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PSICOLOGÍA PARA TODOS

PSICOLOGIA, DEPRESIÓN Y
TRASTORNOS DEL HUMOR:
Comprender los mecanismos
básicos
U U I D : 1 4 9 4 e 4 b a - 3 8 1 3 - 1 1 e 8 - b 8 8 e - 1 75 3 2 9 2 7 e 5 5 5

E s t e l i b ro s e h a c re a d o c o n S t re e t L i b Wr i t e
( h t t p : // w r i t e . s t re e t l i b . c o m ) .
tabla de contenidos
Descargo de responsabilidad
Introducción
¿Qué es el humor?
El modelo operativo de los trastornos del
estado de ánimo
El trastorno depresivo mayor
La Distimia
Trastorno bipolar
Tratamiento de los trastornos del estado de
ánimo
Conclusión
Autoprueba
Soluciones
DESCARGO DE
RESPONSABILIDAD

Las nociones de este libro son de carácter


exclusivamente informativo y no constituyen ni sustituyen
a la actividad médica o psicológica. Este libro es solamente
para propósitos informativos. El lector es plenamente
responsable de sus elecciones, consciente de los riesgos
asociados a cualquier forma de ejercicio. El contenido está
sujeto a derechos de autor, todos los derechos de uso o
reproducción están reservados.
INTRODUCCIÓN

¿Qué es la depresión y cuáles son sus mecanismos


psicológicos de funcionamiento? ¿Cuáles son los síntomas
de los trastornos del estado de ánimo? ¿Cómo afectan la
vida de las personas?

El objetivo de esta guía es introducir al lector en un viaje


de descubrimiento sobre el tema, tratando de transmitir el
conocimiento científico actualmente disponible sobre la
depresión y los trastornos del estado de ánimo de una
manera sencilla, pero no simplista. Se trata, por tanto, de
ofrecer un instrumento de conocimiento sobre las
alteraciones graves del estado de ánimo, creando las
premisas para construir una sólida base teórica sobre el
tema.

Para lograr este objetivo, comenzaremos con una


definición del estado de ánimo, que nos ayudará a
entender cómo distinguir las situaciones fisiológicas y
normativas de las problemáticas. A continuación se
examinan los principales trastornos conocidos en
psicopatología relacionados con este tema.

En particular, abordaremos:

el trastorno depresivo mayor;


el desorden distimico;
los trastornos bipolares;
la ciclotimia.

Como veremos en las páginas siguientes, los trastornos


del estado de ánimo incluyen principalmente dos tipos
diferentes de trastornos, los relacionados con los síntomas
depresivos y los que también implican síntomas maníacos.
Entender sus mecanismos de funcionamiento puede
ayudar a distinguir situaciones en las que los cambios de
humor se consideran normativos de aquellas en las que se
genera una perturbación...

Por otra parte, la depresión es ahora un problema


generalizado y de interés general, que afecta a unos 120
millones de personas en todo el mundo y afecta
negativamente a su calidad de vida laboral y relacional. En
los países industrializados, se estima que el 15% de las
personas han sufrido trastornos del estado de ánimo a lo
largo de su vida.

Estos simples datos deberían bastar para subrayar la


necesidad de reflexionar sobre el crecimiento de los
trastornos depresivos y la necesidad de profundizar el
impacto de este tema en la vida diaria de las personas. Un
reto que hay que afrontar partiendo de una información
correcta, que permita a las personas entender qué son los
trastornos del estado de ánimo, cómo funcionan y cuáles
son los mecanismos que llevan a desarrollar y mantener
situaciones problemáticas o patológicas.
¿QUÉ ES EL HUMOR?

Los trastornos del estado de ánimo son uno de los


mayores desafíos para la salud mental y el bienestar
psicosocial. Como vimos en la introducción de esta guía,
trastornos como la depresión afectan a millones de
personas en todo el mundo, con un fuerte impacto
negativo en sus vidas. Para entrar mejor en el tema, lo
mejor es empezar con una definición básica.

El humor es una disposición de la mente que puede


colorear la vida emocional de las personas. Es un elemento
de la vida de las personas que no es estable, desde estados
de tristeza hasta momentos de euforia. Estas variaciones
son normales siempre y cuando se permanezca dentro de
un marco contextualizado con respecto al entorno y a las
experiencias vividas por las personas. Mientras que los
estados patológicos ocurren en el momento en que se
encuentra inconsistencia con la situación experimentada.

Desde este punto de vista, trastornos como la depresión


presentan cambios continuos y persistentes en el estado de
ánimo, que generan sufrimiento, incomodidad y cambios
profundos en la vida de las personas. En estos casos, todas
las áreas principales se ven afectadas y se producen
problemas en la familia, las amistades y otras relaciones
personales, así como en su entorno laboral y profesional.

Lo importante es entender que un cambio de estado de


ánimo por sí solo no es la condición previa para un
trastorno del estado de ánimo. Si tomamos en
consideración lo que se acaba de decir, podemos entender
que los episodios de alteración están continuamente
presentes en la vida de las personas. Por ejemplo, en caso
de duelo familiar o enfermedad grave: en estos casos o en
otros eventos significativos, las reacciones depresivas son
perfectamente normales y comprensibles.

Lo que distingue las situaciones normales de las


inadaptadas es, por lo tanto, la calidad y persistencia de los
síntomas en comparación con el contexto personal en el
que se producen. A veces el límite entre las situaciones
normales y patológicas es muy delgado. Distinguir entre
reacciones, episodios y trastornos depresivos es uno de los
retos a los que se enfrentan los médicos. Muchos sistemas
de encuadre nosográfico (como el DSM) pueden ayudar en
este sentido, aunque no incluyen un análisis de la situación
en la que se producen los problemas.

Por lo tanto, la etiología de los trastornos del estado de


ánimo combina una serie de factores diferentes, ya que no
es posible identificar una causa única. Los elementos
ambientales y los episodios de la vida se funden con las
predisposiciones genéticas y los factores sociales. Las
causas multifactoriales hacen particularmente complejo el
análisis de este fenómeno en su totalidad, es decir, desde el
punto de vista psicológico y social. Sin embargo, a lo largo
de los años han surgido diferentes teorías que pueden
explicar al menos parcialmente cómo surgen los
trastornos del estado de ánimo, cómo se desarrollan y
cómo pueden tratarse.
E L M O D E L O O P E R AT I V O D E L O S
T R A S T O R N O S D E L E S TA D O D E
ÁNIMO

Después de comprender qué es el estado de ánimo y


cómo actúa en el contexto de la vida de las personas,
analizaremos las principales causas de las situaciones
patológicas clínicamente reconocidas.

Como se ha mencionado en las páginas anteriores, las


causas principales de estas psicopatologías se remontan a
tres factores diferentes, a saber, los elementos:

de naturaleza genética;
de origen social;
de origen psicológico.

Comencemos con el primero para resaltar al lector los


últimos descubrimientos científicos. De acuerdo con
estudios cuidadosos, no es posible identificar un solo gen
que desencadene los trastornos del estado de ánimo. De
hecho, los investigadores han identificado un conjunto de
patrones recurrentes concernientes a numerosos genes,
que por ejemplo activan el transporte de serotonina
cuando ocurren eventos estresantes.

La presencia de diferentes síntomas también apoya la


idea de que el problema está asociado con un conjunto de
genes en lugar de un solo elemento.

Entre los neurotransmisores bajo investigación, la


investigación más reciente ha identificado algunos factores
desencadenantes en el papel de la serotonina, la dopamina
y la noradrenalina. Estos son elementos que están
disponibles en muchas áreas del cerebro y no pueden por
sí solos ayudar a proporcionar una explicación completa
de cómo funcionan los trastornos del estado de ánimo. Sin
embargo, los estudios de neuroimagen más recientes
parecen indicar que la amígdala, la corteza prefrontal y el
hipocampo están entre las áreas más involucradas.

En cuanto a los factores sociales, los estudios destacan la


importancia de los eventos estresantes en la aparición de
los trastornos depresivos. En particular, las pérdidas, las
quiebras y las humillaciones son algunas de las principales
causas. Igualmente importante es la tolerancia a la
frustración, que actúa como elemento protector.

Finalmente, los factores psicológicos subyacentes a los


trastornos del estado de ánimo incluyen algunos rasgos
particulares de personalidad y patrones de pensamiento.
Un ejemplo claro es la tendencia al estilo neurótico, es
decir, a reaccionar a los acontecimientos con emociones
negativas de una manera que está por encima de la media
de la gente. Este comportamiento parece ser un factor de
vulnerabilidad para muchos individuos que
posteriormente desarrollan trastornos del estado de
ánimo. Otros patrones de pensamiento, como el
catastrofismo o la remuginación, también pueden ser
decisivos.

Una interesante hipótesis sobre el tema deriva de la


llamada teoría de Beck, según la cual la depresión está
asociada a tres factores negativos contemporáneos, es
decir, a una visión pesimista de la propia vida, del entorno
en el que se vive y, en general, del futuro. Estas creencias
son el resultado de patrones de pensamiento que crean
distorsiones cognitivas en la elaboración de eventos de la
vida. Lo importante para el desarrollo de la psicopatología
no es lo que sucede, sino cómo se interpreta lo que sucede.

Según Aaron Beck (1967), los que sufren de depresión


elaboran sus experiencias con interpretaciones negativas,
debido a sus propios modelos y patrones de pensamiento.
De esta manera, tiende a alimentar la retroalimentación
negativa, obteniendo señales que pueden demostrar
infinitamente interpretaciones depresivas de la realidad.
Por otro lado, se ignoran los hallazgos positivos, que
pueden resaltar diferentes matices de la misma realidad.
De esta manera, se activa un círculo vicioso que mantiene
la perturbación en su lugar.
EL TRASTORNO DEPRESIVO
M AY O R

El trastorno depresivo mayor es una enfermedad


caracterizada por episodios de estado de ánimo
deprimido, baja autoestima y pérdida de interés en las
actividades cotidianas de la vida. La principal herramienta
nosográfica utilizada para identificarlo es el DSM, que
implica la aparición de al menos cinco síntomas
diferentes, incluyendo:

insomnio o hipersomnio (sueño excesivo);


pérdida de apetito o de peso;
agitación;
falta de energía;
baja autoestima y devaluación personal;
culpabilidad;
dificultad para concentrarse;
indecisión;
pensamientos de suicidio o muerte.
Esta foto también debe estar presente por un período de
más de dos semanas. Los elementos anteriores confirman
que la depresión mayor es una enfermedad incapacitante,
que puede comprometer la calidad de vida del individuo
que la padece.

El trastorno afecta tanto a la esfera cognitiva como a la


afectiva y relacional del individuo, llevando a la adopción
de conductas desadaptadoras tanto en la familia como en
el trabajo. Por lo tanto, el impacto de los síntomas en los
hábitos alimenticios y de sueño, en los casos más
extremos, puede dañar significativamente la vida de las
personas que sufren de depresión.

A nivel diagnóstico, para definir un trastorno depresivo


mayor es importante detectar uno o más episodios
depresivos y excluir la presencia de episodios maníacos o
estados esquizofrénicos. Sin embargo, existen varias
posibilidades de comorbilidades, como el abuso de alcohol
y otros problemas de salud. El dolor está presente en más
de seis de cada siete pacientes deprimidos.

Desde el punto de vista epidemiológico, este fenómeno


afecta entre el 10% y el 25% de las mujeres y entre el 5% y el
10% de los hombres. El debut generalmente ocurre antes
de los 30 años en las formas recurrentes, o puede ocurrir
como una sola manifestación alrededor de los 60 años de
edad. Sin embargo, a medida que los episodios crecen, el
problema se vuelve más crónico, aunque los casos
pequeños pueden ser aislados y tener un impacto mínimo
en la vida de las personas.

El tratamiento de la depresión mayor implica la


integración de diferentes enfoques, desde el farmacológico
hasta el psicoterapéutico. En el primer caso, se hace
referencia a los antidepresivos, que son útiles
especialmente en las formas más graves. Los principales
fármacos están destinados a reequilibrar los
neurotransmisores: entre los más utilizados se encuentran
el prozac y el litio. Tenga en cuenta que el efecto de su uso
no es inmediato, ya que para tener alguna
retroalimentación debe esperar de 2 a 3 semanas.

El principal enfoque psicoterapéutico es enseñar al


paciente cómo eliminar los pensamientos que subyacen a
la devaluación personal y cómo interpretar la
retroalimentación de la vida diaria de una manera
adaptativa. Un enfoque muy utilizado en este sentido es la
terapia cognitivo-conductual, que ha demostrado ser
eficaz tanto en el tratamiento del trastorno como en la
prevención de la recaída.

Tales intervenciones también pueden ser importantes


para prevenir la aparición de un trastorno depresivo en los
momentos inevitables de cambio o malestar que un
individuo enfrenta en el curso de su vida. Esto no debe
darse por sentado si se tiene en cuenta que la literatura
indica que existe una alta probabilidad de que aquellos que
han sufrido un primer episodio de depresión puedan
sufrir otro en el futuro.

Una vez más, una buena psicoterapia puede ser decisiva


para resolver el primer episodio y evitar que el trastorno
se repita en el futuro.

.
LA DISTIMIA

La distimia es un tipo de depresión leve que persiste


crónicamente durante un tiempo igual o superior a dos
años. Esta es una condición menos severa que la depresión
más severa, aunque más del 70% del sufrimiento la
desarrollará en los próximos cinco años. Los niños y
adolescentes pueden diagnosticar un trastorno si los
síntomas duran más de un año.

Debido a que la situación es crónica y contenida, es


difícil identificar correctamente este tipo de trastorno
cuando ocurre. A menudo pasan varios años antes de que
se pueda hacer un diagnóstico efectivo, lo que tiende a
retrasar el tratamiento.

Los síntomas principales de la distimia incluyen

falta de apetito;
hipersomnia;
falta de energía;
fatiga;
baja autoestima;
dificultad para concentrarse;
alta indecisión;
tristeza y desesperación.

Estas expresiones de incomodidad se registrarán casi a


diario durante la mayor parte del día, durante un período
de tiempo de al menos dos años. Al mismo tiempo, un
diagnóstico correcto también debe excluir cualquier tipo
de episodio maníaco o hipomaníaco. Los mismos
síntomas no deben depender de la ingesta de sustancias.

El hecho de que los síntomas estén presentes de una


manera más leve que la depresión puede llevar a muchas
personas a creer que tales fenómenos son parte de su
carácter, subestimando la situación. En general, las
personas con distimia pueden manejar las tareas
ordinarias de su vida, pero también hacen un esfuerzo
significativo para llevar a cabo incluso las actividades más
básicas.

Desgraciadamente, otras personas apenas son


conscientes del estado de angustia y sufrimiento de los que
sufren de distimia y, por lo tanto, atribuyen esta actitud a
un exceso de pesimismo y muestran poca empatía. Este
tipo de retroalimentación, sin embargo, alimenta el círculo
vicioso de la psicopatología, proporcionando
retroalimentación negativa y alimentando la baja
autoestima y el malestar.
En cuanto a la edad de inicio, los datos de la literatura
indican que no existe un parámetro de edad para este
trastorno, sino que, por el contrario, puede afectar a
cualquier etapa de la vida (incluida la infancia). Entre las
circunstancias que se consideran de mayor riesgo para el
desarrollo de la psicopatología se encuentra la presencia
en la familia de otras personas con trastornos del estado de
ánimo, que han sufrido acontecimientos especialmente
estresantes o dramáticos y un carácter básico inseguro.

Concluimos nuestro análisis centrándonos en el


tratamiento. También en este caso el enfoque que se
considera más eficaz es el integrado, en el que los
fármacos psicotrópicos (antidepresivos) se utilizan para
intervenir de forma más inmediata sobre los síntomas,
mientras que la psicoterapia y la psicoeducación actúan a
largo plazo sobre los pensamientos desadaptados de los
pacientes, con el objetivo de interrumpir el círculo vicioso
del pesimismo y la autoestima.
TRASTORNO BIPOLAR

El trastorno bipolar un trastorno psicopatológico


caracterizado por la alternancia entre las fases depresiva y
maníaca. Esta no es una condición particularmente
frecuente, pero es muy problemática porque puede
comprometer decisivamente la calidad de vida del
individuo que la padece.

Las transiciones continuas de la depresión a la manía


implican alteraciones en la forma y el contenido del
pensamiento, en el comportamiento del individuo y en los
niveles de las diversas manifestaciones biológicas (por
ejemplo, en la energía, en el ciclo sueño-vigilia o en la
regulación del apetito).

El inicio generalmente ocurre entre los 15 y 40 años de


edad (la edad promedio es alrededor de 30 años, mientras
que el pico se identifica en la adolescencia tardía),
mientras que el trastorno se desarrolla en el transcurso de
la vida con una docena de episodios que tienden a
repetirse cíclicamente. Sin embargo, en el caso del
diagnóstico precoz, es posible destacar la facilidad con la
que se puede proporcionar una terapia farmacológica y
psicoterapéutica adecuada. Sin embargo, la perturbación a
menudo sólo se detecta después de varios intentos y
errores.

La epidemiología tiene una incidencia mundial estimada


del 1,2% para los hombres y del 1,8% para las mujeres. En
cuanto a la familiaridad, los familiares de primer grado
tienen aproximadamente un 25% de probabilidades de
enfermarse con un trastorno del estado de ánimo.

En cuanto a los criterios diagnósticos, hay que tener en


cuenta, en primer lugar, que el trastorno bipolar puede
producirse de diferentes maneras, dependiendo de si el
episodio depresivo precede o sigue al episodio maníaco.
Podemos tener, por ejemplo, un solo episodio depresivo,
un episodio maníaco o hipomaníaco más reciente, o un
episodio mixto o depresivo más reciente.

Generalmente, las fases depresivas duran más que las


fases maníacas y se caracterizan por un estado de ánimo
bajo y una tristeza generalizada. Estos fenómenos ocurren
durante la mayor parte del día y son similares a los que
normalmente se experimentan incluso en la depresión
mayor.

En cambio, las fases maníacas se caracterizan por


síntomas opuestos a los que se experimentan en la
depresión, es decir, estado de ánimo elevado, sensación de
omnipotencia y excesivo optimismo. El comportamiento
se vuelve hiperactivo, tanto que consume toda la energía
del paciente y hace que cada acción sea inconclusa. A estos
elementos se añade el estado de ánimo disfórico, del que
surgen la ira, la irritabilidad, la agresividad y la
intolerancia.

Además del trastorno bipolar, también encontramos el


llamado trastorno bipolar II, que se caracteriza por uno o
más episodios depresivos y al menos un episodio
hipomaníaco. Este último se caracteriza por un estado de
ánimo elevado o expansivo persistente durante al menos
cuatro días, asociado a un claro cambio en la forma de
actuar. Estos elementos deben ser observables por otros y
no deben conducir a un compromiso en la calidad de vida
de la persona en el trabajo o en la esfera social. Las
manifestaciones psicóticas también deben ser excluidas.

En resumen, en el trastorno bipolar tipo II encontramos


la presencia de uno o más episodios depresivos seguidos
de al menos un episodio hipomaníaco. Nunca se deben
observar episodios maníacos o mixtos.

Luego llegamos al tratamiento del trastorno bipolar. En


primer lugar, hay que decir que el tratamiento requiere
ciertas precauciones, especialmente en lo que se refiere al
uso de antidepresivos. El uso excesivo podría causar la
caída de la fase maníaca. En general, las sales de litio se
utilizan ampliamente como herramienta preventiva,
mientras que las benzodiacepinas también se pueden
utilizar para controlar la agitación.

El enfoque integrado también incluye la planificación de


psicoterapia para estabilizar el estado de ánimo. El
enfoque cognitivo-conductual es ampliamente utilizado,
con el objetivo de ayudar al individuo a mantener el
tratamiento farmacológico, modificar el pensamiento y las
conductas inadaptadas y aprender estrategias para superar
las dificultades de la vida diaria.
T R ATA M I E N T O D E L O S
T R A S T O R N O S D E L E S TA D O D E
ÁNIMO

La última parte de este texto está dedicada al


tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y, en
particular, de la depresión. Como hemos visto en las
páginas anteriores, se trata de un trastorno generalizado
que afecta a la calidad de vida de quienes lo padecen. Este
punto puede ser aún más preocupante si se tiene en cuenta
que los episodios depresivos tienden a repetirse con el
tiempo.

Si bien el enfoque integrado se considera el mejor, los


estudios sobre el funcionamiento cognitivo de los
individuos han reconstruido exhaustivamente los
mecanismos de pensamiento subyacentes a estos
trastornos. Desde un punto de vista teórico, un enfoque
muy utilizado es el de la terapia cognitivo-conductual, que
recuerda el modelo de Aaron T. Beck.

De acuerdo con este enfoque teórico, aquellos que


sufren de trastorno depresivo reportan pensamientos
automáticos que son fuertemente críticos de sí mismos.
Cabe destacar que las personas no son conscientes de este
flujo de pensamiento, que es uno de los principales
síntomas de la psicopatología.

Por otro lado, estos pensamientos inconscientes son


capaces de alimentar la depresión, tanto por su
inconsistencia con el contexto como por el contenido real.

Esto lleva a diferentes pasos, en los que el paciente se


considera inadecuado. Esto conduce a interpretaciones
negativas de las experiencias cotidianas y, por lo tanto, a
desarrollar una visión pesimista para el futuro. Junto a este
proceso, las distorsiones cognitivas también toman forma
en la interpretación de la realidad.

Por ejemplo, los pacientes tienden a sacar conclusiones


erróneas o a generalizar sus deducciones, personalizar lo
que sucede a través de la culpa y minimizar o magnificar
la importancia de los acontecimientos ordinarios. Todos
estos patrones de pensamiento representan no sólo la base
de la depresión, sino también las condiciones previas para
el desarrollo de un sentido constante de pérdida.

Los mecanismos generales de funcionamiento


descubiertos por Beck actúan en el tiempo, llevando
también al mantenimiento de patrones depresivos, ya que
las interpretaciones incorrectas actuarán como
confirmación y refuerzo de la depresión. De esta manera,
se crean círculos viciosos que pueden producir nuevos
síntomas. Por lo tanto, el objetivo principal de la terapia es
romper estos círculos viciosos y patrones.

El primer paso de la psicopedagogía y de la psicoterapia


consiste en una serie de entrevistas clínicas destinadas a
explicar al paciente los mecanismos recién expuestos y a
formular correctamente el funcionamiento de la
psicopatología. Se utilizarán técnicas para controlar el
estado del paciente y romper el círculo vicioso, mediante
una asignación gradual de tareas.

Una vez obtenidos los primeros hallazgos sobre


síntomas agudos, es posible trabajar en sentido estructural
sobre la vulnerabilidad del paciente. Este segundo paso
también reduce la probabilidad de una recaída en la
depresión. En particular, se propone trabajar sobre los
pensamientos y creencias del individuo, modificarlos.

El tratamiento de las personas con trastorno bipolar es


diferente. También en este caso específico el enfoque
integrado representa la práctica con mayor probabilidad
de éxito. El uso del medicamento sigue siendo esencial
para tratar el trastorno correctamente.

En el trastorno bipolar, las intervenciones


psicoeducativas están dirigidas a ayudar al paciente a
enfrentarse a los inevitables problemas psicológicos y
sociales que se derivan de la enfermedad. Estos pacientes a
menudo suspenden la terapia farmacológica, por lo que las
intervenciones psicoterapéuticas también pueden ayudar a
seguir el tratamiento farmacológico correctamente.
Los principales hallazgos de la literatura sugieren que las
personas con trastorno bipolar que reciben ayuda
integrada tienen más probabilidades de experimentar un
mejor manejo de los síntomas y un curso más favorable de
la enfermedad.
CONCLUSIÓN

Hemos llegado al final de nuestro viaje de


descubrimiento en el campo de la depresión y los
trastornos del estado de ánimo. Hemos analizado la base
teórica de los principales conocimientos sobre el tema,
distinguiendo entre situaciones normativas y no
adaptativas, y finalmente entrando en los méritos de
psicopatologías específicas.

Para cada caso se han esbozado los principales síntomas,


útiles para reconocer e identificar la situación de malestar,
para luego indicar los mecanismos de funcionamiento de
la enfermedad y las estrategias terapéuticas sugeridas en la
literatura para reestructurar la situación en beneficio del
individuo y restablecer el equilibrio psicológico.

Abordar una cuestión tan compleja y de tan amplio


alcance como los trastornos del estado de ánimo, tratando
de ser breve y, al mismo tiempo, suficientemente
exhaustiva, fue un reto importante.
Espero haber dado al lector un punto de partida útil para
ampliar el conocimiento y las nociones básicas de una
manera que sea suficiente para desarrollar una idea
precisa del tema. Todo ello, para hacer comprender el
potencial que ofrecen los conocimientos psicológicos
disponibles sobre el tema, así como para transmitir la
pasión por la disciplina y el deseo de seguir estudiando en
este campo de estudios.

Si su respuesta a la lectura es positiva, el consejo no es


que se detenga en este texto introductorio sobre psicología
del estado de ánimo, sino que continúe la búsqueda del
conocimiento y el conocimiento con la misma curiosidad
que le llevó a leer las páginas de este texto.
AUTOPRUEBA

Este libro termina con una invitación a la reflexión. El


siguiente cuestionario fue creado con el objetivo de ayudar
al lector a consolidar las nociones teóricas y prácticas
recién descritas, a través de un ejercicio con modos lúdicos
y a la vez formativos.

La prueba está diseñada para repasar algunos de los


pasos más importantes de esta guía, con el fin de fortalecer
los conceptos fundamentales. A continuación encontrará
una serie de preguntas de opción múltiple. Al final puedes
leer las claves para la solución de las preguntas.
1 - ¿Qué es el humor?

a) Un trastorno psicopatológico;
b) una disposición de espíritu capaz de colorear la vida
de las personas desde un punto de vista emocional;
c) un fenómeno que se produce durante un estado
estresante;
d) una percepción registrada ocasionalmente por el
individuo.

2 - ¿Qué distingue a los estados de ánimo normales de


los malos?

a) la calidad y persistencia de los síntomas en relación


con el contexto personal;
b) la presencia de un síntoma independientemente de su
calidad y persistencia;
c) la predisposición genética del individuo;
d) Ninguna de estas respuestas es correcta.

3 - La etiopatogénesis de los trastornos del estado de


ánimo se debe a aspectos:
a) personal, interpersonal, colectivo;
b) primaria, secundaria y terciaria;
c) genéticos, sociales y psicológicos;
d) asociativo, disociativo, heterogéneo.

4 - La depresión está afectando al mundo más o menos


al mismo tiempo:

a) 1,2 millones de personas;


b) 120 millones de personas;
c) 120.000 personas;
d) 12 millones de personas.

5 - La depresión afecta al individuo simultáneamente a


nivel:

a) cognitiva y afectiva;
b) racional e irracional;
c) intuitiva y racional;
d) Ninguno de estos términos es correcto.

6 - El principal enfoque psicoterapéutico de la depresión


es

a) eliminar los pensamientos subyacentes de


devaluación personal;
b) motivar al paciente para que cambie;
c) eliminar los pensamientos que subyacen a la excesiva
autoestima;
d) hacer frente a las situaciones controlando la ansiedad
de la manera más eficaz posible.

7 - La distimia representa:

a) un estado depresivo de aparición tardía;


b) un trastorno relacionado con una activación
emocional excesiva;
c) un estado maníaco;
d) un tipo de depresión leve.

8 - El trastorno bipolar generalmente ocurre,

a) en los primeros 15 años de vida;


b) entre 15 y 40 años de edad;
c) entre 40 y 60 años de edad;
d) siempre por encima de los 60 años de edad.

9 - El enfoque de la terapia considerado el mejor para


los trastornos del estado de ánimo es que:

a) integrado;
b) farmacológico;
c) psicoterapéuticos;
d) intensivo y persistente;

10 - La psicoeducación y la psicoterapia pueden ser


herramientas fundamentales para:
a) eliminar los síntomas depresivos;
b) reestructurar la depresión y evitar las recaídas;
c) evitar la aparición de trastornos depresivos;
d) ninguna de las respuestas es válida.
SOLUCIONES

1. B
2. A
3. C
4. B
5. A
6. A
7. D
8. B
9. A
10. B

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