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Estafas, Fraudes, lavado de activos, delitos informáticos, contra la

confianza y la buena fe en los negocios, se han convertido en una de las


máximas expresiones de la mente y el comportamiento criminal, se ha
vuelto un estilo de vida para aquellos que ven el accionar criminal como
la única forma de ganar dinero fácil.

Diversos estudios han intentado explicar el comportamiento de cada


individuo, pero a raíz del impacto negativo que genera la actividad
criminal, la búsqueda por entender la razón, el por qué una persona
opta por delinquir, ha dado paso a un estudio pormenorizado de los
mecanismos que regulan el control de las reacciones nerviosas y el
comportamiento del cerebro, dando paso a un nuevo conjunto de
disciplinas científicas enfocadas al estudio del sistema nervioso: La
neurociencia.
Con el paso de tiempo y el avance de la tecnología, la neurociencia ha
permitido obtener una mejor comprensión del comportamiento del ser
humano, otorgándole un gran progreso con respecto al aspecto
neurocognitivo que influyen sobre éste.
A lo largo del tiempo se han suscitado un sinnúmero de hechos
criminales, quizá uno más caótico que el anterior, convirtiéndose en la
causa primordial para llevar a cabo un estudio sobre: ¿Cómo el
individuo percibe la realidad? ¿Por qué decide ir contra lo normado?
¿Por qué empieza a delinquir? ¿Qué pasa en el cerebro de un
delincuente al llevar a cabo sus crímenes? ¿Qué motiva a una persona
a seguir en el mal camino? Son algunas de las tantas preguntas que
dieron origen a una disciplina encargada expresamente de la
búsqueda de la compresión total del cerebro del ser humano: la
neurociencia.
El Profesor de Psicología Michael Gazzaniga en su libro “El cerebro
ético” realiza un estudio del funcionamiento general del encéfalo
humano y como a NEUROCIENCIA: DESCIFRANDO LA CONDUCTA
CRIMINAL
partir de éste se puede explicar la moralidad y la ética del individuo,
influyendo en el modo en él que se relaciona con los demás día a día.
Intentando así, explicar la razón del accionar del ser humano como
parte de la labor de la Neurociencia.
De la misma manera en el libro “El cerebro
Ejecutivo” de Elkhonon Goldberg, se realiza un
análisis de la parte central del sistema
nervioso, analizando la capacidad de pensar a
largo plazo, la toma de decisiones, la
utilización del lenguaje y la planificación de
tareas complejas, en pocas palabras intenta
esclarecer lo que sucede en el cerebro del ser
humano al llevar a cabo sus actividades,
destacando la importancia que adquiere el
estudio pormenorizado del cerebro.
Ambos autores coinciden en que es
indispensable conocer las reacciones
nerviosas y el comportamiento del
cerebro del ser humano, y gracias a
ello descifrar la relación existente
entre las formas de cognición y su
relación con el raciocinio, y la toma de
decisiones.
Son tantos los delitos que se cometen día a día, que valerse de la
neurociencia para realizar un análisis de la conducta criminal se ha
convertido en una necesidad imperiosa, ya que, a partir de ello se
podrá elaborar un pronóstico que permita anticiparse a cualquier
suceso, contribuyendo con los especialistas que requieran dicha
información.
Definitivamente el estudio del cerebro humano, se ha consolidado
como el umbral a nuevas oportunidades para poder comprender el
comportamiento criminal, en el marco forense y penal, ha
permitido la comprensión completa de las alteraciones cerebrales,
diferencias, déficits, carencias que los criminales evidencian.

El cerebro criminal al igual que el cerebro de una persona común y


corriente que no está dispuesto a delinquir, cuenta con áreas
especializadas para determinadas funciones, pero esas áreas al
mismo tiempo se conectan con otras que completan la función, el
cerebro funciona a través de redes, circuitos neuronales que
involucran diversas áreas y sus conexiones para la ejecución de
una tarea. Al descifrar el funcionamiento del cerebro del ser
humano en relación con la conducta criminal, se intenta explicar la
causalidad dicha conducta.
Como vemos la conducta criminal es
descifrada gracias al estudio, evaluación y
monitoreo del funcionamiento del sistema
nervioso, es decir cómo se organiza el cerebro
y la repercusión que tiene en la conducta,
pensamiento, y emociones. Con el avance de la
tecnología y la mayor difusión del uso de la
neurociencia en el ámbito dedicado a la
administración de justicia, ésta se convertirá
en pieza clave para la completa comprensión
de la conducta criminal. El Dr. Javier
Sampedro, explica algunas de las
implicaciones de la neurociencia en el futuro,
mencionando: “Cada vez más especialistas
estarán en condiciones de utilizar una serie de
medidas de la funcionalidad cerebral para
vaticinar el futuro rendimiento de una
persona, sus aptitudes de aprendizaje y sus
desempeños favoritos. También sus tendencias
adictivas o delictivas, sus hábitos insalubres y
su respuesta al tratamiento psicológico o
farmacológico”.
La labor dedicada a la administración de justicia, cuenta con una
herramienta que debe ser aprovechada en su máximo esplendor,
comprender e interpretar el pensamiento y el comportamiento
delincuencial por medio de las reacciones nerviosas y el
comportamiento del cerebro, constituye pieza clave a la hora de
elaborar un diagnóstico y el respectivo pronóstico de la conducta de
un criminal.

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