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Cada persona percibe la compra de forma distinta, sus motivaciones, sus deseos y sus
necesidades pueden no ser las mismas a las de otras personas.
Esta variabilidad es la que obligaría a las empresas a crear productos y servicios con
tantas modificaciones como personas hay, algo objetivamente imposible. Ello, nos lleva
a la necesidad de conjugar dicha diferenciación con las posibilidades reales de atención
al cliente y para ello, una de las soluciones encontrada es la de agrupar a los clientes,
según una serie de criterios comunes.
1) El cliente INDECISO:
Características:
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
No debemos hacerle creer que su indecisión resulta algo extraño dado las
características del producto o servicio que tratamos de vender.
Debemos dejarle espacio para que reflexione sobre su decisión, nunca agobiarlo.
Tampoco debemos presentarle un número excesivo de datos e información, pues
aumentará su indecisión.
2) El cliente SILENCIOSO:
Características:
Se trata de clientes que hablan poco pero son buenos escuchando. No suelen
mostrar sus emociones o motivaciones, por lo que es difícil saber qué piensa.
Evitan comentar el producto, pero mientras, suele reflexionar acerca de él en
silencio.
Manera de atenderle:
Ante este tipo de clientes debemos mostrar amabilidad e interés por sus
necesidades a fin de buscar una respuesta, haciéndole alguna pregunta para ello.
Podemos utilizar catálogos o muestras para hacerle participar dando su opinión.
Es importante que cuando hable le mostremos un especial interés.
Errores a evitar:
Nunca elevar la voz aun si no nos contesta, porque pensemos que no nos
escucha.
Tampoco debemos interrumpirle cuando comience a hablar.
Evitar los silencios prolongados.
3) El cliente ASESOR / DISCUTIDOR:
Características:
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
4) El cliente ENTENDIDO / ORGULLOSO:
Características:
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
Resulta inútil tratar de demostrarle que está en un error. Tampoco debemos
manifestar impaciencia o debilidad, ni interrumpir bruscamente la conversación,
pues se sentirá ofendido.
No hacer elogios inmerecidos, pues éste cliente suele distinguir perfectamente
cuando son elogios y cuando son apreciaciones falsas.
5) El cliente AMISTOSO:
Características:
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
Para que la compra finalice con éxito no debemos mostrar nuestra inquietud,
ante su indecisión, ni presionarlo para que se decante por el servicio o producto
que ofrecemos.
7) El cliente CONSERVADOR / ENTUSIASTA:
Características:
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
8) El cliente TÍMIDO:
Características:
Son clientes que evitarán mirar a los ojos y tratarán de mantener cierta distancia
con los vendedores.
No se sienten cómodos mostrando sus opiniones, quejas o dudas ante otros
clientes.
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
9) El cliente ESCÉPTICO:
Características:
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
No debemos ocultar las desventajas del producto o servicio, ni discutir acerca de
los aspectos negativos que el cliente señala.
Tampoco mostrar signos de impaciencia o considerar las dudas como algo
excepcional.
Se aconseja permanecer a su lado hasta finalizar la compra.
10) El cliente OCUPADO:
Características:
Este tipo de clientes no tiene tiempo para nada. A la vez que realiza la compra
puede estar haciendo otras operaciones de forma simultánea.
Dicha intensidad de ocupación puede ser síntoma de gran actividad, pero
también de mala organización y desorden
Manera de atenderle:
Errores a evitar:
Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en el tipo de clientes que queremos.
Porque, valga la aclaración, no todos son iguales. Bien sea porque buscan productos
distintos o porque se comportan de una forma u otra, no podemos clasificarlos a todos bajo
la etiqueta genérica de «clientes». Es un rótulo más complejo de lo que parece.
Contents
1 Marketing del siglo XXI: del cliente pasivo al cliente activo
2 Tipos de clientes: la personalidad como rasgo distintivo
o 2.1 1) Clientes apóstoles o evangelists:
o 2.2 2) Clientes fieles o leales:
o 2.3 3) Clientes indiferentes:
o 2.4 4) Clientes rehenes:
o 2.5 5) Clientes mercenarios:
o 2.6 6) Clientes potencialmente desertores:
o 2.7 7) Agresivos:
o 2.8 8) Clientes impacientes:
o 2.9 9) Clientes indecisos:
o 2.10 10) Clientes objetivo:
Marketing del siglo XXI: del cliente pasivo
al cliente activo
Es un gravísimo error pensar que todos los clientes que se suman a nuestro negocio se
comportarán de la misma manera. La personalidad, esa impronta que define en gran medida
quiénes somos, es algo que nos acompaña incluso cuando asumimos el papel de
consumidores y elegimos un producto sobre el resto.
Cada vez más empresas son conscientes de ello y trabajan día a día para mejorar su oferta.
De ahí que existan, por ejemplo, las oficinas de atención al cliente o los diversos canales de
comunicación con ellos (internet, redes sociales, entre otros). En el fondo, se trata de
personalizar el servicio lo máximo posible.
3) Clientes indiferentes:
Este grupo de consumidores se caracteriza por tener una actitud neutral hacia un producto.
No sienten ni atracción ni rechazo hacia lo que les ofrecemos. Son de los más difíciles de
captar, pues implica un doble esfuerzo: el de sacarlos de su esquema y el de seducirlos con
nuestra propuesta. Aun así, pocos acaban por sumarse a una determinada marca.
4) Clientes rehenes:
La característica principal de estos clientes es que, aun cuando no están del todo contentos
con la marca, permanecen ligados a ella. Es decir, no se atreven a romper completamente el
vínculo. Esto se debe a factores como el monopolio de una empresa en ciertos sectores
comerciales o la falta de mejores alternativas. No se recomienda mantener un cliente en
estas condiciones, pues en cuanto aparezca una oferta que le seduzca y suponga mejores
garantías, no dudará un segundo en mudarse de compañía.
5) Clientes mercenarios:
Son los que no priorizan la calidad del producto ni sus características, sino más bien
las condiciones en las que éste se ofrece. Por ejemplo, no dudan en cambiar de marca si les
ofrecen un precio más bajo. No tienen preferencia por alguna oferta en concreto ni
demuestran niveles de fidelidad.
7) Agresivos:
Es el cliente fácilmente irritable y que siempre quiere que le den la razón, aun cuando no la
tenga. Tiene un carácter fuerte, difícil, y para seducirlo o ganarse su confianza es necesario
emplear todos nuestros recursos. Al menor error o fallo, es posible que se dé de baja de
nuestro servicio. Sin embargo, también es posible que su actitud sólo sea una manera de
exigir un buen servicio y que no efectúe su plan de marcharse a otra compañía.
8) Clientes impacientes:
A este cliente no lo mueven los detalles ni las explicaciones; lo que realmente le importan
son las soluciones a su problema. Se quedará con la marca que sepa atender con mayor
rapidez sus solicitudes.
9) Clientes indecisos:
Se ubican en el mismo espectro que los clientes indiferentes, pero a diferencia de éstos sí
que demuestran algún interés por lo que se le ofrece. El asunto no es que presten atención;
el tema pasa por seducirlos para que realicen una buena elección. Les cuesta decidir,
generalmente entre dos o más opciones, y por ello la mejor manera de captarlos es a través
de un discurso breve, eficaz y directo.