Está en la página 1de 11

SEGUNDA INFANCIA

3 a 6 años
Durante la época de los tres a los seis años de
edad, que a menudo se conocen como años
preescolares, los niños hacen la transición de
la primera infancia a la niñez. Sus cuerpos se
vuelven más altos y esbeltos, sus capacidades
motoras y mentales más agudas, y sus
personalidades y relaciones, más complejas.
El niño de tres años se siente cómodo en el
mundo y dispuesto a explorar sus posibilidades,
al igual que a desarrollar sus capacidades
corporales y mentales.

A medida que aumenta el control consciente de


los músculos, los niños tienden a cuidar más de
sus necesidades personales, como vestirse e ir al
baño y, en consecuencia, adquieren una mayor
sensación de competencia e independencia.
Los patrones de alimentación y sueño están
bajo la influencia de las actitudes culturales.

Las enfermedades menores ocasionales no


sólo crean inmunidad, también ayudan a
los niños a afrontar las molestias físicas y a
comprender sus causas.
En la segunda infancia, los niños necesitan
menos sueño que antes. Mejoran en su
habilidad para correr, saltar, brincar,
impulsarse y arrojar pelotas. También se
vuelven más capaces para atarse las cintas de
los zapatos (con moños en lugar de nudos),
dibujar con crayones (sobre papel en lugar de
sobre las paredes) y servirse el cereal;
asimismo, comienzan a mostrar preferencia
por utilizar la mano derecha o la izquierda.
Los niños crecen rápidamente entre los tres y
seis años de edad, pero con menor velocidad
que en la lactancia y primera infancia. A
medida que se desarrollan los músculos
abdominales, la pancita del infante adquiere
firmeza. La cabeza sigue siendo relativamente
grande, pero las otras partes del cuerpo
comienzan a crecer y a adquirir proporciones
cada vez más adultas.
Los varones son un poco más altos y pesados,
tienen mayor masa muscular por la mayoría
de las niñas, tiene más tejido graso. Tanto
varones como niñas crecen de 5 a 7.62
centímetros por año durante la segunda
infancia y aumenten de 1.81 a 2.72 kilogramos
de peso anualmente. El crecimiento
musculoesquelético progresa, haciendo que
los niños sean más fuertes.
El cartílago se convierte en hueso a una tasa
más alta que antes y los huesos se vuelven
más duros, lo cual da al niño una figura más
firme y brinda protección a los órganos
internos.

La disminución del apetito es normal en la


segunda infancia
Cómo alentar los hábitos más sanos de
alimentación
• Los padres, son quienes deben elegir los
horarios de comida.
• Sirva porciones adecuadas para el tamaño y
edad del niño.
• Luego de un tiempo razonable, retire la comida
y no sirva más hasta la siguiente comida. Un
niño sano no sufrirá porque pase por alto una
comida y los niños necesitan aprender que
ciertos horarios son apropiados para comer.
• Dé al niño la opción de alimentos que contengan nutrientes
similares: pan de centeno y de grano entero, un melocotón
• o una manzana, yogurt o leche.
• Sirva productos lácteos bajos en grasa o sin grasa como fuente de
proteína y calcio.
• Limite los refrigerios mientras se ve televisión o videos.
Desaliente los alimentos bajos en nutrientes, como bocadillos
salados, alimentos fritos, helado de crema, galletas y bebidas
endulzadas y sugiera en lugar de ellos bocadillos nutritivos, como
fruta o verduras crudas.
• Aproveche los gustos infantiles. Sirva los alimentos en platos
atractivos; decore con guarniciones; haga una fiesta de la comida.
• No luche contra los rituales en los que un niño come un alimento
a la vez, en cierto orden.
• Tenga comidas regulares en familia. Haga de la hora de comer un
momento agradable de conversación sobre temas interesantes,
mantenga la conversación sobre la comida al mínimo.
Cómo ayudar a los niños a ir a dormir
• Establezca una rutina regular y sin prisas al momento de ir a la cama —
cerca de 20 minutos de actividades tranquilas, como leer un cuento, cantar
canciones de cuna o tener una conversación tranquila.
• No permita que los niños vean programas de televisión que causen
miedo o que sean ruidosos.
• Evite actividades de juego muy estimulantes y activas antes de dormir.
• Mantenga prendida una pequeña lámpara de noche si eso hace sentir
más cómodo al niño.
• No alimente o meza a un niño a la hora de dormir.
• Permanezca tranquilo, pero no ceda a las peticiones de contar sólo un
cuento más, tomar un vaso más de agua o hacer otro viaje al baño.
• Si está tratando de romper un hábito en el niño, ofrezca
recompensas por buen comportamiento a la hora de dormir, como
calcomanías o un gráfico o un simple halago.
• Intente dormir al niño un poco más tarde. Enviar al niño a la cama
demasiado temprano es una de las razones comunes

También podría gustarte