La necesidad es
lo que ha de ocurrir obligatoriamente en unas condiciones dadas,
mientras que la libertad es el deseo consiente que lleva al hombre a
realizar determinadas acciones, con la facultad de tomar una
resolución con conocimiento de causa
Responsabilidad moral y libertad

• La responsabilidad moral es la capacidad y obligación moral que


tiene el sujeto de responder plenamente por los actos realizados,
siempre y cuando éstos tengan su origen en un comportamiento libre y
consciente.
• Entre los factores que obstaculizan o nulifican la libertad del sujeto y
que por lo tanto lo eximen de responsabilidad moral, están factores de
tipo inconsciente (demencia, estados patológicos como enfermedades
mentales) y ausencia de libertad para obrar por cuenta propia (todo
tipo de coacción: interna o externa).
Autonomía y heteronomía moral.
• Para juzgar y dirigir las acciones la conciencia se sirve de principios,
es decir, de la moral con la que cada persona rige su vida. Estos
principios que forman la moral pueden venir impuestos desde fuera.
En este caso hablamos de heteronomía, de moral heterónoma o
conciencia heterónoma. Pero puede ser la persona misma las que se los
imponga racional y libremente. En este otro caso hablamos de
autonomía, de moral autónoma o conciencia autónoma. Así pues
podemos hablar de dos tipos de conciencia:
Heterónoma
•  Heterónoma. Conciencia que se guía por principios que vienen
impuestos desde el exterior, de fuera, no emanan de la reflexión
racional. Se guía por los dictados del instinto o las apetencias, por la
tradición o la autoridad de personas concretas o de la mayoría. Una
conciencia es heterónoma cuando acepta los principios de alguna de
estas fuentes sin haber reflexionado si son buenos principios o no.
Autónoma
• Autónoma. Es la conciencia que se impone sus propios principios.
Cuando la persona se los impone a sí misma, haciéndolo de forma
reflexiva y sin coacciones.

- La autonomía implica universalidad. La autonomía equivale a auto


legislación, a darse a sí mismo leyes propias. Pero estas leyes que nos
damos a nosotros mismos no valen para una sola persona, sino que han
de valer universalmente. Así pues, autonomía es la capacidad de
guiarnos por leyes que nos parecen adecuadas no sólo para nosotros,
sino para cualquier ser humano
Actividad
• https://www.youtube.com/watch?v=2IUaNO1C6kI
• A partir del diálogo que se lleva acabo en el video, resume la postura
del sacerdote y del moribundo y, una vez hecho esto, establece a cuál o
cuáles posturas vistas en la clase se suscriben las posturas del
sacerdote y la del moribundo.

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