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LCDO.

FERNANDO SÁNCHEZ - 2022


LA ENTREVISTA
• El modelo de entrevista presentado es un instrumento creado para hacer
terapia familiar en contextos privados, por lo que se hace difícil
implantarlo en instituciones públicas. Requiere tiempo y la posibilidad de
trabajar con un equipo que se sitúe detrás de un espejo unidireccional.
• Los objetivos principales de la entrevista son: obtener información sobre
el problema que motiva la consulta y lograr un cambio en el síntoma del
paciente identificado y en ciertos aspectos del funcionamiento familiar
que mantienen la conducta sintomática.
• Cada entrevista consta de cinco grandes apartados: la precesión, la
precesión, las pausas, la intervención y la posesión.
• Además, un contacto telefónico con la familia precédela primera
entrevista y un seguimiento posterior -a los seis meses- complementa la
terminación del tratamiento.

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1. Contacto telefónico
•A través de una ficha telefónica estandarizada el
terapeuta recoge una serie de datos sobre la
familia y el problema, durante quince o veinte
minutos. Este primer contacto con el sistema
familiar permite iniciar el establecimiento de la
relación terapéutica e informar sobre el
funcionamiento del Centro.
•En el apéndice II se adjunta un modelo de ficha
telefónica y un comentario sobre la misma.
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2. Precesión
• Antes de ver a la familia en la entrevista inicial, los miembros del equipo se reúnen,
durante quince o veinte minutos, para discutir Ta información obtenida en la ficha
telefónica. El objetivo es crear dos o tres hipótesis* sobre qué puede estar ocurriendo
en el sistema familiar entorno al síntoma- y planificar el desarrollo de la sesión.
• Se especifica el tipo de estrategia que conviene seguir, concretando qué temas se
tratarán y su orden de aparición, así como las preguntas dirigidas a cada miembro del
grupo familiar (Tomm, 1984)
• A partir de la segunda entrevista, esta etapa se inicia recordando los aspectos más
relevantes de la anterior y las tareas que se prescribieron. Tras ello, se establecen
hipótesis sobre el cumplimiento o incumplimiento de las tareas y sobre el posible
progreso o falta de progreso de la familia en relación al problema.
• Después se delimita cómo va a transcurrir la sesión, incluyendo el tipo de preguntas,
las estrategias y las posibles intervenciones que se pueden desplegar. Siempre que
haya mejoría, se asume que las hipótesis que fundamentaron las anteriores
intervenciones están confirmadas, siendo innecesario elaborar otras nuevas (Tomm,
1984).
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3. Sesión
• La sesión transcurre a lo largo de cincuenta o noventa minutos.
• En una primera entrevista el terapeuta comienza definiendo el contexto
y, que condiciones en las que se desarrollará la terapia.
• A continuación, resuelve posibles dudas que los componentes de la
familia puedan tener y les pide un primer acuerdo verbal sobre tales
condiciones.
• Posteriormente deberán dar su conformidad por escrito mediante la
firma, por todos ellos, de dos tipos de contrato.
• En el apéndice m se incluye un modelo clásico de cómo definir el
contexto, así como sendos ejemplares de contratos: uno terapéutico y
otro para el empleo de la filmación en vídeo

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• Una vez definidas y aceptadas las reglas de trabajo, el objetivo
primordial del terapeuta consiste en orientar la sesión a adquirir
información para confirmar o falsar las hipótesis generadas en la
presesión (Tomm, 1985).
• El objetivo secundario comprende una cierta elaboración de los
problemas por parte de la familia y el cambio mismo de la situación
sintomática.
• El procedimiento terapéutico abarca especialmente preguntas
circulares* y lineales*, redefiniciones* y connotaciones positivas*.
• En las entrevistas siguientes a la primera, se recoge además
información sobre los cambios y el grado de cumplimiento de las
tareas sugeridas por el equipo terapéutico.

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4. Pausas
• En cada sesión el terapeuta hace generalmente dos pausas, la primera de
cinco o diez minutos y la segunda de diez a treinta minutos.
• Durante las mismas abandona la sala de terapia para discutir con el
equipo la información aportada por la familia y ver si las hipótesis se han
confirmado.
• Cuando una hipótesis ha quedado falsada, es necesario generar nuevas
hipótesis y preguntas para confirmarlas. También tiene lugar una
evaluación ceñida al momento de la entrevista y, especialmente en la
segunda pausa, se prepara la intervención final.
• Una última función de las pausas es permitir un «tiempo fuera» al
terapeuta para pensar o «desimpactarse» del ambiente familiar, sirviendo
como técnica de supervivencia*
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5. Intervención
• La intervención suele situarse al final de la entrevista,
precisamente cuando el terapeuta entra a la sala donde está la
familia, después de hacer la última pausa, y tiene una duración
variable de cinco a quince minutos.
• Con ella se intenta producir un cambio conductual-cognitivo-
afectivo en la forma que tiene la familia de manejar el síntoma
y en el síntoma mismo.
• Los recursos técnicos para facilitar el cambio comprenden
fundamentalmente connotaciones positivas*, redefiniciones*,
tareas directas* y paradójicas*, rituales* y metáforas*.

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6. Posesión
•Tras la entrevista, el equipo se reúne
nuevamente, de cinco a quince minutos, con
objeto de analizar la respuesta de la familia a la
intervención, analizando tanto el feedback verbal
como el no verbal, y predecir cómo reaccionará
durante el intervalo entre sesiones a las tareas
propuestas para iniciar el cambio

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7. Seguimiento
• El tratamiento no necesariamente completa todas las entrevistas
estipuladas en el contrato terapéutico, normalmente diez.
• Puede acabar antes, bien cuando el terapeuta conjuntamente
con los miembros de la familia consideren que la mejoría hace
innecesario continuar la terapia, constatando que son capaces
de superar los problemas por sí mismos, bien cuando decidan
unilateralmente dejar de acudir a las sesiones.
• En esta última situación, el terapeuta no se opone al deseo de la
familia y espera al seguimiento para contrastar los resultados.

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• En ambos casos, seis meses después de haber finalizado el
tratamiento, el equipo contacta con la familia mediante un
cuestionario escrito, un cuestionario telefónico o una
entrevista estandarizada con el fin de evaluar la persistencia
del cambio y la eficacia de los procedimientos terapéuticos
empleados.
• En el apéndice IV se puede consultar un cuestionario de
seguimiento mediante el cual se pregunta sobre la presencia
o ausencia del síntoma, la existencia de nuevos síntomas,
problemas en otros miembros de la familia distintos al
paciente identificado, el estado de las relaciones familiares y
la consulta a otros profesionales.
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TIPOS DE PREGUNTAS
Preguntas lineales
• Al comienzo de la entrevista el terapeuta hace preguntas para «orientarse»
sobre lo que ocurre en torno al síntoma y de ese modo «unirse» a la familia a
través de sus puntos de vista, habitualmente lineales acerca de la situación.
• Por ejemplo, puede preguntar: «¿Cuál es el problema? ¿Desde cuándo ocurre
lo que me comentan? ¿Pasó algo que pueda explicar su aparición?»
Principalmente se emplean para conocer la definición y la explicación que la
familia da al síntoma, ya que la epistemología familiar se construye en torno a
una causalidad lineal, en la que un determinado evento origina el problema
en un momento dado.
• El peligro de estas preguntas es que pueden generar actitudes críticas en los
miembros de la familia y en el terapeuta, puesto que inevitablemente el
problema —por definición— es algo negativo y no deseado (Tomm, 1988).

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Preguntas circulares
• La sesión continúa con un tipo de «interrogatorio circular» que puede
alterar las percepciones de la familia, aunque la intención del terapeuta
sea recabar información para confirmar o falsar las hipótesis elaboradas
durante la precesión (Tomm, 1984).
• Las preguntas circulares se caracterizan por una curiosidad general acerca
de los posibles nexos de eventos que incluyen el problema, más que por
una necesidad específica de conocer los orígenes precisos del mismo.
• El terapeuta formula preguntas para poner de manifiesto conexiones
entre personas, acciones, percepciones, sentimientos y contextos,
siempre bajo los supuestos de causalidad circular y neutralidad.
• Son preguntas que pueden ejercer efectos liberadores, como veíamos en
el capítulo anterior, y posibilitar que la expectativa de lugar de control del
cambio* se ubique dentro de la familia.
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Preguntas estratégicas
• Su objetivo es predominantemente correctivo. Se recurre a ellas cuando es
preciso ser más directivo para movilizar un sistema «atascado» y/o para impedir
que la familia siga por el mismo camino problemático.
• Algunos ejemplos de preguntas estratégicas son: «¿Por qué no habla usted con
él acerca de sus preocupaciones en vez de con los niños? ¿Se da cuenta de que
su retraimiento desilusiona y frustra a su mujer?» (Tomm, 1988). Sin embargo,
presentan tres inconvenientes.
• En primer lugar, un exceso de directividad puede suponer una ruptura en la
alianza terapéutica, debido a la oposición de los componentes del grupo familiar.
• En segundo lugar, limitan la libertad de la familia, ya que el terapeuta intenta que
sus integrantes piensen o hagan lo que él considera más sano o «correcto».
• La limitación puede asumir dos formas: no hacer algo que el terapeuta considera
«equivocado» y que está contribuyendo al problema, o hacer sólo lo que el
terapeuta cree que sería útil. Y, en tercer lugar, culpabilizan o avergüenzan a los
miembros de la familia por haber tomado el camino «incorrecto»
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Preguntas reflexivas
• Su cometido es capacitar a la familia para que genere por sí misma nuevas
percepciones y conductas que faciliten la solución de sus problemas.
• Es una forma más neutral de investigar que hacer preguntas estratégicas, ya
que supone un mayor respeto por la autonomía familiar.
• El procedimiento consiste en activar intencionadamente las «reflexiones», es
decir, de las conexiones jerarquizadas entre los significados del sistema de
creencias de la familia.
• El cambio se produce como resultado de las alteraciones en la organización y
estructura del sistema de significados.
• Seguidamente haremos una relación de los tipos y subtipos de preguntas
reflexivas más empleadas, ilustrándolas con algunos ejemplos sencillos (Tomm,
1987¿): las preguntas orientadas al futuro; las preguntas que convierten al
interrogado en observador; las preguntas de cambio inesperado de contexto;
las preguntas con una sugerencia implícita; las preguntas de comparación
normativa, y las preguntas que clarifican distinciones.
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• Preguntas triádicas. Sitúan a un tercero como testigo de la relación entre
otros dos, obligándoles a escuchar cómo se les percibe; probablemente el
tercero dirá algo que los implicados no podrían decir.
• Es interesante observar la conducta no verbal de los no interpelados. Por
ejemplo, el terapeuta puede preguntar a uno de los hijos: «¿Mejoró o
empeoró la relación entre tus padres después de morir tu abuela?»
• 2. Preguntas sobre alianzas. Establecen quién está más cerca de quién,
permitiendo conocer las alianzas familiares: «¿Quién estaba más cerca de
tu hermano antes de que fuera arrestado? ¿Y ahora?»
• 3. Preguntas para clasificar. Trazan el mapa de relaciones y/o establecen
un orden en relación con una cualidad: «¿Quién está más convencido de
que hay algo "malo" en el sistema nervioso de tu hermana? ¿Cómo lo
muestra? ¿Quiénes van después?»

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• 4. Preguntas explicativas. Explican por qué se da o sucedió algo,
buscando información sobre el sistema de creencias, y en ocasiones
elicitan secretos: «¿Por qué crees que papá se apoya en tu hermana
mayor?»
• 5. Preguntas hipotéticas. Tantean cuál puede ser la reacción del grupo
familiar ante algo bueno o malo, esbozan un nuevo mapa de relaciones y
permiten que la familia considere posibilidades alternativas de
significado y de acción (Tomm, 1984).
• Por ejemplo: «¿Si no hubierais tenido hijos, sería más o menos probable
que permanecierais juntos dentro de cinco años?» «¿Quién imaginas que
estará más cerca de mamá dentro de cinco años?» «Si en vez de papá
fuera mamá la que se ausentara tanto tiempo de casa, ¿qué hubiera
pasado?»

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BIBLIOGRAFÍA
• Ochoa de Alda, Inmaculada; ENFOQUES EN TERAPIA FAMILIAR
SISTÉMICA, BARCELONA EDITORIAL HERDER, 1995
• LIBROEnfoquesenterapiafamiliarsistémica.pdf

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