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de técnicas
de soporte vital
SUMARIO
■ Riesgo vital y soporte vital
■ La cadena de supervivencia
en las urgencias vitales
■ Prestación del soporte vital básico
■ Obstrucción de la vía aérea por un cuerpo
extraño
■ Desfibrilación externa semiautomática
OBJETIVOS
·· Reconocer las situaciones de riesgo vital
y la importancia de realizar
un soporte vital adecuado.
·· Valorar la trascendencia de cumplir
con la cadena de supervivencia.
·· Identificar los signos de parada
cardiorrespiratoria.
·· Conocer las diferentes técnicas que se
deben aplicar según la edad.
·· Entender la conveniencia de seguir
unos protocolos en el soporte vital básico,
utilizando la experiencia probada
de la comunidad sanitaria internacional.
1 >> Riesgo vital y soporte vital
En algunas situaciones de emergencia, la vida de la víctima puede encon-
trarse en una situación de riesgo vital, en la que funciones esenciales
como la respiración o la circulación de la sangre se detienen, generalmente
por un paro cardiorrespiratorio (PCR) o por una obstrucción de las vías
respiratorias. Si no se reanudan en pocos minutos, la supervivencia del
individuo o su salud futura peligran gravemente.
En la mayoría de las ocasiones, la persona en situación de riesgo vital está
inconsciente, ya que ha sufrido lo que se conoce como “desmayo” o “pér-
dida de conocimiento”.
En estos casos, las personas más próximas deben actuar de inmediato para
conseguir que estas funciones vitales vuelvan a la normalidad, de tal manera
que la respiración sea suficiente
para oxigenar la sangre que llega
a los pulmones y que la circula-
ción sanguínea pueda llevar este
oxígeno a las células, especial-
mente al cerebro.
Esta intervención comprende
un conjunto de actuaciones
conocidas como soporte vital,
cuyo objetivo es aumentar las
posibilidades de supervivencia
de la víctima hasta la llegada de
los servicios médicos de emer-
gencias.
En la siguiente tabla vemos
algunas de las causas que pue-
den ocasionar situaciones de
4.1. Imagen de soporte vital.
riesgo vital.
Técnica
A B C
Técnica
A B
C D
Técnica
A B
C D
4.6. Colocación de una cánula de Guedel para mantener abierta la vía aérea.
Si la víctima inconsciente no respira
En caso de que la víctima esté inconsciente y no respire, es necesario
determinar si hay PCR o no; hay muchas causas de inconsciencia o de
bajo nivel de conciencia que no necesariamente van a coincidir con
una PCR.
Algunas de ellas se recogen en la siguiente tabla:
En los adultos, la mayoría de los PCR se deben a un fallo del corazón, con
la excepción de las víctimas ahogadas, asfixiadas o atragantadas, en las
cuales el origen del PCR es la falta de permeabilidad de la vía aérea. En
los niños pequeños, sin embargo, el PCR se debe más frecuentemente a
problemas respiratorios.
Si finalmente comprobamos que la víctima no tiene respiración espon-
tánea, se debe considerar que está en PCR. Es el momento de iniciar
la RCP.
Una vez realizadas estas comprobaciones, llevaremos a cabo el masaje cardíaco, siguiendo los siguientes
pasos:
– El reanimador se coloca de rodillas a un lado de la víctima y retira la ropa del tórax. Coloca el talón de
una mano en el centro del pecho y el talón de la otra encima de la primera. Los dedos de ambas manos se
entrecruzan (Figura D).
– Se estiran los brazos sin flexionar los codos, procurando que los hombros queden por encima del pecho de
la víctima. Comenzar las compresiones torácicas, obteniendo una profundidad de 3,5 a 5 cm y permitiendo
que el tórax se recupere (descompresiones), sin perder el contacto de las manos con el pecho del paciente
(Figura E).
– Se realizarán 30 compresiones seguidas a un ritmo aproximado de 100 compresiones/minuto.
– Con los dedos índice y pulgar de la mano que tenemos apoyada en la frente agarraremos su nariz sellándola
bien con los dedos. Tomando previamente una bocanada de aire, acercaremos nuestra boca a la suya, sellán-
dola bien para impedir que se nos escape el aire por las comisuras de los labios, y se realizan 2 insuflaciones
de aire de un segundo de duración cada una, controlando que el tórax se llene y se vacíe. Si el aire no llega
a los pulmones, habrá que asegurarse de la correcta apertura de la vía aérea (Figura F).
– Se repetirán las compresiones y las insuflaciones hasta que la víctima muestre signos de recuperación (res-
tablecimiento de la respiración) o podamos ser relevados por otros reanimadores o por el equipo de emer-
gencias médicas.
Si no se quiere o no se puede hacer insuflaciones (boca a boca), se realizará exclusivamente masaje cardíaco
con un ritmo de 100 compresiones/minuto.
A B C
D E F
4.7. Protocolo de reanimación cardiopulmonar en adultos.
2.4 > La RCP en los menores
La mayor parte de los PCR en los menores se deben a fallos en el aparato
respiratorio, como obstrucciones agudas de las vías aéreas por aspiración
(de vómito, cuerpos extraños, neumonías, traumatismo torácico, etc.),
o depresión respiratoria (por intoxicaciones, convulsiones prolongadas,
traumatismo craneoencefálico o meningitis).
Otros agentes causantes de PCR en menores son los debidos a fallos en el
aparato circulatorio, especialmente durante la infancia, provocados por
septicemias, pérdida de f luidos o hemorragias.
Si a todo esto le unimos que los niños menores de 8 años tienen un tórax
más pequeño y más f lexible, la aplicación de la RCP varía ligeramente.
Técnica
Actividades propuestas
4·· Identifica en tu propio estilo de vida los hábitos nocivos o potencialmente peligrosos para tu salud.
5·· Las últimas recomendaciones protocolizadas para la RCP en el adulto dictadas por la ILCOR en 2010 aumen-
tan la importancia de las compresiones torácicas respecto a las insuflaciones. ¿En qué crees que se apoyan?
6·· Si tuvieras que realizar RCP en un niño pequeño y fueras el único reanimador, ¿por qué es mejor que realices
un minuto de RCP antes incluso de avisar al 112? ¿Por qué en los adultos, sin embargo, al confirmar la PCR lo
primero que se hace es avisar al 112?
3 >> La OVACE
La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño (OVACE), también
conocida como atragantamiento, es un cuadro clínico bastante frecuente
tanto en niños como en adultos. En la infancia suele producirse porque el
niño, al jugar o al comer, aspira o ingiere pequeños objetos, como piezas
de juegos, monedas, globos, caramelos, alimentos, etc.
En adultos, la OVACE suele aparecer por atragantamiento en el curso de
una comida, aunque también puede ocurrir por piezas dentales despren-
didas, chicles, etc.
En cualquier caso, la OVACE puede acarrear consecuencias fatales, pues al
quedar obstruida la vía aérea, queda comprometido el aporte de oxígeno
al organismo. Esto supone que la víctima de una OVACE puede llegar a
sufrir un paro respiratorio, y si este no se soluciona, en pocos minutos
se convierte en un PCR. Por supuesto, el cuadro clínico revestirá mayor
gravedad cuando la obstrucción sea completa y no se consiga resolver en
pocos minutos.
Los signos y síntomas de una OVACE se pueden clasificar teniendo en
cuenta la situación en la que encontramos a la víctima. Teniendo en
cuenta esto, se pueden distinguir tres casos generales:
– OVACE incompleta: cuando la víctima está consciente y puede hablar,
pero tose y tiene dificultad respiratoria, estamos ante una OVACE incom-
pleta. En este caso, el individuo puede respirar e incluso hablar, pues la
vía aérea es en parte permeable. De hecho, es la propia víctima quien
nos informa de que se ha atragantado.
Nuestra atención se debe basar en animar a la víctima a toser, por-
que así es como en muchas ocasiones se libera el cuerpo extraño. Si el
individuo se agota con la tos y aún así el cuerpo extraño no ha salido,
debemos ayudarle dándole palmadas en la espalda y realizando com-
presiones abdominales, según el procedimiento denominado maniobra
de Heimlich.
– OVACE completa: cuando la víctima está consciente, pero no puede
Vocabulario hablar, ni toser, con claros síntomas de estar asfixiándose, podemos
considerar que se trata de una OVACE completa. En este caso, la víctima
Cianosis: coloración azulada de la
no puede emitir sonidos, ni respirar, ni toser, y adopta una postura muy
piel o las mucosas, producida por una
característica al sentir la asfixia, ya que se echa las manos al cuello. La
disminución del oxígeno circulante en
sangre. Puede deberse a problemas
cianosis estará también presente.
circulatorios, como diversas patologías En esta situación debemos proceder directamente a dar hasta cinco
cardíacas o a un PCR, o a problemas palmadas interescapulares, comprobando tras cada una de ellas si el
respiratorios, como el asma o una cuerpo extraño se ha desencajado.
OVACE. Si fallan las compresiones interescapulares, pasaremos a realizar la
maniobra de Heimlich. Incluso podríamos alternar los dos tipos de
compresiones. Si no tenemos éxito, la víctima perderá la conciencia. Este
procedimiento se puede realizar incluso en niños de pocos años de edad.
– OVACE con inconsciencia: si la víctima se encuentra inconsciente, tras
haber demostrado signos de ahogamiento por una OVACE, lo trataremos
como un PCR. Por lo tanto, procederemos a realizar la reanimación
cardiopulmonar.
Técnica
La maniobra de Heimlich
Tiene como objetivo aumentar la presión dentro del tórax para así tratar de mover el cuerpo extraño que está
obstruyendo la vía aérea. Para ello, realizaremos una fuerte compresión abdominal que hará que aumente la
presión dentro del tórax. Para ello, seguiremos este procedimiento (Figura 4.10):
– Ponerse detrás de la víctima y colocar los brazos en torno a su cintura.
– Cerrar el puño de una mano, colocando el pulgar contra el abdomen de
la víctima, ligeramente por encima del ombligo y lo más alejado posible
del esternón. Este puño se agarra con la otra mano, y se realizan com-
presiones contra el abdomen de la víctima, rápidamente y empujando
hacia arriba (el movimiento es hacia arriba y hacia adentro a la vez).
– Se repetirán las compresiones hasta que el cuerpo extraño sea expul-
sado o hasta que la víctima pierda la conciencia. En este último caso,
pasaríamos a realizar la RCP.
– En mujeres embarazadas y personas muy obesas, las compresiones no
serán abdominales, sino torácicas, y solo realizaremos el movimiento
hacia dentro, no hacia arriba.
En bebés y niños muy pequeños (Figura 4.9), a los cuales podemos mover
con relativa facilidad y voltear entre nuestros brazos, las compresiones
serán interescapulares y torácicas, alternadas, y se realizarán soste-
niendo al niño sobre uno de nuestros brazos, y con un dedo (el corazón
o el índice) dentro de la boca, para mantenerla abierta.
Con la otra mano realizaremos las cinco palmadas interescapulares,
voltearemos al niño manteniéndolo sobre nuestro brazo y le aplicare-
mos 5 compresiones torácicas. Cada 5 compresiones comprobaremos si
el cuerpo extraño se ha desencajado. El proceso se repite hasta que el
cuerpo extraño es expulsado o el niño queda inconsciente, momento en
el cual pasaríamos a realizar la RCP según se ha descrito.