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Introducción

Para que un Estado pueda ser reconocido, deben existir los tres elementos:
territorio, poder y pueblo. La legitimidad del poder del Estado no es necesaria para el
reconocimiento del mmismo Hoy en día se discute si la calidad de Estado de una
organización sociopolítica depende del reconocimiento (teoría constitutiva) o, por el
contrario, el efecto del reconocimiento es solamente la confirmación de una situación
que de hecho existe, de tal forma, que la calidad estatal existía aún antes de mediar el
reconocimiento (teoría declarativa).

El reconocimiento de un nuevo Estado es el acto libre por el cual uno o más


Estados admiten la existencia, en un territorio definido, de una sociedad humana
organizada políticamente, independiente de cualquier otro Estado preexistente y capaz
de respetar las obligaciones de derecho internacional, y por el cual estos Estados
manifiestan, por lo tanto, su intención en considerarlo un miembro de la Comunidad
Internacional.

¿Qué es el Reconocimiento?

“La Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados firmada en


Montevideo en 1933, contiene las siguientes disposiciones:

Artículo III. La existencia política del Estado es independiente de su


reconocimiento por los demás Estados.

Artículo IV. El reconocimiento de un Estado meramente significa que el que lo


reconoce acepta la personalidad del otro con todos los derechos y deberes
determinados por el Derecho Internacional. El reconocimiento es incondicional e
irrevocable.

La Carta de la Organización de los Estados Americanos dispone lo siguiente:

“Artículo 12. La existencia política del Estado es independiente de su


reconocimiento por los demás Estados… Artículo 13. El reconocimiento implica que el
Estado que le otorga acepta la personalidad del nuevo Estado con todos los derechos y
deberes que para uno y otro determina el Derecho Internacional.”

El reconocimiento es el acto por el cual se admite a la vida internacional a un


Estado, a un Gobierno, a un grupo beligerante o a un grupo insurgente, en forma
permanente o temporal. Por el reconocimiento se adquiere el respeto de la comunidad
internacional. El reconocimiento es importante para la vida del Estado y es una cuestión
de intención. La cuestión del reconocimiento involucra aspectos y razones políticas ya
que los Estados suelen estar más influenciados por razones políticas que por razones
jurídicas cuando se trata de otorgar o retirar su reconocimiento.

¿Qué valor jurídico tiene el reconocimiento?


Dos teorías se disputan el favor de los juristas.
1. La teoría “Constitutiva” que afirma que el reconocimiento es “indispensable” para
“existir”, es decir para nacer a la vida internacional; en este caso “la existencia
misma” se recibe del reconocimiento y si éste no llega, “nunca” se existe.
2. La Teoría “Declarativa” afirma que el reconocimiento no es un elemento
indispensable para “existir” como sujeto del Derecho Internacional, sino la
consagración jurídica de un hecho preexistente.

Entre ambas teorías, aun y cuando tienen grandes juristas como defensores, es
la declarativa la que más eco ha encontrado en la actualidad; oficialmente fue
consagrada en Montevideo en la Convención Interamericana sobre Derechos y
Deberes de los Estados en 1939, artículo 3 y artículo 6, los cuales disponen lo
siguiente: “Artículo 3: la existencia política de un Estado es independiente del
reconocimiento de los otros Estados. Aun antes del reconocimiento el Estado tiene
derecho a defender su integridad e independencia, a ver por su conservación y
prosperidad y, consiguientemente, a organizarse según su conveniencia, a legislar de
acuerdo a sus intereses, administrar sus servicios y definir la competencia y jurisdicción
de sus tribunales… Artículo 6. El reconocimiento de un Estado sólo significa que el
Estado que lo reconoce acepta la personalidad del otro con todos los derecho y
obligaciones determinados por el Derecho Internacional. El reconocimiento es
incondicional e irrevocable”

Lo mismo encontramos en la Carta de la OEA.

Reconocimiento de los Estados

¿Qué es el reconocimiento de un Estado?


El reconocimiento de un Estado es el acto por el cual un Estado es admitido a la
vida internacional en forma permanente; es la aceptación por parte de los otros Estados
para que acceda a formar parte de la comunidad internacional; es la conformidad de los
otros Estados en que este nuevo Estado reúne todos los requisitos necesarios para ser
tratado como Estado, con derechos y obligaciones a nivel internacional, sólo
concedidos a los Estados como tales.

El reconocimiento de un Estado vine a l final de un largo camino recorrido por


éste; los que reconocen, según la corriente actual, no hacen sino plegarse a un hecho
consumado. Ha sucedido en la historia que un Estado sea reconocido cuando aún no
ha accedido a la vida independiente, por ejemplo, el reconocimiento de Estados Unidos
de América por Francia en 1778 cuando aún estaba en guerra de independencia; esto
provocó el que Gran Bretaña declarara la guerra a Francia. Es admisible reconocer, una
vez efectuada la secesión, aun y cuando la madre patria pretenda todavía tener
derechos sobre el nuevo Estado, por ejemplo, el reconocimiento que dieron Portugal y
Estados Unidos a los países latinoamericanos después de su independencia aun
cuando España no aceptaba el hecho todavía.

Max Sorensen define al reconocimiento de un Estado: “Un acto unilateral por el


cuál uno o dos más Estados declaran, o admiten tácitamente, que ellos consideran en
Estado –con los derechos y deberes derivados de esa condición una unidad política
que existe de hecho y que se considera a sí misma como Estado.

Formas del Reconocimiento


El reconocimiento puede otorgarse en cualquiera de las siguientes formas:
1. Expreso, cuando se lleva a cabo por medio de la celebración de un
convenio o tratado, o algún otro acto que no deja lugar a ninguna duda
sobre que se trata de un reconocimiento.
2. Tácito o implícito, cuando se ejecutan actos que involucran
necesariamente el reconocimiento de la existencia como Estado, por
ejemplo: el envío de un embajador, pero en ninguna forma constituye el
reconocimiento tácito la firma de un convenio multilateral, ni las misiones
comerciales, ni la presentación de un reclamo, ni el pago de una
indemnización internacional, ni la pertenencia a organizaciones
multilaterales, como sucede entre Israel y los Árabes, De Gaulle y
Roosevelt, etc.
3. Plena, es decir sin ninguna condición.
4. Condicionado, cuando se imponen condiciones en el otorgamiento del
reconocimiento, por ejemplo: reconocimiento de Panamá por Estados
Unidos, reconocimiento que se hizo del Estado del Congo en 1885 a
condición que respetara la libertad de comercio, etc.
5. Colectivo, cuando dos o más Estados le otorgan su reconocimiento a un
Estado, puede ser en diferentes formas:
5.1. Consultado, cuando previo a reconocer un Estado, dos o más
Estados intercambian consultas, por ejemplo: Bolivia en 1942-
1947.
5.2. Concertado, cuando varios Estados se consultan y llegan a
consenso obligatorio sobre el reconocimiento o no
reconocimiento.
5.3. Simultáneo, al mismo tiempo o en un solo acto varios Estados
reconocen a otro (antes se usaba en Centroamérica)
5.4. Propiamente dicho, cuando foro internacional como la OEA y
ONU, lo cual hasta la fecha todavía no se ha dado.

Características de Reconocimiento de Estados.


El reconocimiento de Estados reviste las siguientes características:
a) Es irrevocable, es decir que una vez otorgado no puede revocarse; en su
lugar procede la “ruptura de relaciones diplomáticas”
b) Retroactivo, es decir se reconoce todo lo actuado desde el primer momento
de su nacimiento.

El establecimiento de relaciones diplomáticas conlleva el reconocimiento de un


Estado, por lo que, de la práctica de actos de reconocimiento unilaterales, se ha pasado
a declaraciones conjuntas de reconocimiento mutuo que establecen una serie de
condiciones iniciales para las relaciones mutuas y provocan el intercambio de misiones
diplomáticas, por ejemplo, el comunicado conjunto Hispano-israelí de 17 de enero de
1986:

De conformidad con el principio de universalidad de relaciones entre Estados, y


teniendo presentes los antiguos y profundos vínculos que unen al pueblo español y al
pueblo judío, los dos Gobiernos han decidido establecer relaciones diplomáticas entre
España e Israel a partir de esta fecha. Consecuentemente, se procederá a la apertura
de Embajadas en Tel Aviv y Madrid y al nombramiento de los respectivos embajadores.

Comunicado conjunto hispano-israelí, La Haya, 17 de enero de 1986

Clases de Reconocimiento:
1. Desde el punto de vista de número de países que haga el reconocimiento:
 Individual: sólo lo realiza un solo Estado.
 Colectivo: el que practican conjuntamente varios países.
2. Desde el punto de vista de la forma de hacer el reconocimiento:
 Expreso: implica una manifestación de voluntad claramente emitida para
externar el criterio del estado en el sentido de que otorga el
reconocimiento.
 Tácito: se deduce a la conducta del Estado, aunque no declara
literalmente que otorga el reconocimiento, la conducta que despliega
permite deducir que existe ese reconocimiento.
3. Desde el punto de vista del tiempo en el que se produce el reconocimiento:
 Oportuno: se produce en el momento más idóneo, sin producir esperas
injustificadas.
 Demorado: aquel que no se produce cuando ya hay elementos objetivos
suficientes para que se otorgue y se retarda injustificadamente para el
Estado.
 Prematuro: Aquel que por implicar una situación ventajosa para el
Estado que otorga el reconocimiento, da lugar a anticipar resultados aún
inciertos.
4. Desde el punto de vista de la exigencia de contraprestaciones:
 Libre: aquel que el Estado otorgante lo da sin exigir determinadas
contraprestaciones.
 Condicionado: el Estado otorgante del reconocimiento, de manera
ventajosa, pretende se le den contraprestaciones pactadas.
5. Desde el punto de vista de que haya o no solicitud del reconocimiento:
 Oficioso: se otorga sin que media una solicitud para que el
reconocimiento se produzca.
 Solicitado: aquel en el que el Estado, Gobierno o el grupo interesado
solicita que se emita el reconocimiento.
6. Desde el punto de vista del carácter provisional o definitivo que puede tener
un reconocimiento:
 De facto: es provisional y está sujeto a que las condiciones de quien ha
recibido el reconocimiento mejoren, o de empeorar la situación éste
puede retirarse o desaparecer automáticamente.
 De jure: es definitivo y no requiere ya otro ulterior reconocimiento.
7. Desde el punto de vista del objeto o materia del reconocimiento:
Éste puede ser de Estado, de gobierno, de facto, de Gobierno de jure,
gobierno en el exilio, insurgencia, beligerancia, independencia o nación.

¿Cuándo otorgar el Reconocimiento?


En general el reconocimiento debe otorgarse al momento de nacer el Estado;
generalmente los Estado amigos reconocen al momento de declararse la
independencia avalando ésta con la presencia de su Jefe de Estado o con su
representante. Los Estados que tienen conflictos con los nuevos Estados deben
reconocerlos “oportunamente”, es decir ni muy rápido para salvaguardar las
pretensiones de soberanía y su dignidad, ni muy tarde para no caer en el ridículo frente
a la comunidad internacional.

Efectos del no reconocimiento de Estado


Si un Estado, como fenómeno jurídico interno, histórico, geográfico, sociológico y
político no es reconocido por Estado alguno, no tiene carácter de sujeto de la
comunidad jurídica internacional y Derecho Internacional y se le está negando el
ingreso jurídico a la comunidad de países que se rigen por el Derecho Internacional.

Un país no reconocido no está en condiciones de celebrar tratados


internacionales y de ejercer activa y pasivamente el derecho de Legación. Si el Estado
existe en lo interno, geográfico, histórico, sociológico y político, habrá un Estado que lo
reconozca y con eso tendrá el carácter de sujeto de Derecho Internacional público.

El no reconocimiento parcial por otros estados no le restringe su calidad esencial


de sujeto del Derecho Internacional, aunque sí le reduce su posibilidad de acción como
sujeto de Derecho Internacional. La división del mundo en bloques hace una resistencia
de los bloques ya afiliados lo cual limita al nuevo Estado su reconocimiento.

Reconocimiento de Gobiernos
El reconocimiento de gobierno podemos definirlo como la manifestación de
voluntad que hace un Estado o grupo de Estados mediante la cual verifica la
constitucionalidad de un gobierno o no, y que tiene como efecto la continuidad o no de
las relaciones entre los Estados. Todo lo expuesto respecto a los Estados se aplica a
los Gobiernos. El problema surge cuando hay que reconocer gobiernos de facto.

Clasificación de Gobiernos
El Derecho acepta que existen dos clases de gobiernos:
a. Gobiernos de iure: aquellos que asumen el poder de manos de otro gobierno
de derecho conforme a un procedimiento regulado en su carta fundamental
b. Gobiernos de facto: aquellos que asumen el poder por medios no
constitucionales, a veces a través de la violencia; algunos califican este
hecho como “asalto del poder”.
Esta distinción de gobiernos de iure y gobiernos de facto es cuestionada por muchos
autores, apoyando su desacuerdo en los argumentos siguientes:
a. Una revolución triunfante suele acarrear una modificación en el Derecho
Constitucional existente en el país, y es el gobierno que hace el Derecho y no
éste el que hace a aquel;
b. El Derecho Internacional no impone a los Estados la adopción de una
determinada forma de gobierno; lo que para el Derecho Internacional cuenta es
el “control efectivo” del país por muy revolucionario o antidemocrático que sea;
c. En este concepto la legitimidad resulta definida en términos de ideología política
y no en términos jurídicos;
d. La distinción entre gobiernos de iure y gobiernos de facto se basa en el grado de
efectividad en el ejercicio del poder.
Otros ven la cuestión en la forma siguiente: cuando se realiza una verdadera
revolución, que conlleva cambio de estructuras, el gobierno de facto se convierte en
gobierno de iure al momento en que establece sus propias normas y ejerce su
autoridad única en todo el territorio. Esta afirmación y la doctrina antes expuesta es
aventurada y de aceptarse no haría sino crear la inseguridad y alentar el aventurerismo;
el reconocimiento de un gobierno puede servir para ofrecer y aceptar cooperación a
diferentes niveles, para asegurar y continuar las relaciones diplomáticas para continuar
las relaciones comerciales, pero nunca para resolver una cuestión jurídica interna sobre
si el gobierno de facto, por el hecho del reconocimiento, se convirtió en gobierno de iure
o si continúa siendo gobierno de facto. Es un hecho que el gobierno que nace como de
facto no será el reconocimiento el que cambiará sus orígenes; aun con el aval que da el
reconocimiento otorgado por la comunidad internacional, el gobierno seguirá siendo de
origen “factual”. Es precisamente esta cuestión del reconocimiento de los gobiernos de
facto la que ha dado lugar a diferentes doctrinas sobre la conveniencia o inconveniencia
de reconocer gobiernos, su procedencia o improcedencia.

Doctrinas sobre el Reconocimiento de Gobiernos


Doctrina Tobar
Propuesta en 1907 por el doctor Carlos Tobar, Ministro de Relaciones Exteriores
de Ecuador. Tambien se le llama “La Doctrina de la Legitimidad Democrática” y
“Doctrina de la Legitimidad Constitucional”. Con el fin de evitar los constantes golpes de
Estado en América Latina, aboga por el no reconocimiento de los gobiernos de facto.

En Centroamérica se completó esta doctrina así: “no reconocimiento de los


gobiernos de facto hasta que la representación del pueblo libremente electa no haya
organizado el país en forma constitucional” (Tratado de Paz y Amistad Centroamericana
firmada en 1907). Esto retrasó el reconocimiento de algunos gobiernos
centroamericanos. Esta doctrina estuvo vigente hasta 1930.
Doctrina Wilson
Propuesta por el Presidente norteamericano Wilson en 1913; parecida a la
doctrina Tobar. No tuvo mucha aceptación debido a los tratados centroamericanos
firmados en Washington, con más o menos larga vida. De hecho existió consenso hasta
1932, fecha en que terminó por denuncia de Costa Rica el último tratado sobre
reconocimiento en Centroamérica a los gobiernos de facto.

Doctrina Stimson
Resultó del hecho que en 1931 Japón instaló en Manchukuo (Manchuria), que
hasta entonces era parte de China, un gobierno títere. Casi todos los Estados
consideraron a Japón como agresor y entonces Stimson, Secretario de Estado, declaró
que su gobierno no reconocería las situaciones creadas por medios violentos. Fue una
doctrina aceptada por la Sociedad de Naciones Unidas y la OEA (Organización de
Estados Americanos). Guatemala en 1945, en Chapultepec, representada por el
licenciado Enrique Muñoz Meany, sostuvo que no debía reconocerse en América Latina
los regímenes dictatoriales y/o antidemocráticos. Esta doctrina se diferencia de la Tobar
en el sentido que se pretendió imponer a nivel universal.

Doctrina Estrada
Fue formulada el 27 de septiembre de 1930 por el Ministerio de Relaciones
Exteriores de México para evitar los problemas de calificación de reconocimiento,
opinando que su país sólo reconoce Estados y que en lo sucesivo su país se limitaría a
mantener o retirar, cuando le parezca procedente, a sus Agentes Diplomáticos y a
continuar aceptando, también cuando lo considere conveniente, a los agentes
diplomáticos que las naciones respectivas tengan acreditadas en México; aunque el
tenor literal de esta declaración va en el sentido de una absoluta facultad discrecional
de los Estados en materia de relaciones diplomáticas, problema distinto
conceptualmente del de reconocimientos de gobiernos, ha sido interpretada
generalmente en el sentido de que el reconocimiento no se subordina a ninguna
condición, evitando diferenciaciones entre reconocimientos de iure y de facto; por otro
lado la doctrina Estrada, con su énfasis en las relaciones diplomáticas tiende a facilitar
las formas de reconocimiento tácito.

Antes del año 2009 la doctrina Estrada cobró mucho auge y aceptación; evitaba
a los Estados problemas de calificación, evitaba el que los Estados se comprometiesen
y otorgasen carácter de permanencia al reconocimiento estatal; daba más importancia a
las relaciones amistosas entre los pueblos. La invocaban no sólo los países
latinoamericanos sino también los Estados anglosajones, europeos y asiáticos.
Después del tema de Honduras en el año 2009 esta doctrina Estrada parece haber
perdido aplicación; ni México parece aplicarla.

Doctrina de Santiago de Chile


Esta doctrina, llamada también “Doctrina de la Democracia Representativa” fue
precedida de las Reformas a la Carta de la OEA en 1985 cuando se incluye entre los
propósitos esenciales de la misma el “promover y consolidar la democracia
representativa dentro del respeto al principio de la no intervención”. En junio de 1991 se
reúne la OEA en Santiago de Chile. En esta reunión se da gran importancia al
tratamiento de la conservación y fomento del Estado democrático en América. En la
tercera sesión plenaria los Estados miembros declaran su compromiso indeclinable con
la defensa y promoción de la democracia representativa y de los derechos humanos en
la región, dentro del respeto a los principios de libre determinación y no intervención. Lo
anterior se considera una condición indispensable para la estabilidad, la paz y el
desarrollo de la región, así como para el éxito del proceso de cambios y renovación que
requiera el sistema interamericano en el umbral del siglo XXI. Se adopta la Resolución
AG/RES 1080 que fija la conducta a seguir en caso de “Golpe de Estado” o
“Rompimiento del Estado de derecho democrático-constitucional”.

Golpe de Estado
La OEA resuelve:
1. Instruir al Secretario General que solicite la convocatoria inmediata del Consejo
Permanente en caso de que se produzcan hechos que ocasionen una
interrupción abrupta o irregular del proceso político institucional democrático o
del legítimo ejercicio del poder por un gobierno democráticamente electo, en
cualquiera de los Estados miembros de la Organización, para, en el marco de la
Carta, examinar la situación, decidir y convocar una reunión ad hoc del Ministros
de Relaciones Exteriores, o un período extraordinario de sesiones de la
Asamblea General, todo ello dentro de un plazo de 10 días. Y
2. La Reunión ad hoc de Ministros de Relaciones Exteriores o el Período
Extraordinario de Sesiones de Asamblea General tendrán por objeto analizar
colectivamente los hechos y adoptar las decisiones que se estime apropiadas,
conforme a la Carta y al Derecho Internacional.

Esta Resolución ha operado ya, favorablemente, en cuatro casos específicos:


Haití (1991), Perú (1992), Guatemala (1993), Paraguay (1996); en el primer caso el
proceso fue más largo que en los otros; en el último caso no llegó a aplicarse de
manera estricta y total.
En el año 1992 se enmienda de nuevo la Carta de la OEA y el Protocolo
correspondiente queda estipulada la posible suspensión de las actividades de la OEA
en el Estado miembro cuyo gobierno democráticamente constituido sea derrocado por
la fuerza. Posteriormente se creó la Unidad de Promoción de la Democracia (UPD)
cuya función es el ser el “instrumento ejecutivo” del a OEA para consolidar las
instituciones democráticas (parlamento, ejecutivo, judicial, electoral, formación,
cooperación).

Lo resuelto por la OEA tiende, en la práctica, a dejar fuera del marco legal la
posibilidad del “reconocimiento de los gobiernos de facto” sobre la base de ciertos
requisitos que se aceptaban tradicionalmente.

Doctrina de la “Carta Democrática Interamericana” (2001)


En abril del año 2001 se celebró en Québec, Provincia de Québec, Canadá, la
“Tercera Cumbre de las Américas” y en la misma se adoptó una “cláusula democrática”
estableciendo que cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático
en un Estatuto del Hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación
del gobierno de dicho Estado en el proceso de Cumbres de las Américas. En esta
cumbre se encomienda la preparación de una Carta que proteja la Democracia
Representativa de América.

El 11 de septiembre del 2001, en Lima, Perú, en la sesión extraordinaria de la


Asamblea General, 34 países democráticos del as Américas firmaron la “Carta
Democrática Interamericana”. La Carta fue el fruto final de un trabajo en el que
participaron varios gruidos. El grupo de trabajo de la OEA negoció el testo final,
tomando en cuenta opiniones escritas presentadas por gobiernos y ciudadanos de los
países de las Américas. La OEA invitó a la sociedad civil a contribuir a través de un sitio
Internet especial.

La Carta intenta responder no sólo cuando haya Golpes de Estado, cualquiera


sea su forma, sino tambien cuando el orden democrático sea seriamente alterado y
pongo en riesgo la democracia. – Se enfatiza que la respuesta para la preservación de
la democracia representativa debe enmarcarse dentro del principio de “no intervención”.

El contenido de la Carta Democrática Interamericana se divide así:


I. La Democracia y el Sistema Interamericano: considera la Democracia como
esencial para el desarrollo social, político y económico y la base del estado de
derecho y de los regímenes constitucionales. Como elementos esenciales de la
democracia representativa enumera, entre otros:
a. El respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales;
b. El acceso al poder y sus ejercicios con sujeción al estado de derecho;
c. Celebración de elecciones periódicas, libres, justas, voto universal y secreto;
d. El régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y,
e. La separación e independencia de los poderes públicos
II. La Democracia y los Derecho Humanos
III. La Democracia, desarrollo integral y combate a la pobreza
IV. “IV.- Fortalecimiento y Preservación de la Institucionalidad Democrática
Artículo 17.- Cuando el gobierno de un Estado Miembro considere que está en
riesgo su proceso político institucional democrático o su legítimo ejercicio del
poder, podrá recurrir al Secretario General o al Consejo Permanente a fin de
solicitar asistencia para el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad
democrática.
Artículo 18.- Cuando en un Estado Miembro se produzcan situaciones que
pudieran afectar el desarrollo del proceso político institucional democrático o el
legítimo ejercicio del poder, el Secretario General o el Consejo Permanente
podrá, con el consentimiento previo del gobierno afectado, disponer visitas y
otras gestiones con la finalidad de hacer un análisis de la situación. El Secretario
General elevará un informe al Consejo Permanente, y éste realizará una
apreciación colectiva de la situación y, en caso necesario, podrá adoptar
decisiones dirigidas a la preservación de la institucionalidad democrática y su
fortalecimiento.
Artículo 19.- Basado en los principios de la Carta de la OEA y con sujeción a sus
normas, y en concordancia con la cláusula democrática contenida en la
Declaración de la ciudad de Quebec, la ruptura del orden democrático o una
alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático
en un Estado Miembro constituye, mientras persista, un obstáculo insuperable
para la participación de su gobierno en las sesiones de la Asamblea General, de
la Reunión de Consulta, de los Consejos de la Organización y de las
conferencias especializadas, de las comisiones, grupos de trabajo y demás
órganos de la Organización.
Artículo 20.- En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración
del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier
Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata
del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y
adoptar las decisiones que estime conveniente.
El Consejo Permanente, según la situación, podrá disponer la realización de las
gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la
normalización de la institucionalidad democrática.
Si las gestiones diplomáticas resultaren infructuosas o si la urgencia del caso lo
aconsejare, el Consejo Permanente convocará de inmediato un período
extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que ésta adopte las
decisiones que estime apropiadas, incluyendo gestiones diplomáticas, conforme
a la Carta de la Organización, el derecho internacional y las disposiciones de la
presente Carta Democrática.
Durante el proceso se realizarán las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos
los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad
democrática.
Artículo 21.- Cuando la Asamblea General, convocada a un período
extraordinario de sesiones, constate que se ha producido la ruptura del orden
democrático en un Estado Miembro y que las gestiones diplomáticas han sido
infructuosas, conforme a la Carta de la OEA tomará la decisión de suspender a
dicho Estado Miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA con
el voto afirmativo de los dos tercios de los Estados Miembros. La suspensión
entrará en vigor de inmediato.
El Estado Miembro que hubiera sido objeto de suspensión deberá continuar
observando el cumplimiento de sus obligaciones como miembro de la
Organización, en particular en materia de derechos humanos.
Adoptada la decisión de suspender a un gobierno, la Organización mantendrá
sus gestiones diplomáticas para el restablecimiento de la democracia en el
Estado Miembro afectado.
Artículo 22.- Una vez superada la situación que motivó la suspensión, cualquier
Estado Miembro o el Secretario General podrá proponer a la Asamblea General
el levantamiento de la suspensión. Esta decisión se adoptará por el voto de los
dos tercios de los Estados Miembros, de acuerdo con la Carta de la OEA.

En este contexto la Carta Democrática Interamericana representa:


a. Un compromiso político serio;
b. Un hito histórico para los pueblos de América; y,
c. Un instrumento jurídico que, aunque no es un Tratado sí es una Resolución
de especial trascendencia. Discutir el caso de Honduras (junio 2009) en este
marco jurídico.

Requisitos Aceptados para el Reconocimiento de Gobierno de Facto


La historia nos enseña que es un hecho que los gobiernos de facto se hacen
finalmente “aceptar” en la comunidad internacional, tarde o temprano; o por lo menos
son tolerados. Ante esta situación, aun y cuando los Estados son generalmente
prudentes, antes de otorgar su reconocimiento tácito o expreso, han logrado un cierto
consenso doctrinario; como condiciones mínimas para su reconocimiento, un gobierno
de facto debe mostrar:
a. Que tiene efectividad en el mando, es decir existencia real y que sea obedecido;
b. Que tiene aptitud y disposición para cumplir con sus obligaciones
internacionales;
c. Que, en su acceso al poder y el posterior sostenimiento en él, no ha violado
principios de Derecho Internacional. Podemos afirmar que, llenados los
requisitos mínimos anteriores, el reconocimiento es lícito pero optativo; es
prudente en todo caso otorgarlo cuando se llenan claramente los requisitos
anteriores.

Reconocimiento de Organizaciones Internacionales


Al principio vino que ciertas organizaciones internacionales también son o
pueden ser, bajo ciertos aspectos, sujetos de Derecho Internacional Público. En
cuanto a las organizaciones internacionales de conformación universal tal la ONU y
sus organismos especializados, no existen problemas. Son más bien las
organizaciones internacionales regionales las que a veces no obtienen el
reconocimiento de todos los Estados de la región o fuera de la misma.

Reconocimiento de Grupos Beligerantes


Un grupo beligerantes se considera aquel que se ha formado dentro de un
Estado, combatiendo contra el gobierno legítimo y que ha organizado alguna forma de
administración en el terreno que supuestamente domina. Debe tratarse de un grupo
formado por una parte de la población originaria, y además que la actividad del
mencionado grupo ponga en peligro el cumplimiento, por parte del gobierno constituido,
de las obligaciones internacionales.

Reconocimiento
El reconocimiento en esta materia específica no es sino una pura constatación
de un hecho existente; en ninguna forma se está “creando”, solamente se está
“declarando”. El reconocimiento de estos grupos casi nunca es expreso y formal; más
bien es un reconocimiento tácito; algo que se deduce de las actitudes de terceros
Estados; por ejemplo: declaraciones expresas de neutralidad, negativa a vender
armamento al gobierno que se considera legítimo, bloqueo económico, bloqueo
marítimo, asilo fácil para los beligerantes, promoción y protagonismo internacional,
facilidad para los brazos políticos- diplomáticos de los beligerantes, facilidades para
proyectar a los beligerantes internacionalmente, acceso, aunque discreto la mayor de
las veces, a fuentes de financiamiento a los beligerantes.

Fundamento
El reconocimiento de los grupos beligerantes se lleva a cabo principalmente por dos
razones:
a. Conveniencia, es decir, proteger sus propios intereses en el territorio bajo control
de los beligerantes: minas, exploraciones, negocios, nacionales, etc. y;
b. Humanitario, es decir, evitar que los delincuentes comunes sean tratados como
subversivos y éstos como delincuentes comunes; humanizar el conflicto.
Además, para adoptar ayuda humanitaria.

Requisitos
Para que el reconocimiento pueda ser justificado, debe por lo menos, llenarse los
siguientes requisitos mínimos:
a. Que exista un conflicto armado de carácter general;
b. Que el grupo beligerante ejerza un control efectivo sobre una parte sustancial de
territorio;
c. Que el grupo beligerante ocupe efectivamente una parte sustancial del territorio;
d. Que el grupo beligerante actúe permanentemente bajo autoridad responsable y
que en las hostilidades respeten efectivamente las leyes y costumbres de la
guerra;
e. Que ofrezca posibilidades de poder cumplir con los compromisos internacionales
que eventualmente puedan recaer compromisos internacionales que
eventualmente pueden recaer sobre ellos. Este reconocimiento le puede venir al
grupo beligerante del mismo Estado dentro del cual está luchando; es una forma
de humanizar la contienda y en tal caso los prisioneros de ambos campos se
toman como prisioneros de guerra. Los grupos beligerantes, una vez
reconocidos, pueden enviar delegados especiales con estatuto diplomático a
explicar sus puntos de vista ante los foros y Estados que los han reconocido.
Como ejemplo citemos al Frente Sandinista, al Frente Farabundo Martí. La
actitud más común, por parte de los Estados que desean otorgar un cierto
reconocimientos grupos beligerantes, es que declaren en estado de completa
“neutralidad” por ejemplo Inglaterra durante la Guerra Civil de Estados Unidos de
América, Franco durante la Guerra Civil Española, etc.

Reconocimiento de Grupos Insurgentes


Es una fase previa a la beligerancia; algunos nunca la alcanzan y son eliminados
como “subversivos”. A estos grupos les falta el control efectivo territorial o bien carecen
de una línea de autoridad válida.

Posición Internacional
La insurgencia no origina derechos y obligaciones definidos; sucede que cuando
la insurgencia cae en lo inhumano ciertos Estados por razones de interés nacional
otorgan no necesariamente un reconocimiento pleno, sino un reconocimiento ad hoc,
sui generis que los somete a las leyes de la guerra, al intercambio de prisioneros, a
exigir respeto a los civiles, etc. En opinión de Lauterpacht el reconocimiento de la
insurgencia es la renuncia de los Estados a tratar a los insurgentes como simples
violadores del derecho. Se trata aquí de un reconocimiento de facto no de iure. Es de
naturaleza provisional.

El reconocimiento otorgado a los insurgentes es más que todo de naturaleza


“política” de manera que ello permita abrir un canal de negociación con cierto
revestimiento de legalidad; ello permite a terceros países otorgar asilo y facilidades para
la negociación. Este reconocimiento otorga un estatuto cuasi- diplomático a los
representantes negociaciones de los grupos insurgentes; el reconocimiento acepta que
los insurgentes son grupos políticos dignos de tomarse en cuenta para arreglar una
situación de guerra. En este caso tenemos a la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca (URNG), la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el Frente
Guerrillero Polisario. El reconocimiento de estos grupos es la aceptación de que los
mismos representan el interés de un grupo considerable y respetable a la luz de sus
ejecutorias de guerra.
Conclusión

El acto de reconocimiento indica que el Estado considera que la entidad


reconocida se adecuó a los requisitos básicos establecidos por el derecho internacional
como atributos del carácter de Estado. La evaluación, no obstante, está a valoraciones
políticas el reconocimiento es evidencia de la aceptación, por parte de la sociedad de
las naciones, de su nuevo status político. Eso no de nota, todavía, que el acto de
reconocimiento sea jurídicamente, visto que derechos y deberes no vienen de esta
acción, son caracterizados por la imprecisión, una vez que su aplicación es siempre
sopesada por los Estados ya establecidos en el orden internacional. Además de eso, se
puede observar que nuevos criterios, atributivos de personalidad jurídica son poco a
poco introducidos a la costumbre internacional.
Bibliografía

 https://es.wikipedia.org/wiki/Reconocimiento_de_Estados
 https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/08/
Reconocimiento_de_Estado.pdf
 https://www.studocu.com/es-mx/document/universidad-nacional-autonoma-de-
mexico/derecho-internacional-publico/el-reconocimiento-internacional/
15409348/download/el-reconocimiento-internacional.pdf
 https://es.scribd.com/document/494689874/Carlos-Larios-Ochaita-Derecho-
Internacional-Publico
 https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-derechos/article/view/
13188/14666#:~:text=En%20t%C3%A9rminos%20generales%2C%20el
%20reconocimiento,las%20relaciones%20entre%20los%20Estados

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