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Constelar para sanar

De cómo las enfermedades y los problemas


vinculares tienen su origen y su sanación
en los secretos familiares
Cristina Llaguno

Constelar para sanar

De cómo las enfermedades y los problemas


vinculares tienen su origen y su sanación
en los secretos familiares

URANO
Argentina - Chile - Colombia - España
Estados Unidos - México - Perú- Uruguay- Venezuela
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

Secretos de familia 11

PRIMERA PARTE

Qué son las constelaciones sistémicas 21


La transmisión inconsciente de secretos de familia 47
Los secretos y sus consecuencias 67
Recursos sanadores 77
Buena y mala conciencia 80
Amor ciego 87
Expiación y compensación 89
Cómo evitar nuevos malestares
a las siguientes generaciones 99
Constelar para sanar 107

SEGUNDA PARTE

Las enfermedades 125


Caso Felicitas 125
Caso Julia 132
Caso José 135
Caso Laura 138
CasoAníbal 140
Los problemas vinculares 145
La mujer que no podía tener pareja 145
El adolescente que expulsan de todos los colegios 147

CIERRE

Liberarnos de los secretos de familia 153

ANEXOS
Acerca de bert hellinger 161
Actitud del constelador 165
Consejos para los participantes 169
Cómo prepararse para un taller de constelaciones 173
Cómo comportarse después de constelar 177
¿Qué hacer después de una constelación?
(Bert hellinger) 177
Bibliografía 181
.f?
INTRODUCCIÓN
Secretos de familia

«Lafamilia tiene una memoria ... lo que de ella


sale a la luz es un regalo para nosotros.»·
BERT HELLINGER

D esde niña me interesó el tema de las fa­


milias: quiénes las formaban, los detalles
sobre sus vidas, las historias de los bisabuelos y
abuelos y, en el afán de saber cada vez más, ator­
mentaba a mis padres con muchos porqués. ¿Por
qué la abuela no me sonríe? ¿Por qué nunca nos
12 CONSTELAR PARA SANAR

visita la familia de papá? ¿Por qué no veo a mis


tíos paternos?

A los siete años mis padres me explicaron el


secreto. Quizás debido a este secreto nació en
mí, a tan temprana edad, la idea de Justicia,
el deseo de querer hacer Justicia. El amor, el
amor ciego de una criatura fue lo que me llevó
a estudiar derecho. Sin embargo, la Justicia no
llegó a la familia de la mano de códigos y le­
yes, sino también a través del amor, del amor
que aprendí con las constelaciones familiares,
con las enseñanzas de Bert Hellinger. Llegó a
través del amor claro, del amor ordenado, don­
de cada uno de los miembros de la familia se
encuentra en su lugar; básicamente, yo ya me
encuentro en el mío como hija, como alumna,
docente, mamá, pareja.

En constelaciones existe el concepto de Amor


como una energía que une a los miembros de
una familia, de un sistema. Hablamos de dos
tipos de amor: amor claro, el que siente una
persona que se encuentra en su lugar como hijo
SECRETOS DE FAMILIA 13

en relación a sus padres, y amor ciego, cuando


el hijo o hija quieren hacer inconscientemente
algo para sus padres para que estos se sientan
felices. La mayoría de nosotros estamos en el
amor ciego. Mostramos a nuestros padres a
través de enfermedades, síntomas, conductas,
aquellos que fueron olvidados o excluidos y
aquellas circunstancias que el sistema prefiere
no mencionar u olvidar, como pueden ser los
secretos familiares.

Es necesario ser valiente para sanar. El movi­


miento sanador es una fuerza que nos lleva a la
acción, nos hace humildes, despiertos, genero­
sos, fuertes. Vivimos confundidos. Cientos de
personas nos precedieron en el camino de la
Vida, pero no nos damos cuenta de esto hasta
que nos encontramos en una encrucijada vital,
hasta que intentamos una y otra vez lograr algo
que nos resulta cada vez más lejano e imposible.
No percibimos la realidad tal cual es, sino teñida
por las experiencias de nuestros ancestros, que
nos han sido legadas a través de los genes y de la
memoria celular.
14 CO!\'STELARPARASANAR

Cuando nos damos cuenta de esta situación, a


veces a través de una depresión, una crisis exis­
tencial o lo que conocemos como la noche oscu­
ra del alma, comenzamos a hacernos preguntas
acerca de nuestra existencia y comienzan los
«por qué a 1ní». La sanación comienza cuando
nos animamos a «ver>>, cuando nos hacemos y
hacemos a otros preguntas; cuando nos anima­
mos a encontrar las respuestas y nos abrimos al
«para qué a mí» con el interrogante ¿qué debo
aprender de esto que me ocurre?

Han pasado más de cincuenta años desde esa


tarde en que me fue revelado el secreto. Desde
entonces he conocido innumerables personas
y familias, he descubierto que en todas hay se­
cretos. Pero, ¿cómo me influyen los secretos
familiares? ¿Puedo hacer algo para conocer­
los? Los secretos ¿tienen consecuencias en los
miembros de la familia? ¿Tienen que ver con
los mandatos implícitos y explícitos de ese li­
naje? ¿Qué ocurre cuando un niño descubre
un secreto? ¿Y un adulto? ¿Es necesario con­
tarle a un niño un secreto íntimo de los padres
como pareja? Estas y muchas otras preguntas
SECRETOS DE FA�!ILIA 15

se pueden formular con respecto a los secretos


de familia.

Los secretos nos llevan hacia un viaje en el tiem­


po. Conocer el contexto en que se desarrolló
el secreto es una herramienta que nos ayuda a
clarificarnos y comprender que los secretos se
actualizan y se instalan en nuestro presente. A
través de la repetición, los secretos familiares se
actualizan y vuelven a parecernos únicos y ori­
ginales.

Analicemos un ejemplo. Una mujer da a luz un


niño y el padre del niño no lo reconocej ella cui­
da del niño y cada vez que él pregunta acerca de
su origen la madre desvía el tema. El niño no co­
noce la verdad acerca de las circunstancias de su
nacimiento. Pasan los años, tiene una pareja, se
embarazan y dan a luz una hija; esta hija al crecer
tiene una relación con su novio, se embaraza y él
la abandona, entonces, nuevamente nace un niño
que desconocerá las circunstancias de su naci­
miento. Una y otra vez los acontecimientos se
repetirán. Cuando nosotros podemos echar luz
16 CONSTELAR PARA SANAR

acerca de una circunstancia o evento que sucedió,


esta energía que rodea el hecho pierde su fuerza
y no será necesario repetirla inconscientemente.
La nieta podrá decir internamente a sus abuelos,
incluso imaginando al que no conoció, «les doy
las gracias por haber tenido a mi papá y les pido
permiso para, esta vez, hacerlo diferente».

Ser gobernados por secretos y mandatos fami­


liares e ignorarlo, nos lleva a la repetición, a la
creencia de que somos originales, únicos, que
lo que hacemos se hace en la familia por prime­
ra vez. Hay cierta «inconciencia» inconscien­
te en todos nosotros, hasta que comenzamos a
investigar, a preguntar, a escuchar, a ver ...

No somos libres. Bert Hellinger1 nos dice que


somos cientos y es verdad, somos partes de otros
que estuvieron antes, quienes sufrieron, pade­
cieron situaciones difíciles, a quienes algo les
salió mal y con ellos, nuestro amoroso corazón

1 Para conocer más acerca de Hellinger, consultar el anexo titulado Acerca de


Bert Hcllinger.
SECRETOS DE E-\.�UL!A 17

de criaturas se identifica, se alía, para que esta


vez todo salga bien.

Pero, ¿es posible desentrañar el secreto? No


siempre ocurre, ni es posible, o tal vez no en el
momento que lo deseo. Sin embargo, con la ayu­
da de las constelaciones, he visto casos y revela­
ciones sorprendentes.
-�
PRIMERA PARTE
Qué son las
Constelaciones Sistémicas

«El corazón de aquel que ha comprendido que


lo presente está en resonancia con lo pasado, tan­
to en lo bueno como en lo malo, late en sintonía
con el mundo. »
BERT HELLINGER

L as Constelaciones Sistémicas son una pro­


puesta filosófica de Bert Hellinger, quien
nos invita a reflexionar sobre nuestro actuar a
22 CONSTELAR PARA SANAR

partir de los sistemas a los que pertenecemos.


Cuando hablamos de Constelaciones Sistémi­
cas, es muy común asociarlas a las Constelacio-.
nes Familiares, pero estas últimas fueron las
prüneras con las que trabajó Bert Hellinger y
las más conocidas mundialmente; sin embargo,
con el correr del tiempo y dado que las conste­
laciones eran estudiadas por personas de dife­
rentes profesiones y formaciones académicas,
surgieron variantes a este trabajo: las Conste­
laciones Organizacionales desarrolladas por
Gunthard Weber, en Pedagogía Sistémica por
Angélica Olvera de Malpica1 en Enfermedades
y síntomas por Stephan Hausner e Ilse Kuts­
chera y, en 2002, las Constelaciones Jurídicas
aplicadas a la Mediación; fue entonces cuando
percibí la enorme importancia que tenía la filo­
sofía de Bert Hellinger aplicada a ese campo y
al de la negociación.

Con el correr del tiempo, estos trabajos han ido


expandiéndose, pero todos tienen como base y
fundamento el trabajo de Bert Hellinger.
QUÉ SON LAS CONSTELAC!ONES S1ST�:\1IC/\S 23

En relación con las Constelaciones Familiares,


a través de ellas acompañamos a las personas a
reconocer sus fidelidades inconscientes, su niño
interior herido y su amor infantil o amor ciego
con el cual nos hacemos daño, entre otros te­
mas. Cuando hablo de fidelidades inconscientes
me refiero a dinámicas, presentes en los siste­
mas familiares, que pueden ser desarrolladas
por aquellos miembros que se encuentran en un
amor ciego.

Se sucede así la repetición de sucesos, enfer­


medades o situaciones conflictivas vinculados
a una persona que me precedió en la vida, por
ejemplo, padres o abuelos. No solamente situa­
ciones difíciles, también me refiero con esto a
la repetición de eventos felices; sin embargo, las
situaciones traumáticas son las que elegimos re­
petir de manera inconsciente. Y volvemos una
vez más al tema del amor ciego ...

Las dinámicas que se corresponden a las fideli­


dades inconscientes son varias; las más comu­
nes: la nena de papá, el nene de mamá, a mí no
24 CONSTELAR PARA SANAR

me va a pasar, yo lo haré mejor, me voy en tu lu­


gar, mejor yo que ei otro, etc. Profundizaremos
en estas dinámicas un poco más adelante.

Este reconocimiento nos permite mirar el gran


sistema humano con una perspectiva más am­
plia y honrar a los padres, familia, seres queri­
dos, antepasados y sistemas sociales. Mediante
esta mirada nos alejamos de los juicios que he­
mos construido, miramos nuestro pasado y a
nuestros antepasados tal como han sido y de­
volvemos a cada uno, con amor, aquello que es
suyo. Devolvemos aquellas responsabilidades
que no nos corresponden y asumimos aquellas
que sí nos tocan. De esta manera, ponemos en
nuestra imagen interna a cada quien y a cada
cosa en su lugar, reconectando con el orden,
con la fuerza de la vida y el amor que nos llega
a través de ellos.

Las constelaciones nos invitan a preguntarnos


por el origen de nuestro quehacer:
QUÉ SON LAS CONSTELACIONES SISTÉMICAS 25

• ¿Estamos actuando por criterio propio?

• ¿Estamos actuando a partir de ese amor in­


fantil que es fiel a patrones familiares y socia­
les?

• ¿Por quién, en particular, actuamos de determi­


nada manera? ¿Tal vez por fidelidad a nuestro
padre o a nuestra madre? ¿Tal vez para redimir
a algún antepasado, alguien que fue excluido o
no se ha reconocido en nuestro sistema?

• ¿Estamos identificados con la víctima o con el


verdugo de alguna historia familiar?

• ¿A quién nos sentimos unidos al actuar de esta


manera?

• ¿A quién o quiénes somos fieles?

Nuestro primer vínculo es la familia, que cons­


tituye la institución nuclear, la matriz en la que
nos construimos. Los antepasados nos preceden
en la extensa cadena familiar.
26 CONSTELAR PARA SANAR

La familia es el lugar donde recibimos los man­


datos y exigencias que a su vez recibió cada uno
de nuestros padres como hijos en sus propias
familias, y es el espacio psicológico que moldea
nuestro carácter y donde nos desarrollamos,
nos adaptamos y nos forjamos de determinada
manera; no es lo mismo ocupar el lugar del pri­
mer hijo que ser el último, ser la hermana ma­
yor mujer que ser el varón mayor, nacer luego
de la pérdida de un hijo por parte de nuestros
padres, ser el hijo del segundo matrimonio que
del primero, etc.

Dependiendo de nuestro lugar y de los conflic­


tos vivenciados podremos desarrollarnos de
diferentes formas. Estos acontecimientos im­
pactarán psíquicamente de manera distinta en
cada hijo. Habrá hijos que serán los soportes en
la vejez de sus padres1 hijos que se irán a tem­
prana edad del hogar, hijos que no querrán te­
ner hijos, o que los anhelarán y no llegan) que
no se casarán o que tendrán varias parejas. Las
fidelidades inconscientes y el amor ciego son
una combinación que, cuando actúa, nos impi­
de ser nosotros mismos.
QUÉ SON LAS CONSTELACIONES SISTÉMICAS 27

Para algunos pueblos los ancestros tienen un lu­


gar destacado, perviven como guías espirituales
aptos para colaborar en la solución de los pro­
blemas del presente. Según Hellinger, al nivel
de las familias existe una fuerza que se denomi­
na «conciencia común o colectiva» que guía no
solo a los parientes sanguíneos de todas las ge­
neraciones de una misma red familiar sino, tam­
bién, a quienes hayan sido incluidos y excluidos
en ella.

Cada conciencia común, familiar, es diferente


a otras conciencias familiares. En cada familia
hay una historia determinada; quizá inmigra­
ción, guerra, muertes tempranas, accidentes;
estas están marcando diferencias posteriores de
comportamiento y, por supuesto, de mandatos
familiares. Entonces, nosotros mismos, pode­
mos darnos cuenta de que, cuando visitamos
a alguien que pertenece a otra familia, nuestro
comportamiento se adaptará a las percepcio­
nes internas que de los mandatos de ese sistema
tenemos; y así ocurre cada vez que visitamos o
pertenecemos a otro sistema.
28 CONSTELAR PARA SANAR

Si llevo esta mirada a la empresa, tal vez en­


cuentre que la visión de una compañía en rela­
ción con los empleados y con lo que produzcan
es diferente a la visión que tenga la competen­
cia. Por lo tanto, si cambio de empleo y ahora
trabajo en la competencia, es muy probable que
mi comportamiento cambie, ya que la visión
del nuevo grupo al que pertenezco es distinta.

Tenemos una especie de radar interno para


darnos cuenta, en cada sistema del que forma­
mos parte, de cuáles son las conductas y com­
portamientos esperados por parte del grupo,
ya que al hacerlo bien nos estamos asegurando
nada menos que nuestra pertenencia a él.

A su vez, desarrollamos como hijos, desde que


nacemos, una conciencia familiar, el sentido de
lo bueno y de lo malo, lo moral y lo inmoral, lo
permitido y lo prohibido, lo justo e injusto.

Nos regimos por creencias, mandatos y cos­


tumbres que nos forjan y nos hacen sentir
QUÉ SON LAS CONSTELACIONES SISTÉMICAS 29

pertenecientes a nuestro grupo familiar. A esto


llama Hellinger conciencia familiar. Cada fa­
milia tiene la suya y, a veces, son muy diferen­
tes unas de otras.

Si permanezco en mi conciencia familiar veré


como malo y peligroso costumbres, hábitos,
normas de otra familia y percibiré como bueno
y ejemplar lo que ocurra en la mía.

Cuando actúo de acuerdo a mi conciencia fa­


miliar tengo buena conciencia, caso contrario
aparece la culpa, la mala conciencia y la nece­
sidad de hacer algo bueno para el sistema fa­
miliar a fin de que vuelvan a considerarme
miembro del grupo. Pero ¿qué ocurre con los
hijos como consecuencia de tener una buena
conciencia? No crecen, no se exponen a lo nue­
vo, viven con miedo a perder el amor del grupo
al que pertenecen y con culpa por no intentar
hacerlo diferente, desafiar a la familia, dejar de
lado el amor ciego.
30 CONSTELAR PARA SANAR

Los hijos somos capaces de matar o de morir


por los padres, por pertenecer al sistema que
ellos conforman. Si no, ¿cómo le llamamos a_
la acción de sacrificar una vida para evitar un
«disgusto» a los padres? Hablamos aquí de
aborto, por ejemplo, para evitar que la madre o
el padre se sientan deshonrados. O el hijo, que
sufre un accidente cuando se entera que su pa­
dre o madre están enfermos y muere antes que
ellos porque entró en la dinámica de «prefiero
irme yo antes que tú». Bert Hellinger dice que
los accidentes no son «accidentales» y que hay
inconscientemente una necesidad de expiación
o una dinámica que llevan a la persona a esa si­
tuación.

Cuando un hijo (o una hija) tienen buena con­


ciencia no crecen, no pueden ser felices porque
viven tratando de hacer felices a sus padres, ol­
vidando que hemos llegado a la vida para que
nuestros padres nos hagan felices.

Cuando en los seminarios y talleres que impar­


to surge este tema, también aparece la pregunta:
QUÉ SON LAS CONSTELACIONES SISTÉMICAS 31

los hijos ¿Cómo saben que vinieron a ser feli­


ces? Es una pregunta interesante y profunda.
Mi respuesta, invariablemente, es: ¿y para qué
otra cosa habríamos de venir a la vida si no es
para ser felices? ¿Quién debe hacer feliz a otro?
¿El niño al adulto o el adulto al niño?

Recito la poesía maravillosa de Kahlil Gibran


que transcribo a continuación, e inmediatamen­
te surgen lágrima� emocionadas.

Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de


la vida deseosa de sí misma.

No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque


estén contigo, no te pertenecen.

Puedes darles tu amor, pero no tus pensamien­


tos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas,


porque ellas viven en la casa de mañana, que
no puedes visitar, ni siquiera en sueños.
32 CONSTELAR PARA SANAR

Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no


procures hacerlos semejantes a ti porque la
vida no retrocede ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas


vivas, son lanzados.

Deja que la inclinación, en tu mano de arquero,


¡ sea para la felicidad!

Pues aunque Él ama la flecha que vuela,


ama de igual modo al arco estable.

Muchas de esas lágrimas son derramadas por


papás que se dan cuenta de cuánto exigen a sus
hijos. Es como si a través de ellos vieran a sus
propios padres y madres. Todos nos emociona­
mos como hijos percibiendo aquello que fue,
con dolor lo que no fue, y anhelando lo que pu­
diera haber ocurrido en nuestras vidas.

Sin embargo, es posible ser felices aun en el úl­


timo instante de nuestra existencia. Como dijo
Milton Erickson, el padre de la hipnosis, «Nun­
ca es demasiado tarde para tener una infancia
QUÉ SON LAS CoNSTEL\.C!ONES SrsTÉil!ICAS

feliz». Por mi parte, he verificado que la sensa­


ción corporal de estar en mi lugar es de pleni­
tud, sosiego, calma y de una profunda fuerza...
de sentir que soy capaz de lograr todo aquello
que me proponga.

Los órdenes del amor enunciados por Hellinger


nos rnuestran que no solo pertenecemos a una
familia sino a una sociedad, a una cultura, y que
hay lazos invisibles que unen a todos los seres
humanos. Esos órdenes, enunciados como perte­
nencia1 jerarquía y equilibrio, me permiten a través
de su observación permanente (por encontrarse
impregnados en mi ser y adoptados como una
filosofía para la vida) revisar los mandatos fa­
miliares, comprenderlos dentro del contexto
donde surgieron y apartarme de los que no me
sirvan, sabiendo que me encuentro en la capa­
cidad de poder hacerlo de una forma diferente,
en mi tiempo, en mi cultura actual y en mi situa­
ción. No mejor, sino diferente.

Cuando califico como mejor o peor estoy ex­


cluyendo algo que fue, algo que pasó o una
34 CONSTELAR PARA SANAR

conducta y, al excluir, dejo de respetar el orden


del que hablamos, ya que los que llegaron antes
que yo a la vida tienen prioridad y, por lo tanto,
al juzgarlos me estoy poniendo en un plano de
superioridad. Cuando voy en contra de los órde­
nes del amor1 el resultado siempre es catastrófi­
co, en el sentido de que se aleja cada vez más de
mí aquello que quiero lograr.

También sabemos que los problemas del pre­


sente no resueltos pasarán como conflictos a las
generaciones que nos siguen y que1 al transfor­
mar la imagen interna, desordenada e incomple­
ta que nos produce dolor y sufrimiento a través
de una constelación, sin saberlo, también se es­
tán ordenando otras imágenes que tenemos en
nuestro inconsciente.

En una constelación se pudo observar cómo una


1nujer joven, que no logra formar pareja, posi­
ciona al participante que representa a su madre
delante de ella. La m.adre no hace ningún ges­
to de reconocimiento hacia la hija y esta guarda
distancia de la representante de la madre. Tiene
QuÉ SON LAS CONSTELACIONES S1sTt,ucAS 35

un gesto de dolor y, a su vez, desesperación en


su rostro; sin embargo no habla, no llora, solo la
mira por un largo rato. Detrás de su madre colo­
ca una mujer; se miran pero esta mujer no hace
ningún gesto, no 1nuestra emoción, es como si
estuviera dormida con los ojos abiertos. Una
cuarta mujer es colocada en la hilera y mira con
mucho amor a la tercera en la línea, quien sería
su hija y abuela de la primera mujer. Se miran
como desconocidas por largo rato, hasta que
de pronto la mayor rompe en llanto, se abrazan
como una madre abraza a su hija; con amor, con
los brazos de una sobre los hombros de la otra.
Finalmente, dejan de llorar y se contemplan
emocionadas, se reconocen como madre-hija;
luego se produce el mismo fenómeno entre esta
y la mujer que sigue, y luego de haberse produci­
do un reencuentro entre bisabuela, abuela y ma­
dre, esta última mira nuevamente a su hija y ella
le dice: «Yo desisto».

Desisto, mamá, de hacerte feliz. Es lo implícito


que actuaba entre ambas, la hija desiste de hacer
feliz a su mamá1 deja de luchar para lograr algo
que debió haberse producido entre su madre y
36 CONSTELAR PARA SANAR

su abuela y no fue; una vez dicha la declaración


con una convicción que surgió desde lo más
profundo de su ser, su madre la mira como por ..
primera vez, le abre sus brazos y la consultante
se entrega al abrazo y a ese amor.

Esta fue una constelación sumamente conmove­


dora; la bisabuela murió en un parto, no pudo ser
mamá para su hija; la hija fue madre a los quince
años, demasiado joven y sin herramientas como
para poder dar a su hija aquello que no pudo
recibir de su mamá; y esa situación llevó a que la
tercera generación se sintiera no vista, no reco­
nocida, y no pudiera tomar a su madre.

El hecho de la muerte prematura de una bisabue­


la, actuando en el presente en su bisnieta, entre
otras consecuencias puede producir que esta no
encuentre pareja. «Encontrar pareja» es algo
que toda persona tal vez pueda lograr, sin embar­
go Hellinger diferencia esta acción de la de «un
hombre o una mujer que se quede conmigo».
Ql É SON LAS C:ol\STELACIONES SISTÉMICAS 37

También sabemos ahora, gracias a las compren­


siones de Bert Hellinger, que muchas veces so­
mos inconscientes representantes de sucesos
del pasado.

Al hablar de comprensiones rne refiero a los


principios denominados Órdenes del Amor lle­
vados a todos los planos. Si miro la familia pue­
do preguntarme cuándo me siento bien como
hija o hijo y la respuesta es: cuando puedo ser la
hija de 1nis padres y 1nis padres pueden ser mis
padres ante mí, por ejemplo.

Esto tan simple de enunciar es todo un desa­


fío porque, por lo general, no es así. Cuando un
niño llega a la vida (y hemos constelado bebés
recién nacidos) vemos que por amor -amor cie­
go- a su madre o padre, puede estar identificado
con una pareja anterior muy importante de uno
de ellos; con aquel abuelo o abuela que no estu­
vo de acuerdo con el matrimonio de sus padres,
con un amante o con alguien que formaba parte
de su sistema familiar y se fue pronto de la vida.
38 CONSTELAR PARA SANAR

Entonces, la felicidad es enorme al verificar en


una constelación que cuando elijen represen­
tantes para sus padres y para ellos y les pido que
se ubiquen en el campo de conocimiento -que
es la parte interna del círculo donde nos encon­
tramos sentados en un taller-, y no doy ninguna
otra indicación, la hija se coloca delante de los
padres y no detrás de estos.

Y este comentario) aun para quienes asistirán a


un taller, es absolutamente irrelevante ya que)
una vez en el sitio; lo olvidarán completamente
y los representantes se dirigirán al lugar donde
sienten que están cómodos y allí observaremos
cómo ese sistema se encuentra en ese instante.

También me puedo preguntar: ¿esta propuesta


laboral es buena para mí? Y la respuesta es sim­
ple: si es fácil cómo llega a míJ me da alegría y no
produce conflicto, significa que sí.

Lo que es para mí es fácil) simple y me da alegría.


Si debo «empujar el río», cmno dice Hellinger1
mejor que abandone el proyecto,
QUÉ SON LAS CONSTELACIONES SISTÉMICAS 39

Si miro a un niño en la escuela puedo preguntar­


me cómo puede aprender. Y entonces viene a mí
la frase de Angélica Olvera: «Solo un corazón
agradecido aprende»; y agrego: ¿cómo se puede
ir por la vida con el corazón agradecido? Cuan­
do he tomado lo que cada persona que llegó a
mi vida me entregó como un regalo. Y enton­
ces puedo dar las gracias a mis abuelos, padres,
maestros, colegas, alumnos.

Las constelaciones ponen en escena el movi­


miento del alma familiar. A veces utilizo la ima­
gen de un lago con sus aguas en calma; de pronto
cae en él una piedra y las ondas del impacto se
van expandiendo y extendiendo hasta llegar a su
orilla; es un movimiento circular que mueve el
agua en todas las direcciones. Si lo comparo con
el trabajo de constelaciones es hacer visible el
movimiento en todas las direcciones -lo trans­
generacional y lo intergeneracional- y también,
aunque no lo vea a simple vista, en lo profundo.

Como hijos somos un eslabón en la cadena de


generaciones y la necesidad de pertenencia al
40 CONSTELAR PARA SANAR

sistema nos obliga a saldar las deudas del pasa­


do. Se trata de una particular forma de lealtad
que nos impulsa a repetir, lo queramos o no, lo
sepamos o no, situaciones agradables o aconte- ·
cimientos dolorosos. Reiterar hechos, fechas o
edades que han construido nuestra historia y la
de quienes nos preceden es una forma de ser fie­
les a nuestras tradiciones familiares y a los he­
chos, gestos y tragedias.

En nuestro corazón hay una necesidad de dife­


renciar quién es el bueno y quién es el malo en
una relación. Cuando miro a lo profundo de mi
ser, comprendo que lo bueno y lo malo están en
mí. Entonces, gracias a esa comprensión, me doy
cuenta de que todos somos iguales, ni buenos ni
malos, y que las exclusiones de los malos del sis­
tema son la causa de las enfermedades, el dolor,
el sufrimiento, la falta de éxito, de pareja, de vi­
vir sin amor ...

¿Quiénes son los buenos? Los que respon­


den a los mandatos del sistema, los que cuan­
do me hablan, me hablan de los «habría que»,
QUÉ SON LAS CONSTELACIONES SISTÉMICAS 41

«deberías», «tendrías que», por ejemplo. ¿Y


quiénes son los malos? Los que se niegan a res­
ponder a los mandatos por la razón que sea. Los
buenos son los que tienen buena conciencia y los
malos tienen mala conciencia.

Sin embargo, gracias a los que tienen mala con­


ciencia en un sistema, se crece.

Responder ciegamente a los mandatos familia­


res y hacer siempre lo que se considera correcto
y bueno, hace que no crezcamos. El premio es
que todos los que pertenecen al sistema nos mi­
ran con buenos ojos; la pertenencia es el premio
de tener buena conciencia.

Cuando tengo mala conciencia porque no res­


pondo a los mandatos familiares (por con­
siderarlos obsoletos o fuera de tiempo) pero
sabiendo que podría hacerlo diferente, surge la
culpa como consecuencia de hacerlo distinto.
Entonces, tengo mala conciencia y miedo a de­
jar de pertenecer por eso, y ahora, para seguir
42 CONSTELAR PARA SANAR

perteneciendo al sistema y no ser excluida, debo


hacer algo bueno por él.

Ni siquiera me refiero a cuestiones muy difíci­


lesj podemos ver en lo cotidiano estos hechos
que nos atañen a todos.

Una hija a los viente años pide permiso a los


padres para vivir sola cerca de su trabajo y
estudios. Los padres dicen: «De esta casa sales
casada o muerta»; la hija al año se casa con un
compañero de facultad. Respondió a la consig­
na o mandato dado por los padresj al graduarse
se divorcia. Se va a vivir sola. Aquí se produce
nuevamente el conflicto. Como vemos, sus de­
cisiones desde los veinte años están marcadas
por el vaivén entre la buena y la mala conciencia.
¿Qué hace entonces para ser mirada con buenos
ojos? No vuelve a tener pareja.

¿Cómo solucionamos esta situación? Cuando la


persona lo pide y se da cuenta de que no encuen­
tra por sí misma la solución. El Constelador la
QUÉ SON LAS CONSTELACIONES SISTÉMICAS 43

acompaña a «darse cuenta» y tal vez en una se­


sión pueda observar sus comportamientos, con­
ductas, decisiones y evaluar los resultados.

¿Sus padres actuaron bien? ¿Mal? ¿Ella actuó


bien? ¿Mal? Si nosotros miramos desde la ópti­
ca de bueno/malo, siempre habrá un bueno y un
malo; si miramos dándonos cuenta de que siem­
pre las personas actúan por amor, no habrá ni
malos ni buenos, veremos lo que es y eso pode­
mos reconciliarlo en nuestro interior.

Las constelaciones familiares nos permiten es­


tar en sintonía con el sistema al que pertene­
cemos y reconocer nuestro lugar y derecho a
pertenecer a él, incluir a los excluidos, tomar lo
bueno y lo difícil que hemos recibido.

La mejor forma de honrar a nuestros ances­


tros y agradecerles la vida que hemos recibi­
do de ellos es encontrar nuestro lugar en la
familia, honrar y tomar en nuestro corazón a
quienes nos precedieron y, luego, pasar la vida
44 CONSTELAR PARA SANAR

haciendo algo bueno por otros, abrir nuestro


corazón y entregar algo de lo mucho que he­
mos recibido.

Hablamos antes de agradecimiento. Recibir la


vida nos deja en desventaja con nuestros padres
ya que, como regalo, tenemos la necesidad in­
terna de compensarlo. Además, de ellos o de
las personas que cumplen esos roles (a veces no
somos criados o educados por nuestros padres,
por las razones que sean) hemos recibido cuida­
dos, protección, alimento, amor.

Cuando hablamos de entregar, nos referimos en


primer término a la Vida. Es un regalo. Un ob­
sequio inmenso y, si bien no lo hemos pedido, lo
recibimos y está en nosotros hacer algo para com­
pensarlo. Sin embargo, no es a nuestros padres a
quienes debemos devolverles el regalo: se lo de­
bemos pasar a otro u otros, dando vida a su vez.

Muchas personas confunden dar vida con ser


padres o madres. Damos vida cada vez que
QUÉ SON LAS CONSTEL\CIONES SbThllCAS 45

hacemos algo bueno por otra persona, que ense­


ñamos algo) obra1nos bien, alentamos a alguien,
incluso cuando cuidamos el entorno en que vi­
vimos y a nosotros mismos.

Cuando hablarnos de sistema, nos referimos


al sistema de origen que conformarnos con
nuestros hermanos y hermanas, nacidos o no,
nuestros padres y sus padres; a veces incluimos
en las constelaciones a la familia más extensa,
por ejemplo a los hermanos de nuestros padres,
primera esposa de un abuelo o esposo de una
abuela o parejas importantes de ellos y, por su­
puesto, también de nuestros padres; los que hi­
cieron algo bueno por nuestro sistema y los que
hicieron algo en contra de algún miembro de la
familia.

El sistema actual lo conforman las parejas que


hemos tenido y tenemos) los hijos nacidos y no,
los que nacieron y murieron pronto y nosotros.
La transmisión inconsciente
de secretos de familia

C uando hablamos de secretos nos referimos


a los secretos que tienen efectos traumáti­
cos, a secretos que esconden vergüenza y dolor
para la persona y la familia y que, al instalarse
en un sistema, dificultan las relaciones, la comu­
nicación y producen desconfianza1 confusión, y
son fuente de malestar y enfern1edades.

El tema del secreto fue desarrollado por varios


autores1 en particular Serge Tisseron, Gérard
Athias y Marc Fréchet, además de Anne Ancelin
48 CONSTELARPARASANAR

Schützenberger y Alejandro Jodorowsky. Gé­


rard Athias y Marc Fréchet, además, integraron
al tema «secretos» las aportaciones de la des­
codificación biológica. Según estos investiga­
dores, el conflicto programante está a menudo
relacionado con un secreto familiar.

En Biodescodificación se trabaja con diferentes


tipos de conflictos que se encuentran detrás de
síntomas físicos. Comprenderlos sirve para en­
tender cómo funciona la diná1nica de las enfer­
medades.

En primer lugar se habla del conflicto progra­


mantej se trata del conflicto que programa o
graba cierta información en el inconsciente y es
muy probable que no provoque ningún síntoma.

Normalmente se vive en edades tempranas -a


menudo durante el período del proyecto senti­
do (período que va desde la concepción al na­
cimiento)- o en la adolescencia, que son etapas
donde el ser humano experimenta cambios muy
LA TRANSMISIÓN INCONSCIE�TE DE SECRETOS DE FAMILIA 49

importantes, y somos muy sensibles a emocio­


nes, experiencias y situaciones en nuestra vida.
Además, nuestra mente y nuestra biología están
1nuy receptivas y funcionan muy a la par.

Por ejemplo1 una mujer huérfana de padre se em­


baraza de una relación circunstancial y el padre
del niño, al enterarse de su embarazo, la abando­
na. Aquí tenemos un conflicto en la madre, que
se repite en la forma del proyecto sentido de su
bebé, y un hijo que también -como ella lo fue­
será un hijo sin padre.

Una mujer tiene un padre, quien a su vez no


conoció al suyo. Fue engendrado a la edad
de quince años de su madre. Esta mujer a
sus quince años desarrolla una enfermedad
autoinmune. ¿Qué relación puede haber entre
un suceso y otro? Tenemos aquí un conflicto
desencadenante -la enfermedad autoinmune­
que nos lleva a mirar cuál pudo haber sido el
conflicto programante. Ese conflicto desen­
cadenante pone en marcha el programa para
so CONSTELAR PARA SANAR

desentrañar el conflicto programante. Y la en­


fermedad aquí tiene el sentido de ser una reac­
ción biológica de supervivencia.

Si puedo observar desde las constelaciones, veré


que tanto la abuela como la nieta, a la misma
edad, sufren un evento traumático y que uno
tiene relación con el otro. La pregunta aquí es
¿cuál de los dos conflictos se debe resolver? ¿De
qué forma? La respuesta es el conflicto progra­
mante para que no sea necesario revivirlo a tra­
vés de la repetición y resolverlo.

En este caso complejo, finalmente con el secre­


to develado, ¿cuál era el secreto? El origen del
padre de la consultante, un hijo natural. Recor­
demos que muchas veces por vergüenza no se
cuenta un secreto, o no se lo comparte en el seno
de la familia; y lo no dicho siempre traerá conse­
cuencias a las generaciones que siguen.

Como dato, puedo aportar que un conflicto


programante puede ocasionar varios conflictos
LA TRANSMISIÓN INCONSCIENTE DE SECRETOS DE L\MlLlA 51

desencadenantes y que es necesario ir al fondo


del conflicto y encontrar el programante y dar­
nos tiempo al trabajar con un caso.

Recordemos que, a través de la memoria celular,


guardamos la información en nuestras células,
nos hayan contado o no la situación, circunstan­
cia o secreto. ¿Qué ocurre cuando es develado
el conflicto? Deja de tener efecto. Entonces, la
pregunta ahora sería: ¿es necesario que constele
cada semana para prevenir conflictos? La res­
puesta es no.

Lo importante aquí es aprender a vivir en el pre­


sente. Sin apego al pasado, solo mirando de vez
en cuando para comprender, y no digo enten­
der (eso implicaría solamente actividad men­
tal, raciocinio), comprender con todo mi ser los
eventos ocurridos en su contexto y viviendo en
el presente, sabiendo que cada situación que se
presenta la resuelvo con la misma persona que
la originó y en lo posible, en el momento en que
ocurre.
52 CONSTELAR PARA SANAR

En síntesis, cuando vivo en el pasado, estoy vi­


viendo de conflicto programante en conflicto
programante sin llegar a una solución, vivo en
los mandatos, en la buena conciencia y sin ere�
cer. Congelado en el tiempo.

El resentir, la emoción sufrida debido a un im­


pacto mal vivido por un ancestro, puede ser
transmitido de generación en generación, y
conllevar síntomas comportamentales y psí­
quicos para un descendiente. Evoco el caso de
una mujer joven que asistió a un taller. Desde
que tenía recuerdos, padecía dolores de cabeza
muy fuertes. Su médico había agotado los estu­
dios físicos y la había derivado a un psiquiatra.
Este, al no encontrar una causa para su dolen­
cia, la derivó a una constelación. Pedí a la joven
que buscara entre los presentes a una persona
que representara su dolencia o malestar; ella
eligió a un hombre de aproximadamente cua­
renta y cinco años, lo posicionó y se colocó de­
lante a cierta distancia mirando en la misma
dirección que miraba él.
LA TRANSMISIÓN INCONSCIENTE DE SECRETOS DE FAMILIA 53

Le pregunté qué sabía del padre de su padre y


me dijo que no lo había conocido, que había
muerto joven antes que ella naciera, que tuvo un
accidente trabajando en el tendido de vías para
el ferrocarril: un durmiente cayó encima de él ,
lo golpeó en la cabeza y murió en el acto.

¿Cómo es posible que alguien que no conoció


a otro «resienta» en su cuerpo, con el dolor de
ese ancestro? La memoria celular se encarga, a
través de los genes, de traer como dolor el dolor
delabuelo, en este caso. Solo hubo de asociar un
acontecimiento con su dolor para que este des­
apareciera.

La transmisión inconsciente de un secreto de fa­


milia puede afectar:

• El tema del secreto.

• El lugar.

• El momento, síndromes de aniversario.


54 CONSTELAR PARA SANAR

La terapeuta Aune Ancelin Shützenberger fue


quien introdujo este últin10 concepto en su li­
bro Ay, mis ancestros. Cito: «Parece ser que el
inconsciente tiene buena memoria, le gustan
los nexos de familia y marca los sucesos impor­
tantes del ciclo de vida por repetición de fecha o
edad: el síndrome de aniversario».

Es común encontrar familias donde ocurren acon­


tecimientos importantes -nacimientos, bodas, fa­
llecimientos, accidentes- en una misma fecha o
que, por ejemplo, un hijo nazca en el aniversario
de la muerte de su abuela o abuelo, o que alguien
tenga un accidente en el mismo lugar y fecha
en que un ancestro y se entere de este episodio
tiempo después. La transmisión de estos datos
se hace a través de la memoria celular. Tanto el
padre como la madre transmiten a nivel del óvu­
lo y espermatozoide la historia familiar, matiza­
do esto por el lenguaje corporal que adopta la
familia cercana.

Las principales temáticas de los secretos fami­


liares generalmente son:
LA TRANSMISIÓN INCONSCIEKTE DE SECRETOS DE FAMIL lA 55

• Sexual (violación, incesto, adulterio, homose­


xualidad).

• Semi-sexual (aborto, hijos fuera del matrimo­


nio, ilegítimos, sin nombre).

" Violencia (muerte, asesinato, tortura).

• Económico (robo, fraude, herencia).

Estos secretos son cosas de las cuales no se debe


hablar, no hay que decirlas ni escucharlas.

Sigmund Freud estudió el inconsciente perso­


nal; Carl Jung, el inconsciente colectivo. Los
aportes de la psicogenealogía, el genosociogra­
ma y las constelaciones nos conducen al incons­
ciente familiar.

Lo que es sorprendente es que el heredero de los


secretos familiares no deja de presentir o adivinar
que algo sucedió; a un nivel totalmente inconscien­
te sabe exactamente qué sucedió, dónde y cuándo.
Y guarda estos elementos en su inconsciente.
56 CONSTELAR PARA SANAR

Cuando conocemos a alguien, conocemos al


mismo tiempo a una familia, usos y costumbres1
evidencias que son creencias, valores ligados a la
historia familiar. En terapia1 un criterio que nos
permite seguir la pista de un secreto familiar es
la desproporción entre un acontecimiento y la
reacción emocional que conlleva. La reacción
parece exagerada y no hallamos el elemento en
la vida de la persona, en términos de conflicto
programante, que lo justifique. O bien; el sínto­
ma se mantiene a pesar de haber repasado cons­
cientemente el recorrido de la persona en toda
su vida.

Otro criterio es el carácter irracional o compul­


sivo de las reacciones, como el caso de esas per­
sonas que tienen la impresión de hacer cosas a
su pesar, de no poder controlar sus reacciones1
ser el juguete de sus emociones. Todos estos au­
tomatismos, comportamientos irresistibles, ac­
titudes de fracasos repetidos en que la persona
entra en contacto con una emoción desbordan­
te, son indicios que pueden orientarnos a una
posible herencia familiar.
LA TRANSMISIÓN INCONSCIENTE DE SECRETOS DE FAMILIA 57

Para descubrir, para contactar estos dramas en­


mascarados, la primera solución es preguntar a
los padres o abuelos, pero no siempre es posible.
Deberemos entonces ir hasta la fuente mediante
otra vía y esta vía no es otra que la emoción. Si
una persona vive un síntoma ligado a un secreto
familiar, significa que realmente está vinculado
con el drama. Todo síntoma es el eco del recuer­
do emocional, sea personal o familiar.

Al contactar con el resentir (uno de los signifi­


cados es sentir o experimentar profundamen­
te algún mal o algún daño; otro significado es
repercutir en un lugar algo que sucede en otro)
que acompaña a un síntoma, es posible reacti­
var, hacer conscientes los recuerdos primarios.
De un modo imaginario, alucinatorio quizás,
pero metafórico seguramente, la persona halla
en forma espontánea (la hipnosis, la meditación,
las constelaciones sistémicas, la respiración ho­
lotrópica pueden ayudar en algunos casos) un
acontecimiento muy preciso, de una gran fres­
cura, como si ella misma estuviese presente en
la escena. Puesto que, una vez más, el síntoma
es la emoción no dicha. Hacer entrar a la persona
58 CONSTELAR PARA SANAR

dentro de la emoción es pern-ütirle tmnar con­


ciencia de un acontecim.iento que se exhibe de
todos modos.

A menudo, el hecho de liberarse de los secretos


de familia es más sencillo de lo que creemos.
Puesto que, aunque se trate de acontecimientos
atroces, innombrables, el hecho de expresarlos,
de sacarlos fuera, hace que dejen de estar den­
tro. Una vez que la palabra es expresada, una vez
que la toma de conciencia es verbalizadaJ deja
de ocupar el inconsciente. Ello desencadena
frecuentemente, según palabras de Freud, una
abreacción, una liberación emocional, descarga,
gritos, te1nblores, lágrimas. Y la persona segui­
damente se siente calmada.

Lo peor, lo difícil, lo atemorizante es antes y no


después. Lo peor que nos puede pasar es vivir
con un secreto o percibir que un secreto nos go­
bierna. Las personas tienen miedo de lo que van
a descubrir, no quieren indagar sobre el aconte­
cimiento, el recuerdo; revivenciar lo ocurrido se
siente como una forma de violencia. Puede que
LA TRANSMISIÓN INCONSCIENTE DE SECRETOS DE FAMILIA 59

tengan la impresión de que no lo soportarán o


no sobrevivirán a ello. El temor a la inundación
emocional, a la avalancha de emociones repri­
midas es tan grande, que mantienen el secreto
resguardado bajo siete llaves. Ahora bien, ese no
suele ser nunca el caso. Una vez que la persona
va al acontecimiento y se queda unos instantes,
se siente liberada, calmada, de inmediato.

Observamos en constelaciones que la mirada se


relaja y expande, las mejillas toman un color ro­
sado, la respiración se hace más lenta y pausada
y deja de ser superficial para ser profunda, el re­
lato se desacelera y los movimientos se tornan
sueltos y relajados.

La mayor parte del tiempo, la toma de concien­


cia en la emoción basta para curarse, aunque
sean acontecimientos muy importantes, ya que
lo que da fuerza a los secretos es su carácter in­
consciente, escondido, no dicho, pues los secre­
tos operan en la sombra.
60 CONSTELAR PARA SANAR

Puede que sea de provecho, en algunos casos)


pedir a la persona llevar a cabo un acto simbóli­
co para) de algún modo, terminar con el proce­
so, conducir la reparación, concluir el recuerdo
que no halló solución. Alejandro Jodorowsky
habla de actos psicomágicosJ Jacques Salomé de
actos simbólicos y Milton Erickson de prescrip­
ción de tareas.

Estos actos simbólicos son eficaces en tanto


que responden a un principio terapéutico fun­
damental: la realidad metafórica (las metáforas
manifiestan algo que no se está diciendo, pero
que puede intuirse y comprenderse a través de
la razón y la asociación de conceptos). Para los
órganos, por ejemplo, el hueso es la metáfora de
las vigas de la casaj el hígado, de la reserva de co­
mida. Cuando una persona pierde su trabajo, es
una metáfora de perder su comida y tener miedo
de morir de hambre.

Todo es metáfora de todo y ello es aplicable tan­


to al enfermar como al curarse. Según numero­
sas creencias1 el acto simbólico es iguahnente
LA TRANSMISIÓN INCONSCIENTE DE SECRETOS DE FAMILIA 61

útil para los ancestros difuntos, para liberar lo


inacabado, los sufrimientos no arreglados, de
sus culpabilidades. Lo que está claro es que tra­
bajar en estos secretos evitará a nuestros hijos y
descendientes tener que sufrirlos.

En Constelaciones, en los talleres que realizo,


me gusta prescribir tareas en determinados ca­
sos. Una tradición de mi familia de origen es
plantar un árbol cada vez que se suma un nue­
vo integrante al sistema, cuando nace un niño;
puede ser un árbol medicinal o decorativo, lo
importante es que se trate de un ejemplar autóc­
tono.

En los casos en que se trabajan abortos o naci­


mientos de niños que fallecieron pronto, mi re­
comendación es plantar un árbol, que los padres
o el padre que realiza el trabajo en el taller, re­
conociendo la existencia de este ser, una vez en
su casa y cuando sienta que es el momento apro­
piado, adquiera un pequeño árbol y lo plante en
memoria de ese niño o niña que no nacieron o se
fueron pronto.
62 CONSTELAR PARA SANAR

No es necesario plantar el árbol en casa, puede


ser en una escuela1 una plaza, un camino, un lu­
gar de descanso en la rutaj lo importante para la
persona es saber que ahora ese ser forma parte
de la vida nuevamente.

En nuestro caso, cuando nos referimos en cons­


telaciones a los abortos, no hacemos diferencia
si se trata de un aborto provocado o espontáneo1
ya que lo que observamos son las consecuencias.
De la forma más amorosa realizamos el trabajo
de darse cuenta de los padres y madres, en el ta­
ller. El darse cuenta significa ni más ni menos
observar en qué medida, en este casoJ el duelo
no realizado por un aborto provoca consecuen­
cias, cuál ha sido la actitud de los miembros de
la pareja con relación a la pérdida, si los dos hi­
cieron el duelo o solo uno de ellos, si la madre
cree que al padre del niño no le afectó o no se
dio cuenta tal vez del profundo impacto que le
causó a él; ya que solo ella pudo ver su propio
dolor. También hay palabras sanadoras que se
aplican a esta situaciÓnj cuando trabajamos en
un taller, el niño es representado en el campo
de conocimiento; previamente preguntamos a
LA TRANSMISIÓN INCONSCIENTE DE SECRETOS DE FAMILIA 63

la madre, al padre o a ambos, quien se encuentre


en ese momento presente, cuál era el sexo de su
hijo y por lo general la respuesta es «no lo sé»;
entonces preguntamos «qué dice tu corazón» y
en ese momento nos dicen niña o niño; luego, la
madre o ambos padres se acercan al niño o niña
y mirándolo a los ojos le dicen frases sanadoras,
como por ejemplo: «qué pena que no naciste,
te veo, te reconozco como mi hijo o hija, quie­
ro que sepas que no pude y no supe cómo y que
tendrás siempre un lugar en mi corazón».

Si ambos padres hacen su trabajo plantarán el


árbol juntos; si no, cada quien de acuerdo a su
proceso interno lo hará si siente la necesidad y
cuando llegue el momento apropiado. No es ne­
cesario salir a contactar o buscar al que no cons­
teló, dado que tal vez se encuentren separados o
uno de ellos ya no viva. Lo hace el que trabajó el
tema. En lugares como Arizona, donde también
trabajo, en lugar de árboles las personas plantan
cactus. Algunas parejas también eligen plantar
árboles frutales.
64 CONSTELAR PARA SANAR

En mi caso personal, siempre me he imaginado


al hijo que perdí como un árbol frondoso a cuyo
pie he colocado un banco de madera. En mis
meditaciones me siento en el banco, observo
el árbol y luego de un rato comienzo a percibir
cómo el viento mece las ramas, y las hojas me
dejan escuchar el susurro del hijo que no fue.

En todas las familias hay fechas, accidentes,


acontecimientos desgraciados que se repiten.
Me he preguntado siempre por qué o -mejor­
para qué. La conclusión es que si creo que he
venido a la vida para hacer felices a mis padres
y ancestros, voy a ser tomado por el amor cie­
go que me llevará a ocupar espacios que no son
míos y la consecuencia de ello será la repetición.
Si, en cambio, estoy convencido de que he lle­
gado a la vida para que mis padres me hagan fe­
liz, contactaré con la parte luminosa y sana de
mi sistema y tendré más opciones y por lo tanto
seré más libre y auténtico.

Al despertarme cada mañana, sonrío.

Veinticuatro nuevas horas me aguardan.


LA TRANSMISIÓN INCONSCIEN fE 0E SECRETOS DE FAMJ UA 65

Me comprometo a vivir plenamente cada ins­


tante,

mirarme y mirar a todos los seres con los ojos


del amor.
Los secretos Y.
sus consecuencias

L os secretos y sus consecuencias pueden ob­


servarse y trabajarse desde varias técnicas.
En este libro abordamos las Constelaciones Sis­
témicas de Bert Hellinger. Sin embargo, otros
autores, como Alejandro Jodorowsky y Anne
Ancelin Schützenberger desde la psicogenealo­
gía, tienen aportes esclarecedores e interesantes
que no se contraponen con lo que nos enseña
Hellinger.
68 CONSTELAR PARA SANAR

Alejandro Jodorowsky dice que cada uno de no­


sotros está habitado por tres generaciones que
lo preceden, y desde esa perspectiva, considera
que los secretos guardados en una generación
son un manantial insano de traumas y conflic­
tos para la nueva generación.

Para este autor existe una relación entre enfer-


1nedad y secretos familiares y esto se hace evi­
dente en el estudio de los árboles genealógicos.
La familia es como una olla psicológica llena
de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Hay
asesinatos; locura, robos, infidelidades, cárcel,
incesto, abusos... Así, la enfermedad no es la
solución del problema, sino una invitación a
enfrentar un conflicto familiar que se ha man­
tenido secreto. Como escribió Fran�oise Dolto:
«Lo que es callado en la primera generación, la
segunda lo lleva en el cuerpo».

«Somos menos libres de lo que creemos», dice


Anne Ancelin Schützenberger, «pero tenemos
la posibilidad de conquistar nuestra libertad y
de salir del destino familiar repetitivo de nuestra
Los SECRETOS y su, CONSECUE'.\:C:L.\S 69

historia, comprendiendo los vínculos complejos


que se han tejido en nuestra familia e iluminan­
do los dramas secretos, los no dichos y los due­
los inconclusos ... ».

«Los duelos no hechos, las lágrimas no de­


rramadas, los secretos de familia, las identifi­
caciones inconscientes y lealtades familiares
invisibles pasean sobre los hijos y los descen­
dientes», agrega la autora. Y concluye: «Lo que
no se expresa con palabras se expresa con do­
lores». O por accidentes, como el caso de una
bisnieta que pierde su virginidad a los siete años
jugando a saltar la soga, y estudiando su árbol1
descubre que su bisabuela fue fruto de una vio­
lación, concebida en la misma fecha que ocurrió
el episodio.

A través del árbol genealógico se pueden ob­


servar los secretos familiares. Cuando el árbol
quiere develar un secreto) crea una estructu­
ra, algo que se repite; con eso pretende llamar
nuestra atención. Por ejemplo1 una fecha que se
repite, un estilo de elección de la pareja, unos
70 CONSTELAR PARA SANAR

accidentes con ingredientes similares. Estos se­


cretos se guardan por vergüenza, por pudor, por
proteger a los niños o autoprotegerse ante otros
o la sociedad.

Según Jodorowsky, cada secreto que tenemos


está en el estrato que le corresponde (a estos los
llama los cuatro egos):

.. Mis ideas locas secretas: puedo identificarlas


en el nivel de mis bisabuelos.

" Mis emociones secretas: están en mis abuelos.

.. Mis secretos sexuales-creativos: están en mis


padres.

• Mis secretos 1nateriales, de territorio: están en


mis hermanos.

Cuando el secreto lo porta un 1niembro de la


familia, este lo vive como un cuerpo extra­
ño y molesto. Su cuerpo lo vive como un tu­
mor o un bolo alimenticio que tiene que salir.
Los SECRETOS y sus COl\SECUENUAS 71

Nunca debemos contar secretos a los niños, es


un «Abuso» con m ayúsculas.

Conocemos, además, el poder de la comuni­


cación no verbal: si alguien delante de ti calla
una información importante, se delatará tarde o
temprano con algún gesto inconsciente.

Freud decía que «aquel cuyos labios callan,


conversa con la punta de los dedos. Se traiciona
por todos los poros». Claudine Vegh afirmaba:
«Vale más saber una verdad, aun cuando sea di­
fícil, vergonzosa o trágica} que ocultarla, porque
aquello que se calla es subordinado o adivina­
do por los otros y ese secreto se convierte en un
trau1natismo más grave a largo plazo».

Los secretos h ay que airearlos si son del presen­


te, de la manera más adecuada y en el momento
más propicio1 o sanarlos con la psicomagia si son
del pasado.
72 CONSTELAR PARA SANAR

La psicomagia es una técnica terapéutica ini­


ciada por Alejandro Jodorowsky, quien aúna el
chamanismo, la psicología, la intuición, el misti­
cismo, la filosofía oriental y el arte; con una fina-­
lidad curatíva. Por medio de actos simbólicos,
el consultante logra materializar el problema y
con ello el inconsciente lo da por resuelto.

Con esta técnica se propone resolver trastornos


psicológicos y somáticos. Se apoya en la premisa
de que el inconsciente toma los actos simbólicos
como si fuesen hechos reales.

O sea, un acto mágico, simbólico, ritual, podría


modificar el comportamiento del inconsciente.
Esto le permitiría sanar ciertos traumas. En la
práctica, los actos deben ser creados especial­
mente para cada situación, luego de un estudio
profundo de las peculiaridades, e incluso del ár­
bol genealógico del consultante.

Una herramienta útil es dibujar el árbol sanado:


se trata de hacer una obra en la que representemos
Los SECRETOS y sus CONSECUENCIAS 73

a todos los miembros, con dibujos o fotografías


pegadas a modo de collage . A cada uno le pon­
dremos su finalidad cumplida. Todo aquello que
les damos nos lo damos a nosotros mismos, y ahí
aparecerán todos los secretos convertidos en ben­
diciones.

El árbol guarda secretos, al tiempo que puede


intentar desvelarlos. En todo árbol aparece en
un momento determinado un héroe, el que lo
sana y se sana, aquel que se atreve a construir el
árbol genealógico. No existen los árboles sanos
porque vivimos en una sociedad enferma. «La
sanación del árbol consiste en quitar la repeti­
ción, comprenderla, o repetirla en una forma
positiva» (Alejandro Jodorowsky).

A menudo, a las consultas de los terapeutas


llegan pacientes a los cuales se les repite en la
vida la misma situación de conflicto, bien sea
en el ámbito laboral, amoroso, de amistad, o
familiar. Es decir, el paciente tiene internaliza­
do un patrón y lo repite con frecuencia. «En
una familia puede haber cinco hermanos, pero
74 CONSTELAR PARA SANAR

cada uno se desenvuelve de manera distinta en


la adultez, porque tiene que ver con cómo in­
terpretamos cómo fueron las cosas en casa y e11
función de eso estructuramos nuestro esque­
ma mental de familia, el cual vamos a reprodu­
cir cuando seamos grandes», diceJodorowsky.

Los secretos no afectan a todos los hijos por


igual. Según mi experiencia, si un hijo es el pri­
mero y su madre es la primera hija, habrá una
conexión especial, se trate de un hijo varón o
mujer. Si la madre ha tenido conflictos con su
madre y tiene una hija, hará todo lo posible para
que la hija también los tenga, sin percibir que
con frecuencia es ella, como mamá, quien los
provoca. Se trata de un mecanismo inconscien­
te. Escuchamos decir: «Quiero que mi hija sepa
lo que yo sufrí», cuando la actitud correcta es:
«Me gustaría hacer que mi hija tenga una vida
más fácil que la que yo tuve>>.

Ante la misma situación cada hijo responde de


diferente manera. Cuando se habla con toda la
familia pareciera que los hijos no lo son de los
Los SECRETl)S y SL'S CONSECUENCIAS 7S

mismos padres, ya que tienen una percepción


disímil de los hechos y también una relación di­
ferente y única con cada padre.

Desde la teoría es sencillo enunciarlo, sin em­


bargo, la pregunta acerca de para qué repetimos
tragedias, situaciones> hechos, no es visible has­
ta que no realizamos un genograma familiar o
genosociograma, 2 como lo denomina Anne An­
celin Schützenberger. Entonces, la respuesta al
para qué repetimos es: para que la familia nos
mire con buenos ojos, por fidelidad inconsciente,
para decir: -«Sí a lo que esta familia me ofrece».

Si la hija aspira a ser una profesional y su madre


solamente cursó algunos años de escuela, se boi­
coteará para no graduarse a fin de no ser «más»
o diferente que su madre, o tal vez logre recibir­
se y no ejerza su profesión. Una abuela pierde

2 Es el dibujo del árbol genealógico, que además contiene los principales


acontecimientos de la vida de nuestros ancestros y de la nuestra. Permite te­
ner una visión global de la propia historia familiar a lo largo de cuatro o cinco
generaciones en estrecha relación con lo que podemos vivir en la actualidad.
76 CONSTELAR PARA SANAR

un niño, su hija pierde un niño y la nieta pierde


un niño. Bisabuelos perdieron a su esposa en un
parto y quedaron viudos criando dos hijos cada
uno y la bisnieta casi fallece en un parto, pierde
el bebé y luego adopta dos niños y no vuelve a
casarse.

Bert Hellinger, en su libro Felicidad dual nos


dice: «La identificación es como una compul­
sión iterativa a nivel sisté1nico que vuelve a po­
ner en escena y repite argumentos del pasado,
pero sin darles solución, un intento posterior de
nuevamente hacer justicia a una persona exclui­
da. Un posterior se inmiscuye en los asuntos de
un anterior y, aunque quiera salvarlo por amor,
al mismo tiempo se trata de una arrogación. Un
pospuesto no puede, más tarde, poner en orden
un asunto en lugar de un antepuesto. Es impo­
sible que se logre, ya que1 de lo contrario y bajo
la presión del sentido ciego de con1pensación, el
mal no encontraría término».
Recursos sanadores

e ada uno de nosotros tiene una parte sana


y sabia) y las constelaciones son una de
las metodologías modernas para acceder a ella.
Desde allí, el «darse cuenta» de cada persona
activa los recursos sanadores que todos posee­
mos.
78 CONSTELAR PARA SANAR

El psicoanalista francés Serge Tisseron, especia­


lista en materia de secretos de familia, señala:
«El secreto deja de ser un hecho normal y se
transforma en un hecho patológico cuando de­
jamos de ser "su guardián" para convertirnos en
"su prisionero".

Cuando, conjuntamente con un consultante,


observamos su genosociograma, es esencial fi­
jarse bien en cuáles reglas de convivencia, qué
conductas se premian y cuáles se castigan en la
familia, cuáles están en vigor y quién las elabo­
ra. Puede ser un abuelo, una abuela, un tío ...
cuando comenzamos a comprender estas re­
glas podemos intentar acompañar a la familia a
alcanzar una relación menos disfuncional y un
mejor equilibrio de las deudas y los méritos de
cada uno. Hay cuestiones que no son fáciles de
entender cuando trabajamos con una familia,
y lo importante aquí no es juzgar, ni criticar o
comparar; lo importante es acompañar desde
una escucha atenta y sin juicios.
RECURSOS SANADORES 79

Nuestro destino individual puede ser guiado


por la historia de las generaciones anteriores. Lo
cual significaría que un evento vivido por un an­
cestro hace muchísimos años puede orientar las
decisiones de una vida, la elección de pareja, la
cantidad de hijos que se tendrán, determinar las
vocaciones, detonar una enfermedad e, incluso,
provocar la caída accidental por la escalera de
un tataranieto.

La pregunta que surge a través de estas reflexio­


nes es: ¿puedo librarme o liberarme de la repe­
tición familiar, vivir mi propia vida y generar mi
propia historia? ¿puedo hacer algo para que mis
hijos y nietos no repitan lo que otras generacio­
nes han padecido?

Los «darse cuenta» de los descubrimientos


del árbol genealógico o del genosociograma se
vinculan a los conceptos de buena y mala con­
ciencia, amor ciego, expiación, identificación,
exclusión, movimiento amoroso interrumpido,
amor incondicional, de los que nos habla He­
llinger.
80 CONSTELAR PARA SANAR

Buena y mala conciencia

Uno de los temas que más nos cuesta compren­


der cuando estudiamos constelaciones y acce­
demos al trabajo de Bert Hellinger por primera
vez son los conceptos de buena y mala concien­
cia1 así como el de conciencia superior.

Vivünos dirigidos y orientados de manera in­


consciente por los mandatos, secretos1 creen­
cias y conductas que nos enseña nuestra familia.
También estamos influenciados por el país al que
pertenecemos y la cultura de la época. Cuando
usamos estas premisas como vara de medida para
determinar que estamos procediendo y actuan­
do «bien», de acuerdo a ellas, las conozcamos
o sean inconscientes, entonces estamos guiados
por la buena conciencia, es decir; por aquello que
está bien visto para nosotros1 lo que «es moral­
mente correcto» y aprobado por nuestra familia.
La mayoría de las veces, sufrimos o fracasamos
siguiendo esa buena conciencia porque sentimos
que no tenemos el derecho de ser felices porque
nuestra familia no lo ha sido, o algún miembro
murió pronto y entonces sentimos que al recibir
filCURSOSSANADORES 81

la vida de nuestros padres hemos recibido mu­


cho y entramos en dinámicas inconscientes ta­
les como: <<Si él o ella se han ido pronto, por lo
menos a mí que me vaya mal» o «a mí no me va
a pasar», y lo que hacemos en ese caso es entrar
directamente en la repetición.

Cuando, por el contrario, somos capaces de ha­


cer algo diferente a lo aprendido en nuestra fa­
milia, por ejemplo, ser felices al quedarnos en
una relación de pareja cuando todas las mujeres
de la familia se divorcian jóvenes, o luego de ser
madres quedan viudas; transgredir la norma de
no tener hijos o de tener demasiados; ejercer
una profesión que no es bien vista por nuestra
familia, o renunciar a un trabajo para ser inde­
pendientes cuando se considera que lo mejor
que nos puede pasar es trabajar en relación de
dependencia; elegir como pareja una persona
de otra nacionalidad o de otra religión que la de
nuestra familia) o vivir una vida plena; entonces
estamos guiados por una mala conciencia que
puede que nos lleve a ser excluidos de nuestra
cultura o familia al ser vistos como raros o dife­
rentes.
82 CONSTELAR PARA SANAR

La consecuencia de la buena conciencia es el no


crecimiento personal, pero permanecer y per­
tenecer al sistema del que formamos parte, sen­
tirnos queridos y mirados, como dice Hellinger,
«con buenos ojos».

La consecuencia de la mala conciencia es el cre­


cimiento, aun con el sentimiento de culpa que
nos genera; seguir adelante con nuestros pro­
yectos y escuchar los deseos de nuestro cora­
zón, que, a veces, se apartan de los preceptos de
la buena conciencia; si bien el costo es grande,
porque a veces la culpa nos ahoga, el resultado
final es que tarde o temprano al vernos felices en
la vida y humildes ante nuestros ance�tros, estos
nos vuelven a mirar con buenos ojos y aquello
que en un principio fue mala conciencia, ahora
el clan lo acepta y se transforma en buena con­
ciencia, hasta que alguien nuevamente comien­
za el ciclo.

Así es como crecen las familias. Por un tiempo


parece que nada cambia, todo está en un rela­
tivo orden, hasta que un miembro comienza a
REc:uRsos SANADORES 83

sentir un malestar y busca su alivio y su realiza­


ción con mala conciencia, y después de un tiem­
po todos acompañan y toman lo nuevo.

Bert Hellinger tiene una visión holística del bien


y del mal. Dice en Felicidad dual: «Cuando yo
veo a las personas, las veo en el contexto en que
viven, en un contexto mayor, de conjunto, en las
subculturas y los grupos a los que pertenecen.
Todos los sistemas relacionales constituyen ta­
les conjuntos. Si ves a las personas en su contex­
to rn.ayor, tu concepto de libertad de elección,
de responsabilidad personal y del bien y el mal
cambia. Entonces ves que la mayor parte del mal
que las personas hacen -o quizá incluso todo­
no es porque la persona sea mala, sino porque se
encuentra involucrada en algo a un nivel supe­
rior. En la mayoría de los casos, el mal es la ex­
presión de implicaciones sistémicas y no de algo
auténticamente personal».

También Hellinger habla de una conciencia su­


perior que está al servicio de la vida. Es como una
especie de encendido de la chispa de la vida que
84 CONSTELAR PARA SA"'.',IAR

vibra a través de nosotros y que nos lleva a ir más


allá de nuestra mira de juicios o moralídades.
Que nos hace estar en plenitud dirigidos por una
fuerza que incluye todo y que se libera de juicios.
Se trata de una fuerza que nos guía y e1npuja al
amor, la sintonía y un equilibrio que aunque no
entendamos nos llena de paz. Porque dejamos
de juzgar entre bueno o malo y comprendemos
que todo es perfecto tal y como es. En resumen,
constituye una comprensión superior.

A continuación te cmnparto un texto de Bert


Hellinger que lo explica con más detalle:

Aquello que normalmente definimos como con­


ciencia es un sentido interno, similar a nuestro
sentido del equilibrio. Con su ayuda percibimos
cómo debemos comportarnos en un grupo para
poder formar parte de él, y qué debemos evitar
para no perder esta pertenencia. Tenemos la con­
ciencia tranquila cuando cumplimos las condicio­
nes para la pertenencia. Tenemos mala conciencia
cuando nos desviamos de las condiciones para la
pertenencia.
.RECURSOS SANADORES 85

De grupo en grupo, las condiciones para el derecho


a la pertenencia son d(ferentes. En una familia de
ladrones hay que hacer algo diferente a lo que se
haría paraformar parte de lafamilia de un pastor.
En ambas familias, los hijos tienen la conciencia
tranquila o sienten mala conciencia por comporta-
1nientos totalmente distintos.

Por tanto, para muchos, «moral» significa aque­


llo que en nuestra familia es válido e <<inmoral»
significa aquello que no es válido en nuestra fami­
lia. Es decir; los contenidos siempre determinados
por el sistema.

Lo curioso es que desde la buena conciencia nos


sentimos autorizados a perjudicar a otros que son
diferentes. Cuando alguien se justifica alegando su
conciencia, en la mayoría de los casos quiere hacer
daño a otra persona. Soy bueno y quiero algo bue­
no, no necesito justificarme con mi conciencia, o a
través de otras religiones.
86 CONSTELARPARASANAR

Por eso1 lo realmente bueno es algo que se halla


más allá de la conciencia1 y para hacer lo realmen­
te bueno se necesita la valentía de ir más allá de la
conciencia. Lo realmente bueno significa que sirva
a muchos y que también reconozca como válidas
las diferencias de otros grupos y otros sistemas1 o
de otras religiones.

Pero también existe una instancia superior. Esta


actúa más allá de la conciencia que acabo de des­
cribir. Actúa cuando estamos en sintonía con algo
más grande. A veces experimentamos el actuar de
esta instancia en una constelación, cuando de re­
pente todos los participantes están en paz, como
en concordancia con algo más grande. O cuando
uno nota que está llamado a algo a lo que no se
puede sustraer¡ si se resistiera a hacerlo, algo en su
alma se rompería. O si hiciera algo determinado
que en un plano más superficial considera correc­
to, también rompe algo en su alma. Lo que aquí
actúa, también es una conciencia¡ una conciencia
superior. Está muy cerca del ser,, de lo esencial.
RECURSOS SANADORES 87

Amor ciego

Partimos del concepto de que no es posible vivir


sin conflictos. Los conflictos nos ayudan a cre­
cer, nos sacan de la buena conciencia. A esto le
sumamos la convicción de que los hijos venimos
a la vida para que nuestros padres nos hagan feli­
ces; la pregunta que se plantea aquí es qué ocu­
rre cuando un hijo desea hacer feliz a sus padres
o ancestros. Hacerlos felices en el sentido de no
generar conflicto o llevar el conflicto existente
sobre sí. A esta actitud de los hijos les llamamos
amor ciego en contraposición al amor claro, que
es el sentimiento que un hijo que se encuentra
en su lugar de hijo con respecto a sus padres de­
bería tener.

¿Y cuál es ese lugar? Imaginemos por un mo­


mento a nuestros padres y ahora agreguemos a
esa imagen la nuestraj ¿en qué forma nos rela­
cionamos? ¿Nuestros padres están delante de
nosotros? ¿Nos miran? ¿Nos dan la espalda? ¿Y
nosotros? ¿Cuál es nuestra postura? ¿Estarnos
delante de nuestros padres dándoles la espalda
o detrás de ellos y ellos nos dan la espalda?
88 CONSTELAR PAR!\ SANAR

Cuando un hijo o una hija se colocan detrás de


sus padres y ellos dándoles la espalda; esa ima­
gen es la del amor ciego. El hijo «feliz», que no
necesariamente tiene padres felices, se coloca
delante, y cuando los padres están juntos; uno
al lado del otro y el hijo o hija delante y estos
padres pueden incluso colocar sus manos sobre
la espalda del hijo, estos padres están en proceso
de resolver sus asuntos y el hijo en su lugar, con
amor claro, haciéndose cargo únicamente de los
asuntos que le incuben.

Un hijo o hija, tomado por el amor ciego, es ca­


paz de morir o rnatar -¿si no qué otra cosa po­
dría ser un aborto?- con tal de no disgustar a un
padre o madre o a ambos, un hijo puede tomar
esta decisión o, en caso de un padre enfermo,
entrar en la dinámica inconsciente de «yo en tu
lugar» o «mejor que me pase a mí».

Vemos también cómo por este amor ciego apa­


recen en el hijo enfermedades o síntomas, di­
ficultades para tener pareja o engendrar hijos,
para tener éxito en su trabajo o profesión, para
RECURSOS SANADOR.ES 89

generar dinero o conservarlo, surgen conflictos


legales a repetición, accidentes, intentos de sui­
cidio, entre otras situaciones.

Expiación y compensación

Al continuar con nuestro análisis, observamos


que en las familias no es extraño que existan
personas que tienen un comportamiento que es
considerado por el clan como impropio de un
miembro de la familia (adicciones, prostitución,
robo, familia paralela, hijos no reconocidos, en­
tre otras situaciones), y un hijo, con la finalidad
de compensar esa conducta o de expiar una cul­
pa del miembro marginado o excluido, sin sa­
berlo (es decir sin conciencia de esto), lleva esta
carga; la buena conciencia marca a este miem­
bro de la familia, por lo general alguien joven,
inocente, un niño ... el deseo de seguir el desti­
no del excluido y entonces comienza el ciclo del
amor ciego.

¿Cuál es el beneficio del amor ciego? Estar al ser­


vicio, por lealtad, del sistema familiar, incluyendo
90 CONSTELAR PARA SANAR

con su conducta o destino a quien estaba exclui­


do. El hijo o hija dicen a sus padres, inconsciente­
mente, «por ti o por tu felicidad o tranquilidad,_
me hago cargo de lo que te toca resolver».

Entonces, ante esta situación, ¿se puede encon­


trar una sanación a las dinámicas ciegas? ¿De
qué forma? ¿Qué debemos hacer? Como padres,
estar en nuestro lugar y revisar si nos encontra­
mos en un proceso de hacernos cargo de lo que
nos toca y si lo estamos resolviendo. Como hi­
jos, si permitimos que nuestros padres lleven la
carga que les pertenece y los reconocemos en
esa tarea, viéndolos fuertes y responsables.

Cuando los hijos critican a sus padres y desmere­


cen sus esfuerzos, no los «toman» en el sentido
hellingueriano del término. Tomar a los padres
en nuestro corazón es una tarea cotidiana, acep­
tarlos tal y como son, con lo bueno y lo difícil y
sobre todo con su historia. Reconocer lo que es,
tarea complicada, dificultosa muchas veces; sin
embargo reconocer lo que no fue o pudo haber
sido es uno de los grandes logros del alma. Fluir
RECURSOS SANADORES 91

con lo que la vida nos trae, con gracia y ligereza,


sin resistir ni rechazar.

Los árboles genealógicos son las herramientas


para descubrir lazos secretos. La familia puede
ser nuestro cofre del tesoro o nuestra trampa
mortal; conocer los secretos familiares no siem­
pre nos libera de repetir. Para poder crecer es
necesario un trabajo personal profundo, incor­
porar los principios que rigen las constelaciones
y estar atentos a lo que nuestras reacciones emo­
cionales y nuestro cuerpo nos muestran para así
poder crecer.

Cuando los padres realizan su trabajo personal y


se van sintiendo cada vez más livianos de cargas
del pasado, se van atenuando y espaciando las
repeticiones, viven en el presente resolviendo
los asuntos que se van presentando, sin atraer ni
repeler situaciones, asintiendo a lo que es y tam­
bién conformándose con lo que no es o pudo
haber sido. Así, los hijos se sentirán libres, ha­
ciéndose cargo de sus decisiones y de las conse­
cuencias de ellas.
92 CONSTELAR PARA SANAR

Dejar de juzgar, evaluar, etiquetar, asentir al des­


tino difícil o sencillo y vivir en el presente, son lo­
gros que se adquieren a través de práctica activa,_
y se pueden enseñar y transmitir. Padres felices
tienen hijos felices. ¿Podría ser de otra forma?

Se trata de estudiar el inconsciente de un clan, de


una familia en sentido extenso, llegar hasta los
ancestros que no conocimos y sin embargo están
presentes en nuestra vida, porque el inconsciente
transgeneracional se transmite de una generación
a otra y guarda lo innombrable que cada linaje
tiene encerrado bajo siete llaves. El árbol genea­
lógico contiene -como un holograma- todo lo
que somos, sentimos, padecemos, elegimos, en­
fermamos, decidimos y celebramos.

Muchos estudiosos avanzan desde hace años


en esta herramienta terapéutica que es la psi­
cogenealogía: Anne Ancelin Schützenberger,
Josephine Hilgard, Nicolas Abraham y María
Torok, Serge Tisseron. Retomaron conceptos
de Sigmund Freud, Fran�oise Dolto y Alice Mi­
ller para ir más allá del inconsciente individual
RECURSOS SANADORES 93

y explorar el inconsciente familiar: allí anidan


frustraciones y pactos invisibles, deudas impa­
gables, vocaciones, modos de construir una pa­
reja y de vincularnos con los amigos, el trabajo
o los proyectos.

En los nudos secretos que toda familia se en­


carga de perpetuar habita lo más conflictivo, la
compulsión a repetir esos mandatos de nues­
tros antepasados;.y aquí aparece el gran aporte
de Bert Hellinger, el concepto de buena y mala
conciencia.

La buena conciencia nos lleva a la repetición in­


consciente o consciente, al amor ciego; la mala
conciencia, el rehusarme a repetir, me lleva al
amor claro, a la libertad de poder ser quien real­
mente he venido a ser. Cuando se toma concien­
cia de que una vocación que se cree personal no
es propia sino que corresponde a un bisabuelo,
se reencauza el deseo; cuando se advierte que el
dolor de las vértebras sacras no es propio pero se
sufre por lealtad al padecimiento de un miem­
bro del clan, el sufrimiento y la invalidez cobran
94 CONSTELAR PARA SAJ\JAR

un sentido y alivian la carga; cuando no se pue­


de tener hijos porque se sigue el patrón del linaje
transmitido por generaciones dando un mensaje
siniestro: «dar a luz equivale a morir en el par­
to», se ilumina una zona que era desconocida y
la concepción recién puede ser posible.

La psicogenealogía es una técnica terapéutica


que trabaja con quienes necesitan despejar dudas
sobre su identidad, conocer el origen de ciertas
alergias o enfennedadesJ averiguar por qué se re­
piten las mismas fallas al elegir pareja o fracasar
en los estudios. Los consultantes llegan con un
tema específico que los mortifica: miedo a viajar,
rnigraúas que no se resuelven con tratamientos
farmacológicos, imposibilidad para tener hijos...
El estudio del árbol genealógico determina cuá­
les son los personajes <<dobles» que están presen­
tes en el sujeto, arrastrando duelos inconclusos
de una bisabuela a quien tal vez no se conoció.

Por su parte, el análisis transgeneracional per­


mite conocer los tres pilares básicos de la iden­
tidad:
REcURSOS SANADORES 95

• ¿Qué me dan mis ancestros?

• ¿Qué esperan de mí?

• ¿Qué pongo yo?

Venimos marcados con tatuajes invisibles: «se­


rás un científico para completar la tarea de tu
padre», «no ganarás dinero porque eso es ser
inmoral», «te quedarás con tu hermano toda la
vida para evitar que los de afuera los separen».
Las expectativas están en el inconsciente intra­
uterino y las mamamos con la leche materna.
Sabemos que debemos ser fieles a esa programa­
ción porque la deslealtad al clan es imperdona­
ble.

Hay un inconsciente intrauterino transmitido


desde la misma concepción que graba en el nue­
vo ser toda la información de la rama materna
y de la rama paterna, que a su vez ya llevan ins­
cripta la información de sus padres, abuelos, y
así hasta donde ese clan se remonte ...
96 CONSTELAR PARA SANAR

Reunir datos, preguntar, investigar en registros


civiles e iglesias, buscar fotos y documentos.
Todo sirve: el relato de una tía, los mensajes escu�
chados a medias, la intuición del origen o perte­
nencia a una cultura diferente en la que se crece.
El genosociograma es el relato del árbol con toda
esa información: nombres, fechas de nacimien­
to y muerte de los antepasados, vocaciones,
profesiones, accidentes, situaciones contextua­
les (guerras, deportaciones, crisis económicas),
prejuicios, creencias, enfermedades, muerte de
niños al nacer, hijos ilegítimos, violaciones, ca­
samientos forzados, crímenes, estafas, mentiras,
identidades negadas.

Todo está en el inconsciente de los miembros


de un linaje. El secreto es una patología que se
transmite, se repite como un «guion familiar»
y daña. Romper el paradigma transgeneracio­
nal, libera. El análisis siempre arroja datos sor­
prendentes, porque siempre lo supimos pero no
lo habíamos podido ver. «¿Por qué en nuestra
familia siempre ocurre un accidente en Navi­
dad?» «¡Qué raro! Mi segundo hijo como mi
tío (el segundo hijo de mi abuela) nacieron en
RECURSOS SANADORES 97

la misma fecha y parece que les suceden cosas


semejantes». Nos asombramos cuando detec­
tamos sincronía de ciertos hechos en deter­
minadas fechas. El análisis revela que no son
acontecimientos casuales: repetimos por lealtad
y para «usar» la información programada en
nuestro clan.

El análisis revela una verdad que grita a voces ma­


nifestándose en enfermedades o angustia injusti­
ficada. El peso de cargar con duelos de muertos
desconocidos nos agobia hasta el presente aun­
que hayan pasado doscientos años. Romper el
secreto sana, repara y evita la repetición. Cuando
se sabe, se deja de tropezar con la misma piedra.
Cómo evitar nuevos
malestares a l�s siguientes
generaciones

S i bien todos nosotros estamos relacionados


y somos iguales a un nivel macro, como in­
dividuos conservamos, o deberíamos hacerlo,
ciertos límites. Estos límites tienen que ver con
lo público, lo privado y lo íntimo.

Lo que sucede entre mi pareja y yo es íntimo, y


no es recomendable que trascienda. Si cuento a
un hijo o hija algo íntimo de su padre o de mí,
estoy traspasando una peligrosa frontera, es­
toy transformando a ese hijo en confidente, lo
100 CONSTELAR PARA SANAR

estoy igualando a los adultos de la pareja y por


lo tanto lo debilito, ya que la consecuencia de
cmnpartir una intimidad con un hijo es hacerlo.
débil) tanto como a su padre y a mí. Mientras los
padres conserven su lugar como pareja y ejerzan
el rol de padres de sus hijos, estos estarán res­
guardados y serán felices y libres.

Cuando un padre o madre intenta ser amigo de


su hijo está interfiriendo con los Órdenes del
Amor de Hellinger y comenzarán los proble­
mas de relación. El hijo o hija se defenderá del
lugar donde lo colocan los padres y comenzarán
las rebeldías y enojos, pues, inconscientemente,
está preservando su lugar.

Un padre jamás será padre y madre; y una ma­


dre jamás será padre y madre, aunque críen a sus
hijos solos. Cada uno tiene un rol y una relación
con sus hijos. Pretender que alguien desempe­
ñe dos roles es inadmisible y una gran carga y
peso para el hijo. También transgredo este lími­
te cuando un hijo o hija me comentan algo que
les pertenece y es íntimo de ellos, si lo comento
CÓMO EVl L� R KUEVOS MAL ES BKBS A LAS SIGUIENTES GENERACIONES 1Ü1

con otra persona -aunque se trate de su padre­


deja de ser una confidencia y estoy vulnerando
su confianza.

Lo privado tiene que ver con lo que ocurre en


nuestra familia y allí debe permanecer. Supon­
gamos que un hijo estudia violín o piano y llegan
visitas a la casa, entonces, y esto es muy común,
uno de los padres dice en la reunión fa1niliar:
«Hijo, trae tu violín y muestra lo que sabes». El
padre o madre, en ese 1nomento, están haciendo
público algo que es privado de esa familia y que
el hijo no ha manifestado. ¿Q_ué hace el hijo?
Puede complacer a los padres y mostrar sus ha­
bilidades o negarse a hacerlo. ¿Los padres, con
este pedido, lo hacen fuerte o lo debilitan? Lo
que sería oportuno hacer en este caso es prime­
ro preguntarle al hijo: «¿Te gustaría que conte­
mos a los abuelos que estudias violín? ¿Quieres
mostrarles lo que sabes o prefieres que no en
este m01nento?».

Es necesario que nos mantengamos en nuestro


lugar de hijos, padres, pareja, colegas, amigos, y
102 CONSTELAR PARA SANAR

que, ante la duda, preguntemos a la otra persona


qué quiere hacer. Si un amigo viene a mí con un
problema y me dice que necesita compartir algo, _
es necesario que le pregunte: ¿quieres que te es­
cuche o que también opine o te dé una recomen­
dación? Es invasivo que comencemos a opinar
cuando alguien nos comenta algo y lo llenemos
de «deberías hacer esto o aquello», y «yo en tu
lugar» o, peor aún, que comencemos a relatar
sucesos nuestros. La escucha debe ser empática.
Y logro una escucha empática cuando estoy pre­
sente para el otro, sin juzgar, sin opinar, solo es­
cuchando.

Un acontecimiento, situación, hecho, pueden


ser no contados porque estamos preservando
un espacio íntimo o privado. De todas formas,
una cosa es no decir algo porque no suma, no
agrega nada, o callar para ocultar. En los talle­
res, en ocasiones, asisten parejas. Cuando uno
de los miembros constela, le pido al otro que se
retire de la sala, mientras dura la constelación.
Esto es para preservar la intimidad del miembro
que constela y de la pareja. Es probable que haya
habido, en una relación anterior, un aborto, o
CÓMO EVITAR NUEVOS MALESTARES.'. LAS SIGU!EKTES GENER.'.CIONES 103

varias parejas, o situaciones de violencia e, in­


cluso, secretos; ¿es necesario que la pareja actual
lo sepa? La respuesta es no. ¿Este dato suma algo
a la nueva pareja? No. Tal vez en un momento
de ira o enojo, este tema anterior con otra pareja
salga a la luz y sea usado como recriminación;
esto no ayuda a la nueva pareja. ¿A quién debe
comentar la mujer que tuvo pérdida de hijos? A
su médico, sacerdote, guía espiritual, terapeuta,
porque con ese conocimiento puede tener un
proceso terapéutico o encontrar alivio a su es­
píritu; lo mismo ocurre si el de la pérdida es el
hombre y la ha tenido con otra mujer. Los tera­
peutas cuidamos la relación de pareja actual y la
del consultante con cada una de las anteriores
relaciones que hubo.

Si el tema a constelar tiene que ver con un pe­


dido de ambos acerca de un problema de pareja
actual, ambos constelarán juntos y si el cons­
telador observara que h ay temas que cada uno
debe trabajar por separado les dirá: «En algún
momento que lo deseen pueden tener una se­
sión individual para profundizar lo que necesi­
ten». Eso será todo.
104 CONSTELAR PARA SANAR

Supongamos que quien viene a constelar tiene


hijos y desea ser abuela, ¿podrá constelar este pe­
dido? La respuesta claramente es no. No es posi­
ble que algo íntimo de la pareja sea motivo de un
pedido de alguien que no pertenece a la pareja.

A veces ocurre que una abuela asiste a un taller y


solicita constelar a su nieto, pues le va mal en la
escuela o está enfermo. ¿Es posible acceder a este
pedido? La respuesta vuelve a ser no. ¿Quiénes
deben constelar en este caso? Los padres del
niño. La abuela podría constelar lo que a ella le
ocurre con una enfermedad de su nieto, pero no
hacerlo por él y mucho menos sin el consenti­
miento de los padres. Las abuelas dicen: <<Sus
padres quieren que esté sano», entonces mi pre­
gunta es: «¿Saben sus padres que estás aquí? ¿Te
han dado su permiso? ¿Por qué no están ellos o
uno de ellos presente?». La razón para estas pre­
guntas vuelve a tener que ver con los espacios
íntimo, privado y público.

Un tema particularmente difícil para algunos


padres es la forma en que fueron concebidos sus
CÓMO EVITAR NUEVOS MALESTARES A L AS SIGUIENTES GENERACIONES l 05

hijos: no revelan los métodos de inseminación)


donación de óvulos o esperma, vientre alquila­
do, criopreservación, etc. 3 Hay circunstancias
de la vida que los protagonistas deciden callar.
Y esto se debe a que, habitualmente1 los secre­
tos específicamente tratan de cuatro temas cen­
trales: vida, muerte, sexo1 dinero. Los adultos
callan, no solo por vergüenza o dolor, sino tam­
bién por miedo, venganza, enojo, resentimientoy
hacia otro u otros. Este no dicho será un secreto
en la segunda generación y algo impensable en
la tercera.

Todo lo no dicho se expresará de una manera


u otra. Así como el sistema familiar no acepta
las exclusiones y les asigna derecho a pertenecer
a todos, el secreto será revelado y si no es así,
aparecerá en los nietos o generaciones sucesivas
como un dolor, enfermedad o repetición.

-1 Un material muy adecuado para hablar de estos temas con los niños es
el libro del psiquiatra francés Serge Tisseron El árbol de las semillas de bebé.
106 CONSTELAR PARA SANAR

Dado que según Bert Hellinger, nosotros somos


«cientos», la meta al adoptar esta filosofía de
vida radica en permanecer en el presente1 go-.
zando del amor claro y tomando solo lo que me
corresponde) sabiendo que mis ancestros me
acompañan en mi corazón y están de acuerdo
en que esta vez uno de nosotros pueda hacerlo
diferente.
Constelar para sanar

E n los talleres las personas se sientan confor­


mando un círculo. A estas personas se las
denomina participantes. Como participantes,
colaboran con el constelador a generar el clima
necesario para el trabajo que se realiza, mante­
niéndose en silencio, no conversando durante las
constelaciones y, desde su silla, trabajando para
sí mismos los temas que se desarrollan. Pueden
ser invitados a ocupar el rol de representantes
en una constelación, por el constelador o quien
108 CONSTELAR PARA SANAR

solicita su trabajo y también pueden negarse a


aceptar esa designación.

A veces las personas creen que le hacen un favor


al aceptar la designación a quien los requiere,
sin embargo, sabemos que quien nos elige de re­
presentantes nos hace un servicio, al colocarnos
en el exacto lugar, en ese momento de nuestra
vida, donde debemos «ver» algo significativo
para nosotros mismos.

El constelador realiza aquellas constelaciones


que solicitan los participantes y que siente que
tienen «fuerza» o «peso». Por ejemplo, alguien
pide trabajar un problema determinado que lo
está afectando emocional o físicamente o bien
se trata de vínculos alterados o relaciones difí­
ciles. Pero para poder llevar a cabo una conste­
lación, la persona debe ser capaz de definir con
una breve frase de qué se trata «su asunto», dice
Hellinger, su tema. Sabemos de la importancia
de poder focalizarnos en nuestros asuntos para
lograr una solución y que, si podemos resumir
en una frase nuestro problema, ya se encuentra
CONSTELAR PARA SANAR 109

casi resuelto; en cambio, cuando damos deta­


lladas explicaciones no estamos haciendo otra
cosa que distraer al constelador de su tarea y
mirar fuera de nosotros, buscando una solución
o culpando a otros por encontrarnos como nos
sentimos.

Bert y Sophie Hellinger han ido desarrollan­


do una forma de trabajo denominada Nuevas
Constelaciones. En esta configuración el cons­
telador prácticamente no ingresa al campo de
conocimiento, el espacio donde se desarrollan
las constelaciones en el taller, sabiendo que el
observador modifica lo observado, según la fí­
sica cuántica. Al respecto es muy interesante
el experimento realizado por los científicos del
Noetic Institute, publicado en Physícs Essays, el
cual sugiere que la conciencia afecta la medición
de un fenómeno.

Lentamente, al conocer el pedido del consul­


tante, el constelador propone que este elija
representantes de determinadas personas o si­
tuaciones que serán desplegadas en el campo;
110 CONSTELAR PARA SANAR

los representantes se ubican en él conformando


imágenes, que tienen que ver con las posiciones
que adoptan en relación con cada persona y con­
forman en sí mismas configuraciones sistémicas
como las explicadas anteriormente; los repre­
sentantes encuentran su lugar moviéndose en
el campo de conocimiento, mirándose, expre­
sando emociones, buscando ubicarse en lugares
donde perciben corporal y emocionalmente que
se sienten mejor. Nadíe habla, los movimientos
son lentos, pausados, sentidos; luego de varios
minutos y, hasta en algunos casos una hora,
nadie más se mueve; los participantes han en­
contrado un punto donde perciben otras emo­
ciones, se muestran serenos, respiran profundo,
sus miradas son amplias y suaves. Allí termina
el trabajo.

Desde afuera, los que vemos estos trabajos, los


participantes del taller y el constelador nos en­
contramos sumidos en una mirada benevolente,
con aceptación de lo que de la relación o rela­
ciones se observa y sin críticas, objeciones o co­
mentarios. Hay una serenidad que proviene de
un saber del corazón, de saber que finalmente
CONSTELAR PARA SANAR 111

todo estará bien y las emociones y sensaciones


encontrarán su cauce. H ay un mirar más allá de
este momento, una comprensión de lo finitos
que somos, de lo inútil de las resistencias, de lo
inmenso que es eso que nos une y nos cobija.

El constelador no trabaja con relatos, sino con


imágenes, imágenes internas, inconscientes.
Esas imágenes se hacen conscientes del aquí
y ahora, al representarlas dentro del círculo al
que llamamos campo de conocimiento. ¿Qué
significa del aquí y ahora? Que las imágenes in­
conscientes están en nuestra mente en un sin
tiempo, en un eterno presente. El tiempo es una
construcción; si bien sería muy extenso expli­
carlo, vale decir que al traer del inconsciente
una imagen particular y hacerla consciente, se
encuentra en ese momento de un modo visible
y actual en el momento presente y esa imagen
se encuentra desordenada e incompleta. Al lo­
grarse la imagen de resolución o imagen sana,
esta regresa nuevamente al inconsciente y mo­
difica la imagen original; de hecho, si la persona
quisiera recordar cómo era la imagen con la que
inició su constelación, tal vez ya ni la recuerde.
112 CONSTELAR PARA SANAR

Los límites del pedido del consultante radican en


que este siempre debe estar incluido: «¿Cómo pue­
do mejorar la relación con "x"?» es un pedido muy
diferente a «deseo que "x" me quiera». No podría
por ejemplo constelarse a alguien que desea «or­
denar» su familia, sino a aquel que solicita encon­
trar su lugar en su familia; o trabajar la enfermedad
de un esposo o esposa, sino trabajar su relación con
esta enfermedad. A veces en los talleres una madre
solicita constelar para que su hijo o hija le den un
nieto y eso es sencillamente imposible; no se puede
constelar por otro o para otro, debe solicitarlo la
persona. Esto me lleva también al tema de los lí­
mites. Solo puedo con lo que me pertenece) inmis­
cuirme con mi pedido en la vida de otra persona es
un acto de soberbia y en este trabajo se requieren
dosis de humildad y también de paciencia.

No h ay límite de edad para realizar una conste­


lación. Padres con criaturas pequeñas asisten a
los talleres para solicitar una constelación para
su bebé que muestra signos que los preocupan, y
personas de edad avanzada, o quienes se encuen­
tran en la última etapa de su vida, sienten un pro­
fundo alivio luego de realizar el trabajo.
Co:-;STELAR PARA SANAR 113

Hace unos años atrás, cuando aún Bert Hellin­


ger trabajaba en sus primeras etapas, realizaba
una pequeña entrevista con el consultante antes
de cmnenzar el trabajo. Le hacía una serie de pre­
guntas para saber cómo estaba conformada su
familia, qué habría que ver si todo salía bien, las
expectativas en relación con lo que debe ser se­
gún las constelaciones, qué es lo esperable en su
familia, cuáles eran los acontecimientos traumá­
ticos en la familia, etc.

Pero ya no se trabaja de esa forma, salvo en el caso


de constelaciones pedagógicas dentro de un en­
trenamiento, donde se realizan comentarios ex­
plicativos.

Actualmente, el constelador se deja guiar por


las sensaciones y emociones que se expresan en
su cuerpo y en el campo para ir desarrollando la
constelación; permite que el consultante vea su
realidad a través de la imagen que se conforma
para que, a través de ella, sea el mismo consul­
tante quien pueda descubrir la solución.
114 CONSTELAR PARA SA.i'\!AR

La persona, a quien llamamos consultante,


será invitada a escoger entre los participantes
del taller a quienes representarán a diferentes
miembros de su familia, por ejemplo, en el caso
de que sus miembros estén involucrados en el
trabajo que solicita. En ese momento, el partici­
pante pasa a ser un representante (puede serlo
de un familiar, un acontecimiento, una enfer­
medad, un síntoma). Una vez hecho esto, el
consultante ubicará espacialmente a las perso­
nas que eligió como representantes, de acuerdo
a su imagen interna, dentro del círculo que con­
forman los participantes. También puede dar­
se el caso de que es el constelador quien da la
indicación para que cada representante, de una
forma centrada, percibiendo sus sensaciones y
emociones, y sin querer ayudar a la persona que
constela, encuentre un lugar dentro del campo
de conocimiento y se ubique donde siente que
debe permanecer.

Los representantes son invitados a expresar sus


emociones y a percibir los sentimientos de la
persona que representan. Aún no podemos ex­
plicar cómo es posible que, con la intención del
CONSTELAR P,\RA SANAR 115

consultante, dentro del campo de conocimien­


to, los representantes puedan experimentar este
fenómeno. Bert Hellinger sostiene que las fuer­
zas que actúan en ese campo son manifestacio­
nes de la Gran Alma, es decir, del alma familiar.
Cada vez con más fuerza tienen sentido en este
trabajo las teorías de Rupert Sheldrake en cuan­
to a la conformación de un campo módico.

Los campos módicos o morfogenéticos ayudan


a comprender cómo los organismos adoptan
sus formas y comportamientos característicos.
«Morfo viene de la palabra griega morphe, que
significa forma. Los campos morfogenéticos son
campos de forma; campos, patrones o estructu­
ras de orden. Estos campos organizan no solo
los campos de organismos vivos sino también
de cristales y moléculas. Cada tipo de molécula,
cada proteína, por ejemplo, tiene su propio cam­
po módico (un campo de hemoglobina, un cam­
po de insulina, etcétera). De igual manera cada
tipo de cristal, cada tipo de organismo, cada
tipo de instinto o patrón de comportamiento
tiene su campo módico. Estos campos son los
que ordenan la naturaleza. Hay muchos tipos de
116 CONSTELARPARASANAR

campos porque hay muchos tipos de cosas y pa­


trones en la naturaleza... ».

Los campos morfogenéticos o campos módicos


llevan información, no energía, y son utiliza­
bles a través del espacio y del tiempo sin pérdi­
da alguna de intensidad después de haber sido
creados. Son campos no físicos, que ejercen in­
fluencia sobre sistemas que presentan algún tipo
de organización inherente.

Durante el trabajo con las constelaciones, el


constelador confía en este fenómeno permitién­
dose incluso ser guiado por este. El constelador
trabaja dentro del campo sin miedo1 sin inten­
ción, sin emoción1 sin conocimiento o informa­
ción. Cada constelación es distinta, diferente y
única.

En las constelaciones familiares, se reconoce


que entre el consultante y los miembros de su
sistema actúa un campo energético sabio que
hace posible que exista ese conocimiento sin
CONSTELAR PAR.A SANAR 117

intermediarios externos sino solo a través de la


participación. Los representantes perciben in­
formación de ese sistema y de esa persona que
representan, sin conocerlos y sin información,
ya que como antes se mencionó no se trabaja
con relatos ni historias, sino con percepciones.
Para esto es imprescindible que los represen­
tantes también se encuentren en el campo de
conocimiento sin intención, de querer ayudar,
por eje1nplo, y que asientan a la realidad tal cual
es. Si los representantes se dejaran tomar por
sus sentimientos de querer ayudar al consultan­
te en su situación, la constelación que se logra­
ría sería una constelación sin fuerza, fracasaría.
Lo mismo que si el consultante regresa a su casa
y comienza a explicar su constelación.

En el campo, el consultante y el constelador po­


drán ver la imagen desordenada e incompleta e
ir colocando aquellas personas que falten y que
para el consultante se encuentran excluidas. La
imagen se irá transformando hasta lograr una
imagen sana. Es esta nueva imagen la que, una
vez observada e integrada por el consultante,
hace posible que pueda comportarse de una
118 CONSTELAR PARA SANAR

forma diferente o sanar ese síntoma que estaba


representando aquello que no veía o no tenía en
cuenta y queJ muy posiblemente, esta nueva ima­
gen dé lugar a comprensiones en el consultante­
que de otra forma no hubiera tenido.

A veces, se conforma la imagen inicial del con­


sultante en el campo, y los representantes no se
mueven, no se miran, como si cada uno estuvie­
ra en sus propios asuntosj otras, el consultante
dentro del campo comienza a hacer preguntas
al constelador, perdiendo su centro y concentra­
ción o, de pronto, negando lo que ve con tanta
claridad. También puede ocurrir que nadie ha­
ble y que el constelador tampoco intervenga,
aunque ya sabemos que de acuerdo a la física
cuántica hablar de no intervención aquí no es
posible) ya que el observador modifica lo obser­
vado; en esos casos pareciera que la imagen no
va hacia ninguna parte y que nada ocurre, sin
embargo, esto no es así. Aunque esa pueda ser
la primera reacción de un consultante, a los po­
cos días nos contactará para informarnos que
«todo en sus relaciones se ha movido» y que
ahora puede comprender.
CONSTELARPAIV\ SANAR 119

Para que pueda tener efecto la constelación, es


necesario salir de la mente, del razonamiento,
de las explicaciones y entrar al corazón y mi­
rar desde allí. Ese mirar se transformará luego
en comprensión. La magia no existe cuando
hablamos de constelaciones; lo que posibilita
su éxito es, en principio, la síntesis que hace
con su pedido el consultante. Cuando quien
requiere su trabajo puede enunciarlo con una
sola frase, el ochenta por ciento de la solución
ya se encuentra a su alcance. En la medida en
que la persona «rumie>> con sus pensamientos
constantemente y salte de un pedido a otro, no
solo se sentirá confundida, sino que no llegará
a una solución.

Los pedidos pueden ser muy disímiles, tantos


como personas h aya en el grupo:

• «Deseo que mi pareja se quede conmigo». Y


entonces pregunto: «¿Tienes pareja?» y la res­
puesta es «No». En ese caso el pedido debe
ser: «Quiero encontrar una pareja».
120 CONSTELAR PARA SANAR

• «Tengo tal o cual enfermedad», dicho con


una mueca semejante a una sonrisa o con una
sonrisa leve. En ese caso me pregunto, de igual_
forma en que lo hace Hellinger, ¿tengo dere­
cho a sacar a esta persona de su felicidad?

• «No logro encontrar trabajo». ¿Qué es lo


que buscas en qué puesto? «No sé, quiero ser
gerente». ¿En qué área? ¿Qué tipo de empre­
sa? «No sé». En casos así es necesario ver en
primer término la familia de origen del con­
sultante. Sabemos que llevamos, a cada lugar
donde trab�jamos, las improntas y dinámicas
sin resolver de nuestra familia de origen.

Más adelante veremos algunos casos y cómo fue


su resolución.

A veces, en los talleres, las personas preguntan:


«¿Ya está? ¿Ahora debo hacer algo?» y la respues­
ta, invariablemente, es: «Ya está y ahora no debes
hacer más nada». Sin embargo, esto muchas veces
no es suficiente para quien consulta y comienza a
relatar a toda su familia la constelación y permite
que se hagan comentarios acerca de ella o de la
CONSTELAR PARA SANAR 121

situación que se vivió y entonces la constelación


pierde su efecto. La persona vuelve a la hnagen
previa, no se queda en la imagen sana, vuelve a su
imagen inicial, y fiel a sus amigos y familia, con
buena conciencia, dice: <<No funcionó».

Para que la constelación funcione, primero la


persona debe querer un ca1nbio, debe estar allí­
mite de sus fuerzas y necesita hacer un cambio
porque su sufrimiento es grande. Debe dejar de
pensar que sufrir es mejor que cambiar. Cuando
alguien llega a este punto, entonces cmnenzó el
camino de su sanación y todas sus fuerzas y las
fuerzas del Universo están a su disposición, y
comienzan a aparecerlos caminos -en la forma
de conversaciones edificantes, libros, películas,
personas, maestros- que le muestran herra­
mientas para su deseo de sanar.

Muchas veces en los talleres cuando alguien pre­


gunta cuál es el movüniento siguiente a realizar,
la respuesta es arriba y adelante. Arriba para sa­
lir del pozo de tristeza, desolación, dolor, y hacia
adelante para no volver a caer en el pozo ...
122 CONSTELAR PARA SANAR

Durante el trabajo con constelaciones mencio­


namos que existen frases y movimientos sana­
dores. Esto implica que la sanación se lleva a_
cabo mediante la acción.

No hay sanación sin movimiento.

El movimiento provoca una emoción.

No puede haber sanación sin un cambio de emo-


.,
c1on.
.t?
SEGUNDA PARTE
Las enfermedades

Caso Felicitas

Felicitas tiene cincuenta años y llega por prime­


ra vez a un taller. Escuchó hablar a sus amigas
de constelaciones y decide participar. Cuando
manifiesta que quiere «constelar», dice que
tiene muchas enfermedades. La invito a que es­
coja tantas personas como enfermedades. Ella,
sonriente, va señalando con su dedo índice a las
personas diciendo «tú», «tú», «tú». Le expli­
co que en constelaciones existen palabras mági­
cas y que una de ellas es «por favor». Entonces,
126 CONSTELAR PARA SANAR

musita <<por favor», y las personas van llegan­


do al campo. Felicitas las ubica colocando sus
manos en la espalda de cada representante y
guiándolos hacia el lugar que siente que los debe
colocar, según su imagen interna.

La imagen la configuran dos varones jóvenes,


una mujer mayor, un hombre y una mujer de
mediana edad y ella.

Rápidamente, los varones jóvenes sienten la ne­


cesidad de sentarse en el piso, y eso les produce
suspiros de alivio. Se miran. Están frente a fren­
te a varios metros de distancia.

Felicitas, feliz y sonriente, camina entre los re­


presentantes. Le propongo que haga contacto
visual con uno de los varones que se encuentran
sentados en el piso. Se inclina, lo mira. En ese
momento le sugiero una frase: «Qué pena que
no naciste, ahora te veo y te doy un lugar en mi
corazón»; ella 1a repite y repentinamente aban­
dona su sonrisa, cae su máscara de mujer feliz y
LAS ENFERMEDADES 127

contacta con el dolor. Y se abandona a él. Hace lo


mismo con el otro joven. Luego, se incorpora y
mira a una de las mujeres y le dice: «Lo hice por
ti y veo que no sirvió de nada». Felicitas repite
las frases como en un trance profundo, reconoce
a su abuela paterna y a su padre en los represen­
tantes; todos están muertos. Ella, a causa de no
expresar su dolor emocional y, en dos situacio­
nes, por tratarse de secretos, está recordando a
sus muertos con dolores físicos y enfermedades.

La consteladora le propone a Felicitas que ex­


prese la siguiente frase a los muertos de su fa­
milia: «No es necesario que los recuerde con
dolor, todos están en mi corazón».

Felicitas se abraza a su padre, llora y lo despi­


de. En la configuración, sus hijos no nacidos se
encontraban cerca de sus padres y abuela. Allí
los deja para decirles luego a todos: «Dentro de
mucho, mucho tiempo nos volveremos a encon­
trar, y ahora vuelvo a la vida, me quedo en ella,
me cuido y me doy alegrías».
128 CONSTELAR PARA SANAR

Al terminar el taller su sonrisa dejó de ser una


mueca. Ahora es un suave gesto, tierno y dulce.

Luego, me escribe un correo electrónico. Me


pregunta cómo es posible que yo supiera de sus
dos abortos, de sus padres y abuela muertos si
ella en ningún momento los mencionó ... Solo le
envié el material que Bert Hellinger tituló «Qué
hacer después de constelar». Las palabras no al­
canzan y cuando aparecen, sobran.

Las formas en que se hacen los pedidos de cons­


telación en los talleres son sutiles y por lo gene­
ral, debajo del pedido, que tal vez se enuncia por
primera vez en voz alta, hay otro pedido, un pe­
dido que aún no es consciente, que se mantiene
oculto y que en la constelación se develará.

A veces las personas necesitan que pasen me­


ses o años antes de darse cuenta de cuál fue
el impulso sanador que recibió cuando hizo
su constelación. Pero algo es indudable: aun
cuando parezca que nada ocurre o cuando una
LAS ENFERMEDADES 129

constelación se interrumpe o si se lleva a cabo,


en todos los casos, siempre, produce efectos.

Hellinger trabaja para ayudar a vivir con tomas


de conciencia sobre cómo llevar la vida de otra
forma, cómo sentirse colmado, cómo tener éxi­
to en las relaciones. Las Constelaciones Sisté­
micas son una filosofía para la vida. Cuando
trabaja con una persona tiene la mirada sobre
todo el grupo, porque cada uno de nosotros
cuando observa -sin analizar y sin juzgar- una
constelación, se expone a una fuerza mayor, a
lo que es.

Cuando nos exponemos a lo que es, y asentimos


a lo que es mostrado y lo tomamos con agradeci­
miento, muchas veces lo que vemos no es lo que
esperábamos o lo que se muestra es muy dife�
rente a lo que estaba en nuestra conciencia. Esto
sucede porque tenemos una conciencia polar:
permanentemente está clasificando, evaluando,
calificando: lo bueno, lo malo, lo difícil, lo jus­
to, injusto, posible; imposible, por eso la invita­
ción de Hellinger es ir un paso más allá, subir un
130 CONSTELAR PARA SANAR

escalón más en la escalera de las comprensiones,


ver lo que es y asentir a lo que se muestra.

Algo que estaba oculto, en la profundidad de


la psique del consultante, sale a la luz y revela
una nueva imagen con nuevas posibilidades.
Esta nueva imagen es posibilitada más allá de
nuestros temores, miedos, intenciones o cono­
cimientos. Es una imagen de reconciliación,
ya que a ello invitan las constelaciones. Desde
el punto de vista de las constelaciones, no exis­
ten los malos ni los buenos, no hay diferencias,
nadie es más importante que otro, todos somos
iguales, todos pertenece1nos a una familia, una
cultura, una sociedad, a la humanidad, y todo lo
que hacemos está al servicio de algo mayor que
nos guía y nos gobierna.

El efecto sanador de este trabajo es bien co­


nocido en la actualidad, ya que cada vez n1ás
profesionales de la salud conocen esta filosofía
y, conjuntamente con los conocimientos de su
área, aplican estos principios que rigen las cons­
telaciones y verifican que ciertas patologías o
LAS ENFERMEDADES 131

síntomas se presentan frecuentemente cuando


han acontecido situaciones traumáticas comu­
nes.

La filosofía para la vida de Bert Hellinger se


rige por principios arcaicos, ya observados
por Freud. Estos principios, denominados los
Órdenes del Amor y los Órdenes de la Ayuda,
son los que posibilitan que una constelación ini­
cial, cuya imagen posibilita un diagnóstico, sea
intervenida y se convierta en una imagen sana.
Pertenencia, jerarquía y equilibrio, tales son los
Órdenes del Amor.

Los principios a los que aludimos son arcaicos


y universales y rigen las relaciones. Se han apli­
cado con éxito en diferentes culturas y comuni­
dades. También es sorprendente observar cómo
los temas a tratar se repiten en diferentes países.
Todos formamos parte de un gran sistema fami­
liar, estamos unidos como humanos por lazos
invisibles.
132 CONSTELAR PARA SANAR

Caso Julia

Cuando conocí a Julia, ella padecía de reflujo


gastroesofágico (la palabra reflujo significa ir en
contra de un flujo, en este caso, del flujo normal
de los alimentos, lo que puede ocasionar graves
consecuencias).

Julia me pide constelar su reflujo.

Le solicito que incorpore personas del grupo


que representarán a sus padres, hermana y abue­
los maternos. En este momento, asombrada, me
pregunta si conozco a su familia, mi respuesta
es no. Se asombra1 ya que en ningún mmnento
mencionó a una hermana, sin embargo, tiene
una hermana mayor.

Julia y la representante de su hermana se paran


delante de sus padres mientras que los abuelos
se -ubican y permanecen en el piso, acostados
boca arriba, con los ojos abiertos, lo que indica
LAS ENFERMEDADES 133

que se encuentran muertos. A esta altura, Julia


estaba muy asombrada.

Le pido a Julia y a su hermana que hagan una


profunda reverencia a sus padres y que de a una
por vez los miren a los ojos y les den las gracias
por la vida.

Julia, con mucha emoción y gratitud, lo hace; su


hermana no podía hablar y sus ojos se llenan de
lágrimas. En ese momento su abuelo, que se en­
contraba acostado con los ojos cerrados, se para
y dice: «No. Ella es mi hija». Y se devela un se­
creto que estuvo oculto durante toda la vida.

Al escuchar estas palabras de su abuelo, Julia


dice: «Yo lo sabía, de una manera inconsciente
me daba cuenta de que mi hermana fue fruto
de un incesto y tenía esas palabras aquí (y se
señala la garganta). Era algo muy difícil de di­
gerir para mí».
134 CONSTELAR PARA SANAR

Finalmente) las hermanas se abrazan y :finaliza


la constelación.

Salimos de la sala para tener un pequeño break


y observo ason1brada cómo) por primera vez en
muchos años, Julia toma mate (bebida típica en
varios países del sur de América), contraindica­
da en los casos de reflujo como el que ella pade­
cía.
LAS ENFERMEDADES 135

Caso José

José solicita constelar sus acúfenos (el acúfeno


es la percepción de ruidos en el oído que no co­
rresponden con ninguna señal acústica en el en­
torno. El zumbido, tintineo o acúfeno proviene
del exterior. Estos sonidos son, en cambio, pro­
ducidos por el paciente mismo).

José entra al campo de conocimiento, y queda


paralizado, no puede moverse. Yo entro al cam­
po y siento un frío intenso y dejo de percibir las
personas que están en la sala y todo se vuelve os­
curo. Camino muy lentamente, una gran pena
se apodera de mí. Mientras tanto, José sigue in­
móvil en la orilla del círculo.

Le pregunto a José qué le sugiere un espacio


oscuro1 frío1 de infinita tristeza y me responde:
«Nada».

Por un instante, me siento mecida y reconozco la


sensación de estar en un bote quieto en el agua.
136 CONSTELAR PARA SANAR

Vuelvo a preguntar a José si ha pasado algo con


o en un bote, sintiendo1 interiormente, un poco
de desazón, ya que a veces aunque parezca que
lo que se percibe es extraño, la pregunta debe
hacerse.

José vuelve a negar. Mi sensación aumenta con


cada «no» de su parte. A la tercera vez que me
dice que no sabe qué significa, interrumpo la
constelación. Prefiero desconfiar de mis percep­
ciones y no entrar en discusiones con los con­
sultantes tratando de convencerlos de lo que se
muestra, y si no es el momento para que recuer­
den algo ocurrido, es debido a que la situación
traumática ha sido tan potente que su incons­
ciente evita evocar el recuerdo. En este caso, la
indicación es cortar o suspender la constelación;
ya que forzar la acción implicaría retraumatizar
en lugar de colaborar con la sanación.

José regresa a su silla. Hay un silencio profundo


entre los participantes. José comienza a llorar
en silencio, y finalmente dice: «Ahora recuer­
do, ese debe ser el bote donde salimos a pescar
LAS ENFERMEDADES 137

con mis dos hermanos. Se hizo de noche, el bote


se dio vuelta y ellos murieron ahogados. Yo me
salvé y desde ese día tengo estos sonidos en mis
oídos». Y continúa: «No me había dado cuen­
ta hasta ahora de la relación entre eso que nos
pasó y mis acúfenos, los siento como sus gritos
pidiendo ayuda».

Pasaron varios meses desde esta conmovedora


constelación, los acúfenos aparecían y desapare­
cían. La recomendación para los consteladores,
en este caso, es continuar, cada vez que la perso­
na lo solicite, con su trabajo personal, cuidando
que la intervención terapéutica no retraumatice
al consultante.

¿Es posible no recordar un acontecimiento tan


doloroso? Por supuesto que sí, se trata de un blo­
queo producido por una situación traumática. Es
una forma que usa el inconsciente personal para
proteger a la persona de la situación que lo conge­
ló y le impidió actuar, confrontando o huyendo.
138 CONSTELAR PARA SANAR

Caso Laura

Laura asiste a un taller acompañada de su her­


mana. Son dos jóvenes mujeres de veinticinco y
veinte años. Laura dice que tiene dolores de ca­
beza desde que recuerda y los médicos aseguran
que no tiene ninguna enfermedad, que se trata
de una psicosomatización (el trastorno psico­
lógico que genera un efecto físico, provocando
alguna consecuencia en el organismo. Es decir,
una afección psicosomática que se origina en la
psiquis y que después ejerce una cierta influen­
cia en el cuerpo).

Le pido que ubique en el campo a una persona


que represente su dolor de cabeza y luego se ubi­
que en relación a ella. Al hacerlo queda delan­
te del dolor a una cierta distancia, pregunto si
sus abuelos viven y los conoce y dice que uno de
ellos no vive y que murió antes de que ella nacie­
ra, cuando su madre estaba embarazada de ella.
Le pregunto qué sabe de ese abuelo y responde
que no se habla en la casa de él porque le produ­
ce mucho dolor a su mamá hablar de su padre.
¿Sabe de qué murió? Sí, tuvo un accidente. ¿Qué
LAS ENFERMEDADES 139

tipo de accidente? Trabajaba en el ferrocarril,


en el tendido de vías, y un durmiente de las vías
que era transportado por una grúa cayó sobre él
y lo aplastó.

¡Pudo observar cómo de pronto relacionó su


dolor de cabeza con el acontecimiento ocurrido
a su abuelo! Su dolor de cabeza representaba a
este abuelo, que no conoció y que era tan amado
por su madre. Le dio un lugar en su corazón y se
dio cuenta de que no era necesario recordarlo
con dolor. Todo esto fue una constelación que
se desarrolló durante un tiempo prolongado,
prácticamente en silencio y con mucha emoción
por parte de Laura y de su hermana, quien desde
su lugar de participante observaba la escena.

Han pasado varios años desde este trabajo. No


han vuelto los dolores. Me sorprendo, aun cuan­
do ocurren delante de mis ojos, de los efectos de
las constelaciones.
140 CONSTELAR PARA SANAR

Caso Aníbal

Aníbal, de catorce años, es diagnosticado con


diabetes juvenil o autoinmune, concurre al ta­
ller acompañado de su abuela materna.

Ubica en el campo a la enfermedad) elige a un


hombre de alrededor de cuarenta y cinco años,
con sobrepeso y síndrome metabólico para re­
presentarla.

Se coloca a cierta distancia. Podemos observar


que podría ser un bisabuelo.

Por lo general1 los hijos varones tienden a llevar


o hacerse cargo de cuestiones vinculadas a sus
madres; en este caso se trata del padre del con­
sultante.

Resulta llamativo que asistiera con su abuela


materna. ¿Qué pasó con sus padres? ¿Viven? Los
padres se encuentran separados. Su padre tiene
LAS ENFER,IED�"DES 141

una nueva pareja y vive sin tiempo para acom­


pañar o visitar a sus hijos. La madre estuvo de
acuerdo en que su hijo asistiera a la constela­
ción, aunque se rehusó a participar.

Al desplegarse en el campo los representantes de


su padre y abuela paterna, se vio que su abuela
no 1niraba al padre del consultante ni a la enfer­
medad, el representante del padre del consul­
tante no miraba a su madre, y que el único que
veía a su padre, abuela y bisabuelo era el menor.

¿Cuál era el «tema» o «guion» familiar? Los


hombres abandonan a las mujeres y a las muje­
res solo les interesa la maternidad, no miran a su
parep.

Desde la descodificación biológica los síntomas


del hígado se relacionan con: falta, ausenc1a1
pérdida, carencia.

Qué le falta: le faltan sus dos padres juntos.


142 CONSTELARPARASAt�AR

Qué ausencia importante hay : vive solo con su


madre, ocupando para ella el rol de apoyo, cuan­
do es la madre quien debe apoyar al hijo y este
vivir de acuerdo a su edad, no como amigo opa­
reja de su madre.

Qué ha perdido: la esperanza de que sus pa­


dres vuelvan a estar juntos, dado que hace un
par de meses el padre le ha presentado a su
nueva pareja.

De qué carece: no se ha dado cuenta de que sus


padres siempre estarán juntos en su corazón en
ese rol, aunque como pareja estén separados.

¿Dónde se encuentra inscrita esta salida hacia la


enfermedad para este joven? En el inconscien­
te familiar. Está representando exactamente la
misma situación vivida por su bisabuelo, padre
de su abuela paterna, quien murió de diabetes y
a quien su padre había abandonado.
LAS E NFFRMEDADES 143

Estarnos en otro siglo: las situaciones de guerra,


la harnbruna1 la separación, la falta de esperanza
no son corno las que existían cuando su bisabue­
lo era de su edad; estarnos en otra época, otra
cultura, otro contexto histórico político, sin em­
bargo, el pasado regresa con la misma solución
a las emociones no expresadas, a los secretos no
revelados.

¿Dónde está la solución? Siempre en ver, hablar,


preguntar) indagar, reconocer, tornar, incluir.
Entonces, a partir de este y otros casos expues­
tos, la pregunta que surge es: ante la misma si­
tuación, ¿la 1nisrna consecuencia? Y la respuesta
es no. No todos los hijos reaccionamos igual
ante los mismos padres. La relación es indivi­
dual y especial: dependerá del lugar de naci­
miento que ocupe cada padre corno hijo y del
lugar de nacimiento de cada hijo, las vicisitudes
alrededor del embarazo y del parto, los guiones
inconscientes para ese hijo o hija que tenían los
padres y abuelos, los excluidos del sistema.
Los problemas vinculares

La mujer que no podía tener pareja

Una mujer se presenta a un taller de constela­


ciones diciendo que no puede tener pareja. Por
su edad es razonable pensar que debe haber te­
nido antes de ahora una o varias parejas. Dice
que acaba de divorciarse de su marido y que aún
siente que está atada a él.

Cuando ella entra al campo, siento como conste­


ladora la necesidad de pedir a diez personas que
146 CONSTELARPARASA.c�AR

entren al campo también. Lo hacen, y siete de


ellos caen al piso sin mediar palabra. La consul­
to acerca de quién imagina que pueden ser y me
dice no sé, no sé quiénes son ni a quiénes repre­
sentan. Por la postura se ve que son niños que
no nacieron y dice que ella no ha tenido abortos
y repentinamente «recuerda» que tiene diez
embriones congelados de ella y el que fuera su
esposo. Es evidente que ella no está disponible
para una nueva pareja y que además siete de los
diez embriones no viven. Ella se retira del taller
negando que esto sea posible.

Al lunes siguiente concurre con su exmarido a la


clínica donde preservan los embriones y les co­
munican que siete no son viables y que solamente
son viables tres. En ese instante les proponen va­
rias alternativas y ellos deciden que los retirarán
de la criopreservación y les darán sepultura.

Ahora, ambos están disponibles, luego de un


trabajo personal e individual, para tener pareja.
Ya no h ay ataduras entre ellos. Ambos quedan
ahora, libres y disponibles.
Los PROBLEMAS VINCULARES 147

El adolescente que expulsan de todos


los colegios

Hijo de catorce años, brillante en los estudios,


que es expulsado por faltar a la escuela sin justi­
ficación, expulsado en un año de cinco colegios.
A punto de perder el año escolar nuevamente.
Sus padres están divorciados, el padre vive en
otra ciudad y hay otras dos hermanas pequeñas.

Constelamos en una sesión individual. 4 Se con­


forma la imagen que propone el constelador,
imagen interna o inconsciente que se encuen­
tra desordenada o incompleta. Rápidamente se
ve en la imagen que el padre está excluido y que
este hijo ocupa al lado de su mamá el lugar de
su papá. Coloca una de las piezas que representa
a una de sus hermanas cabeza abajo, inmediata­
mente se da cuenta y la ubica correctamente; sin
embargo, ese gesto sirvió para develar el secreto.

4 Estas sesiones se realizan con una sola persona. Si se trata de un niño, con uno
o ambos padres. El sistema familiar se representa con la ayuda de bloques o muñe­
cos, ya que no hay personas como sucede en los talleres.
148 CONSTELAR PARA SANAR

«¿Qué pasa con esta hermana?» «Nada. Nos


llevamos bien». «¿Qué es lo que tiene? ¿Está
enferma?». «Sí. Es discapacitada». «¿Quién la
cuida?». «Nos turnamos con mi otra hermana
porque mi madre trabaja». «¿Cuál es tu horario
de clases?» «De 12 a 17». «¿Y de tu hermana?»
«De 8 a 13».

Entonces, ¿cuál es la razón de las expulsiones


de este hijo? ¿Dónde está su corazón? ¿Puede
permanecer en la escuela 1nientras sabe que su
hermana está sola en su casa sin comer? Su cora­
zón de niño, lleno de amor ciego, es insuficiente
para llenar el vacío de padres ausentes. El amor
ciego conduce al fracaso, no lo hace feliz ni hace
felices a los restantes miembros de la familia.

Los padres comprendieron la situación y el es­


fuerzo que su hijo mayor hacía y solucionaron
el tema del cuidado de su hija y el joven pudo
retornar a la escuela sin dificultad.
Los PROBLEMAS VINCULARES 149

Esta situación, que parece tan simple, no lo es.


¿Qué pasó con sus papás cuando eran hijos? ¿Vi­
vían sus padres con ellos? ¿O también ocupaban
el lugar de un padre ausente? Si fue natural y
así es como era en su época de niños y adoles­
centes, no les llamará la atención lo que hace su
hijo, hasta que alguien de fuera del sistema hace
la observación.
.f?
CIERRE
Liberarnos de los secretos
de familia

Según Schützenberger, estamos literalmente


in1pulsados por una potente e inconsciente fi­
delidad a nuestra historia familiar y nos cuesta
un enorme trabajo inventarnos algo nuevo para
nuestra propia vida. En algunas familias uno ve
el «síndrome de aniversario» repetirse -bajo
la forma de enfermedades, muertes, abortos, o
accidentes- en tres, cuatro, cinco y hasta ocho
generac10nes.
154 CONSTELAR PARA SANAR

Pero parece haber, además, otra razón oscura


por la cual nosotros repetimos las enfermeda­
des y los accidentes de nuestros ancestros. To­
memos cualquier árbol genealógico y veremos
que está lleno de muertes violentas, adulterios,
anécdotas secretas, hijos naturales, alcohólicos,
excluidos. Son cosas que se esconden, heridas
secretas que no se quieren mostrar. Entonces
¿qué es lo que pasa cuando, por vergüenza, por
conveniencia o para «proteger» a nuestros hi­
jos o la integridad de la familia, no hablamos del
incesto, de la muerte sospechosa, de la ruina del
abuelo? El silencio crea una zona de sombra en
la memoria de un hijo de la familia, quien, para
llenar este vacío y eliminar las lagunas de sen­
tido, repetirá en su cuerpo o en su existencia el
drama que intentan esconderle.

Freud decía que «lo que no se expresa con pa­


labras se expresa con los dedos». Piensa Schüt­
zenberger en su libro Ay, mis ancestros, que: «Lo
que se calla en las palabras se imprime, se repite
y se expresa por los males». Para que no exis­
ta transmisión debe haber palabra y, además, el
lenguaje corporal hecho de miradas, silencios y
LIBERARNOS DE LOS SECRETOS DE FAMILIA 155

gestos, debe concordar con el pensamiento so­


bre ese tema. Pensamiento, lenguaje corporal y
verbal deben coincidir.

Si una madre se cruza de brazos y le dice a su


hijo: «Estoy de acuerdo con que quieras a tu
papá» e inmediatamente piensa que ese hom­
bre es malo porque aún no depositó la cuota ali­
mentaria, el hijo va a percibir los tres mensajes,
lo cual es muy enloquecedor para el chico, que
no sabrá a cuál de los tres responder.

Para evitar la repetición, hay que tomar concien­


cia del hecho y básicamente de nuestro rol en la
vida. Hemos venido a la vida a través de nues­
tros padres para que estos nos hagan felices.

El trabajo con constelaciones permite, no solo


a los consultantes sino también a los represen­
tantes y participantes de los talleres, lograr una
sanación colectiva que alcanza, desde luego,
también al constelador.
156 CONSTELAR PARA SAJ.''1AR

Dice Schützenberger que hablar, llorar, gritar1


golpear, previene la conversión del malestar
psíquico en síntoma somático. De allí la im­
portancia de poder expresar las emociones;
los verdaderos sentimientos, sin moderación
ni pudor, los secretos, los no dichos, los trau­
mas escondidos, los grandes dolores y los due­
los no hechos. Agrego1 por mi parte, que ver
una in1agen desordenada, incompleta, incons­
ciente, que pertenece al pasado en el presente,
con los ojos nuevos de la filosofía de Hellin­
ger, produce en todo el grupo participante de
un taller un cambio a nivel neuroquímico. Ya
nada volverá a ser como fue, la comprensión
alcanza profundidades que modifican a quie­
nes estuvieron presentes.

Si desde las comprensiones a través de libros


como este y de las experiencias al constelar
que vamos adquiriendo nos situamos en la po­
sición de observador, nos daremos cuenta de
que los síntomas psicoson1áticos han desapa­
recido, las enfermedades se han atenuado, no
han regresado las pesadillas, que comienzo a
ponerles palabras a mis malestares y deseos,
LIBERARNOS DE LOS SECRETOS DE FAMILIA 157

que concreto mis proyectos. Es decir, comien­


za en mí un movimiento sanador.
.f?
ANEXO
Acerca de Bert Hellinger

E l psicoterapeuta alemán Bert Hellinger es el


creador del método fenomenológico trans­
generacional de las Constelaciones Familiares
y Sistémicas. Nacido en una familia católica en
Baden en 1925) Hellinger vivió en la Alemania
nazi durante su infancia y juventud. Fue soldado
y conoció la guerra en el frente y como prisione­
ro en Bélgica. Después de escaparse del campo;
volvió a Alemania. Hellinger entró en una orden
religiosa católica y se hizo sacerdote. Estudió fi­
losofía) pedagogía y teología en la universidad
de Würzburg como parte de sus estudios hacia
162 CONSTELAR PARA SANAR

el sacerdocio. A principios de la década de 1950


fue enviado a Sudáfrica, donde siguió sus estu­
dios en las universidades de Pietermaritzburg y
de Sudáfrica.

Hellinger vivió en Sudáfrica durante dieci­


séis años, en los cuales sirvió como sacerdote
de parroquia, profesor y, finalmente, como el
director de una escuela para estudiantes africanos.
También tuvo responsabilidades administrativas
en el distrito diocesano entero, que contiene 150
escuelas. Aprendió la lengua zulú con fluidez,
participó en sus rituales, lo que le permitió tener
una visión particular. Su participación en una se­
rie de formaciones interraciales ecuménicas en la
dinámica de grupo, conducida por el clero angli­
cano en Sudáfrica a principios de los años 1960,
supuso el primer paso para su salida del clero ca­
tólico. El comienzo de su interés por la fenome­
nología coincidió con la disolución de sus votos.

Después de abandonar al clero, volvió a Alema­


nia y se casó con Herta, quien sería su primera
ACERCA DE BERT HELLINGER 163

esposa. A principios de la década de 1970 via­


ja a Viena para formarse en psicoanálisis en la
Asociación Vienesa para la Psicología en Pro­
fundidad. Finalmente, completa su formación
psicoanalítica en el Instituto de Múnich. En
1973 viaja a Estados Unidos para seguir su for­
mación con la terapia primal de Arthur Janov en
California.

A través de la Dinámica de Grupos, la Terapia


Primal, el Análisis Transaccional y diversos
métodos de Hipnoterapia, Hellinger llega a de­
sarrollar su propia forma de realizar las Conste­
laciones Familiares. Este método es respetado y
reconocido en todo el mundo y aplicado en dife­
rentes campos. Por ejemplo, en la psicoterapia,
en los servicios de asesoría y coaching dirigidos
a las empresas y organizaciones, en la medici­
na, en la consulta de psicología y la orientación
pedagógica, en el campo jurídico, es decir, en la
cura del alma en el sentido más amplio.

En 2008 crea, junto a su segunda esposa Marie


Sophie, la Hellinger Sciencia, donde comienza a
164 CONSTELARPARASANAR

entrenar a otros terapeutas. Hellinger ha escri­


to, como autor o coautor, más de ochenta libros
y ha sido traducido a veinticinco idiomas.
Actitud del constelador

Es importante que quien constela sea una persona


entrenada y con experiencia y que haya trabajado
un tiempo prolongado bajo supervisión. Tam­
bién, que continúe trabajando consigo mismo.

La :filosofía para la vida, que son las constelacio­


nes, se incorporan como una premisa de vida
del constelador, en cada acto, en cada momento;
no se puede ser constelador las horas que dura
un taller y luego volver a ser diferente. La fuer­
za de esta filosofía es tan grande que coloca en
166 CONSTELAR PARA SANAR

sintonía con el Espíritu a aquel que la abraza y, a


su vez, produce un movimiento de tal magnitud
en su alma que no se puede estar más que al ser­
vicio de esa fuerza sanadora. Por lo tanto, vida
personal, actitudes, relato y esta filosofía deben
andar juntas, de la mano.

Bert Hellinger llama consteladores arcaicos a


quienes conocieron los principios en sus co­
mienzos y luego abandonaron su filosofía y
comprensiones posteriores. Es necesario e im­
prescindible que todos aquellos que tenemos
profesiones que implican trabajar con otras per­
sonas, conozcamos los principios que rigen las
constelaciones y los incorporemos a nuestro co­
tidiano vivir y hacer.

También Hellinger dice que, a veces, alguien


debe encontrar varios malos consteladores antes
de dar con uno bueno, y que también cada quien
necesita hacer un aprendizaje determinado con
alguien no muy capacitado en algún momento.
Sin embargo, según mi experiencia, cuando el
constelador que te llevará a la reconciliación, al
ACTITIJD DEL CONSTELADOR 167

campo de la sanación y de la paz interna, llegue


a tu vida, al instante lo reconocerás, será alguien
que te confronte y te saque de la zona de confort,
que te mostrará el nudo del problema y que tra­
bajará contigo el tiempo suficiente y necesario y
te dejará partir hasta que lo vuelvas a requerir;
no serás su esclavo, sino que será tu aliado.

Esta persona deseará que encuentres tu centro


acompañándote a mirar, no diciendo lo que de­
bes o no hacer, creerá en ti y en tus posibilidades
de autosanación y te llevará a un campo donde
podrás desarrollarlas más y adquirir nuevas. Te
mostrará un camino que solo tú decidirás reco­
rrer y te empoderará para que puedas hacerlo.
El poder de decidir si regresas a consultarlo es
solamente tuyo.
Consejos para los
participantes

Además de conocer el material que se encuentra


a continuación, es imprescindible que los parti­
cipantes de los talleres guarden un comporta­
miento adecuado durante el taller. Esto implica
no utilizar teléfonos y grabadores, no caminar
ni pararse o conversar durante las constelacio­
nes o ingresar a la sala con bebidas y alimentos.
Los ruidos y conversaciones distraen al conste­
lador y le quitan fuerza a su trabajo.
170 CONSTELAR PARA SANAR

Es necesario que los participantes estén dispo­


nibles y abiertos durante el proceso de la cons­
telación. Si fueran invitados a trabajar en ella
como representantes, pueden negarse dicien­
dodiciendo: «No, gracias», y no es necesario
que den ninguna explicación; sin embargo,
deben saber que el ser elegido como represen­
tante no implica estar al servicio de quien lo
elige, sino que la persona que lo eligió es quien
está a su servicio, ya que tendrá la oportuni­
dad, desde otro lugar, de explorar sus propios
sentimientos y emociones.

En ocasiones, los representantes perciben que los


han colocado en el lugar de una persona que está
experimentando la misma situación que él o ella
necesita resolver; o es colocado en la posición de
alguien con quien tiene un conflicto. Por ejemplo,
una madre de hija adolescente con quien tiene un
conflicto es colocada en una constelación como
representante de una hija que excluye a su madre.
Ahora ella puede percibir los sentimientos de su
hija; o una mujer, que es la segunda esposa de un
hombre en su vida real, es colocada como repre­
sentante de una mujer que es la primera esposa de
CONSEJOS PARA LOS PARTIC!PA'.':TES 171

un hombre divorciado, y ahora puede sentir las


emociones de la primera mujer.

Muchas veces hemos escuchado la frase: «Para


cmnprender lo que te ocurre debes colocarte en
otro lugar», y hemos dicho: «Si eso fuera posi­
ble, ya lo habría hecho y consecuentemente re­
suelto mi conflicto». Esta es la oportunidad de
estar en otro lugar, colocarse en los zapatos, li­
teralmente hablando, de otra persona, sentir su
pesar, su dolor, la alegría de resolver y aprender
de esta experiencia, llevárnosla como un regalo.
Cómo prepararse para un
taller de constelaciones

Las personas que concurren a un taller, ya sea


por primera vez o con cierta experiencia en
participar, deben saber que es sencillamente
imposible no constelarse, aun cuando no haya
solicitado un trabajo de constelación y perma­
nezca en su silla como participante o dentro de
la constelación como representante.

Todos somos movilizados por esta filosofía para


la vida.
174 CONSTELAR PARA SANAR

Por tanto, si concurre a un taller, debe saber que


sus emociones se movilizarán y que es impor­
tante mantenerse centrado durante el desarro­
llo de las constelaciones. Esto significa: con su
celular apagado, sin hablar con la persona que se
encuentre a su lado, sin pararse ni interrumpir el
trabajo que se está desarrollando.

Las imágenes de solución pierden fuerza si lue­


go de la constelación se comenta sobre ellas,
por lo tanto, es esperable que no se c01npar­
tan ni discutan o se expliquen con familiares o
allegados.

Hasta hace un tiempo, el constelador requería al


consultante un tema de trabajo o que expresa­
ra cuál era su asunto a tratar. Esto era porque al
poder reducir el problema o la necesidad en una
frase, se entiende que interiormente el proceso
de cambio ya se desarrolla en quien consulta; no
es así cuando la persona da muchas y largas ex­
plicaciones.
CÓMO PREPARARSE PARA UNTALLERDE CONSTELACIONES 175

Es muy probable que el constelador ya no pre­


gunte de qué se trata, que invite a quien levanta
su mano al campo de conocimiento, en el círcu­
lo de participantes, y que una vez allí agregue
una o dos personas y estas se muevan muy lenta­
mente y, si son preguntados por el constelador,
hagan referencia a sus sensaciones y sentimien­
tos, sin necesidad de ayudar o colaborar con un
resultado, ya que todos ignoran de qué se trata.

Hay varias formas de abordaje en constelacio­


nes, y el constelador, en el momento en que co­
mienza a desarrollarse la constelación, percibirá
cuál es la más adecuada.

A veces se requiere que una persona asista a uno


o varios talleres antes de animarse a solicitar
una constelación; es importante la confianza
que genere el constelador en el consultante para
que este se anime a encontrar con su acompaña­
miento una imagen de solución.
176 CONSTELAR PARA SANAR

Es sencillo recomendar ir sin expectativas, pero


sabemos que en este tipo de trabajos eso es prác­
ticamente imposible. De modo que lo mejor es
llegar con capacidad de asombro y no tratar de
«entender>>; con el transcurso de algunos días,
irán decantando las in1ágenes y el consultante
alcanzará comprensiones que lo llevarán a una
solución.
Comó comportarse
después de constelar

Les comparto a continuación material que nos


comunicara Bert Hellinger con sus recomen­
daciones acerca de cómo comportarse luego de
constelar.

¿Qué hacer después de una constelación?


(Bert Hellinger)
Las constelaciones actúan cuando uno las deja
exactamente de la manera en que las vio. Es
178 CÓNSTELAR Pl1.RA SANAR

una imagen espacial y atemporal de las profun­


didades y tiene su fuerza cuando uno lo deja tal
cual. Cualquier discusión sobre su contenido
destruye la imagen.

Lo mismo se aplica cuando uno acaba de


trabajar. Alguno del grupo se le acerca después
a preguntarle: «¿Cómo te ha ido, qué harás
ahora?». Lo que están haciendo es picotear su
alma. Es fatal invadir de esta manera el alma
de otra persona como si tuviéramos el derecho
de hacerlo. Ninguna persona tiene el derecho
de hacerlo. Tampoco sirve intentar consolarlo.
La persona es fuerte. Quien intenta consolar
es débil. Este es1 en realidad, quien no soporta
el dolor del otro. Porque en el fondo no quiere
consolar al otro1 sino que utiliza al otro para
consolarse a sí mismo.

No hay que interferir. Y eso es válido para todo


este trabajo.

La persona misma tampoco debe actuar inme­


diatamente. Así no funciona. La imagen tiene
que descansar en su alma. A veces durante
mucho tiempo, quizás medio año o más. Y uno
Co:.ró COMPORTARSE DESPUÉS DE CONSTELAR 179

no hace nada para cambiar. Las imágenes ya


actúan, simplemente estando. Y al cabo de un
tiempo en el alma se reúne la fuerza necesaria
para hacer lo correcto. Aquello que es correc­
to y bueno será diferente de lo que uno ahora
acaba de ver. El alma de la persona sabe mucho
más todavía y al final uno sigue a su propia
alma y así tiene la plena fuerza.

Por tanto, no sigue ni al terapeuta ni tampoco


a esta imagen. Uno sigue a su alma. Pero esta
imagen ha impulsado algo en su alma que pos­
teriormente hace posible el actuar.

Así hay que manejar estas imágenes.


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