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unidad

Aplicación de técnicas de
soporte vital
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Riesgo Vital y soporte vital

En algunas situaciones de emergencia, la vida de la víctima puede


encontrarse en una situación de riesgo vital, en la que funciones
esenciales como la respiración o la circulación de la sangre se
detienen, generalmente por un paro cardiorrespiratorio (PCR) o
por una obstrucción de las vías respiratorias. Si no se reanudan en
pocos minutos, la supervivencia del individuo o su salud futura
peligran gravemente. En la mayoría de las ocasiones, la persona
en situación de riesgo vital está inconsciente, ya que ha sufrido lo
que se conoce como “desmayo” o “pérdida de conocimiento”.

En estos casos, las personas más próximas deben actuar de


inmediato para conseguir que estas funciones vitales vuelvan a la
normalidad, de tal manera que la respiración sea suficiente para
oxigenar la sangre que llega a los pulmones y que la circulación
sanguínea pueda llevar este oxígeno a las células, especialmente
al cerebro. Esta intervención comprende un conjunto de
actuaciones conocidas como soporte vital, cuyo objetivo es
aumentar las posibilidades de supervivencia de la víctima hasta la
llegada de los servicios médicos de emergencias.
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Riesgo vital y soporte vital


Cadena de supervivencia
La idea del soporte vital está estrechamente ligada a la de cadena
de supervivencia, un concepto que se propuso a finales de la
década de 1980 para referirse al conjunto de actuaciones que
deben ponerse en marcha, de forma rápida y ordenada, ante
cualquier emergencia, especialmente cuando se identifica una
situación de riesgo vital.

La cadena de supervivencia consta de cuatro fases:


1. Reconocimiento temprano de la situación de urgencia y
activación de los servicios de emergencia (112), con la
intención de prevenir o reconocer una parada
cardiorrespiratoria (PCR).
2. Puesta en marcha del protocolo de soporte vital básico
(SVB), iniciándose la reanimación cardiopulmonar (RCP), si
fuera necesario.
3. Realización de una desfibrilación, si llegase el caso,
haciendo uso de dispositivos automáticos (DEA) o
semiautomáticos (DESA), para recuperar el latido cardíaco.

4. Soporte vital avanzado (SVA), junto a cuidados


postreanimación si la víctima se recupera del PCR.
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Riesgo vital y soporte vital

Conducta PAS

1. Proteger: Asegurar la zona

2. Alertar: Llamada al 112 y pedir ayuda.

3. Socorrer: Identificar inconsciencia y, si fuera necesario,


iniciar SVB.
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Soporte vital básico (SVB)

Actuaciones destinadas a mantener las funciones vitales


esenciales de la víctima hasta la llegada de los servicios de
emergencia.
Dichas actuaciones se pueden resumir en tres pasos:
- Verificar la consciencia.
- Verificar respiración
- RCP

Primer paso: verificar la conciencia de la víctima


Para la comprobación de la conciencia de la víctima, vamos a
estimularla inquiriéndole repetidamente con frases sencillas del
tipo “¡Oiga!, ¿Me oye?”, o fórmulas parecidas. Se puede mejorar la
eficacia dando pequeñas palmadas en la mejilla o sacudiendo los
hombros con cuidado.
Si en ese momento la víctima reacciona a la estimulación, aunque
hable confusamente, se considera que está consciente. En este
caso le preguntaremos sobre lo sucedido, comprobaremos otros
problemas graves, no moveremos a la víctima y alertaremos al 112
si lo consideramos necesario.
En el caso de que la víctima no reaccione a la estimulación,
consideramos que está inconsciente. En este caso, la víctima no
nos podrá transmitir información de modo que nos informaremos
con sus acompañantes.
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Soporte vital básico (SVB)


Segundo paso: comprobar la respiración
En esta fase, debemos comprobar si la víctima, que está
inconsciente, presenta una respiración adecuada y espontánea.
Para ello, en primer lugar, debemos asegurarnos de que las
estructuras que conforman la vía aérea están alineadas y no están
obstruidas, es decir, que sea posible el flujo de aire entre el
exterior y los pulmones. Esta apertura de la vía aérea se realiza
mediante la maniobra frente-mentón.

Si la persona atendida respira, debemos colocarla en posición


lateral de seguridad (PLS) para evitar que, debido a la
inconsciencia, se produzca la obstrucción de la vía aérea, porque
la lengua se relaje y caiga hacia atrás. Esta posición también se
utiliza para prevenir la aspiración de vómito, saliva u otros fluidos y
la consiguiente obstrucción de la vía aérea.
Nunca colocaremos a la victima en PLS en los siguientes casos:

A una persona ahogada o que haya sufrido traumatismos


importantes en el agua, ya que podrían tener asociada una
lesión de la columna cervical o de la médula espinal.
Cuando se trate de un politraumatizado (por ejemplo, una
persona que se ha caído desde una gran altura), por los
mismos motivos que en el caso anterior.
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Soporte vital básico (SVB)

Existen unos sencillos dispositivos que se pueden utilizar para


mantener abierta la vía aérea cuando no deseamos o no podemos
colocar a la víctima en PLS. Técnicamente se denominan cánulas
orofaríngeas, y la más utilizada es la cánula de Guedel. Existen
varios tamaños (números), según el tamaño del individuo. Para
utilizar el número adecuado, se puede medir la distancia entre los
incisivos y el ángulo de la mandíbula.

En caso de que la víctima esté inconsciente y no respire, es


necesario determinar si hay PCR o no; hay muchas causas de
inconsciencia o de bajo nivel de conciencia que no
necesariamente van a coincidir con una PCR. En los adultos, la
mayoría de los PCR se deben a un fallo del corazón, con la
excepción de las víctimas ahogadas, asfixiadas o atragantadas, en
las cuales el origen del PCR es la falta de permeabilidad de la vía
aérea. En los niños pequeños, sin embargo, el PCR se debe más
frecuentemente a problemas respiratorios. Si finalmente
comprobamos que la víctima no tiene respiración espontánea, se
debe considerar que está en PCR. Es el momento de iniciar la
RCP.
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Foto del libro ded las lipotimias


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Soporte vital básico (SVB)


Tercer paso: realizar la reanimación cardiopulmonar
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es el conjunto de
maniobras que se deben realizar para tratar de mantener el
funcionamiento del corazón y la respiración de una persona en
situación de PCR y, por lo tanto, para mantener la vida de esta. El
actual protocolo de RCP hace hincapié en la aplicación de masaje
torácico en toda víctima inconsciente en la que se compruebe que
no hay respiración eficaz. El masaje torácico o masaje cardíaco
bien realizado permite que el músculo cardíaco (miocardio) siga
activo, a fin de mantener una función circulatoria eficiente.

La RCP en niños: La mayor parte de los PCR en los menores


se deben a fallos en el aparato respiratorio, como obstrucciones
agudas de las vías aéreas por aspiración (de vómito, cuerpos
extraños, neumonías, traumatismo torácico, etc.), o depresión
respiratoria (por intoxicaciones, convulsiones prolongadas,
traumatismo craneoencefálico o meningitis). Otros agentes
causantes de PCR en menores son los debidos a fallos en el
aparato circulatorio, especialmente durante la infancia,
provocados por septicemias, pérdida de fluidos o hemorragias.
Si a todo esto le unimos que los niños menores de 8 años
tienen un tórax más pequeño y más flexible, la aplicación de la
RCP varía ligeramente .
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Algoritmos RCP
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RCP niños
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RCP

https://www.youtube.com/watch?v=MUR2zp1KQMc

RCP niños

https://www.youtube.com/watch?v=j7BiBkCvBIg

https://www.youtube.com/watch?v=SB_peoAHGZ8
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Soporte vital básico (SVB)


La OVACE
La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño (OVACE),
también conocida como atragantamiento, es un cuadro clínico
bastante frecuente tanto en niños como en adultos. Puede
acarrear consecuencias fatales, pues al quedar obstruida la vía
aérea, queda comprometido el aporte de oxígeno al organismo.
Esto supone que la víctima de una OVACE puede llegar a sufrir un
paro respiratorio, y si este no se soluciona, en pocos minutos se
convierte en un PCR. Se pueden distinguir tres casos generales
OVACE incompleta: cuando la víctima está consciente y
puede hablar, pero tose y tiene dificultad respiratoria. Nuestra
atención se debe basar en animar a la víctima a toser. Si aún
así el cuerpo extraño no ha salido, debemos ayudarle
realizando una maniobra Heimlich.
OVACE completa: cuando la víctima está consciente, pero no
puede hablar, ni toser. Debemos proceder directamente a dar
hasta cinco palmadas interescapulares. Si fallan las
compresiones interescapulares, pasaremos a realizar la
maniobra de Heimlich.

OVACE con inconsciencia: si la víctima se


encuentra inconsciente, tras haber demostrado
signos de ahogamiento por una OVACE, lo
trataremos como un PCR.
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Ovace en niños
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Realización de una desfibrilación


Cuando se presenta una situación de PCR en un adulto,
generalmente es consecuencia de un paro cardíaco, y este se
debe en un 70-80% de los casos a una fibrilación ventricular.
Este puede revertirse aplicando una descarga eléctrica controlada,
lo que se conoce como desfibrilación. Cuando la desfibrilación se
realiza inmediatamente después de una parada presenciado
alcanza el 90% de efectividad, pero este porcentaje disminuye un
7-10% por cada minuto que pasa. Por ello, cuando estamos frente
a un PCR en un adulto, la desfibrilación se convierte en un objetivo
prioritario. Para el uso por personal técnico sanitario y el público en
general se creó el desfibrilador externo semiautomático
(DESA). El uso del DESA es muy sencillo, pues está programado
para analizar el ritmo cardíaco del paciente y determinar si es
mejorable aplicando una desfibrilación. En caso de aconsejar la
descarga, es el reanimador el que accionaría el botón de disparo.
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Fotos ritmos cardiacos


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Uso del desa


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Soporte vital avanzado (SVA)


Se trata de la última fase de la cadena de supervivencia y se
realiza junto con los cuidados postreanimación si la víctima se
recupera del paro cardiorrespiratorio. Se lleva a cabo por
profesionales del servicio de emergencias, con la intención de
recobrar la calidad de vida de la víctima.

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