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Filosofía Natural.

Duna Martínez del Barrio

Aristóteles. Libro IV, Caps. 10-11. Expone aquí Aristóteles su noción de tiempo y
lo hace descartando otras definiciones dadas anteriormente. Explique su
razonamiento.

En un primer momento, la noción de tiempo aristotélica, en el caso de que el tiempo


sea, sería de una forma muy sútil, invisible, puesto que lo que ha sido ya ha acontecido
y lo que no ha sido aún, no puede ser porque no se ha desarrollado.

Partiendo de esto y teniendo en cuenta dicha problemática, podría parecer divisible el


tiempo, el presente, el llamado “ahora” no podría formar parte del tiempo, no podría ser
una de las partes de este, como podría considerarse a un antes o a un después. Si fuese
parte del tiempo, entonces tendría que tener una duración determinada y para
Aristóteles, resultaría ridículo pensar que el tiempo sea una suma de muchos “ahoras”
determinados cuantitativamente porque entonces el “ahora anterior” al ahora se habría
destruido, pero ni siquiera esto sería posible, porque algo que en su tiempo es, no podría
destruirse a sí mismo, porque era. Luego, un ahora no siempre es el mismo puesto que
entonces el ahora de Aristóteles sería simultáneo al nuestro, por ejemplo.

El tiempo, además, transcurrirá de la misma forma en todas las cosas, tanto en las que
están en movimiento como las privadas de este. Luego, el tiempo no puede ser un
movimiento, puesto que el tiempo sucede de la misma manera para la persona que toma
el sol en reposo y la que está dando un paseo por la orilla del mar. Sin embargo,
Aristóteles se percata de que, si bien el tiempo no es en sí mismo movimiento, está
unido de forma esencial a él. No sería posible su percepción puesto que, aunque no sea
movimiento si debe ser algo perteneciente a él.

A partir de esta reflexión, Aristóteles comienza a definir al tiempo a partir de un


concepto derivado y secundario, esto es, el movimiento. En consecuencia, lo que le sea
propio al movimiento le será propio también al tiempo:

1. Como el movimiento se mueve de un lado hacía otro, es continuo y cambiante,


entonces el tiempo también lo será.

2. Por la magnitud, el movimiento se compone de un antes y un después en el espacio,


desde un punto hacía otro punto, por lo que también el tiempo se compone de esta
manera, porque así se hace posible el cambio. Es gracias a que percibimos el cambio de
un antes a un después que el tiempo es y transcurre.

Así, Aristóteles introduce su definición clásica de tiempo: “Número del movimiento


según el antes y el después”1. El antes y el después como fases por las que el
movimiento danza posibilitan el tiempo, que es un número, pero entendido en tanto que
es lo numerado, lo que se mide del movimiento, no el instrumento que numera.
Iluminemos esto con un ejemplo: Se distingue con el número, en cuanto que es aquello
con lo que numeramos, el que mi hermana sea mayor que yo, puesto que ella tiene 25
años y yo 19, puesto que 25 es mayor que 19 y de la misma manera, distinguimos un
movimiento mayor o menor por el tiempo. Que mi hermana sea mayor que yo se debe a
que ella “es” desde hace una mayor cantidad de tiempo que yo. Por eso se dice que el
tiempo es un número, en cuanto que es lo numerado (el tiempo que mi hermana lleva
viviendo que es mayor que el tiempo que llevo yo), no aquello mediante lo que
numeramos. En definitiva, el tiempo es lo que se cuantifica, no el cuantificador.

Conocemos el antes y el después en el movimiento por la cosa que es desplazada por


dicho movimiento. El ahora sigue a esa cosa que está siendo desplazada, pues así
conocemos que hay un ahora por poder numerar el antes y el después de ese ahora. Ese
ahora es siempre el mismo, aunque su ser cambie puesto que son infinitas las cosas
desplazadas por el movimiento. De ahí que anteriormente dijese que el ahora no siempre
es lo mismo, aunque en sí lo sea. Por tanto, así como es necesario el movimiento para
que el tiempo sea, no habría ahora sin tiempo ni viceversa.

De esto se sigue la continuidad del tiempo en Aristóteles, aunque el ahora siempre sea
el mismo, no siempre son los mismos en cuanto que son fases de este presente en el que
sí es posible enmarcar un antes y un después, por lo que el ahora sería, según
Aristóteles, como el límite del tiempo, un accidente que lo cuantifica.

Algunas de las conclusiones que pueden ser abstraídas del razonamiento aristotélico del
tiempo son:

- Es cuantificable gracias al movimiento y el movimiento es cuantificable gracias


al tiempo debido a que tanto uno como el otro se dan en un espacio donde la
cosa se puede desplazar y ser medida (por el ser humano exclusivamente porque
puede someter a cálculo el mundo)

- Es lo cuantificable pero no es el cuantificador.

- Se caracteriza por su simultaneidad, es simultaneo en todas partes, aunque el


antes siempre sea diferente al después.

- Es una condición necesaria que posibilita el movimiento, entendido como el


desenvolvimiento de las fases de cualquier cambio que necesita de un espacio de
tiempo para dicho desenvolvimiento.
Filosofía Natural. Duna Martínez del Barrio

Bibliografía
1
Aristóteles. (s. f.). Capítulo 11, «Definición de tiempo». En Física: Vol. Libro IV (p. 271).

Aristóteles. (1995). Caps. 10,11. En Física. Gredos.

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