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3.1.-Definición:
Es el acto jurídico unilateral, discrecional e irrevocable, por el cual un sujeto de Derecho Internacional Público
confiere a una comunidad política organizada en un determinado territorio la titularidad de derechos y
obligaciones internacionales, se ha dado el caso, como lo dice el autor Fermín Toro, de reconocer como
Estado a un ente político que carezca de algunos de los elementos existenciales del Estado, sin embargo, lo
normal es que el reconocimiento sea el acto atributivo de la subjetividad jurídica a un Estado preexistente
como ente político internacional.
En fin, el reconocimiento de los Estados ha sido definido como "el acto libre por el cual uno o varios Estados
constatan la existencia sobre un territorio determinado de una sociedad humana políticamente organizada,
independiente de cualquier otro Estado existente, capaz de observar las prescripciones del Derecho
Internacional, y manifiestan consiguientemente su voluntad de considerarlo como miembro de la Comunidad
Internacional."
3.2.- Las características del reconocimiento las podemos enumerar de la siguiente manera:
1. Es un acto Unilateral, porque produce sus efectos jurídicos por la sola y única voluntad de quien lo
realiza, es decir, genera derechos y obligaciones para el reconocimiento y el reconocido, por voluntad de
quien ha reconocido. En síntesis; el reconocimiento de un Estado no tiene una forma o formalismo propio,
es decir, puede ser expreso o implícito, unilateral y mutuo o recíproco, individual o conjunto. Los sujetos
que realizan el reconocimiento de un Estado pueden ser otro u otros Estados o alguna Organización
Internacional competente para ello.
2. Es un acto discrecional, porque no existe norma alguna en Derecho Internacional Público que
obligue a un sujeto de derecho reconocer como sujeto a un Estado existente como ente político, es decir,
es libre y discrecional porque el reconocimiento de los Estados; es una prerrogativa de cada sujeto
internacional decidir si y cuando va a reconocer a un nuevos Estado.
3. Es un acto irrevocable; porque no puede ser reconocido válidamente un Estado sin incurrir
en responsabilidad internacional. Además, es irrevocable porque una vez hecho el reconocimiento, la
cualidad de sujeto de derecho del Estado reconocido adquiere carácter objetivo independiente de la
voluntad del reconocimiento. La doctrina se plantea sí el reconocimiento de Estados puede ser revocado,
cuestión que ha sido ampliamente debatida, puesto que estaríamos en presencia de dos tipos de
reconocimientos, uno definitivo y otro provisional. En nuestra opinión, el reconocimiento de un Estado
puede ser revocado, si los elementos esenciales para su existencia, es decir, la población, el territorio y la
soberanía, han cambiado de manera radical o se han perdido.
4. Es un acto creador de subjetividad jurídica, para el Estado reconocido, cuyo reconocimiento no se
produce erga omnes, sino exclusivamente entre el Estado que reconoce y el reconocido.
5. Es un acto incondicional, en el sentido de no podría válidamente el gobierno venezolano someter
la eficacia jurídica del acto a una condición suspensiva, es decir, a un acontecimiento futuro e incierto de
cuya realización dependería el nacimiento o la extinción de la subjetividad jurídica del Estado objeto del
reconocimiento.
6. Puede ser un Reconocimiento expreso o tácito; expreso porque es aquel en el cual, quien
reconoce, manifiesta explícita y directamente su voluntad de admitir que determinado ente, político
internacional, calificado como Estado, está dotado de subjetividad jurídica internacional; es tácito o
implícito, aquel que se infiere de la realización por parte de quien reconoce, respecto del ente político
internacional que se quiere reconocer, de ciertos actos jurídicos que presumen la condición o investidura
de la subjetividad jurídica.
7. Es un acto que puede ser separado o conjunto, aunque normalmente es un acto que efectúa
separadamente cada sujeto del Derecho Internacional Público, pero ello, no obsta a que varios sujetos
puedan reconocer simultáneamente, en un mismo acto, a un ente político internacional como Estado.
Doctrina de Hallstein: fue formulada en 1955 por el Gobierno de –en aquel entonces- la
República Federal Alemana, donde resaltaba la ruptura de relaciones diplomáticas con
todo Estado que reconociera a la República Democrática Alemana, la cual era
considerada “una simple zona de la unión soviética en Alemania” esta doctrina no fue muy
bien aceptada por los aliados de la República Federal.
Doctrina Estrada
La Doctrina Estrada se aplica en México del año 1930 a 2000. Esta doctrina, mediante un
documento enviado a los representantes de México en el extranjero, hace referencia a la
costumbre de otorgar el reconocimiento de Gobierno. Hasta que fue considerada como un
uso denigrante, en virtud de que cada país tiene su propio derecho de autodeterminación.
México sufrió a causa de esta práctica pues al comienzo de su independencia, le fue difícil
obtener el reconocimiento. Se uso de manera más extendida en la década de 1970 donde
México no otorgó reconocimiento de Estado a los países sudamericanos que sufrieron
golpes de estados, el Gobierno de México solo se limita a mantener o retirar, cuando lo
considere necesario, a sus diplomáticos y a continuar aceptando, cuando también lo
considere apropiado, a los diplomáticos que las demás naciones tengan acreditados en
México, sin calificar de ninguna manera a sus Gobiernos o gobernantes.
2)Irrevocable: Después de que el estado reconoce a otro a nivel internacional queda firme y
vigente, no se puede retirar.
Formas de Reconocimiento:
Buenos Oficios: Con esta expresión, se conoce la acción amistosa de una tercera potencia
que propone a los Estados en litigio un terreno de de acuerdo y se esfuerza en llevarlos al
mismo mediante una especie de discreta ingerencia.
La Mediación: Consiste en la acción de una tercera potencia destinada a obtener un arreglo
entre dos Estados en litigio; se distingue de los buenos oficios por una simple diferencia de
grado: los buenos oficios presentan un carácter mas discreto, mientras que en la mediación
el Estado mediador interviene en la negociación y propone una solución al conflicto.
La Investigación: Este modo de solución es una creación de la primera Conferencia de La
Haya y consiste en la sumisión del conflicto de que se trate a unos comisarios
investigadores, cuya única misión es la de aclarar las cuestiones de hecho, sin pronunciarse
en modo alguno sobre las responsabilidades que de ellas se deduzcan, las cuales en general
resultan del análisis objetivo de los hechos.
3- Por acto de particulares, mas sin embargo, hay una excepción, cuando ese particular
actúa indirectamente, utilizando medios que pertenecen al estado.
Responsabilidades del Estado por actividades licitas:
Teoría de la Culpa: De Hugo Groccio, dice que en caso de motines, el Estado debe
responder porque es de el la culpa por no poder, como gobierno y como autoridad, la
concurrencia de esos hechos.
Teoría de Brusa: Dice que en el caso de daños a extranjeros, el Estado debe
responsabilizarse porque ha obtenido beneficios de los extranjeros.
Teoría del Cuasi Delito: Porque dice que la omisión del Estado es culpable.
INTRODUCCIÓN
La responsabilidad internacional se origina en las conductas violatorias de las normas de derecho
internacional, por los sujetos de éste. Al ser el Estado el sujeto internacional, su responsabilidad
internacional puede provenir de conductas violatorias que atacan a personas, bienes o derechos de
otro Estado, protegidos por normas internacionales. Siempre que se viola, un deber establecido en
cualquier regla de derecho internacional, automáticamente surge una relación jurídica nueva. Esta
relación se establece entre el sujeto imputable, que debe "responder" mediante una reparación y el
sujeto que tiene derecho de reclamar la reparación por el incumplimiento de la obligación. Puede
configurarse por la lesión directa de los derechos de un Estado y por un acto u omisión ilegal que
causa daños a un extranjero. En este caso, la responsabilidad es ante el Estado del cual el extranjero
es nacional.
ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
Los elementos esenciales son:
Existencia de un acto u omisión que viola una obligación establecida por una regla de
derecho internacional vigente entre el Estado responsable del acto u omisión y el Estado
perjudicado por dicho acto u omisión
El acto ilícito debe ser imputable al Estado como persona jurídica.
Debe haberse producido un perjuicio o un daño como consecuencia del acto ilícito.
Estos elementos han sido confirmados por la practica del Estado, la jurisprudencia y la doctrina
como requisitos esenciales para el nacimiento de la responsabilidad internacional.
CUESTIÓN DE LA CULPA
La precedente relación de elementos constitutivos se complementa con un elemento subjetivo
adicional: la falta o culpa del Estado. Otro criterio sostiene que lo relevante no es la actitud
psicológica de los individuos como órganos del Estado, sino la conducta objetiva del Estado: el
Estado es responsable por la violación de sus obligaciones sin necesidad de identificar una falla
psicológica en sus agentes.
Para determinar la responsabilidad internacional, un Estado se considera responsable, por errores de
juicio de sus agentes, aun si dichos errores se han cometido bona fide y están libres de cualquier
elemento de malicia o negligencia culpable. La responsabilidad del Estado no requiere la existencia
de un acto de malicia, negligencia o descuido por cualquier agente individual; puede consistir en un
defecto general o falla en la estructura del Estado o su administración pública, y estar separado de
toda intención subjetiva. Puede radicar en la "insuficiencia" de los poderes legales del gobierno.
JURISPRUDENCIA DE LA CORTE INTERNACIONAL EN RELACIÓN CON LA CULPA
Después de determinar la existencia de una obligación jurídica basada en ciertos principios generales
y bien reconocidos, la Corte llegó a la conclusión de que era posible que dichas autoridades
previnieran a las embarcaciones. La prueba es de importancia decisiva en materia de responsabilidad,
ya que siempre es de difícil producción por la parte perjudicada. El traslado de la carga de la prueba
del demandante al demandado o el establecimiento de presunciones que tienen el mismo efecto, son
instrumentos importantes usados por el derecho interno para promover la evolución del derecho de la
responsabilidad con base en los conceptos del riesgo o de la responsabilidad absoluta.
TEORÍA DEL RIESGO
Significa que quien por su propio placer o utilidad introduce algo peligroso a la sociedad, es
responsable de cualquier accidente que de ello se derive, aun cuando no se le pueda imputar culpa o
negligencia alguna. Esta teoría ha sido incorporada a la legislación nacional de muchos países en
relación con los accidentes del trabajo y se aplica a otras actividades peligrosas. En el derecho
internacional, la teoría del riesgo se aplica no como principio general de responsabilidad, sino en
aquellos casos que han sido previa y claramente definidos por las convenciones internacionales. Un
rasgo común a todas estas aplicaciones de la doctrina de la responsabilidad absoluta es que las
actividades que causan, o que es probable que causen el daño, son peligrosas pero no ilícitas.
DOCTRINA DEL ABUSO DEL DERECHO
La responsabilidad surgida de las pruebas nucleares debe resolverse por aplicación de la doctrina del
"abuso del derecho". Existe la duda si es aplicable en estos casos. En el laudo dado en el caso Trail
Smelter (1935), se declaró que "ningún Estado tiene derecho de usar o de permitir el uso de su
territorio de tal modo que cause daño por razón del lanzamiento de emanaciones en o hacia el
territorio de otro". Cuando no existe el derecho ya no es posible hablar del abuso del derecho. Si el
principio que prohíbe el abuso del derecho ha sido aceptado como norma de derecho internacional,
entonces cualquier abuso de un derecho constituirá una violación de dicha regla y será un acto ilegal
que dará lugar a responsabilidad.
ACTOS QUE CAUSAN PERJUICIOS O DAÑOS Y QUE SON JUSTIFICABLES
Existen circunstancias en razón de las cuales un acto que causa perjuicios o daños puede ser
justificable.
CONSENTIMIENTO, LEGÍTIMA DEFENSA, REPRESALIAS Y OTRAS SANCIONES
I. Consentimiento. En el derecho internacional, muchas violaciones de los derechos de un Estado
pueden resultar legitimadas por su consentimiento. Debe prestarse con anterioridad o
simultáneamente a la violación. Si es retroactivo constituiría una renuncia al derecho de reclamar la
reparación, estaría viciado por error, coacción o fraude.
II. Legítima defensa. El derecho internacional reconoce que ciertos actos, normalmente ilegales, en
defensa propia son legítimos y no dan lugar a la responsabilidad.
III. Represalias y otras sanciones. La aplicación de una sanción autorizada es un acto legítimo que no
da lugar a la responsabilidad del Estado por las pérdidas que ocasione.
DOCTRINA DE LA NECESIDAD
Si un Estado, por la necesidad de salvarse de un peligro grave e inminente que no ha ocasionado y
que no puede evitar de otro modo, comete un acto que viola un derecho de otro, no da lugar a su
responsabilidad internacional. Ese peligro tiene que ser de tal índole "que llegue a amenazar la
existencia del Estado, su estatuto territorial o personal, su gobierno o su forma de gobierno, o limite
o aun haga desaparecer su independencia o su personalidad internacional". De acuerdo con los
principios generales de derecho no existe responsabilidad si el evento dañino ocurre
independientemente de la voluntad del agente del Estado y como resultado de forcé majeure.
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS DE LOS ÓRGANOS LEGISLATIVO,
ADMINISTRATIVO, JUDICIAL Y OTROS DEL ESTADO
Puede surgir de actos u omisiones de sus órganos, cualesquiera que sean las funciones que
desempeñen.
ÓRGANOS LEGISLATIVOS
La posición de los órganos legislativos no difiere de los otros órganos del Estado. En la Conferencia
de Codificación de La Haya, todos los Estados aceptaron el principio de que un Estado incurre en
responsabilidad internacional "como resultado, bien de la promulgación de una legislación
incompatible con sus obligaciones internacionales, o bien de la falta de legislación necesaria para el
cumplimiento de dichas obligaciones". La legislación interna no proporciona una medida adecuada
del cumplimiento, por parte del Estado, de sus obligaciones internacionales. No basta promulgar una
buena ley pero fallar en su aplicación; y a la inversa. Cuando la ley causa daño directo a un Estado,
su mera aprobación puede servir de base para una queja, aun ante un órgano judicial.
ÓRGANOS EJECUTIVO Y ADMINISTRATIVO
Un Estado incurre en responsabilidad por cualquier acto contrario al derecho internacional cometido
por cualquiera de sus agentes o por los funcionarios del Estado; por el jefe del gobierno, un ministro,
un funcionario diplomático o consular, o cualquier otro funcionario.
ACTOS NO AUTORIZADOS Y ULTRA VIRES DE LOS FUNCIONARIOS
No existe responsabilidad directa del Estado, sólo responsabilidad por falta de prevención o de
represión, cuando el agente no ejercita ninguna de sus funciones o atribuciones oficiales ni trata de
establecer ninguna relación ostensible entre su acción y su cargo oficial: cuando no existe
"apariencia de procedimiento oficial". El elemento más convincente de una autoridad de actuar en
nombre del Estado, es el uso de medios puestos a la disposición de los funcionarios por razón de sus
funciones. Los motivos que inspiran al agente del Estado, no son pertinentes para atribuir la
responsabilidad al Estado o al individuo. Para que el Estado pueda ser considerado responsable, no
basta que el agente haya dado a entender que actúa en ejercicio de su autoridad oficial, también se
exige que su actuación no sea notoriamente ajena a sus funciones que la parte perjudicada pueda
evitar equivocarse sobre ello y que mediante el uso de una diligencia razonable haya podido eludir el
perjuicio.
ACTOS DEL PODER JUDICIAL
Los principios de la separación y de la independencia del poder judicial en el derecho interno y del
respeto por las sentencias judiciales, influyen en la forma como la responsabilidad del Estado se
aplica a los actos u omisiones de los órganos judiciales. La responsabilidad no se produce por la
aplicación errónea o por violación de una regla de derecho interno, aunque cause daños a un
extranjero. Para que exista responsabilidad del Estado, se necesita una violación manifiesta del
derecho internacional.
DENEGACIÓN DE JUSTICIA
Existe denegación de justicia "cuando un fallo no puede obtenerse dentro de un tiempo razonable",
existe una "defi de justice" cuando, el fallo se ha dictado en forma manifiestamente contraria al
derecho". Es una negativa a permitir a los sujetos de un Estado extranjero que reclamen o afirmen
sus derechos ante tribunales ordinarios, y al distinguir entre el caso de dicha denegación y el de un
fallo injusto y parcial. El resultado desfavorable de un proceso no es nunca, una denegación de
justicia. Es la negativa a dar acceso a los extranjeros a los tribunales nacionales para la protección de
sus derechos.
ESTADOS CONSTITUTIVOS DE LOS ESTADOS FEDERALES
El Estado federal es responsable de la conducta de sus subdivisiones políticas y no puede evitar esa
responsabilidad alegando que sus poderes constitucionales de control sobre ellas son insuficientes
para exigir el cumplimiento de las obligaciones internacionales.
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS DE LOS PARTICULARES
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS INDIVIDUALES DE LOS PARTICULARES
Dentro de un Estado, pueden efectuarse actos que afectan adversamente los derechos de otros
Estados. La complicidad entre ofensor y el Estado no existe, en el caso más corriente de dejar de
impedir o castigar el acto, sólo en el caso excepcional de que las autoridades realmente conozcan
previamente el acto que se va a intentar, o actúen como instigadores del delito. De acuerdo con la
jurisprudencia, puede haber responsabilidad del Estado en casos en que no se puede aseverar o
probar la complicidad y podría inferirse sólo en virtud de una ficción. La base de la responsabilidad
del Estado por los actos de los individuos consiste en que el Estado deja de cumplir su deber
internacional de impedir el acto ilícito o de someter al ofensor a la justicia. La soberanía territorial
entraña el derecho exclusivo de desplegar las actividades del Estado y tiene como corolario un deber:
la obligación de proteger dentro de su territorio, los derechos de otros Estados, especialmente la
integridad e inviolabilidad, junto con los derechos que cada Estado puede reclamar para sus
nacionales en territorio extranjero.
VIOLENCIA DE LAS TURBAS
Los principios referidos rigen la responsabilidad de los Estados en relación con los daños causados
por personas privadas, individualmente o en grupo. A ningún gobierno se le puede hacer responsable
por el acto de los grupos de hombres sublevados, cometidos en violación de la autoridad de éste,
cuando el gobierno mismo no ha cometido infracción alguna contra la buena fe ni ha demostrado
negligencia al reprimir la insurrección. Al gobierno no puede considerársele un asegurador de vidas
y propiedades. La no-responsabilidad de ningún modo excluye el deber de emplear vigilancia. Queda
comprometida la responsabilidad del Estado si se puede probar evidentemente que el gobierno o sus
agentes actuó en complicidad con los autores de los disturbios.
DAÑOS SUFRIDOS POR LOS EXTRANJEROS DEBIDO A INSURRECCIONES Y GUERRAS
CIVILES
Los gobiernos no son responsables por los daños o pérdidas por actos para reprimir la rebelión y
restaurar el orden. Es una aplicación analógica de la no-responsabilidad por los daños por actos de
guerra, no obstante, será responsable de los efectos de la discriminación contra los extranjeros. El
Estado será responsable cuando las medidas que se hayan tomado excedan manifiestamente las
necesidades de la situación. Hay una excepción general y es cuando los revolucionarios se convierten
en el gobierno del Estado. El fundamento radica en que a los insurgentes victoriosos se les impide
repudiar su responsabilidad so-pretexto de que el daño fue causado por ellos como individuos
privados. Los insurgentes que han tenido éxito son retroactivamente responsables de sus propios
actos y de los del anterior gobierno legítimo, de acuerdo con el principio de la continuidad de la
personalidad del Estado.
NATURALEZA Y ALCANCE DE LA REPARACIÓN POR UNA INFRACCIÓN DE UNA
OBLIGACIÓN INTERNACIONAL
Un Estado cumple la obligación que le incumbe como resultado de su violación de una obligación
internacional, resarciendo el daño causado. "Reparación" es el término genérico que describe los
diferentes métodos a disposición del Estado para cumplir o liberarse de tal responsabilidad. El
incumplimiento de un compromiso entraña la obligación de efectuar una reparación adecuada. La
naturaleza de la reparación puede consistir en una restitución, indemnización o satisfacción.
RESTITUCIÓN
El propósito es restablecer la situación que hubiera existido de no haber ocurrido el acto u omisión
ilícitos, mediante el cumplimiento de la obligación que el Estado dejó de cumplir; la revocación del
acto ilícito; o la abstención de una actuación inicua adicional.
INDEMNIZACIÓN
"Es un principio de derecho internacional que la reparación de un mal pueda consistir en una
indemnización... siendo ésta la forma más usual de reparación". Presupone el "pago de una cantidad
correspondiente al valor que tendría la restitución en especie”.
DAÑO INDIRECTO
La Corte Permanente de Justicia Internacional indicó que la restitución se había concebido para
borrar "todas las consecuencias" del acto ilícito. Esto plantea el problema del deber de compensar los
daños que no son producto inmediato del acto ilícito sino de acontecimientos posteriores.
PÉRDIDA DE UTILIDADES
En la jurisprudencia arbitral primitiva, las reclamaciones por pérdida de utilidades se trataban como
reclamaciones por daños indirectos y no eran permitidas, pero los laudos contemporáneos admiten
dichas pérdidas sobre la base de que una justa compensación implica una restitución completa del
status quo ante.
INTERESES
Cuando han sido reclamados, deben considerarse como elemento integrante de la compensación, ya
que la indemnización plena incluye "no sólo la cantidad adeudada sino también una compensación
por la pérdida del uso de dicha cantidad durante el tiempo dentro del cual el pago de ésta continúa
retenido". Cuando los daños sufridos son materiales y no se ha asignado nada por el lucrum cessans,
los intereses deben empezar a devengarse desde la fecha del daño. Con respecto a los daños
personales en los cuales la suma concedida es una compensación global por los daños sufridos, o en
deudas no liquidadas, los intereses se cuentan desde la fecha del laudo.
COMPENSACIÓN PUNITIVA
En algunos casos, se ha impuesto una forma moderada de sanción para inducir al gobierno que
incurrió en el acto ilícito a mejorar su administración de justicia. No llega más allá del concepto de la
responsabilidad civil y no implica la responsabilidad penal.
SATISFACCIÓN
Es adecuada para el perjuicio no material o daño moral a la personalidad del Estado. La Corte
Permanente de Arbitraje declaró: "Si una potencia dejara de cumplir sus obligaciones... hacia otra
potencia, la determinación de este hecho, especialmente en un laudo arbitral, constituye por sí misma
una grave sanción".
RECLAMACIONES DE LOS ESTADOS POR VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS DE SUS
NACIONALES
La determinación de la responsabilidad por ilícitos que violan los derechos de extranjeros, por daños
causados a su persona o bienes, se asegura mediante la protección diplomática o la presentación de
reclamaciones. Una de las dificultades para presentar una reclamación es la falta de ius standi de las
personas privadas ante los órganos internacionales, resuelta por la Corte Permanente con base en tres
elementos: Que el Estado respalde las reclamaciones privadas; que dicho Estado debe ser el de la
nacionalidad del extranjero; y que el daño sufrido determina la medida adecuada de la reparación
debida.
PROHIJAMIENTO POR EL ESTADO DE LAS RECLAMACIONES PRIVADAS
La necesidad del apoyo de las reclamaciones privadas por el Estado, ha sido declarado por la Corte
Permanente en la forma siguiente: Es un principio elemental de derecho internacional que un Estado
tiene el derecho de proteger a sus súbditos cuando han sido lesionados por actos contrarios al
derecho internacional cometidos por otro Estado, del cual no han podido obtener satisfacción a través
de los canales ordinarios. Al hacerse cargo del caso de uno de sus súbditos, y recurrir a la acción
diplomática o a un procedimiento judicial internacional en su nombre, el Estado afirma sus propios
derechos, de garantizar en la persona de sus súbditos, el respeto de las reglas de derecho
internacional. Cuando un Estado se ha hecho cargo de un caso en nombre de un de sus súbditos, ante
un tribunal internacional, a juicio de éste, el Estado es el único reclamante.
NACIONALIDAD DE LAS RECLAMACIONES DE LAS PERSONAS FÍSICAS O MORALES
Este derecho queda limitado a la intervención en favor de sus propios nacionales, porque a falta de
un acuerdo especial, es el vínculo de la nacionalidad lo que confiere al Estado el derecho de la
protección diplomática y es una parte de la función de la protección diplomática que debe
contemplar el derecho de apoyar una reclamación y de garantizar el respeto para la regla de derecho
internacional
MEDIDA DE LA REPARACIÓN EN RECLAMACIONES PRIVADAS
Es un principio de derecho internacional que la reparación de un mal puede consistir en una
indemnización que corresponda al daño que han sufrido los nacionales del Estado afectado, como
resultado del acto que es contrario al derecho internacional. Las reglas de derecho que rigen la
reparación son las del derecho internacional vigentes entre los dos Estados interesados, y no la ley
que rige las relaciones entre el Estado que ha cometido el acto ilícito y el individuo que ha sufrido el
daño.
COROLARIOS DE LOS PRINCIPIOS ANTES MENCIONADOS
Si un Estado ejerce sus propios derechos, sólo está autorizado para presentar una reclamación, pero
no está obligado a hacerlo dentro del derecho internacional, y una vez que la reclamación se
presenta, "el control del gobierno que ha respaldado y está manteniendo la reclamación es absoluto".
De acuerdo con el derecho internacional, si el pago se hace al Estado reclamante cumpliendo así su
demanda, éste tiene control absoluto sobre los fondos que por ello haya recibido y retenga.
REGLA DE LA NACIONALIDAD CONTINUA DE LAS RECLAMACIONES
Es esencial que el individuo o la sociedad que sufre la pérdida o el daño tengan la nacionalidad del
Estado reclamante en el momento en que sufrió el daño.
RECLAMACIONES COMPUESTAS
Un Estado puede presentar una reclamación en su propio nombre simultáneamente con otra en
nombre de uno de sus nacionales, los derechos de un individuo "se encuentran siempre en un plano
diferente del de los derechos pertenecientes a un Estado, los cuales también pueden ser infringidos
por el mismo acto".
BASE DE LAS RECLAMACIONES
Las reclamaciones en nombre de los nacionales pueden ejercerse válidamente sólo cuando un
derecho de un nacional ha sido afectado directamente por el acto de un Estado en violación del
derecho internacional. Para que la reclamación sea admisible, no basta que los intereses de un
extranjero que no están protegidos por el derecho, se encuentren afectados adversamente, o que haya
sufrido un daño. Es necesario que el amparado sea titular del derecho de presentar una reclamación
por daños.
PROTECCIÓN A LOS ACCIONISTAS
Los principios son aplicables a la cuestión de establecer si el Estado puede proteger a sus nacionales,
en su carácter de accionistas de una sociedad. Es necesario determinar, si los actos objeto de las
quejas afectan directamente a la persona del accionista, entonces el Estado de la nacionalidad de
cualquier accionista individual puede intervenir en su favor, sin considerar la nacionalidad de la
compañía. Pero si los actos que han motivado la queja se dirigen directamente contra la sociedad,
entonces el Estado de la nacionalidad de la compañía puede plantear una reclamación internacional
en nombre de dicha sociedad.
CONCLUSIÓN
Las reglas de derecho internacional referentes a las reclamaciones, su adopción por los Estados, la
condición de nacionalidad continua, el requisito de la violación de derechos como base de una acción
válida, han sido criticadas como faltas de lógica, capaces de llevar a la injusticia y se les ha objetado
que no puede predecirse el resultado de su aplicación práctica.
La perfecta protección a los extranjeros o a las inversiones extranjeras no es la meta ni la ratio legis
de dichas reglas. Los intereses que se tienen en cuenta y se protegen no son los de los individuos,
sino los de los Estados que confiera un cierto grado de protección a los intereses extranjeros, y
respete la soberanía y la jurisdicción interna del Estado territorial.
Las reglas existentes representan las condiciones esenciales, de acuerdo con las cuales el Estado
territorial está dispuesto a aceptar las reclamaciones presentadas por otros Estados en representación
de personas que residen o que tienen intereses en él. Esas reglas constituyen un modus vivendi, una
transacción producida gradual y pacíficamente, y aceptada por los Estados interesados en extender el
alcance de la protección diplomática y por los Estados interesados en restringirla. Los Estados se
encuentran en libertad de ponerse de acuerdo con otros Estados, respecto a medidas correctivas o de
perfeccionamiento que pudieran eliminar los inconvenientes y dificultades particulares resultantes de
tales reglas, como ha ocurrido con los acuerdos para la protección internacional de los derechos
humanos.
AGOTAMIENTO DE LOS RECURSOS LOCALES Y LA CLÁUSULA CALVO
La Corte Internacional de Justicia ha declarado: "La regla de que los recursos locales deben agotarse
antes de poder establecerse procedimientos internacionales, es una regla de derecho internacional
consuetudinario bien establecida".
CASOS COMPRENDIDOS EN LA REGLA
La regla rige las quejas formuladas por los Estados en el ejercicio de su derecho de conceder
protección diplomática en favor de sus nacionales; no se aplica a las quejas basadas en una violación
directa del derecho internacional que cause perjuicio inmediato a otro Estado, y cuando dicho Estado
no reclama por el daño causado a uno de sus nacionales. La diferencia se basa en que los Estados no
están sujetos a la jurisdicción de tribunales extranjeros y las violaciones del derecho internacional no
pueden someterse a la adjudicación por parte de los tribunales nacionales del Estado ofensor.
NECESIDAD DE UN VÍNCULO ENTRE EL SUJETO PROTEGIDO Y EL ESTADO
DEMANDADO
Se plantea el problema de establecer si la regla es aplicable a todos los casos en donde la
reclamación es hecha por un Estado en relación con una aducida lesión a uno de sus nacionales. Es
esencial que exista un nexo entre el individuo lesionado y el Estado cuyas acciones se impugnan...
La regla es aplicable sólo cuando el extranjero ha creado, una conexión voluntaria, consciente y
deliberada entre él y el Estado extranjero.
FUNCIÓN Y FUNDAMENTO DE LA REGLA
La función de la regla es dar una oportunidad al Estado demandado, antes de que se le declare
responsable internacionalmente, de hacer justicia de acuerdo con su propio sistema jurídico y para
adelantar una investigación y obtener una declaración de sus propios tribunales, sobre las cuestiones
de derecho y de hecho comprendidas en la reclamación. Es una medida de limitación judicial,
porque, puede ser que jamás surja la necesidad del juicio ante un tribunal internacional. Su
fundamento es el respeto por la soberanía y jurisdicción del Estado.
ALCANCE DE LA REGLA EN CUANTO A LOS RECURSOS
La regla incluye, el sometimiento de la queja a los tribunales regulares y a todas las autoridades
locales que tengan los medios de proporcionar una reparación efectiva y adecuada, aceptable en el
plano internacional, contra el Estado demandado. Si el extranjero deja de entablar procedimiento o
de apelar está impedido de hacer que su caso se oiga y se decida por un tribunal internacional.
ALCANCE DE LA REGLA EN CUANTO A LOS MEDIOS PROCESALES Y AL FONDO DE
LA RECLAMACIÓN
La regla ha recibido una extensión con relación a los recursos que deben agotarse y respecto a la
conducta que un litigante tiene que seguir dichos recursos. El reclamante privado, para agotar los
recursos locales, tiene que presentar ante los tribunales locales todo el material que esté disponible y
pueda ser esencial para tener éxito en el caso.
CASOS EN QUE LA REGLA, AUN SIENDO PERTINENTE NO ES APLICABLE
Es axiomático afirmar que la regla, aunque haya sido invocada en un caso de protección diplomática,
no puede aplicarse si no existen recursos locales que agotar.
EXCEPCIONES A LA REGLA
Aun en el caso de que haya recursos existentes y disponibles, es posible que la regla no sea aplicable.
Éstas son las verdaderas excepciones:
La regla no es aplicable cuando los recursos existentes son "obviamente inútiles" o "manifiestamente
ineficaces".
I) Obstáculos del derecho interno. Si en el ordenamiento jurídico del Estado demandado
existen recursos utilizables por la parte reclamante pero, si de acuerdo con dichas reglas, esos
recursos obviamente son incapaces de lograr una reparación, entonces se omite la obligación de
aportar dichos recursos.
II) Ineficacia debida a circunstancias de hecho. La ineficacia práctica de un recurso puede ser
resultado de algún defecto en la administración de justicia, como un completo sometimiento del
poder judicial al gobierno del Estado; o del hecho de que los tribunales hayan sido designados por
los mismos legisladores que han aprobado la ley que anula los derechos privados bases de la
reclamación.
CLÁUSULA CALVO: DISCUSIÓN DOCTRINAL SOBRE VALIDEZ DE LA CLÁUSULA
La Cláusula Calvo es una estipulación pactada en un contrato entre un extranjero y un gobierno, de
acuerdo con la cual el extranjero conviene en no acudir al gobierno de su nacionalidad para que lo
proteja en relación con cualquier conflicto que surja del contrato.
La respuesta a esta objeción es que a lo que renuncia el extranjero no es al derecho de protección
diplomática poseída por el Estado de su nacionalidad, sino a su propia facultad para pedir el ejercicio
de dicho derecho en su favor.
LA CLÁUSULA CALVO EN LA JURISPRUDENCIA ARBITRAL
No se puede negar que los laudos arbitrales han sostenido constantemente la validez de la Cláusula
Calvo.
EXCEPCIONES A LA CLÁUSULA Y FORMA DE LA RENUNCIA
La renuncia no es válida si el gobierno demandado ha declarado el contrato nulo y sin validez; o si
ha suprimido el tribunal arbitral dispuesto en él; o si se encuentra violando el contrato en cualquier
forma. El principio no es aplicable si el contrato se ha rescindido por el Estado demandado de
conformidad con las estipulaciones contractuales. Para que la renuncia tenga validez, debe ser
explícita en términos inequívocos, y que se exprese en un acuerdo celebrado por el mismo gobierno
central y no por un municipio u otra corporación pública. Debe estar establecida en una estipulación
contractual expresa y no en una norma contenida en una constitución, ley o decreto, que el
reclamante no ha aprobado expresamente.
INSTITUCIONES INTERNACIONALES Y LOS PRINCIPIOS DE LAS RESPONSABILIDADES
INTERNACIONALES
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD DE LAS INSTITUCIONES
INTERNACIONALES
Es necesario distinguir entre la responsabilidad de una organización internacional en el derecho
interno y su responsabilidad en el derecho internacional. La responsabilidad queda limitada al
reconocimiento de la personalidad jurídica de la institución internacional, y se deriva de ésta. La
personalidad jurídica de una institución internacional en el derecho interno depende de la condición
que le reconozca la legislación interna, de acuerdo, con su instrumento constitutivo o con los
términos de un acuerdo.
CAPACIDAD DE LAS INSTITUCIONES INTERNACIONALES PARA PROHIJAR
RECLAMACIONES INTERNACIONALES; CAPACIDAD PROCESAL; PROTECCIÓN
FUNCIONAL
En su Opinión Consultiva, referente a Reparaciones por Daño, la Corte Internacional de justicia
concluyó unánimemente que las Naciones Unidas poseían una personalidad internacional que les
permitía establecer reclamaciones internacionales contra los Estados miembros y contra los Estados
no miembros, y que podían versar sobre daños directos a la Organización. De acuerdo con el derecho
internacional, debe considerarse que la Organización tiene aquellos poderes que, aunque no
dispuestos expresamente en la Carta, se le han conferido por implicación necesaria por ser esenciales
al cumplimiento de sus deberes.
4. Reparación.
El estado que ha incurrido en un hecho internacionalmente ilícito, sin perjuicio de que
continúe obligado a cumplir la obligación violada según lo establezca la norma primaria,
tiene el deber de reparar las consecuencias jurídicas de ese hecho. Es decir, deberá
cesar en la ilicitud, si el hecho continua ofreciendo seguridades de no repetición. Pero, a
mas, a de reparar íntegramente el perjuicio causado, tanto material como moral, volviendo
las cosas al estado anterior al hecho ilícito o de no ser ello posible, pagando una suma
que corresponda al valor de la restitución debida, incluyendo lucro cesante e intereses
cuando fuesen procedentes.
La indemnización es otra forma de reparar, cuando el perjuicio causado no pudiese ser
reparado por restitución o indemnización, el estado responsable tiene una obligación a su
cargo, es la de dar satisfacción. La satisfacción puede consistir en un reconocimiento de
la violación, una expresión de pesar, una disculpa formal, etc. Los supuestos en los que
mas comúnmente la reparación asume la forma de una satisfacción son aquellos en los
que la violación consiste en afrentas a los símbolos de otro estado; quemas de bandera,
trata descomedido a jefes de estado, jefes de gobierno, entre otros. En ningún supuesto el
estado responsable podrá intentar ampararse en disposiciones de su derecho interno para
eludir las consecuencias.
5. Consecuencias de La Responsabilidad Internacional.
Las consecuencias podemos dividirlas en sustantivas o procesales, la primera de ellas
gira en torno a la reparación y las diversas formas que puede tomar, la segunda hace
referencia a las contramedidas, que se analizarán cuando se trate el tema de
circunstancias que excluyen la ilicitud.
1) Restitución: implica volver las cosas al Estado anterior de que ocurriera el hecho
(vuelta al status quo anterior) por ejemplo, evacuar un territorio ocupado en forma ilegal.
La restitución tiene prioridad por sobre la reparación equivalente en dinero ya que es la
más adecuada para borrar las consecuencias del hecho ilícito. Sin embargo tiene
limitaciones con respecto a su aplicación; no se aplica cuando es imposible
materialmente, si se viola una norma imperativa del derecho internacional, si es
excesivamente onerosa (desproporción entre el costo de la retribución en especie para el
Estado autor y el beneficio que para el Estado lesionado se derive de esta forma de
reparación en lugar de la indemnización)
2) Reparación por equivalente: consiste en pagar una indemnización por el daño sufrido
equivalente que tendría la restitución cuando esta no pudiere hacerse o la que hubiere
fuese insuficiente. Es aplicable a todo daño económicamente evaluable que haya sufrido
el Estado lesionado incluyendo los intereses y las ganancias no obtenidas (lucro cesante)
cuando proceda.
3) Satisfacción: puede aplicarse solo con otra forma, su fin es el de reparar el daño de tipo
moral, al honor o prestigio del Estado Vg. rendir honores a la bandera de l Estado dañado,
pedir perdón etc.
4) Cesación: Esta obligación se dirige a violaciones producidas por un hecho continuo,
tiene el efecto de hacer cesar la acción u omisión de un Estado.
5) Seguridades y garantía de no repetición tiene una función preventiva más que
reparadora y presumen el riesgo de repetición del mismo hecho, estas circunstancias y la
gravedad del hecho justifican la obtención de garantías. Constituye un remedio
excepcional.
La responsabilidad internacional del Estado por daños causados a la persona o en los bienes de los
extranjeros; la protección diplomática otorgada a los nacionales.
El enfoque que inicialmente se había dado a la CDI al análisis de la responsabilidad por un hecho inicialmente
ilícito, se explica en razón de que, históricamente, las reclamaciones mas frecuentes de un Estado contra otro
Estado, invocando la responsabilidad internacional, habían tenido como sustento la alegación de daños
causados en la persona o en los bienes de sus nacionales que se encontraban en un estado extranjero. Así,
en el derecho internacional general la defensa Estado en uno de sus elementos- la población se asegura
mediante el ejercicio de la protección diplomática cuando se entienda violada la obligación de acordar
tratamiento adecuado al extranjero.
Esta obligación internacional no es un deber hacía la persona sino respecto del estado de la nacionalidad de
esa persona. Es decir, que se establece una relación bilateral entre ambos estados y no un derecho de la
persona a reclamar su protección.
Es el derecho el único que ha de decidir frente a un caso concreto, si procederá o no efectuar la reclamación y
en esta decisión entrarán en juego el orden político, económico u otras propias del ámbito de las relaciones
internacionales. Ahora bien para ejercer la protección diplomática no basta que los intereses de su nacional se
hallan visto afectados o que halla sufrido un daño, sino que es necesario que al estado ante el cual se hace la
reclamación le sea imputable haber cometido una violación de una norma de derecho internacional.
Para que la protección diplomática pueda ser planteada es necesario que se reúnan una serie de
condiciones:
a) Misma nacionalidad, la persona por la que el Estado reclama debe ser nacional(es decir de ese Estado).
Pero cuando surge un conflicto como la múltiple nacionalidad de alguien se aplica el principio
de nacionalidad efectiva: será nacional del lugar donde tenga su residencia habitual, el centro de intereses,
vínculos familiares, participación en la vida pública, como actitud inculcada a los
descendientes, servicio militar, etc.
b) Agotamiento de los recursos internos, asegura que el estado en donde ocurrió la violación tenga la
oportunidad de repararla por sus propios medios, dentro del margen de su ordenamiento. Esta regla no se
aplicaría sino existiesen recursos, si estos le estuviesen vedados a la persona en su condición de extranjero,
o si fuesen manifiestamente ineficaces, se produciría una " denegación de justicia".
c) Para que el estado pueda accionar a favor de sus nacionales, se requiere que este halla actuado con
las "manos limpias" (clean hands) , que sus propias conductas no hallan sido contrarias a derechos;
d) No tener inmunidad diplomática: que el individuo a proteger no tenga por su calidad de funcionario
diplomático, dicha inmunidad.
La Convención de Viena sobre relaciones Consulares(1969): establece en su artículo 36 lo siguiente:
Que las autoridades locales deben informar sin demora a los ciudadanos extranjeros detenidos, de
su derecho a recibir ayuda por parte de su consulado;
A pedido del detenido, las autoridades deben notificar al consulado la detención y permitir que algún
miembro del consulado se ponga en contacto con él;
Todos los extranjeros detenidos deben disponer de todos los medios posibles para preparar una
defensa adecuada y deben recibir el mismo trato ante la ley que los ciudadanos del país en el que han sido
detenidos.
Los cónsules deben prestar servicios esenciales a los ciudadanos de su país: brindar asesoramiento
y asistencia legal, facilitar traducciones, notificar la detención a los familiares, hacer
llegar documentación desde el país de origen, etc.
2. En todo caso, ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de la ilicitud:
a. Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no esté en conformidad dimana de una
norma de Derecho Internacional general, o
b. Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no este en conformidad ha sido
establecida por un tratado que, explícita o implícitamente, excluya la posibilidad de invocar el estado de
necesidad con respecto a esa obligación, o
c. Si el estado de que se trata ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad.-
El estado de necesidad se trata de un mecanismo jurídico imprescindible que existe en la mayor parte de los
derechos nacionales destinado a evitar lo que el adagio latino describe como summum jus, summa injuria.
El estado de necesidad ocurre cuando un interés esencial" del Estado se pone en peligro si ese estado intenta
cumplir con cierta obligación internacional. Si, para proteger ese interés esencial viola la obligación, se dice
que actúa en necesidad y por ende que su conducta está desprovista de ilicitud.
La necesidad en cuestión es una necesidad de estado, pues la situación grave de peligro que se aduce no es
un riesgo para las personas físicas , cuyo comportamiento se atribuye al estado, sino un peligro grave para la
propia existencia del estado, para su supervivencia política o económica, para preservar la posibilidad de
funcionamiento de sus servicios esenciales, para el mantenimiento de su paz interna, para la supervivencia de
una parte de su población, para la conservación ecológica de su territorio, o de una parte del mismo, etc.
A diferencia de lo que sucede en el consentimiento, y en las contramedidas, el estado de necesidad no se
justifica por el comportamiento previo del estado contra el que va dirigida la acción. En esto se asemeja la
fuerza mayor y al peligro extremo, del cual está muy cercano por ser ambas hipótesis semejantes que tocan,
uno al órgano y otro al estado mismo.
Se diferencia en la fuerza mayor, en que, como en el peligro extremo, la conducta adoptada en violación de
una obligación internacional es perfectamente deliberada.
Al decir un "interés esencial" del Estado, nos referimos no solo a la protección de la existencia del estado, sino
que se puede invocar un bien jurídico distinto a aquélla.
El peligro que amenace a ese "interés esencia" debe ser grave e inminente y la conducta violatoria de la
obligación el único medio para conjurarlo. El estado que lo invoca, además, no debe haber dado lugar él,
mismo al estado de necesidad y el interés sacrificado del otro estado no debe ser, a su vez, uno de sus
intereses esenciales. Con lo que se advierte la comparación entre los intereses en juego ? proporcionalidad-
la protección del más importante.
El estado de necesidad no puede ir contra el cumplimiento de una obligación imperativa del derecho
internacional (jus cogens) ni contra una obligación de un tratado en el que se ha estipulado explícitamente que
no se pueda invocar. Con respecto a la primera condición, la más indudable de todas las obligaciones que
puedan ser consideradas de jus cogens es, precisamente, la que prohíbe usar la fuerza contra la integridad
territorial o la independencia política de los estados, con lo cual se eliminaría uno de los casos más frecuentes
en la historia del estado de necesidad. Sin embrago, en la actualidad no faltan invocaciones a cerca del
estado de necesidad como medio para justificar el uso de la fuerza. Esta última postura se basa en que el
aspecto imperativo de la norma solo alcanza a los usos constitutivos de actos de agresión, pero no a usos
menores (para salvar vidas humanas, para impedir la actuación de bandas armadas desde el territorio de otro
estado, etc.), argumentando de este modo que el estado de necesidad justifica el recurso a esos usos
menores de la fuerza.
6) la legitima defensa
El art. 34 del Proyecto trata de la legítima defensa como causa excluyente de la ilicitud en los siguientes
términos:
La ilicitud de un hecho de un estado que no esté de conformidad con una obligación internacional de ese
estado quedará excluida si ese hecho constituye una medida lícita de legítima defensa, tomada en
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
Esta es una causal de atormentada historia en el derecho de gentes.
La Comisión de Derecho Internacional considera necesaria la presencia de dos premisas básicas para la
operación de la legítima defensa:
Su empleo solo "en los casos en que tenga finalidades defensivas, es decir, que adopte la forma de oposición
al ataque violento de otro sujeto"
Su carácter de "excepción a una norma por la que se reserva a una autoridad centralizada al monopolio o el
cuasi monopolio de uso e la fuerza".
Los problemas que presenta la legítima defensa son muchos y muy graves. La CDI ha decidido no definir la
legítima defensa ni codificarla, sino que se ha limitado a dejar constancia de que se trata de un principio
reconocido en la Carta de las Naciones Unidas (art. 51) y en el Derecho Internacional contemporáneo y a
sacar las conclusiones pertinentes a los efectos de las circunstancias que excluyen la ilicitud de un hecho de
un estado.
El problema principal que se presenta con respecto al art. 51 de la Carta es a mero título de ejemplo y que
para el resto de la normativa de ese derecho la Carta se remite a la costumbre internacional. De este modo,
se admitiría como legítima defensa acciones diferentes a la reacción contra un ataque armado, como serían
por ejemplo la defensa de los nacionales en el exterior u otras hipótesis más amplias.
Según la Comisión " una codificación que se realice en el marco y bajo los auspicios de las Naciones Unidas
no puede inspirarse en criterios que no estén en plena conformidad con aquéllos en los que se inspira la
Carta" particularmente en materias de paz y seguridad.
Por último, el Proyecto en la primera parte hace una reserva en el art. 35 relativa a la indemnización de los
daños que pudieran surgir como consecuencia de las conductas desprovistas de ilicitud.
Conforme Barboza, el mecanismo básico del estado de necesidad ( art.33) se repite en la figura de peligro
extremo, en las contramedidas y en la legítima defensa, formando todas estas la " familia de la necesidad". La
diferencia con el caso fortuito y la fuerza mayor consiste en que, mientras que estos supuestos no admiten
participación alguna de la voluntad del estado, en los casos de necesidad el sujeto tiene una alternativa entre
dos bienes, ambos jurídicamente protegidos, y uno de ellos de su esencial interés.
El derecho, frente a esa alternativa, jamás sanciona al sujeto que elige su propio, legítimo y esencia interés ,
siempre por supuesto que se cumplan ciertas condiciones, como que el camino elegido sea el único posible
para mantener incólume el bien jurídico protegido , lo que hace alusión directa a la necesidad , y que la acción
no vaya más allá de lo necesario para proteger el bien jurídico, lo que también se relaciona con la necesidad y
la proporcionalidad ? que se exige en las figuras parientes- entre la magnitud del bien sacrificado y del
protegido. La proporcionalidad consiste en no emplear medios ni causar efectos más allá de lo necesario para
la protección del derecho. En suma, la necesidad permite la protección y marca su límite.
En la legítima defensa el rasgo familiar se advierte inmediatamente: si no se utiliza la fuerza para defender la
integridad territorial o la independencia política del Estado, se perderían esos preciados bienes. En la defensa
tampoco puede haber exceso, es decir, debe imperar la proporcionalidad so pena de incurrir en la ilegalidad.
En las contramedidas, tales hechos, los cuales serían ilícitos de no mediar el antecedentes del cumplimiento
anterior por el estado al que se aplican de una obligación internacional, son el único medio para el estado de
hacer valer su derecho, o en otras palabras, de proteger su bien jurídico atacado por el incumplimiento. Desde
el caso de Naulilaa, la jurisprudencia acepta que es necesario agotar los otros medios pacíficos antes de
emprender las contramedidas.
Las causales estudiadas en el título "circunstancias que excluyen la ilicitud" son las que generalmente se
admiten en el derecho internacional actual pero eso no significa que la enumeración del proyecto sea taxativa
y excluyente de otras que puedan surgir en su proceso evolutivo.-
TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL:
Es una institución permanente, independiente, con personería jurídica propia y complementaria de las
jurisdicciones nacionales que sean incapaces o no deseen llevar a la justicia, a quienes hayan cometido actos
de genocidio, crímenes de guerra o contra la humanidad.
Según los primeros artículos de su Estatuto (aprobado el 17 de julio de 1998), el Tribunal juzga los crímenes
más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto, porque amenazan la paz,
seguridad y bienestar de la humanidad.
Estos crímenes no prescriben porque no deben quedar sin castigo, y son:
-Crimen de Genocidio: Acto cuyo fin es destruir en forma total o parcial a un grupo de gente con
características determinadas: misma raza, nacionalidad, etnia, religión (ejemplo: matanza o lesión
grave física o mental de miembros del grupo, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo,
traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo).
-Crimen de Lesa Humanidad: Acto cuyo fin es atacar en forma generalizada y sistemática a la población civil y
con conocimiento de dicho ataque (ejemplo: esclavitud, tortura, desaparición forzada de personas, violación,
exterminio, embarazo, prostitución y esterilización forzadas, crimen de apartheid, actos inhumanos realizados
por un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más
grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen).
-Crimen de guerra: Infracción grave de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949 (matar
intencionalmente, someter a tortura o a otros tratos inhumanos, o a experimentos biológico, destruir bienes y
apropiarse de ellos por necesidades militares en forma ilícita y arbitraria, obligar a un prisionero a prestar
servicio en las fuerzas de una potencia enemiga o privarlo de su derecho a un juicio justo, dirigir
intencionalmente ataques contra: la población civil u objetos que no son objetivos militares o contra personal,
instalaciones, vehículos participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria o
contra edificios dedicados al culto religioso, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los
hospitales y los lugares en que se agrupa a enfermos y heridos, siempre que nos sean objetivos militares).
Responsabilidad Penal individual: quien realice, ordene, proponga o induzca o contribuya a cometer un crimen
de competencia de la Corte, será responsable individualmente y podrá ser penado por ello.
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR LAS CONSECUENCIAS PERJUDICIALES DE ACTOS NO
PROHIBIDOS POR EL DERECHO INTERNACIONAL:
En 1977, la CDI decidió elaborar en forma separada un proyecto sobre la responsabilidad por riesgo. El
avance científico y tecnológico genera beneficios pero a la vez riesgos de esas actividades necesarias para el
progreso. Estas actividades ultrapeligrosas pueden causar daños a Otros Estados más allá de las fronteras
del Estado donde se desarrollan las actividades.
Las actividades que hacemos mención pueden ser, lanzamientos de satélites al espacio, utilización de
energía nuclear con fines pacíficos, etc. En 1998, la CDI presentó un proyecto para la solución de estos
casos, cabe mencionar que en su artículo 21, la responsabilidad aparece limitada ya que dispone la obligación
de negociaciones entre los intervinientes, la determinación de las consecuencias jurídicas del daño, teniendo
en cuanta que debe ser compensado integralmente en consecuencia los principios rectores que rigen
esta materia son los de cooperación, negociación de buena fe, asegurar que las actividades riesgosas no
causen daño a las personas, objetos o medio ambiente de los otros Estados, informar, reducir contaminación,
evitar situaciones que puedan acarrear conflictos.
Responsabilidad jurídica
La responsabilidad jurídica es la imputabilidad jurídica de un hecho jurídico causada por la
culpabilidad (dolosa o no) de la persona o por el simple acaecimiento del hecho desligado de la
culpabilidad (responsabilidad objetiva); que supone el nacimiento de obligaciones para el imputado, y el
nacimiento de derechos para el sujeto que se encuentre en posición de reclamarlas. En el ámbito penal,
la responsabilidad parte de este mismo supuesto, aunque la evolución histórica de la disciplina ha
excluido la existencia de responsabilidad penal objetiva (se requiereculpabilidad) y se ha distanciado de
las consecuencias antes descritas, limitándose a una sanción cuyos fines no son indemnizatorios, sino
preventivos.
La imputabilidad surge de la existencia de una decisión de autoridad que atribuye tal condición por la
transgresión de un deber ser (obligación o prohibición), o bien por otras razones justificadas en la
conveniencia social de que una determinada persona no culpable sea responsable objetivamente.
En las democracias liberales, la responsabilidad jurídica no surge de una imputación arbitraria sino de
una norma jurídica, que a diferencia de la norma moral procede de un organismo externo al sujeto,
principalmente el Estado, y es coercitiva.
Índice
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1 Historia
2 Clases
3 Bibliografí
4 Véase
también
Historia[editar]
Clases[editar]
La responsabilidad jurídica indirecta es aquélla en la cual no hay identidad entre el agente del ilícito
(sujeto de la obligación) y quien está sujeto a la sanción que como consecuencia del ilícito prevé la
norma jurídica (por ejemplo, la responsabilidad patrimonial de una persona ante los ilícitos cometidos
por un familiar). En el caso de la responsabilidad jurídica directa, sí existe tal identidad. Dicho de otro
modo, se puede imputar la responsabilidad jurídica tanto como consecuencia de conductas propias
como ajenas.
La responsabilidad jurídica colectiva es la imputabilidad que una norma jurídica atribuye a un grupo por
la conducta de un individuo (si éste es miembro del grupo, se trata de una responsabilidad colectiva
directa). La responsabilidad individual recae, obviamente, sobre sujetos individuales.
La responsabilidad jurídica culposa se diferencia de la responsabilidad jurídica por resultado en el hecho
de que la primera requiere como condición necesaria la voluntad de producir los resultados previstos en
la norma o, al menos, negligencia por parte del sujeto responsable directa o indirectamente. La
responsabilidad por resultado, en cambio, solamente exige una relación entre un sujeto y un resultado,
incluso si tal relación no ha sido intencional y ni siquiera culposa por negligencia (por ejemplo, el
reglamento de tránsito en Francia hace responsables a los conductores de un automóvil de indemnizar a
un peatón incluso si el accidente ocurrió por culpa excusable de éste último). En un caso todavía más
complejo de responsabilidad jurídica colectiva indirecta por resultado, el sujeto que provoca los hechos
que actualizan la responsabilidad del grupo no forma parte de éste y ni siquiera actúa culposamente
(piénsese en el juez que establece la responsabilidad solidaria de un grupo de empresas respecto a los
derechos laborales de un trabajador subordinado a un cliente insolvente de dichas empresas y ordena al
grupo de proveedores indemnizar al trabajador ajeno por el accidente de trabajo fortuito que éste sufrió).
Otros tipos de responsabilidad jurídica son: La responsabilidad penal intenta dirigir la conducta humana
a través de prohibiciones cuya violación es sancionada y que requieren de la culpabilidad del sujeto
como condición necesaria (nulla poena sine culpa). En cambio, adjudicar la responsabilidad civil tiene
una finalidad distributiva mediante la compensación entre particulares o los criterios de división del
patrimonio.
Mariño Menéndez, brinda una valiosa reflexión sobre la responsabilidad internacional: “Si
un sujeto de Derecho Internacional realiza una conducta (de acción o de omisión) que el
propio ordenamiento considera de algún modo lesiva, bien para los derechos de terceros,
bien para ciertos otros bienes o intereses suyos (el daño a los cuales también debe ser
reparado); si esa conducta le es atribuible; y si (en el caso de que la conducta viole una
obligación a cargo del implicado) su ilicitud no puede ser excluida por ninguna de las
causas jurídicas previstas, entonces el sujeto queda colocado en una nueva situación
jurídica: la de ser responsable ante dichos terceros lesionados de las consecuencias de
su acto y estar así obligado a restaurar la integridad del orden violado y, más en concreto
a reparar la lesión o daño que les hubiera causado”.
El artículo 1 del Proyecto de la CDI establece que: “Todo hecho internacionalmente ilícito
de un Estado da lugar a la responsabilidad internacional de éste”.
Establecido el principio, hay que ver qué es lo que se considera hecho ilícito; resulta de la
concurrencia de dos elementos recogidos en el artículo 3 de dicho Proyecto:
Elemento subjetivo: Comportamiento consistente en acción u omisión atribuible, según el
Derecho internacional, al Estado.
Algunos autores han formulado una distinción entre los actos de las altas autoridades del
Estado y de los funcionarios y empleados subordinados. Mientras que en el primer caso,
la responsabilidad del Estado era producida inmediatamente por la comisión del acto
ilícito, en el segundo, la responsabilidad del Estado no resultaba comprometida en el
mismo modo, pues seria necesario un acto u omisión posterior del Estado, tal como “dejar
de desautorizar el acto mediante un castigo al funcionario, o una negativa de investigar el
caso o detener y castigar al ofensor”.
Particulares: Los individuos, dentro del territorio de un Estado, pueden efectual actos que
afectan adversamente los derechos de otros Estados, tales como: delitos contra los
soberanos o embajadores extranjeros; ofensas a la bandera de un Estado extranjero;
organización de turbas armadas en apoyo de una insurrección; propaganda injuriosa
dirigida contra un Estado extranjero o contra su jefe; y daños contra la persona o los
bienes de los extranjeros.
De acuerdo con la doctrina moderna, la base de la responsabilidad del Estado por los
actos de los particulares no consiste en la complicidad con el autor, sino solo en el hecho
de que el Estado deja de cumplir su deber internacional de impedir el acto ilícito o, en
defecto de ello, de detener al ofensor y someterlo a justicia.
En concordancia con este criterio, no existe razón alguna para hablar de la complicidad
del Estado, o de la responsabilidad “vicaria” o “indirecta”, puesto que el Estado es
internacionalmente responsable no por los actos de cualquier individuo sino por su propia
omisión, por la falca de la “debida diligencia” de sus órganos. La delincuencia de los
individuos ya no se considera como base de la responsabilidad del Estado, sino sólo
como la ocasión de origina ciertos deberes para el Estado.
a) Consentimiento:
“El consentimiento validamente prestado por un Estado a la comisión por otro Estado de
un hecho determinado que no este en conformidad con una obligación del segundo
Estado para con el primero excluirá la ilicitud de tal hecho en relación con ese Estado,
siempre que el hecho permanezca dentro del ámbito de dicho consentimiento.
b) Las contramedidas
“La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación de
ese estado para con otro estado quedará excluida si el hecho constituye una medida
legítima según el derecho internacional contra ese otro estado”.
Se trata de una medida que invalida la obligación solo para el caso particular y también la
exclusión de la ilicitud esta dada por la conducta previa del otro sujeto.
La medida debe ser legítima de acuerdo con el derecho internacional, o sea, que debe
cumplir con todos los requisitos que aquél establece para que una contramedida sea
legal, y que se determinan en la segunda parte del proyecto, relativa al contenido, formas
y grados de responsabilidad.
“La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación
internacional del estado quedará excluida si el hecho se debió a una fuerza irresistible o a
un acontecimiento exterior imprevisible ajenos a su control que hicieron materialmente
imposible que ese Estado procediera en conformidad con tal obligación o que se
percatara de que su comportamiento no era conforme a esa obligación.
d) Peligro Extremo
“La ilicitud de un hecho de un estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional de ese estado quedará excluida si el autor del comportamiento que
constituyera el hecho de ese estado no tenía otro medio, en una situación de peligro
extremo, de salvar su vida o la de las personas confiadas a su cuidado.
El párrafo anterior no será aplicable si el estado de que se trate ha contribuido a que se
produzca la situación de peligro extremo o si era probable que el comportamiento de que
se trata originara un peligro comparable mayor”.
f) Estado de necesidad
g) Legitima defensa
“La ilicitud de un hecho de un estado que no esté de conformidad con una obligación
internacional de ese estado quedará excluida si ese hecho constituye una medida lícita de
legítima defensa, tomada en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”.
La Comisión de Derecho Internacional considera necesaria la presencia de dos premisas
básicas para la operación de la legítima defensa:
Su empleo solo "en los casos en que tenga finalidades defensivas, es decir, que adopte la
forma de oposición al ataque violento de otro sujeto".
Su carácter de "excepción a una norma por la que se reserva a una autoridad centralizada
al monopolio o el cuasi monopolio de uso e la fuerza".
Los problemas que presenta la legítima defensa son muchos y muy graves. La CDI ha
decidido no definir la legítima defensa ni codificarla, sino que se ha limitado a dejar
constancia de que se trata de un principio reconocido en la Carta de las Naciones Unidas
(Art. 51) y en el Derecho Internacional contemporáneo.
7.1.5 Responsabilidad del Estado por actos no prohibidos por el derecho internacional
No hay que perder de vista que este tipo de actos no solo entrañan graves riesgos, sino
que aportan grandes beneficios para quienes los llevan a cabo y no se consideran
ilegales.
Tiene una función reparadora, ya que satisface un interés lesionado, y asimismo, una
función preventiva, porque quienes realicen este tipo de actos, tendrán en cuenta que si
provocan un daño, el costo que deberán pagar será mucho mayor que el que hubiera
resultado por la adopción de las medidas precautorias necesarias.
Las medidas retributivas o aflictivas, son aquellas que se conocen como contramedidas,
las que a su vez se pueden clasificarse en: retorsión y de represalias.
7.1.7 Los nuevos debates teóricos: “soft liability” versus “stric liability” (EE.UU) y “absolute
liability” versus “special liability” (Europa)
Strict liability: se refiere a la responsabilidad por el daño o pérdida causada por el acto u
omisión sin tener en cuenta la culpabilidad.
Special liability:
Los hechos ilícitos internacionales pueden ser catalogados como: crímenes o delitos
internacionales.
A partir del Tribunal de Nuremberg, se reconoce que los crímenes internacionales son
cometidos por personas y no por entidades abstractas, y que solamente con sanciones a
los individuos que cometieron dichos crímenes las disposiciones del Derecho
Internacionales pueden ser implementadas.
Los crímenes internacionales pueden derivar en los siguientes actos:
▪ Actos que violen gravemente una obligación internacional de importancia esencial para
la salvaguarda del derecho para la libre determinación de los pueblos, como l que prohíbe
el establecimiento o mantenimiento de una fuerza de una dominación colonial.
▪ Actos que violen de manera grave y en gran escala una obligación internacional de
importancia esencial para la salvaguarda del ser humano, como las que prohíben el
genocidio, la esclavitud y el apartheid.
▪ Actos que violes de manera grave una obligación internacional de importancia esencial
para la salvaguarda y la protección del medio humano, como las que prohíben la
contaminación de la atmosfera o de los mares.
b) Los delitos internacionales son todas aquellas violaciones simples o menos graves del
Derecho Internacional que acarrean responsabilidades para el Estado, la diferencia es
que establecen una carga frente a otro Estado dentro de la lógica de la reciprocidad.
▪ Comente ese crimen por sí solo, con otro o por conducta de otro, sea éste uno
penalmente responsable.
▪ Con el propósito de facilitar la comisión de ese crimen, sea cómplice o colabore de algún
modo en la comisión o al tentativa de la comisión del crimen, incluso suministrando los
medios para ese crimen.
• Con el propósito de llevar a cabo la actividad o propósito delictivo del grupo, cuando una
u otra entrañe la comisión de un crimen que le competa a la Corte; o
• A sabiendas de que el grupo tiene la intención de cometer un crimen.
▪ Respecto del crimen de genocidio haga una instigación pública y directa a que se
cometa.
▪ Intente cometer el crimen mediante actos que supongan un paso importante para su
ejecución aunque el crimen no se consumen por circunstancias ajenas a su voluntad.
Los individuos no pueden presentar reclamaciones a los Estados que les hayan
ocasionado algún daño. Es necesario que otro Estado, normalmente aquel cuya
nacionalidad poseen, se encargue de presentar la reclamación, ejercitando la llamada
protección diplomática.
Dicha protección se manifiesta por las intervenciones a nivel diplomático para favorecer a
los nacionales que resultaren afectados por cualquier acto ilícito del Estado receptor y,
otra forma de manifestarse, sería presentando la reclamación ante un Tribunal Arbitral.
La realización práctica de esta institución se efectúa por medio del endoso, que consiste
en el accionar de un Estado por el cual se hace cargo de la reclamación de
los derechos de sus nacionales, es decir, un Estado acciona ante otro Estado extranjero
para reclamar respecto de sus nacionales.
Accioly señala que "la protección diplomática es un derecho y un deber que tiene todo
Estado y que consiste en proteger o amparar a sus nacionales que se encuentran en un
país extranjero por los medios admitidos por el Derecho Internacional".
Se debe considerar que cuando una persona sale de su país de origen para ingresar a
residir en un país extranjero, entra a una particular esfera de derechos y obligaciones,
pero además, lleva consigo los derechos y deberes impuestos por las leyes de su
territorio. Entonces, vemos que dicha persona se sujetaría a la jurisdicción territorial del
Estado extranjero en el cual reside, y en forma simultánea estaría sujeto a la jurisdicción
de su país de origen.
También hay que tener presente que la soberanía y jurisdicción que todo Estado ejerce
sobre las personas que se hallan en su territorio son automáticas. Con la protección
diplomática, sucede que los Estados extranjeros mantienen una actitud de vigilancia sobre
sus nacionales en el exterior, con el fin de que sus derechos reciban el debido
reconocimiento establecido por los principios del derecho.
El Estado solo puede ejercer la protección diplomática en favor de personas que tienen su
nacionalidad; pero por acuerdos especiales podrá ejercerla en favor de otras personas.
Otro requisito, además del de la nacionalidad, es que la persona en cuestión haya
agotado los recursos internos, es decir, que haya acudido ante los tribunales del Estado
que infringió el daño, y no haya obtenido satisfacción después de haber agotado todas
las vías legales que tenia abiertas.
el tercer requisito para que el reclamante pueda pedir la protección diplomática es que
haya observado una conducta limpia, es decir, que no haya propiciado con una actuación
ilegal la producción de los hechos que dan lugar a la reclamación; ésta es la condición
conocida en términos del derecho anglosajón como de "clean hands".
La Cláusula Calvo tiene por finalidad evitar el amparo diplomático indebido de los países
desarrollados a favor de sus súbditos, supuestamente afectados en los contratos
celebrados con el Estado de países que no han alcanzado su desarrollo. Esta cláusula
consagra el principio de igualdad de trato tanto para extranjeros como para los
nacionales. Como consecuencia, el extranjero propietario de bienes en un Estado se
somete a las normas y tribunales de dicho Estado. Este pacto de renuncia a efectuar
reclamaciones por vía diplomática es, en última instancia, un mecanismo a través del cual
se busca lograr una asimilación de los súbditos extranjeros al régimen jurídico que norma
la actividad de los nacionales.
Pastor Ridruejo, nos interesa resaltar dos formas de la Cláusula Calvo: "La contenida
explícitamente en un contrato, por la que el inversionista extranjero renunciaba a la
protección diplomática para toda reclamación derivada de las relaciones contractuales,
consintiendo ser tratado como nacional; y la cláusula que sometía todas las diferencias
que pudiesen nacer del contrato a un arbitraje privado entre el inversionista y el Estado,
con renuncia a la protección diplomática".
Los extranjeros a quienes les ha sido negada la entrada o la residencia son devueltos al
país de su ultima residencia; pero si dicho país no esta preparado para aceptarlos, se les
envía a su país de nacionalidad.
Derecho de los extranjeros: Una vez que han sido legalmente admitidos en el territorio, los
extranjeros tienen ciertos derechos mínimos necesarios para el disfrute de la vida privada
ordinaria. El derecho internacional no permite a ningún Estado privar a los extranjeros de
sus derechos de contratar y de adquirir bienes muebles, o de los derechos matrimoniales
y de familia. Aparte de estos derechos, el Estado puede afectar a los extranjeros con
ciertas incapacidades o medidas restrictivas de diferente severidad, para conservar su
seguridad nacional o el orden publico, y para proteger los intereses de sus nacionales.
LASIFICACIONES.
Clases o tipos de responsabilidad internacional podemos encontrar tantas como puntos de referencia
adoptemos para clasificarlas. Así veremos en el tratamiento doctrinal responsabilidades diferenciadas por el
propio sujeto responsable; por el sujeto ante el cual se es responsable; por la fuente que la genera; o
atendiendo al grado de importancia de la obligación violada, entre otras.
De estas clasificaciones mencionadas, sin lugar a dudas las de mayor importancia son aquellas que se
refieren al sujeto responsable, a la fuente que la genera y a la importancia de la obligación violada, al punto de
que prácticamente la totalidad de los autores que tratan esta temática hacen referencia a ellas, ya sea de una
u otra forma. Y es que en estas puntuales clases de responsabilidades encontraremos volcadas tan modernas
cuestiones como la de la ampliación del número de sujetos del Derecho Internacional Público o la de la
polémica tendencia a la objetivización de la responsabilidad; asuntos estos que aun son de
profundo debate doctrinal. Cabe señalar que solo en las últimas décadas se ha hablado de responsabilidad
del Estado por actos "no prohibidos" y responsabilidad internacional de otros sujetos de Derecho Internacional
y muy particularmente de las Organizaciones Internacionales.
2.1 Responsabilidad Internacional por Hechos Ilícitos y Responsabilidad Internacional por Hechos No
Prohibidos por el Derecho Internacional.
La posibilidad de que todo sujeto de Derecho Internacional cometa un hecho internacionalmente ilícito
consistente en la violación de una obligación internacional es real y creciente. Esta afirmación con
acotaciones insustanciales ha sido admitida ya por la doctrina, la práctica y la jurisprudencia.
Para tratar la responsabilidad internacional por hechos ilícitos lo primero que debemos determinar es si hay
violación de alguna obligación internacional y cuáles son las consecuencias de esa violación. Lo segundo que
debemos tener presente es que en el Derecho Internacional, al menos por ahora, no se admite la distinción
entre responsabilidad penal y responsabilidad civil. El hecho ilícito internacional es una figura unitaria en la
que solo se distinguen ciertas violaciones más graves a las que se les da la categoría de crimen internacional
y suponen consecuencias agravadas para el responsable.
Tales son las complicaciones en el tratamiento de la responsabilidad internacional que incluso se discute si se
debe hablar de hecho o acto ilícito. Para la lengua castellana el término más aceptado es el de acto, pero esto
no se ha impuesto ni en la práctica ni en los trabajos de la CDI.
El hecho ilícito internacional constituye la violación de una obligación internacional atribuible a un sujeto de
Derecho Internacional. El elemento ilícito de la conducta solo puede ser apreciable en relación a lo
establecido por normas primarias. Esto no quiere decir que las normas sustantivas, es decir, aquellas que
establecen el contenido de las obligaciones cuya violación da origen a la responsabilidad internacional sea
objeto de estudio por la materia ahora tratada.
Debe quedar muy claro que al abordarse la responsabilidad internacional nos ocupamos únicamente de las
normas secundarias que son las encargadas de fijar las consecuencias jurídicas de un incumplimiento de las
obligaciones consagradas en las normas señaladas como primarias. Hay que distinguir además un elemento
subjetivo (la imputación) y un elemento objetivo (la conducta de violación en sí misma). Ese elemento objetivo
es precisamente el atributo principal del hecho ilícito frente a otros hechos. La ilicitud como elemento objetivo
es el desajuste entre un comportamiento concreto y lo debido según las obligaciones internacionales.
Con respecto a la exigencia del elemento daño para la configuración de la responsabilidad internacional se
han esgrimido varias posiciones. El proyecto de la CDI no exige la presencia del daño para considerar un
hecho determinado como ilícito internacional. Sin embargo, Mariño Menéndez si considera éste como
elemento constitutivo de la responsabilidad internacional, incluso supedita al sujeto legitimado para exigir la
reparación a que haya sufrido las afectaciones y sea por consiguiente el "dañado". "…Pero eso no es así
porque el daño es inherente y de cierto modo equivale a la violación del Derecho Internacional. En todo
caso el Estado o Estados que sufren ilícitamente el daño material o moral están legitimados para exigir la
reparación".
"A juicio del relator especial, el profesor Ago, la razón determinante de que algunos autores consideren el
daño como un tercer elemento constitutivo de la responsabilidad es que ellos examinan la responsabilidad
solo en la relación con el perjuicio causado a los extranjeros, esto es, en un ámbito en el cual el deber que se
viola es precisamente una obligación de no causar perjuicio".Pero lo cierto es que el requisito del daño no se
aprecia únicamente en violación de obligaciones relativas a la protección y tratamiento de extranjeros.
Actualmente se limita el tema de la responsabilidad del Estado a los supuestos en que existe un daño al
Estado reclamante. Para el relator especial Ago esto se basa en que en estos casos las normas primarias
llevan implícitos el requerimiento del daño sin necesidad de ser ratificados por las normas secundarias.
Este hombre acepta el requisito del daño, lo que no admite su independencia y lo ve más bien como una
consecuencia inevitable.
Jiménez de Aréchaga concuerda con Ago en que además del incumplimiento de una obligación internacional
es elemento necesario, a los efectos de crear un vínculo automático, el requisito adicional del daño sufrido por
el Estado reclamante, pero discrepa en que ese daño forme parte de las normas primarias. Para él esto es
materia de regulación de las normas secundarias en tanto tiene que ver con la implementación en el plano
diplomático y judicial de la responsabilidad. El requisito del daño es una consecuencia del principio de que
nadie tiene acción sin un interés de carácter jurídico. Es precisamente el daño sufrido por un sujeto lo que lo
autoriza a dirigirse contra el comisor y pedir reparación.
Para Rodríguez Carrión, en cambio, en materia de responsabilidad por hecho ilícito no tiene trascendencia la
ocurrencia o no de un daño, porque de por sí siempre se genera una responsabilidad internacional. No es
necesario ningún tipo de daño ni perjuicio de carácter económico, patrimonial o moral para que exista
responsabilidad si la causa está en un hecho ilícito."Mientras que todo hecho ilícito da lugar a responsabilidad,
no todo hecho ilícito genera daño (…) de modo que para insistir a toda costa en que el daño es un elemento
que está siempre en todo hecho internacional ilícito, hay que aceptar la idea de que toda violación de una
obligación internacional hacia otro Estado implica en cierto modo un perjuicio para ese otro Estado. Por ello
debe advertirse que la presencia del daño como un elemento del hecho ilícito solo aparecerá en la violación
de determinadas obligaciones internacionales".
Algo que no hemos aclarado aquí, pero que opera igual que en el Derecho Común interno es que la
responsabilidad internacional puede estar originada por un hecho ilícito por acción pero también por omisión.
Estamos ante una acción cuando se ha infringido una prohibición jurídica internacional y ante una omisión
cuando no cumplimos un imperativo jurídico internacional.
Tanto más se desarrolla la industria y la tecnología, más se desarrolla el Derecho Internacional. En el Derecho
Internacional moderno se configura la responsabilidad alrededor del hecho ilícito, sin embargo recientemente
se ha comenzado a hablar de responsabilidad internacional del Estado por consecuencias perjudiciales de
actos no prohibidos por el Derecho Internacional. La cuestión principal en este sentido es la de determinar
que principios o normas amparan esta responsabilidad absoluta.
Relativo a este particular parece ser un criterio unánimemente aceptado el de que este tipo de
responsabilidad descansa en el principio sic utere tuo ut alienum non laedas. Constituye una obligación
ejercer los derechos propios sin lesionar los derechos e intereses de otros sujetos de derecho, es este un
principio general del Derecho y un elemento de cualquier sistema jurídico. Así las cosas los Estados deben
procurar que ni ellos ni personas bajo su jurisdicción o control realicen actos que causen daños directa o
indirectamente a las personas u otros Estados.
La consecuencia más importante de la responsabilidad internacional por actos ultrapeligrosos es la de reparar
sin la necesidad de que ocurra un hecho ilícito.
Durante los períodos de sesión de 1980 y 1981 el relator del tema Quentin Baxter defiende la posición de que
la responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de hechos no prohibidos por el Derecho
Internacional está vinculada a aspectos de fondo, de normas primarias que obligan a evitar daños y no a
normas secundarias. ¿Puede entonces considerarse el principio sic utere tuo ut alienum non laedasuna norma
de Derecho Internacional? Si así fuera, amén de los regímenes convencionales, todo daño causado a un
Estado o sus nacionales por actos realizados por otro Estado en su territorio supone una responsabilidad
internacional por hecho ilícito. Pero lo cierto es que este principio no está recogido por ningún tratado
obligatorio, sino que es un ejemplo de soft law porque solo está consignado en resoluciones de conferencias
internacionales.
No por los postulados de la responsabilidad absoluta y su vínculo con la teoría del riesgo se debe identificar
esta con el rechazo de la culpa como elemento de la responsabilidad por acto ilícito. La responsabilidad
absoluta va mucho más allá, implica la inexistencia de un ilícito y en cambio la existencia de responsabilidad
para un Estado que en el ejercicio de actividades lícitas que aparejan riesgo cause un daño. Esta doctrina no
es la regla en materia de responsabilidad, sino que se aplica en circunstancias y condiciones específicas
esclarecidas en acuerdos internacionales.
Para Carrillo Salcedo, la responsabilidad internacional del Estado por actos no prohibidos por el Derecho
Internacional "se basa implícitamente en un principio de Derecho Internacional: la obligación de los Estados
de adoptar las medidas necesarias, para que no se produzca el daño. En este sentido, la responsabilidad
internacional del Estado derivaría del incumplimiento de esta obligación, más que del daño en sí."
2.2 Responsabilidad del Estado; Responsabilidad del Individuo y Responsabilidad de las
Organizaciones Internacionales.
Al constituirse Organizaciones Internacionales y considerarlas sujetos del Derecho Internacional les
son impuestos deberes y derechos determinados para con la comunidad internacional, los cuales están
consignados en los instrumentos constitutivos (tratados especiales) de estas organizaciones. La
responsabilidad de las Organizaciones Internacionales, al igual que la de los Estados, se comenzó a
configurar a partir de las infracciones jurídicas internacionales y podían dimanar de una acción o de una
omisión. Pero esto hoy en día se ha extendido a otros supuestos.
Las Organizaciones Internacionales pueden ser sujetos tanto activos como pasivos de una relación jurídica
internacional, derívese esta de un ilícito o de responsabilidad por riesgo. El fundamento lo encontramos en la
participación cada vez mayor de estas organizaciones en tales actos y que se les ajusta analógicamente las
normas que le son aplicables a las actividades de los Estados. Pero téngase en cuenta que las
Organizaciones Internacionales en cierta medida dependen económicamente de sus Estados miembros, por
lo que la reparación que se deriva de la responsabilidad es soportada hasta cierto punto por esos Estados.
A pesar de las comparaciones, existe distancia entre las Organizaciones Internacionales y los Estados. Por
ejemplo, estas carecen de territorio y población como elementos de estos, por lo que su esfera de acción es
limitada al igual que su subjetividad jurídica y su responsabilidad es también reducida. Esta responsabilidad
puede configurarse ante los Estados miembros de ella por violación de sus estatutos o ante la comunidad
internacional por una trasgresión del Derecho Internacional. La Organización en sí misma no fue parte en el
tratado que la creó pero sus órganos están obligados a actuar acorde con el principio de atribución y
especialidad de competencias cuya violación es generalmente lesiva a los Estados miembros e incluso a los
particulares sumidos a su jurisdicción.
Se reputarán actos de una Organización Internacional los actos realizados por cualquiera de sus órganos en
el ejercicio de sus funciones, aún si actuó ultra vires, y su objetivo fue acorde a los objetivos normativos de la
Organización misma o por personas que actúan bajo el control o por cuenta de la Organización. Es
responsable además de los hechos ilícitos provocados por los particulares si no adoptó las medidas posibles
para impedirlos. El Estado que no sea miembro y que tampoco allá reconocido a la Organización expresa o
tácitamente se dirigirá a exigir responsabilidad a los Estados que si sean miembros y que los considere
responsables de la actuación de la Organización.
En cuanto a la responsabilidad internacional de las personas individuales, esta se reduce más bien a la
responsabilidad penal por crímenes de lesa humanidad. Constituye precisamente uno de los asuntos más
modernos que trata el Derecho Internacional. No se pude abordar este tema sin hacer la distinción entre un
ilícito cualquiera y el crimen internacional que es de veras donde cobra vida la responsabilidad del individuo
por lo que recomendamos ver infla 2.3 tal distinción.
Con respecto a la responsabilidad del Estado este sí que es un tema muy extenso por ser del que más se ha
escrito y hablado y por constituir el sujeto primigenio al que se puede exigir responsabilidad. El Estado puede
ser responsable en diverso grado: de su propio comportamiento; del de sus órganos; del de los agentes
estatales; del de otros organismos, del comportamiento de un particular. La responsabilidad del Estado mismo
a su vez engloba: por daños a las personas o bienes de los extranjeros; por los actos de agresión o de
violación de los principios del Derecho Internacional Público contra otro país o por presión o coerción política,
económica, etcétera; por la negación de la independencia a los pueblos coloniales vinculando el derecho a la
autodeterminación; cuando el Estado no obra conforme al Derecho Internacional Públicoen las situaciones de
lucha civiles y por el planeamiento, preparación, inicio y realización de guerras de agresión y
cualquier propaganda de guerra.
El Estado se proyecta en el Derecho Internacional como una unidad y así mismo se le exige la
responsabilidad. A los efectos de atribuir una conducta a un Estado se tendrá en cuenta los órganos que
efectivamente pertenecen al Estado. La responsabilidad del Estado por los actos de sus órganos se subdivide
en: actos legislativos que es cuando la ley interna compromete el orden internacional y puede ser por omisión
(por la no promulgación de las leyes necesarias para que el Estado cumpla sus obligaciones internacionales)
o por acción (promulgación de leyes opuestas al Derecho Internacional); por actos administrativos que es
cuando se compromete el orden internacional por actos de los funcionarios públicos en el orden
administrativo; por actos judiciales que es cuando no se respeta el contenido de las sentencias judiciales
internacionales o cuando los tribunales dictan sentencias antijurídicas por lesionar los derechos e intereses de
otros Estados o de sus ciudadanos. En materia judicial se habla muchísimo como supuesto que genera
responsabilidad de la llamada denegación de justicia, concepto que reclama aclaración. Al intentar definirlo
César Sepúlveda plantea: "la denegación de justicia es una falta en la administración de justicia doméstica
hacia un extranjero; el fracaso en proporcionar al extranjero el mismo remedio que se proporciona al nacional,
cuando tal recurso está a su disposición".
El Estado puede responder por los actos de los individuos que estén en su territorio o bajo su jurisdicción aun
cuando no lo realicen en nombre de ese Estado. En este caso se dice que no responde estrictamente por los
actos de un individuo sino por las ineficiencias de sus órganos que no impidieron el comportamiento o
castigaron al comisor debidamente. No obstante según el Tratado sobre los principios que han de regir los
actos de los Estados en la Exploración y Utilización del Espacio Cósmico, incluso la Luna y otros Cuerpos
Celestes; la responsabilidad jurídica internacional por actos de personas físicas puede recaer directamente
sobre el Estado.
La responsabilidad del Estado es tan abarcadora que puede extenderse incluso a los actos que se realizan
por otros Estados en su territorio. A estos efectos cabe distinguir cuando los actos se realizan con el
consentimiento del Estado o sin él. Cuando hay consentimiento se dice que el Estado que ha consentido se
convierte en cómplice del Estado infractor. Esta clase de responsabilidad es la que se alega generalmente en
los casos relativos a bases militares en otros países. En el caso de que no hubiese consentimiento expreso o
tácito del Estado solo se puede exigir responsabilidad a este si no se tomaron las medidas necesarias o se
atajaron los actos del Estado infractor.
Se habla también en el Derecho Internacional de la responsabilidad que se deriva de los movimientos de
insurrección. Como en otros supuestos el Estado solo responde si no ha tenido la debida diligencia para
prevenir y evitar las acciones. Si el grupo insurreccional llega a establecerse como gobierno sería él el
responsable de todos los actos cometidos antes de la victoria.
Como se puede apreciar en materia de responsabilidad del Estado no podemos hablar de responsabilidad
directa, sino más bien de responsabilidad por falta de prevención o represión cuando no ha existido
"apariencia ninguna de procedimiento oficial." Puede suceder que en principio determinada conducta no sea
atribuible al Estado, pero luego, por la inacción de éste y su condición de Estado permisivo se le exija
responsabilidad.
2.3 Hecho Ilícito Internacional y Crimen Internacional
El origen de esta distinción está en un "obiter dictum" de la CIJ en el caso de la Barcelona Tractio cuando dice
que es necesario "una distinción esencial (…) entre las obligaciones de los Estados con la comunidad
internacional en su conjunto y las que nacen con respecto a otro Estado en el marco de la protección
diplomática. Por su naturaleza misma las primeras conciernen a todos los Estados. Dada la importancia de los
derechos en juego, puede considerarse que todos los Estados tienen un interés jurídico en que esos derechos
sean protegidos…"
La distinción a la que estamos haciendo referencia se basa en la relevancia que tiene el contenido de la
obligación violada. El artículo 19 párrafo segundo del Proyecto de la CDI define que si la obligación vulnerada
es "tan esencial para la salvaguardia de intereses fundamentales de la comunidad internacional que su
violación esté reconocida como crimen para esa comunidad en su conjunto" entonces estamos ante un crimen
internacional; constituyendo los restantes casos simples delitos, según el párrafo cuatro del propio artículo.
La distinción ha sido bien recibida por la doctrina y los miembros de la AGNU. Es una respuesta a las
necesidades actuales de la comunidad internacional más que la reacción a los precedentes de la
jurisprudencia. Se ha comprobado que no es correcto el sistema bilateral de la responsabilidad cuando los
intereses afectados son comunes.
El hecho de que sea la comunidad internacional la encargada de determinar la naturaleza de las obligaciones
cuyo incumplimiento constituye un crimen y de que el interés jurídico se reconozca a toda la comunidad no
quiere decir que todo Estado pueda tomar medidas individuales contra el que considere autor de un crimen
internacional. Esto crearía un problema más que resolver uno existente y fomentaría las formas más graves
de intervención.
El crimen internacional es un tipo de hecho ilícito (este último denominado genéricamente delito) que no se
puede identificar con la distinción habitual de delitos y simples ilícitos civiles. Es aplicable a hechos de
personas y del Estado y en este último caso se denomina "crimen de Estado".
Es importante distinguir los delitos de los crímenes internacionales porque estos últimos generan
consecuencias jurídicas específicas, adicionales a las de cualquier otro hecho ilícito; por ejemplo,
la adopción de medidas coercitivas y la declaración del acto contrario a la obligación como nulo de pleno
derecho y que carece de efectos jurídicos; en tanto las normas que califican los crímenes internacionales son
imperativas.
La responsabilidad internacional, generada por un crimen internacional, tiene dos consecuencias
características: la responsabilidad puede ser exigida por cualquier miembro de la comunidad internacional
(actio popularis) y la responsabilidad produce además de la obligación de reparar el daño la imposición de
sanciones.
Como se deriva de la actio popularis consecuencia de la comisión de un crimen internacional, esta figura
puede constituirse en un arma política generadora de discordias. Lo correcto es que un tercero con poderes
jurisdiccionales (TIJ) tome partido en la discusión, incluso cuando está en juego la paz y
la seguridad internacional debe solicitarse la intervención del Consejo de Seguridad (artículo 13 Capítulo VII
de la Carta de NU). Pero es que éste despierta inseguridades, ya que en su seno existe el derecho al veto y el
mecanismo es inútil contra EE.UU, Rusia, Reino Unido, Francia y China, así como contra sus aliados y
protegidos. Actualmente la participación de los tribunales internacionales en la determinación de la comisión
de un crimen internacional es casi inexistente. Quiere decir que el Derecho Internacional General no cuenta
con los mecanismos efectivos para determinar la existencia de crímenes internacionales.
El artículo 4 del Proyecto deja bien claro que la ilicitud del hecho se califica de acuerdo a las normas de
Derecho Internacional sin que tengan mucha relevancia las disposiciones del derecho interno.
Dada la dispersión de la normativa referente a la responsabilidad internacional puede ocurrir que un mismo
hecho sea considerado lícito por una norma e ilícito por otra. En este caso se salva la diferencia hasta donde
sea posible de acuerdo a la jerarquía de la norma que lo prevea (artículo 18.2 del Proyecto del CDI).
El Proyecto de la CDI rechaza la necesidad de la existencia del daño para que se configure un ilícito
internacional y por consiguiente no considera este elemento como constitutivo de la responsabilidad. A
nuestro juicio esto constituye un desacierto, porque el daño es en cierta medida inherente y equivalente a la
violación del Derecho Internacional, y determina el sujeto legitimado para exigir reparación.
Tampoco se exige en el Proyecto la culpa (por dolo, mala fe, o negligencia culposa) de la persona física o del
órgano estatal para que surja la responsabilidad internacional de los Estado por hechos ilícitos. En este
sentido se ha adoptado una posición objetiva: es suficiente que la conducta viole una obligación para que
surja la responsabilidad.
Con respecto a los actos por los que responde el Estado el artículo 8 del Proyecto reconoce la
responsabilidad del Estado por las acciones de las personas que de hecho actúan a su nombre.
Ya hemos reiterado en varias ocasiones que aunque la responsabilidad de las Organizaciones Internacionales
es reconocida en la doctrina y en la práctica, este es un tema muy novedoso. Este asunto fue regulado por
primera vez en el Tratado Sobre los Principios que han de Regir las Actividades de los Estados en la
Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre incluso la Luna y otros Cuerpos Celestes, de 27 de Enero
de 1967.
Con respecto a la realización efectiva de la responsabilidad internacional cuando el sujeto es una
Organización se han presentado varias dificultades.
Generalmente no se puede resarcir el perjuicio material y en la práctica lo que se hace es que son los Estados
miembros de la Organización los que la soportan (Convenio de la Responsabilidad Internacional por Daños
Causados por Objetos Lanzados al Espacio Cósmico de 1972). En cuanto a la responsabilidad política,
concretamente la imposición de medidas coercitivas a Organizaciones Internacionales no hay elaboraciones
notables ni en la doctrina ni en la práctica internacional.
Relativos a las eximentes de la responsabilidad el proyecto de la CDI reconoce el consentimiento, la legítima
defensa, las represalias, el caso fortuito y la fuerza mayor, el peligro extremo y el estado de necesidad, en una
secuencia de artículos desde el 29 al 34. En un primer momento se pensó en dedicar el Capítulo V a las
circunstancias que excluyen la ilicitud y las circunstancias atenuantes y agravantes, pero para evitar
confusiones en 1979 la Comisión decidió separar ambos contenidos y actualmente el Capítulo V está
dedicado a las causas que excluyen la ilicitud y se dejó el tema de las atenuantes y las agravantes de la
responsabilidad para la segunda parte del Proyecto.
Es cierto que el Proyecto redactado por la CDI restringe su estudio a la manifestación tradicional de
responsabilidad (por hecho ilícito), sin embargo es de reconocer la importancia, utilidad y autoridad que viene
gozando desde su aprobación. Pero en Derecho Internacional Público es mejor algo que nada, "…es muy
triste decirlo pero en nuestra disciplina hay que ser realista, y en el proceso de codificación del Derecho
Internacional son preferibles los logros parciales a los fracasos totales".
Para llevar a vías de hecho las consecuencias derivadas de la responsabilidad ya expusimos supra que no
están creadas todas las condiciones. Donde menos deficiencias se aprecian es en el caso de que un sujeto
sea el responsable. Esto es una consecuencia ineludible de la deficiente organización actual de la comunidad
internacional. El Consejo de Seguridad, con sus cinco miembros permanentes y el derecho al veto de cada
uno de ellos, representa una inseguridad jurídica para aquellos que no pertenezcan al "grupo de amigos" de
los "cinco privilegiados". Las resoluciones de la AGNU no tienen fuerza vinculante alguna y además, están
condicionadas por factores políticos variables según las circunstancias coyunturales; lo más que pudiera
hacer en este sentido es condenar moralmente a un Estado y acompañarle ciertas recomendaciones, lo que
produciría fuertes presiones éticas y políticas.
Quiere decir que el sistema de las NU y el Derecho Internacional en general carecen de medios efectivos,
imparciales y confiables para agotar los asuntos relativos a la responsabilidad internacional. Se impone la
necesidad de crear un procedimiento específico para que el Estado lesionado pueda dirigirse contra el
responsable y se vea repara en su derecho, dicho procedimiento debe terminar con la intervención de un
órgano jurisdiccional con autoridad suficiente como para que sea obligatoria su decisión final. Este tercero
además debe contar con los mecanismos suficientes para hacer efectivas sus decisiones.