General

MÓDULO 1
1.5 Reanimación
cardiopulmonar (RCP) y otras
urgencias en la consulta
de medicina estética
ÍNDICE

1. REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP)

Y OTRAS URGENCIAS EN LA CONSULTA DE
MEDICINA ESTÉTICA
1.1. LAS URGENCIAS MÁS FRECUENTES EN LA
CONSULTA DE MEDICINA ESTÉTICA Y CÓMO
ACTUAR
1.2. TÉCNICAS DE SOPORTE VITAL. REANIMACIÓN
CARDIOPULMONAR (RCP)
1.3. EQUIPAMIENTO ADECUADO DE UNA CONSULTA
DE MEDICINA ESTÉTICA
1.4. CONCLUSIONES
1.5
1.5
MÓDULO 1
GENERAL

Reanimación cardiopulmonar (RCP) y otras urgencias

en la consulta de medicina estética

1.1. LAS URGENCIAS MÁS FRECUENTES EN
LA CONSULTA DE MEDICINA ESTÉTICA Y CÓMO
ACTUAR
La práctica de la profesión sanitaria no está exenta
de riesgos ya sea en forma de efectos adversos,
de reacciones no deseadas o simplemente de
situaciones que ya sea por azar o por el estado
físico de los pacientes pueden alterar la rutina que
se espera dentro de la consulta.
En principio las personas que se decantan por
técnicas de medicina estética se les presupone
cierto buen nivel de salud. Suelen ser personas
jóvenes (aunque el espectro de la edad cada vez
se está polarizando más hacia ambos extremos),
que gozan de buena salud, lo que no significa
que, dentro de la consulta, en la sala de espera o
mientras se realiza una técnica, pueda ocurrir una
situación imprevista.
En nuestro día a día, la práctica clínica puede verse
alterada por una serie de situaciones que son
relativamente frecuentes y que todo profesional
que trabaje en este ámbito debe conocer, identificar
y saber cómo actuar para evitar que la situación
empeore.
A continuación, se enumeran las diez urgencias más
frecuentes con las que a lo largo de tu práctica clínica
tendrás que enfrentarte para saber identificarlas y
qué hacer en cada situación. Por norma general,
suelen ser situaciones autolimitadas en el tiempo
que no revisten más importancia salvo el estrés
inicial que causan, lo que no exime el tener que
saber cómo actuar. Además, el/la profesional tendrá
que estar entrenado/a para identificar situaciones
que revisten una mayor gravedad, por el riesgo vital
que en estos casos puede llegar a producirse:
Mareo
El mareo es un síntoma bastante inespecífico
que puede ser vivido de manera diferente por
cada persona. El mareo es una palabra que puede
describir un amplio abanico de sensaciones que
pueden oscilar entre desvanecimiento, debilidad,
inestabilidad o sensación de atontamiento.
Son varias las definiciones que podrían darse del
mareo: hay quien lo considera la sensación de
desmayo inminente; o la sensación de inestabilidad
de la cabeza.
El mareo suele acompañarse de otros síntomas o
sensaciones como:
• Posible sensación de que las cosas se mueven o
incluso dan vueltas (vértigo).
• Cierta inestabilidad o pérdida de equilibrio.
• Sensación de desmayo o aturdimiento.
• Sensación de estar flotando, con la cabeza
pesada, atontado.
Además, el mareo puede acompañarse de cierta
sintomatología de cortejo, y cursar con palidez,
náuseas e incluso vómitos.

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MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
La mayoría de las causas del mareo suelen no ser
graves y mejoran por sí solas de forma rápida. De
hecho, al ser una sensación subjetiva, en ocasiones
puede ser una percepción sin un desencadenante
orgánico específico. Aunque lo cierto es que , en
ocasiones, los síntomas asociados al mareo se
producen al no llegar momentáneamente suficiente
sangre al cerebro, lo que puede ocurrir en situaciones
tan diversas como una disminución repentina en la
tensión arterial; también en cuadros de deshidratación
tras vómitos o diarreas o en situaciones donde los
niveles de glucosa en sangre bajan, o en situaciones
de ayuno prolongado. También es un síntoma
que puede sentirse al tener fiebre, al incorporarnos
rápidamente del supino o con la presencia de dolor
o la simple observación de algún procedimiento
médico que se esté realizando como, por ejemplo,
canalizar una vía o tomar una biopsia.
Ante una persona que sufra mareos, lo primero que
habrá que hacer es tomar las constantes vitales para
comprobar que tanto la tensión como las cifras de
glucemia están dentro de la normalidad.
Como acabas de leer el mareo suele ser una
sensación pasajera que no reviste mayor
importancia, aunque debemos de estar muy
atentos por si se acompaña de otros síntomas que
pudieran ponernos en la pista de una patología más
seria, como por ejemplo si aparece dolor torácico,
problemas en el habla, cambios en la visión o
palpitaciones. En estos casos habría que hacer una
exploración más detallada por todos los órganos
para descartar daños e incluso estaría indicado la
realización de un electrocardiograma.
Pero como hemos dicho, la mayoría de los mareos
son autolimitados en el tiempo. Informar a la
persona que sufre este molesto síntoma suele ser
terapéutico. Conviene no agobiar a la persona que
lo sufre, dejarle espacio y evitar ambientes cargados
y calurosos.
En el caso de que hubiera una causa para dichos
mareos como una bajada de tensión o de glucosa,
habría que tratar para mejorar el motivo del mareo,
pero en términos generales bastará con medidas
generales y evitar que la persona con la sensación
de mareo pueda caerse o lesionarse.
Cambios en la tensión arterial
La tensión arterial es la toma de la presión que
ejerce la sangre contra la pared de las arterias,
algo imprescindible para que la sangre circule por
nuestros vasos y aporte el oxígeno y los nutrientes
a nuestros órganos para funcionar correctamente.
En el ámbito de la consulta, los pacientes tienen
cierta predisposición a presentar alteraciones en
las cifras tensionales que pueden dar una serie
de síntomas. Por un lado, hay un componente
emocional (hipertensión de bata blanca) y por el
otro situaciones como por ejemplo de ayuno que
pueden predisponer a la hipotensión.
Hipotensión
Cada persona tiene cierta susceptibilidad
a sufrir síntomas en función de sus cifras
normales de tensión arterial, pero por lo
general se considera hipotensión a cifras por
debajo de 90/60 mmHg. Cuando esto ocurre,
ciertos órganos como el corazón o el cerebro
pueden quedarse menos perfundidos de lo
habitual, pudiéndose acompañar de una serie
de síntomas como: visión borrosa, confusión,
mareo, desvanecimiento (síncope), náuseas o
vómitos, somnolencia o debilidad.
Las causas de esta hipotensión pueden ser varias.
Ante situaciones de estrés prolongado y continuado
como el que sufren alguno de nuestros pacientes,
se puede predisponer a un agotamiento físico y
emocional que puede traducirse en descensos
tensionales.
La presión arterial varía de una persona a otra.
Existen muchos tipos y causas de presión arterial
baja. La más habitual es la hipotensión ortostática
que se produce tras un cambio brusco en la posición
del cuerpo, al incorporarnos tras estar tumbados.
Además, situaciones de ayuno, o personas que
toman ciertos medicamentos pueden ver alteradas
sus cifras tensionales.
En estos casos hay que constatar evidentemente
con el tensiómetro que estamos ante cifras
tensionales bajas y vigilar síntomas de alerta que
nos hagan sospechar de un posible daño cardíaco
o una infección (sepsis) oculta.
Por lo general esta situación de hipotensión es
pasajera y no reviste importancia. Si tenemos
a un paciente con cifras bajas de tensión sería
recomendable una serie de medidas como, por
ejemplo: evitar zonas calurosas o ambientes
cargados; si el nivel de conciencia es bueno,
se le podría dar algo de beber, ya sea agua, té o
café. Como remedio de urgencia ante una bajada
repentina se puede dar un vaso de agua con una
cucharada de sal.
5
1.5
Hipertensión
En relación a la tensión arterial, puede darse justo
lo contrario y es que las cifras asciendan por
encima de lo considerado como “normal” 140/90.
Esto puede ocurrir con relativa frecuencia en la
consulta ya que hay ciertas personas que viven el
acto médico con mucho estrés, lo que hace que se
aumente la liberación de adrenalina que terminará
mediando y elevando las cifras de presión arterial.
Muchas veces, esta subida transitoria tensional
no da síntomas aunque otras ocasiones puede
manifestarse con una serie de síntomas de irían
entre dolor de cabeza o nuca, cierta dificultad
para respirar, sensación de mareos, cambios en la
visión, palpitaciones o incluso, sangrado nasal. Las
personas que en su día a día no son hipertensas
son más propensas a tener síntomas si su tensión
se descontrola ya que su organismo está menos
habituado a cifras elevadas.
En la mayoría de casos este ascenso será algo
temporal y bastará simplemente con tranquilizar a
la persona. En estos casos lo aconsejable es poner
a la persona en una habitación tranquila, tumbarla y
pasados unos minutos volver a repetir la toma con el
tensiómetro. Hay que hacer hincapié en intentar que
hiper- ventile y para un mejor estudio incluso puede
ser conveniente realizar un electrocardiograma.
Si las cifras siguen elevadas se podrá administrar
algún fármaco oral, como el Captopril 25-50 mg o
el Alprazolam 0,25-0,5, ambos vía sublingual. Esto
suele ser suficiente, pero en caso de necesidad se
podrían repetir las dosis e incluso probar con otros
fármacos como Nifedipino 10 mg o Labetalol 100-
200 mg (ambos vía oral).
Tendremos que tener especial cuidado con si la
persona sufre una emergencia hipertensiva que es
cuando se produce una subida aguda de tensión
arterial que se acompaña con afecta- ción de
órganos diana (encefalopatía, ictus, infarto agudo
de miocardio, fracaso renal agudo, edema agudo
de pulmón…), que pueden suponer un riesgo vital
a corto plazo, aunque afor- tunadamente esto
difícilmente se verá en consulta. El manejo de estos
casos se limita a las competencias de un profesional
del ámbito de la Medicina Estética ya que deben ser
ingresados.
A tener en cuenta…
A modo de recordatorio y aunque suene
obvio, es importante tomar bien la tensión para
asegurarnos que no existen interferencias en las
cifras que hemos obtenido.
6
Consejos que harán más fiables la medición de
la tensión:
• Evita tomar la tensión si la persona acaba de
realizar un esfuerzo físico, como por ejemplo
llegar andando a la consulta o haber subido
escaleras. Se aconsejan que pasen al menos 5
minutos de reposo.
• Se aconseja que al menos 30 minutos antes de
tomar la tensión, la persona no haya fumado,
comido ni bebido sustancias excitantes como
podrían ser el café, el té o refrescos.
• Sienta a la persona para tomarle la tensión,
evita que esté estirada/o. Tiene que apoyar bien
la espalda al respaldo de la silla, relajar su mano
sin apretarla. Los pies deben estar tocando el
suelo y las piernas no tienen que estar cruzadas.
• Hay que evitar en la medida de lo posible que
la ropa toque el manguito. Es preferible usar
camisetas anchas que no te aprieten el brazo.
Si es invierno, mejor quitarse la ropa que
remangarse porque si llevas muchas capas de
ropa y te remangas es bastante probable que la
ropa termine haciendo presión.
• Apoya el brazo de la persona en la mesa, más o
menos a la altura del corazón.
• Usa un manguito que sea acorde al diámetro
de su bíceps. Si es una persona obesa o con
mucha musculatura, se debería usar un
manguito mayor. Si por el contrario es una
persona pequeña o con poca masa muscular,
lo ideal es que uses un manguito más pequeño.
• Asegúrate de colocar bien el manguito. Su límite
inferior debe quedar dos dedos por encima del
pliegue del brazo-antebrazo.
• Mientras el manguito se infla evita que la
persona hable. Evita hacerle preguntas en ese
momento.
• Se aconseja tomar dos veces la tensión, con al
menos un mi- nuto de diferencia para confirmar
los valores obtenidos.
Alteración en las cifras de glucemia
En relación al metabolismo de los hidratos de
carbono, lo más frecuente que puede pasarnos en
la consulta es que nos ten- gamos que enfrentar
a situaciones de hipoglucemia, donde se produce
una disminución en sangre de las cifras de glucosa
MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
(normalmente por debajo de 60 mg/dl) que suele
acompañarse de una serie de síntomas como
mareos, dolor de cabeza, sudoración, temblores e
incluso pérdida de conciencia, lo que en principio
puede dificultar que lleguemos a su diagnóstico.
Por eso ante cualquier situación en la que el
estado del paciente no se justifique, conviene
tomar las constantes vitales y entre ellas, realizar
una glucemia capilar por si los síntomas que han
surgido de improviso se deben a un descenso
transitorio de la glucosa.
Por desgracia, cada vez son más las personas
que presentan diabetes y esto hace que exista
una mayor susceptibilidad a que se descontrolen
las cifras de glucosa. El nerviosismo asociado a la
consulta puede desencadenar desajustes, como
también acudir en ayuno o no haberse tomado
el tratamiento habitual, ya sea en forma de
antidiabéticos orales o en insulina.
Si la persona comienza a presentar cifras, pero está
consciente y se confirma que las cifras de glucosa
en sangre están baja, una buena opción sería darle
algún zumo o un sobre de azúcar para remontar
estas cifras. Pero si el estado de la persona no es
lúcido, lo ideal será el abordaje por otra vía, ya sea
subcutáneo o intramuscular con la inyección de
glucagón o intravenosa, canalizando una vía para
reponer con suero glucosado.
En ocasiones, aunque sería menos habitual y
difícilmente daría síntomas, lo que puede ocurrir
es lo contrario. Normalmente se daría en personas
en tratamiento con insulina que debido a varios
factores pueden ver como sufren una hiperglucemia
y las cifras de glucosa en sangre se disparan.
Para estos casos quizás sería aconsejable tener
a mano en la consulta insulina rápida para en
función de los valores, ajustar las unidades a poner,
normalmente subcutáneas.
Reacción alérgica
En ocasiones tras la administración de algún
tratamiento se puede producir una reacción
alérgica, que serían el conjunto de síntomas
que se desencadenan en nuestro cuerpo como
respuesta a que una sustancia que nuestro sistema
inmunitario identifica como extraña, liberando
histamina a través de los mastocitos.
Las enfermedades alérgicas se producen por
una alteración del sistema inmunitario en la
que participan distintas células, principalmente
mastocitos, basófilos, linfocitos y eosinófilos. El
desencadenamiento de una reacción alérgica
supone la liberación de mediadores inflamatorios
que son los responsables inmediatos y tardíos
de los síntomas que padecen estos pacientes.
Las sustancias que causan alergia se llaman
alérgenos, y son moléculas capaces de estimular
nuestro sistema inmunitario para que genere
unos anticuerpos especiales de la clase IgE. Los
alérgenos transportados más frecuentemente por
el aire son los pólenes, los hongos, los ácaros y
los epitelios de animales domésticos. También
son alérgenos importantes algunos alimentos, las
picaduras de abejas y avispas, y los medicamentos.
Las enfermedades alérgicas tienen un componente
hereditario por lo que en parte se puede llegar a
prever cierta predisposición a que pueda ocurrir.
La reacción puede ser local, aislada en una zona
determinada o generalizada y estar extendida.
En consulta, la reacción alérgica que suele
producirse en mayor número es la urticaria, que
sería la reacción de la piel y/o mucosas en forma
de pápulas habonosas y placas evanescentes y
pruriginosas.
En general las reacciones alérgicas suelen ser leves
y no precisan la realización de ninguna prueba
complementaria, salvo que tengan manifestaciones
sistémicas o datos de gravedad.
Si el cuadro es leve, los corticoides de entrada
deberían evitarse y comenzar con la administración
de algún antihistamínico Anti-H1 como la
Hidroxizina 25 mg cada 8 horas, Dexclorfenilamina
6 mg cada 6 horas o la Loratadina 10 mg cada
24 horas. En casos donde las lesiones sean más
importantes, se puede complementar con la
administración (ya sea intramuscular o intravenosa)
de corticoide, la Metilprednisolona a dosis de
1 mg/kg. Para casos más severos se reserva la
Hidrocortisona (100 o 200 mg) que parece tener
un efecto más rápido.
Shock anafiláctico
Es una emergencia médica donde si no se actúa
rápido y correctamente, existe riesgo vital.
La anafilaxia o en su máxima manifestación
el shock anafiláctico, es una reacción aguda
potencialmente letal, causada por la liberación
masiva de mediadores químicos de mastocitos,
basófilos y otras células inflamatorias que
suele estar mediado inmunológicamente, por
anticuerpos IgE.
7
1.5
La anafilaxia se manifiesta con síntomas cutáneos,
respiratorios, cardiovasculares y/o gastrointestinales.
Pueden ocurrir por separado o en combinación. Si
hay caída de tensión arterial se produce el shock
anafiláctico.
Es muy importante realizar una valoración de los
síntomas de anafilaxia de una forma temprana. Los
síntomas suelen empezar segundos o minutos
después de la exposición al agente responsable,
aunque pueden manifestarse también más tarde
de la primera hora.
Hay que tener en cuenta que cuanto más temprano
sea el comienzo de los síntomas más grave será la
reacción.
Manifestaciones clínicas que hay que valorar
en una anafilaxia:
• Síntomas cutáneos: prurito, eritema, urticaria,
angioedema.
• Síntomas respiratorios: rinitis, opresión torácica,
dificultad respiratoria, disponía, afonía, estridor,
sibilantes, tos.
• Síntomas digestivos: prurito e irritación
orofaríngea, náuseas, vomitos, dolores
abdominales, diarrea.
• Síntomas cardiovasculares: vasodilatación periférica
(eritema), hipotensión, taquicardia, agotamiento
de tonos cardíacos, gran palidez, cianosis, frialdad,
convulsiones, pérdida de conciencia.
• Ansiedad, intranquilidad, hiperventilación.
Como hemos dicho, es una emergencia vital, así
que debes de saber que hacer en estos casos.
Estos pacientes tendrían que estar tumbados y
monitorizados. Si tienen hipotensión en posición
trendelemburg con el fin de aumentar el flujo
sanguíneo. Esta posición no es aconsejable si
presentan dificultad respiratoria, en este caso
deberán estar semisentados. Deben evitarse los
cambios posturales, especialmente, el levantar al
paciente o mantenerle en bipedestación ya que
pueden empeorar el compromiso hemodinámico.
Los pacientes que están inconscientes con
respiración espontánea, deben ser colocados en
decúbito lateral. También deberá ser colocado en
decúbito lateral si el paciente presenta vómitos.
Las mujeres embarazadas deben colocarse en
decúbito lateral izquierdo para evitar compresión
de la vena cava.
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En todo momento hay que asegurar que la vía
aérea se encuentra permeable.
Tras esto, toca pasar a la medicación, siendo la
adrenalina el fármaco empleado como tratamiento.
Se tiene que administrar adrenalina en solución
acuosa al 1/1000 (1mg/ml) en cuanto se sospeche
una anafilaxia. La forma preferente de administración
de adrenalina será la vía intramuscular en la cara
latero-externa del muslo. Las dosis varían en
función de la edad:
• Adultos: dosis inicial de 0.3-0.5 ml (máxima).
• Niños: 0.1 ml. por cada 10 Kg. de peso (máximo
0.3 ml).
La dosis se podrá repetir a los 5-15 minutos si no se
ha conseguido la mejoría deseada.
En caso de que no haya respuesta a la adrenalina
habrá que usar otras opciones, como la Dopamina
o el Glucagón en pacientes cardiópatas o en
tratamiento con beta bloqueantes, aunque esto
no es necesario que nosotros lo dominemos ya
que al ser una emergencia vital requerirá traslado
hospitalario a una unidad de Urgencias. Nuestra
competencia será tener a la persona monitorizada,
avisar a los servicios de Emergencia, tener la vía
aérea permeable y poner la adrenalina lo antes
posible pudiendo repetir la dosis hasta que llegue
la ambulancia si no consiguiéramos el control total
de la anafilaxia.
Síncope
El síncope sería la pérdida brusca y transitoria de
la conciencia y del tono postural, que se resuelve
espontáneamente, debido a una disminución
del flujo sanguíneo cerebral. En ocasiones
suelen existir síntomas que preceden al cuadro
(prodrómicos), que pueden alertar al paciente
sobre la eminente pérdida de conocimiento.
En el presíncope no existe perdida completa de
la conciencia, pero si confusión, acompañada de
inestabilidad y de una recuperación rápida.
Las causas del síncope son varias, pero en la
mayoría de los casos suele ser vasovagal y se da en
personas jóvenes sin cardiopatía desencadenado
por situaciones de calor extremo, consumo de
alcohol, fatiga extrema, dolor intenso, hambre o
situaciones emocionales (ir a consulta a algunas
personas le supone un estrés importante).
MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
En principio habrá que observar las características
y duración del desvanecimiento, recabar
información personal previa y realizar una
exploración física detallada tomando el pulso, la
tensión y la glucemia. Lo ideal es realizar también
un electrocardiograma con la finalidad de descartar
el origen cardiaco del síncope.
A la hora de tratar el síncope, la forma puede
cambiar dependiendo de la causa del mismo,
aunque en la mayoría de los casos no hará falta
un tratamiento específico ya que será autolimitado,
con recuperación espontánea. Hay que evitar en
la medida de lo posible que el paciente se golpee
o lesione con algún objeto del entorno. Levantar
las piernas de la persona puede acelerar el proceso
ya que aceleraríamos el retorno sanguíneo hacia
áreas distales como el cerebro.
Ansiedad
Cada persona puede vivir la ansiedad de manera
subjetiva aunque en términos generales se
puede definir como la respuesta de anticipación
involuntaria del organismo frente a estímulos
que pueden ser externos o internos, tales como
pensamientos, ideas o imágenes, que son percibidos
por el individuo como amenazantes y/o peligrosos,
y se acompaña de sentimientos desagradables y/o
síntomas somáticos.
Entre los síntomas somáticos que puede
desencadenar una ansiedad se encuentran algunos
tan dispares como: palpitaciones, taquicardia,
debilidad, disnea, vértigo, opresión torácica, dolores,
inestabilidad, cefaleas, parestesias, temblores,
sudoración, hipertensión, sequedad de boca…
es tal el abanico de posibilidades que hace que la
ansiedad pueda ser la gran simuladora ya que puede
adoptar diversas formas debido a la variabilidad de
los síntomas con los que puede dar la cara.
En estos casos, se ha demostrado que lo más
efectivo es tranquilizar a la persona que está
sufriendo una crisis de ansiedad y dejarle claro
de la no malignidad del cuadro. Hay que hacerle
entender que entendemos sus síntomas, pero que
no tienen una causa física sino psicológica. Para ello
previamente tenemos que hacer una exploración
neurológica detallada para descartar otro origen. El
control de la respiración puede ayudar, ya que en
situaciones de angustia se tiende a hiperventilar;
tenemos que hacer hincapié con estas personas a
que controlen la respiración. En caso de necesidad
se puede optar por dar algún fármaco en forma de
benzodiacepina. El diazepam 10 mg o el cloracepato
25-50 mg son una buena opción.
Taquicardia
En condiciones normales, el ritmo del corazón
oscila entre los 60 y los 100 latidos por minuto
(lpm). Sin llegar a tener una taquiarritmia, existen
situaciones en las que la frecuencia cardiaca, aunque
manteniendo el ritmo, puede acelerarse y subir por
encima de los 100 lpm, pudiéndose acompañar
de una serie de síntomas como palpitaciones,
sensación de desvanecimiento inminente, mareo,
debilidad o incluso cierta dificultad respiratoria.
La frecuencia cardiaca puede oscilar mucho
dependiendo de factores externos, pudiendo
aumentar en situaciones como ansiedad, miedo,
ejercicio o anemia.
Lo ideal en estos casos será realizar un
electrocardiograma para por un lado confirmar
dicha taquicardia (suele ser una taquicardia sinusal)
y por otro, descartar que haya una arritmia. La
más habitual será la fibrilación auricular aunque en
ocasiones también puede existir una taquicardia
supraventricular. En función de la arritmia que
pueda existir, el tratamiento variaría.
Es importante una vez confirmada la taquicardia
sinusal, tranquilizar al paciente e indicarle que los
síntomas que puede estar experimentando son
normales. En caso de necesidad, se puede optar como
fármacos benzodiacepinas (diacepam o alprazolam)
o betabloqueantes (por ejemplo, el sumial).
Aunque han demostrado tener mayor eficacia en
las taquicardias supraventriculares, se podría probar
también con la realización de maniobras vagales
para intentar la desaceleración de la frecuencia
cardiaca, al intervenir físicamente y estimular el
décimo par craneal (nervio vago). Podemos realizar
la maniobra de Valsalva, con el paciente tumbado
boca arriba, soplará en una jeringuilla durante 15
segundos.
En general, la maniobra de Valsalva parece ser
un método no invasivo sencillo para frenar el
ritmo anormal del corazón, pero la seguridad y la
efectividad general son difíciles de cuantificar.
Atragantamiento
Quizás no sea lo más frecuente en la consulta
ya que normal- mente, para atragantarse, como
condición, la persona tiene que estar comiendo
algo o tener algo en el interior de la boca. Quizás en
personas con dentaduras o piezas dentales y ante
mareos o desvanecimientos, se puede producir el
atragantamiento como complicación.
9
1.5
La situación de atragantamiento más bien por
ejemplo puede ocurrir en las salas de espera.
De todas maneras, al ser una emergencia que
puede condicionar la vida de la persona si no se
actúa correctamente, considero oportuno saber
cómo actuar en estos casos.
El atragantamiento se definiría como la obstrucción
accidental de las vías respiratorias que puede llegar
a provocar la asfixia de la persona afectada y en la
mayoría de los casos, a la muerte si no se atiende
con rapidez. Sospecharemos de una obstrucción de
la vía aérea cuando de forma repentina comienza
con una gran dificultad para respirar, tose o tiene
una respiración ruidosa, el tono de su piel se vuelve
amoratado sobre todo en la cara y los labios.
Como hemos dicho, la persona comienza
asfixiándose y si no se resuelve la situación,
terminará en una parada cardiorespiratoria. Los
extremos de edad, por sus peculiaridades, son los
que con mayor probabilidad pueden atragantarse,
siendo niños y ancianos las personas en las que
hay que extremar la atención.
Como has leído más arriba, saber cómo actuar
puede salvar una vida. Ante la sospecha de
atragantamiento, habrá que seguir esta cadena:
• Anima a la víctima a que tosa. Ponte a su lado y
dale la orden de toser de manera enérgica para
motivar a que la persona saque fuerzas para toser
de manera efectiva. La tos es un mecanismo de
defensa que utiliza nuestro cuerpo para sacar
hacia fuera posibles cuerpos extraños que han
podido pasar a la vía respiratoria en vez de a la
digestiva.
• Si la tos se vuelve inefectiva o el paciente se
encuentra muy cansado para seguir tosiendo y
sigue teniendo signos evidentes de obstrucción
de la vía aérea, habrá que pasar al siguiente
nivel, que sería dar 5 golpes en la espalda. Nos
tendríamos que poner al lado de la persona,
ligeramente detrás de ella. Aguantaríamos su
pecho con una mano e inclinaríamos a la víctima
bien hacia delante de modo que cuando el objeto
causante de la obstrucción sea desplazado, pueda
progresar hacia la boca en vez de irse más abajo
en la vía aérea. Tendremos que dar cinco golpes
secos entre las escápulas con el talón de la mano
que no está aguantando el pecho de la víctima.
• Si los golpes en la espalda no son efectivos, habrá
que pasar al siguiente paso, las compresiones
abdominales, conocidas como maniobra de
10
Heimlich. Para ello nos colocamos detrás de
la víctima y le rodeamos con nuestros brazos
por la parte superior del abdomen. Inclinamos
a la persona hacia delante, cerramos nuestro
puño y lo colocamos entre el ombligo y la caja
torácica. Agarramos el puño con la otra mano y
empujamos fuerte y rápido hacia adentro y hacia
arriba. Esta sacudida la repetiríamos hasta 5 veces.
• Si la obstrucción no se consigue aliviar, habría
que continuar alternando 5 golpes en la espalda
con 5 compresiones abdominales.
• Pero si no conseguimos resolver la obstrucción
de la vía aérea, en cualquier momento la persona
puede terminar perdiendo la conciencia. Si esto
ocurre, tendríamos que colocar a la víctima con
cuidado en el suelo, activar inmediatamente
a los servicios de emergencias y comenzar la
reanimación cardiopulmonar con compresiones
torácicas.
En el caso de atragantamiento en niños pequeños
comenzaríamos actuando igual. Si la tos es efectiva,
habría que animar a toser, hasta que se desobstruya
o si la tos se vuelve inefectiva. Si la tos es inefectiva
deberíamos hacer lo siguiente:
• Si el/la niño/a está inconsciente: abrir la vía aérea,
dar 5 respiraciones e iniciar RCP.
• Si el/la niño/a está consciente: se dan 5
golpes en la espalda y 5 compresiones para
intentar expulsar el cuerpo extraño. Han de
alternarse cinco golpes en la espalda con cinco
compresiones abdominales. Dado que el niño no
está inconsciente, puede mantenerse de pie con
ayuda de la persona que realiza las maniobras
(tú), que te colocarás detrás de él/ella. Los golpes
en la espalda son más efectivos si el reanimador/a
coloca una mano en el pecho del/la niño/a y lo/a
inclina hacia delante, de forma que si el objeto se
desimpacta pueda desplazarse hacia la boca con
más facilidad. En esta posición, le darías cinco
golpes fuertes con el talón de tu otra mano (no
con los dedos) entre las escápulas. Si los golpes
en la espalda no logran resolver la obstrucción ha
de pasarse a realizar cinco compresiones en el
abdomen. Para ello, te colocarás detrás del niño,
pasas tus brazos detrás de las axilas del niño y
lo rodeas, poniendo la mano entre el ombligo
y la parte baja del esternón, realizando cinco
compresiones bruscas, hacia arriba y hacia atrás.
• En lactantes sólo se realizarían las compresiones
torácicas y están desaconsejadas las
compresiones abdominales, por existir un mayor
MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
riesgo de producir lesiones en los órganos
del abdomen. Si el lactante es pequeño, el
reanimador se sentará o arrodillará y coloca el
lactante boca abajo apoyado sobre su antebrazo.
La mano del reanimador sujetará la cabeza del
lactante, que estará ligeramente inclinado hacia
abajo. En esta posición, con la mano libre que
tienes, realizarás cinco golpes entre las escápulas
del niño. Posteriormente tendrás que girar al niño
y colocarlo boca arriba sobre el otro antebrazo
manteniendo la cabeza más baja, para realizar
los cinco golpes torácicos, que serán donde
correspondería a realizar el masaje cardíaco, pero
con dos dedos.
(Más adelante se abordará con más detalle la RCP).
Convulsiones
La tranquilidad de la consulta, como has visto,
puede alterarse por cualquiera de los imprevistos
anteriores, a los que habría que sumar que el/la
paciente convulsione. 1 de cada 10 personas tendrá
una convulsión a lo largo de su vida por lo que no
es descabellado que por probabilidad tengamos
que enfrentarnos alguna vez a esta situación.
La convulsión podría definirse como la contracción
involuntaria, violenta y patológica de un músculo o
de otra parte del cuerpo.
En principio, existen varios tipos de convulsiones
y la forma de actuar puede variar en función
del tipo, la duración y la intensidad de la misma.
Afortunadamente, la mayoría de las convulsiones
terminan en pocos segundos o minutos, por lo que
no habría que tomar grandes medidas de auxilio.
En estos casos, lo aconsejable es permanecer junto
a la persona hasta que la convulsión haya pasado
y recobre la conciencia. Habrá que ayudar a que la
persona se siente en un lugar seguro y explicarle lo
que le ha ocurrido, hablándole de manera calmada
y tranquilizándola. Es importante no perder los
nervios y si hay otras personas que han observado
el incidente, calmarlos también.
Durante la convulsión conviene que hagamos lo
siguiente:
• Con cuidado, recuesta a la persona en el suelo.
• Gira a la persona suavemente hacia un lado. Esto
la ayudará a respirar.
• Retira del área alrededor de la persona los objetos
duros o filosos para prevenir lesiones.
• Pon la cabeza de la persona sobre algo suave y
plano, como una chaqueta doblada.
• Si tiene gafas, quíteselas.
• Suéltele la corbata o cualquier cosa que tenga
alrededor del cuello que pueda dificultar su
respiración.
• Mide el tiempo que dura la convulsión.
Si la crisis no cede, va siendo hora de intentar
frenarla de manera farmacológica. Lo ideal sería
canalizar una vía para tener acceso a sus venas,
aunque puede llegar a ser muy difícil debido a
los movimientos incontrolables de la persona.
Por lo tanto, podemos usar la vía intramuscular y
también la rectal (sobre todo en niños pequeños).
El Diazepam suele ser el fármaco empleado en
estos casos. Se desaconseja la vía oral ya que
puede resultar incluso peligrosa por riesgos de
atragantamiento.
En la medida de lo posible tendríamos que recabar
información sobre el estado de salud previo.
Convendría saber si la persona ha presentado crisis
previamente, si tiene el diagnóstico de epilepsia,
saber qué medicación toma habitualmente y si la
ha tomado en los días previos…
Casi tan importante como saber cómo actuar, es
saber las cosas que no hay que hacer ante una
persona que está convulsionando. Entre las cosas
que no hay que hacer, habría que destacar:
• No trates de sujetar a la persona o evitar que se
mueva.
• No pongas nada en la boca de la persona porque
podría lesionarle los dientes o la mandíbula. Una
persona con una convulsión no se puede tragar
la lengua.
• No intentes darle respiración boca a boca (como
RCP). Por lo general, las personas comienzan a
respirar de nuevo por su cuenta después de una
convulsión.
• No le ofrezca agua ni alimentos a la persona
hasta que no esté completamente alerta.
Una vez analizadas las 10 consultas de urgencia
que pueden darse con más frecuencia dentro de la
consulta de medicina estética, tienes la suficiente
información para saber identificar y abordar cada
una de ellas. Como habrás podido comprobar,
11
1.5
en la mayoría de los casos, es simplemente
cuestión de tiempo que la persona recobre la
normalidad por lo que nuestra principal misión
por un lado será tranquilizar tanto a los pacientes
como a sus acompañantes y vigilar e identificar
posibles complicaciones. El shock anafiláctico
y el atragantamiento sí revisten gravedad y si no
actuamos con premura y acierto, incluso puede
ponerse en peligro la supervivencia de la persona.
1.2. TÉCNICAS DE SOPORTE VITAL. REANIMACIÓN
CARDIOPULMONAR (RCP)
Todas las personas deberían estar formadas
y entrenadas para detectar una parada
cardiorespiratoria y saber iniciar las maniobras de
reanimación cardiopulmonar. Al trabajar en el sector
sanitario, la probabilidad en la que alguna ocasión
tengamos que enfrentarnos a esta situación es aún
mayor por lo que hay que perderle el miedo (que
no el respeto) a esta situación e interiorizar para
mecanizar la manera en la que tener que actuar.
De cara a perder el miedo, me gusta compartir estas
reflexiones. Hay que perder el miedo a hacer RCP,
porque la alternativa es la muerte o que la persona
quede con graves secuelas neurológicas. Ante una
parada, lo peor ya ha pasado, nada de lo que hagas
puede empeorar la situación: si no haces nada, la
muerte es segura; si haces algo, quizá pueda sobrevivir.
El corazón y los pulmones, que están situados en
el interior del tórax, tienen como misión principal
obtener el oxígeno del aire ambiente por los
pulmones (ventilación) y hacerlo llegar hasta todos
los órganos y células del cuerpo por el corazón
(circulación), en especial al cerebro, que vería como
su actividad cesa a los 6-8 segundos de que no le
llegue flujo de sangre.
En una persona normal, cada minuto que pasa,
mediante 10-20 ventilaciones y 60-100 latidos
cardíacos, se consigue que el oxígeno llegue a
todos los órganos y se elimine de éstos todas las
sustancias tóxicas y detritos que producen los
órganos, entre ellas el anhídrido carbónico.
Ante una situación en la que se produzca una
parada cardiaca, si no somos capaces de sustituir
y restaurar la circulación y la respiración, cada
minuto que pase disminuirán las probabilidades de
sobrevivir y aumentará el riesgo de muerte o de
invalidez permanente.
En torno a todo esto se ha denomina cadena de
supervivencia a una sucesión de circunstancias
12
favorables que, de producirse, hacen más probable
que una persona sobreviva a una situación de
emergencia.
Está constituida por cuatro eslabones:
1. Llamada al teléfono de emergencias.
2. Reanimación cardiopulmonar básica
(RCP básica).
3. Desfibrilación precoz.
4. Resucitación cardiopulmonar avanzada
(RCP avanzada).
La desfibrilación precoz dependerá de si cerca
de donde se ha producido una parada cardiaca
existe un desfibrilador automático (DEA) y
podemos utilizarlo, mientras que la resucitación
cardiopulmonar avanzada será la que realice
el personal de emergencias que acude donde
estemos y que se encargarán de seguir con los
cuidados del paciente una vez lleguen. Así que
por la parte que nos toca, tenemos que estar
entrenados y familiarizados sobre todo con los dos
primeros pasos de esta cadena de supervivencia: la
activación del servicio y el inicio de las maniobras
de reanimación.
A continuación, se explicará detenidamente los
pasos que debes conocer:
1. Llamada al teléfono de emergencias
Al presenciar una parada, tenemos que rápidamente
pedir ayuda a los servicios de emergencia. En
España responden al 112 aunque cada Comunidad
Autónoma puede disponer también de algún
servicio propio con el que poder contactar.
Debido al estrés del momento, existe el riesgo de
comenzar la reanimación cardipulmonar básica sin
haber pedido ayuda al teléfono de emergencias lo
que será un grave error ya que normalmente hará
falta que traigan el desfibrilador y continúen con
una reanimación cardiopulmonar avanzada en la
que se emplearán una serie de fármacos.
Una vez contactado telefónicamente, habrá que
encargar a alguna persona que esté por la zona,
que pregunte y/o busque si cerca de donde están,
existe un desfibrilador semi automático (DESA)
para en caso que así sea, lo traigan lo antes posible
para encender el aparato, poner las pegatinas en el
MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
paciente, seguir las indicaciones que el aparato da
de manera automática y esperar si se realiza una
desfibrilación. Por normativa, los DESA deben estar
en zonas y recintos donde hay mucha afluencia de
personas. Es probable que en un Centro Sanitario
haya alguno así que lo ideal es que una persona
ajena a la reanimación cardiopulmonar que vas a
empezar se encargue de buscarlo y traerlo por si
hubiera, para en la medida de lo posible, ponerlo lo
antes posible.
Quiero recalcar a este nivel otro detalle. No
deben iniciarse las maniobras de reanimación
cardiopulmonar sin antes asegurar que la persona
que va a dar el masaje está en un entorno seguro.
Si no se puede asegurar la integridad física de la
persona que va a auxiliar, no debe iniciarse el
masaje. Esto es importante, ya que por ejemplo,
somos testigos de un accidente en la carretera y
una persona accidentada está en parada. Hasta que
no aseguremos la zona y de esta manera se asegure
nuestra integridad, no hay que iniciar las maniobras.
Lo primero es la seguridad de las personas que van
a intervenir en el rescate.
2. Reanimación / resucitación cardiopulmonar
básica (RCB básica)
Tenemos que ser muy metódicos y seguir
una cadencia de trabajo. De esta manera nos
aseguraremos de que no se nos olvida nada y que
realizamos todo como deberíamos.
A continuación, aparecerá la secuencia y luego
iremos ampliando cada aspecto de la misma:
1. Proteger al reanimador y a la víctima.
• Si hay dos reanimadores, uno inicia las
maniobras de RCP y el otro pide ayuda.
• Si hay un solo reanimador, en caso de:
ahogamiento, atragantamiento, traumatismo,
intoxicación por alcohol o drogas y cuando
sea un lactante o niño, se realizan las
maniobras de RCP durante un minuto y luego
se pide ayuda.
2. Comprobar la conciencia (gritar y sacudir).
3. Abrir la vía aérea (elevar la mandíbula: maniobra
frente-mentón; evitar esta maniobra si se
sospecha traumatismo en la cabeza o cuello).
4. Comprobar la respiración (ver, oír y sentir,
máximo 10 segundos):
• Si respira colocar en posición lateral de
seguridad.
• Si no respira comprobar signos de circulación.
5. Comprobar signos de circulación (respiración
normal, tos o movimientos de la víctima).
• Si hay signos de circulación continuar
con insuflaciones, 10 veces por minuto y
comprobar la circulación cada 2 minutos.
• Si no hay signos de circulación realizar 30
compresiones torácicas (100 por minuto)
y dos ventilaciones (en cada ventilación se
utilizara 1 seg). Solo parar para comprobar la
circulación si la víctima inicia movimientos o
respiración espontánea.
Comprobar la conciencia
• Primero hay que llamar a la persona con voz
alta y con ímpetu, por ejemplo usando frases
como “¿se encuentra bien?”, “¿qué le pasa?”. Si ni
contesta, ni abre los ojos ni se mueve, el siguiente
paso es zarandearle y sacudirle los hombros con
insistencia y cierta energía, pero tomando ciertas
precauciones para no lesionarle.
• Si la persona no responde a nada de esto,
efectivamente, está inconsciente.
• Si la persona contesta a nuestra llamada, está
consciente, lo que significa que su cerebro
funciona correctamente, por lo que no hace falta
comprobar si respira y tiene circulación, ya que
las tendría porque si no, no respondería.
Abrir la vía aérea
En el caso de no sospechar lesión cervical (a tener en
cuenta en motoristas o tras un fuerte traumatismo
en la cabeza), la mejor técnica para abrir la vía
aérea sería la maniobra frente-mentón. La forma
de hacerlo sería la siguiente: se coloca una mano
sobre la frente y la punta de los dedos (el índice y
el corazón) de la otra mano debajo del mentón,
efectuando un levantamiento de este, con lo que se
consigue elevar la lengua y desobstruir la vía aérea.
Como has leído, en los accidentados que estén
inconscientes, la maniobra frente-mentón está
contraindicada, al poderse producir graves lesiones
o contribuir a agravar lesiones ya existentes. En
estos casos para abrir la vía aérea, se recomienda
la maniobra de tracción mandibular, para ello se
13
1.5
tira hacia arriba de la mandíbula cogiéndola con el
primer dedo (dentro de la boca) y el segundo (por
fuera) de una mano, mientras se fija la cabeza con la
otra mano sobre la frente, en una posición estable,
evitando que se desplace en cualquier dirección.
Comprobar la respiración
Una vez abierta la vía aérea toca comprobar la
respiración. Para ello acercaremos la cara a la
boca de la persona, observando si se producen
movimientos respiratorios de la caja torácica,
mientras escuchamos y sentimos en nuestra mejilla
la posible salida de aire.
Ver, oír y sentir son las acciones que tenemos que
recordar para comprobar la existencia de respiración
espontánea. La comprobación de la respiración no
deberá llevarnos más de 10 segundos, ya que en
el caso de que no respire conviene comenzar lo
antes posible con el siguiente paso.
Si no ha respondido a los estímulos, está
inconsciente y no respira, la persona está en parada
cardiorrespiratoria y habrá que comenzar con el
masaje cardiaco.
En ocasiones, podemos ver que la persona respira,
aunque su respiración es totalmente paradójica. Es
lo que consideramos como gasping y es la antesala
a una parada. Esa respiración que a todas luces no es
eficaz ni sirve para que los pulmones de la víctima se
llenen, es la deceleración entre el cese de la respira-
ción y las órdenes que manda el cerebro, previo a
entrar en parada, por lo que si nos encontramos
a la víctima en gasping se interpretaría como que
no respira por lo que también sería momento para
iniciar el masaje.
Si la persona responde a estímulos, o respira
de manera espontánea, no hay que iniciar el
masaje sino ponerla en posición lateral de
seguridad:
tras retirar los objetos que pueden ser lesivos,
te arrodillarás junto a la víctima, colocarás el
brazo más próximo a ti en ángulo recto hacia la
cabeza con la palma de la mano hacía arriba;
llevarás el brazo opuesto sobre el tórax de la
víctima hasta que la palma de la mano toque el
hombro más próximo a ti. Flexionarás la pierna
más alejada de tu posición, manteniendo el
pie en el suelo, y sujetando a la víctima por el
hombro y por la parte posterior de la rodilla la
girarás 90º hacia ti.
14
Compresiones torácicas
Para realizar las compresiones torácicas, la víctima
deberá estar sobre una superficie dura, boca arriba
y con la cabeza, el tronco y las extremidades
alineadas.
Te colocarás con los brazos extendidos de forma
perpendicular sobre el pecho de la víctima con las
manos entrelazadas y solo apoyando el talón de
una de las manos sobre el esternón del paciente.
La forma de hacer la compresión será dejando
caer el peso de nuestro cuerpo para producir una
depresión de 5 cm del tórax del, retiraremos la
presión y repetiremos la maniobra 30 veces a una
velocidad de 100 por minuto.
Es importante mantener tanto la fuerza de la
compresión (hundir el pecho al menos 5 cm) y el
ritmo de las 100 compresiones por minuto ya que
si vamos a un ritmo menor será ineficaz al igual
que si vamos mucho más rápido donde se perdería
el patrón normal de la contracción cardiaca que
estamos realizando desde fuera.
Tras efectuar 30 compresiones teniendo abierta
la vía aérea realizaremos 2 respiraciones eficaces,
conocidas como insuflaciones, manteniendo una
relación compresiones: respiraciones de 30:2.
Insuflaciones respiratorias
Tras asegurar la apertura de la vía aérea con la
maniobra frente-mentón, cerramos la nariz de la
víctima, pinzándola con el primer y el segundo
dedo de la mano que tenemos sobre la frente.
Realizamos una inspiración y cubrimos la boca de
la víctima, rodeando sus labios y manteniendo un
buen sellado. Soplamos suavemente dentro de su
boca (un segundo) comprobando que se eleva el
pecho (mientras soltamos el aire miramos como el
pecho de la víctima se expande).
Si tenemos dificultad para dar una ventilación
eficaz deberíamos comprobar que en la boca de la
víctima no hay nada que pueda estar originando
una obstrucción, y comprobar también que la
maniobra frente-mentón está bien hecha y que
por lo tanto no hay problemas a la hora de abrir
la vía aérea.
Cuando insuflamos, tenemos que asegurarnos
se expande durante un segundo. Para que la
insuflación sea efectiva, debe ser de 500 a 600 ml
(en torno a 6-7 ml/kg).
MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
Lo principal en el masaje serán las compresiones así
que el proceso de insuflar no nos puede llevar más
de 10 segundos interrumpiendo las compresiones
torácicas.
Hasta la llegada de la ayuda especializada o hasta
la recuperación espontánea de la víctima debemos
seguir realizando secuencias de 30 compresiones
torácicas y 2 respiraciones.
Ahora bien, existen 3 situaciones que nos obligan a
parar el masaje:
1. La persona recupera la consciencia o respira
por sus propios medios.
2. La persona que realiza el masaje está muy
cansada que deja de ser efectivo y no hay nadie
para sustituirle.
3. Cuando acude el personal de emergencia. Ellos
al llegar a donde está la persona con la parada
se encargan de controlar la situación.
En el caso de desconocer los antecedentes de
la víctima, presentar lesiones en la boca, restos
de sangre o vómitos, convendría no realizar
las insuflaciones por el riesgo de posibles
contagios por parte de la persona que socorre.
En estos casos, lo que habrá que mantener
de manera innegociable es continuar con las
compresiones a un ritmo de 100 por minuto y
bajando 5 cm en cada una de ellas.
3. Desfibrilación precoz
Está sobradamente demostrado que la calidad
del masaje es muy importante a la hora de la
supervivencia, pero más aún es el tiempo de demora
que se tarde en aplicar la desfibrilación. Y es que no
hay que pasar por alto que la fibrilación ventricular
es la arritmia que inicialmente está detrás del 85%
de los casos de parada cardiorrespiratoria y en estos
casos, la desfibrilación precoz es prioritaria. Cada
minuto de retraso en la desfibrilación disminuye
la supervivencia así que por eso es tan importante
activar telefónicamente a los servicios de urgencias
y encargar a alguien que localice si cerca de donde
ha ocurrido la parada hay un DEA para ponérselo a
la persona.
Una reanimación cardiorrespiratoria precoz con
desfibrilación en los 3-5 primeros minutos consigue
tasas de supervivencia entre el 50 y el 75%. Cada
minuto de retraso reduce la supervivencia un 10%.
En cuanto llegue el DEA, habrá que encenderlo y
limitarnos a seguir las instrucciones que el aparato irá
diciendo. Al encenderlo la máquina dirá que le pongas
los electrodos (pegatinas) al paciente siguiendo la
localización del dibujo. En todo este proceso lo ideal
es no interrumpir las maniobras de RCP.
Tras aplicar los parches adhesivos, el desfibrilador
analizará el ritmo y en el caso de que tenga que dar
una descarga anunciará que hay que interrumpir
momentáneamente el masaje y no tocar a la
víctima, tras lo cual dará la descarga. Tras ella,
habría que reiniciar inmediatamente la RCP 30:2 y
revalorar posteriormente si la persona respira/está
consciente. Si al poner los adhesivos la descarga
no está indicada al no existir un riesgo desfibrilable
como causante de la parada, habría que reiniciar la
reanimación.
Y lo dicho, si no disponemos de un DEA, habría
que continuar la RCP hasta que llegue la ayuda
cualificada.
4. Resucitación cardiopulmonar avanzada (RCP
avanzada)
En cuanto aparezca el personal de la ambulancia/UVI
móvil, enhorabuena, tu labor dentro de la reanimación
cardiopulmonar ha terminado. Has hecho un gran
trabajo y si la persona sale con vida será en parte
gracias a ti por lo que has estado haciendo en todo
momento. Tu formación, serenidad y decisión han
contribuido a salvar una vida.
A modo de resumen, recuerda los aspectos claves
de la reanimación cardiopulmonar básica que
tienes que tener en cuenta:
• Se necesita una identificación precoz de la PCR.
• No te olvides de pedir ayuda.
• Las compresiones torácicas deben ser de alta
calidad. Para ello, es necesario:
- Comprimir al menos 5 cm.
- Frecuencia de 100 compresiones/min.
- Permitir el retroceso completo del tórax.
- Reducir al máximo las interrupciones.
• Proporcionar ventilaciones con una relación 30:2.
• RCP solo con compresiones es mejor que no
hacer nada. Hay que perderle el miedo a actuar
en estas situaciones.
15
1.5
• Se aconseja en todo momento una desfibrilación • Comprobar la inconsciencia con estímulos
precoz ya que cada minuto que se retrasa, la táctiles (pellizcos, sacudidas, etc.) y hablándole
probabilidad de supervivencia disminuye un 10%. en voz alta.

En los niños, la secuencia de actuación ante una • Si el niño responde, mantenerlo en posición que
parada es similar, aunque a continuación, se expone permita vigilarle, evaluarlo periódicamente y
la forma en la que actuar en edades infantiles: pedir ayuda.

• Asegurar la protección del reanimador y del niño, • Si el niño no responde, gritar pidiendo ayuda
separándole de los ambientes de peligro. y abrir la vía aérea (maniobra frente-mentón),

SiSirespira
respiranormalmente
normalmente

Colóquelo en posición de
recuperación.
Llame al número de
1 Comprobar respuesta 2 Si no hay respuesta emergencias.
Continúe valorando que
Sacúdalo suavemente. Abra la vía aérea y la respiración se mantiene
Pregunte en voz alta: compruebe la respiración. normal.
“¿se encuentra bien?”

SiSi no
no respira
respira normalmente
normalmente o
o no
norespira
respira
Llame al número de
emergencias.
Encuentre y traiga un DEA.

4 Conecte
ConecteelelDEA
DEA yy pegue
peguelos
losparches
parches 3 Comience inmediatamente
Comience la RCP
inmediatamente la RCP

Siga las indicaciones verbales Coloque sus manos en el centro del

inmediatamente. pecho.
Pegue un parche bajo la axila Dé 30 compresiones torácicas.
izquierda Pegue el otro parche bajo la Comprima firmemente al menos 5
clavícula derecha, junto al esternón. cm de profundidad a una frecuencia
Si hay más de un reanimador: no de al menos 100/min.
interrumpa la RCP. Selle sus labios alrededor de la boca.
Mantenga el sitio despejado y Sople firmemente hasta que el pecho
administre la descarga. se eleve.
Nadie debería tocar a la víctima Dé la siguiente respiración cuando el
durante el análisis y/o durante la pecho baje.
administración de la descarga. Continúe la RCP (RCP 30:2).

Si la víctima comienza
comienza aa despertarse,
despertarse, se
se mueve,
mueve, abre
abre los
los ojos
ojosyyrespira
respiranormalmente,
normalmente,detenga
detengalalaRCP
RCP.
5 Si permancee
permanece inconsciente, colóquelo en la
inconsciente, colóquelo la posición
posición de recuperación.
recuperación

Figura 1. Algoritmo European Resuscitation Council.

16
MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
con extensión moderada del cuello en niños
pequeños y más escasa en lactantes (como si
mirara al techo).
• Comprobar la respiración, aproximando nuestro
oído y mejilla a la boca y nariz del niño, observando
al mismo tiempo movimientos toracoabdominales,
en un tiempo máximo de 10 segundos.
• Si el niño respira, colocarlo de lado en posición
de seguridad.
• Si el niño no respira, iniciar la ventilación boca-
boca, para ello el reanimador rodea la boca del
niño con sus labios, pinza la nariz del niño con
los dedos primero y segundo de la mano que
tiene en la frente, y sopla suavemente durante
1 a 1,5 segundos, realizando 5 ventilaciones
iniciales y comprobando que el pecho se eleva.
La insuflación en el lactante, es boca-boca y
nariz, para ello el reanimador cubre con su boca
la boca y nariz del lactante, por lo tanto, no pinza
la nariz del niño y procede de la misma manera.
• Comprobar la circulación (tiempo máximo 10
segundos) palpando el pulso, en el lactante en el
lado interno del brazo, y en el niño en el cuello.
• Si hay pulso, continuar con las ventilaciones hasta
que el niño respire de manera eficaz.
• Si no hay pulso, comenzar con las compresiones
a un ritmo 30:2.
En bebés, el masaje cardiaco tendría que hacerse
con dos dedos, en la línea media del pecho,
colocados 1 cm por debajo de la línea que une
ambas tetillas, deprimiendo un tercio el tórax a un
ritmo de 100 por minuto y siguiendo una secuencia
de 1 ventilación y 15 compresiones.
(Ver figura 1 en la página anterior)
1.3. EQUIPAMIENTO ADECUADO DE UNA CONSULTA
DE MEDICINA ESTÉTICA
Tener conocimientos y saber cómo actuar es
imprescindible para todo profesional sanitario
que se preste a realizar una labor asistencial
encaminada a la medicina estética. Ya sabes cómo
actuar ante las diez situaciones a las que con
mayor probabilidad tengamos que enfrentarnos en
consulta y además sabemos cómo actuar en caso
de parada cardiorrespiratoria.
Ahora bien, no sólo de competencias y formación
vive el profesional sanitario, sino que también debe
de desarrollar su actividad en un entorno que esté
dotado y preparado para cualquier incidencia que
pueda ocurrir.
Cuando Ortega y Gasset dijo eso de “yo soy yo y
mis circunstancias” quizás estaba pensando en que
un médico es él, sus competencias y los medios
con los que cuenta para desempeñar su actividad.
Podéis ejercer vuestra actividad estética dentro de
una gran clínica pero también está la opción de
que montéis una pequeña consulta para arrancar
este ilusionante proyecto. Sea donde sea, lo ideal
es que ya sea en un gran centro como en otro más
modesto, dispongáis de una serie de recursos en
vuestro entorno que os aseguren que podéis hacer
frente a cualquier imprevisto que pueda ocurrir
durante vuestra jornada laboral.
He intentado sintetizar en varios grupos las cosas
que considero básicas de cara a esta actividad
sanitaria y distinguiremos entre mobiliario, aparatos
y medicación.
Mobiliario
La consulta debe estar dotada de una serie de
extras que a continuación cito:
• Cama de exploración: cuando una persona sufre
algún percance en relación a su salud en forma
de alguna de las urgencias que relatamos en el
primer bloque del capítulo, lo ideal es que pueda
permanecer tumbado para la monitorización
de las constantes vitales y realización de
electrocardiograma o tira de ritmo si hiciera falta.
Una buena opción sería que la camilla tuviera
barandillas para evitar caídas como por ejemplo
puede ocurrir en una crisis convulsiva.
• Mueble de medicación: hay que intentar ser
sistemáticos y tener siempre la medicación en
el mismo lugar y siguiendo el mismo orden, ya
sea por grupos de medicamentos o por orden
alfabético para que cuando lo necesitemos
podamos rápidamente encontrarlo.
• Registro farmacológico: sería conveniente seguir
una rutina a la hora de revisar la medicación, saber
cuánto hemos usado y cuánto disponemos para
tener controlado el stock farmacológico del que
disponemos para no llevarnos la desagradable
sorpresa de ir a buscar un medicamento y
17
1.5
comprobar que no disponemos en el momento
actual. Ser metódicos y sistemáticos, siguiendo una
rutina de trabajo nos ayudará a que no se nos olvide.
• Frigorífico: puede ser conveniente tener una
pequeña nevera en la consulta para guardar cierta
medicación como por ejemplo las vacunas y
además incluso, algún tipo de muestra que haga
falta enviar para Anatomía Patológica ya que en
ocasiones para la preservación hacen falta estas
condiciones ambientales.
• Carro de paradas: a las personas que van a
realizarse cualquier tipo de intervención estética
se les presupone un buen estado de salud previo,
lo que no exime la opción de que ocurra algún
imprevisto y el/la paciente puedan terminar
en una situación de parada cardiorrespiratoria.
Conviene tener un espacio de la consulta
reservado con este fin para tener todos los
medios accesibles, como por ejemplo un ambú y
la camilla destinada para estas situaciones que se
convierten en una urgencia vital.
• Teléfono: conviene disponer de un teléfono por
si hiciera falta activar algún tipo de emergencia
médica o contactar con algún otro profesional.
En la actualidad los teléfonos móviles están
sustituyendo al tradicional fijo.
Aparatos
Además del mobiliario que acabamos de redactar,
la consulta debería estar equipada por una serie de
aparatos que nos permitan la realización de una
serie de tomas.
• Por un lado, hace falta un electrocardiógrafo.
Como has podido leer en la unidad, en varias
de los imprevistos que pueden pasar en la
consulta, estaría indicado la realización de un
electrocardiograma para analizar el ritmo y el
trazado eléctrico del corazón.
• Para tomar las constantes vitales serían
indispensables aparatos como un tensiómetro,
un termómetro, un saturímetro y un glucómetro.
• A ser posible, sería ideal disponer de un
desfibrilador externo automático (DEA).
Actualmente podemos encontrar estos aparatos
en el mercado por un precio que ronda los 1.000€
lo que hace que en clínicas modestas no exista.
No es obligación del centro disponer de uno, pero
como hemos dicho, en caso de parada, su uso lo
antes posible puede aumentar exponencialmente
las probabilidades de supervivencia y la no
18
existencia de secuelas neurológicas. De todas
maneras, el personal de emergencia que en caso
de una parada cardiorrespiratoria será avisado y
acudirá a la consulta está dotado.
Medicación
Para las técnicas que se realizan en el ámbito de la
medicina estética se usan una serie de fármacos
que seguro ya sabéis o iréis aprendiendo a lo largo
del Máster. Yo en este apartado me voy a centrar
en la medicación que creo en principio convendría
tener en la consulta para en el caso de que ocurra
alguna urgencias, poder actuar a la espera de si se
moviliza algún recurso en forma de ambulancia si
el motivo lo justificara.
Para intentar agrupar la medicación he creado
varias categorías. Es importante ser metódicos en
nuestro día a día para evitar despistes.
Sueroterapia
Convendría tener diferentes opciones dentro de
la sueroterapia: en ocasiones para mantener la
vía endovenosa, en otras para remontar la tensión
arterial, para reponer la glucemia…
En función de esto, convendría disponer de: suero
fisiológico, suero glucosado, glucagón, solución de
ringer lactato y hasta soluciones coloides con el
fin de hipotensiones importantes aunque esto no
será del todo práctico para nuestra consulta ya que
su uso excede las competencias que en principio
debemos asumir.
Analgésicos
Debemos de disponer de un variado arsenal para
tratar el dolor. Lo ideal es cubrir los diferentes
escalones de la escala analgésica del dolor y para
ello tendremos que disponer de algún antitérmico
como el Paracetamol o el Metamizol, fármacos
de la familia de los AINEs como Ibuprofeno,
Dexketoprofeno o Diclofenaco; derivados del opio
como el Tramadol e incluso fármacos con un mayor
poder como el cloruro mórfico o la dolantina.
Convendría disponer de fármacos para tener
asegurada diferentes vías: oral, intramuscular e
intravenoso.
Anestésicos
Normalmente la consulta ya está dotada de estos
fármacos ya que suelen emplearse para técnicas
tan utilizadas en consulta como la biopsia o las
MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECICINA ESTÉTICA
Docente: Juan Toral Sánchez
infiltraciones locales que pueden precisar anestesiar
la zona. En la práctica diaria, los anestésicos más
utilizados suelen ser la Lidocaína clorhidrato al 1% y
la Mepivacaína al 2%.
Antihistamínicos y corticoides
Para el abordaje de las reacciones alérgicas
tenemos que tener asegurado la opción
farmacológica. En la mayoría de los cuadros, si son
reacciones locales y poco importantes puede que
incluso no haga falta optar por medicamentos y
medidas locales como la aplicación de gasas con
agua fría pueda ser suficiente. De todas maneras,
conviene disponer de fármacos antiH1 como la
Dexclorfeniramina o corticoides de acción rápida
como la Hidrocortisona que se podrá poner
intramuscular o intravenosa a dosis de 100 o 200
mg y la 6-Metilprednisolona que se suele ajustar a
1 mg/kg de peso.
La adrenalina debe ser empleada cuando tenemos
ante nosotros un shock anafiláctico y como dijimos,
el lugar de pinchar es en la cara externa del muslo,
a nivel intramuscular.
Respiratorio
Por un lado, tenemos que disponer de un ambú
que nos puede ser útil para ventilar en ciertas
situaciones como por ejemplo ante una parada
y así evitar vernos en la tesitura moral de si sellar
con nuestra boca la boca de un posible paciente
desconocido del que quizás desconozcamos su
estado infectocontagioso. También puede ser
conveniente disponer de cánulas de Guedel de
varios tamaños que nos pueden ser útiles en ciertas
situaciones para asegurar la permeabilidad oral a
nivel respiratorio.
Hace falta disponer de una toma de oxígeno y de
medicación para poder solventar alguna situación
como posibles broncoespasmos. Para ello lo ideal es
disponer de tratamiento en forma de aerosolterapia
con dispositivos para ello. Entre los fármacos que
podemos administrar en forma de nebulización
estarían la budesonida, el bromuro de ipatropio y
el salbutamol.
Cardiovascular
Tenemos que saber que nuestras competencias
de cara a resolver las situaciones de urgencia es
limitada. No se pretende realizar tratamientos que
exigen una vigilancia y monitorización además de
unos cuidados mayores. Pero convendría poder
disponer de atropina que se puede administrar
ante bradicardias o paradas, Captopril para tratar
crisis hipertensivas, Nitroglicerina ya sea en forma
de spray o en pastilla para aplicar en situaciones
de dolor torácico de características cardiacas e
incluso de algún betabloqueante tipo Propanolol
e incluso Adenosina que sería la opción para
tratar una taquicardia supraventricular, aunque
como hemos dicho, la utilización de este fármaco
sería una imprudencia. Mejor intentar controlar
con maniobras vagales el ritmo hasta que llegue
personal de urgencias entrenado en ello.
Variada
Son varios los fármacos o materiales que conviene
tener a mano por si hiciera falta. Por un lado, algún
paño fenestrado y material de sutura por si nos
encontramos con alguna herida incisa, cosa que
puede ocurrir por ejemplo en síncopes, que en
su desvanecimiento puede golpearse con algún
objeto y herirse.
Para el tema de la glucemia, lo más habitual es que
se produzcan hipoglucemias, pero puede ocurrir
lo contrario y presentar cifras elevadas de glucosa
en sangre. Esto hace que pueda ser conveniente
disponer de Insulina de acción rápida (Actrapid)
para poder poner en función de las cifras:
• 200-250: 2 unidades subcutáneas.
• 250-300: 4 unidades subcutáneas.
• 300-350: 6 unidades subcutáneas.
• 350-400: 8 unidades subcutáneas.
• >400: 10 unidades intravenosas y un suero
fisiológico de 500 cc.
En caso de que la persona esté muy nauseosa
(algunas lo definirán como “fatiga” o “provocado”)
disponer de un fármaco como la Metoclopramida
puede ser una opción interesante.
Hará falta antisépticos tópicos como la Clorhexidina
y sulfadiazina argéntica al 1% por si nos encontramos
ante quemaduras.
1.4. CONCLUSIONES
En esta unidad hemos repasado las opciones que
considero más útiles y que te pueden ayudar para
aquellas situaciones no deseadas pero que por
19
1.5

probabilidad más pueden darse en la consulta.

Mantener la calma es clave en todo esto ya que
la mayoría de las situaciones son autolimitadas
y cederán tras el paso de segundos-minutos.
Hace falta serenidad para poder abordar bien la
situación, analizar el estado de la persona, tomar
sus constantes y saber distinguir si es algo banal
o si por el contrario reviste cierta gravedad. Sobre
todo tienes que estar muy atento/a y distinguir
aquellas situaciones que suponen un riesgo vital
para la persona entre las que se encuentran el
shock anafiláctico, el atragantamiento y la parada
cardiorrespiratoria.

Saber cómo actuar y ser metódicos en nuestra

forma de hacerlo hará que siempre actuemos de la
misma forma sin que se nos olvide nada. Pero, para
asegurar esto, hay que entrenar, estudiar, refrescar
conceptos y aunque insista calma. Eres médico, si
conseguiste aprobar todas las asignaturas durante
los seis cursos de la licenciatura, estoy más que
seguro que puedes resolver la urgencia que te
saldrá en la consulta.

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