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Conceptos básicos de salud mental

DEFINICIÓN DE SALUD Y ENFERMEDAD MENTAL

La Organización Mundial de la Salud (O.M.S) define la Salud Mental no sólo como la


ausencia de trastornos mentales.

La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es


consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida,
puede trabajar de forma productiva y satisfactoria y es capaz de hacer una contribución a
su comunidad.

La OMS declara de forma general que "no existe la salud sin la salud mental" y señala
que "la salud mental es primordial para el desenvolvimiento humano, social y económico
de las naciones y esencial para otras áreas de políticas públicas como son la asistencia
social, los derechos humanos, la educación y el empleo”.

La prevención de problemas de salud mental y de atención es su atención desde la


perspectiva de la bio-psico-social, y por lo tanto esencial para cualquier alteración,
trastorno o enfermedad mental. La enfermedad mental es una alteración de tipo
emocional, cognitivo o del comportamiento en que se ven afectados procesos
psicológicos básicos tales como la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la
conducta, la percepción, el lenguaje, etc. y que dificulta a la persona en su adaptación en
el entorno cultural y social.

LA ENFERMEDAD MENTAL

Las enfermedades mentales son trastornos psiquiátricos que pueden ser graves como la
esquizofrenia, los trastornos de personalidad, trastornos paranoides, psicosis,
depresiones crónicas y otras que dificultan o impiden el desarrollo de las capacidades
funcionales estandarizadas con respecto a tres o más aspectos de la vida cotidiana.

Aspectos que pueden verse afectadas con mayor frecuencia en la vida cotidiana son la
higiene personal, autocuidado en general, el autocontrol, las relaciones personales y

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familiares, las interacciones sociales, la recreación y el ocio, y también puede afectar el
desarrollo de la autosuficiencia económica por su participación en el desempeño laboral

Enfermedad mental

Las alteraciones de la salud mental (trastornos psiquiátricos o psicológicos) implican


alteraciones en el pensamiento, en las emociones y/o en la conducta. Las alteraciones
leves de estos aspectos vitales son frecuentes, pero cuando provocan una angustia
intensa a la persona afectada y/o interfieren en su vida diaria, se consideran
enfermedades mentales o trastornos de la salud mental. Los efectos de la enfermedad
mental pueden ser temporales o de larga duración.

Descripción general
Enfermedad mental, también denominada "trastorno de salud mental” o “patología de
salud mental”, se refiere a una amplia gama de afecciones de la salud mental, es decir,
trastornos que afectan el estado de ánimo, el pensamiento y el comportamiento. Son
ejemplos de enfermedad mental la depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos
de la alimentación y los comportamientos adictivos.

Muchas personas manifiestan problemas de salud mental de vez en cuando. Pero un


problema de salud mental se convierte en una enfermedad mental cuando los signos y los
síntomas se hacen permanentes, causan estrés y afectan la capacidad de funcionar
normalmente.

La enfermedad mental puede hacerte sentir muy mal y ocasionar problemas en la vida
cotidiana, por ejemplo, en la escuela, el trabajo o en las relaciones interpersonales. En la
mayor parte de los casos, los síntomas pueden tratarse con una combinación de
medicamentos y terapia de conversación (psicoterapia).
Síntomas

Los signos y síntomas de la enfermedad mental pueden variar según el trastorno, las
circunstancias y otros factores. Los síntomas de la enfermedad mental pueden afectar las
emociones, los pensamientos y las conductas.

Algunos ejemplos de los signos y síntomas son los siguientes:


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• Sentimientos de tristeza o desánimo
• Pensamientos confusos o capacidad reducida de concentración
• Preocupaciones o miedos excesivos o sentimientos intensos de culpa
• Altibajos y cambios radicales de humor
• Alejamiento de las amistades y de las actividades
• Cansancio importante, baja energía y problemas de sueño
• Desconexión de la realidad (delirio), paranoia o alucinaciones
• Incapacidad para afrontar los problemas o el estrés de la vida diaria
• Problemas para comprender y relacionar las situaciones y las personas
• Problemas con el uso de alcohol o drogas
• Cambios importantes en los hábitos alimentarios
• Cambios en el deseo sexual
• Exceso de enojo, hostilidad o violencia
• Pensamiento suicida

A veces, los síntomas de un trastorno de salud mental aparecen como problemas físicos,
como dolor de estómago, dolor de espalda, dolores de cabeza u otros dolores y molestias
inexplicables.

Hay dos grandes tipos de demanda de atención en salud mental. Los mal llamados
‘trastornos menores (o comunes)’ como estrés y ansiedad, depresiones o reacciones
de adaptación son muy prevalentes, suelen tratarse de forma ambulatoria y son
susceptibles de abordajes psicológicos. No obstante, algunos trastornos como estos,
pueden volverse graves y requerir mayores cuidados.

Por otro lado se encuentran los trastornos mentales graves, como las psicosis
(esquizofrenia, trastorno bipolar, etc.), trastornos de la personalidad, adicciones,
depresión, autismo, trastornos obsesivos o anorexia. En general van a requerir soporte,
cuidados y tratamiento a lo largo de la vida con necesidad de programas de rehabilitación
a medio - largo plazo.

Espectro

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Se llama así a un grupo de enfermedades que comparten síntomas comunes,
antecedentes familiares comunes, substrato biológico común y respuesta terapéutica
similar.

-Espectro Autista
-Espectro de la Esquizofrenia

Síntoma

Un síntoma es la realidad objetiva de algo que no funciona bien o mejor dicho, la punta
del iceberg de la enfermedad. La fiebre, para el médico, es el síntoma de que algo está
pasando. Sin embargo, el síntoma mismo no nos dice todo.

Para el psicólogo reflejar en un informe el síntoma es más complicado que para el


médico. Regresemos a la fiebre, el doctor toma el termómetro, mide la temperatura y
dependiendo del punto que determine el instrumento, escribe “fiebre” o “temperatura
normal”, la fiebre no miente.

Pero cuando el paciente llora, yo puedo escribir que llora pero no puedo “medir”
objetivamente ese llanto. Por eso tomarse bien en serio la observación del síntoma es
importante.

Para el caso, no es suficiente decir que el paciente llora porque existen diferentes
maneras de llorar (los bebés muestran al menos tres, por motivos muy diferentes) ¿En
silencio? ¿Con gritos? ¿Desesperadamente? ¿Con la mirada perdida?… todo esto por
causas diferentes. Un buen registro del síntoma nos asegura un buen camino aunque sea
difícil.

Síndrome

Un síndrome es un conjunto de síntomas que suelen agruparse pero no forman un


trastorno todavía. Por ejemplo, cuando digo tristeza estoy hablando de varios síntomas:
llanto, mirada pérdida, falta de energía, ánimo bajo en comparación con la conducta
normal. Todo esto me da la idea de que la persona está triste.

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Otro síndrome famoso es el abúlico-asténico-apático que con sólo nombrarlo ya pone
nervioso a cualquiera. Ahora bien, aunque, tristeza parece ser igual a depresión no
necesariamente significa sólo eso. El trastorno explosivo intermitente suele presentar
tristeza luego de una conducta explosiva irascible. Entonces, un síndrome nos acerca al
trastorno pero no nos da toda la información que necesitamos.

Trastorno

Es un conjunto de síntomas que cumplen con las características de estar juntos en un


tiempo y orden establecido. Luego de recoger todos los síntomas, organizarlos en
síndromes y compararlos con los “cánones” de trastorno, entonces podemos tener un
diagnóstico certero. Para esto, los profesionales de la salud mental utilizamos el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales, DSM V.

En esta lógica, el llanto al principio puede ser por una depresión, un trastorno de pánico,
trastornos adaptativos, trastorno por estrés postraumático, duelo… Todo porque del
síntoma al trastorno se ha agrupado información que apunta a causas diferentes.

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EL CONCEPTO DE DISCAPACIDAD
Diferencias entre discapacidad, deficiencia y minusvalía

El concepto de Discapacidad se define como la condición que impide o limita a la persona


en su vida diaria. Es un concepto muy amplio, y actualmente hay cierta tendencia a utilizar
el término diversidad funcional en lugar de discapacidad.

Actualmente existen 650 millones de personas con discapacidad en el mundo.

Estas personas con discapacidades pueden verse limitadas en situaciones del día a día.
Es por ello, que debemos conocer los conceptos de discapacidad, deficiencia y
minusvalía, para poder saber en qué se diferencian. Teniendo claro estos conceptos
podemos intervenir sobre ellos y satisfacer las necesidades específicas de las personas
que presentan este tipo de limitaciones y favorecer su integración en la sociedad.

Entendiendo el concepto de Discapacidad

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la discapacidad es un término


general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de
la participación. Por tanto para que exista una discapacidad, tiene que haber una
deficiencia.

Deficiencia

Es toda pérdida o anormalidad, permanente o temporal, de una estructura o función


psicológica, fisiológica o anatómica. La deficiencia supone un trastorno orgánico, que
produce una limitación funcional que se manifiesta objetivamente en la vida diaria.
Deficiencia se relaciona con déficit o “falta de algo”. Existen diversos tipos de deficiencia:

• Física: es aquella que limita o impide el desempeño motor de la persona. Las causas
de la discapacidad física muchas veces son congénitas o de nacimiento. También
pueden ser causadas por lesión medular en consecuencia de accidentes (paraplejía)
o problemas del organismo (derrame cerebral).

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• Psíquica: son trastornos que llevan a la persona a no adaptarse completamente a la
sociedad. Puede ser debido a otro tipo de enfermedades mentales como la depresión
mayor, esquizofrenia, trastorno bipolar o el autismo.
• Sensorial: afecta a los órganos de los sentidos y por tanto pueden llevar a problemas
de comunicación (ceguera, sordera).
• Intelectual o mental: es un término utilizado cuando una persona tiene una alteración
en el funcionamiento intelectual, en su inteligencia, que afecta su comportamiento
práctico y no le permite funcionar normalmente en la vida cotidiana. Un ejemplo sería
el Síndrome de Down.

Cada uno de estos tipos de deficiencia, puede llevar a una discapacidad. Por ejemplo, si
existe deficiencia visual (como la ceguera), existe discapacidad visual.

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Discapacidad
Es una limitación funcional, consecuencia de una deficiencia, que se manifiesta en la vida
cotidiana. La discapacidad se tiene. La persona “no es” discapacitada, sino que “está”
discapacitada. La discapacidad, al igual que la deficiencia, puede ser congénita o
adquirida, temporal o irreversible y, además, progresiva o regresiva.

Las discapacidades se pueden aglutinar en tres troncos principales: de movilidad o


desplazamiento, de relación o conducta y de comunicación. En la actualidad, se está
redefiniendo el término discapacidad como falta de adecuación entre la persona y su
entorno, más que como una consecuencia de la deficiencia de las personas.

Minusvalía

Minusvalía es la situación desventajosa en que se encuentra una persona determinada,


como consecuencia de una deficiencia o discapacidad que limita, o impide, el
cumplimiento de una función que es normal para esa persona, según la edad, sexo y los
factores sociales y culturales.
Una persona es minusválida cuando se le niegan las oportunidades de que se dispone en
general en la comunidad y que son necesarios para los elementos fundamentales de la
vida.

Diferenciando conceptos
Pondremos ahora dos ejemplos para acabar de aclarar estos tres conceptos:
• Una persona sin piernas por un problema al nacer (deficiencia motora) tiene
problemas para andar (discapacidad motora), y por tanto puede tener problemas de
independencia física (minusvalía).

• Una persona con una enfermedad mental como la esquizofrenia (deficiencia


psíquica) tiene problemas en su conducta (discapacidad psíquica), y por tanto puede
tener problemas de integración social (minusvalía).

Aunque no siempre estos 3 conceptos tienen que estar relacionados.

Veamos un ejemplo:

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• Una persona sufre una miopía (deficiencia) pero con el uso de gafas no le impide
realizar ninguna actividad en su vida cotidiana. Por lo tanto, esta persona no tiene
ninguna minusvalía.

• Una persona sufre una miopía pero a pesar de llevar gafas, le impide ver con
normalidad: esto representa una discapacidad. Se puede considerar que esta
persona tiene una minusvalía sólo en caso de que su posibilidad de integración
social se vea afectada.

Así, vemos que no todas las personas con una deficiencia sufren una discapacidad ni
todas las que tienen una discapacidad tienen una minusvalía.

La igualdad consiste en saber que, aunque todos somos diferentes, nos debemos
tratar como iguales.

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