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Consentimiento

Informado
Concepto
El consentimiento informado es el elemento previo a la evaluación e intervención
psicológica, que preserva los derechos del paciente y los deberes del profesional con
respecto a la praxis.

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Principios Eticos del
consentimiento informado

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✢ 1. No
maleficencia
También es llamado Primun non nocere. Conocido como un principio
de obligación perfecta, es aquel principio que obliga al psicólogo a
mantenerse actualizado y alerta, para proceder solo en las condiciones
y bajo los tratamientos que no vayan a causar un mal innecesario al
paciente. Este principio no consiste en la evitación de no producir
beneficios, sino de no producir perjuicios.

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2. Beneficencia
Contribuir al bienestar del paciente es una obligación del psicólogo. Es imperante que
garanticemos que los beneficios que obtiene el paciente del proceso en terapia son
mayores que los perjuicios. Es un principio de obligación imperfecta, más flexible y
dependiente de las circunstancias, ya que no debemos hacer un bien a otro si ese otro

no quiere que se le haga .

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✢ 3. Autonomía
Es un principio de obligación perfecta, y se refiere a la capacidad de la persona a decidir los fines de su vida, y
los medios para alcanzarlo. Es el principio fundamental sobre el que se alza la elaboración del consentimiento
informado. Este principio necesita indispensablemente de la autoconsciencia de la identidad
personal del individuo y tiene tres ingredientes fundamentales (basados en el Informe Belmont):

1. Amplio conocimiento sobre la decisión a tomar.

2. Expresión clara y manifestada de la intención de la acción.

3. Ausencia de manipulación externa y presión interna.

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✢ 4.
Justicia
Es un derecho, un principio de obligación perfecta. Es el reparto equitativo
entre los beneficios y las cargas, los pros y los contras. Se agudiza cuando el
bien a realizar es insuficiente con respecto a los perjuicios ocasionados.

Otros principios a tener en cuenta son: vulnerabilidad, dignidad, e


integridad.

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IMPORTANTE
1. Los psicólogos deben debatir de forma permanente acerca de

las acciones y procedimientos empleados como


profesionales y de las probables consecuencias, para asegurar el
consentimiento informado antes y durante la intervención.

2. Aclarar a los clientes los procedimientos de almacenaje y


protección de su información.

3. Jerarquización de los distintos clientes en una intervención en


función a la responsabilidad (primer y segundo orden) en el caso de
haberlos.

4. Los psicólogos fomentaran la autonomía y autodeterminación,


incluso el derecho a iniciar y concluir la relación profesional

5. Especificarán los límites de la autodeterminación en función a

factores peculiares como: edad, salud mental o restricciones


legales. 8
AHORA LA PARTE PRACTICA!

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CUENTO/HISTORIA
La historia de Freud, como la mayoría de las historias de otras personas, empieza a partir de otros. En esta ocasión fueron
su mentor y amigo, Dr. Joseph Breuer y la paciente de éste, Anna O. Bertha Pappenheim, más conocida como Anna O. Fue
paciente de Breuer desde 1880 hasta 1882. Con 21 años de edad, Anna invirtió la mayoría de su tiempo cuidando de su
padre enfermo, desarrollando una tos importante que no tenía una explicación física, así como dificultades para hablar, que
finalizaron en un mutismo completo, seguido de expresiones solo en inglés, en vez de su lengua natal, el alemán.Cuando su
padre falleció, la paciente empezó a rechazar la comida y desarrolló una serie inusual y extraña de síntomas. Perdió la
sensibilidad en las manos y pies, parálisis parciales y espasmos involuntarios. También presentaba alucinaciones visuales y
visión de túnel. Toda vez que los médicos examinaban a Anna para estudiar estos síntomas que parecían físicos, no
encontraban ninguna causa física demostrable.
Además de estos síntomas, por si no fuera poco, presentaba fantasías infantiloides, cambios dramáticos de humor y varios intentos de
suicidio. El diagnóstico fue en aquel momento histeria (hoy, trastorno de conversión), lo que significaba que tenía síntomas que
parecían físicos, pero no lo eran. En las noches, Anna se sumía en unos estados de "hipnosis espontánea", tal y como Breuer les
llamó, a los que la propia paciente designó "nubes". (Anna tenía una formación intelectual alta y era una mujer muy preparada; así
que no es de extrañar que ella utilizase términos muy precisos, incluso técnicos para designar algunos de sus estados, como en el caso
de los estados hipnoides, llamándoles nubes. N.T.). Breuer se dio cuenta de que, a pesar de estos estados de trance, la paciente podía
hablar de sus fantasías diurnas y de otras experiencias, sintiéndose mejor posteriormente. Anna llamó a estos episodios "limpieza de
chimenea" y "la cura por la palabra« .En algunas ocasiones, durante la "limpieza de chimenea", Anna proporcionaba algunos datos
que daban comprensión particular a algunos de sus síntomas. El primer dato sobrevino justo después de negarse a ingerir agua
durante un tiempo: recordaba ver a una mujer bebiendo agua de un vaso que un perro había lamido antes. Cuando recordaba esta
imagen, se disgustaba y le sobrevenía una sensación intensa de asco…solo para inmediatamente después ¡beberse el vaso de agua!
En otras palabras, su síntoma (la hidrofobia) desaparecía tan pronto se verbalizaba y se sentía la sensación particular de asco; es
decir, la base del síntoma. Breuer llamó catarsis, del griego referido a "limpieza", a estos estados de recuperación espontánea.
La polémica del caso de Anna O
De acuerdo con Freud, Breuer reconoció que la paciente se había enamorado de él y además él también se sentía atraído por ella.
Además, la paciente le comentaba a todo el mundo que estaba embarazada de Breuer. Se podría decir que ella le deseaba tanto que
su mente le dijo a su cuerpo que esto era cierto, desarrollando un embarazo histérico (hoy llamado pseudociesis o embarazo
psicológico. N.T.). Breuer, un hombre casado en la época victoriana, abandonó abruptamente las sesiones y perdió todo interés en
la histeria.
Fue Sigmund Freud quien posteriormente retomó lo que Breuer no había reconocido abiertamente; es decir, en el fondo de todas
estas neurosis histéricas yacía un deseo sexual.
Con respecto a la evolución de Anna, ésta pasó gran parte del tiempo restante en un sanatorio. Más tarde, se convirtió en una figura
muy respetada y activa (la primera mujer asistente social de Alemania) bajo su nombre propio: Bertha Pappenheim. Murió en
1936.
Anna será siempre recordada, no solo como la inspiración de la teoría de la personalidad más influyente que hayamos conocido,
sino también por sus propios logros y por su lucha por los derechos de las mujeres.

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