Se puede definir el contexto educativo como una serie de elementos que
favorecen u obstaculizan el proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos; por ejemplo: la localidad, la situación geográfica, la población, la cultura, el nivel económico, el carácter del centro, los recursos disponibles, el nivel de aprendizaje cuando este contexto se encuentra en situación de vulnerabilidad se exige de su líder, gerente, director aptitudes y actitudes favorables para la resolución de esos problemas o situaciones que obstaculizan el óptimo desarrollo del proceso educativo, el líder del proceso educativo en su institución, el director, debe saber revelar estos saberes, comprender cómo se integrarían en las tareas, cómo los docentes las incorporarían, producirían, utilizarían, aplicarían y transformarían en función de los límites y de los recursos inherentes a sus actividades. Entre las competencias profesionales de un director escolar conseguimos, agilidad en la toma de decisiones, el director no puede demorar las decisiones sobre la escuela, pero debe encontrar el equilibrio entre la rapidez y la elección de la más adecuada, consumiendo los menores recursos posibles. En esa búsqueda es primordial la capacidad de priorizar, distinguiendo entre lo importante y lo urgente; versatilidad para adaptarse a distintos entornos, el director tiene que saber adaptarse al contexto en que se encuentre y conocer la realidad social. Cada centro es un ecosistema único con sus peculiaridades, no hay dos escuelas iguales, En los centros educativos asentados en contextos vulnerables la toma de decisiones se convierte en una herramienta necesaria para lograr resultados positivos, por ejemplo, los colegios que operan en este tipo de comunidades son vulnerables a robos a la propiedad de la misma institución donde muchas veces están involucrados los estudiantes o sus padres, donde esto ha sido comprobado y el directivo ha sido trasladado a la vivienda o espacio donde reposan los bienes robados por los mismos vecinos de los actores y de la misma institución, en oportunidades como esta se espera que el director asuma una postura donde no se perjudique al menor de edad estudiante, que en muchas ocasiones actúa coaccionado por sus representantes, y que se logre recuperar por lo menos parte de lo extraído. Un director líder debe poseer el don de la receptividad para ser aconsejado, asesorado y criticado, como señala Alfonso López Pulido, “se necesita una visión poliédrica para atisbar todos los puntos de vista”. El directivo busca lograr la excelencia y hacer sus tareas correctamente, pero puede equivocarse y tiene que estar preparado para recibir las críticas: no solo las justas, también las injustas; el director líder debe fomentar un liderazgo compartido, es importante un liderazgo con un reparto formal de las tareas y la creación de grupos de trabajo. La participación del profesorado es imprescindible, tomar en cuenta la opinión de su personal para la toma de decisiones representa un instrumento que el director tiene a mano para llevar a cabo acciones con resultados esperados, quién más que el personal docente, quienes atienden en el día a día a los estudiantes pueden tener acceso a información real de los mismos y de situaciones que podrían estar ocurriendo que podrían incidir en el rendimiento académico de los chicos. El debatir y valorar con sus docentes sobre la didáctica, si se deben poner en marcha distintas metodologías, el uso de nuevas tecnologías o el manejo de sistemas de evaluación diversos que puedan permitir a la institución sobreponerse y llevar de manera satisfactoria el rendimiento académico hasta fin de curso, por ejemplo caso pandemia, de esta manera todo lo que implique un avance para lograr las metas de aprendizaje de los alumnos, como buscar el Impulso del crecimiento del profesorado, porque un crecimiento personal y profesional de los docentes es beneficioso para todos. Los centros educativos necesitan contar con un profesorado actualizado en innovaciones e investigaciones testadas con estándares de excelencia. Es necesario que haya un trabajo colaborativo y una reflexión sobre los sistemas de enseñanza- aprendizaje que puedan implementarse en la institución, sobre todo en situaciones de vulnerabilidad y emergencia social. Un líder de una institución educativa debe, es imprescindible estar abierto a la innovación, estar convencido de la necesidad de la innovación curricular y ser capaz de potenciarla poniendo los recursos que sean precisos para lograrla, con la creación de un buen clima escolar. Un buen director de escuela debe asentarse en el respeto, la colaboración y la valoración de la diversidad. Una buena convivencia es imprescindible para posibilitar los procesos educativos, desarrollando las relaciones entre el centro y su entorno y apoyando a los alumnos y sus familias en el logro de sus intereses educativos. Destrezas como la empatía, saber escuchar o comunicar son esenciales, empoderándose como un gestor de la transformación social, conformar un equipo con sus representantes y miembros de la comunidad le permite estar informado de primera mano de todos los aspectos del entorno de la institución, por ejemplo la comunidad de Fe y Alegría se ha convertido en la vigilante de su institución educativa, se han organizado en brigadas de vigilancia para el resguardo de la misma, se han hecho de silbatos y alarmas que accionan cuando presienten anomalía en los alrededores del colegio, en este caso el líder del colegio ha tomado la mejor de las decisiones. La capacidad de negociación y participación en un líder representa una cualidad relevante, porque debe promover la participación de la comunidad educativa en la que todos los miembros deben ser responsables y copartícipes en la gestión del centro. Como en todo proceso suele haber opiniones encontradas y criterios diversos, por lo que debe llegarse a un consenso que aúne las posturas y evite los enfrentamientos, subraya Alfonso López Pulido, lo que lo caracterizaría como un líder que enarbola la convivencia y la ciudadanía, permitiéndole una eficiencia en la gestión no solo en las cuestiones académicas o de gestión de personas, también en el uso óptimo de las infraestructuras y equipamientos para no malgastar los recursos. El directivo del colegio Fe y Alegría implementó dentro de sus actividades la participación activa de los representantes desde un espacio llamado Escuela para padres”, desde allí se discuten situaciones que van desde el pago de la matrícula, la comunión de los chicos, actividades como “Deja Huella” para adolescentes, convivencias, atención psicológica y psicopedagógica tanto para los chicos como para sus padres, lo que ha conllevado a una participación activa, protagónica y positiva para el posicionamiento de la institución dentro de la comunidad, originando encuentros de saberes y la colocación del colegio como miembro del consejo comunal con todos sus beneficios. Un director líder posee una visión de conjunto, como en cualquier ámbito, no solo en la educación, esta cualidad es indispensable para gestionar el bien común de la totalidad de la comunidad educativa y no de sectores particulares, estas cualidades son la base para que un director de centros educativos pueda lograr un liderazgo eficaz que le permita abordar los retos a los que se enfrenta en su día a día. Como destaca el director académico del Máster en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos Alfonso López Pulido, “los cambios son constantes, la solución que un día es válida puede que ya no lo sea el día siguiente; situaciones, en apariencia, similares, son más diferentes cuando se las examina de cerca”. El rigor debe estar muy presente en la labor del director. Afronta, por ejemplo, las nuevas formas de acoso entre alumnos, que se multiplican con el ciber acoso. Para Alfonso López Pulido es fundamental la intervención del director en estos casos, para el esclarecimiento de los hechos, la identificación de los autores y el seguimiento exhaustivo de los procedimientos establecidos. Debe hacerlo con la máxima solidez y mayor rigor para evitar que, por defectos de forma, se invaliden estas actuaciones. Por todo ello, es necesario un dominio de la legislación y normativa educativas. Entre los retos del director se encuentra la delicada gestión de la relación con los padres y los profesores. Considera Alfonso López Pulido que la sociedad ha cambiado y los padres exigen ahora más que sus derechos. Hay un crecimiento de las reclamaciones, sobre todo en relación con las calificaciones, los accidentes en el ámbito escolar y también, de una forma especial, con las sanciones. Al igual que el profesorado, que demanda más participación en la toma de decisiones, pero, a la vez, requiere un liderazgo claro y fuerte que lleve el timón. En conclusión uno de los desafíos a los que se enfrenta el director va direccionado especialmente en las instituciones escolares que se encuentran asentadas en contextos vulnerables, donde su capacidad de liderazgo se enfrenta a situaciones donde sus herramientas pedagógicas deben ir acompañadas de análisis de la situación, empatía con el entorno, su responsabilidad social; las vivencias diarias en una escuela en un entorno vulnerable pone a prueba la fortaleza profesional y psicológica de un director. Por lo anteriormente expuesto existen tres áreas principales o dominios dentro de los cuales trabaja un director de centro educativo, la primera y la más importante es la dimensión comunitaria y se refiere a la gestión de las comunidades que componen el centro educativo; estas comunidades dan forma a la cultura del mismo. Los padres de familia, los maestros, estudiantes, autoridades educativas y por supuesto las demás personas o empresas que ocupan el mismo sector donde se ubica el centro. Por lo tanto, sin importar si es un centro educativo privado o del gobierno siempre es el director quien tiene que darle forma a la cultura al crear las interacciones o facilitar la comunicación entre todas estas comunidades; la siguiente dimensión en la que debe moverse un director es la dimensión instruccional; donde la principal tarea es facilitar la implementación por medio de una correcta planificación y evaluación educativa; es posiblemente la función que más tiempo requiere. Se espera que los directores asuman un rol de liderazgo monitoreando el desempeño docente y los resultados en los estudiantes con el fin de rendir cuentas a quienes se deba hacer. Por último, la dimensión administrativa tiene por objeto la aplicación de los principios generales de administración para el buen manejo de los recursos tangibles e intangibles del centro educativo.