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ESQUEMA RESUMIDO DE COMENTARIO DE TEXTO EXPOSITIVO-

ARGUMENTATIVO

1. TÍTULO. GÉNERO Y SUBGÉNERO

2. TIPOLOGÍA TEXTUAL

3. ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN (emisor, receptores y canal)

4. FUNCIONES DEL LENGUAJE

5. TEMA Y RESUMEN

6. ESTRUCTURA

6.1.Externa

6.2.Interna

7. TIPOS DE ARGUMENTOS

8. NIVELES DE LA LENGUA

8.1.Léxico-semántico

8.2.Morfosintáctico

8.2.1. Modalidad oracional

8.2.2. Sintaxis

8.3.Textual
COMENTARIO CRÍTICO

“Vendidos al salafismo” es un texto perteneciente al género periodístico, expositivo-

argumentativo, columna de opinión, donde Najat El Hachmi expone y argumenta su opinión

sobre la responsabilidad de la influencia de las figuras públicas en el ámbito deportivo, de evidente

actualidad.

Presenta la parte expositiva a lo largo de las primeras nuevas líneas donde la autora parte sobre el

fichaje de Jon Rahm por Arabia Saudí, para ir profundizando a lo largo del texto en el tema

abordado, y continúa ilustrándonos su opinión mediante abundantes argumentos, ubicados en la

parte argumentativa, con los que consigue llegar y convencer a los receptores.

El artículo va dirigido a un amplio público, tanto por la temática que trata como por el interés

general que suscita en gran parte de la población afectada, sobre todo en aquellos sectores que

siguen de cerca el mundo del deporte y sus figuras públicas.

Las funciones del lenguaje predominantes se desprenden de la propia tipología textual. La función

representativa, presente sobre todo en la exposición (hay diversos ejemplos, a elegir uno), donde

la autora muestra la información de forma objetiva; la función apelativa, (“a las víctimas las

queremos...”) con el evidente deseo de convencer, que podemos observar con el uso de la 1º

persona de plural al incluir al receptor en el discurso, pero además vemos la función poética,

aunque no es tan frecuente en este tipo de textos, que en este caso llama especialmente la

atención al
receptor,-es decir, la selección de los maravillosos versos de la poeta Alfonsina Storni-.

Por tanto, el tema que aborda Guerriero en este artículo de opinión, como ya hemos atisbado

anteriormente, son la defensa de los derechos de las víctimas de la violencia machista; la

actualidad del mismo no puede ser más evidente y queda perfectamente justificada con la

frecuencia con la que en los últimos tiempos inunda los medios de comunicación, - dado el el

tratamiento de la imagen pública de mujeres agredidas, especialmente si se trata de personajes

famosos o con mayor presencia en los medios de comunicación, o víctimas de agresiones

machistas, en todas sus manifestaciones (tanto físicas como verbales) y grados. Sin ir más lejos, el

reciente caso de Luis Rubiales y la futbolista Jenny Hermoso-.

El carácter divulgativo, desprendido de la ausencia de tecnicismos y estructuras complejas, se

refleja en el canal utilizado, es decir, el períodico El País, de gran tirada nacional que posibilita la

difusión del mismo.

En lo que respecta a la estructura elegida por Najat El Hachmi, es deductiva, pues presenta los

hechos, -en este caso, describiendo con objetividad el paradigma social de su entorno más

próximo-, usa diferentes tipos de argumentos y concluye con su tesis, que explícitamente no deja

duda de cuál es la opinión de la autora, -tal y como demuestran las múltiples aseveraciones y

afirmaciones fuertes de carácter remarcador, que comentaremos más adelante (ej: “insisto” l.18,

“subrayo” l.19)-.

Dicha estructura consta de tres partes bien diferenciadas: la introducción ocupa hasta la línea 5, en

la que aún la autora no presenta el tema, sino nos habla de un recuerdo del pasado que

resultará clave para la defensa posterior de su tesis -asegurándose, mediante esta introducción

atractiva y aparentemente no relacionada con el tema del texto, despertar intriga e interés en los

lectores-, siguiéndole el cuerpo argumentativo, entre la línea 5 y la 20, en el que hallamos un


primer desarrollo de la tesis del texto ,
es decir, la crítica a la “obligación que imponemos a las víctimas de ser puras” en línea diez,

reformulada a continuación en “A las víctimas las queremos castas (...) no tendrán derechos”,

en las líneas 15 y 16, y termina con la conclusión en las últimas líneas, culminando con un

resumen claro y conciso de la tesis: “Nadie debería sentirse obligado a demostrar pureza

moral para tener derecho a tener derecho”. Asimismo, hemos de precisar que la estructura

externa no coincide gráficamente con la interna, pues el artículo no se encuentra dividido en

párrafos.

El resumen del presente texto: (...........................................................................).

El cuerpo argumentativo textual está sólidamente construido con varios argumentos, entre los

cuales destacan los argumentos basados en datos objetivos o hechos históricos (por ejemplo en

“la noticia de que la chica de 23 años...”) y, especialmente, en argumentos de experiencia

personal, que si bien son considerados argumentos débiles, suponen en el presente texto los

argumentos de mayor peso: recordemos que la autora hablará desde su experiencia personal,

extrapolando su vivencia a la coyuntura social, basando, por tanto, su denuncia, en lo vivido en

primera persona. Además, resulta interesante comentar el argumento de autoridad o cita de

autoridades al rescatar la figura de la reconocida poeta Alfonsina Storni. No obstante, la presencia

de algunos argumentos en valores, frecuentemente considerados argumentos fuertes, (por ejemplo,

al citar la expresión “no solo hay que ser honesta, sino parecerlo”, en la línea nueve) parecen

acercarse a la falacia argumentativa, junto con el argumento de generalización que hace referencia

a la consideración social de las mujeres con diversas relaciones amorosas, en las líneas cinco y seis.

En el nivel léxico-semántico, observamos un uso estándar, como es habitual en este tipo de

textos, combinado con el uso de términos de origen coloquial, “qué campeón” en l. 8, e incluso de

expresiones más vulgares (“que te den” en l. 5), lo cual se relaciona


con la marcada subjetividad de este artículo y remarca el lugar experiencial desde el que la autora

opina, además de resultar más cercana a los receptores.

Abundan sinónimos tan significativos como “casta” y “pura”, adjetivos fundamentales que

contribuyen a darle sentido al texto y relacionados con “víctimas”, sustantivo repetido en diversas

ocasiones, al igual que el adjetivo “necesaria”, en l. 18 y 19. La repetición es, pues, un recurso que

subraya la insistencia y convicción de la voz crítica de la autora. Los sustantivos pertenecientes al

campo semántico del ámbito jurídico (“justicia”, “derechos”, “cárcel”, “denunciante”, etc.) aportan

un aclaje para la expresión de la tesis de este artículo, pues se centra especialmente en reclamar la

igualdad de derechos de las mujeres ante la justicia. La cohesión textual queda perfectamente

remarcada por estos recursos léxicos. Asimismo, la deixis discursiva tanto anafórica, como

catafórica, apoyan la necesaria cohesión.

En el nivel morfosintáctico, hemos de comentar el predominio un léxico abstracto y conceptual,

en los momentos en los que se exponen las ideas de la autora. Destaca el uso de la primera

persona, tanto del singular como del plural, haciendo uso del plural mayestático (“subrayo” o

“insisto” y “las queremos”), lo cual aporta subjetividad del texto, así como viveza y expresividad.

Con respecto a los tiempos verbales, podemos observar una oscilación entre el tiempo pasado y el

presente: el primero ligado a la rememoración de la autora de sus recuerdos pasados ligados a su

infancia o adolescencia; el segundo a las secuencias textuales puramente argumentativas que hacen

referencia a la actualidad. Por otro lado, el modo predonminante es el indicativo, consiguiendo que

las opiniones sean sentidas como reales y ciertas.

Los adjetivos son fundamentalmente de tipo connotativo, aunque haya ejemplos de adjetivos

denotativos. Resulta interesante el juego asociativo que la autora establece a raíz del uso de los

adjetivos: por un lado, el universo de lo masculino integrado por “ganadores” y “campeones”; por

otro, el universo femenino conformado por mujeres


“castas”, “puras” y, cuando no, - y esto sí aparece entrecomillado por la autora-, “ligeras”. Un claro

eufemismo que esconde una realidad aún más cruda. La autora incluso llega a considerar la justicia,

en nuestra sociedad, como “justicia de los hombres” l.16, aún sabiendo que ello encierra una

contradicción presuponiendo que la justicia debería ser imparcial.

Además, la modalidad predominante es la enunciativa, reforzando en este caso la objetividad,

aunque vemos ejemplos de modalidad exhortativa, que remarcan la función apelativa antes

comentada y ordenan o animan a los receptores, como en el ejemplo “hay que esperar lo que decida

la justicia de los hombres”, una oración que habría de interpretarse en clave irónica. La modalidad

desiderativa está presente en las líneas finales del texto, en las que la autora, cuyo estilo destaca por

su insistencia y mordacidad, ofrece al lector un paréntesis de esperanza compartida con ese “[las

cosas] tendrían que cambiar más rápido”.

En lo que respecta a la sintaxis, como es de esperar de un texto de esta tipología, notamos un

predominio de hipotaxis o subordinación, estructuras más elaboradas debido al carácter ideológico

y reflexivo que deben vehicular o transmitir. No obstante, hay ejemplos de parataxis o

coordinación, que contribuyen a la ilación textual y están vinculadas a matices explicativos o

aclaratorios (poner algún ejemplo de ambas).

Por último, en el nivel textual hemos de destacar los marcadores aclaratorios “más bien” l.7, (otros

ejemplos), que apoyan la necesaria coherencia y cohesión textual.

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