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TIPOS DE CLIENTES

CLIENTES APÓSTOLES O EVANGELISTAS

Son aquellos que manifiestan el más alto nivel de compromiso con la

marca, los productos y el negocio en general. También suelen

conocerse como embajadores de buena voluntad, pues en sus

círculos de acción son verdaderos líderes cuando se trata de difundir

el mensaje de nuestra empresa.

Como tratar a un cliente con estas características es motivándolo

mas y mas cada día para q no pierda interés por la marca ya que

para la empresa estos clientes valen mucho


Clientes indiferentes
I.  Este grupo de consumidores se caracteriza por tener
una actitud neutral hacia un producto. No sienten ni
atracción ni rechazo hacia lo que les ofrecemos. Son de
los más difíciles de captar, pues implica un doble
esfuerzo: el de sacarlos de su esquema y el de
seducirlos con nuestra propuesta. Aun así, pocos
acaban por sumarse a una determinada marca.
II. Como tratarlo hay que escucharlo y preguntar que
desea de una forma que lo sorprenda ya que cualquier
beneficio será tomado de la mejor forma por el cliente
agresivos
Es el cliente fácilmente irritable y que siempre quiere que le den la razón, aun
cuando no la tenga. Tiene un carácter fuerte, difícil, y para seducirlo o ganarse su
confianza es necesario emplear todos nuestros recursos. Al menor error o fallo, es
posible que se dé de baja de nuestro servicio. Sin embargo, también es posible que
su actitud sólo sea una manera de exigir un buen servicio y que no efectúe su plan
de marcharse a otra compañía.
Se trata de uno de los tipos de clientes más comune. El entorno social, las
dificultades de encontrar financiación o la competencia feroz son algunas de las
causas de que prolifere ese tipo de cliente que parece enfadado cuando
realmente está muy asustado y preocupado.
 Dos claves:
1) Para enfrentarte con este cliente debes tener sólidos conocimientos teóricos y
prácticos de dirección y liderazgo, una formación especializada en estrategias de
negociación que te ayude a consolidar esa inteligencia emocional clave para
tratar eficazmente todo tipo de conflictos profesionales.
2) No te empeñes en discutir o intentar convencer a un cliente que no quiere
soluciones, sino conflictos. Es difícil callarse en una discusión, pero ahí
precisamente está la diferencia entre un profesional y un gran profesional:
dominar la situación en todo momento.

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