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Tema III - Edad Media e Iglesia - General
Tema III - Edad Media e Iglesia - General
La Edad Media es el período histórico que abarca desde la caída del Imperio Romano de Occidente
(476) hasta el Descubrimiento de América (1492). Este largo período histórico, conocido también
como feudalismo, era una organización social, política y económica basada en la tierra y en el
vasallaje. Este régimen se instauró en toda Europa y funcionó de forma similar en todos los países.
Después de la Antigüedad viene la Edad Media. Y recibe este nombre porque la Edad Media –o
Medievo, como también se le conoce– es un periodo que quedó atrapado “en medio” de dos bloques
de tiempo, la época y la llamada época Moderna.
LA IGLESIA DURANTE LA EDAD MEDIA (GENERALIDADES)
La práctica religiosa en la Europa medieval (entre alrededor del 476 y el 1500) estuvo dominada e
inspirada por la Iglesia católica. La mayoría de la población era cristiana, lo que en aquel momento
era sinónimo de católica, ya que inicialmente no existía ninguna otra forma de dicha religión. La
aparente corrupción de la Iglesia medieval, sin embargo, inspiró el movimiento que hoy conocemos
como la Reforma protestante.
La Iglesia reclamaba para sí la autoridad divina, recibida a través de Jesucristo quien, según la
Biblia, designó al apóstol Pedro como “la piedra sobre la que construiré mi iglesia”, a quien entregó
las llaves del reino de los cielos (Mateo 16:18-19). Pedro era considerado, por tanto, como el primer
papa, la cabeza de la Iglesia, y todos los demás como sus sucesores, dotados con la misma autoridad
divina.
La Iglesia en Occidente organizó el territorio por medio de diócesis sobre las que
mandaba un obispo; en cada diócesis existían un número de parroquias -según las
poblaciones existentes- con sus párrocos o sacerdotes. Por encima de todos los obispos
estaban los arzobispos y, sobre estos, el papado.
Esta parte del clero es lo que se viene a denominar clero secular que vive en contacto con las
personas laicas y que no forman parte de la organización de la Iglesia.
El clero regular es aquel que vive en los monasterios rurales o posteriormente conventos
urbanos, en comunidad y siguiendo una norma o libro de reglas. Es lo que vulgarmente
denominamos monjes o monjas.
A lo largo de la Edad Media se fundaron diferentes órdenes religiosas que tuvieron gran
predicamento, como los benedictinos en el siglo IX y la orden del císter en el siglo XI. Las órdenes
establecieron sus normas de vida para los monjes y monjas, intentando volver a la pureza de la fe y
restaurar las costumbres que se habían relajado.
También existieron las órdenes militares que eran monjes dedicados a la lucha para la defensa de la
fe cristiana. Las órdenes militares fueron muy importantes en el contexto de las Cruzadas (por
ejemplo, los Templarios) y también en la expansión de los reinos cristianos del Norte hacia el Sur
en la península ibérica (por ejemplo, la orden de Calatrava).
En Occidente la Iglesia participó plenamente del poder feudal, poseyendo un tercio del territorio
europeo y percibiendo el diezmo o impuestos sobre el 10% de la riqueza que todos, incluida la
nobleza, debía pagar al clero.
La mayoría de los obispos, abades y abadesas (en el caso de las monjas) provenían de la nobleza y
participaban por lo tanto de las relaciones personales de dependencia que son comunes en el
feudalismo, ostentando feudos y vasallos.
Esta situación hizo que la Iglesia acumulara muchas riquezas y poder, pero también que perdiera
independencia porque los reyes feudales, en la cúspide del poder feudal, intentaron controlar el
poder de la Iglesia.
Es lo que se denomina querella de las investiduras o cómo los reyes feudales se arrojaron la
autoridad de nombrar a los obispos y abades. La simonía o compra-venta de cargos religiosos
también fue muy frecuente, enriqueciendo aún más las arcas de la Iglesia a cambio de aceptar la
corrupción.
La vida de la gente en la Edad Media giraba en torno a la Iglesia. Se sabía que la gente, en especial
las mujeres, iba a la iglesia de tres a cinco veces diarias para rezar y al menos una vez por semana
para la misa, la confesión y los actos de contrición, en arrepentimiento.
La Iglesia no pagaba impuestos y era financiada por los ciudadanos, que eran responsables de
mantener al párroco y la iglesia en general a través de un diezmo del diez por ciento de sus ingresos.
Se pagaban diezmos por los bautizos, las confirmaciones y los funerales así como en las fiestas de
los santos y las fiestas de guardar, como por ejemplo las celebraciones de Pascua.
Además, apoyaban a instituciones sociales como asilos de pobres, orfanatos, escuelas y órdenes
religiosas que no podían mantenerse por sí mismas.
Las enseñanzas de la Iglesia eran una certeza para la gente de la Edad Media. No había lugar a
dudas, y no se toleraba cuestionarlas. O bien se estaba dentro de la Iglesia o fuera de ella, y si se
estaba fuera, las interacciones con el resto de la comunidad estaban limitadas. Los judíos, por
ejemplo, vivían en sus propios vecindarios, rodeados por cristianos, y a menudo eran maltratados.
Un ciudadano europeo, por lo tanto, que no pertenecía a ninguna de esas dos creencias, tenía que
adherirse a la visión ortodoxa de la Iglesia para interactuar con su familia, su comunidad, y ganarse
la vida. Si eso no era posible (al menos en apariencia), la única opción era una de las llamadas
sectas heréticas.
La fe en la Edad Media.
La Iglesia católica alcanzó un poder supremo en el siglo XII. Su triunfo se debió, también, a la ola
de fervor cristiano que envolvió a las clases más humildes.
La fe se fundaba en la esperanza de una vida mejor. La veneración a la Virgen, a los santos y a las
reliquias que, según se creía, podían obrar milagros, se difundió por toda la cristiandad.
Por otro lado, la Iglesia orientaba a sus feligreses, evitando que cayeran en herejías o falsas
creencias. Para conseguirlo contaba con dos poderosas armas: la excomunión y la Inquisición. A
través de la excomunión se expulsaba de la Iglesia a todo aquél que no obedecía sus órdenes. El
excomulgado no podía recibir sacramentos, y quedaba fuera de la ley divina. La excomunión fue el
peor castigo de la Edad Media.
Por otro lado, en el siglo XII se fundó la Inquisición: un tribunal eclesiástico que investigaba a la
gente de fe dudosa. Para lograr información los inquisidores torturaban a los acusados.
Los castigos variaban según el pecado: desde pasear a lomo de un burro con una soga en el cuello y
un gorro puntiagudo llamado sambenito hasta ser quemado en la hoguera.
Las peregrinaciones.
Una de las manifestaciones del apego de la sociedad feudal a las creencias religiosas fueron las
peregrinaciones: viajes que los fieles, tanto ricos como pobres, realizaban a pie a diferentes
santuarios religiosos y que duraban meses o años.
Los centros más importantes de peregrinación fueron Roma, capital espiritual de la cristiandad;
Jerusalén, donde se hallaba el Santo Sepulcro, y Santiago de Compostela, donde se creía que estaba
enterrado el apóstol Santiago.
Los cristianos peregrinaban por causas muy diversas. Algunos cumplían penitencias o una promesa,
otros buscaban la purificación, y otros lo hacían por curiosidad o por el deseo de comerciar en los
lugares a los que llegaban los peregrinos.
El milenarismo.
Otra expresión espiritual de la época fue el milenarismo, es decir, la creencia de que a los mil años
de su muerte, Cristo volvería y reinaría en la Tierra durante mil años antes del Juicio Final. El
milenarismo influyó mucho en la sociedad. Algunos renunciaron a sus riquezas para hacerse más
dignos de la llegada de Cristo.
Los más pobres, en cambio, formaron frecuentemente sectas que se enfrentaron con la violencia de
los judíos, a los ricos o al clero, pensando que eran indignos de la llegada de Cristo. Estas sectas,
dirigidas por presuntos profetas y mesías, fueron el origen de muchas groserías medievales como,
por ejemplo, la de los albingenses.
Reliquias y herejías.
Una de las manifestaciones de la piedad medieval fue el culto a las reliquias; la devoción a los
restos de un santo, sus huesos o algún objeto relacionado con él. El cáliz del cual bebió Jesús en la
última cena, El Santo Grial, fue una de las reliquias más buscadas, pero nunca fue hallado.
Según el evangelio de San Juan, el judío José de Arimatea reclamó el cuerpo de Cristo para
enterrarlo, y se llevó, también, el Santo Grial que con el tiempo, se perdió. El Santo Grial fue el
origen de muchos relatos medievales, y también, de algunas herejías.
A fines del siglo XII, por ejemplo, una secta de monjes franceses, los albigensesm afirmaron poseer
el Santo Grial. Entonces, el rey de Francia, Felipe II, logró el consentimiento papal para declararles
la guerra por herejía.
a) Con el fin del Imperio romano (475) y la disgregación de occidente en diversos pueblos
bárbaros, la Iglesia fue la única institución que unificó a todos estos reinos bajo la fe del
cristianismo: era lo que se denominaba la cristiandad.
Cristiandad e Iglesia.
Hace unos mil años casi toda Europa Occidental empezó a llamarse la cristiandad, porque todos sus
reinos acataban la autoridad del Papa y todos sus habitantes profesaban el cristianismo. Todos los
territorios cristianos se consideraban un único imperio y sus figuras más importantes eran el Papa y
el emperador.
La Iglesia era entonces muy poderosa; los obispos y los abades poseían grandes extensiones de
tierra; los clérigos, que eran casi las únicas personas cultas, se encargaban de educar a los jóvenes,
socorrían a los pobres y era los principales consejeros de los reyes.
b) Durante la Edad Media, la Iglesia actuó también como un referente cultural, guardando en
los monasterios todo el saber de la época, con la copia de libros por parte de los monjes
medievales, fundando las escasas escuelas que existían y, también, con su inversión en arte
para predicar la Palabra.
Centros Culturales.
La vida en los monasterios estaba perfectamente regulada: se rezaba y se trabajaba. Sin embargo, no
todos los monjes se dedicaban a la misma labor. Unos trabajaban en los huertos, otros se dedicaban
al trabajo artesanal, y había algunos que se dedicaban a una empresa eminentemente cultural:
copiaban, decoraban y encuadernaban los manuscritos que contenían las grandes obras del saber
clásico.
Estos manuscritos o códices, escritos con plumas de oca, se adornaban con miniaturas policromadas
(flores, paisajes y personajes) y eran celosamente guardados en las bibliotecas de los monasterios.
En los monasterios también funcionaban las únicas escuelas de la época. En ellas los futuros monjes
y muchos laicos, estudiaban las primeras letras.
c) La Iglesia siempre fue el referente moral principal durante la Edad Media, dictando las
normas sociales, invirtiendo grandes cantidades de riqueza en socorrer la pobreza y
estableciendo periodos de paz obligatoria, en un mundo donde la guerra era algo cotidiano.
LOS MONASTERIOS DE LA EDAD MEDIA Y SU IMPORTANCIA PARA LA
CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL.
Definición.
Un monasterio medieval era una comunidad de monjes cerrada y a veces remota, liderada por un
abad, que rechazaba los bienes terrenales para llevar una vida simple de oración y devoción.
Los monasterios cristianos se desarrollaron primero en el siglo IV en Egipto y Siria, y para el siglo
V esta idea se había extendido a Europa Occidental.
El clero fue el depositario de la cultura intelectual en la Edad Media, donde los monasterios y las
escuelas, sirvieron como centro de estudio hasta la creación de las universidades, instituciones que
consiguieron, de forma progresiva, un status de independencia.
Vida diaria.
Los monasterios variaban mucho en cuanto al tamaño, y los más pequeños contaban con una docena
de monjes y a lo mejor estaban liderados por un prior en vez de un abad. Los más grandes, tales
como la abadía de Cluny en Francia (fundada en torno a 1910), podían presumir de 460 monjes en
su punto álgido en el siglo XII, aunque unos 100 hermanos era el número normal en la mayoría de
monasterios.
El abad se elegía entre los monjes veteranos, y era un puesto vitalicio. A este lo asistía un prior y los
monjes que tenían responsabilidades administrativas específicas, los obedienciarios que se
encargaban de varios aspectos del monasterio tales como la iglesia, las misas, la biblioteca, los
ingresos de las tierras, los almacenes de comida o la bodega.
Por supuesto, los monjes comunes llevaban vidas sencillas. Como normalmente a los monjes no se
les permitía abandonar el monasterio, se pasaban el día realizando tareas agrícolas y continuando
sus estudios religiosos, incluido leer textos específicos, copiar libros para crear nuevos manuscritos
iluminados, enseñar a los oblatos (hombres jóvenes) o los novicios (monjes en formación) y orar
(que oficialmente se clasificaba como "trabajo", o más bien la "tarea de Dios").
El día, e incluso la noche, estaba puntuado a intervalos regulares por misas y la reunión matutina
del monasterio cuando los monjes se encontraban para hablar de los asuntos del monasterio. Se
esperaba que llevaran a cabo sus obligaciones en silencio en general, que llevaran ropas básicas y
sencillas y que se deshicieran de todas las posesiones personales menos las más básicas; su único
beneficio era tener comida y bebida decente todo el año, ingerida en una sola comida al día (o dos
en invierno).
Su rol en la comunidad y su legado.
1) Un monasterio aportaba la guía espiritual a las comunidades locales; a menudo la iglesia era
para uso público, daba empleo, y los monjes daban educación, salvaguardaban las reliquias,
hospedaban a los peregrinos que iban de visita, cuidaban de los huérfanos, los enfermos y
los ancianos y daban comida, bebida y limosnas a los pobres cada día.
4) Los monasterios también eran protectores imprescindibles del arte y los documentos
históricos (aunque no siempre lo conseguían), especialmente en tiempos revueltos tales
como guerras, saqueos vikingos o herejías como la iconoclasia de los siglos VIII y IX,
cuando se destruyó el arte religiosos sin miramientos y se veía como blasfemo.
5) Gracias a sus esfuerzos, hoy en día no solo podemos leer textos de la época medieval sino
también de la antigüedad gracias a la labor de los monjes copistas y de los monasterios que
conservaron estos textos.
6) Los monasterios eran comunidades tan estables y prósperas que muchos de ellos
adquirieron toda una periferia de edificios domésticos y funcionales donde la gente vivía
permanentemente y trabajaba para proporcionarles a los monjes lo que necesitaran. En
consecuencia, muchas ciudades hoy en día están situadas donde están porque en algún
momento hubo un monasterio en el lugar.
7) Los monasterios no solo salvaguardaron la herencia clásica, sino que ayudaron a difundirla,
convirtiéndose en motores de transformación cultural y social; fueron elementos
primordiales en la cristianización y evangelización de los territorios.
8) Los siguientes ejemplos son muestra de cómo la labor de los monjes católicos,
especialmente en la Edad Media, resultó decisiva para el progreso de la civilización
occidental:
A lo largo de mil quinientos años los monjes salvaron la agricultura: donde llegaban
transformaban las tierras vírgenes en cultivos, trabajaban con sus propias manos para drenar
pantanos y desbrozar bosques. Los monjes benedictinos fueron los agricultores de Europa:
transformaron amplias zonas del continente en tierras cultivables.
Los monjes fueron pioneros en la producción del vino. El descubrimiento del champán fue
obra del monje Dom Perignon.
En cuanto a la tecnología medieval, la orden cisterciense construyó sistemas que, mediante
la energía hidráulica, molían el grano, tamizaban la harina, elaboraban telas y curtían pieles.
La destreza metalúrgica de los monjes cistercienses ayudó a la difusión de las máquinas en
Europa durante la Edad Media. Ya se tratara de la extracción de la sal, el plomo, el hierro,
el alumbre, el yeso o el mármol, o de la elaboración de cuchillería, vidriería o de la forja de
planchas de metal, los monjes desplegaron su espíritu investigador y extendieron su pericia
por todo el continente.
El monje Eilmer, en los comienzos del siglo XI, voló a más de 90 metros de altura con un
planeador, y, siglos más tarde, el jesuita Francesco Lana-Terzi desarrolló la técnica del
vuelo más sistemáticamente y se hizo merecedor del título de “padre de la aviación”.
El primer reloj fue construido por el futuro papa Silvestre II para la ciudad alemana de
Magdeburgo, en torno al año 996. Otros monjes que perfeccionaron el arte de la relojería
fueron Peter Lightfoot (siglo XIV) y Ricardo de Wallingford (siglo XV).
Las catedrales de Bolonia, Florencia, París y Roma se diseñaron en los siglos XVII y XVIII
con el propósito de servir como observatorios solares. En ningún otro lugar del mundo
existían instrumentos más precisos para el estudio del sol.
El padre Clavius, uno de los grandes matemáticos de su tiempo, encabezó la comisión que
elaboró el calendario gregoriano (que entró en vigor en 1582), un sistema de medición que
resolvía las numerosas imprecisiones del viejo calendario juliano.
El dominico san Alberto Magno (1200-1280) recopiló como naturalista una asombrosa
cantidad de datos sobre el mundo que lo rodeaba. Su prodigiosa obra abarcó la física, la
lógica, la metafísica, la biología, la psicología y diversas ciencias de la Tierra.
Robert Grosseteste, canciller de Oxford y obispo de Lincoln, fue el primero en escribir la
serie completa de pasos necesarios para llevar a cabo un experimento científico.
El beato Nicholas Steno, obispo y médico, fue pionero de la anatomía (descubridor de la
glándula parótida) y además el primer geólogo.
Desarrollo teológico
En el área doctrinal y teológica, la iglesia cristiana se volvió dogmática, oficializando a través del
papado y los concilios una serie de prácticas y creencias que carecían de un fundamento bíblico
exegético sólido. Pero, a pesar de esto, podemos decir que hubo un progreso evidente en otras áreas:
Muere Gregorio I (Magno), papa. Se usan por primera vez campanas en las
604 iglesias (Roma)
Mahoma reconquista la Meca y comunica a los reyes del mundo los principios
628 del Islam.
El griego, en lugar del latín, como lengua oficial del Imperio de Oriente
Omar II decreta la exoneración de cargas fiscales para todos los creyentes del
717 Islam
732 Carlos Martel derrota a los árabes en Poitiers y contiene su avance en Europa
El Papa Gregorio III solicita el auxilio de Carlos Martel para combatir a los
739 lombardos, griegos y árabes
846 Los árabes saquean Roma; la flota veneciana es destruida por los árabes
1022 El sínodo de Pavía decreta el celibato para los clérigos con órdenes mayores
Nace Anselmo de Canterbury, autor de la «prueba ontológica» de la existencia
1033 de Dios
1046 Ambos papas son depuestos y el sínodo de Roma elige a Clemente III
Cruzada de los niños. Victoria cristiana contra los moros en Las Navas de
1212 Tolosa
1217-21 V Cruzada
Marsilio de Padua: la Iglesia debe ser gobernada por concilios generales y sus
1324 propiedades sujetas al Estado