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Menor consumo de embutidos
La dieta de la mayor parte de la
población sonorense incluye al trigo y al
frijol como elementos centrales.
TRIGO
Consumo en: las tortillas y la sopa de
pasta, platillo que puede ir desde un
simple caldo de pasta, hasta una
combinación más nutritiva.
FRIJOL
Se consume en preparaciones
variadas, siendo la más común el
“frijol aguadito”, o frijol guisado en
aceite o manteca, que conserva una
buena cantidad de caldo o agua.
En las regiones rurales del estado
todavía perduran algunos alimentos que
provienen de la producción familiar, como
el queso y la carne seca. Sin embargo, su
producción local es cada vez menos
frecuente.
Los patrones alimentarios de la
población urbana del estado de Sonora
serán tan variados como el acceso
económico lo permita, aunque no faltan
las tortillas de harina o maíz, el frijol, la
sopa de pasta, el café, las papas y, según
sea el caso, la carne, las salchichas, el
queso y la leche.
Las verduras más comunes son
tomate, cebolla y chile verde
(regularmente en pequeñas
proporciones), zanahoria, lechuga, apio,
repollo y las frutas como el plátano y la
naranja.
Los alimentos típicos sonorenses
forman parte del patrón habitual de
consumo, pero como alimentos
secundarios y periféricos; se consumen
durante ocasiones especiales como las
celebraciones familiares, religiosas o
comunitarias.
Entre los platillos típicos más
comunes se encuentran la carne de res
asada, la carne seca de res (“machaca”)
con verdura, la “gallina pinta”, las
“chimichangas”, el “cocido” o “puchero”, la
carne con chile colorado, el caldo de queso,
las calabacitas con queso y el pan blanco
“de casa”.
Hay otros alimentos típicos reconocidos
cuyo consumo es prácticamente anual, por lo que
no representan el patrón de consumo de los
sonorenses.
“Capirotada” consumida en cuaresma; la
primera, consistente en un budín de pan con
frutas secas cubiertas de azúcar, miel de
piloncillo y cacahuate.
Los navideños “buñuelos” son otro ejemplo.
El patrón básico de consumo no se
modifica por el tipo de alimentos que hay
en el mercado. Sin embargo, este ofrece
nuevas presentaciones con modificación de
su contenido nutricional, algunas veces en
beneficio de la salud y en otras no tanto.
Debido a los cambios constantes en el
mercado de alimentos tanto en el medio
urbano como en el rural, es importante
conocer sus efectos en la dieta o patrón
alimentario sonorense y así comenzar a
trabajar en modificar hábitos alimentarios.
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