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1. ¿Cuáles han sido las modalidades participativas que mayor protagonismo han tenido en la
Argentina contemporánea? ¿Existe algún tipo de interacción entre ellas?
Participación Institucionalizada
Desde la histórica participación en las últimas primarias de agosto del año recién pasado
(2019) con un 75% de participación de electores, análogamente a las elecciones
presidenciales del 2015, se ha ratificado el interés ciudadano de participación cívica.
Respecto de la participación política, básicamente la Argentina es bipartidista entre el
imperante Partido Justicialista y el actual distante seguidor Unión Cívica Radical, quienes
han gobernado más de medio siglo.
Aunque históricamente el sindicalismo ha sostenido una participación relevante en la
sociedad Argentina, esta se ha visto disminuida fuertemente desde el arribo al poder del
Menemismo.
La sociedad moderna a convertido a la prensa, y los medios de comunicación en general,
en actores culturales, sociales y políticos relevantes, toda vez que han pasado a ser
articuladores de la reflexión y los significados posibles de la historia política de la nación.
Las ONGs son cada vez organizaciones de mayor relevancia, preparación y presupuesto,
que ha permitido mantener una participación esencial en el debate político nacional.
Participación Jurisdiccional
Si bien el Poder Judicial, a veces distante de la “polis”, en su independencia ha abordado
posiciones de participación tanto directa como indirecta en los escenarios políticos de la
historia, desde Jueces en defensa pública, y ajustada a derecho, de la ciudadanía, hasta
las acciones encaminadas del sistema procesal para empoderar a la ciudadanía y
garantizar la imparcialidad del debido proceso en el derecho penal.
Las acciones de amparo han sostenido en la actual crisis epidemiológica una relevancia
no menor, al sancionar conductas en favor de la protección del mayor bien jurídico en
todas las ramas de su competencia.
Participación No Institucionalizada
Los cacerolazos, así como los movimientos de protesta social (piqueteros) han sido una
herramienta periódica de gran influencia en el escenario político argentino, y tal el más
legítimo, el cual a un gran costo personal ha posibilitado re-direccionar las riendas de la
nación.
Si bien los movimientos sociales suelen sostener una gran convocatoria con cada vez
mayor validación ciudadana, estos suelen ser menos coercitivos y por tanto con mayor
inercia en el logro de sus objetivos, toda vez que se proyectan validados por el poder
político hacia la “política de los acuerdos, especialmente en la actualidad sobre lo
2. ¿Quiénes han sido sus actores principales, el contenido y destinatario de sus demandas?
En el escenario de participación de partidos políticos, naturalmente el Justicialismo a
canalizado legítimamente por décadas la administración del estado, ajustado a sus
contenidos históricos de soberanía nacional, independencia económica y justicia social, con
un fuerte mensaje de equidad e integración social a cada argentino.
Las ONGs y sus demandas han abordado enérgicamente lo levantado por estas respecto
del grado de malestar de la sociedad en relación a demandas insatisfechas de un estado de
bienestar desvanecido y no considerado prioritario por el poder político actual, generando
una ausencia de representatividad ante la concentración política actual.
También denominado el cuarto poder político global, los medios de comunicación y sus
agencias han determinado el cómo y cuándo se informa a la sociedad, manipulando con, o
en ausencia de información, el contenido conductor que propicia el terreno fértil de actuación
política de intereses de un modelo elitista.
4. En este contexto. ¿Cómo se han articulado las atribuciones del Poder Judicial en su
vinculación con la ciudadanía?
Es interesante en este caso las denominadas “estrategias de movilización jurídica”
(Smulovitz 2005), dado que justamente en la Argentina a partir de mediados de la década
pasada se detectó un inusual incremento de la actividad litigiosa en Argentina, donde no solo
se trata de lograr victorias jurídicas, sino de una pseudo legitimización ante una deteriorada
imagen pública, que posiciona el poder judicial en una balanza mediático jurídica ante el
reclamo de derechos de la ciudadanía, pasando a ser el derecho una herramienta política en
la arena de los tribunales, indistintamente del resultado del caso, siempre que se obtenga
visibilidad política para influir sobre la agenda del debate público.
Existen diversos instrumentos legales que permiten a la ciudadanía una mayor participación,
entre ellas están las formas tradicionales, estas plantean que es posible influir de manera
más o menos directa sobre las decisiones que se desarrollan en el poder político (Pasquino,
1993 citado en UNCUYO)
Por otra parte, están las formas de participación de iniciativa popular, las que tienden a ser
bastante dificultosas, requiriendo bastante información de parte de las/los ciudadanos, pero
es igualmente válida para modificar y levantar demandas sociales. Por tanto, una mayor
participación de la ciudadanía afecta de manera directa los planes de políticas públicas, toda
vez que se elevan las demandas sociales utilizando medios validados normativamente para
expresar las necesidades del pueblo. A su vez, las iniciativas de ámbito popular afectan
directamente al poder legislativo, toda vez que la presentación de posibles temas a legislar
es una atribución propia de dicho poder.