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ANTONÍN DVOŘÁK

Sinfonía op. 95 nº 9 en mi menor:


Sinfonía del Nuevo Mundo

Trabajo de Concepto Histórico de la música III

Alba Vinti López

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Índice:

1. Breve resumen del contenido del trabajo 3

2. Cuerpo del trabajo 4

a. Contexto histórico y estilístico

b. Biografía

c. Aspectos destacables propios de la música de Dvořák

d. La 9ª sinfonía: características

e. La 9º sinfonía: historia de su interpretación

3. Reflexión personal y conclusión

4. Bibliografía

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1.Resumen del contenido del trabajo
El trabajo presentado a continuación pretende hacer un análisis formal e histórico de la
Sinfonía op. 95 nº 9, “Del Nuevo Mundo” del compositor bohemio Antonín Leopold
Dvořák. En primer lugar se realizará una aproximación a la vida y el entorno socio-
cultural y artístico del compositor. Posteriormente se hablará del movimiento musical
que toca más de cerca al compositor, el nacionalismo musical, y, dentro de este, de las
peculiaridades que hacen de Dvořák el máximo representante del nacionalismo musical
checo. Posteriormente, se hará un análisis formal y de las características de cada uno de
los movimientos de su sinfonía nº 9. Finalmente, se hablará de las diversas
interpretaciones que se han dado de la obra a lo largo de la historia. Se concluirá el
trabajo con una reflexión personal de la obra y de la vida y proceso compositivo del
autor.

2. Cuerpo del trabajo

2.a. Contexto histórico y estilístico


En la realidad de Antonín Dvořák confluyen el contexto histórico y el contexto
estilístico, convirtiéndose en un único e importante condicionante para su creación y
concepción artística, que marcará toda su producción musical: el nacionalismo será el
elemento clave para la comprensión de las motivaciones del compositor. Así pues, si
queremos comprender en qué circunstancias vivió, creó y compuso Dvořák, debemos
ahondar en el nacionalismo, tanto político como musical.

El nacionalismo como movimiento sociopolítico surge de la creación de un concepto


clave en la historia de los pueblos: el concepto de nación. Éste surge a raíz de la era de
las revoluciones de finales del siglo XVIII.

La época del nacionalismo es el período del siglo XIX en el que coinciden la formación
de las naciones europeas con el surgimiento de la ideología y los movimientos
nacionalistas. Éstos tienen dos principios principales: el principio de soberanía nacional

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(que defiende que la nación es la única base legítima para el estado) y el principio de
nacionalidad.

En el caso del Imperio Austro-húngaro, en el cual vivió Dvořák, se trataba de un


imperio de régimen autoritario, caracterizado por la variedad étnica que contenía, cuyo
poder comienza a debilitarse en el siglo XIX, debilitamiento en gran parte provocado
por los conflictos derivados de las reivindicaciones nacionalistas de los pueblos eslavos
(checos, eslovacos, polacos, croatas, etc).

De este modo, es el movimiento nacionalista de los pueblos eslavos el que influye en el


nacionalismo checo, del cual Dvořák es el máximo representante. Uno de los principales
atrayentes del movimiento nacionalista es el sentimiento de pertenencia, y uno de los
principales motivos para el surgimiento de este tipo de movimientos es el sentimiento
de amenaza, lo cual hace del momento en que vivió Dvořák un magnífico campo de
cultivo.

Así pues, el nacionalismo musical pretende precisamente apelar a ese sentimiento de


pertenencia a un grupo, y lo hace mediante el empleo de elementos propios de la
cultura de la nación en cuestión, como elementos del folclore, la historia, las melodías
populares, etc, es decir, el empleo de motivos o temas que son reconocibles como
nacionales o regionales.

En la órbita de Dvořák podemos destacar también a Bedřich Smetana y a Leoš Janáček.


Tanto bohemios como moravios habían estado bajo el poder de los Habsburgo en el
Imperio Austrohúngaro y sometidos al alemán y al catolicismo. Para preservar la lengua
materna se creó un teatro provisional en Praga, en el que se promovería el checo, los
compositores la música tradicional, y se programaría usando temas nacionales.

2.b. Biografía
Antonín Dvořák nació en 1841 en Nelahozeves, una población de Praga, entonces parte
de Bohemia en el Imperio austríaco, hijo del propietario de un pequeño establecimiento
hotelero que había trabajado como intérprete profesional de cítara. Sus primeros años
estuvieron marcados por el catolicismo y el amor por su herencia bohemia, que influyen
tanto en su música. En 1847, con 6 años, ingresó en la escuela primaria y aprendió a

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tocar el violín con su maestro Joseph Spitz. Mostró un talento fuera de lo común ya de
niño. Su padre estaba muy satisfecho con su talento. Pese a que su trayectoria
profesional estaba ya planificada, cuando fue enviado a Zlonice para aprender el oficio
de carnicero a la edad de 13 años, él se acabó centrando más en la música, dedicándose
a ella en su tiempo libre y aprendiendo con A. Liehman y J. Toman. En este período
escribiría probablemente su primera composición, Polka Pomnenka, en 1855.

Con su maestro Liehman estudió piano, órgano y violín, y éste, que era organista de la
iglesia de Zlonice, le permitía tocar en las misas, y le presentó a los compositores del
momento. Cuando su padre ya no fue capaz de mantenerle durante más tiempo, Dvořák
comenzó a tocar en la orquesta de Karel Komzác para ganarse la vida, y más tarde, tras
estudiar en la escuela de órgano de Praga, donde estudió violín y vihuela, en 1886 llegó
a tocar en la orquesta del Teatro Nacional de Praga como violista, bajo la batuta de
Bedrich Smetana.

La necesidad lo llevó a dedicarse principalmente a la enseñanza, hecho que le dejaba


muy poco tiempo libre, hasta que en 1871 dejó la orquesta para dedicarse a la
composición. Se enamoró de una alumna, y compuso un ciclo de canciones, Cipreses,
que ilustraba la tristeza que sintió cuando ésta se casó con otro hombre. No obstante,
más tarde se casó con la hermana de su alumna, Anna Čermáková.

La primera obra célebre fue una cantata, compuesta con un poema de Vítězslav Hálek,
Los Herederos de la Montaña. Es una obra de gran carga patriótica. Con su estreno
consiguió que su nombre comenzara a ser célebre, primero para el público checo, y más
tarde para el público internacional.

En 1874 le concedieron una beca del gobierno austríaco por el mérito obtenido con su
sinfonía nº 3. En el jurado estaba Johannes Brams, con el que entablaría una duradera
amistad. Su intermediación permitió la publicación de algunas de sus obras con la
editorial Simrok. Las interpretaciones de sus obras en el extranjero fueron cada vez más
numerosas, y su fama aumentó. Se interpretaron sobre todo las Danzas Eslavas y el
Stabat Mater.

Viajó al Reino Unido nueve veces, cinco de las cuales ocurrieron entre 1884 y 1886. El
primer viaje fue muy prolífico artísticamente. El público inglés acogió

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excepcionalmente sobre todo el Stabat Mater, que dirigió él mismo en el Royal Albert
Hall durante el primer viaje. Quizás el motivo de que tuviera tan buena acogida fue lo
acostumbrado que se encontraba el público a los oratorios de Händel, que todavía se
interpretaban y apreciaban. El primer viaje duró 20 días, y en éstos hubo varios
conciertos dedicados a interpretar su música. La editorial Novello de Londres le
entregó, antes de regresar a su país, un sustancioso adelanto para que compusiera un
oratorio. Así tuvo el apoyo económico necesario para comprar una residencia de verano
en la que retirarse para reflexionar, concentrarse, aislarse y componer. Aquí se retiraría
para componer muchas de las futuras obras. En 1884, fue nombrado miembro de honor
de la Sociedad Filarmónica de Londres. Escribió La novia del espectro(1884) y el
Réquiem (1890) para Birmingham, la Séptima Sinfonía para la Sociedad Filarmónica y
Santa Ludmila para Leeds. Recibió el título de Doctor honorario de Música por
Cambridge en 1891.

El segundo viaje tuvo lugar en otoño de 1884. Volvió a dirigir el Stabat Mater en el
festival de Worcester. Al regreso compuso la cantata La novia del espectro; fue
traducida al ingles y publicada por Novello.

El tercer viaje fue en 1885 y se dedicó principalmente a la primera interpretación de la


Séptima Sinfonía en Re menor, Op. 70. Dijo de ella que fue realizada “en una época
llena de duda, amargura, dolor silencioso y resignación”. El motivo de su gran dolor era
la reciente muerte de su madre, por lo que esta sinfonía fue denominada Trágica. Fue
recibida con gran entusiasmo y la crítica las compararó a las de Beethoven y Schubert.

Viajó con su mujer Anna a Londres en agosto de 1886. Presentó La novia del espectro
en el Festival de Birmingham. Después de tantos éxitos, Dvorak logró por fin una
independencia económica. Los éxitos iban aumentando día a día y esto le dio una mayor
libertad en sus opciones artísticas. Así se propuso un oratorio nacional, Santa Ludmila,
que acabó en mayo de 1886. Se estrenó en Leeds el mismo año, en el quinto viaje del
compositor al Reino Unido. Dijo de este recibimiento “Me encuentro en un estado de
gran excitación, entre otras cosas por la notable interpretación de la orquesta, del coro y
de los solistas, todos de primera calidad, pero de manera especial por las ovaciones
clamorosas del público. ¡No había comprobado en toda mi vida el entusiasmo, el
característico entusiasmo inglés!”

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De 1886 a 1890, permaneció en Bohemia dedicado a la composición. De esta época son
la Misa en re Mayor Op. 86, la ópera El jacobino, que se representó en el Teatro
Nacional de Praga en 1899, y la octava sinfonía en sol mayor Op. 88. La ópera es una
de las composiciones más alegres escritas por Dvořák. El personaje central es un
músico bohemio que vive por su hija y su arte. Es claramente una representación de su
maestro Anton Liehmann. Los otros personajes se asemejan mucho a las gentes del
pueblo en el que creció.

En 1890 Dvořák realizó el que sería ya el sexto viaje a Inglaterra. Presentó la Octava
Sinfonía. Era ya tan célebre en Europa que realizó giras por Alemania y Rusia,
cubriéndosele de alabanzas. Con motivo de la invitación de Tckaikovsky, visitó Rusia.
En San Petersburgo y Moscú ejecutó sus propias obras, y por aquel entonces seguía
estrenando nuevos trabajos en Praga y Londres.

En 1891 realizó el octavo viaje a Inglaterra para dirigir su Réquiem en el festival de


Birmingham. Fue nombrado profesor del Conservatorio de Praga ese mismo año.
Inauguró una forma de didáctica nada autoritaria, como él mismo dijo que hicieron sus
maestros con él.

En Estados Unidos, más tarde, pasó una etapa singular de su vida. Le fue ofrecida la
dirección del Conservatorio de Nueva York por su fundadora, Jeanette Thurber. Él
accedió con la condición de que los estudiantes nativos americanos y afroamericanos
con talento que no pudieran permitirse económicamente estudiar en el conservatorio,
fueran admitidos gratuitamente. Se trasladó allí en 1892, y fue el director hasta 1895.
Aquí conoció a un compositor afroamericano, Harry Burleigh, al que enseñó
composición a cambio de que Burleigh pasara horas cantando espirituales americanos
para él. Aquí fue donde compuso, el invierno de 1893, la Sinfonía nº 9 o Sinfonía del
Nuevo Mundo, influida por los cantos espirituales negros, y por la música popular
estadounidense. También compuso el Quinteto para cuerdas en mi bemol Mayor y el
célebre Cuarteto americano. También destaca de este período el Concierto para
violoncello y orquesta, que se convirtió en una de las obras más interpretadas del
repertorio de este instrumento.

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Finalmente regresó a Praga en 1895, por las dificultades económicas y las relaciones
familiares que todavía tenía allí. Comenzó de nuevo a enseñar en el conservatorio.

Salió de su patria ya en muy pocas ocasiones, una de ellas para realizar su noveno y
último viaje a Inglaterra, para estrenar su Concierto para violoncello y orquesta. Aquí
aúna elementos del folclore americano y del checo. La tendencia es romántica, y es una
obra en la cual la preocupación por la independencia del instrumento solista es muy
clara. El cello destaca sobre la orquesta, que nunca lo entorpece. Es una de las obras
más destacadas de la literatura para violoncello solista.

En Bohemia comenzó a componer poemas sinfónicos y compuso la ópera Rusalka


(1901), que tuvo un gran éxito en el ámbito de la música dramática. Volvió a
predominar el ideal romántico de su juventud, como Wagner o Listz. También empezó a
enseñar en el Conservatorio de Praga.

Aquí murió a los 62 años el 1 de mayo de 1904 de una trombosis cerebral. Siempre
permaneció humilde y de gustos sencillos, aun después de recibir muchos premios, y
leal a su nacionalidad checa.

2.c. Aspectos destacables propios de la música de


Dvořák
El nombre de Antonín Dvořák es icónico cuando se habla de nacionalismo musical, y es
generalmente declarado como el máximo representante del nacionalismo checo.

Cuando de influencias se trata, a menudo se reconocen grandes compositores que


tuvieron influencia sobre la música de otros. En el caso de Dvořák, reconocemos la
influencia de Ludwig Van Beethoven en cuanto a las formas, ya que en sus obras, el
compositor bohemio emplea generalmente las clásicas. Johannes Brahms, en cuanto al
estilo, además de ser un gran apoyo y amigo para Dvořák en vida. Richard Wagner, ya
que Dvořák también compuso muchos poemas sinfónicos y se deja entrever aquí la
admiración que tenía por el compositor alemán, que le acompañó durante sus primeras
composiciones, y que retomó en sus últimos años de vida, ya asentado en su país natal,
cuando compuso el mayor número de poemas sinfónicos. Piotr Ilich Tchaikovsky, al

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cual admiraba en gran medida y el cual lo invitó a Rusia para dar a conocer allí sus
obras, y por último, Bedrich Smetana, del que se dice que tuvo con Dvořák una relación
en cierto modo contradictoria y competitiva.

Pero no solo fueron compositores los que influyeron en la forma de componer de


Dvořák, sino que es de suma importancia el elemento por el cual es reconocido como
compositor nacionalista: el folclore checo, que se ve reflejado en los ritmos y en las
melodías, como ejemplifica muy claramente una de sus composiciones más célebres: las
Danzas Eslavas. La influencia del folclore dota a la música de Dvořák de una variedad
melódica única y riquísima, todo ello sin renunciar a las formas clásicas en la sinfonía.

Dvořák, al haber sido músico de orquesta durante los primeros años de su carrera
musical, y bajo grandes batutas, como la de Smetana, tenía un conocimiento del
funcionamiento de la orquesta y de cómo sonaban las cosas desde dentro, hecho que
probablemente posibilitó su gran dominio de los coloridos de la orquesta sinfónica, de
la orquestación y de la composición para grandes números de personas.

Pero, pese a que su obra sinfónica es destacable, Dvořák también es importante por
haber compuesto en una gran cantidad de géneros distintos, desde la música de cámara a
la música sinfónica pasando por la ópera, entre otros. Fue un compositor muy prolífico,
de hecho, todavía no se ha descubierto la totalidad de su obra. Y pese a que obras como
las últimas sinfonías son frecuente y asiduamente programadas en las salas de concierto
de todo el mundo, hay otras obras de una riqueza incomparable en su literatura, como
Ludmilla o los cuartetos de cuerda.

2.d. La 9ª sinfonía: características de la obra


Dvořák compuso esta grandiosa sinfonía como homenaje a una nación y a una cultura.
“El nuevo mundo” se refiere, inequívocamente, a los Estados Unidos. La estrenó en
Nueva York, y se convirtió en una de las obras maestras del romanticismo.

Compuesta en 1893 en la misma ciudad, la obra da muestra de que Dvořák no solo


sentía una predilección por los elementos del folclore de su propio país, sino que al

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viajar a otro país cuyas raíces encontró muy latentes, también empleó los elementos de
su folclore para ilustrar con sus melodías su última sinfonía.

Pese a su exótica sonoridad, Dvořák mantiene las formas clásicas al estilo de


Beethoven.

Tras aceptar su puesto de director en el conservatorio de Nueva York, Dvořák se topó


allí con una variedad de culturas riquísima, ya que muchos orígenes diferentes
convivían allí. Con su amigo Harry Burleigh conoció a fondo los espirituales negros. Al
conocer sus melodías y sus armonías se convenció de que aquello para lo que había sido
invitado a Nueva York (dotar a la música clásica norteamericana de una identidad
propia, como nacionalista que era) debía pasar forzosamente por los espirituales negros.
Así lo demuestra claramente en el segundo movimiento de la obra que nos ocupa.

La obra fue resultado de un encargo de la Filarmónica de Nueva York. En ésta debía


aunar todo lo que había aprendido, y ligar el estilo la música occidental con los estilos
que, a su criterio, debían conformar la idiosincrasia de la música estadounidense. Así
surgió esta obra colosal.

La obra fue de composición muy rápida, ya que Dvořák se sirvió de temas que ya había
ideado con anterioridad, uniéndolos con los espirituales negros, pero también con la
música folclórica india. Todo esto, tratado como si fuera una obra occidental, con las
correspondientes reglas de contrapunto y forma, dio lugar a algo completamente nuevo.

Para el segundo y tercer movimientos, Dvořák empleó notas y apuntes sobre un poema
épico de Henry W. Longfellow, poeta estadounidense, que se llamaba “Canción de
Hiawatha”.

FORMA:

 1er movimiento: Adagio – Allegro molto

MACROESTRUCTURA MICROESTRUCTURA
INTRODUCCIÓN
EXPOSICIÓN Tema A en modo menor / Tema de
transición en modo menor / Tema B

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DESARROLLO Desarrollo temas A y B pasando por
distintas tonalidades, texturas imitativas.
Idea cíclica
REEXPOSICIÓN Tema A en modo menor / Tema de
transición en modo menor / Tema B
CODA Tutti, textura imitativa, gran carga
dramática por la tensión que se genera al
retomar el motivo como una repetición
obsesiva.

Este primer movimiento tiene una clara forma sonata clásica. Como ya hemos dicho con
anterioridad, vemos aquí reflejado que, pese al colorismo melódico y tímbrico, Dvořák
no renuncia a las formas clásicas. En la introducción vemos una clara influencia del
sinfonismo beethoveniano. En cuanto a los temas, aunque en el esquema no se aprecie
bien, cabe destacar que Dvořák realiza un curioso juego de composición, ya que los
temas están claramente relacionados y son similares. B podría tomarse como una
inversión de los intervalos de A, mientras que el Tema de transición es una síntesis
entre A y B. Así, Dvořák consigue crear una sensación de motivos que vuelven
continuamente bajo distintas apariencias.

 2º movimiento – Largo

Este movimiento se abre con el tema principal, que también cerrará el movimiento. El
protagonista es el corno, con un tema que recuerda a un espiritual negro, y que, se dice,
Dvořák dedicó a su amigo Harry Burleigh, quien, como decíamos en la biografía, le
cantaba canciones de su folclore a cambio de lecciones de armonía.

A continuación aparecen dos temas nuevos en la sección central, B y C, tan unidos que
podría tomarse C como una extensión de B. Estos dos temas melancólicos – que, según
fuentes, representarían un funeral – aparecen primero representados por las maderas, y
luego conducidos por las cuerdas.

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El último tema en aparecer, D, cambia completamente el carácter, con una melodía y
motivos que recuerdan a la primavera, el amanecer, el bosque, sin duda mucho más
alegre que los anteriores.

Lo curioso y destacable de este movimiento es que, tras el tema D, y antes de la


reexposición del tema A que clausurará el movimiento, Dvořák emplea los motivos
principales del primer movimiento en los metales, dando así un ejemplo claro de la
forma cíclica, esto es, retomar ideas de movimientos anteriores. Dvořák es, de hecho,
uno de los mayores representantes de la forma cíclica.

 3er movimiento: Molto vivace – Poco sostenuto

Este movimiento retrata una danza de los indios de los bosques de Norteamérica. Según
Dvořák retrata el capítulo de “La canción de Hiawatha” que narra la boda de un indio,
de ahí que el carácter del Scherzo sea tan festivo.

El scherzo consta de dos tríos y la forma resultante es AABACABA, es decir, el tema A


repetido dos veces y después aparece el tema B, interpretado por las maderas, tras lo
cual aparece el tema festivo de A de nuevo, luego aparece el tema C, no sin antes
presentar un tema del primer movimiento distorsionado, como hizo en el segundo
movimiento. Este tema C es el segundo trío.

Tras esto, se reexpone A y de nuevo B y A.

 4º movimiento: Allegro con fuoco

MACROESTRUCTURA MICROESTRUCTURA
INTRODUCCIÓN
EXPOSICIÓN Tema A (metales ff) / Tema de transición
(reducción de A) / Tema B (lírico)
DESARROLLO Disputa entre Tema A, Tema de
transición, tema del corno del 2º
movimiento…
REEXPOSICIÓN Se omite el Tema de transición, el Tema
A llega directamente hasta el lirismo del
Tema B

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El último y más conocido tiene de nuevo forma sonata. Aquí encontramos la máxima
expresión de la forma cíclica. Encontramos una síntesis, recuperación y transformación
de todos los temas presentados en anteriores movimientos, sumando la fuerza y
grandeza de este tema A tan célebre.

2. e. La 9ª sinfonía: historia de su interpretación


La 9º sinfonía es sin duda una de las obras sinfónicas más programadas prácticamente
desde su composición. Ya en la época tuvo una gran acogida por parte del público, que
en su estreno aplaudió tras cada movimiento. Pronto en Europa se comenzó a
programar, y se dijo de ella que era una de las sinfonías más populares de todos los
tiempos, y una de las obras con más éxito de la carrera de Dvořák, que por aquel
entonces ya tenía una fama consolidada como compositor y tenía mucho éxito cuando
dirigía sus sinfonías, además de publicar regularmente con editoriales muy importantes.

Por este motivo, son numerosísimas las interpretaciones que de esta ciclópea sinfonía se
han realizado. Quizás podríamos destacar algunas de las que más cerca nos tocan, a las
que podemos acceder mediante el instrumento que más empleamos hoy en día para
escuchar música: internet.

A continuación, una relación de versiones que podemos encontrar en plataformas


accesibles:

- Versión de la Berliner Philharmoniker con Rafael Kubelik, 1995 – Spotify


- Versión de la New York Philharmonic, 2017 – Spotify
- Versión de la Wiener Philharmoniker con Herbert von Karajan, 1985 – Spotify
- Versión de la New York Philharmonic con Leonard Bernstein, 1962 – Spotify
- Versión de la Berliner Philharmoniker con Claudio Abaddo, 1999 – Spotify
- Versión de la Berliner Philharmoniker con Claudio Abaddo – Youtube
- Versión de la Münchner Philharmoniker con Celibidache, 1991 – Youtube
- Versión de la Wiener Philharmoniker con Karajan - Youtube
- Versión del 4º movimiento con Gustavo Dudamel - Youtube

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3.Reflexión personal y conclusión
Sin lugar a dudas, la 9ª sinfonía de Dvořák es una obla de grandísima importancia en el
repertorio del siglo XIX. Se trata de una obra ciclópea en cuanto a su concepción, por el
hecho de aunar dos elementos tan separados, sobre todo en la época, como son el
academicismo de la música “culta” occidental con la música folclórica de este lugar al
que Dvořák llamó “el nuevo mundo”.

Su celebridad da cuenta de esto, y de que Dvořák fue un grandísimo compositor que, a


diferencia de otros, tuvo la fortuna de ser copiosamente valorado en vida.

En cuanto al estilo en el cual se le enmarca, el nacionalismo musical, considero que es


muy interesante cómo la música, como las artes, pueden ser un espejo de la situación
que sus creadores vivieron. Así, un arte “puro” y “elevado” como la música clásica, se
baña de reivindicación, en este caso, de la idiosincrasia del pueblo bohemio y eslavo,
que Dvořák pretende retratar en sus obras mediante el empleo de elementos del folclore
bohemio y eslavo, al que tanto estuvo unido en su edad temprana.

En cuanto a la 9ª sinfonía, “Del Nuevo Mundo”, considero que la motivación por la que
la Filarmónica de Nueva York a encargarle al compositor checo es comprensible, ya que
los estados unidos, al ser una tierra llena de tantas culturas diferentes, carecía de un
estilo musical propio único – esto en cuanto a la música “culta”, porque ya vemos que
esta tierra era evidentemente rica en otras músicas, como los espirituales negros. No
obstante, vemos en el hecho de que otorgaran a un compositor europeo esta tarea un
ejemplo más del colonialismo aberrante que surge unos siglos antes de este hecho y
continúa hasta nuestros días en forma de neocolonialismo. Es decir, el academicismo
europeo fue el que decidió cuál debía ser la música propiamente estadounidense,
haciendo una mixtura con la forma occidental de componer y el folclore americano.
Pero, en mi opinión, habría sido más acertado dejar a los propios y verdaderos
americanos que decidieran esto. Quizás el primer paso para esto fue el que dio Dvořák
cuando accedió a dirigir el Conservatorio de Nueva York a cambio de admitir a alumnos
afroamericanos y nativos americanos.

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4.Bibliografía:
- Grout y Palisca: Historia de la música occidental

- http://www.historiadelasinfonia.es/historia-2/siglo-xix/dvorak/

- https://www.revistaesfinge.com/arte/musica/item/414-13reflexiones-sobre-la-
vida-y-obra-de-antonin-dvorak

- http://tono-menor.blogspot.com.es/2012/05/grandes-obras-sinfonia-n-9-en-mi-
menor.html

- http://visarmie.blogspot.com.es/2009/01/sinfona-9-en-mi-menor-del-nuevo-
mundo.html

- http://abrantextos.blogspot.com.es/2011/07/dvorak-sinfonia-n-9-en-mi-menor-
del.html

- Dvořák and his world - Michael Brim Beckerman

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