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05. Conclusiones.
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00. Objetivo de este módulo
En los módulos anteriores has conocido los pasos para comenzar ese cambio de actitud en
tu vida que te lleva a la Sanación:
El objetivo de este módulo es mostrarte más tareas que puedes hacer para
que la Sanación sea más profunda y llegue hasta las raíces de tu dolor.
Para mí es muy importante que todo el dolor que hemos vivido no se vaya por el desagüe,
sino que sirva de abono para saber quién eres realmente y descubrir qué quieres hacer
con el resto de tu vida.
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01. Desahogar el Dolor
En el módulo 1 te expliqué que las heridas son el resultado de vivir experiencias
dolorosas en la infancia, como el abandono, el rechazo, la humillación, la injusticia, la
traición… de tus padres o de otras personas que tenían autoridad para ti, como profesores,
abuelos, tíos, …
Esas situaciones trajeron unos sentimientos muy intensos y un dolor que se quedaron “sin
resolver” dentro de ti. Eras una niña y no supiste qué hacer con todo eso.
Esos sentimientos eran de rabia, miedo, tristeza, desesperación, humillación, pánico, total
indefensión, traición, sensación de injusticia…
Y eso es lo que debemos hacer ahora: desahogar de forma controlada ese dolor que
quedó atrapado en tu interior.
“El tiempo no cura las heridas. No las escondas debajo de la alfombra, porque
no se van a ir”.
Pero sobre todo, sal de la posición de víctima y toma las riendas. Idolatrar el dolor vivido
no te va a hacer avanzar.
La Sanación debe darse a todos los niveles: emocional, mental, espiritual y física. Y la
liberación del dolor ayuda a las 4 dimensiones.
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Tareas para ventilar y desahogar el dolor
Debes poner especial atención en la ventilación de la tristeza, el enfado, el miedo y el
dolor. Además del odio y el resentimiento.
El objetivo es que sientas que alguien está escuchando lo que tú quieres contar. El
escuchante será una hoja de papel, un lienzo en el que pintar, un espejo al que hables, una
silla, la naturaleza, el universo… y podrás aligerar tu peso emocional.
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Y hacer LIMPIEZAS en la casa, en tus armarios, etc. Sobre todo de todo aquello que te
ancla al pasado y te trae esos recuerdos negativos. Crea un hogar que te recargue de
energía y te dé paz, no que te traiga malos recuerdos y emociones enquistadas. Puedes
usar el feng-shui . Cada vez que traigas a casa algo nuevo, saca algo. Pon fotos y cuadros
estimulantes, flores, elementos que te conecten a la Madre Tierra…
Cambia poco a poco tu forma de vestir y busca la forma en la que se viste una persona
que quiere recibir la alegría en su vida y cerrar las heridas del pasado. ¿Cómo se
vestiría?. Y cambia la alimentación de la misma manera.
Hazlo durante un tiempo y observa la mejoría física y emocional. Puede ser que algunos
dolores o síntomas físicos que tienes desde hace tiempo desaparezcan.
Cuanto más crítica y exigente eres contigo (herida de la injusticia, rechazo, traición…) más
posibilidades hay de que limites la expresión de tus emociones. Tal vez te cueste aceptar
que hay más de lo que tú crees que es “adecuado”.
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02. Agradecimiento y Resiliencia
Tus heridas te dicen quién eres y lo que te ha dolido intensamente en la vida. El valor que
tú le das a lo que te han negado te ayuda a saber quien eres.
Y la Sanación te habrá dado una sabiduría y conocimiento muy grande. Eso es Resiliencia.
Siempre saliendo de la posición de víctima.
Recuerda que tu máscara no ha estado activa siempre. Solo cuando te sentías vulnerable y
en peligro, o bien creías que se iba a activa ese dolor de tu infancia: rechazo, abandono,
humillación, traición o injusticia.
La máscara era una armadura que te protegía del dolor y a la vez te impedía mostrar a
tu Ser Interior. Sin embargo, su función era positiva, aunque te cueste creerlo.
El Agradecimiento nos hace tomar conciencia, vivir en el presente y ver que la herida no
manchó totalmente nuestro ser, solo una parte de él.
Ahora podemos dar gracias a la experiencia vivida y todo lo aprendido para hacer que
nuestra vida y la de nuestros hijos y entorno sea mejor. Hazlo y será el broche de cierre.
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¿Por qué debo agradecer a la máscara si me ha
hecho sufrir?
Por habernos protegido del dolor y
Porque nos ha hecho desarrollar habilidades y talentos que podremos usar cuando
empecemos nuestra nueva vida dejando el dolor atrás.
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o Masoquista con miedo a la libertad y placeres. Agradécele que te haya evitado el
vivir situaciones que consideraba “vergonzosas”. Y dile que ya ha cambiado, que tú no
eres un ser que tenga que avergonzarse de nada. Eres un ser lleno de amor, que lo da y
lo recibe. Hazle ver que no tiene que tener miedo ni protegerte de nada. Y dale las
gracias por su misión.
o Controladora con miedo a confiar. Dale las gracias por haberte tenido vigilando a
cualquier persona que se acercase y así evitarte la traición nuevamente. Dile que ya no
es necesario que te proteja porque ya confías y puedes afrontar que el mundo y las
personas son diferentes.
o Rígida e inflexible que no contacta con sus emociones. Dale las gracias por haberte
obligado a trabajar continuamente por el miedo a que alguien considerase que no eras
válida. Dile que ahora tu valor está en ser, no en hacer. Pídele que se relaje y tranquilice,
que ya no tiene que tener miedo por ti. Dile que ahora lo que quieres es relajarte y
divertirte y pídele ayuda en ese terreno.
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“De nuestras heridas salen nuestras misiones” , Jean Mombourquette (psicólogo y
teólogo canadiense).
La Sanación de las heridas nos trae un aprendizaje válido para construir tu nueva vida. Y
podrás descubrir cuál es tu verdadero Ser Interior.
Y la Aceptación es fundamental para sanar. Cada vez que no quieres hablar o pensar en
la herida porque te enfadas, te pones triste… te estás resistiendo a ella. Si reprimes el
problema en tu interior, se agranda la herida y sufres más, aunque no lo creas.
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La Aceptación supone no resistirse y…
Aceptar la herida.
Aceptar la máscara.
Aceptar que hubo personas que provocaron esa herida. Y que a su vez tenían sus
propias heridas.
Todos los sentimientos y dolor asociados.
Los pensamientos negativos y mensajes de dolor derivados.
Tus actitudes y comportamientos durante tantos años.
Aceptar íntegramente tu pasado y la persona en la que te has convertido hoy.
Que la Sanación depende exclusívamente de ti, no de los demás.
Empoderarte, salir del papel de víctima y abordar tu Sanación.
Cambiar el “¿por qué a mí?” por “¿cómo puedo hacer para abordar esto y salir
fortalecida de esta situación?”.
Aprovechar todo lo vivido para conocer quién eres y construir una nueva vida en
torno a eso.
Deja de pensar que tu herida no debió haber sucedido y ACEPTA que todo sucedió tal cual
es.
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Perdonar es más fácil de lo que crees si tienes en cuenta esto:
Acepta que eres un ser humano y el/la que te hirió también (ambos con sus propias
heridas).
El Perdón no es olvidar la ofensa, ni negar el dolor que te produjo ni cómo te ha
afectado en la vida.
Negar la herida y sus efectos te impide llegar al perdón. Hundirás el dolor en el
inconsciente y será más difícil entender por qué te encuentras mal.
Por eso antes del Perdón está la Aceptación.
Tampoco es ser falsamente condescendiente con quien te hirió.
Ni supone dejar de protestar contra el ofensor/a si sigue haciéndote daño. De hecho
debes impedir que eso siga sucediendo y, si no es posible, debes apartarte de esa
persona.
Significa que no vas a volcar emociones como el enfado sobre ti ni sobre otros. Implica
que no va a haber venganza.
Debes perdonarte a ti primero por todo el daño que llevas haciendote durante tantos
años. Recuerda que al final te has transformado en tu propio “verdugo”. Y por haber
dañado a los demás con tus comportamientos.
Deja de acusarte y reprocharte cosas del tipo: “tenía que haberlo parado, es mi culpa”,
“¿por qué permito situaciones de este tipo?”. Perdónate por no haber sabido hacerlo de
otra manera. Era la propia herida la que te impedía reaccionar.
Cambia tu diálogo interior de exigencia, rechazo y crítica por uno de amor y cariño
hacia ti. Como si hablases a tu niña interior.
Encontrar un sentido a todo el dolor vivido: ¿en qué te ha hecho mejor?, ¿qué
habilidades has desarrollado con las que ahora tu vida puede ser más completa?. Y
aplicarlo. No dejes que el dolor se vaya por el desagüe y no hay servido para nada.
El Perdón es como una fruta madura: que cae del árbol cuando está preparada.
No te obsesiones con el Perdón. Sigue los puntos anteriores y llegará solo. Se trata de
poder mirar tu herida y tu pasado sin que se activen fuertes sentimientos de dolor que
influyen en tus decisiones. Cuando consigas eso: ya habrás perdonado.
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04. Mantra de Sanación
Construye un Mantra que te repetirás durante tres meses haciendo hincapié en el
compromiso de amor y cuidado que vas a adquirir contigo: en presente y centrado en tu
herida.
Toma las ideas que más necesites ahora implantar en tu vida y escribe tu propio Mantra de
Sanación.
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05. Conclusiones finales.
En los módulos anteriores has conocido los pasos para comenzar ese cambio de actitud
en tu vida que te lleva a la Sanación:
o Observación y Toma de Conciencia.
o Las tareas activas para la Sanación de cada herida.
El objetivo de este módulo es mostrarte 4 tareas más que puedes hacer para que la
Sanación sea más profunda y llegue hasta las raíces de tu dolor.
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