Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Reconocimiento de Los Estados
Reconocimiento de Los Estados
Para que un Estado pueda ser reconocido, deben existir los tres elementos:
territorio, poder y pueblo. La legitimidad del poder del Estado no es necesaria para el
reconocimiento del mmismo Hoy en día se discute si la calidad de Estado de una
organización sociopolítica depende del reconocimiento (teoría constitutiva) o, por el
contrario, el efecto del reconocimiento es solamente la confirmación de una situación
que de hecho existe, de tal forma, que la calidad estatal existía aún antes de mediar el
reconocimiento (teoría declarativa).
¿Qué es el Reconocimiento?
Entre ambas teorías, aun y cuando tienen grandes juristas como defensores, es
la declarativa la que más eco ha encontrado en la actualidad; oficialmente fue
consagrada en Montevideo en la Convención Interamericana sobre Derechos y
Deberes de los Estados en 1939, artículo 3 y artículo 6, los cuales disponen lo
siguiente: “Artículo 3: la existencia política de un Estado es independiente del
reconocimiento de los otros Estados. Aun antes del reconocimiento el Estado tiene
derecho a defender su integridad e independencia, a ver por su conservación y
prosperidad y, consiguientemente, a organizarse según su conveniencia, a legislar de
acuerdo a sus intereses, administrar sus servicios y definir la competencia y jurisdicción
de sus tribunales… Artículo 6. El reconocimiento de un Estado sólo significa que el
Estado que lo reconoce acepta la personalidad del otro con todos los derecho y
obligaciones determinados por el Derecho Internacional. El reconocimiento es
incondicional e irrevocable”
Clases de Reconocimiento:
1. Desde el punto de vista de número de países que haga el reconocimiento:
Individual: sólo lo realiza un solo Estado.
Colectivo: el que practican conjuntamente varios países.
2. Desde el punto de vista de la forma de hacer el reconocimiento:
Expreso: implica una manifestación de voluntad claramente emitida para
externar el criterio del estado en el sentido de que otorga el
reconocimiento.
Tácito: se deduce a la conducta del Estado, aunque no declara
literalmente que otorga el reconocimiento, la conducta que despliega
permite deducir que existe ese reconocimiento.
3. Desde el punto de vista del tiempo en el que se produce el reconocimiento:
Oportuno: se produce en el momento más idóneo, sin producir esperas
injustificadas.
Demorado: aquel que no se produce cuando ya hay elementos objetivos
suficientes para que se otorgue y se retarda injustificadamente para el
Estado.
Prematuro: Aquel que por implicar una situación ventajosa para el
Estado que otorga el reconocimiento, da lugar a anticipar resultados aún
inciertos.
4. Desde el punto de vista de la exigencia de contraprestaciones:
Libre: aquel que el Estado otorgante lo da sin exigir determinadas
contraprestaciones.
Condicionado: el Estado otorgante del reconocimiento, de manera
ventajosa, pretende se le den contraprestaciones pactadas.
5. Desde el punto de vista de que haya o no solicitud del reconocimiento:
Oficioso: se otorga sin que media una solicitud para que el
reconocimiento se produzca.
Solicitado: aquel en el que el Estado, Gobierno o el grupo interesado
solicita que se emita el reconocimiento.
6. Desde el punto de vista del carácter provisional o definitivo que puede tener
un reconocimiento:
De facto: es provisional y está sujeto a que las condiciones de quien ha
recibido el reconocimiento mejoren, o de empeorar la situación éste
puede retirarse o desaparecer automáticamente.
De jure: es definitivo y no requiere ya otro ulterior reconocimiento.
7. Desde el punto de vista del objeto o materia del reconocimiento:
Éste puede ser de Estado, de gobierno, de facto, de Gobierno de jure,
gobierno en el exilio, insurgencia, beligerancia, independencia o nación.
Reconocimiento de Gobiernos
El reconocimiento de gobierno podemos definirlo como la manifestación de
voluntad que hace un Estado o grupo de Estados mediante la cual verifica la
constitucionalidad de un gobierno o no, y que tiene como efecto la continuidad o no de
las relaciones entre los Estados. Todo lo expuesto respecto a los Estados se aplica a
los Gobiernos. El problema surge cuando hay que reconocer gobiernos de facto.
Clasificación de Gobiernos
El Derecho acepta que existen dos clases de gobiernos:
a. Gobiernos de iure: aquellos que asumen el poder de manos de otro gobierno
de derecho conforme a un procedimiento regulado en su carta fundamental
b. Gobiernos de facto: aquellos que asumen el poder por medios no
constitucionales, a veces a través de la violencia; algunos califican este
hecho como “asalto del poder”.
Esta distinción de gobiernos de iure y gobiernos de facto es cuestionada por muchos
autores, apoyando su desacuerdo en los argumentos siguientes:
a. Una revolución triunfante suele acarrear una modificación en el Derecho
Constitucional existente en el país, y es el gobierno que hace el Derecho y no
éste el que hace a aquel;
b. El Derecho Internacional no impone a los Estados la adopción de una
determinada forma de gobierno; lo que para el Derecho Internacional cuenta es
el “control efectivo” del país por muy revolucionario o antidemocrático que sea;
c. En este concepto la legitimidad resulta definida en términos de ideología política
y no en términos jurídicos;
d. La distinción entre gobiernos de iure y gobiernos de facto se basa en el grado de
efectividad en el ejercicio del poder.
Otros ven la cuestión en la forma siguiente: cuando se realiza una verdadera
revolución, que conlleva cambio de estructuras, el gobierno de facto se convierte en
gobierno de iure al momento en que establece sus propias normas y ejerce su
autoridad única en todo el territorio. Esta afirmación y la doctrina antes expuesta es
aventurada y de aceptarse no haría sino crear la inseguridad y alentar el aventurerismo;
el reconocimiento de un gobierno puede servir para ofrecer y aceptar cooperación a
diferentes niveles, para asegurar y continuar las relaciones diplomáticas para continuar
las relaciones comerciales, pero nunca para resolver una cuestión jurídica interna sobre
si el gobierno de facto, por el hecho del reconocimiento, se convirtió en gobierno de iure
o si continúa siendo gobierno de facto. Es un hecho que el gobierno que nace como de
facto no será el reconocimiento el que cambiará sus orígenes; aun con el aval que da el
reconocimiento otorgado por la comunidad internacional, el gobierno seguirá siendo de
origen “factual”. Es precisamente esta cuestión del reconocimiento de los gobiernos de
facto la que ha dado lugar a diferentes doctrinas sobre la conveniencia o inconveniencia
de reconocer gobiernos, su procedencia o improcedencia.
Doctrina Stimson
Resultó del hecho que en 1931 Japón instaló en Manchukuo (Manchuria), que
hasta entonces era parte de China, un gobierno títere. Casi todos los Estados
consideraron a Japón como agresor y entonces Stimson, Secretario de Estado, declaró
que su gobierno no reconocería las situaciones creadas por medios violentos. Fue una
doctrina aceptada por la Sociedad de Naciones Unidas y la OEA (Organización de
Estados Americanos). Guatemala en 1945, en Chapultepec, representada por el
licenciado Enrique Muñoz Meany, sostuvo que no debía reconocerse en América Latina
los regímenes dictatoriales y/o antidemocráticos. Esta doctrina se diferencia de la Tobar
en el sentido que se pretendió imponer a nivel universal.
Doctrina Estrada
Fue formulada el 27 de septiembre de 1930 por el Ministerio de Relaciones
Exteriores de México para evitar los problemas de calificación de reconocimiento,
opinando que su país sólo reconoce Estados y que en lo sucesivo su país se limitaría a
mantener o retirar, cuando le parezca procedente, a sus Agentes Diplomáticos y a
continuar aceptando, también cuando lo considere conveniente, a los agentes
diplomáticos que las naciones respectivas tengan acreditadas en México; aunque el
tenor literal de esta declaración va en el sentido de una absoluta facultad discrecional
de los Estados en materia de relaciones diplomáticas, problema distinto
conceptualmente del de reconocimientos de gobiernos, ha sido interpretada
generalmente en el sentido de que el reconocimiento no se subordina a ninguna
condición, evitando diferenciaciones entre reconocimientos de iure y de facto; por otro
lado la doctrina Estrada, con su énfasis en las relaciones diplomáticas tiende a facilitar
las formas de reconocimiento tácito.
Antes del año 2009 la doctrina Estrada cobró mucho auge y aceptación; evitaba
a los Estados problemas de calificación, evitaba el que los Estados se comprometiesen
y otorgasen carácter de permanencia al reconocimiento estatal; daba más importancia a
las relaciones amistosas entre los pueblos. La invocaban no sólo los países
latinoamericanos sino también los Estados anglosajones, europeos y asiáticos.
Después del tema de Honduras en el año 2009 esta doctrina Estrada parece haber
perdido aplicación; ni México parece aplicarla.
Golpe de Estado
La OEA resuelve:
1. Instruir al Secretario General que solicite la convocatoria inmediata del Consejo
Permanente en caso de que se produzcan hechos que ocasionen una
interrupción abrupta o irregular del proceso político institucional democrático o
del legítimo ejercicio del poder por un gobierno democráticamente electo, en
cualquiera de los Estados miembros de la Organización, para, en el marco de la
Carta, examinar la situación, decidir y convocar una reunión ad hoc del Ministros
de Relaciones Exteriores, o un período extraordinario de sesiones de la
Asamblea General, todo ello dentro de un plazo de 10 días. Y
2. La Reunión ad hoc de Ministros de Relaciones Exteriores o el Período
Extraordinario de Sesiones de Asamblea General tendrán por objeto analizar
colectivamente los hechos y adoptar las decisiones que se estime apropiadas,
conforme a la Carta y al Derecho Internacional.
Lo resuelto por la OEA tiende, en la práctica, a dejar fuera del marco legal la
posibilidad del “reconocimiento de los gobiernos de facto” sobre la base de ciertos
requisitos que se aceptaban tradicionalmente.
Reconocimiento
El reconocimiento en esta materia específica no es sino una pura constatación
de un hecho existente; en ninguna forma se está “creando”, solamente se está
“declarando”. El reconocimiento de estos grupos casi nunca es expreso y formal; más
bien es un reconocimiento tácito; algo que se deduce de las actitudes de terceros
Estados; por ejemplo: declaraciones expresas de neutralidad, negativa a vender
armamento al gobierno que se considera legítimo, bloqueo económico, bloqueo
marítimo, asilo fácil para los beligerantes, promoción y protagonismo internacional,
facilidad para los brazos políticos- diplomáticos de los beligerantes, facilidades para
proyectar a los beligerantes internacionalmente, acceso, aunque discreto la mayor de
las veces, a fuentes de financiamiento a los beligerantes.
Fundamento
El reconocimiento de los grupos beligerantes se lleva a cabo principalmente por dos
razones:
a. Conveniencia, es decir, proteger sus propios intereses en el territorio bajo control
de los beligerantes: minas, exploraciones, negocios, nacionales, etc. y;
b. Humanitario, es decir, evitar que los delincuentes comunes sean tratados como
subversivos y éstos como delincuentes comunes; humanizar el conflicto.
Además, para adoptar ayuda humanitaria.
Requisitos
Para que el reconocimiento pueda ser justificado, debe por lo menos, llenarse los
siguientes requisitos mínimos:
a. Que exista un conflicto armado de carácter general;
b. Que el grupo beligerante ejerza un control efectivo sobre una parte sustancial de
territorio;
c. Que el grupo beligerante ocupe efectivamente una parte sustancial del territorio;
d. Que el grupo beligerante actúe permanentemente bajo autoridad responsable y
que en las hostilidades respeten efectivamente las leyes y costumbres de la
guerra;
e. Que ofrezca posibilidades de poder cumplir con los compromisos internacionales
que eventualmente puedan recaer compromisos internacionales que
eventualmente pueden recaer sobre ellos. Este reconocimiento le puede venir al
grupo beligerante del mismo Estado dentro del cual está luchando; es una forma
de humanizar la contienda y en tal caso los prisioneros de ambos campos se
toman como prisioneros de guerra. Los grupos beligerantes, una vez
reconocidos, pueden enviar delegados especiales con estatuto diplomático a
explicar sus puntos de vista ante los foros y Estados que los han reconocido.
Como ejemplo citemos al Frente Sandinista, al Frente Farabundo Martí. La
actitud más común, por parte de los Estados que desean otorgar un cierto
reconocimientos grupos beligerantes, es que declaren en estado de completa
“neutralidad” por ejemplo Inglaterra durante la Guerra Civil de Estados Unidos de
América, Franco durante la Guerra Civil Española, etc.
Posición Internacional
La insurgencia no origina derechos y obligaciones definidos; sucede que cuando
la insurgencia cae en lo inhumano ciertos Estados por razones de interés nacional
otorgan no necesariamente un reconocimiento pleno, sino un reconocimiento ad hoc,
sui generis que los somete a las leyes de la guerra, al intercambio de prisioneros, a
exigir respeto a los civiles, etc. En opinión de Lauterpacht el reconocimiento de la
insurgencia es la renuncia de los Estados a tratar a los insurgentes como simples
violadores del derecho. Se trata aquí de un reconocimiento de facto no de iure. Es de
naturaleza provisional.
https://es.wikipedia.org/wiki/Reconocimiento_de_Estados
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/08/
Reconocimiento_de_Estado.pdf
https://www.studocu.com/es-mx/document/universidad-nacional-autonoma-de-
mexico/derecho-internacional-publico/el-reconocimiento-internacional/
15409348/download/el-reconocimiento-internacional.pdf
https://es.scribd.com/document/494689874/Carlos-Larios-Ochaita-Derecho-
Internacional-Publico
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-derechos/article/view/
13188/14666#:~:text=En%20t%C3%A9rminos%20generales%2C%20el
%20reconocimiento,las%20relaciones%20entre%20los%20Estados