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CATEDRÁTICA: DRA.

MARÍA JOSE
VINTIMILLA

INTEGRANTE: CRISTHIAN EDUARDO


SARI YUGA

CICLO: 5TO “A”

FECHA: 13/06/2020
CASO 1

José es un estudiante de 20 años que solicita ser visto por el psiquiatra, ya que
estaba preocupado por la posibilidad de estar volviéndose loco. En los últimos años,
y cada vez con mas frecuencia tenía episodios en los que se sentía como “fuera de
si mismo”, y se mostraba torpe a la hora de desenvolverse, incluso tropezando con
el mobiliario. Este problema tenía lugar en situaciones donde estaba con mas
personas, mas cuando estaba ansioso. Experimentaba además la sensación de no
controlar su cuerpo, y se encontraba como bloqueado para hacer algo efectivo.
Solía presentar ansiedad ante las situaciones donde temía reaparecieran esos
episodios. A pesar de esto, no se sentía especialmente deprimido, dormía bien y
mantenía buenas relaciones con personas conocidas. Sin embargo, recientemente,
al enterarse del ingreso psiquiátrico de un primo, había comenzado a preocuparse
con la posibilidad de perder la cabeza, y había solicitado ayuda de alguien que le
tranquilizara.

Signos y síntomas

§ Episodios de disociación o “fuera de si mismo”.


§ Dispraxia.
§ Ataques de ansiedad ante personas desconocidas.
§ Sensaciones de no controlar su cuerpo.
§ No presentó depresión, ni insomnio .
§ Buenas relaciones dentro del ámbito personal.

Discusión

En este caso, el paciente al manifestar estar fuera de si mismo y no controlar su


cuerpo, podríamos decir que experimenta episodios de despersonalización, pero
según sus síntomas quizás siente el temor de perder el control sobre su propio
pensamiento, su conducta o impulsos y esto puede ser frecuente debido a sus
episodios de ansiedad. En cierto modo, podríamos decir que el sentimiento, o pre-
sentimiento, es consubstancial a la experiencia de ansiedad elevada y se siente
desapegado o experimenta una sensación de irrealidad con respecto a las cosas
que le rodean, ya que al estar con personas desconocidas manifestó sentir ataques
de ansiedad. Personalmente pienso que en algunos casos, ese sentimiento de
descontrol, desorden o irrealidad se podría unificar a la idea de volverse loco.
Finalmente podríamos decir que fue traumático para él enterarse que su primo fue
ingresado a un psiquiátrico, aumentando su fobia. Por tal motivo podríamos dar un
posible diagnóstico de “trastorno de despersonalización o trastorno disociativo”
CASO 2

Samuel un niño de ocho años de edad es hospitalizado aparentemente por un


cuadro de ansiedad, que en su evolución y acorde a la evaluación clínica, expone la
sintomatología de una psicosis precoz. El motivo de consulta que refiere la madre,
es el siguiente: “Mi hijo siente un temor intenso de dormir solo, también ocurre que
en la noche se despierta, habla solo, grita, dice que por favor no le hagan daño, que
unos hombres los persiguen, al punto de mostrarse agresivo conmigo, cuando trato
de despertarlo y sacarlo de esa situación”. La historia del infante indica una
situación traumática, que se presenta en la tienda de barrio, propiedad de su padre,
quien al cerrar el lugar es atacado por un grupo de delincuentes y herido con arma
de fuego. Durante el tiempo de la agresión, Samuel se despierta con los gritos y
llamados de ayuda, baja rápidamente y ve a su padre desmayado en el piso. Días
después del incidente, su padre se recupera, pero el menor empieza a manifestar
un cuadro mutista, principalmente en el escenario escolar. Presenta conductas de
agresividad con su grupo de pares y un fuerte retraimiento afectivo con su madre.
En la consulta la madre refiere que “Samuel se rehúsa a ver a su padre” situación
que inicialmente es aceptada por ella al considerar que es una reacción normal al
impacto del evento. Una semana previa a la hospitalización Samuel le describe a su
madre “Que la pandilla (hombres que atacan a su padre) lo está esperando a la
salida del colegio, que estos hombres lo quieren atacar, que están vestidos de
negro, me dicen que me van a robar, a herir al igual como hirieron a mi papá”.
Permanece inmóvil (casi catatónico), por varias horas en su cuarto, empieza a
repetir que su padre ha muerto, que su cuerpo se ha desfigurado. La madre le
indica que esto no es cierto, que deben ir a visitarlo al hospital, que él está vivo.
Samuel se niega a visitar (a ver) al padre. En la noche nuevamente manifiesta estar
viendo a quienes lo desean atacar. Es llevado en la mañana a la clínica e ingresa
por cuadro de ansiedad.

Signos y síntomas

§ Ansiedad
§ Sonambulismo
§ Pesadillas
§ Fobia o obesiones
§ Comportamiento de agresividad
§ Manifestaciones delirantes
§ Desbordamiento del pensamiento
§ Manifestaciones somáticas

Discusión

En este caso, nos encontramos con un paciente menor de edad que manifiesta
sentir fobia por las noches, por tal motivo se presume que tiene sueño ligero, que
tiende hablar solo, síntoma de sonambulismo y que constantemente llega a
despertarse gritando por las noches, aquí podríamos decir que esto es propio de un
tipo de trastorno de ansiedad. Cabe destacar que todo esto fue debido a un shock
traumático que experimentó al ver a su padre en el piso posiblemente sangrando.
Posteriormente, esto se vio reflejado en su comportamiento tanto en su entorno
educativo de grupo de pares, al no hablar y en su familia, en especial hacia su
madre ya que tenia dificultad de comunicar sus sentimientos y manifestaba malestar
constante de amenazas externas a su juicio de realidad. También presentaba
episodios caracterizados por una intensa angustia de tinte cenestésico, que expresa
la fragilidad de la imagen corporal y la sensación de amenazas de aniquilación,
igualmente se podría decir que manifestaba ideas delirantes al repetir siempre que
su padre estaba muerto. Según los atenuantes se podría estar dar un diagnóstico de
un niño con “Psicosis infantil”, ya que su pensamiento y el razonamiento se rigen por
mecanismos prelógicos, es decir no distinguen entre su realidad interna y el mundo
externo, de manera que vivencia sus miedos como realidades.
CASO 3

Paciente de 21 años, procedente de Bogotá, estudiante de administración de


empresas, soltero, católico.

Enfermedad actual: Consulta por presentar un cuadro clínico de una semana de


evolución, caracterizado por insomnio de conciliación y despertar frecuente durante
la noche, disminución en la necesidad de dormir, inquietud psicomotora, incremento
del contacto interpersonal, actitud de familiaridad frente a desconocidos, hiperdulía,
distractibilidad, hipoprosexia e ideas delirantes de grandeza y erotomanías
asociadas a un tono afectivo expansivo. La sintomatología se inició pocos días
después que el paciente empezara a trabajar y fue aumentando progresivamente de
intensidad, lo que ocasiono dificultades en el desempeño laboral, las relaciones
interpersonales y familiares, y nivel de adaptación en general. Con este cuadro
acude al servicio de urgencias del Hospital San Juan de Dios.

Antecedentes personales: Médicos, quirúrgicos, traumáticos, venéreos y


transfusionales: Sin importancia. Psiquiátricos: El paciente ha presentado tres crisis
(enero/92, agosto/92 y octubre/93) de características similares a las descritas en la
enfermedad actual y, por este motivo, ha sido hospitalizado en tres oportunidades
en una clínica particular con una duración promedio de dos meses y medio por
hospitalización. Estas crisis han sido precipitadas por factores de estrés
medioambientales de tipo escolar y laboral, y ha sido tratado con carbonato de litio
900 mg/día y neurolépticos (tioridazina, levomepromazina y pipotiazina). Durante los
períodos interpreticos el paciente ha permanecido asintomático con un nivel de
adaptación adecuado en todas las áreas de funcionamiento y ha recibido en forma
regular la medicación prescrita: carbonato de litio 300 mg/día y pipotiazina 25 mg
IM/mes, hasta la aparición de la enfermedad actual.

Antecedentes familiares: No refirió antecedentes de trastornos mentales en la


familia.

Historia personal: El paciente es el menor de dos hermanos. Embarazo y parto


normal, atendido por médico. Desarrollo psicomotor normal. Inicia escolaridad a la
edad de cuatro años. Buen rendimiento académico. Culmina sexto bachillerato a los
18 años de edad. El núcleo familiar primario fue roto por la separación de los padres
hace 13 años. El padre, dedicado al comercio, someta a frecuente maltrato verbal y
físico a la madre, lo que desemboco en la separación de éstos. La madre, quien
hasta entonces se dedicaba al hogar, tuvo que asumir el sostén económico de la
familia y empezó a trabajar como maestra en una población de Cundinamarca. El
paciente fue dejado al cuidado del abuelo paterno a partir de los 11 años de edad
hasta los 16. La madre la visitaba cada ocho horas. El abuelo fallece y el paciente
es dejado al cuidado del tío materno durante un año. Posteriormente y desde hace
tres años convive con la hermana. La madre los visita periódicamente. Tanto la
madre como la hermana han colaborado en el cuidado del paciente desde el inicio
de la enfermedad y las relaciones intrafamiliares han sido buenas.

Personalidad de base: Es definido como “amable, agradable, entrador,


colaborador, activo”.

Examen físico: Dentro de límites normales.

Examen mental: Paciente quien asiste al servicio de urgencias en compañía de su


madre. Cuida de su presentación personal. Consciente, alerta, orientado. Ideas
delirantes de tipo erotomanía, sin alteraciones en la velocidad del pensamiento.
Afecto eufórico, irritable, euproséxico, hiperbólico, normocinético. Sin alteraciones
en la sensopercepción, inteligencia, memoria y cálculos normales. Insomnio de
conciliación y despertar frecuente durante la noche, disminución en la necesidad de
dormir. Conciencia de enfermedad. Juicio de realidad parcialmente contactado.

Signos y síntomas

§ Insomnio de conciliación
§ Hiperactividad
§ Hipercinesia
§ Ansiedad
§ Hiperdulía
§ Distractibilidad
§ Hipoprosexia
§ Ideas delirantes de grandeza
§ Ideas delirantes de tipo erotomaníco.
§ Erotomanías asociadas a un tono afectivo expansivo
§ Estrés escolar y laboral
§ Afecto eufórico e irritable
§ Euproséxico
§ Hiperbólico
§ Normocinético
§ Sin alteraciones en la sensopercepcion, inteligencia, memoria y cálculo
normales.

Discusión

En este caso, se trata de un paciente que se desarrollo en un ambiente poco hostil


de abuso verbal donde su padre maltrataba a su madre, la cuál tomo la decisión de
separarse cuando su hijo aún era pequeño, a consecuencia de esto su madre optó
por dejarlo con su abuelo paterno, el cual falleció, pese a esto paso a vivir con su tío
materno y finalmente con su hermana. Con estos datos podemos primeramente
decir que el paciente nunca tuvo un circulo muy cercano o afectivo con su padre al
igual que su madre ya que se veían solamente por algunas horas debido al trabajo
de ella, así mismo el paciente paso por muchos hogares en su niñez y
adolescencia, también fue testigo de trágicos sucesos como la muerte de su abuelo.
Sus trastornos de ansiedad, personalidad quizás empezaron desde muy temprano,
al no poder dormir por las noches o al ser incapaz para mantener la atención, como
consecuencia de la dificultad existente para atender selectivamente a los estímulos
relevantes de una situación e ignorar los irrelevantes o por labilidad de atención.
Todo esto desencadenó episodios depresivos en él, donde al trascurso de los años
se vio envuelto en trastornos emocionales denotando euforia, exaltación y
transformó todo eso en irritabilidad e intolerancia hacia los demás, donde empezó a
manifestar sus delirios de grandeza. A pesar del paso del tiempo como
consecuencia se reflejó en su ámbito escolar y laboral por la cual fue puesto en
tratamiento e internado y al salir llevaba una medicación controlada, sin embargo no
tuvo efecto alguno o pudo sufrió una reacción adversa al medicamento donde su
depresión y manía quizás fue progresivamente aumentando de intensidad llegando
a ser excesivamente alegre o sobreexcitado debido al aumento de la energía y la
actividad, lo que ocasionó por último dificultades en el desempeño laboral, las
relaciones interpersonales, familiares, y nivel de adaptación en general. El
diagnóstico más acertado indicaría que se trata de un ¨Trastorno afectivo bipolar 1”
por sus cambios de humor extremos, incluido altibajos emocionales, como la euforia
y sus eventos maniáticos severos lo que le diferencia de la tipo II que es una fase
hipomaniaca.
CASO CLÍNICO 4

Mujer de 21 años, soltera, instrucción superior técnica, desde niña fue tímida,
nerviosa y colérica, se arañaba el rostro si las cosas no salían según su deseo, era
muy perfeccionista; no tenía antecedentes familiares o personales de importancia.
Hace un año sucedió el fallecimiento de un familiar cercano y desde entonces
empezó a sentirse rara, no se reconocía a sí misma por momentos: Afirmaba que
era como si su cuerpo pesara 200 kilos y no fuese suyo o como si se tocara con
guantes a sí misma. Decía no tener noción del tiempo, como si nada existiera en el
pasado, como si su cabeza estuviera vacía y a la vez sentía enorme angustia.
Llegaba a preguntarse: “¿realmente existo? No sé si estoy muerta.”
Progresivamente fue experimentando profunda pesadumbre, abulia, hipoprosexia,
sueño no reparador, ideas suicidas sin plan, se sentía indigna de afecto, prefería
estar en cama dormitando y entonces le parecía escuchar la voz de su abuela
muerta diciéndole: “ya falta poco” y también le parecía ver “sombras”. En su examen
mental no se hallaron ideas delusivas ni alteraciones del pensamiento de tipo
esquizofrénico, tampoco antecedentes de manía. Todos sus exámenes auxiliares
resultaron normales. Fue diagnosticada como depresión mayor severa (a descartar
depresión bipolar en el seguimiento) y se inició tratamiento con un antidepresivo,
un antipsicótico atípico y una benzodiacepina, la evolución fue favorable tanto del
ánimo como de los síntomas de despersonalización.

Signos y síntomas

• Nerviosismo
• Cólera
• Perfeccionismo
• Senciones de rareza
• Sensaciones de desconexión del tiempo y espacio
• Ataques de pánico
• Pensamiento irreales
• Agotamiento físico o emocional
• Pesadumbre
• Abulia
• Hipoprosexia
• Depresión
• Alucinaciones auditivas

Discusión

En este caso, se dice que la paciente siempre fue nerviosa, colérica y


perfeccionista, aquí podríamos decir que en su niñez o adolescencia nunca pudo
confiar en alguien lo cuál impulsó su falta de confianza hacia los demás y su
inseguridad, debido a esto padeció de una gran presión que le produjo mucho
sufrimiento ya que nunca estaba conforme con el resultado de sus
acciones llevándola a autolesionarse o atentar con su propia vida. La paciente vivía
en constante preocupación, angustia y se sentía siempre extraña hasta
desconectada de sí misma, quizás con ideas irreales producto de un shock
traumático por la muerte de su familiar, al parecer no estaría aceptando la partida de
su ser querido. También podría experimentar déficit de atención, cuadros depresivos
o ataques de pánico debido a bloqueos emocionales o procesos regresivos.
Manifestó no tener afecto y sentirse como si no hubiese dormido nada por ende
siempre parecería estar agotada física y mentalmente. De igual manera el escuchar
voces o ver sombras se podría relacionar al duelo que lleva de su familiar cercano,
produciendo un cuadro de alucinaciones mixtas. Finalmente el diagnóstico sería
“trastorno de despersonalización y/o desrealización” quizás por los acontecimiento
estresante graves.
CASO CLÍNICO 5

Varón de 35 años, que accede a tratamiento por dependencia de cocaína y alcohol.


Pasados tres meses, un día se miró en el espejo y no se reconocía (referido a su
persona, no al físico) con sentimiento de extrañeza y vacío existencial y sensación
de que algo moría dentro de él. Afortunadamente supo verbalizar el problema y
confiar en el terapeuta, llegando a superar el síndrome llegando a finalizar
exitosamente el tratamiento. Sin embargo, cuando llevaba más de 3 años de
abstinencia acudiendo a revisiones periódicas, debutó sintomatología difusa
sistémica con algunas somatizaciones y una acusada crisis de identidad que
atribuía a falta de adaptación a su nuevo entorno. Se auto percibía extraño en su
nuevo ambiente (dentro de su propia ciudad de origen pero en distintos círculos de
relación) sintiendo añoranza de su anterior vida, porque era su referencia y seña de
identidad, aunque no quisiera volver a consumir sustancias ni retornar al ambiente
que ya había creído superar. Tras una prolongada intervención el paciente se
encuentra por fin identificado con su vida actual que es plenamente satisfactoria.

Signos y síntomas

• Dependencia de cocaína y alcohol.


• Sensaciones de extrañeza, insatisfacción, decepción, desilusión y vacío
emocional.
• Sensaciones somáticas.
• Crisis de identidad.
• Alteraciones de la memoria y cognición.
• Cambios de humor y labilidad afectiva.
• Desrealismo.
• Recuerda sensaciones o sentimientos ya superados.

Discusión

En este caso, hablaríamos de una crisis de identidad existencial de adaptación al


nuevo entorno, ya que constantemente se mira al espejo pero no se reconoce, por
tales motivos manifestó insatisfacción o un vacío emocional. Todo esto quizás se
debió a su lucha de más de 3 años de abstinencia, pudo sufrir este problema ya
que en realidad no sabe si es referente es este nuevo mundo que está
descubriendo o que está relacionado con su anterior vida de consumo. Podría ser
que estos cambios le sorprendan tanto a él como a su entorno, pudiendo pensar
que esta llevando una vida irreal ya que puede estar experimentando sentir
recuerdos pasados o superados y podría sufrir cambios en su conducta de
percepción como nostalgia, pero sin embargo podemos decir que a pesar de
sentirse extraño, conserva perfectamente el juicio de realidad. El posible
diagnóstico seria “Trastorno de despersonalización-desrealización” ya que se da en
muchos casos de personas dependientes de sustancias psicotrópicas causando
una crisis de identidad.
CASO CLÍNICO 6

Una mujer de 42 años fue enviada a la consulta del psiquiatra por petición de su
marido. Este había observado que algunas veces, mientras discutían en su familia,
su mujer presentaba crisis de vértigo muy molestas. Durante la entrevista, esta
señora explicó sentirse mal por la sensación de fuerte mareo que presentaba unas
cinco veces a la semana, y que era acompañada de náuseas. Durante estos
ataques tenía la sensación de que la habitación se le borraba de la vista y perdía el
equilibrio. De manera extraña estos ataques tenían lugar sobre las 4 de la tarde,
llevándola a tumbarse hasta las 8 de la tarde aproximadamente. Traía informes
médicos del otorrinolaringólogo, neurólogo e internista donde se manifestaba que
no padecía trastorno orgánico alguno. Cuando el psiquiatra le pidió que describiera
su relación matrimonial, la paciente dijo que su marido era un tirano con ella y sus
hijos; y admitió que temía la llegada de éste a casa, pues normalmente le regañaba
y vociferaba por como tenía y llevaba la casa. Desde que tenia este problema el
marido y los hijos tenían que apañársela para cuidar la casa; y el diálogo en la
pareja era mínimo. A pesar de todo, la paciente afirmaba que quería y necesitaba a
su marido.

Signos y síntomas

• Dolor de cabeza.
• Sensaciones de mareo, vértigo y náuseas.
• Desequilibrio.
• Desvanecimiento
• Visión borrosa o diplopia o visión de tunel.
• Dolores musculares o entumecimiento muscular.
• Cuadros de estrés o depresivos.

Discusión

En este caso podemos decir que la paciente experimentaba fuertes dolores de


cabeza constantes, que se alteraban con facilidad ante las continúas peleas con su
esposo, causándole mareos, vértigo y náuseas, quizás todo esto está relacionado
con problemas de oído interno ya que el sistema vestibular coordina el
mantenimiento del equilibrio. El esposo manifestaba que ella nunca tenia la casa
limpia y claramente esto puede ser debido a la visión diplopía, ya que esto causa
una alteración visual que consiste en la percepción de visión doble, quizás debido a
experimentar junto con el vértigo algunos desvanecimientos, esto le impedía
mantenerse en movimiento y causando que se recueste por varias horas. Sin
embargo ella manifestó que aún quiere a su marido y que lo necesita, por lo cual las
peleas no precisamente nos dirían que el marido la maltrata sino serian cuadros
estresantes o depresivo del paciente y quizás el marido evitaba hablar mucho con
ella porque sabia que podría alterarse por los sucesos pasados. Al descartarse el
diagnóstico de trastornos orgánicos, se podría decir que estamos ante un “trastorno
conversivo” que es una enfermedad mental que sugieren una condición neurológica,
la cual necesariamente implica una pérdida o cambio en el funcionamiento físico
que está temporalmente asociado a un conflicto psíquico.

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