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Primeros auxilios tema 15

1. Introducción a los primeros auxilios


Los primeros auxilios son todas aquellas actuaciones o medidas terapéuticas
urgentes que se aplican a las víctimas de accidentes o enfermedades hasta
disponer de tratamiento especializado.

Los primeros auxilios no son tratamientos médicos, son acciones


de emergencia para reducir los efectos de las lesiones y estabilizar el estado del
accidentado: de esta primera actuación va a depender en gran medida el estado
general y posterior evolución del herido.

El propósito de los primeros auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o


enfermo y evitar el agravamiento de su estado. En casos extremos son necesarios
para evitar la muerte, mientras que se consigue asistencia médica.

La American Hospital Association define la urgencia como cualquier situación


que en opinión del enfermo, los parientes u otra persona que asuma la
responsabilidad de llevarlo al hospital, requiere intervención médica inmediata. La
situación de urgencia continúa hasta que se ha realizado una evaluación y
diagnóstico médico.

En una urgencia, pueden tener que aplicarse uno de estos dos tipos de primeros
auxilios:

 Primeros auxilios emergentes o emergencias: en los que existe peligro para la vida
del accidentado, estas son: una parada cardio-respiratoria, la asfixia, el shock, las
hemorragias importantes y los envenenamientos graves.
 Primeros auxilios no emergentes: en los que no existe dicho peligro, por ejemplo:
una fractura en un brazo, dolor abdominal, etc.

Por tanto, una emergencia es una urgencia en la que existe una situación de
muerte potencial para el individuo sino se actúa de forma inmediata y adecuada.

Concluyendo, en las urgencias (sean o no emergencias) los primeros auxilios


juegan un papel importante para el estado posterior del indi
1.1. Principios básicos de actuación en
primeros auxilios
Todo auxiliador en sus actuaciones debe conocer y aplicar siempre en este orden
los siguientes principios básicos (PAS):

1. Proteger, en primer lugar, a él mismo y después a la víctima. Podemos evitar


nuevos accidentes si señalizamos el lugar del accidente. SÓLO si hay peligro para el
accidentado se le desplazará, manteniendo recto el eje cabeza-cuello-tronco.
2. Avisar, es decir dar el SOS, indicando: el número y estado aparente de los heridos,
si existen factores que pueden agravar el accidente (por ejemplo la caída de un poste
eléctrico) y el lugar exacto donde se ha producido el accidente. Saber que de la información
que nosotros demos, va a depender tanto la cantidad como la calidad de medios humanos y
materiales que allí nos lleguen.
3. Socorrer Esta es la finalidad principal de los primeros auxilios, pero para hacerlo
correctamente previamente hace falta realizar la evaluación del herido.

2. Ahogamiento
El ahogamiento por asfixia o por inmersión se produce porque un medio líquido
obstruye el paso del aire al interior de las vías aéreas. Hay dos clases de
ahogamientos:

 Ahogamiento seco: Se produce un espasmo de la glotis por laringoespasmo, por lo


que el agua no llega al interior del árbol bronquial; también se denomina ahogamiento
blanco, por el aspecto pálido de la víctima.
 Ahogamiento húmedo: Hay aspiración de líquido a los pulmones tras la fase inicial
de laringoespasmo, por estímulos de la hipoxia y la hipercapnia en el centro respiratorio de
la inspiración. Se denomina ahogamiento azul y representa el auténtico cuadro de asfixia por
inmersión.

Inicialmente, tras la inmersión total en el agua, la víctima presa del pánico inhibe
su respiración mientras lucha y se agita violentamente. La agitación poco a poco
desaparece mientras pequeñas cantidades de aire salen de los pulmones y de la
misma forma grandes cantidades de líquido son tragadas y aspiradas. Los vómitos
están frecuentemente asociados en relación a la ingestión de gran cantidad de
líquido. Finalmente desaparecen todos los reflejos de la vía aérea y el agua penetra
pasivamente en la tráquea, sucumbiendo y produciéndose la parada cardiaca. Pero
como anteriormente hemos descrito, existe el ahogamiento seco, en el que el
laringoespasmo no permite la entrada de líquido y la muerte se produce por
ausencia de ventilación e hipoxia.

En todos los ahogados se produce, en mayor o menor intensidad, un cierto grado


de hipotermia, que en cierta forma protege al cerebro de la hipoxia; esto es
importante, ya que no se debe abandonar la reanimación de un ahogado basándose
en su frialdad.

En ocasiones, el traumatismo suele ser el acontecimiento principal que precipita


la inmersión. A menudo coexisten lesiones cervicales y torácicas, que no son
advertidas y conducen a consecuencias desastrosas.
Valoración, soporte y estabilización.

 Sacar del medio acuático


 Permeabilizar vía aérea
 Iniciar ventilación/oxigenación
 Si hay parada cardiorespiratoria, iniciar reanimación cardiopulmonar.
 Monitorización e.c.g.
 Control segmento cervical
 Cuidar la hipotermia

Lo más importante es extraer a la víctima del lugar del ahogamiento e iniciar


prontamente las medidas de reanimación.

3. Pérdida de conciencia
La pérdida del conocimiento es un estado en el cual una persona es incapaz de
responder a otras personas y actividades. A menudo, se le llama coma o estar en
estado comatoso.

Hay otros cambios que pueden ocurrir en el nivel de conciencia de la persona sin
quedar inconsciente. En términos médicos, estos cambios se denominan “alteración
del estado mental” o “cambio en el estado mental” e incluyen confusión,
desorientación o estupor repentinos.

La pérdida del conocimiento y cualquier otro cambio súbito en el estado mental


deben tratarse como una emergencia médica.

Si una persona está despierta, pero con menos lucidez de lo usual, se le deben
hacer algunas preguntas simples tales como:

 ¿Cómo te llamas?
 ¿Qué fecha es hoy?
 ¿Cuántos años tienes?

Las respuestas incorrectas o la incapacidad para responder sugieren un cambio


en el estado mental.

Consideraciones generales

Estar dormido no es lo mismo que estar inconsciente, ya que una persona que
está dormida responde a ruidos estridentes o sacudidas suaves, pero una persona
inconsciente no lo hace.

Una persona inconsciente no puede toser ni aclararse la garganta, lo que puede


llevar a la muerte si hay obstrucción de las vías respiratorias.

Causas
La pérdida del conocimiento puede ser causada por casi cualquier enfermedad o
lesión importante, así como por drogadicción y consumo de alcohol.

La pérdida del conocimiento breve o desmayo suele ser causada por


deshidratación, un nivel de azúcar bajo en la sangre o por presión arterial baja
temporal; sin embargo, puede también ser ocasionada por problemas serios en el
sistema nervioso o el corazón. El médico determinará si es necesario hacer
exámenes.

Otras causas de los desmayos abarcan hacer un esfuerzo intenso durante la


defecación, toser muy fuerte o respirar muy rápido (hiperventilación).

Síntomas

 Falta de reacción (la persona no responde a la actividad, al contacto o a otra


estimulación).
 Confusión.
 Mareo.
 Palpitaciones rápidas.
 Dolor de cabeza.
 Somnolencia.
 Estupor.

Primeros auxilios

 Llamar o instruir a alguien para que llame al número local de emergencias


 Revisar las vías respiratorias, la respiración y la circulación de la víctima y, de ser
necesario, iniciar la respiración de rescate y RCP.
 Si la persona está respirando, está boca arriba y no se sospecha de una lesión de
columna, se debe colocar en posición lateral de seguridad. Si en algún momento se detienen
la respiración o el pulso, se debe dar la vuelta a la persona para que quede boca arriba e
iniciar RCP.
 Si se sospecha una lesión en la columna, debe dejar a la víctima como la encontró,
siempre y cuando ésta siga respirando. En caso de que la persona vomite, se debe girar el
cuerpo entero a la vez hacia el lado, apoyando el cuello y la espalda para mantener la cabeza
y el cuerpo en la misma posición mientras se efectúa la maniobra.
 Se debe mantener a la persona caliente hasta que llegue la ayuda médica.
 Si estamos presentes en el momento del desmayo se debe tratar de evitar que se
caiga. Se debe colocar a la víctima en el piso boca arriba y se le levantan los pies más o
menos 12 pulgadas (30 cm.).
 Si el desmayo probablemente se debe a una disminución en el nivel de azúcar en la
sangre, se le debe dar a la víctima algo dulce de comer o beber una vez que haya recobrado
el conocimiento completamente.

No se debe…

 Dar comida ni bebidas a una víctima inconsciente.


 Dejar a la víctima sola.
 Colocar una almohada debajo de la cabeza de una víctima inconsciente.
 Abofetear ni echar agua en la cara a una persona inconsciente para tratar de
revivirla.
Se debe buscar asistencia médica de emergencia si la persona está
inconsciente y:

 No está respirando.
 No recobra el conocimiento rápidamente (en un par de minutos).
 Se cayó o se ha lesionado, en especial si se presenta sangrado.
 Tiene diabetes.
 Está embarazada.
 Tiene más de 50 años.
 Experimenta dolor, presión o molestia en el pecho, al igual que latidos cardíacos
fuertes o irregulares.
 Presenta convulsiones.
 Experimenta pérdida del control intestinal.

Prevención

 Las personas con enfermedades declaradas, como la diabetes, siempre deben llevar
consigo una identificación o un brazalete médico de alerta.
 Se deben evitar situaciones en las que baje demasiado el nivel de azúcar en la
sangre.
 Se debe evitar permanecer de pie en un mismo sitio demasiado tiempo sin moverse,
especialmente si se es propenso a los desmayos.

Si una persona siente que está a punto de desmayarse, debe acostarse o


sentarse con la cabeza inclinada hacia delante entre las rodillas.

4.1. Ataque cardiaco


Los Ataques cardiacos pueden ser provocados por:

 Obstrucciones al flujo normal de las arterias que irrigan al corazón (isquemia).


 Alteraciones en el ritmo normal del corazón (arritmias).
 Alteraciones en la fuerza de contracción del corazón (Insuficiencia cardiaca).

Síntomas

 Dolor en el centro del pecho.


 Sensación opresiva fuerte de aparición súbita, generalmente en el centro del pecho o
en la boca del estomago.
 Dolor irradiado a la muñeca, hombros, brazos cuello y mandíbula.
 Dificultad para respirar.
 Pulso rápido y débil.
 Sudoración.
 Palidez o color azulado en la piel (cianosis).
 Náuseas.
 Pérdida de conocimiento.

 Debilidad.

4.2. Paro respiratorio


 En el paro respiratorio se detiene la respiración, pero el corazón continúa
llevando sangre oxigenada al cerebro y a otros órganos vitales por algunos
minutos. En estos casos las personas tienen pulso.
 Las causas pueden ser muchas, entre ellas: Asfixia por inmersión, accidente
cerebro-vascular, atragantamiento, inhalación de humo, sobredosis de
drogas, electrocución, sofocación, infarto agudo de miocardio, etc.

4.3. Paro cardiaco


En el paro cardíaco la circulación cesa y los órganos vitales se encuentran
desprovistos de oxígeno. La persona realiza esfuerzos respiratorios inútiles
(gasping) que no deben ser confundidos con las respiraciones espontáneas.

El paro cardiaco puede producirse por enfermedades cardiacas o por


enfermedades de aparición súbita.

Pasos a seguir en caso de emergencias cardiorrespiratorias:

 Reconocimiento de las señales que hacen sospechar un problema cardiorrespiratorio.


 Solicitar asistencia médica.
 Realización de las maniobras de resucitación cardiopulmonar básica (RCP básica).

Los signos que se pueden observar a simple vista son por ejemplo la palidez y
dificultad respiratoria.

Los síntomas en cambio son las manifestaciones que el paciente hace acerca de
su estado como: dolor, sensación de opresión, falta de aire, etc.

5. Crisis convulsiva
Las convulsiones se presentan cuando el cuerpo de una persona se sacude de
manera rápida e incontrolable. Durante las convulsiones, los músculos de la
persona se contraen y se relajan en forma repetitiva.

El término “convulsión” a menudo se utiliza de manera recíproca con “crisis


convulsiva”, aunque existen muchos tipos de esta última, algunos de las cuales
tienen síntomas sutiles o leves en lugar de convulsiones. Estas crisis convulsivas de
todos los tipos son causadas por actividad eléctrica desorganizada y repentina en el
cerebro.

Consideraciones generales

Puede ser perturbador presenciar la ocurrencia de convulsiones, pero a pesar de


su apariencia, la mayoría de las crisis convulsivas son relativamente inofensivas.
Generalmente, duran de 30 segundos a 2 minutos; sin embargo, si se presenta una
crisis convulsiva prolongada o si se presentan múltiples crisis sucesivamente sin
que la persona recupere el conocimiento entre una y otra, se trata de una situación
de emergencia médica.

Si las crisis convulsivas recurren sin una causa subyacente que pueda
identificarse, se dice que la persona tiene epilepsia, la cual generalmente puede
controlarse bien con medicamentos.
Se debe prestar atención a cuáles brazos o piernas están temblando, si se
presentó algún cambio en el estado de conciencia, si hay pérdida de orina o heces y
si los ojos se desviaron en alguna dirección.

Causas

 Epilepsia.
 Alcoholismo.
 Barbitúricos, intoxicación o abstinencia.
 Lesiones o enfermedades cerebrales.
 Tumor cerebral (raro).
 Asfixia.
 Abuso de drogas.
 Shock eléctrico.
 Fiebre (especialmente en niños pequeños)
 Lesiones en la cabeza.
 Enfermedades cardíacas.
 Enfermedad por calor (ver intolerancia al calor).
 Hipertensión maligna (presión sanguínea muy alta).
 Meningitis.
 Envenenamiento.
 Accidente cerebrovascular.
 Toxemia del embarazo.
 Uremia relacionada con insuficiencia renal.
 Mordeduras o picaduras venenosas (ver mordedura de serpiente).
 Abstinencia de benzodiazepinas, tales como el Valium.
 Bajo nivel de azúcar en la sangre.

Síntomas

 Desmayo breve seguido de un período de confusión.


 Caída repentina.
 Babeo o espuma en la boca.
 Gruñidos o ronquidos.
 Apretar los dientes.
 Pérdida de control de la vejiga o los intestinos.
 Ausencia temporal de la respiración.
 Espasmos musculares incontrolables con contracciones o sacudidas de las
extremidades.
 Movimientos de los ojos.
 Comportamiento inusual como ira o risa repentina o coger a alguien por la ropa.
 La persona puede presentar síntomas de advertencia antes del ataque, que pueden
consistir en miedo súbito, ansiedad, náuseas, síntomas visuales o vértigo.

Primeros auxilios

 Cuando ocurre una crisis convulsiva, el objetivo principal es evitar que la víctima se
lesione, protegiéndola de una caída y acostándola en el suelo en un área segura. Se deben
retirar los muebles u otros objetos cortantes del área alrededor de la víctima.
 Colocar un cojín o almohada para que la persona descanse la cabeza.
 Aflojar las prendas de vestir ajustadas, sobre todo las que están alrededor del cuello.
 Voltear a la persona de lado; si se presenta vómito, esto ayuda a garantizar que
dicho vómito no sea aspirado hacia los pulmones.
 Buscar un brazalete de identificación médica con instrucciones en caso de crisis
convulsiva.
 Permanecer al lado de la víctima hasta que se recupere o hasta que llegue asistencia
médica profesional, vigilando mientras tanto sus signos vitales (pulso, frecuencia
respiratoria).
 Si la crisis convulsiva ocurre con fiebre en un lactante o un niño, se le debe refrescar
gradualmente con agua tibia. Al niño se le puede administrar acetaminofén (Tylenol), en
especial en casos de antecedentes de convulsiones febriles, pero no se debe sumergir al niño
en una bañera con agua fría.

No se debe

 Restringir a la víctima.
 Colocar objeto alguno entre los dientes de la víctima durante una crisis convulsiva, ni
siquiera los dedos.
 Mover a la víctima a menos que se encuentre en peligro o cerca de algún riesgo.
 Tratar de hacer que la víctima deje de convulsionar, ya que él o ella no tiene control
sobre la crisis convulsiva y no es consciente de lo que está sucediendo en el momento.
 Administrar nada a la víctima por vía oral hasta que las convulsiones hayan cesado y
ésta se encuentre completamente despierta y alerta.

Se debe buscar asistencia médica de emergencia si:

 Es la primera vez que la persona ha tenido una crisis convulsiva.


 La crisis convulsiva dura más de 2 a 5 minutos.
 La persona no despierta o presenta un comportamiento normal después de la crisis
convulsiva.
 Comienza otra convulsión poco después de terminar una.
 La persona tiene una convulsión en el agua.
 La persona no tiene un brazalete de identificación médica (instrucciones que
expliquen qué hacer).
 Hay algo diferente acerca de esta crisis convulsiva comparado con las crisis usuales
de la persona.
 La víctima está embarazada, lesionada o tiene diabetes.

Prevención

Las personas con epilepsia deben usar siempre una etiqueta de alerta médica y
tomar los medicamentos que el médico les recete.

Es importante mantener la fiebre bajo control, especialmente en niños.

6. Hemorragias
Una hemorragia se define como salida o derrame de sangre fuera o dentro del
organismo como consecuencia de la rotura accidental o espontánea de uno o varios
vasos sanguíneos.
Se clasifican en:

 Hemorragias externas.
 Hemorragias internas.

Ante cualquier tipo de hemorragia se debe actuar de la siguiente forma:

 Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros inferiores elevados.


 Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa, deteniéndola mediante
compresión o torniquete.
 Arropar al accidentado y evitar cualquier movimiento.
 Avisar al servicio de urgencias.

6.1. Hemorragia externa


Tratamiento

 Con el herido tendido se hace compresión local en el punto que sangra, bien con uno
o dos dedos o con la palma de la mano, en función de la extensión de la herida.
 Si la hemorragia cesa, procederemos a colocar un vendaje compresivo.
 Si no se detiene, habrá que hacer compresión a distancia en los siguientes puntos:

 Cuello: carótida.
 Hombro: retroclavicular.
 Brazo: arteria humeral (cara interna del brazo).
 Muslo: arteria femoral (ingle).
 Pierna: arteria poplítea.

 Aplastar siempre la arteria o vena contra el hueso lo más cerca posible de la herida.
 No aflojar nunca el punto de compresión.
 Mantener al herido echado horizontalmente.

Torniquete

Sólo se utilizará:
 Cuando el auxiliar está solo/a y debe atender a otros accidentados de extrema
gravedad.
 En caso de miembros seccionados o aplastados.
 El torniquete se coloca por encima del codo o por encima de la rodilla, entre el
corazón y la herida.
 Una vez colocado no debe aflojarlo nunca.
 Debe permanecer a la vista, colocándole un rótulo indicando nombre, hora y minuto
de colocación.

6.2. Hemorragia interna


Tratamiento

 Vigilar al accidentado para detectar signos de colapso como palidez, sed, ansiedad,
frío, taquicardia.
 Tenderlo horizontalmente.
 Abrigarlo.
 Tranquilizarlo.
 Evacuarlo con extrema urgencia.

7. Heridas
Una herida es toda lesión de la piel y de los diferentes órganos producidos por
corte, desgarro, rasguño, contusión, etc.

Se clasifican en:

 Incisas: originadas por objeto cortante.


 Contusas: originadas por objeto romo. Hemorragias internas.
 Especiales:
o Mixtas o inciso contusas.
o Punzantes.
o Por mordedura.
o Con arrancamiento.

7.1. Heridas simples


Tratamiento

Estas son las que se pueden tratar, desinfectándolas y colocando el apósito


correspondiente.

 El/la auxiliar se lavará las manos concienzudamente con agua y jabón abundantes.
 Limpiar la herida, partiendo del centro al exterior, con jabón o líquido antiséptico.
 Colocar apósito o vendaje compresivo.

7.2. Heridas graves


Tratamiento

La actuación se resume en tres palabras: EMBALAR, AVISAR, EVACUAR, para lo


cual:

 Taponar la herida con gasas limpias o con compresas estériles si se dispone de ellas.
 Aplicar una venda sobre la herida, más o menos apretada en función de la
importancia de la hemorragia, cuidando de no interrumpir la circulación sanguínea.
 Si es un miembro superior, colocar un cabestrillo.
 Avisar a urgencias.

7.3. Heridas del tórax


Tratamiento

 Colocar al herido sentado o acostado sobre el lado herido, cabeza y hombros algo
incorporados, evacuándolo de esta manera.
 Cubrir la herida con varias capas de compresas grandes, a ser posible estériles.
 No dar de beber ni comer.
7.4. Heridas del abdomen
Tratamiento

 Pequeña: poner una compresa grande y sujetarla con esparadrapo.


 Ancha: no poner compresas; si el intestino sale no intentar meterlo, sólo cubrir la
herida con un paño húmedo muy limpio y a ser posible estéril. Si algún objeto permanece
clavado (cuchillo, punzón, etc.) no quitarlo, evacuar al herido moviéndolo lo menos posible.
 No dar de beber ni comer.

8. Las fracturas y luxaciones


Las fracturas

Una fractura es la pérdida de la continuidad normal de la sustancia ósea, es


decir, la rotura de un hueso. Ésta puede producirse a consecuencia de golpes,
contusiones o tracciones cuyas intensidades superen la elasticidad del hueso. El
término se refiere a todo tipo de rotura de huesos, desde aquellas en que el hueso
se destruye amplia y evidentemente hasta aquellas que son microscópicas. A
grandes rasgos, podemos señalar varios tipos de fracturas: cerradas o simples,
abiertas o compuestas, transversas, en tallo verde, conminutas y espiroideas.

 Fractura cerrada. Fractura en la cual el foco no comunica con el exterior, quedando


la piel completamente intacta.
 Fractura abierta. Fractura en la cual el foco comunica con el exterior,
produciéndose una herida.
 Fractura transversa. Es una fractura en ángulo recto con el eje del hueso.
 Fractura en tallo verde. Se denominan de esta forma las fracturas que son
incompletas.
 Fractura conminuta. Fractura en la que el hueso, o una parte del mismo, queda
reducido a esquirlas o fragmentos pequeños. Es una fractura que comprende numerosos
fragmentos.
 Fractura espiroidea: Sigue una línea oblicua que gira alrededor del hueso, que
acaba cortando en punta.

Síntomas:
 Dolor intenso que aumenta con la movilización de la extremidad.
 Inflamación que comienza en el punto de fractura y se extiende al transcurrir el
tiempo.
 Deformidad de la extremidad.
 Enrojecimiento de la zona.

Actuación

Ante la sospecha de una fractura debemos conseguir el traslado a un centro


sanitario, procurando, mientras tanto calmar el dolor. Al ser inmovilizada la fractura
el dolor disminuye. Para esto hay que seguir los siguientes pasos:

1. Hablar con la víctima.


2. No mover al herido.
3. Hacer un examen visual y localizar puntos dolorosos.
4. Retirar objetos que dificulten la circulación sanguínea como relojes, pulseras, anillos,
etc.
5. Aplicar frío local, protegiendo la piel (hielo envuelto en una toalla)
6. Inmovilizar desde el punto de fractura y una articulación por arriba y por debajo de
la extremidad.
7. Si se trata de fracturas abiertas cubrir la herida con gasas húmedas y estériles.

Ante un traumatismo en una extremidad debemos tener en cuenta que:

 La aplicación de calor provoca inflamación, por lo que está contraindicado.


 Las pomadas pueden dificultar la exploración.
 Las fracturas se deben inmovilizar tal y como se presentan.

Inmovilización de las fracturas

La actuación apropiada ante la sospecha de una lesión ósea o articular es la


inmovilización. Con una correcta inmovilización evitaremos el dolor que provoca la
movilización del extremo fracturado cuando se mueve la extremidad.

La persona que presta los primeros auxilios, debe seguir los pasos explicados
anteriormente. Se debe localizar el foco de la fractura, que suele ser el de máximo
dolor e hinchazón.

Para realizar las inmovilizaciones improvisadas se requieren:

 Piezas triangulares de tela, que llamaremos triángulos, de una medida aproximada


de 40x40x60 cm.
 Tiras rectangulares de tela, que llamaremos frondas de 10 cm. de ancho por 50 cm.
de largo.
 Periódicos y revistas.
 Maderas acolchadas (con algodón, ropas, toallas, etc.)
Hay que tener en cuenta que la inmovilización puede provocar malestar.

Inmovilización de las extremidades superiores

Las personas que presentan lesiones del esqueleto en el hombro, el brazo o la


mano, no tienen afectada su capacidad de desplazamiento. Sostienen la extremidad
herida en la posición más cómoda y menos dolorosa. Es en esta posición en la que
se ha de preparar la inmovilización.

Fractura de la clavícula: La clavícula es la parte esquelética que articula el


brazo y el tronco. No podemos inmovilizar la clavícula porque no es accesible, pero
podemos inmovilizar todo el brazo, porque si el brazo no se mueve la clavícula no
trabaja. La combinación de un cabestrillo y una contrachapa hacen la función de
inmovilizar la extremidad. Así, un triángulo se dispondrá por fuera del brazo herido,
haciendo coincidir el vértice con el codo, y la hipotenusa con el lateral del cuerpo de
la víctima. El extremo inferior del triángulo se recoge por debajo del codo y, por la
espalda se anuda con el otro extremo sobre la clavícula sana. Finalmente una
contrachapa fija el montaje al cuerpo de la persona afectada.

Fractura del brazo y antebrazo: Hay que sustituir el efecto que la propia
persona accidentada hace al sostenerse el brazo herido, en un ángulo de noventa
grados. Esto se consigue con un triángulo en cabestrillo, un triángulo que se
interpone entre el cuerpo y el brazo herido, de manera que la hipotenusa o lado
largo, quede en paralelo al lateral del tronco de la víctima, a la vez que el vértice
del triángulo se hace coincidir con el codo de la extremidad herida. Al doblar el
triángulo hacia arriba, cada una de las dos puntas pasará por un lado del cuello, y
con un nudo a uno u otro lado de la nuca quedará el brazo suspendido, aunque aún
no está inmovilizado. Faltará anudar la punta del triángulo a la altura del codo,
llenar el espacio anatómico bajo el codo y fijar el montaje al propio cuerpo del
herido. Esto último se consigue con otro triángulo que, abrazando el húmero del
brazo herido por una zona central, se anuda al otro lado del cuerpo, a nivel de la
axila.

Inmovilización de las extremidades inferiores

Al contrario que en los casos anteriores, la mayoría de las personas que


presentan lesiones esqueléticas en la pierna o el pie no pueden andar, por lo que
permanecen tumbadas. En esta posición realizaremos la inmovilización. La
inmovilización de las extremidades inferiores requiere el uso de material rígido. Se
empleará una férula, herramienta que se emplea para inmovilizar posibles
fracturas, que generalmente pueden improvisarse con maderas.

La técnica del ocho consiste en pasar la fronda por detrás del tobillo, cruzarla
sobre el pie y girarla hasta hacer el nudo en la planta del pie.
La inmovilización con material improvisado solamente se ha de hacer cuando la
víctima no puede ser atendida por los servicios de socorro, por ejemplo, por
encontrarse de acampada, en la montaña, en el bosque, etc.

Fractura del fémur, tibia y/o peroné: Antes de nada hay que localizar el foco
de la fractura. En el caso de tibia y/o peroné, a partir de dicho punto se deben
prever cuatro ataduras con frondas:

 Una para situarla por encima de la articulación superior al foco


 Otra para colocarla por debajo de la rodilla y alejada del lugar de la fractura
 Otra más abajo del foco de la fractura
 Otra que se colocará en ocho

Las cuatro frondas se colocan si necesidad de mover la pierna herida.


En el caso del fémur, preparar al menos las siguientes ataduras:

 Articulación superior, es decir, la cadera


 Dos equidistantes a la altura de la rodilla
 Una en ocho a la altura del tobillo

Las frondas se colocan en su sitio sin mover la pierna herida. Seguidamente, dos
férulas acolchadas adecuadamente, que se colocan paralelas a la pierna y se hacen
las ataduras de la pierna, comenzando por la más lejana al cuerpo hasta llegar a la
más próxima. Finalmente se anuda la cuarta fronda, con la técnica en ocho con el
nudo en la planta del pie, lo que nos permitirá tensarla.

Fractura del tobillo: la actuación más recomendada pasa por liberar el tobillo
del calzado que lo oprima y preparar dos frondas para efectuar ataduras y una
manta. La parte herida se protege con esta manta, que se dispone en forma de u
alrededor del pie, el tobillo y la pantorrilla. Con las frondas se hacen dos ataduras
para fijar el montaje. Mientras se espera el traslado, la pierna herida puede
mantenerse en poco alzada, aplicando frío.

Traumatismos en la columna vertebral

La columna vertebral como conjunto de huesos no presenta un riesgo por la


fractura de una vértebra en sí misma, sino por la posible lesión que pueda
producirse en la médula espinal.
Las causas de este tipo de traumatismos suelen ser muy diversas. Las más
frecuentes son:

 Caída sobre los pies o glúteos desde una cierta altura (lesión, fractura indirecta,
aplastamiento vertebral)
 Golpes violentos sobre la columna (caída sobre la espalda, accidente de moto, etc.)
 Movimientos violentos y forzados de la columna (frenazo de coche, colisiones
frontales).
 Golpes directos en la cabeza.

Síntomas:

8. Las fracturas y luxaciones


 Dolor localizado en el punto de la lesión.
 Rigidez muscular.
 Posibilidad de pérdida de la movilidad y/o de la sensibilidad de las extremidades
inferiores, sobre todo de las inferiores, por lesión medular.

En caso de duda, hay que prevenir y tratar al accidentado como si se presentara


una posible lesión medular.

Debemos recordar que como en todas las lesiones óseas, los síntomas pueden
aparecer más tarde, y un mal criterio de actuación puede producir una lesión
mucho más importante.

Actuación:

 Evitar el movimiento. Si está consciente indicarle al herido que no se mueva.


 Avisar a una ambulancia.
 Controlar los signos vitales.

Esguinces

Un esguince es la rasgadura, torsión, distensión o estiramiento excesivo de algún


ligamento (banda resistente de tejido elástico que une los extremos óseos en una
articulación). Se produce debido a un movimiento brusco, caída, golpe o una fuerte
torsión de la misma, que hace superar su amplitud normal. También se denomina
"torcedura" en lenguaje común.
Los esguinces causan dolor, inflamación e impotencia funcional. Su tiempo de
recuperación varía en función de la gravedad y la cronicidad de la lesión. Se
distingue entre esguinces leves, en los que los ligamentos están simplemente
distendidos, y esguinces graves, en los cuales los ligamentos están rotos.

Los esguinces más comunes se producen en el tobillo, en el codo, en la muñeca,


en el dedo pulgar, en el cuello y en algunas zonas como la columna vertebral,
aunque también afectan a otras regiones corporales.

Según la gravedad de la lesión, los esguinces pueden ser de distintos tipos:

 Grado I: distensión parcial del ligamento


 Grado II: rotura parcial o total del ligamento
 Grado III: rotura total del ligamento con arrancamiento óseo. En estos casos es
necesario un tratamiento quirúrgico. La rotura de varios ligamentos puede causar una
luxación si se pierde completamente la congruencia articular.

Los esguinces leves, a veces llamados entorsis, corresponden a un estiramiento


violento de los ligamentos articulares, sin verdadera rotura ni arrancamiento. En el
examen clínico, la articulación suele aparecer hinchada y es muy dolorosa, pero
pueden efectuarse los movimientos, y éstos son normales. La radiografía no revela
ninguna lesión.

El tratamiento en este caso consiste en aplicar una inmovilización ligera,


mediante una férula o vendas adhesivas (vendaje comprensivo), lo que permite la
cicatrización del ligamento. Si el esguince es muy doloroso, puede colocarse un
yeso para inmovilizar mejor la extremidad o la articulación lesionada. Se
recomienda mantener reposo.

Por otro lado, los esguinces graves se caracterizan por la producción de un


desgarre o un arrancamiento del ligamento. Ello da lugar a movimientos
anormalmente amplios de la articulación. En el examen clínico, la articulación es
dolorosa y aparece hinchada, pero muy poco más que en el caso de un esguince
benigno. La radiografía es indispensable para detectar los esguinces graves, que
pueden dejar secuelas (dolores persistentes, rigidez, inestabilidad y fragilidad de la
articulación).

En cuanto al tratamiento de estos esguinces, puede bastar con una inmovilización


durante varias semanas, pero generalmente es necesario realizar una intervención
quirúrgica. Ésta consiste en reparar el ligamento arrancado o sustituirlo por uno
artificial de materiales sintéticos. En todos los casos, un tratamiento con fisioterapia
puede ayudar al paciente a recuperar la movilidad de la articulación y una función
muscular normal.

Rotura de ligamentos

La rotura de ligamentos consiste en el desgarro parcial o completo de los


ligamentos que rodean a la articulación. Ya sea en el tobillo, en el codo, en la
muñeca, en los hombros o en la rodilla, una rotura de ligamentos puede producirse
rápidamente tanto al realizar actividades cotidianas como al practicar deporte. Los
ligamentos son esenciales para la estabilidad y la conducta de movimiento de una
articulación. Si la articulación recibe una carga superior a la medida fisiológica y se
estira demasiado, los ligamentos pueden lesionarse. Dependiendo de la intensidad
se puede originar una elongación, una torcedura o una rotura de ligamentos.

La rotura de ligamentos se hace notar por un dolor repentino e intenso. A veces,


la persona afectada puede oír incluso un crujido real. La articulación lesionada se
hincha y puede ponerse de color azul durante las horas siguientes. Si es posible,
debe enfriarse inmediatamente, ponerse en alto y aplicarse en ella un vendaje de
compresión. Cuando el dolor ha desaparecido, también se recomienda evitar los
esfuerzos o actividades deportivas y consultar siempre a un médico, ya que una
lesión de ligamentos sin tratar puede provocar tensiones a la larga que, por
ejemplo, dañen el menisco y el cartílago de la articulación.

Si se produce una elongación o una rotura de ligamentos en el maléolo lateral, el


tobillo se estabiliza durante un tiempo con una férula; generalmente no es
necesaria una operación. Por el contrario, una rotura del ligamento cruzado en la
rodilla requiere una intervención quirúrgica en la mayoría de los casos. Los médicos
sustituyen el ligamento cruzado dañado por un injerto de tendón del propio cuerpo
y estabilizan la articulación con una férula de armazón rígido. Con esta férula
también se puede limitar la amplitud de movimiento de la rodilla para descargar los
ligamentos cruzados o el menisco.

Contusiones

Una contusión es un tipo de lesión física, no penetrante, sobre el cuerpo causada


por la acción de objetos duros, de superficie obtusa o roma, que actúan sobre el
organismo por intermedio de una fuerza más o menos considerable. Los efectos de
un golpe contuso varían según la fuerza y energía aplicada sobre el organismo,
dando lugar a una lesión superficial, como una equimosis, o lesiones sobre órganos
y vísceras que pueden comprometer la vida del sujeto, como una fractura.

Los signos clásicos de una contusión son el dolor, el aumento de volumen leve o
moderado en el lugar del golpe y, ocasionalmente, edema leve. La contusión es una
lesión cerrada que no afecta la integridad de la piel, por lo tanto, no es erosiva ni
afecta la epidermis como en el caso de una herida cortante o penetrante. La piel o
los órganos pueden cambiar de color por efecto de la sangre derramada, formando
hematomas y equimosis.

Cuando la contusión es leve, el dolor es moderado y tardío, y permite continuar


el esfuerzo. Con tratamiento, su evolución es favorable. Por tratarse de una lesión
cerrada, la contusión no conlleva riesgo de contaminación externa e infección.

El tratamiento de las contusiones pequeñas consiste simplemente en aplicar un


poco de hielo o compresas frías, para mejorar la inflamación. Si la contusión ha
sido provocada por un golpe más fuerte, se suele indicar la aplicación de hielo y
elevar la parte afectada y en reposo. Los golpes contusos fuertes pueden afectar
órganos sólidos, por lo que se debe consultar con un especialista.

Luxación

Una luxación es toda lesión cápsulo-ligamentosa con pérdida permanente del


contacto de las superficies articulares, que puede ser total (luxación) o parcial
(subluxación). En clínicamente el término se conoce
como abartrosis oabarticulación.

Los síntomas de una luxación son:

 Dolor agudo, que se puede producir también en el abdomen.


 Impotencia funcional inmediata y absoluta.
 Si no hay rotura cápsulo-ligamentosa aparece un hemartrosis (sangre dentro de la
cavidad articular).
 Si lo reducen de mala forma pueden causar pellizcamientos de vasos y nervios entre
las caras de los huesos a reducir.

El diagnóstico de este tipo de lesión se hace mediante una exploración radiológica


en los dos planos, en la que se ve la pérdida de contacto permanente de las
superficies articulares, bien total o bien parcial. Si bien, en muchísimas ocasiones
se evidencia por signos externos como deformidad, posturas especiales, etc.

Para dar los primeros auxilios a una persona que ha sufrido una luxación, lo que
debemos hacer es:

 Inmovilizar la articulación afectada.


 Aplicar hielo sobre la zona de la lesión para producir analgesia.
 Reposo absoluto de la zona.
 Cuando una persona presenta una luxación, no intentaremos colocar el miembro
afectado en su lugar bajo ningún concepto, y tampoco administraremos ningún
medicamento.
 Traslado a un centro hospitalario para las correspondientes pruebas y en caso
necesario se pondrá una férula.
 No hacer masajes ni untar pomadas.

Recuerda
 Los primeros auxilios son todas aquellas actuaciones o medidas terapéuticas
urgentes que se aplican a las víctimas de accidentes o enfermedades hasta disponer de
tratamiento especializado.
 El ahogamiento por asfixia o por inmersión se produce porque un medio líquido
obstruye el paso del aire al interior de las vías aéreas. Hay dos clases de ahogamientos:
o Ahogamiento seco.
o Ahogamiento húmedo.
 La pérdida del conocimiento es un estado en el cual una persona es incapaz de
responder a otras personas y actividades.
 Dentro de las crisis cardíacas podemos encontrar:
o Ataque cardiaco.
o Paro respiratorio.
o Paro cardiaco.
 Las crisis convulsivas de todos los tipos son causadas por actividad eléctrica
desorganizada y repentina en el cerebro.
 Una hemorragia se define como salida o derrame de sangre fuera o dentro del
organismo como consecuencia de la rotura accidental o espontánea de uno o varios vasos
sanguíneos. Se clasifican en:
o Hemorragias externas.
o Hemorragias internas.
 Una herida es toda lesión de la piel y de los diferentes órganos producidos por corte,
desgarro, rasguño, contusión, etc. Se clasifican en:
o Incisas.
o Contusas.
o Especiales.
 Una fractura es la pérdida de la continuidad normal de la sustancia ósea, es decir, la
rotura de un hueso.
 Podemos señalar varios tipos de fracturas:
o Cerradas o simples.
o Abiertas o compuestas.
o Transversas.
o En tallo verde.
o Conminutas.
o Espiroideas.

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