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UN AGRESOR SEXUAL
MAG. ANA MARIA REYES CARRANZA
“Hay estadísticas que demuestran que muchos de los abusadores son los
padrastros, los abuelos, los tíos, los primos, los padrinos, los hermanos, e incluso,
los mismos padres. No obstante, también pueden ser profesores, vecinos,
entrenadores, cuidadores o personas que tienen un contacto constante los niños”.
NO EXISTE Existen algunas conductas del sujeto que pueden levantar sospecha y a las que se
debe prestar atención como por ejemplo:
UN PELIGRO víctima; tienden a ser muy cariñosos y suelen dar regalos sin motivo
alguno. También se valen de guardar secretos o de darles dinero a las
niñas y a los niños como una forma sutil de manipularlos y
extorsionarlos”.
Factores de riesgo
La falta de educación sexual desde temprana edad que impide que los niños aprendan a identificar los riesgos a los que están
expuestos y que, por ende, no desarrollan acciones de autocuidado y establezcan límites con relación a las manifestaciones de afecto.
La inobservancia o la negligencia por parte de madres, padres o cuidadores a la hora de crear entornos protectores.
La debilidad o carencia de vínculos afectivos entre los menores de edad y sus adultos significativos. Los agresores aprovechan este
desequilibrio para llenar vacíos emocionales.
La violencia intrafamiliar y el maltrato físico, verbal o psicológico hacia las niñas, niños y adolescentes que lesiona su autoestima y
su seguridad, haciéndolos más propensos a ser víctimas de este delito.
comportamientos Que un niño o niña demuestre tener un conocimiento acerca de las relaciones
sexuales que no debería.
de los niños que se toque con insistencia sus órganos sexuales.
también son una que haga representaciones de una relación sexual.
señal de alerta
Cambios bruscos en su estado de ánimo.
Cuando una niña, niño o adolescente es víctima de abuso sexual, generalmente,
tiende a volverse introvertido, ansioso o agresivo.
También debe llamar la atención la incomodidad o el temor que el niño o niña
manifieste con respecto a un determinado adulto.
Retrocesos en su desarrollo.
Problemas de control de esfínteres después de que ya habían aprendido a ir al baño.
Alteraciones en su lenguaje o motricidad.
Problemas para dormir.
Cambios inesperados en su rendimiento académico.
Cambios físicos.
cicatrices genitales o anales.
dolor abdominal o en la región genital que deben ser consultados inmediatamente con el personal de salud.
Aparición de algunas infecciones diagnosticadas con pruebas de laboratorio confirmatorias como, por ejemplo,
la Chlamydia, la Sífilis, la Gonorrea, entre otras, así como la presencia de infecciones urinarias.
Embarazo.
Acercase a la niña, niño o adolescente de forma amable, empática y cariñosa para así
animarlo a hablar de la situación por la que está atravesando.
Para empezar el diálogo es esencial recordarle que su familia lo ama y que cuenta con todo su
¿Qué hacer apoyo y su protección para superar cualquier problema o situación que le genere
incomodidad.
ante la Si la niña/o ó adolescente, empieza a hablar escucharle atentamente, evitar presionarlo con
demasiadas preguntas y ayudarle a comprender que nada de lo ocurrido es su culpa y que
No juzgar a la víctima mediante expresiones como “¿por qué no me habías dicho antes?” o
“¿por qué te quedaste callado/a?” y mucho menos, confrontarlo con el agresor.
Creerles a las niñas, niños y adolescentes. Siempre. Agradecer a la niña, niño o adolescente
por haber compartido su experiencia, reafirmarle que cuenta con todo el apoyo necesario y
asegurar su protección inmediata retirando el contacto con el agresor.