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SISTEMA CORPORATIVO
Escuela de Graduados
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Presentado por:
Vanesa del Carmen Aracenas López 1-19-9287
Yunior Andrés Castillo Silverio 1-19-9269
Facilitadora:
Heidi M. Fernandez Pichardo, M.A.
LA PRUEBA EN LA DETERMINACIÓN DE
HEREDEROS:
La historia del procedimiento de determinación de herederos se remonta a la Orden Ejecutiva No. 511, de
julio de 1920. Ahí está su origen. Con esa disposición, el Gobierno Militar Norteamericano de Ocupación, que
rigió en nuestro territorio desde el 1916 al 1924, además de introducir en nuestro país el Sistema Torrens,
instituyó y reglamentó la determinación de herederos.
Las disposiciones de los artículos 123 y 124 de la Orden Ejecutiva No. 511 establecían el procedimiento a
seguir en la determinación de herederos. Primero, se debía ventilar en la Jurisdicción Ordinaria, cuya
competencia la tenía el Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial donde estaba radicado el inmueble o
los inmuebles que formaban la herencia; aquí se determinaba la calidad, capacidad, filiación, etc., de los que
alegaban tener la cualidad de herederos, y la porción de la sucesión que debía tocarle a cada uno. Luego, con
una copia certificada de la sentencia que declaraba los sucesores y la porción de terreno que les correspondía,
los interesados se presentaban ante el Registrador de Títulos correspondiente para que hiciera la anotación
provisional en el original del o de los Certificados de Títulos, si había más de un inmueble, de la calidad y
derechos que tenía cada heredero. Posteriormente, el expediente era ponderado por el Tribunal Superior de
Tierras, quien dictaba una Resolución ordenando al Registrador de Títulos la cancelación del o los Certificados
de Títulos que estaban a nombre del fallecido, y a expedir otro u otros a nombre de los herederos. Por último,
éstos presentaban la Resolución al Registrador de Títulos, y obtenían de esa manera su Certificado.
Evidentemente, ese procedimiento no era expedito. Se hacía fatigoso y, en ocasiones, dilatado en extremo.
Por ello, y para abreviar el procedimiento, el Legislador dictó la Ley No. 525, del 30 de julio de 1941, con la
que se modificaron los referidos artículos 123 y 124 de la Orden Ejecutiva No. 511.
El contenido de esa nueva Ley fue incorporado a la Ley de Registro de Tierras vigente, esto es, la 1542, del 7
de noviembre de 1947. Especialmente, esas disposiciones están expresadas en la parte capital y los cinco
Párrafos que componen el actual artículo 193, que reglamenta el procedimiento de la determinación de
herederos.
en el aspecto histórico, de la determinación de herederos. Por eso, el doctor Jorge
A. Subero Isa, así lo declaró. En su importante ensayo sobre la determinación de
herederos, publicado en la Revista Estudios Jurídicos, Volumen III, Número 3,
Septiembre-Diciembre de 1993, afirmó: "Hablar del procedimiento de Determinación
de Herederos es hablar de la Ley de Registro de Tierras. Y hablar de la Ley de
Registro de Tierras es hablar de la Intervención Norteamericana de 1916. Y hablar
de la Intervención Norteamericana de 1916 es hablar de los terrenos comuneros. Y
hablar de los terrenos comuneros es hablar de la historia política de nuestro país."
Sin lugar a dudas, en ese párrafo, que exhala una gran capacidad para comprender,
con certero criterio dialéctico, lo que es la determinación de herederos, se sintetiza
su importancia y trascendencia socio-jurídica.
La Ley de Registro Inmobiliario No. 108-05, del 23 de marzo de 2005, contempla la
determinación de herederos en su artículo 57. Pero establece que la Jurisdicción
Inmobiliaria sólo tendrá competencia para conocer de ese procedimiento cuando se
le solicite juntamente con la partición de terrenos registrados.
Ese requisito surge del interés del Legislador de eliminar las Constancias Anotadas
en el Certificado de Título. Así obliga a los coherederos y copartícipes a realizar la
subdivisión de los terrenos que conforman la sucesión. Esa es la finalidad.
Concepto de la determinación de herederos.
Según Rafael Ciprián, Podemos afirmar que la determinación de
herederos es un procedimiento legal que se lleva por ante la
Jurisdicción Inmobiliaria con el objeto de registrar a nombre de los
herederos, o copartícipes, o legatarios los derechos inmobiliarios
registrados sobre uno o varios inmuebles, o en proceso de registro, que
pertenecieron a su causante fallecido. Ese concepto recoge, a grandes
rasgos, lo que es la determinación de herederos. Pero, con la finalidad
de que se interprete en toda su dimensión jurídica, vamos a analizarlo
brevemente.
LA PRUEBA EN EL DESLINDE,
SUBDIVISIÓN Y REFUNDICIÓN:
Lo mismo sucede, si durante el procedimiento técnico alguna persona física o moral notificó un
acto al agrimensor encargado de la mensura o a la Dirección Regional de Mensuras Catastrales
correspondiente, oponiéndose a que dichos trabajos de deslinde se realicen. Es bueno aclarar,
que el hecho que una persona se oponga a la realización de los trabajos técnicos, no quiere decir,
que los trabajos técnicos de deslinde se van a paralizar, todo lo contrario, el agrimensor
continuará hacia adelante con sus trabajos e informará de la susodicha oposición para que el
tribunal en la Jurisdicción de juicio tome en cuenta esta situación y se cite a todas aquellas
personas que con sus derechos manifestaron oposición al mismo.
►La demanda en nulidad de deslinde: Constituye una verdadera lítis sobre
derechos registrados, ya que con ella se persigue la nulidad de un derecho,
consecuentemente, esta debe recorrer los dos grados de Jurisdicción que estipula
nuestra legislación. Son múltiples las razones que pueden dar lugar a una demanda
en nulidad de deslinde, entre ellas podemos citar algunas a modo de ejemplo.
Veamos:
a) Nulidad de deslinde porque quien deslindó no era quien ocupaba esa porción de
terreno.
b) Porque al deslindarse ocupó parte de los derechos del colindante.
c) Porque se superpuso, o sea, montó su deslinde encima de otra parcela o solar.
d) Porque los derechos vienen de una sucesión, y lo que se hizo fue una
determinación de herederos numérica, no hay partición en naturaleza, por tanto,
como ninguno de los herederos sabe en qué lugar del inmueble le corresponde,
no puede deslindarse en ninguna parte del inmueble si no es con el
consentimiento por escrito de los demás sucesores; tampoco puede hacerlo un
comprador de uno de los herederos.
►Los medios de pruebas en una demanda en nulidad de deslinde.
Cuando la nulidad de deslinde se fundamenta en el hecho de que quien se deslindó
violó el lindero de un propietario, ocupó parte de los derechos de otro, o se superpuso
en un inmueble, la única forma de probar este hecho, es mediante la designación de un
agrimensor, a los fines de que realice una inspección o levantamiento en la parcela
deslindada y determine la veracidad o no de las argumentaciones del demandante. La
audición de testigos a los fines de probar esta demanda está descartada por las razones
antes señaladas.
Cuando el objeto de la demanda en nulidad de deslinde ,es porque hay un conflicto de
ocupación, entendiéndose como conflicto de ocupación, cuando dos copropietarios uno
de ellos en trámite de deslinde manifestare o se atribuyeran la ocupación del inmueble
deslindado, en el caso de la especie, no es necesario la designación de un agrimensor,
así como tampoco ningún levantamiento técnico, porque en este caso la única forma de
probarlo es a través de testigos, principalmente escuchando a los colindantes de la
porción deslindada, a los lugareños próximo a la parcela objeto de la discusión, a los
fines de determinar ciertamente, quién era en realidad que ocupaba la porción
deslindada.
Lo más atinado en este caso, es que el Juez haga un descenso al lugar del inmueble. En la
República Dominicana, de manera recurrente personas se deslindan en porciones de
terrenos no ocupadas por ellos e inmediatamente venden para hacer así un tercer
adquiriente a título oneroso y de buena fe, sin embargo, en un caso donde una persona
alegaba ser adquiriente a título oneroso y de buena fe, quien le había comprado a alguien
que se había deslindado en los derechos ocupado por otra persona, en este caso específico,
la honorable Suprema Corte de Justicia estableció que en caso de la especie no podía
existir un tercer adquiriente a título oneroso y de buena fe ya que se violentaba con el
ellos el artículo 1599 del Código Civil Dominicano, que establece la venta de la cosa
ajena es nula. B. J. 1074 mayo del 2000, Páginas, 521-531.
►Obligaciones del agrimensor cuando ejecuta los trabajos de campo.
Cuando un agrimensor está ejecutando trabajos técnicos de mensura para deslinde, tiene la
obligación de citar a todos los copropietarios de la parcela a deslindar por escrito,
diciéndole el día que se trasladará a practicar los trabajos, en virtud del artículo 12 literal
(a) de la Resolución No. 355, del 9 de marzo del 2009, de Regularización parcelaria y
deslinde.
La Sala de Tierras de la Suprema Corte de Justicia en un deslinde que se realizó
en violación del texto antes citado, fijó el siguiente criterio jurisprudencial: "Que
frente a la impugnación de un deslinde ya aprobado por el Tribunal de Tierras se
establece, que como en la especie fue realizado sin citar a los co-dueños ni a los
colindantes de la parcela, resulta evidente que la comprobación hecha en tal
sentido por el Juez de Jurisdicción Original, tales irregularidades deben conducir
al rechazamiento de los trabajos y a la revocación de la decisión que los aprobó
administrativamente. Que el agrimensor no respetó la pertenencia de los otros co-
dueños, ni citó a los mismos para que estuvieran presente en los trabajos de
campo relativos a la porción a deslindar". Sentencia del 28 de octubre del 2009.
No se puede omitir, que la falta de citación de los co-propietarios de la parcela a
deslindar, por sí sola no hace nulo el deslinde, porque el demandante tiene que
demostrar la violación de un derecho, qué agravio le causó dicho deslinde.
►Las superposiciones de planos o superposiciones de parcelas. Se establecen, cuando se monta
un inmueble encima de otro, una parcela ya existente, posiblemente deslindada se deslinda otra,
con otro número, pero en el mismo lugar, en la misma ocupación del primero; ambas con las
mismas colindancias, cuando esto se da, se dice que está superpuesta. También puede suceder en
una mensura para saneamiento.
Clases de superposiciones. De acuerdo a la ubicación del inmueble, las superposiciones pueden
ser, totales o parciales.
Superposición Total: cuando un inmueble se monta encima de otro, se mensura su totalidad en
otro inmueble pre existente, teniendo ambas las mismas medidas, linderos y colindancias.
Superposición Parcial: es cuando un agrimensor que está practicando una mensura para
saneamiento o para deslinde, realiza esta operación encima de parte de otro inmueble, no de la
totalidad.
Cada vez que haya una superposición total, el agrimensor lo hace adrede, con conocimiento de
causa; es por este motivo que he solicitado la modificación de la Ley de Registro Inmobiliario y el
Reglamento General de Mensuras Catastrales, para que se establezcan sanciones drásticas a estos
profesionales de la agrimensura, con el objetivo de que descontinúen con sus malas prácticas. Por
el contrario, cuando hay una superposición parcial, no siempre el agrimensor lo hace a propósito,
sino, que puede ser producto de un error, de hecho casi siempre es así.
Con el nuevo sistema de mensura satelital, con GPS, no está sujeto a que pasen estas
cuestiones técnicas de superposiciones, pero hay que admitir que por errores de técnicos que
laboran en la Dirección General de Mensuras Catastrales, que prescindieron de algunas
documentaciones relativas a inmuebles y que re posaban en ese organismo, muchas de las
parcelas mensuradas con el antiguo sistema no están escaneadas, por eso se dan con
frecuencias estos problemas, que esperamos se le preste mayor atención, sobre todo en los
pueblos turísticos, para no afectar las inversiones extranjeras.
Generalmente, cuando hay una superposición, la última mensura es nula, porque un inmueble
no puede estar en el aire; aunque, en ocasiones pueden presentarse situaciones donde la
última mensura impere frente a la primera. La Sala de Tierras de la Suprema Corte de
Justicia, sentó el siguiente criterio jurisprudencial: "En términos técnico y jurídico, el orden
en que se presentan los trabajos de deslinde dentro del ámbito de una determinada parcela,
no determina que los que se presentan primero tienen preferencia, privilegios o ventajas, con
respecto a los que son presentados en fecha posterior, que doctrinalmente, jurisprudencial y
reglamentariamente se ha establecido la obligación de los agrimensores a respetar las
ocupaciones que en el terreno tengan los co-dueños, independientemente de cuál deslinde sea
anterior o posterior". B. J.,1066 Vol.II, septiembre de 1999, Pág. 723.
►Plazo para demandar la nulidad de deslinde.
El deslinde que ha sido aprobado estando vigente la Ley de Registro Inmobiliario,
una vez vence el plazo para recurrir la sentencia mediante el recurso ordinario de la
apelación, no hay posibilidad de que luego se demande la nulidad de ese deslinde,
porque fue aprobado por sentencia, y en nuestro ordenamiento jurídico las
sentencias sólo pueden impugnarse mediante las vías de los recursos, no mediante
una acción principal en nulidad; de manera que, vencido el plazo para recurrirla en
apelación a partir de que fue notificada a todos los colindantes co-propietarios de la
parcela a deslindar, esta adquiere la autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada
para los que fueron parte en el proceso.
En virtud del artículo 1351 del Código Civil, la cosa juzgada es relativa, porque
para que esta figura jurídica tenga lugar, tienen que concurrir tres elementos,
identidad de parte, objeto y la misma causa, lo que da la posibilidad de que quien
no fue citado al deslinde y este le perjudica, puede de mandar la nulidad del
referido deslinde. Por el contrario, si el deslinde fue aprobado con la antigua
legislación de tierras No. 1542 de 1947, por resolución del Tribunal Superior de
Tierras, en cualquier época puede demandarse su nulidad mediante una acción
principal.
La Suprema Corte de Justicia con respecto a los deslindes que fueron aprobados
por resolución se pronunció en el siguiente sentido: "La impugnación de un
deslinde que nace de una resolución administrativa del Tribunal Superior de
Tierras, puede ser tacado en cualquier tiempo, no importa que hayan transcurrido
más de 20 años. B. J. 1164, Noviembre del 2007.
Esta jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia abre un gran debate sobre la
incertidumbre que crea dejar la posibilidad de demandar en cualquier época la
nulidad de una resolución que aprobó un deslinde, y en desconocimiento de las
disposiciones del artículo 2262 del Código Civil, que expresa: "Todas las acciones,
tanto reales como personales, se prescriben por veinte años".
No investiguemos para saber más, sino
para ignorar menos”.