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El tema que se plantea en el texto es la extrema derecha como forma de gobierno líder
en el mundo. Cristina Fallarás hace una reflexión sobre la contradicción y la
incoherencia de quienes protestan y se horrorizan por situaciones como las muertes en
Gaza o la construcción de muros, mientras que simultáneamente disfrutan de las
comodidades y ventajas de una sociedad que, según la autora, ha sido construida a costa
de la vida y la paz de otras personas: “Las personas (…) resto del mundo” (párrafo 5).
Se puede considerar un tema de actualidad por ser muy relevante a día de hoy y por
haber sido publicado recientemente. Además, se trata de un tema donde muchas
personas sufren y que provoca muchos conflictos. Entonces, se considera un tema muy
importante y actual.
En cuanto a la estructura externa del texto, podemos distinguir 6 párrafos. En ellos se
distribuye la información expuesta por la autora siguiendo la organización más
frecuente de los textos expositivos-argumentativos. De esta forma, tenemos la
introducción que se encuentra en los dos primeros párrafos, en donde se destacan la
importancia y extensión del problema; un desarrollo que abarca desde el tercer hasta el
cuarto párrafo, en donde la autora va a tratar el tema respaldado con argumentos; y
una conclusión, que se encuentra en los dos últimos párrafos, donde la autora resume
los puntos principales y hace un cierre del texto.
Cristina Fallarás, plantea que esta sociedad, con sus beneficios y comodidades, ha sido
moldeada por fuerzas políticas de derecha. Su tesis se basa en la idea de que la crítica
hacia situaciones injustas se vuelve contradictoria cuando estas críticas surgen desde un
lugar que ha sido establecido por esas mismas fuerzas de derecha.
La autora hace una referencia específica al caso de Gaza, lo que ilustra cómo la
sociedad europea, a pesar de condenar los ataques, está conectada con el país atacante,
Israel, a través de apoyos y falta de respuestas contundentes por parte de Europa. Esta
contradicción de protestar desde dentro de una estructura que ha creado barreras y
desigualdades contribuye al avance de las fuerzas políticas de derecha en Europa. Por lo
tanto, la autora pretende hacernos concienciar sobre cómo está organizada nuestra
sociedad, considerando que nunca habrá un cambio si la derecha está al mando.
Los tiempos verbales van desde el presente: “es, pregunto”, por tratarse de un hecho
actual; hasta el pasado: “ha recibido”, “hemos levantado” (pretérito perfecto
compuesto), que ayuda al autor a traer momentos ya sucedidos para comentar. También
es destacable la presencia de las formas no personales infinitivas: “mirar”, “asumir”
que ayudan, en la parte expositiva, a mostrar una objetividad en los datos descritos.
Los sustantivos y adjetivos, mayoritariamente comunes y especificativos: “país atacante,
derecha extrema” describen las realidades; aunque hay presencia de abstractos:
“malestar, contradicción, libertad”, pues muestran las ideas y pensamientos del autor.
VALORACIÓN PERSONAL
Para finalizar esta valoración personal, al igual que la autora, pienso que es
contradictorio el hecho de que se proteste desde el lugar que ha sido, en parte, causante
de diferencias y divisiones. Somos culpables y egoístas al no permitirle a los demás
cruzar nuestras fronteras para que puedan vivir en un lugar mejor. Si es verdad que
vivimos en una democracia, entre todos podemos decidir lo mejor para nosotros y para
los demás. La derecha nunca será lo mejor, ni nunca será la solución, por lo que
tendremos que luchar contra ella por todos aquellos que están sufriendo por un
conflicto del que ellos no tienen culpa, la culpa es de aquellos gobernadores que no
merecen serlo. Pues los que más tienen son los que menos sufren, así como dijo Jean
Paul Sartre: “Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren”.