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Antonin Dvorak

(1841-1904)
El más grande mú sico checo
• Antonín Dvořák (Nelahozeves, 8 de septiembre de 1841-Praga,
1 de mayo de 1904) fue un compositor posromántico natural
de Bohemia, territorio entonces perteneciente al Imperio
austríaco. Es considerado el principal representante del
nacionalismo checo en la música y es uno de los grandes
compositores de la segunda mitad del siglo XIX. Sin perder una
amplia proyección internacional, supo extraer las esencias de
la música de su tierra natal. Su obra más célebre es la Sinfonía
“del Nuevo Mundo”.
El estilo musical de Dvorak
Dvořák utilizó varias formas musicales. Sus nueve sinfonías responden
al modelo clásico y habrían sido aprobadas por Beethoven, aunque
están estilísticamente más cerca de las de Brahms, pero también
cultivó el poema sinfónico y la influencia de Wagner puede rastrearse
en alguna de sus composiciones. Muchas de sus obras muestran la
influencia del folclore checo, ya sea por los ritmos o por las formas
melódicas; quizás el ejemplo más claro son las dos compilaciones de
danzas eslavas (Danzas eslavas para piano a cuatro manos, op. 46 y 72,
compuestas el 1878).
Además, Dvořák compuso óperas (la más célebre de las cuales es
quizás Rusalka), música de cámara (incluyendo un reducido conjunto
de cuartetos de cuerda, entre los cuales destaca el llamado
«Americano») y música para piano, a más de su famosísimo concierto
para violoncelo en si menor, considerado universalmente como la más
grande obra solista creada para ese instrumento.
La sinfonía Nro 9 “Del nuevo mundo”
La Sinfonía n.º 9 en mi menor, Op. 95 (1893), también conocida como Sinfonía del Nuevo Mundo, es
posiblemente la sinfonía más conocida de Antonín Dvořák. Fue compuesta en 1893 durante la estancia del
compositor en Estados Unidos.
Dvořák estaba interesado en música americana nativa y los espirituales negros que escuchó en Estados
Unidos. A su llegada a Estados Unidos declaró: “Estoy convencido de que el futuro de la música en este país
debe basarse en lo que se llama negro melodies. Estas pueden ser el fundamento de una escuela seria y
original de composición, a desarrollar en los Estados Unidos. Estos hermosos y variados temas son producto de
la tierra. Son las canciones folclóricas de Estados Unidos y los compositores estadounidenses deben recurrir a
ellas.”
Un día antes de su estreno, en un artículo publicado en el New York Herald el 15 de diciembre de 1893, Dvořák
explicó cómo la música nativa norteamericana había sido una influencia en esta sinfonía: “En realidad no he
utilizado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que
incorporan las peculiaridades de la música indígena y usando estos temas como sujetos, los he desarrollado
con todos los recursos del ritmo, el contrapunto y el color orquestal modernos.”
A pesar de todo esto, se suele considerar que, como muchas otras de las obras de Dvořák, este trabajo tiene
más en común con la música popular de su Bohemia natal que con los Estados Unidos. Leonard Bernstein
afirmó que la obra era realmente multirracial en sus bases.
En el estreno de la sinfonía la acogida estuvo acompañada por vítores permanentes. El final de cada
movimiento fue recibido con aplausos atronadores y Dvořák se vio obligado a ponerse de pie e inclinarse para
saludar. Siendo este uno de los triunfos públicos más grandes de su carrera. Cuando se publicó la sinfonía,
muchas orquestas europeas no tardaron en presentarla. Clapham dijo que la sinfonía pronto se convirtió en
una de las más populares de todos los tiempos y en ese tiempo cuando los trabajos más importantes del
compositor estaban siendo muy bien recibidos por muchos países, la sinfonía alcanzó el resto del mundo
musical convirtiéndose en un favorito universal.
“Rusalka”
La más grande ó pera checa
“Rusalka” es considerada no solamente la obra maestra de Antonín Dvorak, sino la
cúspide absoluta de la ópera checa. El compositor basó la obra en cuentos de hadas
tradicionales de su país. El deseo más grande de Dvořák era lograr un éxito rotundo con
una ópera, quizá llegar a escribir auténticas óperas populares, como Verdi. Compuso la
música en un tiempo relativamente corto: empezó el 22 de abril de 1900 y la completó
para finales de noviembre. Sería su mejor obra dramática y merece un lugar entre las
mejores óperas de todos los países. El ambiente mágico del primer y último acto está
maravillosamente conseguido, tiene algo de Wagner aquí y allá, pero es antes que nada
checa, con la más profunda y fina sensibilidad para un verdadero arte popular. La ópera
cuenta con melodías de una belleza pura y conmovedora. Se sabe que, para componer
esta ópera, se retiraba todos los días durante diversas horas junto a un lago solitario en
el bosque.
Dvorák se valió de todos los recursos estilísticos de moda en aquella época, el desarrollo
clásico, la técnica del leitmotiv, las formas del lied y del aria, todos ellos se sintetizan de
manera armoniosa para ofrecer una mezcla interesante de los modismos de la música
impresionista y tintes del expresionismo.
La trágica historia de la Rusalka, basada en su búsqueda de un amor idealizado e
imposible y las terribles consecuencias que debe pagar por ello han conmovido siempre
a todos los públicos.
“Rusalka” Met Opera 2014
“Rusalka” Met Opera 2014

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