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PRIMER SEMESTRE
CIENCIA POLÍTICA
CARNÉ: 202246789
SECCIÓN: “A”
Para Parsons la cultura política hacía referencia a los “sentimientos subjetivos, las
actitudes y las conductas que caracterizaban las orientaciones políticas individuales y
colectivas en un sistema político”. El momento en el que el concepto de cultura política
tuvo un impacto de mayor alcance hay que situarlo en la década de 1960 con la aparición
del libro de Almond y Verba (1965) The civic culture. Esta obra, además de suponer el
punto de referencia de todos los estudios posteriores sobre cultura política, destacó por
su carácter innovador al verse envuelta en la revolución behaviorista del momento y de
los desarrollos teóricos funcionalista y sistémico (Morán, 1996: 11)
Almond y Verba (1965: 15) dieron una definición de cultura política diciendo que:
“la cultura política de una nación es una particular distribución de los patrones de
orientaciones hacia objetos políticos entre los miembros de una nación”. La cultura
política es, además, uno de los recursos que utilizan los actores para dar un significado
a las situaciones políticas y establecer guías de actuación (Morán, 1997).
La población en general, desde abril del 2015 vivía en descontento por una crisis
política reflejado en el gobierno, tanto que originaron manifestaciones para dar a conocer
el descontento. Sin embargo, dichas manifestaciones se convocaban principalmente a
través de las redes sociales, aunque en esos tiempos se venía poca participación
ciudadana para protestar frente a la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de
Constitucionalidad. Se manifestó de manera legal y pacifica como lucha contra la
impunidad, lucha que desveló una crisis más profunda, funcionarios implicados en casos
de corrupción.
Es así como la internet, en especial las redes sociales han evolucionado nuestras
maneras de percibir el mundo y la manera de participar en la vida pública, ofrecen voz a
quienes antes no lo tenían, de esta manera se democratizan los espacios de
participación política para resaltar una cultura cívica, es decir, un nuevo mecanismo que
ha abierto grandes oportunidades para facilitar la realización de las opiniones públicas.
La participación e intervención de la ciudadanía en el sistema político es muy
importante para garantizar la respuesta del Estado a las demandas sociales. Los
movimientos ciudadanos desde abril hasta agosto del 2015 triunfaron ante la renuncia
de la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti, (esto ocurrió el 8 de mayo) y también de
la renuncia del presidente Otto Fernando Pérez Molina, (2 de septiembre). El impacto de
las redes sociales se veía reflejado a través de hashtag, tales como: #RenunciaYa,
#JusticiaYa, #ReformaYa, #YoNoTengoPresidente y entre otros.
Debemos resaltar la importancia del periodismo que también fue la clave para los
movimientos cívicos del 2015, ya que se está multiplicándose el periodismo digital
independiente (Plaza Pública, Nómada, el Centro de Medios Independientes y otros), los
blog y otras formas de comunicación que los medios tradicionales se ven obligados a
tomar en cuenta. Entre los factores de poder, la prensa se mantuvo neutral, salvo el diario
el Periódico que denunció permanentemente al régimen, aunque dando amplia cobertura
a las manifestaciones ciudadanas y a las acciones del MP y la Cicig, con excepción de
los cuatro canales de televisión abierta, propiedad de Ángel González y su enorme red
de radiofusoras.
Muchos jóvenes que a partir de las manifestaciones del 2015 y los casos de
megacorrupción en el Estado, nos empezamos a involucrar e interesar en la política y
los espacios de discusión y organización. Sin embargo, nadie imaginó que la historia
volvería a repetirse con la llegada de Jimmy Morales a la presidencia del país. No sólo
destruyó la frágil institucionalidad que quedó desde de la Cooptación del Estado por
estructuras criminales, que aún siguen vigentes y funcionando con total impunidad.
Jimmy Morales les brindó las herramientas y puso al Estado de Guatemala como un botín
para servirse de él y procurar inmunidad e impunidad. Prueba de ello es, ver a casi todo
el gabinete del gobierno de Morales acusados, procesados e investigados por casos de
corrupción en el Estado.
Han pasado varios años, y estamos conscientes de que muchos anhelamos un país
más próspero sin líderes corruptos al frente. No permitir más robo frente a nuestras
narices, no permitir más un congreso que aprueba leyes en beneficio de ellos mismos y
no en beneficio de las necesidades del pueblo de Guatemala. Las acciones por una
Guatemala mejor, no se quedan aquí. En nuestras manos está la oportunidad de hacer
un cambio positivo a través de las próximas elecciones, debemos de analizar y pensar
bien a quienes debemos elegir como nuestros gobernantes, es decir, estudiar bien a los
posibles candidatos.