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Alianza Universidad.

Textos Miguel Artola

Textos
fundamentales
para la Historia

Alianza
Editorial
358 Textos fundamentales para la Historia 11. La Revolución científica 359

11.11 L A DINÁMICA GALILEANA tiempo. Y así, no parece repugnar a la recta razón el admitir que el incremento
de la velocidad se efectúa según la extensión del tiempo; de donde, la defini-
Vamos a instituir una ciencia nueva sobre un tema muy antiguo. Tal vez ción del movimiento que vamos a tratar, puede ser la siguiente: llamo movi-
no haya, en la naturaleza, nada más antiguo que el movimiento; y acerca de miento igualmente o uniformemente acelerado aquel que, a partir del reposo,
él son numerosos y extensos los volúmenes escritos por los sabios (•philosophis). va adquiriendo incrementos iguales de velocidad durante intervalos iguales de
Sin embargo, entre sus propiedades (symptomatum), que son muchas y dignas tiempo.
de saberse, encuentro yo no pocas que todavía no han sido observadas ni de-
GALILEO: Diálogos acerca de dos nuevas ciencias (1638).
mostradas hasta ahora. Se ha fijado la atención en algunas que son de poca
importancia, como por ejemplo, que el movimiento natural [libre] de los graves
en descenso se acelera continuamente; sin embargo, no se ha hallado hasta L E Y E S D E L A DINÁMICA 11.12
ahora en qué proporción se lleva a cabo esta aceleración; pues nadie, que yo
sepa, ha demostrado que los espacios que un móvil en caída y a partir del Teorema 1.—Proposición I
reposo recorre en tiempos iguales retienen entre sí la misma razón que tiene
El tiempo, en que un móvil recorre un espacio con movimiento uniforme-
la sucesión de los números impares a partir de la unidad. Se ha observado que
mente acelerado a partir del reposo, es igual al tiempo en que el mismo móvil
las armas arrojadizas o proyectiles describen una línea en cierto modo curva;
recorrería ese mismo espacio con movimiento uniforme, cuya velocidad fuera
sin embargo, nadie notó que esa curva era una parábola. Yo demostraré que
subdupla [mitad] de la mayor y última velocidad [final] del anterior movi-
esto es así, y también otras cosas muy dignas de saberse; y, lo que es de mayor
miento uniformemente acelerado. (...)
importancia, dejaré expeditos la puerta y el acceso hacia una vastísima y pres-
tantísima ciencia, cuyos fundamentos serán estas mismas investigaciones, \
Teorema II.—Proposición II
en la cual, ingenios más agudos que el mío, podrán alcanzar mayores profun-
didades. (...) Si un móvil con movimiento uniformemente acelerado desciende desde el
Porque cuando yo observo que una piedra al descender de una altura, par- reposo, los espacios recorridos por él en tiempos cualesquiera, están entre sí
tiendo del reposo, adquiere continuamente nuevos incrementos de velocidad, como la razón al cuadrado de los mismos tiempos, es decir como los cuadrados
¿por qué no he de creer que tales aditamentos se efectúan según el modo más de esos tiempos. (...)
simple y más obvio para todos? Porque, si observamos con atención, ningún
aditamento, ningún incremento hallaremos más simple que aquel que se sobre- Corolario I
añade siempre del mismo modo. Lo veremos fácilmente si paramos mientes en De aquí se deduce con toda evidencia que: "Si en tiempos iguales, toma-
la gran afinidad que hay entre el tiempo y el movimiento. Porque así como la dos sucesivamente desde el primer instante o comienzo del movimiento, tales
uniformidad del movimiento se define y se concibe por medio de la uniformi- como AD, D E , EF, FG, se recorrieren los espacios H L , LM, M N , N I , estos
dad de los tiempos y de los espacios (pues al movimiento le llamamos uniforme, espacios estarán entre sí, como los números impares a partir de la unidad; es
cuando espacios iguales son recorridos en tiempos iguales), así también, por decir, como 1, 3, 5, 7".
medio de la igualdad de los intervalos del tiempo, podemos concebir los incre-
mentos de la velocidad simplemente agregados; entendiendo que ese movimien- Sim-plicio. Aristóteles, si mal no recuerdo, se rebela contra ciertos [filóso-
to es acelerado uniformemente y del mismo modo continuamente, siempre que fos] antiguos, que introducían el vacío como necesario para el movimiento
en cualesquiera tiempos iguales se le vayan sobreañadiendo aditamentos igua- diciendo que no podía efectuarse éste sin aquél. En contraposición con esto,
les de velocidad. De modo que si, tomado un número cualquiera de intervalos Aristóteles demuestra que, por el contrario, la realización del movimiento (según
iguales de tiempo, a contar desde el primer instante en que el móvil abandona veremos) destruye la afirmación del vacío. Su procedimiento es el siguiente.
el reposo y comienza el descenso, la velocidad, adquirida durante el primero Hace dos suposiciones: la primera es de dos móviles de distinta gravedad, mo-
más el segundo intervalo de tiempo, es doble de aquella que el móvil adquirió viéndose en idéntico medio; la segunda es de un mismo móvil, moviéndose en
durante el primer intervalo solo; la velocidad que adquiere durante tres inter- distintos medios. En cuanto a la primera supone que los móviles de distinta
valos de tiempo, es triple; y la que adquiere en cuatro, cuádruple de la veloci- gravedad, se mueven en un medio idéntico con diferentes velocidades, que
dad del primer tiempo. De modo que (para más clara comprensión), si el móvil mantienen entre sí la misma proporción que sus respectivos pesos; de modo
continuara su movimiento uniformemente con la velocidad adquirida en el que un móvil, por ejemplo, diez veces más pesado que otro, se moverá con
primer intervalo de tiempo, este movimiento sería dos veces más tardo que velocidad diez veces mayor. En la segunda suposición, acepta que las velocida-
.iquel que hubiera, alcanzado con la velocidad adquirida en dos intervalos de des de un mismo móvil, en diferentes medios, tienen entre sí proporción in-
versa de la que tienen las condensaciones o densidades de tales medios; de
362 Textos fundamentales para la Historia
11. La Revolución científica 363

tinción entre los dos conceptos de lo curvo y lo recto; y precisamente, en la


si los sentidos no la acompañaran, tal vez la razón o la imaginación por sí
forma arriba expresada, lo curvo ha de representarnos a Dios. D e modo que no
misma nunca habrían llegado a ellas. Por eso pienso que, por el lado del objeto
ha de creerse que una distinción tan apropiada para la representación de Dios
en que parecen existir, estos sabores, olores, colores, n o son nada más que
se haya instituido por azar, ni que Dios haya podido no pensar en ella, de
meros nombres. Estas cualidades se encuentran únicamente en el cuerpo,
tal modo que sean otras razones y otros motivos los que hayan formado a la
de manera que si desapareciera el animal quedarían aniquiladas y abolidas.
magnitud como cuerpo, resultando luego sin mayor delib eración v fortuitamente
Sin embargo, cuando les ponemos nombres particulares, diferentes de los que
la distinción de lo recto y lo curvo y su semejanza con Dios.
corresponden a los accidentes reales y primarios, tenemos la propensión a creer
Lo verosímil, por el contrario, es que Dios, desde el primer comienzo, eli- que existen tan real y verdaderamente como éstos. U n ejemplo explicará más
giera por expresa decisión a lo curvo y lo recto para introducir en el universo claramente lo que quiero decir. Paso la mano, primero por una estatua de
la divinidad del Creador; para hacer posible la existencia de aquellos dos con- mármol, después por u n hombre. Los efectos de la mano, considerada en sí mis-
ceptos, aparecieron las cantidades, y para que las cantidades pudieran ser com- ma, son los mismos, trátese de uno u otro objeto —accidentes primarios, a
prendidas, creó Dios los cuerpos antes que ninguna otra cosa. saber: el movimiento y el tacto—, pero el cuerpo animado que sufre esa opera-
Veamos ahora cómo el perfecto Creador ha aplicado dichas cantidades en ción experimenta varias afecciones según las diferentes partes que se tocan;
la edificación del Universo, y lo que nuestras consideraciones nos permiten así si se toca la planta del pie, la rodilla o la axila, además de contacto, el
suponer como probable acerca de su proceder. Compararemos de este modo cuerpo siente lo que se llama cosquilleo. Ahora bien, esta sensación es entera-
a las antiguas con las nuevas hipótesis, dando la palma a la que la merezca. mente nuestra; y no pertenece a la mano en absoluto. Y me parece que mucho
J. KEPLER: Mysterium cosmogra-phicuin (1596). errarían quienes afirmasen que la mano posee en sí misma, además del movi-
miento y el tacto, una facultad diferente de ellas, la facultad del cosquilleo. De
este modo el cosquilleo sería u n accidente que existe en la mano. Si se frota
11.15 L A CIENCIA MODERNA
con u n pedazo de papel o una pluma u n a parte cualquiera de nuestro cuerpo
se tiene en ambos casos la misma operación, esto es movimiento y contacto; pero
Yo agarro, como tú dices, la realidad por la cola, pero la tengo en la ma-
si el contacto se produce entre los ojos, en la nariz o bajo sus ventanas provoca
no; tú aspiras, es cierto, a agarrarla por la cabeza, pero solamente en sueños.
u n cosquilleo intolerable, aunque en otra parte sea difícil sentirlo. Ahora bien,
Yo me doy por satisfecho con los efectos, es decir, con los movimientos de los
el cosquilleo está en nosotros y no en la pluma, de forma que si desapareciera el
planetas; si tú, por tu parte, crees que vas a poder descubrir en sus causas pro-
cuerpo animado y sensitivo no sería nada más que un mero nombre. Estas cua-
porciones armónicas tan transparentes como las que yo he descubierto en sus
lidades —sabor, olor, color, etc.— atribuidas a los cuerpos naturales no poseen,
órbitas, no me resta más que desearte Suerte en tu empeño y deseármela a mí
en mi opinión, otra existencia que ésta.
en la comprensión de lo que buscas, si es que realmente puedo llegar algún día
G A L I L E O : 11 Saggiatore (1623).
a comprenderlo.
KEPLER: Apología adversas Rob. de Fluctibus (1622).
LA NUEVA CIENCIA 11.17

11.16 SUBJETIVIDAD D E LAS CUALIDADES SENSIBLES Salviati: M u y aguda es esta objeción. Para refutarla, debemos hacer una
distinción filosófica, que el concepto de entendimiento se dice en dos sentidos,
Pero quiero primero hacer u n examen de lo que llamamos calor, cuya idea a saber, u n o intensivo y otro extensivo, Extensivamente, es decir, en relación a
corriente, según mi opinión, dista mucho de la verdad, pues se supone que es la multitud de las cosas por conocer, cuyo número es infinito, la razón huma-
un accidente, afección y cualidad verdadera que se halla realmente en la na n o es nada, ni lo sería aunque conociera mil verdades, ya que u n millar
cosa que percibimos como caliente. Afirmo, sin embargo, que me siento efecti- no es más que cero en comparación con lo infinito. Pero si consideramos el
vamente constreñido a pensar que u n pedazo de materia o sustancia corpórea entendimiento intensivamente, en cuanto esta expresión significa la intensidad
está por naturaleza limitado y tiene una figura determinada, que con relación o perfección en el conocimiento de una verdad cualquiera, afirmo q u e el inte-
a otros es grande o pequeño, que está en éste o en aquel lugar, ahora o lecto del hombre concibe algunas verdades tan perfectamente y está tan ab-
después, que está en movimiento o en reposo, que está o no en contacto con solutamente seguro de ellas como pueda estarlo la Naturaleza. Son ejemplos
otro cuerpo, que es simple o compuesto. E n suma, la imaginación no puede se- los conocimientos matemáticos puros, a saber la geometría y la aritmética. Cierto
parar al cuerpo de estas condiciones. Pero mi espíritu no se ve forzado a reco- que la mente divina conoce muchas más verdades matemáticas, puesto que las
nocer que el cuerpo esté necesariamente acompañado por condiciones tales como conoce todas. Pero el conocimiento de las pocas que la monte humana na en
blanco o rojo, amargo o dulce, sonoro o mudo, agradable o desagradable. Así, tendido, creo posee una certeza objetiva igual a la del conocimiento divino, v.i
410 Textos fundamentales para la Historia ^ ^m*~m~mm*mmmmmmmmm. te Ilustración y despotismo ilustrado 411
de igualar las fortunas en una república en que no fueren iguales. Quería que neis, sino haced la instrucción! El consejero de Finanzas: ¡No razonéis,
los ricos diesen dotes a los pobres, y que no recibiesen de ellos, y que los sino pagad! El sacerdote: ¡No razonéis, sino creed! (Sólo un único señor
pobres recibiesen dinero para sus hijas y no diesen. "Pero —como dice el autor en el mundo dice: ¡Razonad cuanto queráis y sobre lo que queráis; pero obe-
del Es-prit des lois— ¿ha habido jamás república que se haya plegado a tal deced!) Aquí hay por todas partes restricción de la libertad. ¿Pero qué tipo de
reglamento? Pues pone a los ciudadanos bajo condiciones cuyas diferencias restricción obstaculiza la Ilustración? ¿Cuál no la obstaculiza, sino que probable-
son tan aparentes, que ellos mismos odiarían esta igualdad misma que se inten- mente, incluso la fomenta? Yo respondo: el uso público de su razón tiene que
taba establecer, y que sería necio intentar introducir". ser en todo momento libre v sólo él puede producir la Ilustración entre personas;
Enciclofédie s. v. Egalité naturelle. pero el uso privado de la misma puede permisiblemente con frecuencia ser
muy estrechamente restringido sin que por eso se obstaculice gravemente el
Profiedad es el derecho que tiene cada uno de los individuos de los que se progreso de la Ilustración. Yo entiendo por uso público de su propia razón
compone una sociedad civilizada, sobre los bienes que legítimamente ha ad- aquel que alguien, en cuanto sabio, hace de ella delante de todo el público
quirido. del mundo lector. Uso privado llamo yo a aquel que a él le está permitido hacer
Una de las miras principales de los hombres, al constituir sociedades civi- de su razón en un determinado puesto o cargo que le ha sido encomen-
lizadas, ha sido la de asegurar la posesión tranquila de las ventajas que habían dado. En algunos asuntos que se orientan al interés de la comunidad es
adquirido, o que podían adquirir. Han querido que nadie pueda incomodarlos necesario un cierto mecanismo, merced al cual algunos miembros de la comuni-
en el disfrute de sus bienes, y para ello cada uno ha consentido en sacrificar dad tienen que comportarse de manera meramente pasiva para, mediante una
una porción de lo que llamamos impuestos, para la conservación v manteni- unanimidad artificial, ser dirigidos por el gobierno hacia objetivos públicos o,
miento de la sociedad entera. Con ello se ha querido procurar a los jefes que al menos, ser retenidos para que no causen la destrucción de estos objetivos.
se habían elegido, los medios de mantener a cada particular en el disfrute de la Aquí, naturalmente, no está permitido razonar, sino que se debe obedecer.
porción que se había reservado. Por grande que haya podido ser el entusiasmo Pero en tanto en cuanto esta parte de la máquina se considera al mismo tiempo
de los hombres, respecto a los soberanos a los que se sometían, jamás han preten- miembro de una comunidad, e incluso de la sociedad de ciudadanos del
dido darles un poder absoluto e ilimitado sobre todos sus bienes, jamás han mundo y, por tanto, en calidad de erudito que se dirige por medio de escritos
contado con la necesidad de no trabajar sino para ellos. La adulación de los a un público en el sentido propio de la palabra, entonces puede, naturalmente,
cortesanos, para los que los más absurdos principios no cuentan nada, ha querido razonar sin que por ello se resientan los asuntos a los que él está afecto en parte
a veces persuadir a los príncipes de que tenían un derecho absoluto sobre los como miembro pasivo.
bienes de sus subditos; tan sólo los déspotas v los tíranos han adoptado máxi-
mas tan irracionales. El rey de Siam pretende ser dueño de todos los bienes de Así, sería pernicioso que un oficial al que le ha sido ordenado algo por
sus subditos; el fruto de tan bárbaro derecho es que el primer rebelde afortunado sus superiores, quisiera, en servicio, sutilizar en voz alta sobre la conveniencia
se hace propietario de los bienes del rey de Siam. Todo poder que se funda o utilidad de esa orden; él debe obedecer. Pero no se le puede vedar lícitamente
sobre la fuerza, es destruido por la misma vía. En los estados que se guían poi que haga, en cuanto sabio, observaciones sobre el servicio militar y las ex
las leyes de la razón, las propiedades de los particulares están bajo la protección ponga a su público para que éste las juzgue. El ciudadano no puede negarse
de las leves; el padre de familia está seguro de disfrutar él mismo v de transmitir a satisfacer los impuestos que le han sido fijados; incluso, puede ser castigada
a su descendencia los bienes que con su trabajo ha reunido; los buenos reyes una censura indiscreta de tales impuestos, cuando deben ser satisfechos por
han respetado siempre las posesiones de sus subditos: no han mirado los dineros él, como escándalo (que podría ocasionar una oposición o resistencia general).
Pero éste mismo, pese a eso, no actúa en contra del deber de ciudadano cuando,
niblicos que les han sido confiados, sino como un depósito al que no les esta-
(>a permitido tocar para satisfacer sus frivolas pasiones, ni la codicia de sus favo-
como sabio, manifiesta públicamente su opinión contra la inmoralidad o in
cluso contra la injusticia de tales requisitorias. De igual modo un sacerdote está
ritos, ni la rapiña de sus cortesanos.
obligado a predicar a los oyentes de su catequesis y a sus feligreses de acuerdo
Enciclopédie s. v. Propriété.
con el credo de la Iglesia, a la que él sirve, puesto que ha sido admitido con
esa condición. Pero como sabio tiene plena libertad, e incluso es el llamado
12.14 E L DESPOTISMO ILUSTRADO
a ello, para comunicar al público todas sus ideas cuidadosamente comprobadas
y bienintencionadas sobre lo que haya de erróneo en aquel credo, )' sus pronucs
Pero para esta Ilustración no se requiere más que libertad; y, por cierto, tas para una mejor organización de las entidades religiosas v eclesiásticas. Tañí
la más inofensiva entre todo lo que puede denominarse libertad, que es, con- poco hay en esto nada que pueda ser recusado como cargo de conciencia,
cretamente, hacer en toda ocasión uso público de su razón. Pero entonces oioo puesto que lo que él enseña como consecuencia de su cargo, en cuanto comí
gritar desde todas partes: ¡No razonéis! El oficial del ejército dice: ¡No razó- sionario de la Iglesia, lo presenta como algo ante lo cual él no tiene libre |>ot<-s
412 Textos fundamentales para la Historia
12. Ilustración y despotismo ilustrado 413
tad de acuerdo con su propio buen parecer, sino como algo que él está encarga-
cultura, las artes v el comercio de Europa deben los rápidos progresos que han
do de transmitir de acuerdo con unas prescripciones y en nombre de otro. El
hecho en este siglo. Y en efecto, ¿cómo será posible sin el estudio de las ma-
dirá: nuestra Iglesia enseña esto o aquello; ésos son los testimonios de que él
temáticas, adelantar el arte del dibujo, que es la única fuente donde las artes
se sirve. Y él saca entonces todo el provecho práctico para su feligresía de unas
pueden tomar la perfección y el buen gusto? N i ¿cómo se alcanzará el conoci-
normas que él mismo no firmaría con plena convicción, pero a cuya exposición,
miento de un número increíble de instrumentos y máquinas, absolutamente ne-
no obstante, puede declararse dispuesto porque, ciertamente, no es del todo
cesarias para asegurar la solidez, la hermosura y el cómodo precio de las cosas?
imposible que en ellas haya verdad; y en cualquier caso, por lo menos no se
¿Cómo, sin la química, podrá adelantarse el arte de teñir y estampar las fá-,
encontrará en ellas nada que contradiga a la religión interna. Pues si él crevera
tricas de loza y porcelana, ni las manufacturas trabajadas sobre varios metales?
encontrar en ellas algo de esto último, no podría desempeñar su cargo en con-
Sin la mineralogía, la extracción y beneficio de los más abundantes mineros
ciencia; tendría que deponerlo. El uso, pues, que un docente comisionario hace
¿no sería tan difícil y dispendiosa, que en vano se fatigarían los hombres para
de su razón ante su comunidad es meramente un uso privado; porque ésta, por
sacarlos de las entrañas de la tierra? ¿Quién, finalmente, sin la metalurgia, sabrá
grande que sea, no es nunca nada más que una congregación doméstica; v, te-
distinguir la esencia y nombre de los metales, averiguar las propiedades de cada
niendo esto en cuenta, él, como sacerdote, no es libre —y no le está permitido
uno, y señalar los medios de fundirlos, mezclarlos, purificarlos y convertirlos,
serlo—- porque desempeña un encargo ajeno. En cambio, como sabio que habla
y los de darles color, brillo, dureza o ductilidad, para hacerlos servir a toda es-
mediante escritos al verdadero público, esto es, al mundo, y, por tanto, el clé-
pecie de manufacturas?
rigo cuando hace uso público de su razón, disfruta de ilimitada libertad para
JOVEIXANOS: Discurso sobre la necesidad de cultivar en el Princifado el
servirse de su propia razón y para hablar desde su propia persona. Pues el que
estudio de las ciencias naturales (1782).
los tutores del pueblo (en cuestiones espirituales) sean a su vez menores de edad,
es una incongruencia que desemboca en la perpetuación de las incongruen-
cias. Del Instituto en general.
M. KANT: Contestación a la pregunta. ¿Qué es la Ilustración? 1. Este establecimiento será perpetuamente conocido con el título de
Real Instituto Asturiano de náutica y mineralogía.
4. Su divisa serán estas palabras: Quid verum, quid utile, que indicarán
12.15 L A RACIONALIZACIÓN ADMINISTRATIVA perpetuamente los objetos y fines de su institución.
7. El objeto general del Instituto será la e n s e ñ a b a elemental de las ciencias
El mapa general de la Península nos representa cosas ridiculas de unas
exactas y naturales.
provincias encajadas en otras, ángulos irregularísimos por todas partes, capi-
tales situadas a las extremidades de sus partidos, intendencias extensísimas e in- 9. El fin particular y determinado a que se encaminará toda la enseñanza,
tendencias muy pequeñas, obispados de cuatro leguas y obispados de setenta, tri- será doctrinar hábiles v diestros pilotos para el servicio de la marina real y mer-
bunales cuya jurisdicción apenas se extiende fuera de los muros de una ciudad cante, y buenos mineros para el beneficio de las minas de aquel Principado, v
y tribunales que abrazan dos o tres reinos; en fin todo aquello que debe traer señaladamente las de carbón de piedra.
consigo el desorden y la confusión... 10. Su fin más general y extendido será difundir por el mismo Principado
La igualdad en la división de las provincias es el cimiento de la buena ad- los conocimientos útiles en beneficio de la educación noble y popular v de la
ministración económica, civil y militar; es el gran fundamento de la exactitud pública ilustración.
en el arte de calcular, y es la única que nos puede poner en estado de fomentar JOVELLANOS: Ordenanza para el Real Instituto Asturiano (1793).
este gigante cuerpo de la monarquía.
Cartas político-económicas al conde de Lerena. LA CODIFICACIÓN 12.17

Nuestras leyes dirá vmd., tienen mucho de bueno: bien lo creo: lo mismo
12.16 L A REFORMA D E LA EDUCACIÓN sucedía a las de Dracón v de Mahoma. ¿Sería por ventura escuchado un legis
lador que contradijese completamente todos los principios de la moral? ¿Pero
Yo no me detendré en asegurar a la Sociedad [de Amigos del País de As- son consiguientes entre sí, claras, precisas, análogas a nuestras costumbres, .1
turias] que estas luces y conocimientos sólo pueden derivarse del estudio de nuestra política, a las luces del siglo en que vivimos? ¿Están observadas? ¿No
las ciencias matemáticas, de la buena física, de la química y de la mineralogía; causa su aplicación un mal mucho mayor que el que debían evitar?
facultades que han enseñado a los hombres muchas verdades útiles, que han
¡Ah! no es mi sensibilidad la que en este punto habla, no: es toda mi alma,
desterrado del mundo muchas preocupaciones perniciosas, y a quienes la agri-
acusando de lentitud a los ciclos, y provocando su ravo vengador para que des

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