Aprender a observar la mente, nos permite adoptar la habilidad de
discernir de ella e ir comprendiendo cuando está actuando desde un condicionamiento y soltando el de automatismo y el control. Ser testigos de nuestra mente significa anclarnos en nuestro interior, en lugar de reaccionar y responder desde el condicionamiento estresado y ansioso basado en la escasez, el miedo, el dolor, el rechazo. Desactivar el condicionamiento es poner en dudas nuestras creencias, la historia que nos estamos contando en silencio cada día, el relato que se repite una y otra vez. Transformarlas es la puerta a seguir despertando y liberarnos, animarnos a amar tu vida, crearnos una nueva historia que contar, ser auténticas, adentrarnos más y más en el SER.
¿Cuáles son esos condicionamientos?
-Son todas aquellas creencias y opiniones profundamente inmersas en nuestro subconsciente que se basan en el miedo, la inseguridad, la autoprotección, el rechazo. -Son condiciones o programas que nos instauran desde que nacemos, en el ámbito familiar, escolar y social y que nos dicen como deberíamos ser, actuar o pensar, dejando de lado el potencial y la autenticidad con la que cada uno nace. -Son esas voces que susurran de fondo: “no sos lo suficientemente bueno”, “nadie te va aceptar nunca si sos de esa manera” “hay algo malo en vos” “no podes vivir del arte” “para ser alguien en la vida tenes que esforzarte” y más y más. -También forma parte de esto la imagen autodestructiva de compararnos con los demás, y poner el valor en mi a través de compararme con el otro. Estos condicionamientos, tarde o temprano nos impiden mostrar nuestro ser y vivir una vida desde el disfrute, el placer, la libertad, la consciencia, el amor. Para comenzar a trabajar en estos condicionamientos y darle lugar a la transformación, necesitamos ir a lo profundo y reconocer de dónde provienen, intentando llegar al origen, a la raíz. Nuestro trabajo es reconocer para luego cambiar la vibración de esos pensamientos que nos bloquean y nos limitan, dandole una intención diferente y consciente.
Ejercicio del día
1 -Elegí un momento en el día donde puedas estar tranquila, acomodá un lugar de la casa que sea como un refugio. -Vas hacer este ejercicio en silencio, si te cuesta mucho poné una musiquita relax de fondo. -Sentate con la espalda derecha o acostate boca arriba, lo que te resulte más cómodo va a estar bien. -Cerrá amorosamente los ojos. -Empezá inhalando y exhalando profundo. -Y permití que de forma natural y como si estuvieras viendo las nubes blancas pasar en un cielo azul, que llegue y se vaya cualquier pensamiento, no trates de controlarlos o evitarlos. -Después de unos minuto, repití el mantra ESTOY ACÁ, como si repitieras cualquier pensamiento. -No intentes forzarlo, solo intenta y confia. -Acompaña este ejercicio con tu respiración fluida. Si llega otro pensamiento, volvé a pensar en la nube y permití que así como llega, puede seguir de largo y volvé a traer el mantra ESTOY ACÁ. -Hacé una pausa y volvé a traer el mantra ESTOY ACÁ. -Seguí en este estado por unos 15 o 20 min. Si te resulta más fácil, poné una alarma. Si durante el transcurso de este ejericico aparecen emociones, no intentes reprimirlas, simplemente deja que llegue, lleva tu atencion a todo tu cuerpo y permiti que las sensaciones broten. Hacete la pregunta, ¿qué estoy sintiendo en este momento? ¿en qué parte del cuerpo siento esta emocion? Permití sentir el enojo, el miedo, el rencor, la angutia, la ira, el dolor o la tristeza, deja que fluyan como un río. Y volvé nuevamente a repetir el mantra, ESTOY ACÁ.
Tu ser propio, único, salvaje y maravilloso te espera en lo profundo de
tu ser. Todos nacimos siendo únicos, siendo una representación divina, perfecta y salvaje en forma humana, pero con los años hemos ido tapando de capas a esta persona maravillosa que con tantas máscaras, ideas, reglas nos hemos olvidado de que esa esencia ya habita dentro.
Cuando logramos ir a lo profundo, mostrar nuestra luz, descubrimos que
ser quién somos, es una delicia. 2
-Luego de la práctica, vas a sentarte con vos a escribir.
Podés acompañar este momento con un matecito consciente, un té de hierbas o un jugo de vegetales. Vas a poner la música que te comparto en el grupo y vas a empezar a escribir en tu bitácora (o cuaderno) todas las creencias limitantes que tengas o que hayan aparecido. “No soy suficiente”, ”nunca termino nada” “soy desorganizada” “no soy constante con mi alimentación” “soy impaciente” “todo se consigue con sacrificio” “no soy buena en esto” o cualquier crítica, condicionamiento o creencia. -Cuando hayas terminado de escribir todas las creencias que se hayan venido a la mente, en otra hoja vas a ir transformándolas en afirmaciones positivas, en nuevas programaciones. Ejemplo: no soy suficiente, transformado en ser yo es suficiente y valioso. No soy constante con mi alimentación, transformado en mi alimentación es consciente, intuitiva y plena. Estoy aprendiendo cada día más sobre mi cuerpo.
Estas nuevas afirmaciones las podés escribir en una hoja, pintarla,
hacerle dibujitos, adornarla y ponerla en un lugar visible para leerla a diario. 3
-Si te animas podes escribirle una carta a esa persona o a esa
situación que te transmitió o generó esa creencia, ese condicionamiento o ese juicio. Podes expresarle lo que sentiste en ese momento, lo que sentís en este momento y que a partir de ahora vas a soltar esa creencia. Podés agradecerle, perdonarlo y perdonarte. Luego la podes romper con todo tu sentir, quemarla o hacerle un bollo con fuerza. Este es un ejercicio del libro "el camino del artista"
1. Si durante el día aparece algún pensamiento limitante, crítica o
condicionamiento, vas a traer algún nuevo pensamiento potenciador, algún mantra o lo que sientas decirte. 2. Continuando con el mapa de ruta: suma tu alimento natural, baila o hace una caminata, es clave el movimiento en este día. 3. Podés compartir tu sentir en el grupo.