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RECONOCIMIENTO DE LOS ESTADOS

3.1.-Definición:
Es el acto jurídico unilateral, discrecional e irrevocable, por el cual un sujeto de Derecho Internacional Público
confiere a una comunidad política organizada en un determinado territorio la titularidad de derechos y
obligaciones internacionales, se ha dado el caso, como lo dice el autor Fermín Toro, de reconocer como
Estado a un ente político que carezca de algunos de los elementos existenciales del Estado, sin embargo, lo
normal es que el reconocimiento sea el acto atributivo de la subjetividad jurídica a un Estado preexistente
como ente político internacional.
En fin, el reconocimiento de los Estados ha sido definido como "el acto libre por el cual uno o varios Estados
constatan la existencia sobre un territorio determinado de una sociedad humana políticamente organizada,
independiente de cualquier otro Estado existente, capaz de observar las prescripciones del Derecho
Internacional, y manifiestan consiguientemente su voluntad de considerarlo como miembro de la Comunidad
Internacional."
3.2.- Las características del reconocimiento las podemos enumerar de la siguiente manera:
1. Es un acto Unilateral, porque produce sus efectos jurídicos por la sola y única voluntad de quien lo
realiza, es decir, genera derechos y obligaciones para el reconocimiento y el reconocido, por voluntad de
quien ha reconocido. En síntesis; el reconocimiento de un Estado no tiene una forma o formalismo propio,
es decir, puede ser expreso o implícito, unilateral y mutuo o recíproco, individual o conjunto. Los sujetos
que realizan el reconocimiento de un Estado pueden ser otro u otros Estados o alguna Organización
Internacional competente para ello.
2. Es un acto discrecional, porque no existe norma alguna en Derecho Internacional Público que
obligue a un sujeto de derecho reconocer como sujeto a un Estado existente como ente político, es decir,
es libre y discrecional porque el reconocimiento de los Estados; es una prerrogativa de cada sujeto
internacional decidir si y cuando va a reconocer a un nuevos Estado.
3. Es un acto irrevocable; porque no puede ser reconocido válidamente un Estado sin incurrir
en responsabilidad internacional. Además, es irrevocable porque una vez hecho el reconocimiento, la
cualidad de sujeto de derecho del Estado reconocido adquiere carácter objetivo independiente de la
voluntad del reconocimiento. La doctrina se plantea sí el reconocimiento de Estados puede ser revocado,
cuestión que ha sido ampliamente debatida, puesto que estaríamos en presencia de dos tipos de
reconocimientos, uno definitivo y otro provisional. En nuestra opinión, el reconocimiento de un Estado
puede ser revocado, si los elementos esenciales para su existencia, es decir, la población, el territorio y la
soberanía, han cambiado de manera radical o se han perdido.
4. Es un acto creador de subjetividad jurídica, para el Estado reconocido, cuyo reconocimiento no se
produce erga omnes, sino exclusivamente entre el Estado que reconoce y el reconocido.
5. Es un acto incondicional, en el sentido de no podría válidamente el gobierno venezolano someter
la eficacia jurídica del acto a una condición suspensiva, es decir, a un acontecimiento futuro e incierto de
cuya realización dependería el nacimiento o la extinción de la subjetividad jurídica del Estado objeto del
reconocimiento.
6. Puede ser un Reconocimiento expreso o tácito; expreso porque es aquel en el cual, quien
reconoce, manifiesta explícita y directamente su voluntad de admitir que determinado ente, político
internacional, calificado como Estado, está dotado de subjetividad jurídica internacional; es tácito o
implícito, aquel que se infiere de la realización por parte de quien reconoce, respecto del ente político
internacional que se quiere reconocer, de ciertos actos jurídicos que presumen la condición o investidura
de la subjetividad jurídica.
7. Es un acto que puede ser separado o conjunto, aunque normalmente es un acto que efectúa
separadamente cada sujeto del Derecho Internacional Público, pero ello, no obsta a que varios sujetos
puedan reconocer simultáneamente, en un mismo acto, a un ente político internacional como Estado.

3.3.- Efectos del Reconocimiento:


Como dijéramos anteriormente, el reconocimiento es un acto creador de subjetividad jurídica para el Estado
reconocido, los efectos del reconocimiento a saber: la subjetividad jurídica del Estado reconocido no se
produce erga omnes, sino exclusivamente entre el Estado que reconoce y el reconocido.
Ahora bien, sobre los efectos del reconocimiento de los Estados se plantean dos posiciones:
a) teoría constitutiva: el Estado no existe mientras no es reconocido; presenta al reconocimiento como un
requisito esencial para la existencia de un Estado y para el goce de todos sus atributos; y
b) teoría declarativa: el Estado existe con independencia de que haya sido o no reconocido y que el
reconocimiento sólo constata este hecho, haciéndolo oponible con todas sus consecuencias al Estado que lo
reconoce y permitiendo, a partir de ahí, el establecimiento de las relaciones que son propias entre sujetos
internacionales. Esta última es la posición adoptada por la Convención sobre los Derechos y Deberes de los
Estados, y por la Carta de la Organización de los Estados Americanos;
Con relación a las organizaciones internacionales, que se presentan como los "nuevos" sujetos del Derecho
Internacional, caracterizando la sociedad internacional contemporánea, no pueden ser tenidas como un super-
Estado, tal como lo verificó la Corte Internacional de Justicia en el año 1980, en su opinión sobre
la Interpretación del Acuerdo de 25 de marzo de 1951 entre la Organización Mundial de la Salud y Egipto.
Las organizaciones Internacionales no son creadas como formas de sustitución de los Estados, por el
contrario, se presentan como mecanismos para robustecer el sistema de Estados. "En este sentido, las
organizaciones internacionales no son vistas antagonistas o competidoras de los Estados sino que, más bien,
como herramientas de éstos que "han sido modeladas por los Estados como instrumentos para su propio uso,
y la medida de su florecimiento es el grado en que los Estados las encuentran utilizables y útiles para sus
propósitos."
Otro de los efectos lo vemos; cuando decimos que el reconocimiento es un acto incondicional, en el sentido
de no podría válidamente el gobierno venezolano someter la eficacia jurídica del acto a una condición
suspensiva, es decir, a un acontecimiento futuro e incierto de cuya realización dependería el nacimiento o la
extinción de la subjetividad jurídica del Estado objeto del reconocimiento. En la práctica, un reconocimiento
sujeto a condición podría reputarse, como una negativa a reconocer, o como un reconocimiento puro y simple.
Lo cual lo encontramos consagrado en el artículo 6º de la Convención sobre Derechos y Deberes de los
Estados.
Es importante también recalcar, que los efectos que surgen del reconocimiento para nuestro país en cuanto a
la validez del acto, estaría sujeto de acuerdo con el mandato del artículo 1º sobre la misma convención, al
referirse a ciertos elementos que debe reunir el Estado para gozar de reconocimiento, lo cual, caso contrario;
implicaría la invalidez jurídica de un reconocimiento como Estado de un ente político, y en consecuencia la
inexistencia de la subjetividad jurídica estatal del referido ente.
3.4.- Reconocimiento de Gobierno
Constituye un acto jurídico, unilateral, por el cual un sujeto de Derecho Internacional Público, admite, o acepta
que un determinado conjunto organizado de personas es el gobierno de un Estado, ejerza o no ese conjunto
el poder efectivo en el territorio del Estado, y tiene, por consiguiente, la condición representante legítimo legal,
es decir, jurídico, del Estado, respecto al Estado que reconoce.
El reconocimiento de gobierno tiene iguales características que el reconocimiento del Estado, tales como; Es
un acto un unilateral, en el sentido de que el acto es perfecto y produce sus efectos jurídicos por la sola y
exclusiva voluntad de quien lo realiza. Es un acto discrecional, en el sentido de que todo sujeto de Derecho
Internacional Público es libre de investir a un conjunto organizado de personas, de la condición de gobierno y
representante legítimo y legal de un Estado determinado, en el orden internacional, es decir, que ningún
sujeto de Derecho Internacional Público está obligado a reconocer como gobierno de otro Estado, a un
conjunto organizado de de personas, porque haya accedido al poder de acuerdo con el procedimiento jurídico
pautado en el Derecho Interno Estatal del Estado. Así mismo, se dice que es un acto irrevocable, es un acto
creador o generador de representación jurídica internacional, es un acto expreso o tácito y finalmente puede
ser separado o conjunto.
Internacionalmente son reconocidas tres teorías acerca del reconocimiento del Gobierno, que en líneas
generales dicen:
3.4.1.-Doctrina Tobar
Fue enunciada en 1907 y sostiene que no debe otorgarse el reconocimiento a los gobiernos resultado de un
acto de fuerza mientras no haya sido legitimado constitucionalmente; pretendían ofrecer un obstáculo a las
frecuentes revoluciones y golpes de Estado que a menudo había en los países hispanoamericanos.
3.4.2 .-Doctrina Estrada
Fue enunciada en 1930 por el Secretario de relaciones exteriores cuyo apellido era Estrada. Estrada, afirma
que México, no se pronuncia sobre la cuestión del otorgamiento del reconocimiento por que esto sería una
practica ofensiva, que además de atentar contra la soberanía de otras naciones, hacen que los asuntos de
estas pueden ser objeto de operaciones en un sentido contrario por parte de otro gobierno. MÉXICO SE
LIMITA A MANTENER RELACIONES DIPLOMÁTICAS SIN QUE ESTO IMPLIQUE LA APROBACIÓN O
REPROBACIÓN DE LOS GOBIERNOS REVOLUCIONARIOS.
La causa de lo que el Derecho Internacional es lo que se conoce con el nombre de auto reconocimiento, no
será la legitimidad o legalidad del gobierno en cuestión, sino los intereses del mismo México.
3.4.3.- Doctrina Díaz Ordaz
Viene a significar en el plano de las relaciones México con los países hispanoamericanos un abandono de la
doctrina estrada. Fue formalmente enunciado por el Secretario de relaciones exteriores de México el día 15 de
abril de 1969 donde se menciona que no debe faltar un puente de comunicación entre las naciones
de América latina.
3.5.- Diferencias entre Reconocimiento de Estado y Reconocimiento de Gobierno:
1. El reconocimiento de Estado es independiente, es un acto que puede surgir sin la necesidad de la
existencia de otro reconocimiento; contrario al reconocimiento de gobierno, el cual nace voluntariamente
después del reconocimiento del Estado.
2. El reconocimiento de Estado se refiere una comunidad política organizada que contempla; un
territorio, una población y el poder, en cambio el reconocimiento de gobierno; se refiere al poder
político que ejerce el poder sobre ese Estado.
3. El reconocimiento de Estado es un hecho inquebrantable, no posee debilidad jurídica existencial, ya
que una vez admitido un como un sujeto de Derecho Internacional no se puede retirar ese
reconocimiento, caso contrario el reconocimiento de gobierno, éste puede perder su validez sólo por el
hecho de que otro gobierno ejerza efectivamente el poder en el territorio del Estado, haya o no surgido de
un procedimiento constitucional.

Reconocimiento de Estados o gobiernos 


Se entiende como el proceso donde una formación política o una forma de gobierno
creado, pasa a ser parte de la comunidad internacional, este proceso de reconocimiento
se da por parte de otros Estados que de forma voluntaria, individual o colectiva, de forma
expresa en donde declaran darle carácter jurídico internacional a este nuevo Estado. 
El reconocimiento de un Estado se puede dar de manera “EX NOVO” (de nuevo) a partir
de un Estado que ya existía y que da paso a uno, o varios nuevos. Para esto, el resto de
Estados deben reconocerlo con el fin de darle carácter de sujeto de derecho
internacional. 
Al mismo tiempo, estos nuevos Estados, pueden existir sin el reconocimiento de los
demás, esto está basado legalmente en la carta de la Organización de Estados
Americanos (Bogotá 1948), cuyo art. 9 dice: «La existencia política del Estado es
independiente del reconocimiento por los demás Estados» siempre que cumpla con los
requisitos de territorio, población y organización política, pero no pueden actuar de forma
internacional. 

Doctrinas de Reconocimiento de Estados: 

Doctrina del NO reconocimiento: La doctrina del no reconocimiento, como su nombre lo


dice, se trata de razones por las cuales no reconocer a una forma de gobierno como
Estado, tales son los casos como: Uso de la Fuerza, Violación del Principio de No
Intervención, Derecho de autodeterminación de los pueblos. Como es el caso de
Honduras, donde se presentó un golpe de Estado por medio de la fuerza, y se estableció
un gobierno de facto. 
La doctrina Stimson : en 1932 Estados Unidos creó la "Doctrina Stimson" como resultado
de la invasión japonesa a Manchuria, donde los Estados Unidos se negaban a reconocer
cualquier situación creada como resultado de una acción agresiva 

Doctrina de Hallstein: fue formulada en 1955 por el Gobierno de –en aquel entonces- la
República Federal Alemana, donde resaltaba la ruptura de relaciones diplomáticas con
todo Estado que reconociera a la República Democrática Alemana, la cual era
considerada “una simple zona de la unión soviética en Alemania” esta doctrina no fue muy
bien aceptada por los aliados de la República Federal. 
Doctrina Estrada 
La Doctrina Estrada se aplica en México del año 1930 a 2000. Esta doctrina, mediante un
documento enviado a los representantes de México en el extranjero, hace referencia a la
costumbre de otorgar el reconocimiento de Gobierno. Hasta que fue considerada como un
uso denigrante, en virtud de que cada país tiene su propio derecho de autodeterminación.
México sufrió a causa de esta práctica pues al comienzo de su independencia, le fue difícil
obtener el reconocimiento. Se uso de manera más extendida en la década de 1970 donde
México no otorgó reconocimiento de Estado a los países sudamericanos que sufrieron
golpes de estados, el Gobierno de México solo se limita a mantener o retirar, cuando lo
considere necesario, a sus diplomáticos y a continuar aceptando, cuando también lo
considere apropiado, a los diplomáticos que las demás naciones tengan acreditados en
México, sin calificar de ninguna manera a sus Gobiernos o gobernantes.

Reconocimiento Internacional: Es un acto unilateral de Estado o de Gobierno y es el acto


mediante el cual se acepta como miembro de la comunidad internacional a los nuevos
Estados o Gobiernos que se hayan establecidos en ellos.
Es la convalidación jurídica de una situación de hechos, y este reconocimiento puede ser.

1)     Reconocimiento de Estado: Es un acto unilateral de Estado por medio del cual se


reconoce a un Estado cuando este nace en la comunidad internacional, con los tres
elementos existenciales: Territorio, Población y Poder.

2)     Reconocimiento de Gobierno: Se reconoce los Gobiernos surgidos de un Golpe de


Estado o de una conmoción civil denominado gobierno de facto, con el reconocimiento se
establecen las relaciones diplomáticas por ofrecer ciertas condiciones de seguridad y
estabilidad en la Comunidad Internacional.
Estado: Es el sujeto del DIP, que tiene capacidad de obligar y obligarse tener deberes y
derechos y al mismo tiempo; es un planteamiento político y jurídico. En este Estado tiene
asiento una población en un territorio, dirigido por un poder, ese poder tiene una
sustentación política, un gobierno, mediante diferentes órganos van a dirigir esa población
en este territorio.
Republica: Es una figura o representación jurídica del Estado, cuando los poderes actúan
solos, lo hacen a nombre de la Republica o por autoridad de la ley. Cuando hay que ir en
contra del Estado se demanda a la Republica.
País: Es un galicismo, tomado del uso que hacían los gallegos de este termino para
identificarse como tales y diferenciarse del resto de los españoles.
Nación: Es un elemento sociológico del Estado que va a estar configurado por la población,
que tiene unos factores que la identifican, los cuales son religiosos, culturales, técnicos,
idiomas, razas, etc., Pero que van a distinguir esas naciones pertenecientes a determinados
Estados por el sentimiento nacional, no tiene los tres elementos existenciales de un Estado.
Características del Reconocimiento:

1)Facultativo: Porque es la facultad del Estado, reconocer o no.

2)Irrevocable: Después de que el estado reconoce a otro a nivel internacional queda firme y
vigente, no se puede retirar.

3)Voluntarios: Nadie puede obligar a un Estado a otorgar el reconocimiento.

4)Oportuno: Porque espera el momento mas conveniente.

Formas de Reconocimiento:

 Expreso: Cuando se produce mediante una nota diplomática, cuando se produce un


acto público, cuando es un acto de gobierno, cuando es un acto de Estado.
 Tácito: Cuando se utilicen medios capaces de reconocer en forma indirecta al
gobierno o al estado de que se trate y eso puede ser en forma individual o en forma
colectiva.
 Individual: Cuando se produce un tratado entre estados y se incorpora uno nuevo,
al firmar conjuntamente, se produce el reconocimiento tácito hacia ese nuevo estado. Si el
presidente de un estado visita otro estado, y es recibido con honores de jefe de estado,
también se produce el reconocimiento tácito.
 Colectivo: Cuando se produzca la firma en un tratado multilateral o que se admita
al estado en un organismo internacional.
 Efectos del Reconocimiento: El efecto más importante, es que el reconocimiento
convalida jurídicamente una situación de hecho; ya que permite que el nuevo estado o
gobierno pueda entrar en relaciones con los demás. La convalidación puede ser declarativa
o constitutiva.
 Declarativa: Ocasiona el reconocimiento de una situación de hecho, es decir la
aceptación de la existencia de un estado o gobierno que ya tenia personalidad jurídica.
 Constitutivo: Ocasiona que se constituya un nuevo estado, es decir, el
reconocimiento es necesario para que se constituya el estado, sin este requerimiento puede
decirse que el estado no existe.

Gobierno de Facto: Nace de un golpe de estado o de una conmoción civil.


Doctrinas para el Reconocimiento de los Gobiernos de Facto:

1)     Doctrina Estrada: Ministro de Relaciones Exteriores de México, tiene una doctrina


denominada el no reconocimiento publico, sino el reconocimiento tácito, si se quiere
reconocer a un gobierno de facto, bastara con dejar sin ninguna alteración los funcionarios
diplomáticos de este estado o si por el contrario no desea reconocerlo, retira sus
funcionarios diplomáticos sin pronunciarse en uno u otro caso sobre el asunto, porque en
otra forma lo considera como un acto interventor.

2)     Doctrina Betancourt: El no reconocimiento de forma contundente, a un gobierno que


surge de facto, ya que, a su criterio, un estado que ha nacido por la vía del voto, no puede
permitir que por vía de la fuerza se le mate el derecho a ese voto.

3)     Doctrina Caldera: Basa su doctrina en el principio de autodeterminación de los


pueblos, todo pueblo tiene el gobierno que se merece y que seria intervenir en la política de
cada estado, pretender que los gobiernos fueran como uno quiere.
La capacidad internacional:

 La Nación: No es sujeto de derecho internacional.


 La Santa Sede: No es considerada como sujeto de DIP, porque le faltan los tres
elementos esenciales para configurarse como estado y pertenecer a la comunidad
internacional pero su importancia es tal, que no pierde las relaciones internacionales.
 Las Organizaciones Internacionales: Las Naciones Unidas, la OEA y naciones del
Estado Árabe.
 La Orden de Malta: Tienen un territorio de casi 20 Km. son monjes franciscanos,
se establecieron en Suecia, creadores de una condecoración internacional para así conseguir
fondos y esta se convirtió en la orden de malta, dada solo a los jefes de Estados.
 La Cruz Roja Internacional: Nace en Suiza para ayudar a Estados en caso de
necesidad, su organización tiene reconocimiento especial.

MEDIOS DE SOLUCION DE CONFLICTOS INTERNACONALES

Buenos Oficios: Con esta expresión, se conoce la acción amistosa de una tercera potencia
que propone a los Estados en litigio un terreno de de acuerdo y se esfuerza en llevarlos al
mismo mediante una especie de discreta ingerencia.
La Mediación: Consiste en la acción de una tercera potencia destinada a obtener un arreglo
entre dos Estados en litigio; se distingue de los buenos oficios por una simple diferencia de
grado: los buenos oficios presentan un carácter mas discreto, mientras que en la mediación
el Estado mediador interviene en la negociación y propone una solución al conflicto.
La Investigación: Este modo de solución es una creación de la primera Conferencia de La
Haya y consiste en la sumisión del conflicto de que se trate a unos comisarios
investigadores, cuya única misión es la de aclarar las cuestiones de hecho, sin pronunciarse
en modo alguno sobre las responsabilidades que de ellas se deduzcan, las cuales en general
resultan del análisis objetivo de los hechos.

La Conciliación: Es un Procedimiento relativamente nuevo, consta de distintas fases, y


requiere de manera irrestricta la voluntad de las partes a someterse a lo acordado por la
comisión de conciliación.
El Arbitraje: Tiene por objeto resolver los litigios entre los Estados mediante jueces por
ellos elegidos y sobre la base del respeto del derecho.
El Arreglo Judicial: Lo mismo que en el arreglo arbitral, el principio fundamental que
domina esta materia es el de que, en el orden internacional, la jurisdicción solo existe sobre
la base de la voluntad del Estado, cuyo consentimiento es condición previa para cualquier
arreglo judicial.
El Tribunal Internacional de Justicia: Constituye el órgano judicial mas importante de
las Naciones Unidas. Se encuentra conformado por quince miembros elegidos para un
periodo de nueve años los cuales una vez nombrados elegirán su presidente. Tienen
competencia contenciosa y consultiva.
Ejecución de la Decisiones del Tribunal: Los miembros de las Naciones Unidas se
obligan a aceptar la decisión del Tribunal en cualquier litigio en que sean parte.
LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
Publicado por derechovenezolano el marzo 4, 2013
Publicado en: INTERNACIONAL PÚBLICO. Dejar un comentario
LA RESPOSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO: Basado en un principio
internacional y nacional de lo que significa la justicia. Todo aquel que ocasione un daño
esta obligado a repararlo.
Clases de Responsabilidades del Estado:
-Morales
-Jurídicas
-Directas
-Indirectas

Delitos Internacionales: Es la violación culpable de un deber internacional sea por acción


u omisión.
Elementos del Hecho Ilícito:

 Que exista un hecho ilícito


 Que sea imputable al Estado
 Que exista la prueba tanto de la acción como de la omisión que generaron el hecho
ilícito.

Crímenes y Delitos Internacionales: (Civiles y Penales):

 La violación de fronteras en tiempo de paz.


 En encarcelamiento o prisión ilegal de extranjeros.
 Despojo y daños creados a los intereses creados a los intereses y propiedades de los
extranjeros.

Circunstancias Excluyentes de la Ilicitud: Cuando hablamos del hecho ilícito, hay


circunstancias que excluyen la responsabilidad del estado en esos hechos.
1-Las acciones de funcionarios cuando actúan fuera del radio de sus atribuciones.
Estado: Centrales; -Presidente. Ministro. Rey. MRI. Cancilleres. Ministro de Estado.
Órganos: Exteriores: Embajadores, Ministros, Ministros Plenipotenciarios y Cónsules.

Depende de las condiciones políticas de cada Estado.


2-     Estado de guerra, e estado es responsable por que no puede preverla.

3-     Por acto de particulares, mas sin embargo, hay una excepción, cuando ese particular
actúa indirectamente, utilizando medios que pertenecen al estado.
Responsabilidades del Estado por actividades licitas:

 Actos de poder judicial, Cuando hay una delegación de justicia se va a la vía


diplomática.
 Acto administrativo del Estado.
 Actos de funcionarios de gobierno.
 Actos de particulares dentro de la omisión o por vía de excepción.

Modalidades para reparar los hechos ilícitos:

 Casos de guerras civiles contra el Estado: Este no puede prever motines,


despojos, no puede subsanarlo.
 En caso del Poder judicial: El Estado no puede prever la negligencia de los jueces
y establece sanciones como la que se encuentra prevista en el art 19 del CPC.
 En caso de funcionarios del gobierno: Es responsable el Estado cuando el
funcionario actúa dentro de las esferas de sus atribuciones.

Teoría que pretende la reparación de los hechos ilícitos del Estado:

 Teoría de la Culpa: De Hugo Groccio, dice que en caso de motines, el Estado debe
responder porque es de el la culpa por no poder, como gobierno y como autoridad, la
concurrencia de esos hechos.
 Teoría de Brusa: Dice que en el caso de daños a extranjeros, el Estado debe
responsabilizarse porque ha obtenido beneficios de los extranjeros.

Teoría del Cuasi Delito: Porque dice que la omisión del Estado es culpable.

INTRODUCCIÓN
La responsabilidad internacional se origina en las conductas violatorias de las normas de derecho
internacional, por los sujetos de éste. Al ser el Estado el sujeto internacional, su responsabilidad
internacional puede provenir de conductas violatorias que atacan a personas, bienes o derechos de
otro Estado, protegidos por normas internacionales. Siempre que se viola, un deber establecido en
cualquier regla de derecho internacional, automáticamente surge una relación jurídica nueva. Esta
relación se establece entre el sujeto imputable, que debe "responder" mediante una reparación y el
sujeto que tiene derecho de reclamar la reparación por el incumplimiento de la obligación. Puede
configurarse por la lesión directa de los derechos de un Estado y por un acto u omisión ilegal que
causa daños a un extranjero. En este caso, la responsabilidad es ante el Estado del cual el extranjero
es nacional.
 
ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
Los elementos esenciales son:
Existencia de un acto u omisión que viola una obligación establecida por una regla de
derecho internacional vigente entre el Estado responsable del acto u omisión y el Estado
perjudicado por dicho acto u omisión
El acto ilícito debe ser imputable al Estado como persona jurídica.
Debe haberse producido un perjuicio o un daño como consecuencia del acto ilícito.
Estos elementos han sido confirmados por la practica del Estado, la jurisprudencia y la doctrina
como requisitos esenciales para el nacimiento de la responsabilidad internacional.
 
CUESTIÓN DE LA CULPA
La precedente relación de elementos constitutivos se complementa con un elemento subjetivo
adicional: la falta o culpa del Estado. Otro criterio sostiene que lo relevante no es la actitud
psicológica de los individuos como órganos del Estado, sino la conducta objetiva del Estado: el
Estado es responsable por la violación de sus obligaciones sin necesidad de identificar una falla
psicológica en sus agentes.
Para determinar la responsabilidad internacional, un Estado se considera responsable, por errores de
juicio de sus agentes, aun si dichos errores se han cometido bona fide y están libres de cualquier
elemento de malicia o negligencia culpable. La responsabilidad del Estado no requiere la existencia
de un acto de malicia, negligencia o descuido por cualquier agente individual; puede consistir en un
defecto general o falla en la estructura del Estado o su administración pública, y estar separado de
toda intención subjetiva. Puede radicar en la "insuficiencia" de los poderes legales del gobierno.
 
JURISPRUDENCIA DE LA CORTE INTERNACIONAL EN RELACIÓN CON LA CULPA
Después de determinar la existencia de una obligación jurídica basada en ciertos principios generales
y bien reconocidos, la Corte llegó a la conclusión de que era posible que dichas autoridades
previnieran a las embarcaciones. La prueba es de importancia decisiva en materia de responsabilidad,
ya que siempre es de difícil producción por la parte perjudicada. El traslado de la carga de la prueba
del demandante al demandado o el establecimiento de presunciones que tienen el mismo efecto, son
instrumentos importantes usados por el derecho interno para promover la evolución del derecho de la
responsabilidad con base en los conceptos del riesgo o de la responsabilidad absoluta.
TEORÍA DEL RIESGO
Significa que quien por su propio placer o utilidad introduce algo peligroso a la sociedad, es
responsable de cualquier accidente que de ello se derive, aun cuando no se le pueda imputar culpa o
negligencia alguna. Esta teoría ha sido incorporada a la legislación nacional de muchos países en
relación con los accidentes del trabajo y se aplica a otras actividades peligrosas. En el derecho
internacional, la teoría del riesgo se aplica no como principio general de responsabilidad, sino en
aquellos casos que han sido previa y claramente definidos por las convenciones internacionales. Un
rasgo común a todas estas aplicaciones de la doctrina de la responsabilidad absoluta es que las
actividades que causan, o que es probable que causen el daño, son peligrosas pero no ilícitas.
 
DOCTRINA DEL ABUSO DEL DERECHO
La responsabilidad surgida de las pruebas nucleares debe resolverse por aplicación de la doctrina del
"abuso del derecho". Existe la duda si es aplicable en estos casos. En el laudo dado en el caso Trail
Smelter (1935), se declaró que "ningún Estado tiene derecho de usar o de permitir el uso de su
territorio de tal modo que cause daño por razón del lanzamiento de emanaciones en o hacia el
territorio de otro". Cuando no existe el derecho ya no es posible hablar del abuso del derecho. Si el
principio que prohíbe el abuso del derecho ha sido aceptado como norma de derecho internacional,
entonces cualquier abuso de un derecho constituirá una violación de dicha regla y será un acto ilegal
que dará lugar a responsabilidad.
 
ACTOS QUE CAUSAN PERJUICIOS O DAÑOS Y QUE SON JUSTIFICABLES
Existen circunstancias en razón de las cuales un acto que causa perjuicios o daños puede ser
justificable.
 
CONSENTIMIENTO, LEGÍTIMA DEFENSA, REPRESALIAS Y OTRAS SANCIONES
I. Consentimiento. En el derecho internacional, muchas violaciones de los derechos de un Estado
pueden resultar legitimadas por su consentimiento. Debe prestarse con anterioridad o
simultáneamente a la violación. Si es retroactivo constituiría una renuncia al derecho de reclamar la
reparación, estaría viciado por error, coacción o fraude.
II. Legítima defensa. El derecho internacional reconoce que ciertos actos, normalmente ilegales, en
defensa propia son legítimos y no dan lugar a la responsabilidad.
III. Represalias y otras sanciones. La aplicación de una sanción autorizada es un acto legítimo que no
da lugar a la responsabilidad del Estado por las pérdidas que ocasione.
 
DOCTRINA DE LA NECESIDAD
Si un Estado, por la necesidad de salvarse de un peligro grave e inminente que no ha ocasionado y
que no puede evitar de otro modo, comete un acto que viola un derecho de otro, no da lugar a su
responsabilidad internacional. Ese peligro tiene que ser de tal índole "que llegue a amenazar la
existencia del Estado, su estatuto territorial o personal, su gobierno o su forma de gobierno, o limite
o aun haga desaparecer su independencia o su personalidad internacional". De acuerdo con los
principios generales de derecho no existe responsabilidad si el evento dañino ocurre
independientemente de la voluntad del agente del Estado y como resultado de forcé majeure.
 
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS DE LOS ÓRGANOS LEGISLATIVO,
ADMINISTRATIVO, JUDICIAL Y OTROS DEL ESTADO
Puede surgir de actos u omisiones de sus órganos, cualesquiera que sean las funciones que
desempeñen.
ÓRGANOS LEGISLATIVOS
La posición de los órganos legislativos no difiere de los otros órganos del Estado. En la Conferencia
de Codificación de La Haya, todos los Estados aceptaron el principio de que un Estado incurre en
responsabilidad internacional "como resultado, bien de la promulgación de una legislación
incompatible con sus obligaciones internacionales, o bien de la falta de legislación necesaria para el
cumplimiento de dichas obligaciones". La legislación interna no proporciona una medida adecuada
del cumplimiento, por parte del Estado, de sus obligaciones internacionales. No basta promulgar una
buena ley pero fallar en su aplicación; y a la inversa. Cuando la ley causa daño directo a un Estado,
su mera aprobación puede servir de base para una queja, aun ante un órgano judicial.
 
ÓRGANOS EJECUTIVO Y ADMINISTRATIVO
Un Estado incurre en responsabilidad por cualquier acto contrario al derecho internacional cometido
por cualquiera de sus agentes o por los funcionarios del Estado; por el jefe del gobierno, un ministro,
un funcionario diplomático o consular, o cualquier otro funcionario.
 
ACTOS NO AUTORIZADOS Y ULTRA VIRES DE LOS FUNCIONARIOS
No existe responsabilidad directa del Estado, sólo responsabilidad por falta de prevención o de
represión, cuando el agente no ejercita ninguna de sus funciones o atribuciones oficiales ni trata de
establecer ninguna relación ostensible entre su acción y su cargo oficial: cuando no existe
"apariencia de procedimiento oficial". El elemento más convincente de una autoridad de actuar en
nombre del Estado, es el uso de medios puestos a la disposición de los funcionarios por razón de sus
funciones. Los motivos que inspiran al agente del Estado, no son pertinentes para atribuir la
responsabilidad al Estado o al individuo. Para que el Estado pueda ser considerado responsable, no
basta que el agente haya dado a entender que actúa en ejercicio de su autoridad oficial, también se
exige que su actuación no sea notoriamente ajena a sus funciones que la parte perjudicada pueda
evitar equivocarse sobre ello y que mediante el uso de una diligencia razonable haya podido eludir el
perjuicio.
 
ACTOS DEL PODER JUDICIAL
Los principios de la separación y de la independencia del poder judicial en el derecho interno y del
respeto por las sentencias judiciales, influyen en la forma como la responsabilidad del Estado se
aplica a los actos u omisiones de los órganos judiciales. La responsabilidad no se produce por la
aplicación errónea o por violación de una regla de derecho interno, aunque cause daños a un
extranjero. Para que exista responsabilidad del Estado, se necesita una violación manifiesta del
derecho internacional.
 
DENEGACIÓN DE JUSTICIA
Existe denegación de justicia "cuando un fallo no puede obtenerse dentro de un tiempo razonable",
existe una "defi de justice" cuando, el fallo se ha dictado en forma manifiestamente contraria al
derecho". Es una negativa a permitir a los sujetos de un Estado extranjero que reclamen o afirmen
sus derechos ante tribunales ordinarios, y al distinguir entre el caso de dicha denegación y el de un
fallo injusto y parcial. El resultado desfavorable de un proceso no es nunca, una denegación de
justicia. Es la negativa a dar acceso a los extranjeros a los tribunales nacionales para la protección de
sus derechos.
 
ESTADOS CONSTITUTIVOS DE LOS ESTADOS FEDERALES
El Estado federal es responsable de la conducta de sus subdivisiones políticas y no puede evitar esa
responsabilidad alegando que sus poderes constitucionales de control sobre ellas son insuficientes
para exigir el cumplimiento de las obligaciones internacionales.
 
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS DE LOS PARTICULARES
 
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS INDIVIDUALES DE LOS PARTICULARES
Dentro de un Estado, pueden efectuarse actos que afectan adversamente los derechos de otros
Estados. La complicidad entre ofensor y el Estado no existe, en el caso más corriente de dejar de
impedir o castigar el acto, sólo en el caso excepcional de que las autoridades realmente conozcan
previamente el acto que se va a intentar, o actúen como instigadores del delito. De acuerdo con la
jurisprudencia, puede haber responsabilidad del Estado en casos en que no se puede aseverar o
probar la complicidad y podría inferirse sólo en virtud de una ficción. La base de la responsabilidad
del Estado por los actos de los individuos consiste en que el Estado deja de cumplir su deber
internacional de impedir el acto ilícito o de someter al ofensor a la justicia. La soberanía territorial
entraña el derecho exclusivo de desplegar las actividades del Estado y tiene como corolario un deber:
la obligación de proteger dentro de su territorio, los derechos de otros Estados, especialmente la
integridad e inviolabilidad, junto con los derechos que cada Estado puede reclamar para sus
nacionales en territorio extranjero.
 
VIOLENCIA DE LAS TURBAS
Los principios referidos rigen la responsabilidad de los Estados en relación con los daños causados
por personas privadas, individualmente o en grupo. A ningún gobierno se le puede hacer responsable
por el acto de los grupos de hombres sublevados, cometidos en violación de la autoridad de éste,
cuando el gobierno mismo no ha cometido infracción alguna contra la buena fe ni ha demostrado
negligencia al reprimir la insurrección. Al gobierno no puede considerársele un asegurador de vidas
y propiedades. La no-responsabilidad de ningún modo excluye el deber de emplear vigilancia. Queda
comprometida la responsabilidad del Estado si se puede probar evidentemente que el gobierno o sus
agentes actuó en complicidad con los autores de los disturbios.
 
DAÑOS SUFRIDOS POR LOS EXTRANJEROS DEBIDO A INSURRECCIONES Y GUERRAS
CIVILES
Los gobiernos no son responsables por los daños o pérdidas por actos para reprimir la rebelión y
restaurar el orden. Es una aplicación analógica de la no-responsabilidad por los daños por actos de
guerra, no obstante, será responsable de los efectos de la discriminación contra los extranjeros. El
Estado será responsable cuando las medidas que se hayan tomado excedan manifiestamente las
necesidades de la situación. Hay una excepción general y es cuando los revolucionarios se convierten
en el gobierno del Estado. El fundamento radica en que a los insurgentes victoriosos se les impide
repudiar su responsabilidad so-pretexto de que el daño fue causado por ellos como individuos
privados. Los insurgentes que han tenido éxito son retroactivamente responsables de sus propios
actos y de los del anterior gobierno legítimo, de acuerdo con el principio de la continuidad de la
personalidad del Estado.
 
NATURALEZA Y ALCANCE DE LA REPARACIÓN POR UNA INFRACCIÓN DE UNA
OBLIGACIÓN INTERNACIONAL
Un Estado cumple la obligación que le incumbe como resultado de su violación de una obligación
internacional, resarciendo el daño causado. "Reparación" es el término genérico que describe los
diferentes métodos a disposición del Estado para cumplir o liberarse de tal responsabilidad. El
incumplimiento de un compromiso entraña la obligación de efectuar una reparación adecuada. La
naturaleza de la reparación puede consistir en una restitución, indemnización o satisfacción.
 
RESTITUCIÓN
El propósito es restablecer la situación que hubiera existido de no haber ocurrido el acto u omisión
ilícitos, mediante el cumplimiento de la obligación que el Estado dejó de cumplir; la revocación del
acto ilícito; o la abstención de una actuación inicua adicional.
 
INDEMNIZACIÓN
"Es un principio de derecho internacional que la reparación de un mal pueda consistir en una
indemnización... siendo ésta la forma más usual de reparación". Presupone el "pago de una cantidad
correspondiente al valor que tendría la restitución en especie”.
 
DAÑO INDIRECTO
La Corte Permanente de Justicia Internacional indicó que la restitución se había concebido para
borrar "todas las consecuencias" del acto ilícito. Esto plantea el problema del deber de compensar los
daños que no son producto inmediato del acto ilícito sino de acontecimientos posteriores.
 
PÉRDIDA DE UTILIDADES
En la jurisprudencia arbitral primitiva, las reclamaciones por pérdida de utilidades se trataban como
reclamaciones por daños indirectos y no eran permitidas, pero los laudos contemporáneos admiten
dichas pérdidas sobre la base de que una justa compensación implica una restitución completa del
status quo ante.
 
INTERESES
Cuando han sido reclamados, deben considerarse como elemento integrante de la compensación, ya
que la indemnización plena incluye "no sólo la cantidad adeudada sino también una compensación
por la pérdida del uso de dicha cantidad durante el tiempo dentro del cual el pago de ésta continúa
retenido". Cuando los daños sufridos son materiales y no se ha asignado nada por el lucrum cessans,
los intereses deben empezar a devengarse desde la fecha del daño. Con respecto a los daños
personales en los cuales la suma concedida es una compensación global por los daños sufridos, o en
deudas no liquidadas, los intereses se cuentan desde la fecha del laudo.
 
COMPENSACIÓN PUNITIVA
En algunos casos, se ha impuesto una forma moderada de sanción para inducir al gobierno que
incurrió en el acto ilícito a mejorar su administración de justicia. No llega más allá del concepto de la
responsabilidad civil y no implica la responsabilidad penal.
 
SATISFACCIÓN
Es adecuada para el perjuicio no material o daño moral a la personalidad del Estado. La Corte
Permanente de Arbitraje declaró: "Si una potencia dejara de cumplir sus obligaciones... hacia otra
potencia, la determinación de este hecho, especialmente en un laudo arbitral, constituye por sí misma
una grave sanción".
 
RECLAMACIONES DE LOS ESTADOS POR VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS DE SUS
NACIONALES
La determinación de la responsabilidad por ilícitos que violan los derechos de extranjeros, por daños
causados a su persona o bienes, se asegura mediante la protección diplomática o la presentación de
reclamaciones. Una de las dificultades para presentar una reclamación es la falta de ius standi de las
personas privadas ante los órganos internacionales, resuelta por la Corte Permanente con base en tres
elementos: Que el Estado respalde las reclamaciones privadas; que dicho Estado debe ser el de la
nacionalidad del extranjero; y que el daño sufrido determina la medida adecuada de la reparación
debida.
 
PROHIJAMIENTO POR EL ESTADO DE LAS RECLAMACIONES PRIVADAS
La necesidad del apoyo de las reclamaciones privadas por el Estado, ha sido declarado por la Corte
Permanente en la forma siguiente: Es un principio elemental de derecho internacional que un Estado
tiene el derecho de proteger a sus súbditos cuando han sido lesionados por actos contrarios al
derecho internacional cometidos por otro Estado, del cual no han podido obtener satisfacción a través
de los canales ordinarios. Al hacerse cargo del caso de uno de sus súbditos, y recurrir a la acción
diplomática o a un procedimiento judicial internacional en su nombre, el Estado afirma sus propios
derechos, de garantizar en la persona de sus súbditos, el respeto de las reglas de derecho
internacional. Cuando un Estado se ha hecho cargo de un caso en nombre de un de sus súbditos, ante
un tribunal internacional, a juicio de éste, el Estado es el único reclamante.
 
NACIONALIDAD DE LAS RECLAMACIONES DE LAS PERSONAS FÍSICAS O MORALES
Este derecho queda limitado a la intervención en favor de sus propios nacionales, porque a falta de
un acuerdo especial, es el vínculo de la nacionalidad lo que confiere al Estado el derecho de la
protección diplomática y es una parte de la función de la protección diplomática que debe
contemplar el derecho de apoyar una reclamación y de garantizar el respeto para la regla de derecho
internacional
 
MEDIDA DE LA REPARACIÓN EN RECLAMACIONES PRIVADAS
Es un principio de derecho internacional que la reparación de un mal puede consistir en una
indemnización que corresponda al daño que han sufrido los nacionales del Estado afectado, como
resultado del acto que es contrario al derecho internacional. Las reglas de derecho que rigen la
reparación son las del derecho internacional vigentes entre los dos Estados interesados, y no la ley
que rige las relaciones entre el Estado que ha cometido el acto ilícito y el individuo que ha sufrido el
daño.
 
COROLARIOS DE LOS PRINCIPIOS ANTES MENCIONADOS
Si un Estado ejerce sus propios derechos, sólo está autorizado para presentar una reclamación, pero
no está obligado a hacerlo dentro del derecho internacional, y una vez que la reclamación se
presenta, "el control del gobierno que ha respaldado y está manteniendo la reclamación es absoluto".
De acuerdo con el derecho internacional, si el pago se hace al Estado reclamante cumpliendo así su
demanda, éste tiene control absoluto sobre los fondos que por ello haya recibido y retenga.
 
REGLA DE LA NACIONALIDAD CONTINUA DE LAS RECLAMACIONES
Es esencial que el individuo o la sociedad que sufre la pérdida o el daño tengan la nacionalidad del
Estado reclamante en el momento en que sufrió el daño.
 
RECLAMACIONES COMPUESTAS
Un Estado puede presentar una reclamación en su propio nombre simultáneamente con otra en
nombre de uno de sus nacionales, los derechos de un individuo "se encuentran siempre en un plano
diferente del de los derechos pertenecientes a un Estado, los cuales también pueden ser infringidos
por el mismo acto".
 
BASE DE LAS RECLAMACIONES
Las reclamaciones en nombre de los nacionales pueden ejercerse válidamente sólo cuando un
derecho de un nacional ha sido afectado directamente por el acto de un Estado en violación del
derecho internacional. Para que la reclamación sea admisible, no basta que los intereses de un
extranjero que no están protegidos por el derecho, se encuentren afectados adversamente, o que haya
sufrido un daño. Es necesario que el amparado sea titular del derecho de presentar una reclamación
por daños.
 
PROTECCIÓN A LOS ACCIONISTAS
Los principios son aplicables a la cuestión de establecer si el Estado puede proteger a sus nacionales,
en su carácter de accionistas de una sociedad. Es necesario determinar, si los actos objeto de las
quejas afectan directamente a la persona del accionista, entonces el Estado de la nacionalidad de
cualquier accionista individual puede intervenir en su favor, sin considerar la nacionalidad de la
compañía. Pero si los actos que han motivado la queja se dirigen directamente contra la sociedad,
entonces el Estado de la nacionalidad de la compañía puede plantear una reclamación internacional
en nombre de dicha sociedad.
 
CONCLUSIÓN
Las reglas de derecho internacional referentes a las reclamaciones, su adopción por los Estados, la
condición de nacionalidad continua, el requisito de la violación de derechos como base de una acción
válida, han sido criticadas como faltas de lógica, capaces de llevar a la injusticia y se les ha objetado
que no puede predecirse el resultado de su aplicación práctica.
La perfecta protección a los extranjeros o a las inversiones extranjeras no es la meta ni la ratio legis
de dichas reglas. Los intereses que se tienen en cuenta y se protegen no son los de los individuos,
sino los de los Estados que confiera un cierto grado de protección a los intereses extranjeros, y
respete la soberanía y la jurisdicción interna del Estado territorial.
Las reglas existentes representan las condiciones esenciales, de acuerdo con las cuales el Estado
territorial está dispuesto a aceptar las reclamaciones presentadas por otros Estados en representación
de personas que residen o que tienen intereses en él. Esas reglas constituyen un modus vivendi, una
transacción producida gradual y pacíficamente, y aceptada por los Estados interesados en extender el
alcance de la protección diplomática y por los Estados interesados en restringirla. Los Estados se
encuentran en libertad de ponerse de acuerdo con otros Estados, respecto a medidas correctivas o de
perfeccionamiento que pudieran eliminar los inconvenientes y dificultades particulares resultantes de
tales reglas, como ha ocurrido con los acuerdos para la protección internacional de los derechos
humanos.
 
AGOTAMIENTO DE LOS RECURSOS LOCALES Y LA CLÁUSULA CALVO
La Corte Internacional de Justicia ha declarado: "La regla de que los recursos locales deben agotarse
antes de poder establecerse procedimientos internacionales, es una regla de derecho internacional
consuetudinario bien establecida".
 
CASOS COMPRENDIDOS EN LA REGLA
La regla rige las quejas formuladas por los Estados en el ejercicio de su derecho de conceder
protección diplomática en favor de sus nacionales; no se aplica a las quejas basadas en una violación
directa del derecho internacional que cause perjuicio inmediato a otro Estado, y cuando dicho Estado
no reclama por el daño causado a uno de sus nacionales. La diferencia se basa en que los Estados no
están sujetos a la jurisdicción de tribunales extranjeros y las violaciones del derecho internacional no
pueden someterse a la adjudicación por parte de los tribunales nacionales del Estado ofensor.
NECESIDAD DE UN VÍNCULO ENTRE EL SUJETO PROTEGIDO Y EL ESTADO
DEMANDADO
Se plantea el problema de establecer si la regla es aplicable a todos los casos en donde la
reclamación es hecha por un Estado en relación con una aducida lesión a uno de sus nacionales. Es
esencial que exista un nexo entre el individuo lesionado y el Estado cuyas acciones se impugnan...
La regla es aplicable sólo cuando el extranjero ha creado, una conexión voluntaria, consciente y
deliberada entre él y el Estado extranjero.
 
FUNCIÓN Y FUNDAMENTO DE LA REGLA
La función de la regla es dar una oportunidad al Estado demandado, antes de que se le declare
responsable internacionalmente, de hacer justicia de acuerdo con su propio sistema jurídico y para
adelantar una investigación y obtener una declaración de sus propios tribunales, sobre las cuestiones
de derecho y de hecho comprendidas en la reclamación. Es una medida de limitación judicial,
porque, puede ser que jamás surja la necesidad del juicio ante un tribunal internacional. Su
fundamento es el respeto por la soberanía y jurisdicción del Estado.
 
ALCANCE DE LA REGLA EN CUANTO A LOS RECURSOS
La regla incluye, el sometimiento de la queja a los tribunales regulares y a todas las autoridades
locales que tengan los medios de proporcionar una reparación efectiva y adecuada, aceptable en el
plano internacional, contra el Estado demandado. Si el extranjero deja de entablar procedimiento o
de apelar está impedido de hacer que su caso se oiga y se decida por un tribunal internacional.
 
ALCANCE DE LA REGLA EN CUANTO A LOS MEDIOS PROCESALES Y AL FONDO DE
LA RECLAMACIÓN
La regla ha recibido una extensión con relación a los recursos que deben agotarse y respecto a la
conducta que un litigante tiene que seguir dichos recursos. El reclamante privado, para agotar los
recursos locales, tiene que presentar ante los tribunales locales todo el material que esté disponible y
pueda ser esencial para tener éxito en el caso.
 
CASOS EN QUE LA REGLA, AUN SIENDO PERTINENTE NO ES APLICABLE
Es axiomático afirmar que la regla, aunque haya sido invocada en un caso de protección diplomática,
no puede aplicarse si no existen recursos locales que agotar.
 
EXCEPCIONES A LA REGLA
Aun en el caso de que haya recursos existentes y disponibles, es posible que la regla no sea aplicable.
Éstas son las verdaderas excepciones:
La regla no es aplicable cuando los recursos existentes son "obviamente inútiles" o "manifiestamente
ineficaces".
I)             Obstáculos del derecho interno. Si en el ordenamiento jurídico del Estado demandado
existen recursos utilizables por la parte reclamante pero, si de acuerdo con dichas reglas, esos
recursos obviamente son incapaces de lograr una reparación, entonces se omite la obligación de
aportar dichos recursos.
II)            Ineficacia debida a circunstancias de hecho. La ineficacia práctica de un recurso puede ser
resultado de algún defecto en la administración de justicia, como un completo sometimiento del
poder judicial al gobierno del Estado; o del hecho de que los tribunales hayan sido designados por
los mismos legisladores que han aprobado la ley que anula los derechos privados bases de la
reclamación.
CLÁUSULA CALVO: DISCUSIÓN DOCTRINAL SOBRE VALIDEZ DE LA CLÁUSULA
La Cláusula Calvo es una estipulación pactada en un contrato entre un extranjero y un gobierno, de
acuerdo con la cual el extranjero conviene en no acudir al gobierno de su nacionalidad para que lo
proteja en relación con cualquier conflicto que surja del contrato.
La respuesta a esta objeción es que a lo que renuncia el extranjero no es al derecho de protección
diplomática poseída por el Estado de su nacionalidad, sino a su propia facultad para pedir el ejercicio
de dicho derecho en su favor.
 
LA CLÁUSULA CALVO EN LA JURISPRUDENCIA ARBITRAL
No se puede negar que los laudos arbitrales han sostenido constantemente la validez de la Cláusula
Calvo.
 
EXCEPCIONES A LA CLÁUSULA Y FORMA DE LA RENUNCIA
La renuncia no es válida si el gobierno demandado ha declarado el contrato nulo y sin validez; o si
ha suprimido el tribunal arbitral dispuesto en él; o si se encuentra violando el contrato en cualquier
forma. El principio no es aplicable si el contrato se ha rescindido por el Estado demandado de
conformidad con las estipulaciones contractuales. Para que la renuncia tenga validez, debe ser
explícita en términos inequívocos, y que se exprese en un acuerdo celebrado por el mismo gobierno
central y no por un municipio u otra corporación pública. Debe estar establecida en una estipulación
contractual expresa y no en una norma contenida en una constitución, ley o decreto, que el
reclamante no ha aprobado expresamente.
 
INSTITUCIONES INTERNACIONALES Y LOS PRINCIPIOS DE LAS RESPONSABILIDADES
INTERNACIONALES
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD DE LAS INSTITUCIONES
INTERNACIONALES
Es necesario distinguir entre la responsabilidad de una organización internacional en el derecho
interno y su responsabilidad en el derecho internacional. La responsabilidad queda limitada al
reconocimiento de la personalidad jurídica de la institución internacional, y se deriva de ésta. La
personalidad jurídica de una institución internacional en el derecho interno depende de la condición
que le reconozca la legislación interna, de acuerdo, con su instrumento constitutivo o con los
términos de un acuerdo.
 
CAPACIDAD DE LAS INSTITUCIONES INTERNACIONALES PARA PROHIJAR
RECLAMACIONES INTERNACIONALES; CAPACIDAD PROCESAL; PROTECCIÓN
FUNCIONAL
En su Opinión Consultiva, referente a Reparaciones por Daño, la Corte Internacional de justicia
concluyó unánimemente que las Naciones Unidas poseían una personalidad internacional que les
permitía establecer reclamaciones internacionales contra los Estados miembros y contra los Estados
no miembros, y que podían versar sobre daños directos a la Organización. De acuerdo con el derecho
internacional, debe considerarse que la Organización tiene aquellos poderes que, aunque no
dispuestos expresamente en la Carta, se le han conferido por implicación necesaria por ser esenciales
al cumplimiento de sus deberes.

Responsabilidad Internacional del Estado 

1. Responsabilidad Internacional del Estado. 


2. Clasificación de Responsabilidad Internacional del Estado. 
2.1. Por el Sujeto Activo de la Acción u Omisión. 
2.1.1. Directa. 
2.1.2. Indirecta. 
2.2. Por la Naturaleza del Acto. 
2.2.1. Moral. 
2.2.2. Jurídica. 
2.2.2.1. Contractual. 
2.2.2.2. No Contractual. 
3. Elementos del Hecho Ilícito. 
4. Reparación. 
5. Responsabilidad Internacional del Estado. 
6. Causas de Exoneración y Modificación de la Responsabilidad Internacional. 

1. Responsabilidad Internacional del Estado. 


La responsabilidad del Estado es una relación jurídica que nace como consecuencia de la
violación o el desconocimiento de una obligación internacional. Para que exista
responsabilidad internacional, entre otros elementos, se requiere que exista una
obligación internacional válida y vinculante para el sujeto internacional de que se trata,
antes de que ocurra el hecho o acto que la transgreda. Se puede decir que la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre carece de un valor efectivo que
obligue a los Estados a cumplirla porque no es un tratado. Sin embargo, esta
interpretación es incorrecta. La responsabilidad internacional parte de dos situaciones
fácticas básicas, las cuales deben concurrir. En primer lugar, para que haya
responsabilidad debe haber una obligación internacional válida, existente y vinculante
entre dos sujetos de derecho internacional. 
En segundo lugar, debe haber un hecho o acto contrario a esa obligación internacional
que existía con anterioridad a dicho hecho o acto. Adicionalmente, el hecho o ícito, por
cuanto se contrapone con la obligación, debe ser imputado al Estado presuntamente
responsable. Finalmente, se requiere que se haya inflingido un “daño moral o material a
otro sujeto de derecho internacional.” A esto, se ha agregado que el derecho interno es
irrelevante por cuanto la determinación de los mencionados elementos corresponde
exclusivamente al derecho internacional. La identificación de estos elementos proviene de
la relación jurídica existente entre las denominadas reglas primarias del derecho de la
responsabilidad (aquellas que determinan el contenido, extensión y duración de una
obligación internacional) y las reglas secundarias (que dictan las consecuencias de la
violación). 

2. Clasificación de Responsabilidad Internacional del Estado. 


2.1. Por el Sujeto Activo de la Acción u Omisión. 
2.1.1. Directa. 
Existe responsabilidad directa cuando es el propio Estado el que ha faltado a sus
obligaciones internacionales. Es el caso mas frecuente, porque en principio el Estado sólo
es responsable de los actos de sus propios órganos, funcionarios y agentes. 
2.1.2. Indirecta. 
Existe responsabilidad indirecta cuando un Estado asume la responsabilidad de una
violación del derecho internacional cometida por otro Estado. Esta responsabilidad implica
la existencia entre los dos Estados, de un vínculo jurídico especial, y se aplica, entre
otros, en los siguientes casos: 
a) En el Estado Federal, la responsabilidad indirecta es aplicable a los actos
internacionales ilícitos realizados por los Estados particulares. 
b) Otro caso de responsabilidad indirecta es el Estado protector, por lo que se refiere a las
actividades ilícitas imputables al Estado protegido. Esta sustitución de competencia se
halla en la misma esencia del protectorado, situación en la que el Estado protector
monopoliza todas las atribuciones internacionales. 
c) También incurriría en responsabilidad indirecta el Estado mandatario, por los daños que
causase a terceros Estados la colectiva sometida a mandato. 
d) Un principio idéntico (que hasta ahora no ha dado lugar a ninguna decisión
jurisprudencial) es aplicable a las Potencias administradores por los daños que, en iguales
condiciones se ocasionen a terceros en los territorios bajo fideicomiso. 
2.2. Por la Naturaleza del Acto. 
2.2.1. Moral. 
Es Moral cuando el Estado ha violado una norma o compromiso de carácter moral y
por lo tanto no se puede hacer efectiva jurídicamente su reparación. Por lo
contrario, la responsabilidad es jurídica cuando el daño ocasionado proviene de un
acto realizado contra disposiciones contractuales o hechos que provienen de un
acto no contractual. A diferencia de la anterior, la responsabilidad que provenga de
uno u otro caso será siempre efectiva a través de los medios previstos por el
Derecho. 
2.2.2. Jurídica. 
Proviene de la violación de un compromiso internacional, de la trasgresión de una
norma de Derecho Internacional o de la realización de un acto ilícito imputable al
Estado. 
2.2.2.1. Contractual. 
La responsabilidad jurídica es de tipo contractual cuando ella proviene de la
violación de un tratado, convenio o acuerdo internacional. Su fundamente se
encuentra en los actos convencionales de los Estados y en los cuales rige como
principio indiscutible el apotegma latino, “pacta sunt servanda”, es decir, que los
compromisos deben cumplirse. 
2.2.2.2. No Contractual. 
Esta clase de responsabilidad internacional es la más numerosa en razón de que
las causas que la originan son en gran cantidad. Se fundamenta en hechos no
previstos en tratados, convenios o acuerdos internacionales y generan verdadera
responsabilidad jurídica porque la responsabilidad comprometida puede hacerse
efectiva a través de las mismas normas establecidas por el Derecho. 
Dicha responsabilidad puede provenir de diversos hechos: acto legislativo, judicial,
administrativo, acto de funcionario, acto de particular y guerra civil. 
a) Responsabilidad por acto Legislativo: La responsabilidad internacional del
Estado esta comprometida por un acto legislativo cuando se dicta una Ley, acuerdo
o decreto que menoscabe en alguna forma los intereses morales o materiales de
los extranjeros allí residenciados. A la par de esta responsabilidad por acción, la
misma puede darse por omisión y es cuando el Estado omitió tomar medidas
pertinentes de prevención o protección basándose en la ausencia de textos
legislativos. 
b) Responsabilidad por acto Judicial: Los actos judiciales comprometen en
principio la responsabilidad internacional del Estado, por ser un acto de uno de sus
órganos. Los tratadistas se han situado en dos posiciones completamente distintas
con respecto a esta clase de responsabilidad. Unos sostienes que el Estado no es
responsable en ningún caso por actos provenientes del poder judicial en razón de
la independencia de que goza este poder, y otros, por el contrario, considerando
que esta independencia es relativa y efectiva entre los diversos poderes del Estado,
se pronuncian por la tesis opuesta. 

3. Elementos del Hecho Ilícito. 


El artículo 1 del Proyecto sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos, establece que todo hecho internacionalmente ilícito de un
Estado da lugar a la responsabilidad internacional de éste. Establecido el principio, hay
que ver qué es lo que se considera hecho ilícito; resulta de la concurrencia de dos
elementos recogidos en el artículo 3: 
- Elemento subjetivo (Atribución): Comportamiento consistente en acción u omisión
atribuible, según el Derecho internacional, al Estado. 
El problema básico se centra en la atribución: el comportamiento se ha realizado por una
persona u órgano que actúa en representación del Estado y, como problema añadido, las
condiciones en que esa actuación se realiza. No es un problema de imputación, sino de
atribución ya que el Estado no se considera persona moral (no tiene estados de ánimo
que se puedan valorar); en este caso la atribución sólo se puede hacer en el Derecho
internacional: no puede ser una atribución unilateral (artículo 4). 
- Elemento objetivo (Ilicitud): Es el relativo al incumplimiento de una obligación
internacional del Estado a través de un comportamiento ilícito. 
La ilicitud plantea un problema de contraste entre el comportamiento realmente realizado
y el comportamiento jurídicamente debido. Para que un comportamiento sea ilícito, ese
comportamiento y la norma deben coexistir en el tiempo; en el Derecho internacional, hay
excepciones a esto: 
a) Normas previstas en los tratados con efectos retroactivos. 
b) Comportamiento ilícito que devenga lícito por la aparición de una norma imperativa que
lo convierta en obligación. 
Ejemplo: Intervenciones humanitarias. 
Por otro lado, este elemento conduce a plantear lo contrario: el tipo de acto que deviene
ilícito (porque el grado de la responsabilidad puede estar condicionado por el tipo de
acto). Nos encontramos con 4 tipos de actos, desde esta perspectiva: 
- Actos instantáneos: no repetidos y no continuados en el tiempo. 
- Actos continuos: generan una ilicitud de alcance mayor. 
- Actos compuestos: acciones u omisiones relativas a casos y cosas distintas. 
El alcance de la ilicitud está vinculado a la vigencia de la norma internacional. 
- Actos complejos: sucesión de actos o comportamientos distintos pero con relación al
mismo caso o a la misma cosa. 
La cuestión reside en si ese comportamiento complejo se ha iniciado antes o después de
la vigencia de la norma, porque si se ha iniciado antes de la vigencia de la norma, no se
puede considerar como violación. 

4. Reparación. 
El estado que ha incurrido en un hecho internacionalmente ilícito, sin perjuicio de que
continúe obligado a cumplir la obligación violada según lo establezca la norma primaria,
tiene el deber de reparar las consecuencias jurídicas de ese hecho. Es decir, deberá
cesar en la ilicitud, si el hecho continua ofreciendo seguridades de no repetición. Pero, a
mas, a de reparar íntegramente el perjuicio causado, tanto material como moral, volviendo
las cosas al estado anterior al hecho ilícito o de no ser ello posible, pagando una suma
que corresponda al valor de la restitución debida, incluyendo lucro cesante e intereses
cuando fuesen procedentes. 
La indemnización es otra forma de reparar, cuando el perjuicio causado no pudiese ser
reparado por restitución o indemnización, el estado responsable tiene una obligación a su
cargo, es la de dar satisfacción. La satisfacción puede consistir en un reconocimiento de
la violación, una expresión de pesar, una disculpa formal, etc. Los supuestos en los que
mas comúnmente la reparación asume la forma de una satisfacción son aquellos en los
que la violación consiste en afrentas a los símbolos de otro estado; quemas de bandera,
trata descomedido a jefes de estado, jefes de gobierno, entre otros. En ningún supuesto el
estado responsable podrá intentar ampararse en disposiciones de su derecho interno para
eludir las consecuencias. 
5. Consecuencias de La Responsabilidad Internacional. 
Las consecuencias podemos dividirlas en sustantivas o procesales, la primera de ellas
gira en torno a la reparación y las diversas formas que puede tomar, la segunda hace
referencia a las contramedidas, que se analizarán cuando se trate el tema de
circunstancias que excluyen la ilicitud. 
1) Restitución: implica volver las cosas al Estado anterior de que ocurriera el hecho
(vuelta al status quo anterior) por ejemplo, evacuar un territorio ocupado en forma ilegal.
La restitución tiene prioridad por sobre la reparación equivalente en dinero ya que es la
más adecuada para borrar las consecuencias del hecho ilícito. Sin embargo tiene
limitaciones con respecto a su aplicación; no se aplica cuando es imposible
materialmente, si se viola una norma imperativa del derecho internacional, si es
excesivamente onerosa (desproporción entre el costo de la retribución en especie para el
Estado autor y el beneficio que para el Estado lesionado se derive de esta forma de
reparación en lugar de la indemnización) 
2) Reparación por equivalente: consiste en pagar una indemnización por el daño sufrido
equivalente que tendría la restitución cuando esta no pudiere hacerse o la que hubiere
fuese insuficiente. Es aplicable a todo daño económicamente evaluable que haya sufrido
el Estado lesionado incluyendo los intereses y las ganancias no obtenidas (lucro cesante)
cuando proceda. 
3) Satisfacción: puede aplicarse solo con otra forma, su fin es el de reparar el daño de tipo
moral, al honor o prestigio del Estado Vg. rendir honores a la bandera de l Estado dañado,
pedir perdón etc. 
4) Cesación: Esta obligación se dirige a violaciones producidas por un hecho continuo,
tiene el efecto de hacer cesar la acción u omisión de un Estado. 
5) Seguridades y garantía de no repetición tiene una función preventiva más que
reparadora y presumen el riesgo de repetición del mismo hecho, estas circunstancias y la
gravedad del hecho justifican la obtención de garantías. Constituye un remedio
excepcional. 

6. Causas de Exoneración y Modificación de la Responsabilidad Internacional. 


El consentimiento: 
En artículo 29 del Proyecto de la comisión dice lo siguiente: 
1. El consentimiento validamente prestado por un estado a la comisión por otro estado de
un hecho determinado que no este en conformidad con una obligación del segundo
estado para con el primero excluirá la ilicitud de tal hecho en relación con ese estado,
siempre que el hecho permanezca dentro del ámbito de dicho consentimiento.- 
2. El párrafo 1 no se aplicará si la obligación dimana de una norma imperativa de Derecho
Internacional general. Para los efectos del presente proyecto de artículos una norma
imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la
comunidad internacional de estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo
en contrario y que solo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho
internacional general que tenga el mismo carácter. 
Un estado no puede reclamar contra el hecho de otro para el cual prestó consentimiento:
dicho consentimiento equivale a un acuerdo entre las partes que ha quitado fuerza a la
obligación del caso particular. Por supuesto, esta causal no vale contra las obligaciones
de ius cogens desde que estas no pueden se afectadas por acuerdos entre estados. 
Un ejemplo sería el consentimiento o la petición del gobierno del estado, cuya soberanía
se habría violado en otro caso cuando se ha intentado justificar el envío de tropas para
ayudar a reprimir disturbios internos, una rebelión o una insurrección en efecto tal
justificación ha sido invocada respecto a casos reciente sen debates ante el Consejo de
Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas, en los cuales ningún estado ha
impugnado la validez en si del principio, aunque las divergencias versaron sobre si había
prestado o no el consentimiento. 
Como establece el inc. 2 del articulo 29, el consentimiento no opera como causal e
exclusión cuando se viola una obligación internacional derivada de una norma ius cogens.
Un ejemplo hipotético de este supuesto sería que un estado soberano consienta la
instauración ex novo de un régimen de protectorado o de otra forma de dependencia de
ese estado en relación con otro estado, señalando que el carácter imperativo
generalmente reconocido a la prohibición de atentar contra la independencia de los
demás estados y contra el derecho de los pueblos a disponer de si mismos se opondrá
claramente a tal aceptación. 
Finalmente podemos decir que la prestación del consentimiento será valida salvo que
concurran en ella algunas de las causas que vician el consentimiento (error, solo,
coacción, etc.) por lo cual el hecho sería ilícito. 
Las contramedidas: 
De acuerdo al artículo 30 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional: 
La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación de
ese estado para con otro estado quedará excluida si el hecho constituye una medida
legítima según el derecho internacional contra ese otro estado. 
Las llamadas “contramedidas” se refieren en particular a las represalias, acciones que
serían ilícitas si no fuera por el hecho de que el estado contra el cual van dirigidas ha
cometido anteriormente contra el que toma la contramedida, un hecho también ilícito. 
Se trata de una medida que invalida la obligación solo para el caso particular y también la
exclusión de la ilicitud esta dada por la conducta previa del otro sujeto. 
La medida debe ser legítima de acuerdo con el derecho internacional, o sea, que debe
cumplir con todos los requisitos que aquél establece para que una contramedida sea
legal, y que se determinan en la segunda parte del proyecto, relativa al contenido, formas
y grados de responsabilidad. 
Los ejemplos que pone la Comisión de Derecho Internacional al comentar el articulo 30,
son la interrupción por un estado de las relaciones económicas con otro a las que esté
obligado por un tratado de cooperación económica o de comercio, en cumplimiento de la
decisión adoptada por una organización internacional como las Naciones Unidas, la
interrupción de las comunicaciones ferroviarias, marítimas o aéreas regidas por alguno de
los múltiples acuerdos de cooperación vigentes en esos campos o también la adopción de
medidas como la prohibición del suministro de ramas u otros materiales establecidas por
un tratado, etc. Obviamente, dada la prohibición del recurso a la amenaza y uso de la
fuerza y habida cuenta de que las contramedidas deben ser legítimas según el derecho
internacional aquel recurso no está comprendido en la causa de exclusión de la ilicitud del
hecho que ahora consideramos. 
Fuerza mayor y caso fortuito 
El articulo 31 del Proyecto de la Comisión trata de la fuerza mayor y del caso fortuito del
modo siguiente: 
1. La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación
internacional del estado quedará excluida si el hecho se debió a una fuerza irresistible o a
un acontecimiento exterior imprevisible ajenos a su control que hicieron materialmente
imposible que ese Estado procediera en conformidad con tal obligación o que se
percatara de que su comportamiento no era conforme a esa obligación.
2. El párrafo 1 no será aplicable si el estado de que se trata ha contribuido a que se
produzca la situación de imposibilidad material. 
El concepto de fuerza mayor y caso fortuito es aplicable en la generalidad de los órdenes
jurídicos internos. Sin embargo, esas excepciones no son utilizadas siempre con la misma
acepción por los gobiernos, por los jueces o por lo árbitros internacionales, así como por
diferentes tratadistas. A esto cabría agregar la multiplicidad de concepciones particulares
correspondientes a los derechos nacionales de los miembros de la CDI. 
Ambos supuestos han quedado en el mismo artículo por compartir un elemento esencia,
es decir, un común denominador que consiste en la imposibilidad material de evitar un
proceder no conforme a una obligación internacional. En otras palabras, los estados
pueden quedar por circunstancias ajenas a su voluntad en la imposibilidad de seguir la
conducta prescripta por la obligación, ya fuere materialmente, porque una fuerza exterior
se lo impide, o bien porque no pueden percatarse de que el comportamiento seguido
configura el de la prohibición legal. 
La fuerza mayor consiste en una fuerza irresistible y el caso fortuito (o casus) en un
acontecimiento imprevisible que tiene los efectos ya explicados. 
Es una condición necesaria que no haya sido el propio Estado quien contribuyera
intencionalmente o por negligencia a producir la situación de imposibilidad material que le
impide cumplir la obligación o percatarse, según el caso, de la ilicitud del comportamiento
observado. 
Los ejemplos se dan en varios sectores del Derecho Internacional: aeronaves de un
estado que por avería, pérdida de control del aparato o tempestad penetran en el espacio
aéreo de otro estado sin autorización, casos de arribada forzosa en la navegación
marítima, tratamiento de una persona o de los bienes de extranjeros, impago de una
deuda de estado, etc. 
Peligro extremo (distess, détresse) 
El articulo 32 del Proyecto de la Comisión trata del peligro extremo en los siguientes
términos: 
1. La ilicitud de un hecho de un estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional de ese estado quedará excluida si el autor del comportamiento que
constituyera el hecho de ese estado no tenía otro medio, en una situación de peligro
extremo, de salvar su vida o la de las personas confiadas a su cuidado. 
2. El párrafo 1 no será aplicable si el estado de que se trate ha contribuido a que se
produzca la situación de peligro extremo o si era probable que el comportamiento de que
se trata originara un peligro comparable mayor. 
Esta causal se refiere a la situación de necesidad en que se encuentra, no el estado, sino
el órgano del estado, que está actuando ya que la alternativa que se le presenta es la de
violar una obligación internacional del estado que representa o en su defecto poner en
peligro su propia vida o la de las personas confiadas a su cuidado. 
En esta figura no interviene una fuerza irresistible o un acontecimiento fortuito cuyo efecto
sea excluir la participación de la voluntad o de la intención en la conducta seguida. Existe
una imposibilidad moral de obrar en cumplimiento del deber internacional. 
Considera Barboza que se trata de una hipótesis algo restringida en su alcance dado que
aquí no se trata de que una conducta estatal (hecho del estado) se despoje de ilicitud por
virtud de las circunstancias del articulo 32, sino más bien que la conducta de ese órgano
no sea atribuida al estado. 
En suma, el peligro extremo e inminente, debe serlo para la persona de los órganos del
estado, y no para la existencia del propio estado o de alguno de sus intereses vitales. 
En la práctica internacional se ha invocado y reconocido el peligro extremo como causa
excluyente de la ilicitud de un hecho en casos que entrañaban la violación de la frontera
de un estado. Por ejemplo, cuando el capitán de un buque de estado que se encuentra en
situación de peligro a causa de una tempestad, busca refugio en un puerto extranjero sin
autorización, o cuando el piloto de una aeronave de estado aterriza sin autorización en
suelo extranjero para impedir una catástrofe, o la violación de una frontera terrestre para
salvar una vida en peligro. 
A diferencia de los supuestos de fuerza mayor o caso fortuito, en los que el sujeto
individual no tiene opción, en la hipótesis de peligro extremo existe una opción, opción
teórica o aparente, de todos modos, porque el sujeto sabe que parecerá si observa el
comportamiento exigido por una obligación internacional. 
Estado de necesidad (del estado) 
En lo que respecta al estado de necesidad el artículo 33 del Proyecto señala: 
1. Ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de la
ilicitud de un hecho de ese Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional, a menos que: 
a) Ese hecho haya sido el único medio de salvaguardar un interés esencial del Estado
contra un peligro grave e inminente; y 
b) Ese hecho no haya afectado gravemente un interés esencial del estado para con el que
existía la obligación. 
2. En todo caso, ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de
exclusión de la ilicitud: 
a) Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no esté en conformidad
dimana de una norma de Derecho Internacional general, o 
b) Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no este en conformidad ha
sido establecida por un tratado que, explícita o implícitamente, excluya la posibilidad de
invocar el estado de necesidad con respecto a esa obligación, o 
c) Si el estado de que se trata ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad. 
El estado de necesidad se trata de un mecanismo jurídico imprescindible que existe en la
mayor parte de los derechos nacionales destinado a evitar lo que el adagio latino describe
como summum jus, summa injuria. 
El estado de necesidad ocurre cuando un interés esencial” del Estado se pone en peligro
si ese estado intenta cumplir con cierta obligación internacional. Si, para proteger ese
interés esencial viola la obligación, se dice que actúa en necesidad y por ende que su
conducta está desprovista de ilicitud. 
La necesidad en cuestión es una necesidad de estado, pues la situación grave de peligro
que se aduce no es un riesgo para las personas físicas , cuyo comportamiento se atribuye
al estado, sino un peligro grave para la propia existencia del estado, para su
supervivencia política o económica, para preservar la posibilidad de funcionamiento de
sus servicios esenciales, para el mantenimiento de su paz interna, para la supervivencia
de una parte de su población, para la conservación ecológica de su territorio, o de una
parte del mismo, etc. 
A diferencia de lo que sucede en el consentimiento, y en las contramedidas, el estado de
necesidad no se justifica por el comportamiento previo del estado contra el que va dirigido
la acción. En esto se asemeja la fuerza mayor y al peligro extremo, del cual está muy
cercano por ser ambas hipótesis semejantes que tocan, uno al órgano y otro al estado
mismo. 
Se diferencia en la fuerza mayor, en que, como en el peligro extremo, la conducta
adoptada en violación de una obligación internacional es perfectamente deliberada. 
Al decir un “interés esencial” del Estado, nos referimos no solo a la protección de la
existencia del estado, sino que se puede invocar un bien jurídico distinto a aquélla. 
El peligro que amenace a ese “interés esencia” debe ser grave e inminente y la conducta
violatoria de la obligación el único medio para conjurarlo. El estado que lo invoca,
además, no debe haber dado lugar él, mismo al estado de necesidad y el interés
sacrificado del otro estado no debe ser, a su vez, uno de sus intereses esenciales. Con lo
que se advierte la comparación entre los intereses en juego, proporcionalidad, la
protección del más importante. 
El estado de necesidad no puede ir contra el cumplimiento de una obligación imperativa
del derecho internacional (jus cogens) ni contra una obligación de un tratado en el que se
ha estipulado explícitamente que no se pueda invocar. Con respecto a la primera
condición, la más indudable de todas las obligaciones que puedan ser consideradas de
jus cogens es, precisamente, la que prohíbe usar la fuerza contra la integridad territorial o
la independencia política de los estados, con lo cual se eliminaría uno de los casos más
frecuentes en la historia del estado de necesidad. Sin embrago, en la actualidad no faltan
invocaciones a cerca del estado de necesidad como medio para justificar el uso de la
fuerza. Esta última postura se basa en que el aspecto imperativo de la norma solo alcanza
a los usos constitutivos de actos de agresión, pero no a usos menores (para salvar vidas
humanas, para impedir la actuación de bandas armadas desde el territorio de otro estado,
etc.), argumentando de este modo que el estado de necesidad justifica el recurso a esos
usos menores de la fuerza. 
La legitima defensa 
El articulo 34 del Proyecto trata de la legítima defensa como causa excluyente de la
ilicitud en los siguientes términos: 
La ilicitud de un hecho de un estado que no esté de conformidad con una obligación
internacional de ese estado quedará excluida si ese hecho constituye una medida lícita de
legítima defensa, tomada en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 
Esta es una causal de atormentada historia en el derecho de gentes. 
La Comisión de Derecho Internacional considera necesaria la presencia de dos premisas
básicas para la operación de la legítima defensa: 
Su empleo solo “en los casos en que tenga finalidades defensivas, es decir, que adopte la
forma de oposición al ataque violento de otro sujeto” 
Su carácter de “excepción a una norma por la que se reserva a una autoridad centralizada
al monopolio o el cuasi monopolio de uso e la fuerza”. 
Los problemas que presenta la legítima defensa son muchos y muy graves. La CDI ha
decidido no definir la legítima defensa ni codificarla, sino que se ha limitado a dejar
constancia de que se trata de un principio reconocido en la Carta de las Naciones Unidas
(articulo 51) y en el Derecho Internacional contemporáneo y a sacar las conclusiones
pertinentes a los efectos de las circunstancias que excluyen la ilicitud de un hecho de un
estado. 
El problema principal que se presenta con respecto al artículo 51 de la Carta es a mero
título de ejemplo y que para el resto de la normativa de ese derecho la Carta se remite a
la costumbre internacional. De este modo, se admitiría como legítima defensa acciones
diferentes a la reacción contra un ataque armado, como serían por ejemplo la defensa de
los nacionales en el exterior u otras hipótesis más amplias. 
Según la Comisión “una codificación que se realice en el marco y bajo los auspicios de las
Naciones Unidas no puede inspirarse en criterios que no estén en plena conformidad con
aquéllos en los que se inspira la Carta” particularmente en materias de paz y seguridad. 
Por último, el Proyecto en la primera parte hace una reserva en el artículo 35 relativa a la
indemnización de los daños que pudieran surgir como consecuencia de las conductas
desprovistas de ilicitud. 
Conforme Barboza, el mecanismo básico del estado de necesidad (articulo 33) se repite
en la figura de peligro extremo, en las contramedidas y en la legítima defensa, formando
todas estas la “familia de la necesidad”. La diferencia con el caso fortuito y la fuerza
mayor consiste en que, mientras que estos supuestos no admiten participación alguna de
la voluntad del estado, en los casos de necesidad el sujeto tiene una alternativa entre dos
bienes, ambos jurídicamente protegidos, y uno de ellos de su esencial interés. 
El derecho, frente a esa alternativa, jamás sanciona al sujeto que elige su propio, legítimo
y esencia interés , siempre por supuesto que se cumplan ciertas condiciones, como que el
camino elegido sea el único posible para mantener incólume el bien jurídico protegido , lo
que hace alusión directa a la necesidad , y que la acción no vaya más allá de lo necesario
para proteger el bien jurídico, lo que también se relaciona con la necesidad y la
proporcionalidad – que se exige en las figuras parientes- entre la magnitud del bien
sacrificado y del protegido. La proporcionalidad consiste en no emplear medios ni causar
efectos más allá de lo necesario para la protección del derecho. En suma, la necesidad
permite la protección y marca su límite. 
En la legítima defensa el rasgo familiar se advierte inmediatamente: si no se utiliza la
fuerza para defender la integridad territorial o la independencia política del Estado, se
perderían esos preciados bienes. En la defensa tampoco puede haber exceso, es decir,
debe imperar la proporcionalidad so pena de incurrir en la ilegalidad. En las
contramedidas, tales hechos, los cuales serían ilícitos de no mediar el antecedentes del
cumplimiento anterior por el estado al que se aplican de una obligación internacional, son
el único medio para el estado de hacer valer su derecho, o en otras palabras, de proteger
su bien jurídico atacado por el incumplimiento. Desde el caso de Naulilaa, la
jurisprudencia acepta que es necesario agotar los otros medios pacíficos antes de
emprender las contramedidas. 
Las causales estudiadas en el título “circunstancias que excluyen la ilicitud” son las que
generalmente se admiten en el derecho internacional actual pero eso no significa que la
enumeración del proyecto sea taxativa y excluyente de otras que puedan surgir en su
proceso evolutivo.- 

RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR LOS HECHO ILÍCITOS DE LOS ESTADOS: Corresponde el


estudio de los distintas clases de responsabilidad y para ello nos valemos del Estudio de la CDI. Este tipo de
responsabilidad es la más frecuente y menos indiscutida y resulta de los hechos ilícitos de los Estados; el Art.
1º del Proyecto establece "todo hecho internacionalmente ilícito de un Estado da lugar a la responsabilidad
internacional de éste". En consecuencia de este principio se desprenden dos elementos que son establecidos
por el artículo 3 del Proyecto; estos elementos son:
Elemento subjetivo, atribución: La existencia de un hecho, acto u omisión, internacionalmente ilícito debe
ser imputable al Estado, en su condición de sujeto de derecho internacional. El Estado es
una persona moral o ideal, por lo que van a serle imputables las acciones u omisiones de individuos o
de grupos de individuos que constituyen agentes u órganos del Estado conforma sus derecho interno,
encontrándose facultados para ejercer atribuciones de poder público, como por ejemplo conductas del poder
legislativo(rechazar la adopción de medidas a alas que el Estado se comprometió internacionalmente), el
dictado de una sentencia por órgano judicial que desconoce o ignora una norma internacional por la que el
Estado se encuentra obligado.
También le resulta imputable al Estado; en caso de un Estado Federal, Cada una de su divisiones territoriales,
aún cuando se excediesen en sus funciones o contraviniesen instrucciones (actuación "ultra vires"), siempre
que la persona o entidad actúe como órgano o agente del Estado y no a título personal. Pero puede ocurrir
que una persona o grupos de personas, actúen no ya en virtud del derecho interno. Sino de de hecho por
instrucciones o bajo la dirección del Estado o que actúen de hecho ejerciendo atribuciones de poder público,
porque se encuentran ausente las autoridades oficiales, en estos supuestos la conducta de ellos ha de ser
imputable.
Se considera hecho del Estado el comportamiento de un movimiento insurreccional, si éste triunfa, y se
convierte en el nuevo gobierno del Estado, en razón del principio de identidad del Estado en las relaciones
internacionales. Puede serle imputable al Estado, pero no ya en virtud de su Derecho interno o circunstancias
de hecho, sino en virtud del derecho internacional, acciones u omisiones de otro Estado, puesto a su
disposición en razón de así haberlo convenido, cuando ese órgano actúe en el ejercicio de prerrogativas de
poder publico del Estado a cuya disposición se encuentra. Por ejemplo cuando un tercer Estado provee
elementos esenciales para la fabricación de armas de destrucción masiva.
En cuanto a los hechos de los particulares, no se consideran hechos del Estado, las conductas de personas
particulares que no actúen por cuenta de aquél, según el Art. 11 del Proyecto. Dentro del Estado, personas
particulares, pueden tener conductas que perjudiquen los Derechos de otros Estados, aunque, por lo ya visto,
tales comportamientos no originan per se la responsabilidad internacional de dicho Estado, ello no supone la
inexistencia de todo tipo de obligaciones internacionales a cargo del Estado territorial al respecto a los hechos
de los particulares.
El Estado puede incurrir en un supuesto de omisión del deber de protección o de la obligación de castigo o de
complacencia o complicidad, en consecuencia incurre en responsabilidad por el hecho propio, tal como
ocurrió en el precedente de TIJ conocido como Estados unidos c.Iran
Elemento objetivo, ilicitud: Se refiere a que el comportamiento del Estado constituya una violación a una
obligación internacional (art. 3 del proyecto). Es decir que tanto la acción u omisión del Estado no esté de
conformidad con lo que de él exige esa obligación. El ART. 4 del Proyecto, establece que solo el Derecho
internacional puede ser tenido en cuenta para calificar un hecho de ilícito, sin importar que ese hecho sea
considerado lícito en el derecho interno, ya que no tiene ninguna relevancia.
El mismo principio se encuentra en el Art. 27 de la Convención de Viena de Derecho de los tratados de 1969:
"un Estado no puede invocar disposiciones de su derecho interno como justificación de incumplimiento de los
tratados. La fuente de la obligación violada, es irrelevante, en este sentido el art. 17 del proyecto dice que
cualquiera que sea su origen (consuetudinario, convencional u otro) de la obligación internacional, su violación
por un hecho de un Estado constituye un hecho internacionalmente ilícito.
En lo relativo al elemento temporal, para que una obligación se considere violada por un Estado según el Art.
18 del proyecto se deben dar las circunstancias siguientes, que la obligación este en vigor, que el hecho
violatorio no se convierta en obligatorio en virtud de una norma ius cogens, si es hecho continuo que la
violación exista durante el período en que la obligación estaba en vigor, en caso de hecho ilícitos que violen
obligaciones internacionales relativas al trato que se ha de acordar a particulares extranjeros, personas físicas
o jurídicas, el agotamiento de los recursos internos es un requisito sustantivo de la existencia del propio hecho
ilícito (art. 22 del Proyecto de la CDI).
La violación de una obligación como crimen internacional del Estado: Hemos visto que la violación de
una obligación internacional por parte de un Estado, constituye a la conducta como ilícita, elemento objetivo
para la existencia de responsabilidad internacional. Ahora bien, existe dentro de la categoría amplia de hecho
ilícito internacional dos subespecies que se clasifican de acuerdo con la naturaleza de la obligación violada.
De esta manera encontraremos un crimen internacional si la obligación vulnerada por el Estado es tan
esencial para la Comunidad Internacional que su violación ha sido previamente calificada como un crimen
internacional, conforme al art.19 del proyecto de la CDI. Mientras que el resto de las violaciones son
consideradas entrarían en la categoría de simple delito internacional.
El régimen de responsabilidad será más riguroso con la clase de hechos ilícitos mencionado en primer lugar.
Esta distinción entre crimen y delito internacional ya existía en el Derecho Internacional contemporáneo ya
que en el precedente conocido como Barcelona Traction, del año 1970, estableció que los Estado tienen dos
tipos de obligaciones: la primera carácter erga omnes, es decir hacia toda la Comunidad Internacional,
vinculadas a aquellas que surgen de violaciones a derechos fundamentales del hombre y que por su
importancia conciernen a todos los Estados, ya que todos ellos tienen un interés jurídico en que esos
derechos sean protegidos como por ejemplo: obligación de abstenerse de todo acto de agresión, cometer
genocidio, etc.;
Y obligaciones con otro Estado, surgidos de la protección diplomática. La responsabilidad en este caso se
limita a una simple relación entre Estados en la que emerge la obligación de reparar lato sensu. Otra
diferencia importante la que vale hacer mención entre delitos y crímenes internacionales radica en la
reparación que debe realizar cada Estado. En las obligaciones entre Estados, de la conducta ilícita de éste
emerge la obligación de reparar y por ende, indemnizar, en cambio, cuando se comete un crimen
internacional, cuyo sujeto pasivo es la Comunidad internacional toda, la responsabilidad ya no solo tiene
finalidad compensatoria, en consecuencia la restitución en especie, consecuencia del ilícito
internacionalmente considerado, no tendría las limitaciones, que veremos más adelante, de los delitos
internacionales, además el Estado debería ser pasible de una sanción internacional, que en su caso podría
implicar el uso de la fuerza, para la protección de los propósitos enunciados en la Carta de la ONU.
Con relación a los crímenes internacionales, el proyecto de la CDI, no establece un catálogo de crímenes
internacionales, pero establece ejemplos concretos: como la violación de una obligación que salvaguarde: la
paz y la seguridad internacionales; como la agresión, libre determinación de los Pueblos; como el
establecimiento o el mantenimiento por la fuerza de una dominación colonial, derecho humanos
fundamentales y que esas violaciones sean en gran escala; como la esclavitud, el genocidio, el apartheid, el
Medio Humano; como la contaminación masiva de la atmósfera y los mares. Estos ejemplos no constituyen
un numerus clausus, por el contrario es apertus. Por lo analizado hay una gran vinculación entre crímenes
internacionales y normas imperativas del Derecho internacional que fulminan de nulidad aquellos tratados que
las contrarían.
Efectos de los crímenes internacionales: 1) La responsabilidad podría ser alegada por cualquier Estado
miembro de la Comunidad Internacional, ya que se trata de la violación de una obligación tan esencial y por lo
tanto no puede dejarse a ala apreciación subjetiva y discrecional de las partes interesadas;2) la obligación no
solo sería la de reparar el daño, sino que le cabrían sanciones; 3) El crimen de un Estado genera en los otros
obligaciones, tales como, no reconocer la legalidad de la situación creada por el hecho ilícito, no prestar
ayuda o asistencia al Estado autor del ilícito;4) En los crímenes de genocidio, delitos de lesa humanidad, de
agresión, y de guerra, el Tribunal Penal Internacional, tiene competencia, como lo veremos más adelante.
Daño y culpa:¿Elementos de la responsabilidad?:
En principio el proyecto de la CDI, no contempla la necesidad de otro elementos más que el subjetivo y el
objetivo, para configurar la responsabilidad del Estado. Sin embargo, hay posturas en la Doctrina que
sostienen lo contrario:
 Con relación al daño la CDI, sostuvo que para el Derecho internacional toda lesión al derecho
subjetivo de un Estado implica un daño, en consecuencia, la violación a una obligación internacional es, para
la Comisión, suficiente y no es necesario agregar un elemento más. Autores como Barboza, se enrolan en
esta corriente. En contraposición la gran mayoría de la Doctrina, considera que la responsabilidad, para ser
imputable a un sujeto debe reunir un tercer elemento que es la existencia de un perjuicio como consecuencia
de la acción u omisión.
 Con relación a la culpa; se han producido numerosos debates en torno a que, para la atribución de
una conducta al Estado, se exija que el órgano que tuvo el comportamiento asignado al Estado lo hubiera
realizado con intención dolosa o con negligencia culposa. La comisión nada dice sobre este debate, ni en los
artículos ni en el comentario del proyecto. Sin embargo, el concepto funciona en el Proyecto, donde se
trasluce que la violaciones hechas sin un mínimo de participación de voluntad están exentas de ilicitud, como
en la fuerza mayor y el caso fortuito.
 Otro criterio sustenta queque lo relevante no es la actitud psicológica del Estado. El Estado es
responsable por la violación de cualquiera de sus obligaciones sin necesidad de identificar una falla
psicológica en ninguno se sus agentes. Varios laudos arbitrales han establecido la responsabilidad por
violación de os deberes de neutralidad o por ofensas contra extranjeros siendo factor decisivo si los agentes
dejaron de hacer lo que era necesario para proteger los derechos de los beligerantes extranjeros, así la
responsabilidad esta vinculada con la negligencia de uno de sus agentes. Pero estos laudos pueden
explicarse sin que impliquen una aceptación de culpa, en estos casos el Estado es responsable por no cumplir
con la "debida diligencia"que no es más que el mismo contenido de la obligación.

La responsabilidad internacional del Estado por daños causados a la persona o en los  bienes  de los
extranjeros; la protección diplomática otorgada a los nacionales.
El enfoque que inicialmente se había dado a la CDI al análisis de la responsabilidad por un hecho inicialmente
ilícito, se explica en razón de que, históricamente, las reclamaciones mas frecuentes de un Estado contra otro
Estado, invocando la responsabilidad internacional, habían tenido como sustento la alegación de daños
causados en la persona o en los bienes de sus nacionales que se encontraban en un estado extranjero. Así,
en el derecho internacional general la defensa Estado en uno de sus elementos- la población se asegura
mediante el ejercicio de la protección diplomática cuando se entienda violada la obligación de acordar
tratamiento adecuado al extranjero.
Esta obligación internacional no es un deber hacía la persona sino respecto del estado de la nacionalidad de
esa persona. Es decir, que se establece una relación bilateral entre ambos estados y no un derecho de la
persona a reclamar su protección.
Es el derecho el único que ha de decidir frente a un caso concreto, si procederá o no efectuar la reclamación y
en esta decisión entrarán en juego el orden político, económico u otras propias del ámbito de las relaciones
internacionales. Ahora bien para ejercer la protección diplomática no basta que los intereses de su nacional se
hallan visto afectados o que halla sufrido un daño, sino que es necesario que al estado ante el cual se hace la
reclamación le sea imputable haber cometido una violación de una norma de derecho internacional.
Para que la protección diplomática pueda ser planteada es necesario que se reúnan una serie de
condiciones:
a) Misma nacionalidad, la persona por la que el Estado reclama debe ser nacional(es decir de ese Estado).
Pero cuando surge un conflicto como la múltiple nacionalidad de alguien se aplica el principio
de nacionalidad efectiva: será nacional del lugar donde tenga su residencia habitual, el centro de intereses,
vínculos familiares, participación en la vida pública, como actitud inculcada a los
descendientes, servicio militar, etc.
b) Agotamiento de los recursos internos, asegura que el estado en donde ocurrió la violación tenga la
oportunidad de repararla por sus propios medios, dentro del margen de su ordenamiento. Esta regla no se
aplicaría sino existiesen recursos, si estos le estuviesen vedados a la persona en su condición de extranjero,
o si fuesen manifiestamente ineficaces, se produciría una " denegación de justicia".
c) Para que el estado pueda accionar a favor de sus nacionales, se requiere que este halla actuado con
las "manos limpias" (clean hands) , que sus propias conductas no hallan sido contrarias a derechos;
d) No tener inmunidad diplomática: que el individuo a proteger no tenga por su calidad de funcionario
diplomático, dicha inmunidad.
La Convención de Viena sobre relaciones Consulares(1969): establece en su artículo 36 lo siguiente:
 Que las autoridades locales deben informar sin demora a los ciudadanos extranjeros detenidos, de
su derecho a recibir ayuda por parte de su consulado;
 A pedido del detenido, las autoridades deben notificar al consulado la detención y permitir que algún
miembro del consulado se ponga en contacto con él;
 Todos los extranjeros detenidos deben disponer de todos los medios posibles para preparar una
defensa adecuada y deben recibir el mismo trato ante la ley que los ciudadanos del país en el que han sido
detenidos.
 Los cónsules deben prestar servicios esenciales a los ciudadanos de su país: brindar asesoramiento
y asistencia legal, facilitar traducciones, notificar la detención a los familiares, hacer
llegar documentación desde el país de origen, etc.

El contenido de la obligación de reparar


En las relaciones internacionales, los medios empleados por los estados durante el siglo XIX y principios del
siglo XX para hacer efectiva la protección diplomática de sus nacionales- tales como el cobro compulsivo de
la deuda externa de un país a través de la ocupación de sus aduanas- llevó a que, en primer lugar en
la conferencia de la Paz de la Haya de 1907- originalmente a instancias del Ministro de Relaciones Exteriores
de la Argentina, Luis María Drago- se adoptase una convención en la que los estados acordaban no recurrir
al empleo de la fuerza para el cobro de las deudas contractuales.
En los estados en los que se realizaban las inversiones se intentaban fórmulas tendientes a evitar ulterior
intervención del estado de la nacionalidad del inversor invocando la protección diplomática. Así
en contratos concluidos entre el estados y el extranjero se incluían cláusulas que establecían a tales fines la
nacionalidad del estado territorial, o que las dudas y controversias que pudiesen surgir en la interpretación o
aplicación del contrato serían resueltas por los tribunales competentes del estado, de conformidad con sus
derechos y no podrían dar lugar a ninguna intervención diplomática o reclamación internacional.
Con estas cláusulas- denominadas "Cláusula Calvo", en razón del nombre del internacionalista argentino- lo
que se intentaba era limitar la responsabilidad del estado a lo que se establecía su derecho interno y a lo que
se ateniesen sus tribunales.
Así, estas cláusulas de derecho internacional no pueden afectar la norma del ordenamiento jurídico
internacional que otorga al estado lesionado en uno de sus elementos- su nacional- el ejercicio de la
protección diplomática.
En definitiva un acuerdo convencional puede modificar, el requisito de agotamiento de los recursos internos, si
es celebrado por el estado de la nacionalidad del inversor y del estado en donde se realiza la operación.
Ahora bien, en ciertas circunstancias, no obstante la comisión de un hecho internacionalmente ilícito, el
estado no sería responsable de ese comportamiento en razón de existir causas que internacionalmente
eximen el ilícito. Sin embargo, sólo pueden alegarse estos eximentes si el hecho que se imputa al estado no
es conforme con una obligación que emane de una norma dispositiva. En ningún supuesto podrán invocarse
eximentes si se trata de la comisión de un crimen internacional, esto es , la violación de una norma ius
cogens, imperativa del derecho internacional. Sin perjuicio de ello, bueno es tener en cuenta que siempre que
se invoque un eximente, implícitamente se está reconociendo que el hecho en cuestión es un hecho
internacionalmente ilícito por lo que la eximente sólo libera la responsabilidad pero no necesariamente implica
que la obligación de que se trate haya dejado de existir o que no corresponda reparar cualquier perdida
causada por el hecho en cuestión.
En principio, una vez que las circunstancias alegadas desapareciesen, reviviría el deber de cumplir las
obligaciones que emanan del tratado en cuestión, las consecuencias de un hecho internacionalmente ilícito en
nada afectan el deber del estado responsable de cumplir la obligación violada.
El estado que ha incurrido en un hecho internacionalmente ilícito, sin perjuicio de que continúe obligado a
cumplir la obligación violada según lo establezca la norma primaria, tiene el deber de reparar las
consecuencias jurídicas de ese hecho. Es decir, deberá cesar en la ilicitud, si el hecho continua ofreciendo
seguridades de no repetición. Pero, a mas, a de reparar íntegramente el perjuicio causado, tanto material
como moral, volviendo las cosas al estado anterior al hecho ilícito o de no ser ello posible, pagando una suma
que corresponda al valor de la restitución debida, incluyendo lucro cesante e intereses cuando fuesen
procedentes.
La indemnización es otra forma de reparar, cuando el perjuicio causado no pudiese ser reparado por
restitución o indemnización, el estado responsable tiene una obligación a su cargo, es la de dar satisfacción.
La satisfacción puede consistir en un reconocimiento de la violación, una expresión de pesar, una disculpa
formal, etc. Los supuestos en los que mas comúnmente la reparación asume la forma de una satisfacción son
aquellos en los que la violación consiste en afrentas a los símbolos de otro estado; quemas de bandera, trata
descomedido a jefes de estado, jefes de gobierno, entre otros. En ningún supuesto el estado responsable
podrá intentar ampararse en disposiciones de su derecho interno para eludir las consecuencias.
CONSECUENCIAS DE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL:
Las consecuencias podemos dividirlas en sustantivas o procesales, la primera de ellas gira en torno a la
reparación y las diversas formas que puede tomar, la segunda hace referencia a las contramedidas, que se
analizarán cuando se trate el tema de circunstancias que excluyen la ilicitud.
Consecuencias sustantivas: La reparación aplicando la regla de la fábrica Chorzow debe ser idéntica al
perjuicio (no superior ni inferior) ya que tiene un carácter compensatorio y no punitivo.
1) Restitución: implica volver las cosas al Estado anterior de que ocurriera el hecho (vuelta al status
quo anterior) por ejemplo, evacuar un territorio ocupado en forma ilegal. La restitución tiene prioridad por
sobre la reparación equivalente en dinero ya que es la más adecuada para borrar las consecuencias del
hecho ilícito. Sin embargo tiene limitaciones con respecto a su aplicación; no se aplica cuando es imposible
materialmente, si se viola una norma imperativa del derecho internacional, si es excesivamente onerosa
(desproporción entre el costo de la retribución en especie para el Estado autor y el beneficio que para el
Estado lesionado se derive de esta forma de reparación en lugar de la indemnización)
2) Reparación por equivalente: consiste en pagar una indemnización por el daño sufrido equivalente que
tendría la restitución cuando esta no pudiere hacerse o la que hubiere fuese insuficiente. Es aplicable a todo
daño económicamente evaluable que haya sufrido el Estado lesionado incluyendo los intereses y las
ganancias no obtenidas (lucro cesante) cuando proceda.
3) Satisfacción: puede aplicarse solo con otra forma, su fin es el de reparar el daño de tipo moral, al honor o
prestigio del Estado Vg. rendir honores a la bandera de l Estado dañado, pedir perdón etc.
4) Cesación: Esta obligación se dirige a violaciones producidas por un hecho continuo, tiene el efecto de
hacer cesar la acción u omisión de un Estado.
5) Seguridades y garantía de no repetición tiene una función preventiva más que reparadora y presumen
el riesgo de repetición del mismo hecho, estas circunstancias y la gravedad del hecho justifican la obtención
de garantías. Constituye un remedio excepcional.
CIRCUNSTANCIAS QUE EXCLUYEN LA ILICITUD:
El quinto capítulo de la primera parte del Proyecto de la Comisión trata de las causas de exclusión de la
ilicitud.
Son llamadas de ese modo y no simplemente causas de exclusión de la responsabilidad porque el efecto de
las causas en cuestión es el convertir en ilícita una conducta y no simplemente el de desproveer de
consecuencias a un hecho que continua siendo ilícito. Como ha dicho la Comisión de Derecho Internacional
son circunstancias que tienen en común un aspecto esencia, consistente en que hacen definitiva o
temporalmente inoperante la obligación internacional de cuya violación se trate, en los casos que ocurre una
de esas circunstancias. Por lo tanto quedan afuera de estas causas aquellas que se limitan a agravar o
atenuar la responsabilidad. Las causa excluyentes de ilicitud comportan la no comisión de un delito y por
consiguiente la inexistencia de responsabilidad.-
Las circunstancias que tienen al antedicho efectos son las siguientes:
1) el consentimiento
En art. 29 del Proyecto de la comisión dice lo siguiente:
1. El consentimiento validamente prestado por un estado a la comisión por otro estado de un hecho
determinado que no este en conformidad con una obligación del segundo estado para con el primero excluirá
la ilicitud de tal hecho en relación con ese estado, siempre que el hecho permanezca dentro del ámbito de
dicho consentimiento.-
2. El párrafo 1 no se aplicará si la obligación dimana de una norma imperativa de Derecho Internacional
general. Para los efectos del presente proyecto de artículos una norma imperativa de derecho internacional
general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de estados en su conjunto como
norma que no admite acuerdo en contrario y que solo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho
internacional general que tenga el mismo carácter.
Un estado no puede reclamar contra el hecho de otro para el cual prestó consentimiento: dicho
consentimiento equivale a un acuerdo entre las partes que ha quitado fuerza a la obligación del caso
particular. Por supuesto, esta causal no vale contra las obligaciones de ius cogens desde que estas no
pueden se afectadas por acuerdos entre estados.
Un ejemplo sería el consentimiento o la petición del gobierno del estado, cuya soberanía se habría violado en
otro caso cuando se ha intentado justificar el envío de tropas para ayudar a reprimir disturbios internos, una
rebelión o una insurrección en efecto tal justificación ha sido invocada respecto a casos reciente sen debates
ante el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas, en los cuales ningún estado ha
impugnado la validez en si del principio, aunque las divergencias versaron sobre si había prestado o no el
consentimiento.
Como establece el inc. 2 del art. 29, el consentimiento no opera como causal e exclusión cuando se viola una
obligación internacional derivada de una norma ius cogens. Un ejemplo hipotético de este supuesto sería que
un estado soberano consienta la instauración ex novo de un régimen de protectorado o de otra forma de
dependencia de ese estado en relación con otro estado, señalando que el carácter imperativo generalmente
reconocido a la prohibición de atentar contra la independencia de los demás estados y contra el derecho de
los pueblos a disponer de si mismos se opondrá claramente a tal aceptación.
Finalmente podemos decir que la prestación del consentimiento será valida salvo que concurran en ella
algunas de las causas que vician el consentimiento (error, solo, coacción, etc.) por lo cual el hecho sería
ilícito.-
2) las contramedidas
De acuerdo al art. 30 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional:
La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación de ese estado para con
otro estado quedará excluida si el hecho constituye una medida legítima según el derecho internacional contra
ese otro estado.
Las llamadas "contramedidas" se refieren en particular a las represalias, acciones que serían ilícitas si no
fuera por el hecho de que el estado contra el cual van dirigidas ha cometido anteriormente contra el que toma
la contramedida, un hecho también ilícito.
Se trata de una medida que invalida la obligación solo para el caso particular y también la exclusión de la
ilicitud esta dada por la conducta previa del otro sujeto.
La medida debe ser legítima de acuerdo con el derecho internacional, o sea, que debe cumplir con todos los
requisitos que aquél establece para que una contramedida sea legal, y que se determinan en la segunda parte
del proyecto, relativa al contenido, formas y grados de responsabilidad.
Los ejemplos que pone la Comisión de Derecho Internacional al comentar el art. 30, son la interrupción por un
estado de las relaciones económicas con otro a las que esté obligado por un tratado de cooperación
económica o de comercio, en cumplimiento de la decisión adoptada por una organización internacional como
las Naciones Unidas, la interrupción de las comunicaciones ferroviarias, marítimas o aéreas regidas por
alguno de los múltiples acuerdos de cooperación vigentes en esos campos o también la adopción de medidas
como la prohibición del suministro de ramas u otros materiales establecidas por un tratado, etc. Obviamente,
dada la prohibición del recurso a la amenaza y uso de la fuerza y habida cuenta de que las contramedidas
deben ser legítimas según el derecho internacional aquel recurso no está comprendido en la causa de
exclusión de la ilicitud del hecho que ahora consideramos.
3) fuerza mayor y caso fortuito
El art. 31 del Proyecto de la Comisión trata de la fuerza mayor y del caso fortuito del modo siguiente:
1. La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación internacional del
estado quedará excluida si el hecho se debió a una fuerza irresistible o a un acontecimiento exterior
imprevisible ajenos a su control que hicieron materialmente imposible que ese Estado procediera en
conformidad con tal obligación o que se percatara de que su comportamiento no era conforme a esa
obligación.
2. El párrafo 1 no será aplicable si el estado de que se trata ha contribuido a que se produzca la situación de
imposibilidad material.
El concepto de fuerza mayor y caso fortuito es aplicable en la generalidad de los ordenes jurídicos internos.
Sin embargo, esas excepciones no son utilizadas siempre con la misma acepción por los gobiernos, por los
jueces o por lo árbitros internacionales, así como por diferentes tratadistas. A esto cabría agregar la
multiplicidad de concepciones particulares correspondientes a los derechos nacionales de los miembros de la
CDI.
Ambos supuestos han quedado en el mismo art. por compartir una elemento esencia, es decir, un común
denominador que consiste en la imposibilidad material de evitar un proceder no conforme a una obligación
internacional. En otras palabras, los estados pueden quedar por circunstancias ajenas a su voluntad en la
imposibilidad de seguir la conducta prescripta por la obligación, ya fuere materialmente, porque una fuerza
exterior se lo impide, o bien porque no pueden percatarse de que el comportamiento seguido configura el de
la prohibición legal.
La fuerza mayor consiste en una fuerza irresistible y el caso fortuito (o casus) en un acontecimiento
imprevisible que tiene los efectos ya explicados.
Es una condición necesaria que no haya sido el propio Estado quien contribuyera intencionalmente o por
negligencia a producir la situación de imposibilidad material que le impide cumplir la obligación o percatarse,
según el caso, de la ilicitud del comportamiento observado.
Los ejemplos se dan en varios sectores del Derecho Internacional: aeronaves de un estado que por avería,
pérdida de control del aparato o tempestad penetran en el espacio aéreo de otro estado sin autorización,
casos de arribada forzosa en la navegación marítima, tratamiento de una persona o de los bienes de
extranjeros, impago de una deuda de estado, etc.
4) peligro extremo ( distess, détresse)
El art. 32 del Proyecto de la Comisión trata del peligro extremo en los siguientes términos:
1. La ilicitud de un hecho de un estado que no esté en conformidad con una obligación internacional de ese
estado quedará excluida si el autor del comportamiento que constituyera el hecho de ese estado no tenía otro
medio, en una situación de peligro extremo, de salvar su vida o la de las personas confiadas a su cuidado.
2. El párrafo 1 no será aplicable si el estado de que se trate ha contribuido a que se produzca la situación de
peligro extremo o si era probable que el comportamiento de que se trata originara un peligro comparable
mayor.
Esta causal se refiere a la situación de necesidad en que se encuentra, no el estado, sino el órgano del
estado, que está actuando ya que la alternativa que se le presenta es la de violar una obligación internacional
del estado que representa o en su defecto poner en peligro su propia vida o la de las personas confiadas a su
cuidado.
En esta figura no interviene una fuerza irresistible o un acontecimiento fortuito cuyo efecto sea excluir la
participación de la voluntad o de la intención en la conducta seguida. Existe una imposibilidad moral de obrar
en cumplimiento del deber internacional.
Considera Barboza que se trata de una hipótesis algo restringida en su alcance dado que aquí no se trata de
que una conducta estatal (hecho del estado) se despoje de ilicitud por virtud de las circunstancias del art. 32,
sino más bien que la conducta de ese órgano no sea atribuida al estado.
En suma, el peligro extremo e inminente, debe serlo para la persona de los órganos del estado, y no para la
existencia del propio estado o de alguno de sus intereses vitales.
En la práctica internacional se ha invocado y reconocido el peligro extremo como causa excluyente de la
ilicitud de un hecho en casos que entrañaban la violación de la frontera de un estado. Por ejemplo, cuando el
capitán de un buque de estado que se encuentra en situación de peligro a causa de una tempestad, busca
refugio en un puerto extranjero sin autorización, o cuando el piloto de una aeronave de estado aterriza sin
autorización en suelo extranjero para impedir una catástrofe, o la violación de una frontera terrestre para
salvar una vida en peligro.
A diferencia de los supuestos de fuerza mayor o caso fortuito, en los que el sujeto individual no tiene opción,
en la hipótesis de peligro extremo existe una opción, opción teórica o aparente, de todos modos, porque el
sujeto sabe que parecerá si observa el comportamiento exigido por una obligación internacional.
5) estado de necesidad (del estado)
En lo que respecta al estado de necesidad el art. 33 del Proyecto señala:
1. Ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de la ilicitud de un hecho
de ese Estado que no esté en conformidad con una obligación internacional, a menos que:
a. Ese hecho haya sido el único medio de salvaguardar un interés esencial del Estado contra un peligro
grave e inminente; y
b. Ese hecho no haya afectado gravemente un interés esencial del estado para con el que existía la
obligación.

2. En todo caso, ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de la ilicitud:
a. Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no esté en conformidad dimana de una
norma de Derecho Internacional general, o
b. Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no este en conformidad ha sido
establecida por un tratado que, explícita o implícitamente, excluya la posibilidad de invocar el estado de
necesidad con respecto a esa obligación, o
c. Si el estado de que se trata ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad.-

El estado de necesidad se trata de un mecanismo jurídico imprescindible que existe en la mayor parte de los
derechos nacionales destinado a evitar lo que el adagio latino describe como summum jus, summa injuria.
El estado de necesidad ocurre cuando un interés esencial" del Estado se pone en peligro si ese estado intenta
cumplir con cierta obligación internacional. Si, para proteger ese interés esencial viola la obligación, se dice
que actúa en necesidad y por ende que su conducta está desprovista de ilicitud.
La necesidad en cuestión es una necesidad de estado, pues la situación grave de peligro que se aduce no es
un riesgo para las personas físicas , cuyo comportamiento se atribuye al estado, sino un peligro grave para la
propia existencia del estado, para su supervivencia política o económica, para preservar la posibilidad de
funcionamiento de sus servicios esenciales, para el mantenimiento de su paz interna, para la supervivencia de
una parte de su población, para la conservación ecológica de su territorio, o de una parte del mismo, etc.
A diferencia de lo que sucede en el consentimiento, y en las contramedidas, el estado de necesidad no se
justifica por el comportamiento previo del estado contra el que va dirigida la acción. En esto se asemeja la
fuerza mayor y al peligro extremo, del cual está muy cercano por ser ambas hipótesis semejantes que tocan,
uno al órgano y otro al estado mismo.
Se diferencia en la fuerza mayor, en que, como en el peligro extremo, la conducta adoptada en violación de
una obligación internacional es perfectamente deliberada.
Al decir un "interés esencial" del Estado, nos referimos no solo a la protección de la existencia del estado, sino
que se puede invocar un bien jurídico distinto a aquélla.
El peligro que amenace a ese "interés esencia" debe ser grave e inminente y la conducta violatoria de la
obligación el único medio para conjurarlo. El estado que lo invoca, además, no debe haber dado lugar él,
mismo al estado de necesidad y el interés sacrificado del otro estado no debe ser, a su vez, uno de sus
intereses esenciales. Con lo que se advierte la comparación entre los intereses en juego ? proporcionalidad-
la protección del más importante.
El estado de necesidad no puede ir contra el cumplimiento de una obligación imperativa del derecho
internacional (jus cogens) ni contra una obligación de un tratado en el que se ha estipulado explícitamente que
no se pueda invocar. Con respecto a la primera condición, la más indudable de todas las obligaciones que
puedan ser consideradas de jus cogens es, precisamente, la que prohíbe usar la fuerza contra la integridad
territorial o la independencia política de los estados, con lo cual se eliminaría uno de los casos más frecuentes
en la historia del estado de necesidad. Sin embrago, en la actualidad no faltan invocaciones a cerca del
estado de necesidad como medio para justificar el uso de la fuerza. Esta última postura se basa en que el
aspecto imperativo de la norma solo alcanza a los usos constitutivos de actos de agresión, pero no a usos
menores (para salvar vidas humanas, para impedir la actuación de bandas armadas desde el territorio de otro
estado, etc.), argumentando de este modo que el estado de necesidad justifica el recurso a esos usos
menores de la fuerza.
6) la legitima defensa
El art. 34 del Proyecto trata de la legítima defensa como causa excluyente de la ilicitud en los siguientes
términos:
La ilicitud de un hecho de un estado que no esté de conformidad con una obligación internacional de ese
estado quedará excluida si ese hecho constituye una medida lícita de legítima defensa, tomada en
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
Esta es una causal de atormentada historia en el derecho de gentes.
La Comisión de Derecho Internacional considera necesaria la presencia de dos premisas básicas para la
operación de la legítima defensa:
Su empleo solo "en los casos en que tenga finalidades defensivas, es decir, que adopte la forma de oposición
al ataque violento de otro sujeto"
Su carácter de "excepción a una norma por la que se reserva a una autoridad centralizada al monopolio o el
cuasi monopolio de uso e la fuerza".
Los problemas que presenta la legítima defensa son muchos y muy graves. La CDI ha decidido no definir la
legítima defensa ni codificarla, sino que se ha limitado a dejar constancia de que se trata de un principio
reconocido en la Carta de las Naciones Unidas (art. 51) y en el Derecho Internacional contemporáneo y a
sacar las conclusiones pertinentes a los efectos de las circunstancias que excluyen la ilicitud de un hecho de
un estado.
El problema principal que se presenta con respecto al art. 51 de la Carta es a mero título de ejemplo y que
para el resto de la normativa de ese derecho la Carta se remite a la costumbre internacional. De este modo,
se admitiría como legítima defensa acciones diferentes a la reacción contra un ataque armado, como serían
por ejemplo la defensa de los nacionales en el exterior u otras hipótesis más amplias.
Según la Comisión " una codificación que se realice en el marco y bajo los auspicios de las Naciones Unidas
no puede inspirarse en criterios que no estén en plena conformidad con aquéllos en los que se inspira la
Carta" particularmente en materias de paz y seguridad.
Por último, el Proyecto en la primera parte hace una reserva en el art. 35 relativa a la indemnización de los
daños que pudieran surgir como consecuencia de las conductas desprovistas de ilicitud.
Conforme Barboza, el mecanismo básico del estado de necesidad ( art.33) se repite en la figura de peligro
extremo, en las contramedidas y en la legítima defensa, formando todas estas la " familia de la necesidad". La
diferencia con el caso fortuito y la fuerza mayor consiste en que, mientras que estos supuestos no admiten
participación alguna de la voluntad del estado, en los casos de necesidad el sujeto tiene una alternativa entre
dos bienes, ambos jurídicamente protegidos, y uno de ellos de su esencial interés.
El derecho, frente a esa alternativa, jamás sanciona al sujeto que elige su propio, legítimo y esencia interés ,
siempre por supuesto que se cumplan ciertas condiciones, como que el camino elegido sea el único posible
para mantener incólume el bien jurídico protegido , lo que hace alusión directa a la necesidad , y que la acción
no vaya más allá de lo necesario para proteger el bien jurídico, lo que también se relaciona con la necesidad y
la proporcionalidad ? que se exige en las figuras parientes- entre la magnitud del bien sacrificado y del
protegido. La proporcionalidad consiste en no emplear medios ni causar efectos más allá de lo necesario para
la protección del derecho. En suma, la necesidad permite la protección y marca su límite.
En la legítima defensa el rasgo familiar se advierte inmediatamente: si no se utiliza la fuerza para defender la
integridad territorial o la independencia política del Estado, se perderían esos preciados bienes. En la defensa
tampoco puede haber exceso, es decir, debe imperar la proporcionalidad so pena de incurrir en la ilegalidad.
En las contramedidas, tales hechos, los cuales serían ilícitos de no mediar el antecedentes del cumplimiento
anterior por el estado al que se aplican de una obligación internacional, son el único medio para el estado de
hacer valer su derecho, o en otras palabras, de proteger su bien jurídico atacado por el incumplimiento. Desde
el caso de Naulilaa, la jurisprudencia acepta que es necesario agotar los otros medios pacíficos antes de
emprender las contramedidas.
Las causales estudiadas en el título "circunstancias que excluyen la ilicitud" son las que generalmente se
admiten en el derecho internacional actual pero eso no significa que la enumeración del proyecto sea taxativa
y excluyente de otras que puedan surgir en su proceso evolutivo.-
TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL:
Es una institución permanente, independiente, con personería jurídica propia y complementaria de las
jurisdicciones nacionales que sean incapaces o no deseen llevar a la justicia, a quienes hayan cometido actos
de genocidio, crímenes de guerra o contra la humanidad.
Según los primeros artículos de su Estatuto (aprobado el 17 de julio de 1998), el Tribunal juzga los crímenes
más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto, porque amenazan la paz,
seguridad y bienestar de la humanidad.
Estos crímenes no prescriben porque no deben quedar sin castigo, y son:
-Crimen de Genocidio: Acto cuyo fin es destruir en forma total o parcial a un grupo de gente con
características determinadas: misma raza, nacionalidad, etnia, religión (ejemplo: matanza o lesión
grave física o mental de miembros del grupo, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo,
traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo).
-Crimen de Lesa Humanidad: Acto cuyo fin es atacar en forma generalizada y sistemática a la población civil y
con conocimiento de dicho ataque (ejemplo: esclavitud, tortura, desaparición forzada de personas, violación,
exterminio, embarazo, prostitución y esterilización forzadas, crimen de apartheid, actos inhumanos realizados
por un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más
grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen).
-Crimen de guerra: Infracción grave de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949 (matar
intencionalmente, someter a tortura o a otros tratos inhumanos, o a experimentos biológico, destruir bienes y
apropiarse de ellos por necesidades militares en forma ilícita y arbitraria, obligar a un prisionero a prestar
servicio en las fuerzas de una potencia enemiga o privarlo de su derecho a un juicio justo, dirigir
intencionalmente ataques contra: la población civil u objetos que no son objetivos militares o contra personal,
instalaciones, vehículos participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria o
contra edificios dedicados al culto religioso, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los
hospitales y los lugares en que se agrupa a enfermos y heridos, siempre que nos sean objetivos militares).
Responsabilidad Penal individual: quien realice, ordene, proponga o induzca o contribuya a cometer un crimen
de competencia de la Corte, será responsable individualmente y podrá ser penado por ello.
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR LAS CONSECUENCIAS PERJUDICIALES DE ACTOS NO
PROHIBIDOS POR EL DERECHO INTERNACIONAL:
En 1977, la CDI decidió elaborar en forma separada un proyecto sobre la responsabilidad por riesgo. El
avance científico y tecnológico genera beneficios pero a la vez riesgos de esas actividades necesarias para el
progreso. Estas actividades ultrapeligrosas pueden causar daños a Otros Estados más allá de las fronteras
del Estado donde se desarrollan las actividades.
Las actividades que hacemos mención pueden ser, lanzamientos de satélites al espacio, utilización de
energía nuclear con fines pacíficos, etc. En 1998, la CDI presentó un proyecto para la solución de estos
casos, cabe mencionar que en su artículo 21, la responsabilidad aparece limitada ya que dispone la obligación
de negociaciones entre los intervinientes, la determinación de las consecuencias jurídicas del daño, teniendo
en cuanta que debe ser compensado integralmente en consecuencia los principios rectores que rigen
esta materia son los de cooperación, negociación de buena fe, asegurar que las actividades riesgosas no
causen daño a las personas, objetos o medio ambiente de los otros Estados, informar, reducir contaminación,
evitar situaciones que puedan acarrear conflictos.

Responsabilidad jurídica
La responsabilidad jurídica es la imputabilidad jurídica de un hecho jurídico causada por la
culpabilidad (dolosa o no) de la persona o por el simple acaecimiento del hecho desligado de la
culpabilidad (responsabilidad objetiva); que supone el nacimiento de obligaciones para el imputado, y el
nacimiento de derechos para el sujeto que se encuentre en posición de reclamarlas. En el ámbito penal,
la responsabilidad parte de este mismo supuesto, aunque la evolución histórica de la disciplina ha
excluido la existencia de responsabilidad penal objetiva (se requiereculpabilidad) y se ha distanciado de
las consecuencias antes descritas, limitándose a una sanción cuyos fines no son indemnizatorios, sino
preventivos.

La imputabilidad surge de la existencia de una decisión de autoridad que atribuye tal condición por la
transgresión de un deber ser (obligación o prohibición), o bien por otras razones justificadas en la
conveniencia social de que una determinada persona no culpable sea responsable objetivamente.
En las democracias liberales, la responsabilidad jurídica no surge de una imputación arbitraria sino de
una norma jurídica, que a diferencia de la norma moral procede de un organismo externo al sujeto,
principalmente el Estado, y es coercitiva.

Generalmente puede atribuirse la responsabilidad jurídica a todo sujeto de derecho, tanto a las personas


naturales como jurídicas, basta que el sujeto de derecho incumpla un deber de conducta señalado en el
ordenamiento jurídico, o en el caso de la responsabilidad objetiva, que esté en la situación por la que el
ordenamiento le señala como responsable.

Índice
  [ocultar] 

1 Historia

2 Clases

3 Bibliografí

4 Véase

también

Historia[editar]

El concepto de responsabilidad ha evolucionado a lo largo de la historia. En la antigüedad, existía una


noción unitaria de responsabilidad que pretendía preservar un equilibrio cósmico. Era a través de la
expiación y de los sacrificios que la responsabilidad se adjudicaba para restablecer dicho equilibrio. La
modernidad trajo consigo la desintegración del concepto unitario de responsabilidad en distintos tipos de
ella (moral, política, jurídica) y ésta última, a su vez, en administrativa, ambiental, etcétera. La noción
subyacente a todas las formas de responsabilidad es, quizá, la de imputabilidad.

Clases[editar]

La responsabilidad jurídica indirecta es aquélla en la cual no hay identidad entre el agente del ilícito
(sujeto de la obligación) y quien está sujeto a la sanción que como consecuencia del ilícito prevé la
norma jurídica (por ejemplo, la responsabilidad patrimonial de una persona ante los ilícitos cometidos
por un familiar). En el caso de la responsabilidad jurídica directa, sí existe tal identidad. Dicho de otro
modo, se puede imputar la responsabilidad jurídica tanto como consecuencia de conductas propias
como ajenas.

La responsabilidad jurídica colectiva es la imputabilidad que una norma jurídica atribuye a un grupo por
la conducta de un individuo (si éste es miembro del grupo, se trata de una responsabilidad colectiva
directa). La responsabilidad individual recae, obviamente, sobre sujetos individuales.
La responsabilidad jurídica culposa se diferencia de la responsabilidad jurídica por resultado en el hecho
de que la primera requiere como condición necesaria la voluntad de producir los resultados previstos en
la norma o, al menos, negligencia por parte del sujeto responsable directa o indirectamente. La
responsabilidad por resultado, en cambio, solamente exige una relación entre un sujeto y un resultado,
incluso si tal relación no ha sido intencional y ni siquiera culposa por negligencia (por ejemplo, el
reglamento de tránsito en Francia hace responsables a los conductores de un automóvil de indemnizar a
un peatón incluso si el accidente ocurrió por culpa excusable de éste último). En un caso todavía más
complejo de responsabilidad jurídica colectiva indirecta por resultado, el sujeto que provoca los hechos
que actualizan la responsabilidad del grupo no forma parte de éste y ni siquiera actúa culposamente
(piénsese en el juez que establece la responsabilidad solidaria de un grupo de empresas respecto a los
derechos laborales de un trabajador subordinado a un cliente insolvente de dichas empresas y ordena al
grupo de proveedores indemnizar al trabajador ajeno por el accidente de trabajo fortuito que éste sufrió).

Otros tipos de responsabilidad jurídica son: La responsabilidad penal intenta dirigir la conducta humana
a través de prohibiciones cuya violación es sancionada y que requieren de la culpabilidad del sujeto
como condición necesaria (nulla poena sine culpa). En cambio, adjudicar la responsabilidad civil tiene
una finalidad distributiva mediante la compensación entre particulares o los criterios de división del
patrimonio.

Teorías de la responsabilidad internacional (tradicional y Penal) y de la Protección


Diplomática 

7.1 Teoría de la responsabilidad internacional 

7.1.1 Conceptualización y fundamento de la responsabilidad internacional 

La responsabilidad internacional del Estado es: el conjunto de relaciones jurídicas que


nacen en Derecho internacional público del hecho internacionalmente ilícito cometido por
un Estado. Estas relaciones se dan entre el Estado infractor, por un lado, y el Estado
perjudicado, una pluralidad de Estados o la comunidad internacional en su conjunto, por
otro. 

Según Tunking la responsabilidad jurídica internacional son: "las consecuencias jurídicas


que recaen sobre el sujeto de Derecho Internacional como resultado de la infracción
jurídica internacional cometida por él". 

Manuel Becerra Ramírez define la responsabilidad internacional como: "la institución de


Derecho Internacional por medio de la cual se establece que cualquier violación de un
compromiso contenido en una norma internacional trae por consecuencia una obligación
de efectuar una reparación moral o material". 
Jiménez de Aréchaga manifiesta que: "Siempre que se viola, ya sea por acción o por
omisión, un deber establecido en cualquier regla de Derecho Internacional,
automáticamente surge una responsabilidad jurídica nueva”. 

Mariño Menéndez, brinda una valiosa reflexión sobre la responsabilidad internacional: “Si
un sujeto de Derecho Internacional realiza una conducta (de acción o de omisión) que el
propio ordenamiento considera de algún modo lesiva, bien para los derechos de terceros,
bien para ciertos otros bienes o intereses suyos (el daño a los cuales también debe ser
reparado); si esa conducta le es atribuible; y si (en el caso de que la conducta viole una
obligación a cargo del implicado) su ilicitud no puede ser excluida por ninguna de las
causas jurídicas previstas, entonces el sujeto queda colocado en una nueva situación
jurídica: la de ser responsable ante dichos terceros lesionados de las consecuencias de
su acto y estar así obligado a restaurar la integridad del orden violado y, más en concreto
a reparar la lesión o daño que les hubiera causado”. 

Se trata de una materia regulada fundamentalmente por el Derecho consuetudinario pero


que ha sido objeto de la atención de la Comisión de Derecho Internacional y la Asamblea
General de las Naciones Unidas.

El proyecto sobre la Responsabilidad Internacional de la Comisión de Derecho


Internacional debe ser entendido como una regulación general, permitiendo la existencia
de régimenes especiales que deben ser considerados Lex specialis primando, por tanto,
sobre la Lex generalis. 

El artículo 1 del Proyecto de la CDI establece que: “Todo hecho internacionalmente ilícito
de un Estado da lugar a la responsabilidad internacional de éste”. 

Establecido el principio, hay que ver qué es lo que se considera hecho ilícito; resulta de la
concurrencia de dos elementos recogidos en el artículo 3 de dicho Proyecto: 
Elemento subjetivo: Comportamiento consistente en acción u omisión atribuible, según el
Derecho internacional, al Estado. 

Elemento objetivo: Es el relativo al incumplimiento de una obligación internacional del


Estado a través de un comportamiento ilícito. 

La ilicitud plantea un problema de contraste entre el comportamiento realmente realizado


y el comportamiento jurídicamente debido. Para que un comportamiento sea ilícito, ese
comportamiento y la norma deben coexistir en el tiempo; en el Derecho internacional. 

7.1.2 El Hecho del Estado (actos legislativos, administrativos, ejecutivos, judiciales,


realizados por particulares, y en caso de Guerra Civil) 

Legislativos: La posición de los órganos legislativos no difiere en modo alguno de la de


otros órganos del Estado. 

En el proyecto que fue considerado en la Conferencia de Codificación de La Haya, todos


los Estados participantes aceptaron el principio que en un Estado incurre en
responsabilidad internacional “como resultado, bien de la promulgación de una legislación
incompatible con sus obligaciones internacionales , o bien de la falta de legislación
necesaria para el cumplimiento de dichas obligaciones”. 

Ejecutivo y Administrativo: Un Estado in curre en responsabilidad internacional por


cualquier acto contrario al derecho internacional cometido por sus agentes ejecutivos o
administrativos, por los funcionarios del Estado; en particular, por el Jefe del Gobierno, un
ministro, un funcionario diplomático o consular, o cualquier otro funcionario. 

Algunos autores han formulado una distinción entre los actos de las altas autoridades del
Estado y de los funcionarios y empleados subordinados. Mientras que en el primer caso,
la responsabilidad del Estado era producida inmediatamente por la comisión del acto
ilícito, en el segundo, la responsabilidad del Estado no resultaba comprometida en el
mismo modo, pues seria necesario un acto u omisión posterior del Estado, tal como “dejar
de desautorizar el acto mediante un castigo al funcionario, o una negativa de investigar el
caso o detener y castigar al ofensor”. 

Judiciales: Los principios de separación y de la independencia del poder judicial en el


derecho interno, y del respeto por la firmeza en las sentencias judiciales, ejercen una
influencia importante en la forma como el principio general de la responsabilidad del
Estado se aplica en los actos u omisiones de los órganos judiciales o cuasi judiciales. 

Estos principios básicos de la organización judicial explican la renuencia para admitir la


extensión al poder judicial de la regla de que el Estado es responsable por los actos de
todos sus órganos, ya que “los tribunales son absolutamente independientes del gobierno
y, en consecuencia este ultimo no ejerce influencia alguna en sus decisiones”. 

Particulares: Los individuos, dentro del territorio de un Estado, pueden efectual actos que
afectan adversamente los derechos de otros Estados, tales como: delitos contra los
soberanos o embajadores extranjeros; ofensas a la bandera de un Estado extranjero;
organización de turbas armadas en apoyo de una insurrección; propaganda injuriosa
dirigida contra un Estado extranjero o contra su jefe; y daños contra la persona o los
bienes de los extranjeros. 

De acuerdo con la doctrina moderna, la base de la responsabilidad del Estado por los
actos de los particulares no consiste en la complicidad con el autor, sino solo en el hecho
de que el Estado deja de cumplir su deber internacional de impedir el acto ilícito o, en
defecto de ello, de detener al ofensor y someterlo a justicia. 

En concordancia con este criterio, no existe razón alguna para hablar de la complicidad
del Estado, o de la responsabilidad “vicaria” o “indirecta”, puesto que el Estado es
internacionalmente responsable no por los actos de cualquier individuo sino por su propia
omisión, por la falca de la “debida diligencia” de sus órganos. La delincuencia de los
individuos ya no se considera como base de la responsabilidad del Estado, sino sólo
como la ocasión de origina ciertos deberes para el Estado. 

7.1.3 Violación de una obligación internacional 

Hay violación de una obligación internacional cuando el comportamiento atribuido a un


Estado, sujeto de derecho internacional, constituye un incumplimiento por ese Estado de
una obligación internacional que tiene a su cargo. 

Para determinar si un comportamiento dado atribuible a un Estado constituye una


violación de sus obligaciones internacionales, habrá que centrarse principalmente en la
obligación primaria correspondiente. Es esa obligación la que tiene que ser interpretada y
aplicada a la situación, determinándose así la naturaleza del comportamiento exigido, la
norma que tiene que ser observada, el resultado que tiene que ser alcanzado, etc. La
violación de una obligación internacional no es algo que se dé en abstracto. 

El articulo 12 creado por la CDI sobre la Responsabilidad Internacional del Estado,


establece: "Hay violación de una obligación internacional por un Estado cuando un hecho
de ese Estado, no esta en conformidad con lo que de él exige esa obligación, sea cual
fuere el origen o la naturaleza de la obligación". 

7.1.4 Circunstancias excluyentes de la ilicitud del hecho: 

La existencia de un comportamiento contrario a una obligación internacional, permite


afirmar la existencia de un comportamiento ilícito; pero puede haber circunstancias que
hagan inoperante dicha obligación por lo que no se atenúa ni agrava la responsabilidad,
sino que se excluye al no existir ya dicha obligación. 

a) Consentimiento: 

En Art. 29 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional dice lo siguiente: 

“El consentimiento validamente prestado por un Estado a la comisión por otro Estado de
un hecho determinado que no este en conformidad con una obligación del segundo
Estado para con el primero excluirá la ilicitud de tal hecho en relación con ese Estado,
siempre que el hecho permanezca dentro del ámbito de dicho consentimiento. 

El párrafo anterior no se aplicará si la obligación dimana de una norma imperativa de


Derecho Internacional general. Para los efectos del presente proyecto de artículos una
norma imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida
por la comunidad internacional de estados en su conjunto como norma que no admite
acuerdo en contrario y que solo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho
internacional general que tenga el mismo carácter”. 

b) Las contramedidas 

En Art. 30 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional plasma lo siguiente: 

“La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación de
ese estado para con otro estado quedará excluida si el hecho constituye una medida
legítima según el derecho internacional contra ese otro estado”. 

Las llamadas "contramedidas" se refieren en particular a las represalias, acciones que


serían ilícitas si no fuera por el hecho de que el estado contra el cual van dirigidas ha
cometido anteriormente contra el que toma la contramedida, un hecho también ilícito. 

Se trata de una medida que invalida la obligación solo para el caso particular y también la
exclusión de la ilicitud esta dada por la conducta previa del otro sujeto. 

La medida debe ser legítima de acuerdo con el derecho internacional, o sea, que debe
cumplir con todos los requisitos que aquél establece para que una contramedida sea
legal, y que se determinan en la segunda parte del proyecto, relativa al contenido, formas
y grados de responsabilidad. 

c) Fuerza mayor o caso fortuito 

En Art. 31 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional transcribe lo siguiente: 

“La ilicitud de un hecho de un estado que no este en conformidad con una obligación
internacional del estado quedará excluida si el hecho se debió a una fuerza irresistible o a
un acontecimiento exterior imprevisible ajenos a su control que hicieron materialmente
imposible que ese Estado procediera en conformidad con tal obligación o que se
percatara de que su comportamiento no era conforme a esa obligación.

El párrafo anterior no será aplicable si el estado de que se trata ha contribuido a que se


produzca la situación de imposibilidad material”. 

d) Peligro Extremo 

En Art. 32 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional dice lo siguiente: 

“La ilicitud de un hecho de un estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional de ese estado quedará excluida si el autor del comportamiento que
constituyera el hecho de ese estado no tenía otro medio, en una situación de peligro
extremo, de salvar su vida o la de las personas confiadas a su cuidado. 
El párrafo anterior no será aplicable si el estado de que se trate ha contribuido a que se
produzca la situación de peligro extremo o si era probable que el comportamiento de que
se trata originara un peligro comparable mayor”. 

e) Ultrariesgo y debida diligencia 

f) Estado de necesidad 

En Art. 33 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional dice lo siguiente: 

“Ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de exclusión de la


ilicitud de un hecho de ese Estado que no esté en conformidad con una obligación
internacional, a menos que: 
a. Ese hecho haya sido el único medio de salvaguardar un interés esencial del Estado
contra un peligro grave e inminente; y 
b. Ese hecho no haya afectado gravemente un interés esencial del estado para con el que
existía la obligación. 
En todo caso, ningún Estado podrá invocar un estado de necesidad como causa de
exclusión de la ilicitud: 
a. Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no esté en conformidad
dimana de una norma de Derecho Internacional general, o 
b. Si la obligación internacional con la que el hecho del estado no este en conformidad ha
sido establecida por un tratado que, explícita o implícitamente, excluya la posibilidad de
invocar el estado de necesidad con respecto a esa obligación, o 
c. Si el estado de que se trata ha contribuido a que se produzca el estado de necesidad”. 

g) Legitima defensa 

En Art. 34 del Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional plasma lo siguiente: 

“La ilicitud de un hecho de un estado que no esté de conformidad con una obligación
internacional de ese estado quedará excluida si ese hecho constituye una medida lícita de
legítima defensa, tomada en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”. 
La Comisión de Derecho Internacional considera necesaria la presencia de dos premisas
básicas para la operación de la legítima defensa: 
Su empleo solo "en los casos en que tenga finalidades defensivas, es decir, que adopte la
forma de oposición al ataque violento de otro sujeto". 
Su carácter de "excepción a una norma por la que se reserva a una autoridad centralizada
al monopolio o el cuasi monopolio de uso e la fuerza". 
Los problemas que presenta la legítima defensa son muchos y muy graves. La CDI ha
decidido no definir la legítima defensa ni codificarla, sino que se ha limitado a dejar
constancia de que se trata de un principio reconocido en la Carta de las Naciones Unidas
(Art. 51) y en el Derecho Internacional contemporáneo. 
7.1.5 Responsabilidad del Estado por actos no prohibidos por el derecho internacional 

La Responsabilidad del Estado por actos no prohibidos por el derecho internacional


constituye un tema controversial, ya que se plantea que es necesario que las actividades
que en sí mismas son legales, pero que son esencialmente riesgosas y peligrosas, se
encuentren amparadas por el establecimiento de una garantía extraordinaria, por lo cual
es el Estado el que asume una responsabilidad objetiva por los daños que su accionar
pudiera ocasionar, en zonas situadas fuera de su jurisdicción. 

No hay que perder de vista que este tipo de actos no solo entrañan graves riesgos, sino
que aportan grandes beneficios para quienes los llevan a cabo y no se consideran
ilegales. 

Es un tipo de responsabilidad objetiva, independiente de la existencia de culpa o dolo por


parte del autor del daño, simplemente es necesario que medie causalidad material entre
la actividad y el daño. 

Tiene una función reparadora, ya que satisface un interés lesionado, y asimismo, una
función preventiva, porque quienes realicen este tipo de actos, tendrán en cuenta que si
provocan un daño, el costo que deberán pagar será mucho mayor que el que hubiera
resultado por la adopción de las medidas precautorias necesarias. 

7.1.6 Modalidades de la reparación por la violación de una obligación internacional 

Actualmente no se ha logrado un consenso sobre las formas de reparación del Proyecto


de Artículos sobre Responsabilidad Estatal Internacional por Hechos Ilícitos, la doctrina ha
sistematizado los medios de reparación existentes en la practica internacional en:
medidas retributivas o aflictivas y medidas reparatorias. 

Las medidas retributivas o aflictivas, son aquellas que se conocen como contramedidas,
las que a su vez se pueden clasificarse en: retorsión y de represalias. 

a) Retorsión: consiste en la realización de un acto ilícito inanimoso por parte de un Estado


en contra de otro. 

b) Represalias: comprenden formas pacificas (incautación de bienes nacionales de un


Estado) o bélicas (bloqueo pacifico, incursión militar punitiva, ocupación de un territorio
por la fuerza, etc.), pero en todo caso se les reputa como ilícitos que responde a otros
correlativos, con dos propósitos básicos: obtener la reparación del daño o inducir a la
contraparte a no repetir el acto. 

Las modalidades reparatorias son las siguientes: 


a) La restitución en especie: es el restablecimiento de la situación que existía antes de
haberse cometido el hecho ilícito. 

b) La indemnización: consiste en cubrir todo daño y perjuicio material, es decir, el daño


emergente, el lucro cesante y el daño moral. 

c) La satisfacción: es la obligación de llevar a cabo ciertos actos tendientes a reparar el


daño moral, los cuales pueden consistir en: ofrecimiento de disculpas, el pago de daños y
perjuicios simbólicos o la toma de medidas disciplinarias y/o penales en contra de los
funcionarios responsables por el hecho ilícito. 

d) Las seguridades y garantías de no repetición. 

7.1.7 Los nuevos debates teóricos: “soft liability” versus “stric liability” (EE.UU) y “absolute
liability” versus “special liability” (Europa) 

Soft liability: Dentro del esquema clásico de la responsabilidad internacional, la restitución


en especie es considerada como el modo de reparación por excelencia. 

Este tipo de reparación se traduce esencialmente en un restablecimiento efectivo de la


situación que debería haber existido de no haber mediado la comisión de un ilícito
internacional, restablecimiento del statu quo ante. 

Si se piensa que el principio general de la reparación tiende a hacer desaparecer las


consecuencias perjudiciales producidas por el hecho ilícito imputable al Estado en cuanto
a sujeto de Derecho Internacional, es entonces lógicamente explicable que la reparación
en especia se aprecie al menos teóricamente, como la forma por excelencia que debe
adoptar todo reparación en general. 

Sin embargo, en la practica y aun cuando la restitutio in integrum sea teóricamente el


modo de reparación que debe tener preeminencia, esta es raramente susceptible de cabal
aplicación ya que por múltiples razones, de orden material o jurídico, las situaciones
factibles de un restablecimiento de estado de las cosas anterior al ilícito son por demás
escasas, como lo demuestra la practica y la jurisprudencia internacional.

Strict liability: se refiere a la responsabilidad por el daño o pérdida causada por el acto u
omisión sin tener en cuenta la culpabilidad. 

Absolute liability: es el estándar encontrado en el agravio y la criminalidad dentro del


Derecho en varios sistemas legales alrededor del mundo. 

Special liability: 

7.1.8 La responsabilidad internacional en materia penal (Estado, colectividades no


estatales e individuos) 

La responsabilidad internacional en materia penal de un Estado nace a partir de la


realización de hechos ilícitos, por lo que la responsabilidad y su consecuente reparación
nace del hecho ilícito en sí, no del daño material causado, por lo tanto: “todo hecho
internacional ilícito de un Estado da lugar a la responsabilidad internacional de éste”. 

Los hechos ilícitos internacionales pueden ser catalogados como: crímenes o delitos
internacionales. 

a) Los crímenes internacionales son hechos que se consideran ilícitos, y con su


reconocimiento se pretenden reprimir acciones u omisiones de los estados que atenten en
contra de aquellos intereses colectivos considerados como supremos de la humanidad.
Es ese sentido la doctrina plasma lo siguiente: “los crímenes internacionales se derivan
del incumplimiento o violación de normas imperativas y de validez erga omnes, situadas
mas allá del escenario contractual de los Estados”. 

A partir del Tribunal de Nuremberg, se reconoce que los crímenes internacionales son
cometidos por personas y no por entidades abstractas, y que solamente con sanciones a
los individuos que cometieron dichos crímenes las disposiciones del Derecho
Internacionales pueden ser implementadas. 
Los crímenes internacionales pueden derivar en los siguientes actos: 

▪ Actos que amenacen o efectivamente quebranten la paz y seguridad internacional. 

▪ Actos que violen gravemente una obligación internacional de importancia esencial para
la salvaguarda del derecho para la libre determinación de los pueblos, como l que prohíbe
el establecimiento o mantenimiento de una fuerza de una dominación colonial. 

▪ Actos que violen de manera grave y en gran escala una obligación internacional de
importancia esencial para la salvaguarda del ser humano, como las que prohíben el
genocidio, la esclavitud y el apartheid. 

▪ Actos que violes de manera grave una obligación internacional de importancia esencial
para la salvaguarda y la protección del medio humano, como las que prohíben la
contaminación de la atmosfera o de los mares. 

b) Los delitos internacionales son todas aquellas violaciones simples o menos graves del
Derecho Internacional que acarrean responsabilidades para el Estado, la diferencia es
que establecen una carga frente a otro Estado dentro de la lógica de la reciprocidad. 

Si bien es exacto afirmar que toda persona es susceptible de ser internacionalmente


responsable por crímenes que hubiese cometido, de conformidad con las normas
consagradas por el Derecho internacional, y por ende, procesada conforme a
procedimientos claramente establecidos, resulta importante observar que la jurisdicción
internacional se ha referido a individuos sobre los que podría eventualmente recaer la
competencia de cortes internacionales. 

Una persona será penalmente responsable y podrá ser sancionada si el sujeto: 

▪ Comente ese crimen por sí solo, con otro o por conducta de otro, sea éste uno
penalmente responsable. 

▪ Ordene proponga o induzca la comisión de ese crimen, ya sea consumado o en grado


de tentativa. 

▪ Con el propósito de facilitar la comisión de ese crimen, sea cómplice o colabore de algún
modo en la comisión o al tentativa de la comisión del crimen, incluso suministrando los
medios para ese crimen. 

▪ Contribuya de algún modo en la comisión o tentativa de la comisión del crimen por un


grupo de personas que tengan una finalidad común. La contribución deberá ser
intencional y se hará: 

• Con el propósito de llevar a cabo la actividad o propósito delictivo del grupo, cuando una
u otra entrañe la comisión de un crimen que le competa a la Corte; o 
• A sabiendas de que el grupo tiene la intención de cometer un crimen. 

▪ Respecto del crimen de genocidio haga una instigación pública y directa a que se
cometa. 

▪ Intente cometer el crimen mediante actos que supongan un paso importante para su
ejecución aunque el crimen no se consumen por circunstancias ajenas a su voluntad. 

7.2 Teoría de la protección diplomática 

7.2.1 Introducción general 

Los individuos no pueden presentar reclamaciones a los Estados que les hayan
ocasionado algún daño. Es necesario que otro Estado, normalmente aquel  cuya
nacionalidad poseen, se encargue de presentar la reclamación, ejercitando la llamada
protección diplomática.

Mediante la protección diplomática el Estado hace suyas las reclamaciones de sus


nacionales contra un Estado extranjero, y debe entenderse el termino "hacer suyas" en
toda la extensión, pues el Estado será el único que juzgue acerca de la conveniencia de
hacer la reclamación, fijar su monto, y hacer con ella lo que crea oportuno una vez
obtenida. Puede concebirse, al punto de vista del Derecho Internacional, que el Estado se
niegue a dar a su nacional la suma de la reparación obtenida; esta cuestión seria
irrelevante para el Derecho Internacional  y entra en el campo de derecho Constitucional,
que es el que ofrecería a la persona interesada  los medios jurídicos para reclamar a su
Estado la entrega de la suma. 

7.2.2 Conceptualización y requisitos de su ejercicio 

La determinación de la responsabilidad internacional por actos ilícitos que violan


los derechos de los extranjeros se garantiza mediante el ejercicio de la protección
diplomática. Por la institución de la protección diplomática un extranjero
(sea persona natural o persona jurídica) puede recurrir a su país de origen con el objeto
de obtener su intervención cuando se vea afectado por los actos u omisiones
del Estado con el cual ha celebrado un contrato. Por consiguiente, se busca que un
determinado Estado proteja los intereses de sus nacionales que se encuentren en un
Estado extranjero y, en casos excepcionales, protege los intereses del particular que esté
vinculado en cierta forma al Estado. 

La protección diplomática permite plantear en la esfera jurídica internacional, la reparación


debida a uno de sus ciudadanos por daños y perjuicios que otro Estado en el que según
el Derecho Internacional le hubiere causado ilícitamente y, sólo procede cuando el
ordenamiento jurídico de un Estado no reconoce el derecho del extranjero que domicilia
en él o no lo ampara, por denegatoria de justicia. 

Dicha protección se manifiesta por las intervenciones a nivel diplomático para favorecer a
los nacionales que resultaren afectados por cualquier acto ilícito del Estado receptor y,
otra forma de manifestarse, sería presentando la reclamación ante un Tribunal Arbitral.  

La realización práctica de esta institución se efectúa por medio del endoso, que consiste
en el accionar de un Estado por el cual se hace cargo de la reclamación de
los derechos de sus nacionales, es decir, un Estado acciona ante otro Estado extranjero
para reclamar respecto de sus nacionales. 

Accioly señala que "la protección diplomática es un derecho y un deber que tiene todo
Estado y que consiste en proteger o amparar a sus nacionales que se encuentran en un
país extranjero por los medios admitidos por el Derecho Internacional". 

Se debe considerar que cuando una persona sale de su país de origen para ingresar a
residir en un país extranjero, entra a una particular esfera de derechos y obligaciones,
pero además, lleva consigo los derechos y deberes impuestos por las leyes de su
territorio. Entonces, vemos que dicha persona se sujetaría a la jurisdicción territorial del
Estado extranjero en el cual reside, y en forma simultánea estaría sujeto a la jurisdicción
de su país de origen. 

También hay que tener presente que la soberanía y jurisdicción que todo Estado ejerce
sobre las personas que se hallan en su territorio son automáticas. Con la protección
diplomática, sucede que los Estados extranjeros mantienen una actitud de vigilancia sobre
sus nacionales en el exterior, con el fin de que sus derechos reciban el debido
reconocimiento establecido por los principios del derecho. 

La protección diplomática se fundamenta en la potestad que tienen todos los Estados de


ejercer una adecuada protección hacia sus nacionales que domicilien en el extranjero,
ante los actos ilícitos que puedan sufrir fuera de su país de origen. Por lo tanto, deberá
existir una infracción, pero que aún no ha sido satisfecha por los mecanismos de
reparación disponibles en el país extranjero.  

Desde otra perspectiva, la protección diplomática encuentra su sustento en la obligación


que imponen las reglas del Derecho Internacional a todos los entes estatales, de
garantizar y asegurar a las personas extranjeras que se encuentren en su territorio un
trato no inferior ni discriminatorio al de los nacionales. Este trato puede tener su fuente en
los tratados de establecimiento, en los que se señalarán cuáles son los derechos y
obligaciones de los extranjeros. 

La Corte Permanente de Justicia Internacional  fundamentó la protección diplomática de la


siguiente manera: "Es un principio elemental de Derecho Internacional, que todo Estado
se halla autorizado a proteger a sus súbditos perjudicados por actos contrarios al orden
interestatal cometidos por otro Estado, cuando aquéllos no han podido obtener
satisfacción por la vía ordinaria. Al hacerse cargo del caso de uno de sus súbditos, y al
recurrir a la acción diplomática o a un procedimiento judicial internacional en su nombre,
el Estado se encuentra realmente afirmando sus propios derechos, su derecho de
garantizar en la persona de sus nacionales, el respeto de las reglas de Derecho
Internacional. Cuando un Estado se ha hecho cargo de un caso en nombre de uno de sus
súbditos, ante un tribunal, el Estado es el único reclamante". 

Requisitos para su ejercicio: 

El Estado solo puede ejercer la protección diplomática en favor de personas que tienen su
nacionalidad; pero por acuerdos especiales podrá ejercerla en favor de otras personas. 
Otro requisito, además del de la nacionalidad, es que la persona en cuestión haya
agotado los recursos internos, es decir, que haya acudido ante los tribunales del Estado
que infringió el daño, y no haya obtenido  satisfacción después de haber agotado todas
las vías legales que tenia abiertas. 

Cuando se cierra a un reclamante extranjero el acceso a los tribunales internos, se


encuentra con las institución de "denegación de la justicia", en la que se está
comprendido no solo el hecho de que la legislación interna no se le permita acudir a los
tribunales, sino también el de que su reclamación no sea recibida o, en caso de serlo, se
observan irregularidades en el desarrollo del proceso o, que la sentencia sea claramente
injusta. Si estas circunstancias se dan, originando la figura jurídica de la "denegación de
justicia", la responsabilidad del Estado está comprometida y el particular puede pedir al
Estado de su nacionalidad que ejerza la protección diplomática. 

el tercer requisito para que el reclamante pueda pedir la protección diplomática es que
haya observado una conducta limpia, es decir, que no haya propiciado con una actuación
ilegal la producción de los hechos que dan lugar a la reclamación; ésta es la condición
conocida en términos del derecho anglosajón como de "clean hands". 

7.2.3 Los nacionales y la acción de la protección diplomática 

7.2.4 Efectos de la protección diplomática (interpretaciones de la cláusula Calvo) 

Para evitar la modalidad intervencionista de protección a los súbditos, el ex ministro de


relaciones exteriores, Carlos Calvo, ideó una cláusula que se lleva su nombre (Cláusula
Calvo) que se inserta en los contratos que celebra el Estado con extranjeros (por lo
general, contratos de concesión), en los que consta el compromiso de éstos de no recurrir
a la protección diplomática, o a no hacerlo sino en casos más o menos precisos. En
términos generales se consigna lo siguiente: "Las dudas y controversias que puedan
surgir debido a este contrato serán resueltas por los tribunales competentes del Estado,
de conformidad con su derecho, y no darán lugar a ninguna intervención diplomática o
reclamación internacional". Los países de Latinoamérica han aplicado esta cláusula en
sus contratos. Sin embargo, existe jurisprudencia que ha dictaminado su nulidad, toda vez
que no sería un derecho de los ciudadanos, sino del Estado del cual ellos son nacionales,
por lo tanto, éstos no tendrían la facultad de renunciar a un derecho que no tienen. 

La Cláusula Calvo tiene por finalidad evitar el amparo diplomático indebido de los países
desarrollados a favor de sus súbditos, supuestamente afectados en los contratos
celebrados con el Estado de países que no han alcanzado su desarrollo. Esta cláusula
consagra el principio de igualdad de trato tanto para extranjeros como para los
nacionales. Como consecuencia, el extranjero propietario de bienes en un Estado se
somete a las normas y tribunales de dicho Estado. Este pacto de renuncia a efectuar
reclamaciones por vía diplomática es, en última instancia, un mecanismo a través del cual
se busca lograr una asimilación de los súbditos extranjeros al régimen jurídico que norma
la actividad de los nacionales. 

Pastor Ridruejo, nos interesa resaltar dos formas de la Cláusula Calvo: "La contenida
explícitamente en un contrato, por la que el inversionista extranjero renunciaba a la
protección diplomática para toda reclamación derivada de las relaciones contractuales,
consintiendo ser tratado como nacional; y la cláusula que sometía todas las diferencias
que pudiesen nacer del contrato a un arbitraje privado entre el inversionista y el Estado,
con renuncia a la protección diplomática". 

7.2.5 El tratamiento de los extranjeros 


Admisión de extranjeros: Ningún Estado tiene la obligación de admitir a extranjeros en su
territorio. El Estado puede prohibir la entrada de extranjeros en su territorio o aceptarlos
sólo en los casos y condiciones que estime adecuado prescribir. 

La determinación de las condiciones para la admisión de extranjeros que pueda


considerarse conforme sus intereses nacionales, es materia e legislación nacional. En la
mayoría de los casos, se admite libremente sólo a ciertas clases de extranjeros, mientras
que los inmigrantes quedan sujetos a regulaciones relativamente severas. 

Los extranjeros a quienes les ha sido negada la entrada o la residencia son devueltos al
país de su ultima residencia; pero si dicho país no esta preparado para aceptarlos, se les
envía a su país de nacionalidad. 

Expulsión de extranjeros: El derecho del Estado de expulsar, a discreción, a los


extranjeros cuya presencia se considere indeseable, es considerado como un atributo de
soberanía del Estado, y no se encuentra limitado ni siquiera por tratados que garanticen el
derecho de residencia a los nacionales de otros Estados contratantes. Los motivos de
expulsión de un extranjero pueden ser determinados por el Estado, de acuerdo con su
propio criterio. 

Derecho de los extranjeros: Una vez que han sido legalmente admitidos en el territorio, los
extranjeros tienen ciertos derechos mínimos necesarios para el disfrute de la vida privada
ordinaria. El derecho internacional no permite a ningún Estado privar a los extranjeros de
sus derechos de contratar y de adquirir bienes muebles, o de los derechos matrimoniales
y de familia. Aparte de estos derechos, el Estado puede afectar a los extranjeros con
ciertas incapacidades o medidas restrictivas de diferente severidad, para conservar su
seguridad nacional o el orden publico, y para proteger los intereses de sus nacionales. 

Expropiación de bienes extranjeros: El respeto a la propiedad privada y a los derechos


adquiridos por los extranjeros, es uno de los principios reconocidos por el derecho
internacional. La responsabilidad internacional de un Estado se ha basado
frecuentemente en el incumplimiento de este deber. Sin embargo, la expropiación de
bienes de un extranjero para fines públicos no ha sido considerada como contraria al
derecho internacional. Hay consenso general en que este derecho se encuentra implícito
en la soberanía del Estado. 

7.2.6 Propuestas para la reinterpretación actual de las teorías de la protección


diplomática 

LASIFICACIONES.
Clases o tipos de responsabilidad internacional podemos encontrar tantas como puntos de referencia
adoptemos para clasificarlas. Así veremos en el tratamiento doctrinal responsabilidades diferenciadas por el
propio sujeto responsable; por el sujeto ante el cual se es responsable; por la fuente que la genera; o
atendiendo al grado de importancia de la obligación violada, entre otras.
De estas clasificaciones mencionadas, sin lugar a dudas las de mayor importancia son aquellas que se
refieren al sujeto responsable, a la fuente que la genera y a la importancia de la obligación violada, al punto de
que prácticamente la totalidad de los autores que tratan esta temática hacen referencia a ellas, ya sea de una
u otra forma. Y es que en estas puntuales clases de responsabilidades encontraremos volcadas tan modernas
cuestiones como la de la ampliación del número de sujetos del Derecho Internacional Público o la de la
polémica tendencia a la objetivización de la responsabilidad; asuntos estos que aun son de
profundo debate doctrinal. Cabe señalar que solo en las últimas décadas se ha hablado de responsabilidad
del Estado por actos "no prohibidos" y responsabilidad internacional de otros sujetos de Derecho Internacional
y muy particularmente de las Organizaciones Internacionales.
2.1 Responsabilidad Internacional por Hechos Ilícitos y Responsabilidad Internacional por Hechos No
Prohibidos por el Derecho Internacional.
La posibilidad de que todo sujeto de Derecho Internacional cometa un hecho internacionalmente ilícito
consistente en la violación de una obligación internacional es real y creciente. Esta afirmación con
acotaciones insustanciales ha sido admitida ya por la doctrina, la práctica y la jurisprudencia.
Para tratar la responsabilidad internacional por hechos ilícitos lo primero que debemos determinar es si hay
violación de alguna obligación internacional y cuáles son las consecuencias de esa violación. Lo segundo que
debemos tener presente es que en el Derecho Internacional, al menos por ahora, no se admite la distinción
entre responsabilidad penal y responsabilidad civil. El hecho ilícito internacional es una figura unitaria en la
que solo se distinguen ciertas violaciones más graves a las que se les da la categoría de crimen internacional
y suponen consecuencias agravadas para el responsable.
Tales son las complicaciones en el tratamiento de la responsabilidad internacional que incluso se discute si se
debe hablar de hecho o acto ilícito. Para la lengua castellana el término más aceptado es el de acto, pero esto
no se ha impuesto ni en la práctica ni en los trabajos de la CDI.
El hecho ilícito internacional constituye la violación de una obligación internacional atribuible a un sujeto de
Derecho Internacional. El elemento ilícito de la conducta solo puede ser apreciable en relación a lo
establecido por normas primarias. Esto no quiere decir que las normas sustantivas, es decir, aquellas que
establecen el contenido de las obligaciones cuya violación da origen a la responsabilidad internacional sea
objeto de estudio por la materia ahora tratada.
Debe quedar muy claro que al abordarse la responsabilidad internacional nos ocupamos únicamente de las
normas secundarias que son las encargadas de fijar las consecuencias jurídicas de un incumplimiento de las
obligaciones consagradas en las normas señaladas como primarias. Hay que distinguir además un elemento
subjetivo (la imputación) y un elemento objetivo (la conducta de violación en sí misma). Ese elemento objetivo
es precisamente el atributo principal del hecho ilícito frente a otros hechos. La ilicitud como elemento objetivo
es el desajuste entre un comportamiento concreto y lo debido según las obligaciones internacionales.
Con respecto a la exigencia del elemento daño para la configuración de la responsabilidad internacional se
han esgrimido varias posiciones. El proyecto de la CDI no exige la presencia del daño para considerar un
hecho determinado como ilícito internacional. Sin embargo, Mariño Menéndez si considera éste como
elemento constitutivo de la responsabilidad internacional, incluso supedita al sujeto legitimado para exigir la
reparación a que haya sufrido las afectaciones y sea por consiguiente el "dañado". "…Pero eso no es así
porque el daño es inherente y de cierto modo equivale a la violación del Derecho Internacional. En todo
caso el Estado o Estados que sufren ilícitamente el daño material o moral están legitimados para exigir la
reparación".
"A juicio del relator especial, el profesor Ago, la razón determinante de que algunos autores consideren el
daño como un tercer elemento constitutivo de la responsabilidad es que ellos examinan la responsabilidad
solo en la relación con el perjuicio causado a los extranjeros, esto es, en un ámbito en el cual el deber que se
viola es precisamente una obligación de no causar perjuicio".Pero lo cierto es que el requisito del daño no se
aprecia únicamente en violación de obligaciones relativas a la protección y tratamiento de extranjeros.
Actualmente se limita el tema de la responsabilidad del Estado a los supuestos en que existe un daño al
Estado reclamante. Para el relator especial Ago esto se basa en que en estos casos las normas primarias
llevan implícitos el requerimiento del daño sin necesidad de ser ratificados por las normas secundarias.
Este hombre acepta el requisito del daño, lo que no admite su independencia y lo ve más bien como una
consecuencia inevitable.
Jiménez de Aréchaga concuerda con Ago en que además del incumplimiento de una obligación internacional
es elemento necesario, a los efectos de crear un vínculo automático, el requisito adicional del daño sufrido por
el Estado reclamante, pero discrepa en que ese daño forme parte de las normas primarias. Para él esto es
materia de regulación de las normas secundarias en tanto tiene que ver con la implementación en el plano
diplomático y judicial de la responsabilidad. El requisito del daño es una consecuencia del principio de que
nadie tiene acción sin un interés de carácter jurídico. Es precisamente el daño sufrido por un sujeto lo que lo
autoriza a dirigirse contra el comisor y pedir reparación.
Para Rodríguez Carrión, en cambio, en materia de responsabilidad por hecho ilícito no tiene trascendencia la
ocurrencia o no de un daño, porque de por sí siempre se genera una responsabilidad internacional. No es
necesario ningún tipo de daño ni perjuicio de carácter económico, patrimonial o moral para que exista
responsabilidad si la causa está en un hecho ilícito."Mientras que todo hecho ilícito da lugar a responsabilidad,
no todo hecho ilícito genera daño (…) de modo que para insistir a toda costa en que el daño es un elemento
que está siempre en todo hecho internacional ilícito, hay que aceptar la idea de que toda violación de una
obligación internacional hacia otro Estado implica en cierto modo un perjuicio para ese otro Estado. Por ello
debe advertirse que la presencia del daño como un elemento del hecho ilícito solo aparecerá en la violación
de determinadas obligaciones internacionales".
Algo que no hemos aclarado aquí, pero que opera igual que en el Derecho Común interno es que la
responsabilidad internacional puede estar originada por un hecho ilícito por acción pero también por omisión.
Estamos ante una acción cuando se ha infringido una prohibición jurídica internacional y ante una omisión
cuando no cumplimos un imperativo jurídico internacional.
Tanto más se desarrolla la industria y la tecnología, más se desarrolla el Derecho Internacional. En el Derecho
Internacional moderno se configura la responsabilidad alrededor del hecho ilícito, sin embargo recientemente
se ha comenzado a hablar de responsabilidad internacional del Estado por consecuencias perjudiciales de
actos no prohibidos por el Derecho Internacional. La cuestión principal en este sentido es la de determinar
que principios o normas amparan esta responsabilidad absoluta.
Relativo a este particular parece ser un criterio unánimemente aceptado el de que este tipo de
responsabilidad descansa en el principio sic utere tuo ut alienum non laedas. Constituye una obligación
ejercer los derechos propios sin lesionar los derechos e intereses de otros sujetos de derecho, es este un
principio general del Derecho y un elemento de cualquier sistema jurídico. Así las cosas los Estados deben
procurar que ni ellos ni personas bajo su jurisdicción o control realicen actos que causen daños directa o
indirectamente a las personas u otros Estados.
La consecuencia más importante de la responsabilidad internacional por actos ultrapeligrosos es la de reparar
sin la necesidad de que ocurra un hecho ilícito.
Durante los períodos de sesión de 1980 y 1981 el relator del tema Quentin Baxter defiende la posición de que
la responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de hechos no prohibidos por el Derecho
Internacional está vinculada a aspectos de fondo, de normas primarias que obligan a evitar daños y no a
normas secundarias. ¿Puede entonces considerarse el principio sic utere tuo ut alienum non laedasuna norma
de Derecho Internacional? Si así fuera, amén de los regímenes convencionales, todo daño causado a un
Estado o sus nacionales por actos realizados por otro Estado en su territorio supone una responsabilidad
internacional por hecho ilícito. Pero lo cierto es que este principio no está recogido por ningún tratado
obligatorio, sino que es un ejemplo de soft law porque solo está consignado en resoluciones de conferencias
internacionales.
No por los postulados de la responsabilidad absoluta y su vínculo con la teoría del riesgo se debe identificar
esta con el rechazo de la culpa como elemento de la responsabilidad por acto ilícito. La responsabilidad
absoluta va mucho más allá, implica la inexistencia de un ilícito y en cambio la existencia de responsabilidad
para un Estado que en el ejercicio de actividades lícitas que aparejan riesgo cause un daño. Esta doctrina no
es la regla en materia de responsabilidad, sino que se aplica en circunstancias y condiciones específicas
esclarecidas en acuerdos internacionales.
Para Carrillo Salcedo, la responsabilidad internacional del Estado por actos no prohibidos por el Derecho
Internacional "se basa implícitamente en un principio de Derecho Internacional: la obligación de los Estados
de adoptar las medidas necesarias, para que no se produzca el daño. En este sentido, la responsabilidad
internacional del Estado derivaría del incumplimiento de esta obligación, más que del daño en sí."
2.2 Responsabilidad del Estado; Responsabilidad del  Individuo y Responsabilidad de las
Organizaciones Internacionales.
Al constituirse Organizaciones Internacionales y considerarlas sujetos del Derecho Internacional les
son impuestos deberes y derechos determinados para con la comunidad internacional, los cuales están
consignados en los instrumentos constitutivos (tratados especiales) de estas organizaciones. La
responsabilidad de las Organizaciones Internacionales, al igual que la de los Estados, se comenzó a
configurar a partir de las infracciones jurídicas internacionales y podían dimanar de una acción o de una
omisión. Pero esto hoy en día se ha extendido a otros supuestos.
Las Organizaciones Internacionales pueden ser sujetos tanto activos como pasivos de una relación jurídica
internacional, derívese esta de un ilícito o de responsabilidad por riesgo. El fundamento lo encontramos en la
participación cada vez mayor de estas organizaciones en tales actos y que se les ajusta analógicamente las
normas que le son aplicables a las actividades de los Estados. Pero téngase en cuenta que las
Organizaciones Internacionales en cierta medida dependen económicamente de sus Estados miembros, por
lo que la reparación que se deriva de la responsabilidad es soportada hasta cierto punto por esos Estados.
A pesar de las comparaciones, existe distancia entre las Organizaciones Internacionales y los Estados. Por
ejemplo, estas carecen de territorio y población como elementos de estos, por lo que su esfera de acción es
limitada al igual que su subjetividad jurídica y su responsabilidad es también reducida. Esta responsabilidad
puede configurarse ante los Estados miembros de ella por violación de sus estatutos o ante la comunidad
internacional por una trasgresión del Derecho Internacional. La Organización en sí misma no fue parte en el
tratado que la creó pero sus órganos están obligados a actuar acorde con el principio de atribución y
especialidad de competencias cuya violación es generalmente lesiva a los Estados miembros e incluso a los
particulares sumidos a su jurisdicción.
Se reputarán actos de una Organización Internacional los actos realizados por cualquiera de sus órganos en
el ejercicio de sus funciones, aún si actuó ultra vires, y su objetivo fue acorde a los objetivos normativos de la
Organización misma o por personas que actúan bajo el control o por cuenta de la Organización. Es
responsable además de los hechos ilícitos provocados por los particulares si no adoptó las medidas posibles
para impedirlos. El Estado que no sea miembro y que tampoco allá reconocido a la Organización expresa o
tácitamente se dirigirá a exigir responsabilidad a los Estados que si sean miembros y que los considere
responsables de la actuación de la Organización.
En cuanto a la responsabilidad internacional de las personas individuales, esta se reduce más bien a la
responsabilidad penal por crímenes de lesa humanidad. Constituye precisamente uno de los asuntos más
modernos que trata el Derecho Internacional. No se pude abordar este tema sin hacer la distinción entre un
ilícito cualquiera y el crimen internacional que es de veras donde cobra vida la responsabilidad del individuo
por lo que recomendamos ver infla 2.3 tal distinción.
Con respecto a la responsabilidad del Estado este sí que es un tema muy extenso por ser del que más se ha
escrito y hablado y por constituir el sujeto primigenio al que se puede exigir responsabilidad. El Estado puede
ser responsable en diverso grado: de su propio comportamiento; del de sus órganos; del de los agentes
estatales; del de otros organismos, del comportamiento de un particular. La responsabilidad del Estado mismo
a su vez engloba: por daños a las personas o bienes de los extranjeros; por los actos de agresión o de
violación de los principios del Derecho Internacional Público contra otro país o por presión o coerción política,
económica, etcétera; por la negación de la independencia a los pueblos coloniales vinculando el derecho a la
autodeterminación; cuando el Estado no obra conforme al Derecho Internacional Públicoen las situaciones de
lucha civiles y por el planeamiento, preparación, inicio y realización de guerras de agresión y
cualquier propaganda de guerra.
El Estado se proyecta en el Derecho Internacional como una unidad y así mismo se le exige la
responsabilidad. A los efectos de atribuir una conducta a un Estado se tendrá en cuenta los órganos que
efectivamente pertenecen al Estado. La responsabilidad del Estado por los actos de sus órganos se subdivide
en: actos legislativos que es cuando la ley interna compromete el orden internacional y puede ser por omisión
(por la no promulgación de las leyes necesarias para que el Estado cumpla sus obligaciones internacionales)
o por acción (promulgación de leyes opuestas al Derecho Internacional); por actos administrativos que es
cuando se compromete el orden internacional por actos de los funcionarios públicos en el orden
administrativo; por actos judiciales que es cuando no se respeta el contenido de las sentencias judiciales
internacionales o cuando los tribunales dictan sentencias antijurídicas por lesionar los derechos e intereses de
otros Estados o de sus ciudadanos. En materia judicial se habla muchísimo como supuesto que genera
responsabilidad de la llamada denegación de justicia, concepto que reclama aclaración. Al intentar definirlo
César Sepúlveda plantea: "la denegación de justicia es una falta en la administración de justicia doméstica
hacia un extranjero; el fracaso en proporcionar al extranjero el mismo remedio que se proporciona al nacional,
cuando tal recurso está a su disposición".
El Estado puede responder por los actos de los individuos que estén en su territorio o bajo su jurisdicción aun
cuando no lo realicen en nombre de ese Estado. En este caso se dice que no responde estrictamente por los
actos de un individuo sino por las ineficiencias de sus órganos que no impidieron el comportamiento o
castigaron al comisor debidamente. No obstante según el Tratado sobre los principios que han de regir los
actos de los Estados en la Exploración y Utilización del Espacio Cósmico, incluso la Luna y otros Cuerpos
Celestes; la responsabilidad jurídica internacional por actos de personas físicas puede recaer directamente
sobre el Estado.
La responsabilidad del Estado es tan abarcadora que puede extenderse incluso a los actos que se realizan
por otros Estados en su territorio. A estos efectos cabe distinguir cuando los actos se realizan con el
consentimiento del Estado o sin él. Cuando hay consentimiento se dice que el Estado que ha consentido se
convierte en cómplice del Estado infractor. Esta clase de responsabilidad es la que se alega generalmente en
los casos relativos a bases militares en otros países. En el caso de que no hubiese consentimiento expreso o
tácito del Estado solo se puede exigir responsabilidad a este si no se tomaron las medidas necesarias o se
atajaron los actos del Estado infractor.
Se habla también en el Derecho Internacional de la responsabilidad que se deriva de los movimientos de
insurrección. Como en otros supuestos el Estado solo responde si no ha tenido la debida diligencia para
prevenir y evitar las acciones. Si el grupo insurreccional llega a establecerse como gobierno sería él el
responsable de todos los actos cometidos antes de la victoria.
Como se puede apreciar en materia de responsabilidad del Estado no podemos hablar de responsabilidad
directa, sino más bien de responsabilidad por falta de prevención o represión cuando no ha existido
"apariencia ninguna de procedimiento oficial." Puede suceder que en principio determinada conducta no sea
atribuible al Estado, pero luego, por la inacción de éste y su condición de Estado permisivo se le exija
responsabilidad.
2.3 Hecho Ilícito Internacional y Crimen Internacional
El origen de esta distinción está en un "obiter dictum" de la CIJ en el caso de la Barcelona Tractio cuando dice
que es necesario "una distinción esencial (…) entre las obligaciones de los Estados con la comunidad
internacional en su conjunto y las que nacen con respecto a otro Estado en el marco de la protección
diplomática. Por su naturaleza misma las primeras conciernen a todos los Estados. Dada la importancia de los
derechos en juego, puede considerarse que todos los Estados tienen un interés jurídico en que esos derechos
sean protegidos…"
La distinción a la que estamos haciendo referencia se basa en la relevancia que tiene el contenido de la
obligación violada. El artículo 19 párrafo segundo del Proyecto de la CDI define que si la obligación vulnerada
es "tan esencial para la salvaguardia de intereses fundamentales de la comunidad internacional que su
violación esté reconocida como crimen para esa comunidad en su conjunto" entonces estamos ante un crimen
internacional; constituyendo los restantes casos simples delitos, según el párrafo cuatro del propio artículo.
La distinción ha sido bien recibida por la doctrina y los miembros de la AGNU. Es una respuesta a las
necesidades actuales de la comunidad internacional más que la reacción a los precedentes de la
jurisprudencia. Se ha comprobado que no es correcto el sistema bilateral de la responsabilidad cuando los
intereses afectados son comunes.
El hecho de que sea la comunidad internacional la encargada de determinar la naturaleza de las obligaciones
cuyo incumplimiento constituye un crimen y de que el interés jurídico se reconozca a toda la comunidad no
quiere decir que todo Estado pueda tomar medidas individuales contra el que considere autor de un crimen
internacional. Esto crearía un problema más que resolver uno existente y fomentaría las formas más graves
de intervención.
El crimen internacional es un tipo de hecho ilícito (este último denominado genéricamente delito) que no se
puede identificar con la distinción habitual de delitos y simples ilícitos civiles. Es aplicable a hechos de
personas y del Estado y en este último caso se denomina "crimen de Estado".
Es importante distinguir los delitos de los crímenes internacionales porque estos últimos generan
consecuencias jurídicas específicas, adicionales a las de cualquier otro hecho ilícito; por ejemplo,
la adopción de medidas coercitivas y la declaración del acto contrario a la obligación como nulo de pleno
derecho y que carece de efectos jurídicos; en tanto las normas que califican los crímenes internacionales son
imperativas.
La responsabilidad internacional, generada por un crimen internacional, tiene dos consecuencias
características: la responsabilidad puede ser exigida por cualquier miembro de la comunidad internacional
(actio popularis) y la responsabilidad produce además de la obligación de reparar el daño la imposición de
sanciones.
Como se deriva de la actio popularis consecuencia de la comisión de un crimen internacional, esta figura
puede constituirse en un arma política generadora de discordias. Lo correcto es que un tercero con poderes
jurisdiccionales (TIJ) tome partido en la discusión, incluso cuando está en juego la paz y
la seguridad internacional debe solicitarse la intervención del Consejo de Seguridad (artículo 13 Capítulo VII
de la Carta de NU). Pero es que éste despierta inseguridades, ya que en su seno existe el derecho al veto y el
mecanismo es inútil contra EE.UU, Rusia, Reino Unido, Francia y China, así como contra sus aliados y
protegidos. Actualmente la participación de los tribunales internacionales en la determinación de la comisión
de un crimen internacional es casi inexistente. Quiere decir que el Derecho Internacional General no cuenta
con los mecanismos efectivos para determinar la existencia de crímenes internacionales.

3. FORMAS DE SATISFACER LA RESPONSABILIDAD


La responsabilidad en el Derecho Internacional Público tiene grandes semejanzas con la responsabilidad civil
del derecho interno. Supone reparación del daño causado y restitución del derecho lesionado. Como
expusimos supra en el subtítulo 2.3 en los casos de crímenes internacionales la responsabilidad va más allá
del restablecimiento de la situación existente antes de la violación del derecho ya que incluye la imposición de
sanciones.
Para Kelsen, en cambio, no es posible que en el Derecho Internacional común exista una norma que
establezca la índole y el alcance de la reparación. Esto solo es posible a través de un tratado entre el Estado
ofensor y el ofendido. Ello es consecuencia de considerar que la reparación no deriva de la comisión de un
acto ilícito, sino que es "un simple deber sustantivo, posiblemente acordado por Derecho Internacional,
convencional y particular".
Las formas de asumir la responsabilidad dependen de los intereses lesionados y las circunstancias concretas.
Puede haber satisfacción política (sancionar a funcionario culpable, nulidad de los actos contrarios a la ley,
restricción de la soberanía del estado infractor); material (obligación del Estado de indemnizar daños y
perjuicios, imposición de restitución a través de la devolución de bienes ilegalmente ocupados) y moral
(generalmente consiste en rendir explicaciones al Estado agraviado).
Tunkin también distingue como formas de realización de la responsabilidad la política y la material. Dentro de
las primeras se incluyen las sanciones internacionales, que comprenden las medidas coercitivas, y la
satisfacción a la parte damnificada (aplicable generalmente cuando se trata de daños no materiales); dentro
de las segundas distingue reparación (compensar los daños provenientes de una infracción jurídica) y
restitución (devolución o restablecimiento de los bienes usurpados o deteriorados).
Becerra Ramírez ratifica las tres formas de hacer efectiva la responsabilidad. Enumera el contenido de la
restitución: restablecer la situación existente antes del acto ilícito mediante el cumplimiento de la obligación
que se infringió y revocar el acto ilícito. Si no es posible la restitución procede la indemnización que es
el cálculo económico del daño y los perjuicios causados para cubrirlos con dinero. Si los daños fuesen
morales procede la satisfacción.
No se puede establecer una relación directa entre la medida de la responsabilidad y el grado de la culpa. En
ciertas infracciones jurídicas donde se ocasionó un daño material considerable la responsabilidad se calcula
por el perjuicio ocasionado. En otras, sin embargo, el grado de culpa del Estado importa en gran medida para
determinar el alcance de la responsabilidad (por ejemplo los casos de agresión).
Pudiera decirse que para exigir responsabilidad a un sujeto de Derecho Internacional debemos seguir una
serie de pautas. Primeramente a qué queda obligado el Estado responsable del hecho ilícito en su nueva
situación jurídica; qué derechos corresponden al Estado lesionado; que posición corresponde a terceros
sujetos en el caso concreto, etc.
De lo expuesto hasta el momento se puede concluir que la reparación es la consecuencia ineludible de todo
incumplimiento de una obligación, inclusive cuando no se haya previsto tal consecuencia. En ella se incluyen
dos aspectos: el cese inmediato de la situación ilícita y la reparación del daño. Es un término genérico que
incluye la restitución y la indemnización y fue muy bien establecido por la CPJI.
4. EXIMENTES DE LA RESPONSABILIDAD JURÍDICA
INTERNACIONAL
En este tema se habla de circunstancias excluyentes de la ilicitud, supuestos en los que no nace la
responsabilidad internacional aún cuando exista un daño. La práctica internacional y la codificación de
las Naciones Unidas precisan ciertas de estas circunstancias y establecen algunos de sus requisitos. La
heterogeneidad en este sentido es evidente y no constituye una lista cerrada; aunque como regla general
podríamos decir que la mayoría de las categorías pierden su validez si se demuestra la intervención del
alegante en su producción.
Un análisis detallado de las eximentes de la responsabilidad nos conducen a afirmar que ninguna de las
causas alegables puede justificar el incumplimiento de normas imperativas, mucho menos la comisión de
crímenes internacionales
4.1 Legítima Defensa
Es aplicable únicamente a los casos de uso de la fuerza armada para responder a una previa o inminente
agresión armada. Debe dirigirse hacia un objetivo que sea rechazar o detener un ataque ilícito del enemigo; y
el resultado debe ser proporcional a ese objetivo.
4.2 Caso Fortuito y Fuerza Mayor
Se tratan unidos, incluso en el proyecto de la CDI, porque se le da un valor primordial al elemento esencial de
ambos supuestos, que es la imposibilidad material de impedir una conducta contraria a una obligación
internacional. No obstante es válida su diferenciación a partir de los criterios ya tradicionales: en el caso
fortuito conduce al daño un hecho imposible de anticipar; en la fuerza mayor el hecho, aunque anticipable, es
inevitable por su propia naturaleza.
Es necesario para su análisis el uso de criterios o estándares internacionales valorativos que recurren a
elementos subjetivos de valoración. En la sentencia arbitral de 30/4/1999, el Tribunal de Arbitraje reafirmó que
los criterios de aplicación de la fuerza mayor: "…son los de una imposibilidad absoluta, y (…) una
circunstancia que hace más difícil o molesta la ejecución de una obligación no constituye un caso de fuerza
mayor"
4.3 Estado de Necesidad
Debe interpretarse como necesidad de Estado, no para la persona o el órgano cuyo comportamiento se
atribuye al Estado. Tiene que ser necesidad para la existencia y la supervivencia económica y social del
Estado.
Es indispensable la voluntariedad del que actúa y su aplicación es restrictiva. Parece ser admitida solamente
en los casos vinculados a la salvaguardia de los derechos humanos fundamentales de los súbditos de un
Estado o al menos en graves consideraciones humanitarias relativas a ellos. No parece admisible en los
casos de defensa del interés del Estado como entidad política.
4.4 Peligro Extremo
En cierto modo constituye un estado de necesidad cualificado, aunque Pastor Ridruejo se lanza a su
distinción. Así en sentencia del 30/4/1990 el TIJ admitió como peligro extremo "…la existencia de
circunstancias excepcionales de urgencia extrema, que comprenden consideraciones médicas u otras
consideraciones de carácter elemental". Esto con el objetivo de trasladar a un oficial francés responsable de la
Polinesia a París sin permiso de Nueva Zelanda.
4.5 Consentimiento
Es un acto de voluntad estatal que requiere de manifestación libre por parte de los órganos competentes para
vincular internacionalmente al Estado antes o en el momento de la comisión del acto ilícito. Para su validez no
puede haberse formado con coacción. En dependencia del caso puede tratarse de un elemento de un tratado
internacional o de un acto jurídico unilateral.

5. CODIFICACIÓN Y PRÁCTICA EN MATERIA DE


RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL.
Las normas aplicables a la responsabilidad tienen un origen esencialmente consuetudinario, aunque hay
intentos muy serios para codificarlas, por ejemplo, el Proyecto de la CDI denominado: Responsabilidad del
Estado por Hechos Internacionalmente Ilícitos. La práctica jurisprudencial no ha sido muy destacada y solo se
reconocen sus aportes en materia de responsabilidad internacional del Estado por daños causados
ilícitamente a las personas o bienes de los extranjeros.
Fue luego de la Primera Guerra Mundial, que comenzó en las Naciones Unidas la labor para codificar las
normas relativas a la responsabilidad internacional. Pero no fue hasta la década de los 50 que se hace notorio
su trabajo. En este sentido se pueden distinguir tres etapas:
La primera se extiende desde 1953 a 1961, en ella se destaca el Relator especial García Amador, quien
presentó seis informes relativos a la responsabilidad internacional del Estado por daños causados a las
personas o bienes de los extranjeros.
La segunda etapa que va desde 1962 a 1980, en la que el relator y jurista italiano R. Ago, presentó un plan de
codificación de todo el ámbito de responsabilidad del Estado por hechos ilícitos, el que fue aceptado. Así, a
partir de 1969, fueron presentados varios informes y proyectos relacionados con la existencia y las eximentes
del hecho ilícito de un Estado (primera parte). En 1980 la CDI aprobó treinta y cinco artículos sobre esta
materia.
En la tercera etapa se destaca el relator W. Riphagen, quien presentó, entre el 80 y el 85 varios informes que
abordan el contenido, las formas y los grados de la responsabilidad internacional (segunda parte) y
aportaciones para el modo de hacer efectiva la responsabilidad internacional (tercera parte). Para sustituir a
este relator se designó a G. Aranguio Ruis, quien del 88 al 94 presentó seis informes sobre las partes
segunda y tercera. La CDI en 1993 terminó de aprobar los asuntos relativos a la segunda parte.
A la materia de la responsabilidad internacional por actos no prohibidos por el Derecho Internacional, no se le
prestó, en cambio, la misma atención y no fue hasta 1973 que la Asamblea General recomendó a la CDI darle
tratamiento. Más tarde esta comenzó a elaborar un proyecto de codificación que en un primer momento
abarcaba las actividades económicas y financieras; la ausencia de práctica internacional relevante hizo que se
abandonara la idea y a partir de 1983 la línea seguida es la de las actividades concretas que causan un
perjuicio material transfronterizo.
A continuación haremos referencia a algunos de los tópicos antes abordados desde un punto de vista
doctrinal, pero ahora con una visión práctico-normativa.
Habíamos dicho que no se hacía distinción entre la responsabilidad civil y la penal y para ratificarlo podemos
citar un fragmento de la sentencia del 30/4/1990 del Tribunal de Arbitraje que resolvió el asunto Rainbow
Warrior: "…en Derecho Internacional no se distingue entre responsabilidad contractual y responsabilidad por
acto ilícito. Toda violación por un Estado de sus obligaciones, cualquiera que sea la causa, compromete la
responsabilidad de ese Estado y da origen, consecuentemente, a una obligación de reparación."
En cambio si es priorizado en la doctrina la diferenciación del crimen internacional del simple ilícito y también
en la codificación de la CDI se le confiere una singular importancia a este asunto. Así el artículo 14 de la
Segunda Parte del Proyecto, en su segundo párrafo, manifiesta que las obligaciones específicas que surgen
por la comisión de un crimen internacional son:
a. De no reconocer la legalidad de la situación originada por ese crimen;
b. De no prestar ayuda ni asistencia al Estado que haya cometido tal crimen para mantener la situación
originada por ese crimen; y
c. De unirse a otros Estados para prestar asistencia mutua a la ejecución de las obligaciones
enunciadas en los apartados a-) y b-)

El artículo 4 del Proyecto deja bien claro que la ilicitud del hecho se califica de acuerdo a las normas de
Derecho Internacional sin que tengan mucha relevancia las disposiciones del derecho interno.
Dada la dispersión de la normativa referente a la responsabilidad internacional puede ocurrir que un mismo
hecho sea considerado lícito por una norma e ilícito por otra. En este caso se salva la diferencia hasta donde
sea posible de acuerdo a la jerarquía de la norma que lo prevea (artículo 18.2 del Proyecto del CDI).
El Proyecto de la CDI rechaza la necesidad de la existencia del daño para que se configure un ilícito
internacional y por consiguiente no considera este elemento como constitutivo de la responsabilidad. A
nuestro juicio esto constituye un desacierto, porque el daño es en cierta medida inherente y equivalente a la
violación del Derecho Internacional, y determina el sujeto legitimado para exigir reparación.
Tampoco se exige en el Proyecto la culpa (por dolo, mala fe, o negligencia culposa) de la persona física o del
órgano estatal para que surja la responsabilidad internacional de los Estado por hechos ilícitos. En este
sentido se ha adoptado una posición objetiva: es suficiente que la conducta viole una obligación para que
surja la responsabilidad.
Con respecto a los actos por los que responde el Estado el artículo 8 del Proyecto reconoce la
responsabilidad del Estado por las acciones de las personas que de hecho actúan a su nombre.
Ya hemos reiterado en varias ocasiones que aunque la responsabilidad de las Organizaciones Internacionales
es reconocida en la doctrina y en la práctica, este es un tema muy novedoso. Este asunto fue regulado por
primera vez en el Tratado Sobre los Principios que han de Regir las Actividades de los Estados en la
Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre incluso la Luna y otros Cuerpos Celestes, de 27 de Enero
de 1967.
Con respecto a la realización efectiva de la responsabilidad internacional cuando el sujeto es una
Organización se han presentado varias dificultades.
Generalmente no se puede resarcir el perjuicio material y en la práctica lo que se hace es que son los Estados
miembros de la Organización los que la soportan (Convenio de la Responsabilidad Internacional por Daños
Causados por Objetos Lanzados al Espacio Cósmico de 1972). En cuanto a la responsabilidad política,
concretamente la imposición de medidas coercitivas a Organizaciones Internacionales no hay elaboraciones
notables ni en la doctrina ni en la práctica internacional.
Relativos a las eximentes de la responsabilidad el proyecto de la CDI reconoce el consentimiento, la legítima
defensa, las represalias, el caso fortuito y la fuerza mayor, el peligro extremo y el estado de necesidad, en una
secuencia de artículos desde el 29 al 34. En un primer momento se pensó en dedicar el Capítulo V a las
circunstancias que excluyen la ilicitud y las circunstancias atenuantes y agravantes, pero para evitar
confusiones en 1979 la Comisión decidió separar ambos contenidos y actualmente el Capítulo V está
dedicado a las causas que excluyen la ilicitud y se dejó el tema de las atenuantes y las agravantes de la
responsabilidad para la segunda parte del Proyecto.
Es cierto que el Proyecto redactado por la CDI restringe su estudio a la manifestación tradicional de
responsabilidad (por hecho ilícito), sin embargo es de reconocer la importancia, utilidad y autoridad que viene
gozando desde su aprobación. Pero en Derecho Internacional Público es mejor algo que nada, "…es muy
triste decirlo pero en nuestra disciplina hay que ser realista, y en el proceso de codificación del Derecho
Internacional son preferibles los logros parciales a los fracasos totales".
Para llevar a vías de hecho las consecuencias derivadas de la responsabilidad ya expusimos supra que no
están creadas todas las condiciones. Donde menos deficiencias se aprecian es en el caso de que un sujeto
sea el responsable. Esto es una consecuencia ineludible de la deficiente organización actual de la comunidad
internacional. El Consejo de Seguridad, con sus cinco miembros permanentes y el derecho al veto de cada
uno de ellos, representa una inseguridad jurídica para aquellos que no pertenezcan al "grupo de amigos" de
los "cinco privilegiados". Las resoluciones de la AGNU no tienen fuerza vinculante alguna y además, están
condicionadas por factores políticos variables según las circunstancias coyunturales; lo más que pudiera
hacer en este sentido es condenar moralmente a un Estado y acompañarle ciertas recomendaciones, lo que
produciría fuertes presiones éticas y políticas.
Quiere decir que el sistema de las NU y el Derecho Internacional en general carecen de medios efectivos,
imparciales y confiables para agotar los asuntos relativos a la responsabilidad internacional. Se impone la
necesidad de crear un procedimiento específico para que el Estado lesionado pueda dirigirse contra el
responsable y se vea repara en su derecho, dicho procedimiento debe terminar con la intervención de un
órgano jurisdiccional con autoridad suficiente como para que sea obligatoria su decisión final. Este tercero
además debe contar con los mecanismos suficientes para hacer efectivas sus decisiones.

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