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Enlace químico

Un enlace químico es el proceso químico responsable de las interacciones atractivas


entre átomos y moléculas,1y que confiere estabilidad a los compuestos
químicos diatómicos y poliatómicos. La explicación de tales fuerzas atractivas es un área
compleja que está descrita por las leyes de la química cuántica.
Una definición más sencilla es que un enlace químico es la fuerza existente entre los
átomos una vez que se ha formado un sistema estable.2
Las moléculas, cristales, metales y gases diatómicos (que forman la mayor parte del
ambiente físico que nos rodea) están unidos por enlaces químicos, que determinan las
propiedades físicas y químicas de la materia.
Las cargas opuestas se atraen porque al estar unidas adquieren una situación más estable
que cuando estaban separadas. Esta situación de mayor estabilidad suele darse cuando el
número de electrones que poseen los átomos en su último nivel es igual a ocho, estructura
que coincide con la de los gases nobles ya que los electrones que orbitan el núcleo están
cargados negativamente, y que los protones en el núcleo lo están positivamente, la
configuración más estable del núcleo y los electrones es una en la que los electrones
pasan la mayor parte del tiempo "entre" los núcleos, que en otro lugar del espacio. Estos
electrones hacen que los núcleos se atraigan mutuamente.

Teoría del enlace químico[editar]


En la visión simplificada del denominado enlace covalente, uno o más electrones
(frecuentemente un par de electrones) son llevados al espacio entre los dos núcleos
atómicos. Ahí, los electrones negativamente cargados son atraídos a las cargas positivas
de ambos núcleos, en vez de sólo su propio núcleo. Esto vence a la repulsión entre los dos
núcleos positivamente cargados de los dos átomos, y esta atracción tan grande mantiene
a los dos núcleos en una configuración de equilibrio relativamente fija, aunque aún
vibrarán en la posición de equilibrio. En resumen, el enlace covalente involucra la
compartición de electrones en los que los núcleos positivamente cargados de dos o más
átomos atraen simultáneamente a los electrones negativamente cargados que están
siendo compartidos. En un enlace covalente polar, uno o más electrones son compartidos
inequitativamente entre dos núcleos.
En una visión simplificada de un enlace iónico, el electrón de enlace no es compartido,
sino que es transferido. En este tipo de enlace, el orbital atómico más externo de un átomo
tiene un lugar libre que permite la adición de uno o más electrones. Estos electrones
recientemente agregados ocupan potencialmente un estado de menor energía (más cerca
al núcleo debido a la alta carga nuclear efectiva) de lo que experimentan en un tipo
diferente de átomo. En consecuencia, un núcleo ofrece una posición de más fuerte unión a
un electrón de lo que lo hace el otro núcleo. Esta transferencia ocasiona que un átomo
asuma una carga neta positiva, y que el otro asuma una carga neta negativa. Entonces,
el enlace resulta de la atracción electrostática entre los átomos, y los átomos se
constituyen en ((iones)) de carga positiva o negativa.
Todos los enlaces pueden ser explicados por la teoría cuántica, pero, en la práctica,
algunas reglas de simplificación les permiten a los químicos predecir la fuerza de enlace,
direccionalidad y polaridad de los enlaces. La regla del octeto y la (TREPEV) teoría de
repulsión de pares de electrones de la capa de valencia son dos ejemplos.
Existen teorías más sofisticadas, como la teoría del enlace de valencia, que incluye
la hibridación de orbitales y la resonancia, y el método de combinación lineal de orbitales
atómicos dentro de la teoría de los orbitales moleculares, que incluye a la teoría del campo
de los ligantes. La electrostática es usada para describir polaridades de enlace y los
efectos que ejerce en las sustancias químicas.
Historia del concepto de enlace químico[editar]
Las primeras especulaciones respecto a la naturaleza del enlace químico son tan
tempranas como en el siglo XII. Se suponía que ciertos tipos de especies
químicas estaban unidas entre sí por un tipo de afinidad química.
En 1704, Isaac Newton esbozó su teoría de enlace atómico, en "Query 31" de su Opticks,
donde los átomos se unen unos a otros por alguna "fuerza". Específicamente, después de
investigar varias teorías populares, en boga en aquel tiempo, de cómo los átomos se podía
unir unos a otros, por ejemplo, "átomos enganchados", "átomos pegados unos a otros por
reposo", o "unidos por movimientos conspirantes", Newton señaló lo que inferiría
posteriormente a partir de su cohesión que:
Las partículas se atraen unas a otras por alguna fuerza, que en contacto inmediato es
excesivamente grande, a distancias pequeñas desempeñan operaciones químicas y su efecto deja
de sentirse no lejos de las partículas.

En 1819, a raíz de la invención de la pila voltaica, Jöns Jakob Berzelius desarrolló una
teoría de combinación química, introduciendo indirectamente el carácter electropositivo y
electronegativo de los átomos combinantes. A mediados del siglo XIX, Edward Frankland,
F. A. Kekule, A. S. Couper, A. M. Butlerov y Hermann Kolbe, ampliando la teoría de
radicales, desarrollaron la teoría de valencia, originalmente llamado "poder combinante" en
que los compuestos se mantenía unidos debido a la atracción entre polos positivo y
negativo. En 1916, el químico Gilbert N. Lewis desarrolló el concepto de enlace de par de
electrones, en el que dos átomos pueden compartir uno y seis electrones, formando
el enlace de un solo electrón, enlace simple, enlace doble, o enlace triple:
En las propias palabras de Lewis:
Un electrón puede formar parte de las envolturas de dos átomos diferentes y no puede decirse que
pertenezca a uno simplemente o exclusivamente.

El mismo año, Walther Kossel lanzó una teoría similar a la de Lewis, con la diferencia de
que su modelo asumía una transferencia completa de electrones entre los átomos, con lo
que era un modelo de enlace iónico. Tanto Lewis y Kossel estructuraron sus modelos de
enlace a partir de la regla de Abegg (1904).
En 1927, el físico danés Oyvind Burrau derivó la primera descripción cuántica
matemáticamente completa de un enlace químico simple, el producido por un electrón en
el ion de hidrógeno molecular (dihidrogenilio), H2+.3 Este trabajo mostró que la
aproximación cuántica a los enlaces químicos podrían ser correctas fundamental y
cualitativamente, pero los métodos matemáticos usados no podrían extenderse a
moléculas que contuvieran más de un electrón. Una aproximación más práctica, aunque
menos cuantitativa, fue publicada en el mismo año por Walter Heitler y Fritz London. El
método de Heitler-London forma la base de lo que ahora se denomina teoría del enlace de
valencia. En 1929, sir John Lennard-Jones introdujo el método de combinación lineal de
orbitales atómicos (CLOA o dentro de la teoría de orbitales moleculares, sugiriendo
también métodos para derivar las estructuras electrónicas de moléculas de F2 (flúor) y las
moléculas de O2 (oxígeno), a partir de principios cuánticos básicos. Esta teoría de orbital
molecular representó un enlace covalente como un orbital formado por combinación de los
orbitales atómicos de la mecánica cuántica de Schrödinger que habían sido hipotetizados
por los electrones en átomos solitarios. Las ecuaciones para los electrones de enlace en
átomos multielectrónicos no podrían ser resueltos con perfección matemática (esto
es, analíticamente), pero las aproximaciones para ellos aún producen muchas
predicciones y resultados cualitativos buenos. Muchos cálculos cuantitativos en química
cuántica moderna usan tanto las teorías de orbitales moleculares o de enlace de valencia
como punto de partida, aunque una tercera aproximación, la teoría del funcional de la
densidad, se ha estado haciendo más popular en años recientes.
En 1935, H. H. James y A. S. Coolidge llevaron a cabo un cálculo sobre la molécula de
dihidrógeno que, a diferencia de todos los cálculos previos que usaban funciones solo de
la distancia de los electrones a partir del núcleo atómico, usó funciones que sólo
adicionaban explícitamente la distancia entre los dos electrones.4 Con 13 parámetros
ajustables, ellos obtienen el resultado muy cercano al resultado experimental para la
energía de disociación de enlace. Posteriores extensiones usaron hasta 54 parámetros y
producen gran concordancia con los experimentos. Este cálculo convenció a la comunidad
científica que la teoría cuántica podría concordar con los experimentos. Sin embargo, esta
aproximación no tiene relación física con la teoría de enlace de valencia y orbitales
moleculares y es difícil de extender a moléculas más grandes.

Teoría de enlace de valencia[editar]


En el año 1927, la teoría de enlace de valencia fue formulada, argumentando
esencialmente que el enlace químico se forma cuando dos electrones de valencia, en sus
respectivos orbitales atómicos, trabajan o funcionan para mantener los dos núcleos juntos,
en virtud a los efectos de disminución de energía del sistema. En 1939, a partir de esta
teoría, el químico Linus Pauling publicó lo que algunos consideran uno de las más
importantes publicaciones en la historia de la química: "Sobre la naturaleza del enlace
químico". En este documento, tomando en cuenta los trabajos de Lewis, la teoría del
enlace de valencia (TEV) de Heitler y London, así como su propio trabajo preliminar,
presentó seis reglas para el enlace de electrones compartidos, aunque las tres primeras ya
eran conocidas genéricamente:
1. El enlace de par de electrones a través de la interacción de un electrón
desapareado de cada uno de dos átomos.
2. El spin de los electrones involucrados en el enlace, tienen que ser opuestos.
3. Una vez apareados, los dos electrones no pueden formar parte de enlaces
adicionales.
Sus tres últimas reglas eran nuevas:
4. Los términos de intercambio de electrones para formar el enlace involucra solo
una función de onda de cada átomo.
5. Los electrones disponibles en el menor nivel de energía forman los enlaces más
fuertes.
6. De dos orbitales en un átomo, el que pueda solaparse en mayor proporción con
un orbital de otro átomo formará el enlace más fuerte, y este enlace tenderá a
orientarse en la dirección del orbital más concentrado.
A partir de este artículo, Pauling publicaría en 1939 un libro de
texto, Sobre la Naturaleza del Enlace Químico', que vendría a ser
llamado por algunos como la "biblia" de la química moderna. Este
libro ayudó a los químicos experimentales a entender el impacto
de la teoría cuántica sobre la química. Sin embargo, la edición
posterior de 1939 falló en explicar adecuadamente los problemas
que parecían ser mejor entendibles por la teoría de orbitales
moleculares. El impacto de la teoría del enlace de valencia declinó
durante la década de 1960 y 1970 a la par con el crecimiento en
popularidad de la teoría de orbitales moleculares, que estaba
siendo implementada en muchos programas de grandes
ordenadores. A partir de la década de 1960, los problemas más
difíciles de la implementación de la teoría del enlace de valencia
en programas de computadoras habían sido mayormente
resueltos y la teoría del enlace de valencia vio un resurgimiento.
Teoría de los orbitales moleculares
La teoría de los orbitales moleculares (TOM) usa una combinación lineal de orbitales
atómicos para formar orbitales moleculares, que abarcan la molécula entera. Estos
orbitales son divididos frecuentemente en orbitales enlazantes, orbitales antienlazantes,
y orbitales de no enlace. Un orbital molecular es simplemente un orbital de Schrödinger
que incluye varios, pero frecuentemente solo dos, núcleos. Si este orbital es del tipo en
que los electrones tienen una mayor probabilidad de estar entre los núcleos que en
cualquier otro lugar, el orbital será un orbital enlazante, y tenderá a mantener los núcleos
cerca. Si los electrones tienden a estar presentes en un orbital molecular en que pasan la
mayor parte del tiempo en cualquier lugar excepto entre los núcleos, el orbital funcionará
como un orbital antienlazante, y realmente debilitará el enlace. Los electrones en orbitales
no enlazantes tienden a estar en orbitales profundos (cerca a los orbitales atómicos)
asociados casi enteramente o con un núcleo o con otro y entonces pasarán igual tiempo
entre los núcleos y no en ese espacio. Estos electrones no contribuyen ni detractan la
fuerza del enlace.

El modelo de enlace[editar]
A pesar de que todos los electrones de un átomo giran alrededor de su núcleo, solo los
electrones de valencia giran más lejos de él, mientras más alejados del núcleo se
encuentren, más posibilidades tendrá ese átomo de interactuar con electrones de otro.
Los electrones de valencia interaccionan de distintas formas, ya que dependen de las
características del otro átomo con el que pueda conjuntarse. Algunos átomos ceden sus
electrones a otro para lograr su equilibrio, otros los ganan y a veces también los
comparten. Por ejemplo, en el fluoruro de litio (LiF), uno de los átomos (el litio) dona su
electrón de valencia, mientras que el flúor lo recibe. De esta forma se
forman iones, átomos con carga neta, positivos (Li+) y negativos (F-).
La representación de Lewis se caracteriza por ilustrar los símbolos de los elementos y los
electrones de valencia que hay alrededor de ellos como puntos o taches. Para interpretar
la simbología del agua en la representación de Lewis, hay que saber que cada uno de los
dos átomos de hidrógeno sólo cuenta con un electrón de valencia que pueden ser
representados con un punto; mientras que el átomo de oxígeno tiene ocho electrones de
los cuales seis son de valencia y se pueden representar con taches para diferenciarlos de
los electrones de valencia del hidrógeno.
La mayoría de los átomos se unen compartiendo electrones mediante uno, dos o hasta
tres pares. Para no colocar tantos puntos, cada par compartido se representa como una
línea (H-O-H). Del mismo modo, casi todos los átomos muestran una tendencia a perder,
ganar o compartir un número de electrones necesarios para completar ocho electrones de
valencia (regla del octeto), tal como lo hace el oxígeno en la molécula del agua. Por otro
lado, únicamente el hidrógeno completa dos, por lo que se dice que ha formado la regla
del dúo al solo tener como máximo dos electrones. 5

Comparación de las teorías del enlace de valencia y de los


orbitales moleculares[editar]
En algunos aspectos, la teoría del enlace de valencia es superior a la teoría de orbitales
moleculares. Cuando se aplica a la molécula más simple de dos electrones, H2, la teoría
del enlace de valencia, incluso al nivel más simple de la aproximación de Heitler-London,
produce una aproximación más cercana a la energía de enlace, y provee una
representación más exacta del comportamiento de los electrones al formarse y romperse
los enlaces químicos. En contraste, la teoría de orbitales moleculares simple predice que la
molécula de hidrógeno se disocia en una superposición lineal de átomos de hidrógeno, e
iones positivos y negativos de hidrógeno, un resultado completamente contrario a la
evidencia física. Esto explica en parte por qué la curva de energía total versus la distancia
interatómica del método de orbitales de valencia yace por encima de la curva del método
de orbitales moleculares a todas las distancias y, más particularmente, para distancias
mucho más grandes. Esta situación surge para todas las moléculas diatómicas
homonucleares y es particularmente un problema para el F2, para el que la energía mínima
de la curva con la teoría de orbitales moleculares es aún mayor en energía que la energía
de los dos átomos de flúor no enlazados.
Los conceptos de hibridación son versátiles, y la variabilidad en el enlace en muchos
compuestos orgánicos es tan modesta que la teoría del enlace permanece como una parte
integral del vocabulario del químico orgánico. Sin embargo, el trabajo de Friedrich
Hund, Robert Mulliken, y Gerhard Herzberg mostró que la teoría de orbitales moleculares
provee una descripción más apropiada de las propiedades espectroscópicas, magnéticas y
de ionización de las moléculas. Las deficiencias de la teoría del enlace se hicieron
aparentes cuando las moléculas hipervalentes (por ejemplo, el PF5) fueron explicadas sin
el uso de los orbitales "d" que eran cruciales en el esquema de enlace basado en
hibridación, propuesto para tales moléculas por Pauling. Los complejos
metálicos y compuestos deficientes en electrones (como el diborano) también resultaron
ser mejor descritos por la teoría de orbitales moleculares, aunque también se han hecho
descripciones usando la teoría del enlace de valencia.
En la década de 1930, los dos métodos competían fuertemente hasta que se observó que
ambas eran aproximaciones a una teoría mejor. Si se toma la estructura de enlace de
valencia simple y se mezcla en todas las estructuras covalentes e iónicas posibles que
surgen de un juego particular de orbitales atómicos, se llega a lo que se llama la función de
onda de interacción de configuración completa. Si se toma la descripción de orbital
molecular simple del estado fundamental y se combina dicha función con las funciones que
describen todos los estados excitados posibles usando los orbitales no ocupados que
surgen del mismo juego de orbitales atómicos, también se llega a la función de onda de
interacción de configuración completa. Puede verse que la aproximación de orbital
molecular simple da demasiado peso a las estructuras iónicas, mientras que la
aproximación de enlace de valencia simple le da demasiado poco. Esto puede ser descrito
diciendo que la aproximación de orbitales moleculares simple es demasiado deslocalizada,
mientras que la aproximación de enlaces de valencia es demasiado localizado.
Estas dos aproximaciones son ahora observadas como complementarias, cada una
proveyendo sus propias perspectivas en el problema del enlace químico. Los cálculos
modernos en química cuántica generalmente empiezan a partir de (pero finalmente van
más allá) un orbital molecular en vez de una aproximación de enlace de valencia, no por
algún tipo de superioridad intrínseca de la segunda, sino porque la aproximación de
orbitales moleculares es mucho más rápidamente adaptable a computación numérica. Sin
embargo, ahora hay mejores programas de enlace de valencia disponibles.

Enlaces en fórmulas químicas[editar]


La tridimensionalidad de los átomos y moléculas hace difícil el uso de una sola técnica
para indicar los orbitales y enlaces. En la fórmula química, los enlaces químicos (orbitales
enlazantes) entre átomos están indicados por varios métodos diferentes de acuerdo al tipo
de discusión. Algunas veces, se desprecian completamente. Por ejemplo, en química
orgánica, la fórmula molecular del etanol (un compuesto en bebidas alcohólicas) puede ser
escrito en papel como isómeros conformacionales, tridimensional, completamente
bidimensional (indicando cada enlace con direcciones no tridimensionales), bidimensional
comprimida (CH3–CH2–OH), separando el grupo funcional del resto de la
molécula (C2H5OH), o sus constituyentes atómicos (C2H6O), de acuerdo a lo que se esté
discutiendo. Algunas veces, incluso se marcan los electrones no enlazantes de la capa de
valencia (con las direcciones aproximadas bidimensionalmente, estructura de Lewis).
Algunos químicos pueden también representar los orbitales respectivos.
Enlace químico
Estos enlaces químicos son fuerzas intramoleculares, que mantienen a los átomos unidos
en las moléculas. En la visión simplista del enlace localizado, el número de electrones que
participan en un enlace (o están localizados en un orbital enlazante), es típicamente un
número par de dos, cuatro, o seis, respectivamente. Los números pares son comunes
porque las moléculas suelen tener estados energéticos más bajos si los electrones están
apareados. Teorías de enlace sustancialmente más avanzadas han mostrado que
la fuerza de enlace no es siempre un número entero, dependiendo de la distribución de los
electrones a cada átomo involucrado en un enlace. Por ejemplo, los átomos de carbono en
el benceno están conectados a los vecinos inmediatos con una fuerza aproximada de 1.5,
y los dos átomos en el óxido nítrico no están conectados con aproximadamente 2.5.
El enlace cuádruple también son bien conocidos. El tipo de enlace fuerte depende de la
diferencia en electronegatividad y la distribución de los orbitales electrónicos disponibles a
los átomos que se enlazan. A mayor diferencia en electronegatividad, con mayor fuerza
será un electrón atraído a un átomo particular involucrado en el enlace, y más propiedades
"iónicas" tendrá el enlace ("iónico" significa que los electrones del enlace están
compartidos inequitativamente), estos enlaces son frecuentes entre átomos que se ubican
a la izquierda de la tabla periódica (baja electronegatividad) y átomos que se encuentran a
la derecha de la tabla periódica (más electronegativos), porque permite la transferencia de
electrones de valencia produciendo iones. A menor diferencia de electronegatividad,
mayores propiedades covalentes (compartición completa) del enlace, generalmente entre
átomos vecinos de la tabla periódica.
Los átomos enlazados de esta forma tienen carga eléctrica neutra, por lo que el enlace se
puede llamar no polar.
Ejemplo:

 Na - Cl Enlace iónico

 O-O Enlace covalente no polar

 C-O Enlace covalente polar


Los enlaces covalentes pueden ser simples (H - H) cuando se comparte un solo par de
electrones, dobles (O = O) al compartir dos pares de electrones, triples cuando comparten
tres tipos de electrones, o cuádruples cuando comparten cuatro tipos de electrones.
Los enlaces covalentes no polares se forman entre átomos iguales, no hay variación en el
número de oxidación. Los enlaces covalentes polares se forman con átomos distintos con
gran diferencia de electronegatividades. La molécula es eléctricamente neutra, pero no
existe simetría entre las cargas eléctricas originando la polaridad, un extremo se
caracteriza por ser electropositivo y el otro electronegativo.

Enlace covalente[editar]
Artículo principal: Enlace covalente

El enlace covalente polar es intermediado en su carácter entre un enlace covalente y un


enlace iónico. Los enlaces covalentes polares se forman con átomos distintos con gran
diferencia de electronegatividades. La molécula es eléctricamente neutra, pero no existe
simetría entre las cargas eléctricas originando la polaridad, un extremo se caracteriza por
ser electropositivo y el otro electronegativo.
Los enlaces covalentes pueden ser simples cuando se comparte un solo par de electrones,
dobles al compartir dos pares de electrones, triples cuando comparten tres pares de
electrones, o cuádruples cuando comparten cuatro pares de electrones.
La diferencia entre enlace simple doble y triple reside en que en un enlace simple los
átomos están más alejados, lo que hace al enlace más débil (menor energía) por el
contrario en uno triple los átomos están más cerca que en el simple, esto hace al enlace
más energético y más fuerte por lo tanto más energético.6
.Los enlaces covalentes no polares (0 o menor que 0,4)7 se forman entre átomos iguales,
no hay variación en el número de oxidación. Los átomos enlazados de esta forma tienen
carga eléctrica neutra.
En otras palabras, el enlace covalente es la unión entre átomos en donde se da un
compartimiento de electrones, los átomos que forman este tipo de enlace son de carácter
no metálico. Las moléculas que se forman con átomos iguales (mononucleares) presentan
un enlace covalente pero en donde la diferencia de electronegatividades es nula.
Se presenta entre los elementos con poca diferencia de electronegatividad (< 1.7), es decir
cercanos en la tabla periódica de los elementos químicos o bien, entre el mismo elemento
para formar moléculas diatómicas.
Un enlace covalente es la unión química entre un elemento no metálico con otro no
metálico. Dentro de estos se puede encontrar una clasificación según el tipo de enlace;
existiendo el enlace sencillo (en el cual comparte un solo par de electrones); ejemplo del
mismo se encuentra la molécula de ácido clorhídrico; el segundo es el enlace doble (en el
cual se comparten dos pares de electrones); siendo ejemplo de ello la molécula de dióxido
de carbono; el último caso representa lo que se define como triple enlace (en el cual se
comparten tres pares de electrones); siendo ejemplo de ello la molécula diatómica de
nitrógeno. Dentro de sus propiedades se encuentran: variedad en sus puntos de ebullición
y fusión; geometrías moleculares definidas. polaridad del enlace debido a
electronegatividades que difieren la carga eléctrica parcial del átomo enlazado. Se pueden
encontrar como enlace covalente puro u homopolar (unión de dos o más átomos del
mismo elemento) siendo ejemplo O₂; como enlace covalente polar o heteropolar (unión
entre dos no metales diferentes) ejemplo de ello H₂O; por último el covalente coordinado
(en la que un átomo se coordina para completar su octeto) siendo ejemplo el H₂SO4.

Enlace iónico o electrovalente[editar]


Artículo principal: Enlace iónico

El enlace iónico es un tipo de interacción electrostática entre átomos que tienen una gran
diferencia de electronegatividad. No hay un valor preciso que distinga la ionicidad a partir
de la diferencia de electronegatividad, pero una diferencia sobre 2.0 suele ser iónica, y una
diferencia menor a 1.7 suele ser covalente. En pocas palabras, un enlace iónico es aquel
en el que los elementos involucrados aceptan o pierden electrones (se da entre un catión y
un anión) o dicho de otra manera, es aquel en el que un elemento que tiene más
electronegatividad se atrae con los electrones con menos electronegatividad.8 El enlace
iónico implica la separación en iones positivos y negativos. Las cargas iónicas suelen estar
entre –3e a +3e, este tipo de enlace es frecuente entre átomos de los grupos IA, IIA, IIIA
que pierden electrones (Cationes) y átomos de los grupos VA, VIA, VIIA que ganan
electrones (aniones).
Ejemplo:
La unión entre el sodio y el cloro, es un enlace iónico donde el sodio pierde 1 electron del
último nivel de energía (3s) y el cloro gana ese electrón, completando 8 electrones en el
último nivel de energía.

Na = pierde un electrón (catión)

Cl = gana un electrón (anión)


Enlace covalente coordinado o dativo[editar]
Artículo principal: Enlace de coordinación

El enlace covalente coordinado, algunas veces referido como enlace dativo, es un tipo de
enlace covalente, en el que los electrones de enlace se originan solo en uno de los
átomos, el donante de pares de electrones, o base de Lewis, pero son compartidos
aproximadamente por igual en la formación del enlace covalente. Este concepto está
cayendo en desuso a medida que los químicos se pliegan a la teoría de orbitales
moleculares. Algunos ejemplos de enlace covalente coordinado existen en nitronas y
el borazano. El arreglo resultante es diferente de un enlace iónico en que la diferencia de
electronegatividad es pequeña, resultando en una covalencia. Se suelen representar por
flechas, para diferenciarlos de otros enlaces. La flecha muestra su cabeza dirigida al
aceptor de electrones o ácido de Lewis, y la cola a la base de Lewis. Este tipo de enlace
se ve en el ion amonio y en los complejos químicos, donde un átomo central (por lo
general un catión metálico) está unido a otras moléculas denominadas ligandos.

Enlaces de uno y tres electrones[editar]


Los enlaces con uno o tres electrones pueden encontrarse en especies radicales, que
tienen un número impar de electrones. El ejemplo más simple de un enlace de un electrón
se encuentra en el catión hidrógeno molecular, H2+. Los enlaces de un electrón suelen
tener la mitad de energía de enlace, de un enlace de 2 electrones, y en consecuencia se
les llama "medios enlaces". Sin embargo, hay excepciones: en el caso del dilitio, el enlace
es realmente más fuerte para el Li2+ de un electrón, que para el Li2 de dos electrones. Esta
excepción puede ser explicada en términos de hibridación y efectos de capas internas.9
El ejemplo más simple de enlace de tres electrones puede encontrarse en el catión de
helio dimérico, He2+, y puede ser considerado también medio enlace porque, en términos
de orbitales moleculares, el tercer electrón está en un orbital antienlazante que cancela la
mitad del enlace formado por los otros dos electrones. Otro ejemplo de una molécula
conteniendo un enlace de tres electrones, además de enlaces de dos electrones, es
el óxido nítrico, NO. La molécula de oxígeno, O2, también puede ser vista como si tuviera
dos enlaces de 3-electrones y un enlace de 2-electrones, lo que justifica
su paramagnetismo y su orden formal de enlace de 2.10
Las moléculas con número impar de electrones suelen ser altamente reactivas. Este tipo
de enlace solo es estable entre átomos con electronegatividades similares.10

Enlaces flexionados[editar]
Los enlaces flexionados, también conocidos como enlaces banana, son enlaces en
moléculas tensionadas o impedidas estéricamente cuyos orbitales de enlaces están
forzados en una forma como de banana. Los enlaces flexionados son más susceptibles a
las reacciones que los enlaces ordinarios. El enlace flexionado es un tipo de enlace
covalente cuya disposición geométrica tiene cierta semejanza con la forma de una banana.
doble enlace entre carbonos se forma gracias al traslape de dos orbitales híbridos sp3.
Como estos orbitales no se encuentran exactamente uno frente a otro, al hibridarse
adquieren la forma de banana.

Enlaces 3c-2e y 3c-4e[editar]


En el enlace de tres centros y dos electrones ("3c-2e"), tres átomos comparten dos
electrones en un enlace. Este tipo de enlace se presenta en compuestos deficientes en
electrones, como el diborano. Cada enlace de ellos (2 por molécula en el diborano)
contiene un par de electrones que conecta a los átomos de boro entre sí, con un átomo de
hidrógeno en el medio del enlace, compartiendo los electrones con los átomos de boro.
El enlace de tres centros y cuatro electrones ("3c-4e") explica el enlace en moléculas
hipervalentes. En ciertos compuestos aglomerados, se ha postulado la existencia
de enlaces de cuatro centros y dos electrones.
En ciertos sistemas conjugados π (pi), como el benceno y otros compuestos aromáticos, y
en redes conjugadas sólidas como el grafito, los electrones en el sistema conjugado de
enlaces π están dispersos sobre tantos centros nucleares como existan en la molécula o la
red.

Enlace aromático[editar]
En muchos casos, la ubicación de los electrones no puede ser simplificada a simples
líneas (lugar para dos electrones) o puntos (un solo electrón). En compuestos aromáticos,
los enlaces que están en anillos planos de átomos, la regla de Hückel determina si el anillo
de la molécula mostrará estabilidad adicional.
En el benceno, el compuesto aromático prototípico, 18 electrones de enlace mantiene
unidos a 6 átomos de carbono para formar una estructura de anillo plano. El orden de
enlace entre los diferentes átomos de carbono resulta ser idéntico en todos los casos
desde el punto de vista químico, con una valor equivalente de aproximadamente 1.5.
En el caso de los aromáticos heterocíclicos y bencenos sustituidos, las diferencias de
electronegatividad entre las diferentes partes del anillo pueden dominar sobre el
comportamiento químico de los enlaces aromáticos del anillo, que de otra formar sería
equivalente.

Enlace metálico[editar]
En un enlace metálico, los electrones de enlace se encuentran situados en una estructura
de átomos. En contraste, en los compuestos iónicos, la ubicación de los electrones
enlazantes y sus cargas son estáticas. Debido a la deslocalización o el libre movimiento de
los electrones, se tienen las propiedades metálicas de conductividad, ductilidad y dureza.
El enlace metálico es similar al iónico; sin embargo, el primero es más compacto que el
segundo, ya que el número de átomos que rodean a cada uno de ellos es mayor.
Con base en la estructura del enlace metálico es posible identificar las propiedades más
características de los metales, tales como su conductividad eléctrica y calorífica
(conductividad), la capacidad para extenderse en hilos muy finos (ductilidad) , la capacidad
para obtener láminas finas (maleabilidad), densidades elevadas, puntos de fusión altos...
etc.
El modelo más sencillo de enlace metálico se basa en una de las propiedades
características de los metales: su baja electronegatividad (ceden electrones con facilidad).
Así pues, el enlace metálico podemos describirlo como una distribución muy ordenada y
compacta de iones positivos del metal (red metálica) entre los cuales se distribuyen los
electrones perdidos por cada átomo a modo de “nube electrónica”. Es importante observar
que los electrones pueden circular libremente entre los cationes, no están ligados (sujetos)
a los núcleos y son compartidos por todos ellos. Esta nube electrónica hace de “colchón”
entre las cargas positivas impidiendo que se repelan, a la vez que mantienen unidos los
átomos del metal.
Características principales de los metales:

 Sólidos a temperatura ambiente (a excepción del mercurio) de densidad elevada.


 La red metálica es una estructura muy ordenada (típica de los sólidos) y compacta
(con los iones muy bien empaquetados, muy juntos, densidad alta)
 Temperaturas de fusión y ebullición altas.
 Buenos conductores del calor y la electricidad.
 Ductilidad y maleabilidad, debido a la posibilidad de que las capas de iones se pueden
deslizar unas sobre otras sin que se rompa la red metálica.
Teoría del mar de electrones.[editar]
Los metales son propensos a perder sus electrones debido a su baja energía de
ionización, es posible tomar en consideración a un átomo metálico como un catión unido al
electrón de valencia que podría perder. En un metal tenemos muchísimos átomos unidos
entre sí. Entonces, podemos considerar a un metal como un conjunto de cationes
metálicos inmersos en un mar de electrones de valencia deslocalizados. La atracción
electrostática entre carga positiva (del catión) y negativa (del electrón) mantiene
fuertemente unidos a todos los átomos del metal.
El modelo del mar de electrones desarrolla de manera sencilla las propiedades de los
metales. Por ejemplo: La ductilidad y maleabilidad ocurre debido a que la deslocalización
de electrones ocurre en todas las direcciones a manera de capas.

Enlace intermolecular
ay cuatro tipos básicos de enlaces que se pueden formar entre dos o más moléculas,
iones o átomos que de otro modo no estarían asociados. Las fuerzas
intermoleculares originan que las moléculas se atraigan o repelan unas a otras.
Frecuentemente, esto define algunas de sus características físicas (como el punto de
fusión) de una sustancia.

Dipolo permanente a dipolo permanente[editar]


Una gran diferencia de electronegatividad entre dos átomos enlazados fuertemente en una
molécula ocasiona la formación de un dipolo (un par positivo-negativo de cargas eléctricas
parciales permanentes). Los dipolos se atraen o repelen unos a otros.

Enlace de hidrógeno
n alguna forma este es un ejemplo de un dipolo permanente especialmente fuerte. Sin
embargo, en el enlace de hidrógeno, el átomo de hidrógeno está más cerca a ser
compartido entre los átomos donante y el receptor, en un enlace 3-c 2-e. Los enlaces de
hidrógeno explican el punto de ebullición relativamente alto de los líquidos como el agua,
amoníaco, y fluoruro de hidrógeno, comparado con sus contrapartes más pesadas en el
mismo grupo de la tabla periódica.

Dipolo instantáneo a dipolo inducido[editar]


Los dipolos instantáneos a dipolo inducido, o fuerzas de London, son las interacciones
más débiles, pero también las más ubicuas, entre todas las sustancias químicas. Imagine
el átomo de helio: en cualquier instante, la nube electrónica alrededor del átomo (que, de
otro modo sería neutral) puede estar ligeramente desbalanceada, con momentáneamente
más carga negativa en un lado que en el otro. Esto es a lo que se refiere como un dipolo
instantáneo. Este dipolo, con su carga ligeramente desbalanceada, puede atraer o repeler
a los electrones en los átomos de helio vecinos, estableciendo otro dipolo (dipolo
inducido). Los dos átomos se estarán atrayendo por un instante, antes que la carga se
rebalancee y los átomos se muevan.

Interacción catión-pi[editar]
La interacción catión-pi se presenta entre la carga negativa localizada de los electrones de
un orbital pi, ubicados sobre y debajo del plano de un anillo aromático, y una carga
positiva.

Electrones en los enlaces químicos[editar]


En el límite (irrealístico) del enlace iónico puro, los electrones están perfectamente
localizados en uno de los dos átomos en el enlace. Tales enlaces pueden ser interpretados
por la física clásica. Las fuerzas entre los átomos están caracterizadas por potenciales
electrostáticos continuos isótropos. Su magnitud es una proporción simple a la diferencia
de cargas.
Los enlaces covalentes se entiende mejor por la teoría del enlace de valencia o la teoría
del orbital molecular. Las propiedades de los átomos involucrados pueden ser
interpretadas usando conceptos tales como número de oxidación. La densidad electrónica
en el enlace no está asignada a átomos individuales, en vez de ello está deslocalizada
entre los átomos. En la teoría del enlace de valencia, los dos electrones en los dos átomos
se emparejan con una fuerza de enlace que depende del traslape entre los orbitales. En la
teoría del orbital molecular, la combinación lineal de orbitales atómicos (CLOA) ayuda a
describir las estructuras de orbitales moleculares deslocalizados y las energías basadas en
los orbitales atómicos de los átomos de los que proviene. A diferencia de los enlaces
iónicos puros, los enlaces covalentes pueden tener propiedades de direccionalidad
(anisotropía). Estas pueden tener sus propios nombres, como sigma y pi.
En el caso general, los átomos forman enlaces que son intermedios entre iónico y
covalente, dependiendo de la electronegatividad relativa de los átomos involucrados. Este
tipo de enlace es llamado algunas veces enlace covalente polar.

Buckybalón[editar]
En 1985, los químicos de la Universidad de Rice en Texas, Robert F. Curl y Richard E.
Smalley, y uno de la Universidad de Sussex, Harold Kroto utilizaron un láser de alta
potencia para vaporizar grafito en un esfuerzo por crear moléculas poco comunes, que se
creía existían en el espacio interestelar. La espectrometría de las masas reveló que uno de
los productos resultó ser una especie desconocida con la fórmula (C60). Debido a su
tamaño y al hecho de que es carbono puro, esta molécula tiene una forma extraña en la
que trabajaron varios investigadores utilizando papel, tijeras y cinta adhesiva.
Posteriormente, mediciones espectroscópicas y de rayos X confirmaron que el (C60) tenían
la forma similar a una esfera hueca con un átomo de carbono localizado en cada uno de
sus 60 vértices. Geométricamente, el buckybalón (abreviatura de buckminsterfulerene) es
la molécula más simétrica que se conoce. Sin embargo, a pesar de sus características
peculiares, su esquema de enlace es simple. Cada carbono tiene una hibridación sp2, y
tiene orbitales moleculares deslocalizados que se extienden sobre la estructura completa.
El buckybalón, así como otros miembros de mayor peso representan un concepto
completamente nuevo en la arquitectura molecular con implicaciones de largo alcance. Por
ejemplo, se ha preparado con un átomo de helio dentro de su estructura.11 Por el
descubrimiento del buckybalón los tres científicos fueron premiados con el premio Nobel
de química 1996.
Un descubrimiento fascinante, realizado en 1991 por científicos japoneses, fue la
identificación de estructuras relacionadas con el buckybalón. Estas moléculas tienen una
longitud de cientos de nanómetros y presentan una forma tubular con una cavidad interna
aproximada de 15 nanómetros de diámetro.

¿Qué es un enlace químico?


Conocemos como enlaces químicos a la fusión de átomos y moléculas
para formar compuestos químicos más grandes y complejos dotados de
estabilidad. En este proceso los átomos o moléculas alteran sus
propiedades físicas y químicas, constituyendo nuevas sustancias
homogéneas (no mezclas), inseparables a través de mecanismos físicos
como el filtrado o el tamizado.
Es un hecho que los átomos que forman la materia tienden a unirse y
alcanzar condiciones más estables que en solitario, a través de
diversos métodos que equilibran o comparten sus cargas eléctricas
naturales. Se sabe que los protones en el núcleo de todo átomo poseen
carga positiva (+) y los electrones alrededor poseen carga negativa (-),
mientras que los neutrones, también en el núcleo, no tienen carga, pero
aportan masa (y, por lo tanto, gravedad).

Los enlaces químicos ocurren en la naturaleza y forman parte tanto de


sustancias inorgánicas como de formas de vida, ya que sin ellos no
podrían construirse las proteínas y aminoácidos complejos que conforman
nuestros cuerpos.

De manera semejante, los enlaces químicos pueden romperse bajo


ciertas y determinadas condiciones, como al ser sometidos a cantidades
de calor, a la acción de la electricidad, o a la de sustancias que rompan la
unión existente y propicien otras nuevas junturas.

Así, por ejemplo, es posible someter al agua a electricidad para separar las
uniones químicas entre el hidrógeno y el oxígeno que la conforman, en un
proceso denominado electrólisis; o añadir grandes cantidades de energía
calórica a una proteína para romper sus enlaces y desnaturalizarla, es
decir, romperla en trozos más pequeños.

Ver también: Modelos atómicos

Tipos de enlace químico

Existen tres tipos de enlace químico conocidos, dependiendo de la


naturaleza de los átomos involucrados, así:

 Enlace covalente. Ocurre cuando dos átomos comparten uno o más pares de
electrones de su última órbita (la más externa), y así consiguen una forma eléctrica
más estable. Es el tipo de enlace predominante en las moléculas orgánicas y puede ser
de tres tipos: simple (A-A), doble (A=A) y triple (A≡A), dependiendo de la cantidad de
electrones compartidos.
 Enlace iónico. Se debe a interacciones electrostáticas entre los iones, que pueden
formarse por la transferencia de uno o más electrones de un átomo o grupo de átomos
a otro. Tiene lugar con más facilidad entre átomos metálicos y no metálicos, y consiste
en una transferencia permanente de electrones desde el átomo metálico hacia el átomo
no metálico, produciendo una molécula cargada eléctricamente en algún sentido, ya
sea cationes (+1) o aniones (-1).

 Enlace metálico. Se da únicamente entre átomos metálicos de un mismo elemento,


que por lo general constituyen estructuras sólidas, sumamente compactas. Es un
enlace fuerte, que junta los núcleos atómicos entre sí, rodeados de sus electrones
como en una nube, y cuesta mucho esfuerzo separarlos.

Ejemplos de enlace químico

Algunos ejemplos de enlace covalente están presentes en los siguientes


compuestos:

 Benceno (C6H6)

 Metano (CH4)

 Glucosa (C6H12O6)

 Amoníaco (NH3)

 Freón (CFC)

 En todas las formas del carbono (C): carbón, diamantes, grafeno, etc.

En cambio, ejemplos de compuestos con enlaces iónicos son:

 Óxido de magnesio (MgO)

 Sulfato de cobre (CuSO4)

 Ioduro de potasio (KI)


 Cloruro de manganeso (MnCl2)

 Carbonato de calcio (CaCO3)

 Sulfuro de hierro (Fe2S3)

Y, finalmente, ejemplos de elementos con enlaces metálicos:

 Barras de hierro (Fe)

 Yacimientos de cobre (Cu)

 Barras de oro puro (Au)

 Barras de plata pura (Ag)

Introducción

Este tema es tratado en un segundo curso de Química General, para


estudiantes de 16 a 17 años de edad, con conocimientos previos de la
tabla periódica , simbología y ubicación de los elementos en grupos y
familias; modelo atómico de Bohr, el cual es utilizado como punta de
lanza del modelo mecano-cuántico, haciendo incidencia en las
características de los átomos: electrones de valencia, niveles
energéticos, carácter iónico, carácter metálico, y la probabilidad de
formación de iones para entrar al entendimiento de los mecanismos
que rigen la formación de enlaces hacia la constitución de la materia.
Posterior a este tema se trata la nomenclatura de la materia en su
diversidad de formas de presentación.

En este tema se trata de diseñar una unidad didáctica que nos permita
valorar el aporte hecho por los científicos y la importancia de la
comprensión del enlace químico en la interpretación de la estructura
atómica de las sustancias, procurando así un mejor aprovechamiento
y utilidad de este conocimiento en el contexto de la ciencia, la
tecnología y la sociedad.

Al estudiar el modelo cuántico conocimos que existen condiciones que


favorecen el desprendimiento de electrones del átomo y al cotejar esta
información con el ordenamiento de los elementos de la tabla
periódica reconocimos que existen grupos de elementos que pueden
lograr esto con mayor o menor facilidad. Estos conocimientos nos
serán de gran utilidad para identificar que las condiciones, bajo las
cuales se dan las uniones de los átomos, determina el aspecto y las
propiedades de las sustancias que se forman y que estas uniones
también dependerán, en gran medida, de la naturaleza eléctrica de los
elementos. Ciertamente, con el conocimiento del enlace químico
llegaremos a entender la fundamentación de las fórmulas químicas,
que nos conducirá al desarrollo del tema de las reacciones químicas
que veremos posteriormente.

A.1.Investiga: La mayoría de las personas hoy día prefieren utilizar un


dentífrico que contenga flúor, seguramente tú eres una de ellas.
¿Sabes por qué puede el flúor ayudar a prevenir las caries? Ante la
escasez de agua en algunas partes del mundo, ¿por qué crees que no
se fabrica agua en los laboratorios?
C.1: La actividad persigue despertar curiosidad por el funcionamiento de estos
fenómenos, que los llevará a la realización de investigaciones bibliográficas o de
campo, por ejemplo, consultarán especialistas (químicos de algún laboratorio de aguas,
odontólogos, etc.) Hay que mencionar que esta actividad es válida siempre que se
asigne previamente al desarrollo del tema, como una actividad introductoria del tema,
que de seguro captará la atención de los estudiantes y los colocará en mejor
disposición para la asimilación de los conceptos.

La manera en que los átomos se enlazan ejerce un efecto profundo


sobre las propiedades físicas y químicas de las sustancias. Por
ejemplo, al respirar monóxido de carbono, las moléculas de CO se
enlazan fuertemente a ciertas sustancias presentes en los glóbulos
rojos de la sangre haciendo que estos queden como mineralizados,
incapaces de transportar oxígeno, perdiendo así sus propiedades
vitales. Entonces debemos preguntarnos: ¿Qué es el enlace
químico?, ¿Cómo se da?, ¿Qué lo facilita?, ¿Qué lo impide?,
¿Qué determina que unos sean más fuertes que otros? Estas
interrogantes son fundamentales en el estudio de la química, pues los
cambios químicos, que pueden ser para bien o para mal, son
esencialmente una alteración de los enlaces químicos.

1. ¿Qué mantiene unidos a los átomos?

Un concepto básico en química es el estudio de cómo los átomos


forman compuestos. La mayoría de los elementos que conocemos
existen en la naturaleza formando agrupaciones de átomos iguales o
de distintos tipos, enlazados entre sí.

A.2. Con tu grupo, realiza un estudio predictivo de la cantidad de


sustancias que teóricamente podrían formarse a partir de los
elementos de la tabla periódica, recuerda que pueden unirse dos o
más átomos iguales o distintos y pueden hacerlo de más de una
forma. Presenten una definición propia de enlace químico.
C.2. Con estas actividades los alumnos y alumnas en primera instancia, verificarán que
en teoría son muchos las sustancias que pueden formarse, cada una con
características y funciones distintas, esto deberá llevarlos a una visión inicial de la
importancia del tema, y en las definiciones que puedan elaborar reconoceremos esto.

A.3. Los iones Na+ y Cl- libres no son abundantes en la naturaleza, sin
embargo ¿por qué existe tanta sal (NaCl) en el mundo?. Discute en tu
grupo una posible respuesta coherente con lo ya establecido.
C.3. Cuando los estudiantes realizan esta actividad, por lo general, coinciden en el
concepto de enlace; que es precisamente lo que se busca, que comiencen a reconocer
que esta capacidad de los átomos puede ser imprescindible para nuestras vidas.

2. ¿Por qué queremos entender cómo se enlazan las partículas


materiales unas con otras?

Si comprendemos el mecanismo del enlace químico, este


conocimiento puede llevarnos a controlar la formación o ruptura de
estos enlaces, por consiguiente, la formación o deformación de
sustancias, dependiendo siempre de lo que estemos necesitando.

A.4 Imagina que acabas de descubrir la forma de evitar que se


enlacen el oxígeno y el hierro, que juntos formaban el indeseable
óxido de hierro, causante de la perjudicial corrosión. Enumera 5
consecuencias ventajosas para la humanidad de tu descubrimiento.
C.4: Esta actividad persigue que los estudiantes reflexionen sobre las ventajas que
proporcionaría al desarrollo de la humanidad el poder incidir en la formación o ruptura
de los enlaces químicos. De igual forma establecer que el manejo de este conocimiento
por mentes sin escrúpulos puede causar grandes daños al mundo.

3. Regla de octeto y estructura de Lewis

A inicios del siglo XX, en 1916, de manera independiente, los


científicos Walter Kossel y Gilbert Lewis concluyeron que la
tendencia que poseen los átomos de lograr estructuras similares a las
del gas noble más cercano explica la formación de los enlaces
químicos. Esta conclusión es mundialmente conocida como la Regla
del Octeto y se enuncia de la siguiente manera:

“Cuando se forma un enlace químico los átomos reciben, ceden o


comparten electrones de tal forma que la capa más externa de cada
átomo contenga ocho electrones, y así adquiere la estructura
electrónica del gas noble más cercano en el sistema periódico”.
No obstante, hay muchas excepciones a esta regla y hasta se han
logrado sintetizar algunos compuestos de los gases nobles.

A.5 En 1962, el químico canadiense N. Bartlett logró con relevante


éxito, obtener el primer verdadero compuesto del Xenon. Investiga
¿cuál fue este compuesto?
C.5: Fomentar el manejo de la bibliografía es muy importante cuando queremos formar
investigadores con curiosidad científica, cuidando evitar las frustraciones que podrían
resultar de no encontrar la información, por lo tanto es importante que esta se
encuentre en los textos recomendados.

Una de las claves de la comprensión de la fuerza motriz del


enlazamiento químico, fue el descubrimiento de los gases nobles y su
comportamiento químico relativamente inerte. Los gases nobles han
sido utilizados cuando se ha hecho necesario tener una sustancia
inactiva. Los buzos normalmente usan una mezcla de nitrógeno y
oxígeno a presión para respirar bajo el agua. Sin embargo, cuando
esta mezcla de gases es usada en profundidades, donde la presión es
muy alta, el gas nitrógeno es absorbido por la sangre, con la posible
consecuencia de causar desorientación mental. Para evitar este
problema, se puede sustituir por una mezcla de oxígeno y helio. El
buzo todavía obtiene el oxígeno necesario, pero el inactivo helio que
se disuelve en la sangre no causa desorientación mental. El único
inconveniente radica en que la menor densidad de la mezcla puede
cambiar el ritmo de la vibración de las cuerdas vocales, y el buzo
puede emitir sonidos similares al del pato Donald.

A.6 Realiza la configuración electrónica de los gases nobles y señala


que coincidencias hay entre éstas. ¿Qué conducta podemos esperar
de estos átomos con relación a la formación de enlaces químicos?
C.6: Con esta actividad lograremos diagnosticar la captación de los conceptos:
estabilidad y neutralidad eléctrica asociados a la regla del octeto. Es importante que
quede bien establecido cuál es el tipo de estructura (gas noble) que se relaciona
directamente con estabilidad atómica.

.A.7 Basados en la configuración electrónica del Na+, O2-, Cl-, Li2+, N3+,
indica cuál de estas especies cumple con la regla del octeto.
C.7: Muchas veces los estudiantes olvidan, por que lo han visto en un curso previo, que
las especies iónicas no contienen las mismas cantidades de electrones en su capa de
valencia, por lo tanto esta práctica nos servirá para diagnosticar los niveles del grupo
en cuanto al concepto de ion y ligarlo inmediatamente con la regla del octeto,
enfatizando que estas especies no se forman por casualidad sino por una
conveniencia: mayor estabilidad.
3.1 ¿Cómo diseñar una estructura de Lewis?

La estructura de Lewis permite ilustrar de manera sencilla los enlaces


químicos, en ella, el símbolo del elemento está rodeado de puntos o
pequeñas cruces que corresponden al número de electrones
presentes en la capa de valencia.

3.2 Parámetros a considerar en una estructura de Lewis

 Escribe el número total de electrones de valencia.


 Considera que cada enlace se formará a partir de dos, y solo
dos, electrones.
 Cada átomo deberá cumplir con la regla del octeto. Excepto el
hidrógeno que deberá tener solo 2 electrones para cumplir con
la regla del dueto.
 C.8 y C.9. Con estas actividades los alumnos y alumnas deberán llegar a la conclusión
de que la estructura de Lewis no es más que la representación simbólica de los
electrones de valencia del átomo, que son al final de cuentas los que participan en un
enlace.

 A.10. El modelo estructural de Lewis es muy importante a pesar


de las excepciones existentes, ¿Por qué? ¿Qué importancia
tienen los modelos en el estudio de las ciencias en la vida
diaria? ¿Qué es un modelo? ¿Es importante para ti tener un
modelo?
 C.10. Este tipo de interrogantes pretende que los alumnos que participan de un curso
científico, liguen un concepto de ciencias a un concepto humanístico y no pierdan de
vista la importancia de mantener una escala de valores sobre la base de principios.
Pretende iniciar un pequeño debate que servirá para promover la participación activa
del grupo.

 4. Clasificación de las sustancias de acuerdo a sus


propiedades

 Parece lógico suponer que las propiedades características de


las sustancias aporten alguna información acerca de la forma en
que están unidos los átomos que las forman.
 A.12. Cite algunas propiedades de las sustancias que puedan
ser indicativas del tipo de unión existente entre sus partículas
(fuerte o débil, existencia o no de partículas cargadas, etc).
 C.12. Con esta actividad se pretende dejar establecido que el tipo de unión existente
entre átomos estará íntimamente relacionado con propiedades como punto de fusión,
punto de ebullición, conducción de la corriente eléctrica y algunas otras que pudieran
ser demostradas luego mediante una práctica de laboratorio.

 La materia que nos rodea se presenta en forma de sustancias


con distinto aspecto y propiedades. El conocimiento de estas
propiedades puede aportar alguna información acerca de las
fuerzas que hacen unirse a las partículas en una sustancia. Así,
por ejemplo, los puntos de fusión y ebullición de las diversas
sustancias son indicativos de la mayor o menor fuerza de enlace
entre las partículas (átomos, iones o moléculas) que constituyen
el sólido o líquido. Por otra parte si una sustancia en
determinadas condiciones conduce la corriente eléctrica, podría
pensarse también en la existencia de partículas cargadas. Otras
propiedades pueden ser la solubilidad, la facilidad de
deformación o fragilidad de los sólidos, etc.
 La diversidad de propiedades existentes (densidad,
temperaturas de fusión y ebullición, dureza, solubilidad en
diferentes líquidos, conductividad,..) hace que resulte difícil
clasificar en unos pocos grupos a todas las sustancias y
cualquier regla que se establezca para ello dejará fuera a
sustancias con propiedades intermedias o atípicas. No obstante,
a pesar de ello ha sido posible clasificar a la mayor parte de las
sustancias en tres grandes grupos que evidencian la existencia
de cuatro formas fundamentales de unión entre los átomos, es
decir de cuatro tipos de enlace:
 En primer lugar nos encontramos con sustancias como el
cloruro de sodio, yoduro de potasio, cloruro de magnesio, etc…
que son compuestos de aspecto cristalino, frágiles y con
elevados puntos de fusión y ebullición. Son, en general, más o
menos solubles en disolventes del tipo del agua y no lo son en
disolventes del tipo del benceno. No son conductores de la
corriente en estado sólido, pero sí cuando se presentan fundidos
o en disolución. La existencia de este tipo de sustancias, entre
las que hemos citado como ejemplos típicos a las sales, está
ligada a una forma de enlace que, por razones que luego
veremos, se denomina enlace iónico, designando
consecuentemente dichas sustancias como compuestos
iónicos.
 En segundo lugar, nos encontramos con sustancias como el
oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, dióxido de carbono, naftaleno,
agua, amoniaco, etc, muchas de las cuales se encuentran, a
temperatura y presión ordinarias, en forma de gases constituidos
por moléculas de una gran estabilidad pues resisten, en
general, temperaturas elevadas sin descomponerse. En
cambio cuando se hallan en estado sólido o líquido tienen por lo
general bajos puntos de fusión y de ebullición. Por otra parte, los
sólidos de esta clase no se disuelven en disolventes del tipo del
agua, haciéndolo en los del tipo del benceno y no conducen la
corriente eléctrica en estado líquido ni tampoco lo hacen sus
disoluciones. El comportamiento de estas sustancias hace
suponer la existencia de fuertes uniones intramoleculares dada
la estabilidad de dichas moléculas, y de débiles
uniones intermoleculares, teniendo presente la facilidad con
que se logra separar las moléculas. Es decir, se pone de
manifiesto la existencia en este tipo de sustancias de dos formas
de enlace asociadas, denominándose a la primera enlace
covalente y conociéndose las débiles interacciones
intermoleculares como fuerzas de van der Waals (profesor de
la Universidad de Amsterdam, premio Nobel en 1910, que
modificó la ecuación general de los gases teniendo en cuenta,
entre otras cosas, que entre sus moléculas podían existir
fuerzas de atracción). En algunos casos se presenta sólo una de
estas formas de unión. Así, se ha conseguido solidificar a los
gases nobles que en condiciones normales se presentan como
gases formados por átomos sueltos, en esos sólidos sólo
estarán presentes, pues, las débiles fuerzas de van der Waals
que aquí se ejercen entre partículas monoatómicas. Por otra
parte el diamante, carbono puro, es un ejemplo de sustancia
cuyos cristales constituyen verdaderas moléculas gigantes en
las que todas las uniones entre átomos de carbono tienen las
características del enlace covalente.
 Por último, nos referiremos a los metales, cuya propiedad
más típica es su carácter conductor del calor y la electricidad en
estado sólido. Los metales constituyen más de las tres cuartas
partes de los elementos del sistema periódico por lo que no es
de extrañar que exista una gran variedad en propiedades tales
como dureza, punto de fusión, etc. Muchos de ellos tienen un
brillo característico y son fácilmente deformables, es decir, son
dúctiles y maleables (se separan fácilmente en hilos y láminas).
El tipo de enlace existente entre los átomos de un metal se
denomina, por razones evidentes, enlace metálico.

 A. 13. A partir de la información anterior elabore un cuadro de


doble entrada en el que queden reflejados los principales tipos
de enlace y algunas de sus propiedades características.
 C.13: Al realizar esta actividad quedará resumida la información proporcionada al
grupo, y al ser ello y ellas los que elaboren el cuadro garantizaremos una mayor
manipulación de la información por lo tanto un mejor afianzamiento.

 A. 14. En la tabla siguiente se han recogido las propiedades


características de tres sustancias sólidas (X, Y, Z) a la
temperatura y presión ordinarias. Señale cuál de ellas puede
considerarse un compuesto iónico, cuál un metal y cuál un
compuesto cuyas partículas están unidas por fuerzas
intermoleculares.
 C. 14. Es pertinente que al finalizar esta actividad se haga mención de algunas de las
excepciones, por ejemplo: el carbono en sus dos formas cristalinas: diamante y grafito,
presenta enlaces covalentes sin embargo, en ambas formas tiene punto de fusión por
encima de 3500°C; el mercurio es un metal que a temperatura ambiente se encuentra
en estado líquido y el galio funde a 28°C, aproximadamente.

 En resumen, pues, el estudio de las propiedades de las


sustancias nos permite agruparlas en tres grandes tipos
poniendo en evidencia la existencia de cuatro formas distintas
de interacción entre partículas: enlace iónico, enlace covalente,
fuerzas intermoleculares y enlace metálico.
 A 15. Diseñe posibles experiencias (cualitativas) para
caracterizar distintas sustancias atendiendo a las siguientes
propiedades: a) solubilidad en agua pura o destilada y en
benceno, b) conductividad en estado sólido y en disolución, c)
puntos de fusión d) deformabilidad.
 C 15: Solicitar el diseño de posibles experiencias a los participantes de un curso es una
forma efectiva de lograr aprendizajes significativos, pero esto deberá ir acompañado de
la ejecución de esos diseños experimentales, por lo que se cuidará la propuesta de
sustancias de fácil acceso y se enfatizará en los cuidados que deberán tenerse al
trabajar con disolventes orgánicos.

 A .16. Proceda a la caracterización de las sustancias


presentadas por el profesor y determine a cuál de los tres
grandes grupos pertenece (iónicas, covalentes o metálicas).
 C .16. Con esta actividad se reafirmarán conceptos, características y propiedades de
las sustancias según el tipo de enlace que presenten, siempre de acuerdo a las
generalidades; se favorece también la elaboración de resúmenes e informes.

 5. Tipos de enlace

 Sabemos que la manera en que los átomos se enlazan ejercen


un efecto profundo sobre las propiedades físicas y químicas de
las sustancias. ¿Qué es un enlace químico? Aunque esta
pregunta se puede responder de diversas formas, el enlace se
define como la fuerza que mantiene juntos a grupos de dos
o más átomos y hace que funcionen como unidad. Por
ejemplo en el agua la unidad fundamental es la molécula H-O-H
cuyos átomos se mantienen juntos por dos enlaces O-H. Se
obtiene información acerca de la fuerza del enlace midiendo la
energía necesaria para romperlo, o sea la energía de enlace.
 Veremos cómo los átomos interaccionan entre sí de diversas
formas para formar agregados y se considerarán ejemplos
específicos para ilustrar los diversos tipos de enlace. Existen
tres tipos importantes de enlaces que se forman entre los
átomos de un compuesto: iónico (o electrovalente), covalente
(polar, no polar y el coordinado) y el enlace metálico.
 5.1 Formación de iones y del compuesto iónico

 A.17 Explique cuáles familias del sistema periódico formarán


más fácilmente iones positivos, indicando su carga respectiva.
Haga lo mismo para los iones negativos.
 C.17: Los elementos químicos situados a la izquierda del sistema periódico son los que
menos electrones han de perder para adquirir estructura electrónica de gas noble.
Recordemos que el número de la columna donde se encuentran coincide con el
número de electrones de valencia. De esta forma los elementos de la primera columna,
sólo han de perder un electrón para pasar a tener 8 en el último nivel (excepto el litio
que pasaría a tener 2, como el gas noble helio). Análogamente sucedería con los de
las columnas II y III que tendrían que perder 2 y 3 electrones respectivamente.

 En experiencias sencillas hemos podido ver que al disolver en


agua cloruro de sodio sólido, la disolución resultante conduce la
electricidad; esto indica que el cloruro de sodio está compuesto
por iones Na+ y Cl-. Así cuando el sodio y el cloro reaccionan
para formar cloruro de sodio, los átomos de sodio transfieren
electrones a los átomos de cloro para formar los iones Na+ y
Cl- que se agregan a continuación para formar cloruro de sodio
sólido. Esta sustancia sólida resultante es dura; tiene punto de
fusión de aproximadamente 800°C. La gran fuerza de enlace en
el cloruro de sodio se debe a las atracciones entre iones de
carga opuesta que se encuentran muy cercanos entre sí. Este
es un ejemplo de enlace iónico.
 Cuando un átomo que pierde electrones con relativa facilidad
reacciona con otro que tiene alta afinidad electrónica se forman
sustancias iónicas; en otras palabras la formación de un
compuesto iónico se debe a la reacción entre un metal y un no
metal.
 El enlace iónico se forma cuando un átomo que pierde
electrones relativamente fácil (metal) reacciona con otro que
tiene una gran tendencia a ganar electrones (no metal).
 A.18 Presenta el diagrama, utilizando las estructuras de Lewis,
para la formación del NaCl (cloruro de sodio) a partir del ión
cloruro, Cl- , y el ión sodio, Na+.
 A. 19 El agua pura y la sal no conducen la electricidad, sin
embargo cuando disolvemos sal en agua obtenemos una
sustancia que resulta ser buena conductora de la electricidad;
¿Cuál supones que sea la causa de esto?
 C.18 y C. 19: Resulta conveniente mantener la práctica de diseños de estructuras de
Lewis y la emisión de hipótesis, que cada vez deberán ser más coherentes con los
modelos establecidos, nos permitirá diagnosticar a cada paso la asimilación correcta y,
de igual forma, percibir errores conceptuales en los que estén incurriendo.
 Los compuestos unidos por enlaces iónicos forman redes
cristalinas de iones, que denominamos cristal. La red cristalina
es una estructura gigante que contiene un número indefinido de
iones (las cargas positivas son iguales, en cantidad, a las
negativas), de manera que el conjunto sea eléctricamente
neutro.

 En la figura anterior se puede ver la estructura del cloruro de


sodio. En la forma (A) se indican las posiciones (centros) de los
iones. En la forma (B) se representan los iones como esferas
empacadas. Los iones esféricos están empacados de manera
que las atracciones iónicas se maximicen.
 A.21 Los átomos de sodio son de mayor tamaño que los de
cloro. Explique por qué esto no es así en la figura
 C.21. Para mantener una conexión entre los temas (enlace, formación de iones,
tamaño atómico), es recomendable aclarar el hecho de que el radio atómico aumenta
cuando se forma un anión y disminuye cuando se forma un catión, lo que explica la
diferencia de tamaños en el modelo. Valdría enfatizar en la diferencia entre radio
atómico y radio iónico.

 6. Electronegatividad

 Linus Pauling definió la electronegatividad como La capacidad


que tienen los átomos de atraer y retener los electrones que
participan en un enlace químico. La electronegatividad se ha
establecido en escala de 0 hasta 4. Pauling asignó de manera
arbitraria un valor de 4 al fluor que es el elemento con más
capacidad para atraer electrones. En química los valores de
electronegatividad de los elementos se determinan midiendo las
polaridades de los enlaces entre diversos átomos. La polaridad
del enlace depende de la diferencia entre los valores de
electronegatividad de los átomos que lo forman.
 A.22 Con la ayuda de tu tabla periódica indica si la
electronegatividad de los elementos de cada compuesto iónico
es alta o baja. Ordena los compuestos iónicos según el
incremento de polaridad del enlace.
 C.22. Quedará establecido que las diferencias de electronegatividades entre átomos
que forman un enlace, será mayor en compuestos iónicos, por lo tanto, la relación será
que a mayor diferencia de electronegatividad entre los átomos, mayor polaridad del
enlace.

 A. 23 Discute en tu grupo: ¿Qué relación hay entre la


electronegatividad de un elemento y su tendencia a ceder
electrones?
 C. 23: En este punto podemos aprovechar la oportunidad para ligar conceptos, por
ejemplo, quedará establecido que los elementos que están a la izquierda de la tabla
periódica presentan baja electronegatividad y tendencia a formar cationes o sea ceder
electrones y los que están a la derecha tendrán alta electronegatividad y tendencia
contraria, de esta forma estaremos enfatizando en el conocimiento de la tabla
periódica.

 A. 24 El enlace iónico, ¿qué propiedades da a un compuesto?


Diseña un experimento que te permita identificar esas
propiedades.
 C. 24. A modo de recapitulación y contextualización de este apartado, por todo lo
discutido hasta el momento evaluaremos la capacidad de los participantes de diseñar
una práctica que les permita reconocer un compuesto con enlaces iónicos, con esto se
facilita los aprendizajes de las características de este tipo de enlace de forma
constructivista.

 7. El enlace covalente

 El modelo de enlace entre iones no se puede utilizar para


explicar la unión entre cualquier pareja de átomos. Si dos
átomos son iguales, no existe ninguna razón que justifique que
uno de estos átomos se transforme en ión. Para justificar estas
situaciones se utiliza otro modelo de enlace. Cuando los átomos
que forman un enlace comparten sus electrones con la finalidad
de cumplir con la regla de los ocho, se forma un enlace. El tipo
de enlace que se observa en la molécula de hidrógeno y en
otras moléculas en que los electrones son compartidos por los
dos núcleos se llama enlace covalente. En la molécula de
H2 los electrones residen principalmente en el espacio entre los
núcleos en donde son atraídos de manera simultánea por
ambos protones. El aumento de fuerzas de atracción en esta
zona provoca la formación de la molécula de H2 a partir de dos
átomos de hidrógeno separados. La formación de un enlace
entre los átomos de hidrógeno implica que la molécula H2 es
más estable por determinada cantidad de energía, que dos
átomos separados (energía de enlace).

A. 25 El cloro existe en la naturaleza como molécula diatómica


(Cl2). Cómo esperarías que cada átomo de cloro adquiera
configuración electrónica estable. Dibuja la estructura de Lewis
para la molécula de Cl2.

Cuando dos átomos idénticos se acercan los dos electrones son


atraídos de manera simultánea por ambos núcleos. Así se forma el
enlace.

7.1 Otros tipos de enlaces covalentes entre los átomos

Hasta el momento se han considerado dos tipos de enlace extremos.


En el enlace iónico, los átomos que participan son tan distintos que
ganan o pierden uno o más electrones para formar iones con carga
opuesta. El enlace se debe a las atracciones entre los iones. En el
enlace covalente dos átomos idénticos comparten electrones de
manera igual. La formación del enlace se debe a la atracción mutua de
los dos núcleos hacia los electrones compartidos. Entre estos
extremos se encuentran casos intermedios en los cuales los átomos
no son tan distintos que ganen o pierdan electrones en su totalidad,
pero son bastante distintos para que haya un compartimento desigual
de electrones y se forme lo que se conoce como enlace covalente
polar. La molécula de fluoruro de hidrógeno (HF) contiene este tipo de
enlace en el cual existe la siguiente distribución de carga:

En donde la letra griega (delta) indica una carga parcial o fraccionaria.

A. 26 Explica la polaridad de los enlaces en la molécula de agua,


H2O. Si la molécula de H2O, presenta enlaces covalentes polares,
¿Cómo explicamos el peligro de electrocutarnos en una piscina?
C. 26: La explicación más lógica para el desarrollo de la polaridad del enlace (la carga
parcial positiva y negativa sobre los átomos en moléculas como HF) es que los
electrones de los enlaces no se comparten de igual manera. Por ejemplo la polaridad
de la molécula HF se explica suponiendo que el átomo de flúor tiene una atracción más
fuerte que al átomo de hidrógeno hacia los electrones que se comparten.
a) Distribución de la carga en la molécula de agua b) distribución de la
carga en la molécula de cloruro de hidrógeno

Como la polaridad del enlace tiene implicaciones químicas importantes


es conveniente asignar un número para indicar la capacidad del átomo
para atraer a los electrones compartidos, o bien señalarlo con una
flecha cuya punta esté dirigida hacia el centro de carga negativa.

A. 27. Discute en tu grupo qué diferencia hay entre enlace iónico y


enlace covalente. ¿Qué diferencias presentan estos tipos de enlace
respecto a la electronegatividad y la polaridad?
C. 27. Como una actividad de recapitulación, es conveniente que los estudiantes
realicen la comparación entre estos tipos de enlaces y determinen las relaciones de
cada uno con los conceptos de electronegatividad y polaridad.

7.2 Enlace covalente múltiple

A. 28 El hidrógeno, oxígeno y nitrógeno existen en su estado libre


como moléculas diatómicas. Escribe la estructura de Lewis para cada
molécula e identifica el tipo de enlace formado en cada caso y la
cantidad de electrones compartidos.
C. 28. Hasta ahora hemos analizado la formación de enlaces sencillos, es decir
aquellos en que se comparten un solo par de electrones entre los átomos, como en el
hidrógeno. Alguno elementos del sistema periódico tienen la particularidad de poder
establecer uniones covalentes en las que se comparten varios electrones
formándose enlaces covalentes múltiples. Este es el caso, por ejemplo, de las
moléculas de oxígeno y nitrógeno. En efecto, el oxígeno es un elemento que se
encuentra en la sexta columna del sistema periódico por lo que tiene seis electrones de
valencia y le faltan dos para completar el octeto.
La formación de la molécula de O2, se puede explicar así por la
compartición de dos electrones de valencia aportados por cada átomo
formándose un enlace covalente doble entre los átomos de oxígeno

A. 29 Dibuja una posible estructura de Lewis para el dióxido de


carbono (CO2).
C. 29. Lo inicial será encontrar la forma de ordenar los 16 electrones disponibles (4 del
carbono y 6 de cada oxígeno) de manera que cada átomo tenga un octeto. Esto
conducirá al estudiante a tres posibles estructuras que satisfacen la condición:

7.3. ¿Cómo se forma un enlace covalente coordinado?

Cuando el par de electrones compartidos pertenece solo a uno de los


átomos se presenta un enlace covalente coordinado o dativo. El
átomo que aporta el par de electrones se llama donador y el que los
recibe receptor o aceptor.

El donador será siempre el elemento menos electronegativo, tal como


se muestra en el ejemplo entre el oxígeno y el azufre, que puede dar
lugar a las moléculas correspondientes a distintos óxidos de azufre.
Este enlace una vez formado no se diferencia para nada del enlace
covalente normal. Sin embargo debido a cómo se origina se le puede
denominar enlace covalente dativo o coordinado. Conviene tener en
cuenta que no siempre las moléculas que teóricamente se podrían
formar utilizando este tipo de enlace, existen en la realidad, ya que en
ello intervienen también otros factores que aquí no hemos tenido en
cuenta, como por ejemplo, el tamaño de los átomos que van a
enlazarse y la propia geometría o forma de las moléculas.

A. 30. A partir de la utilización del enlace covalente coordinado


justifica las fórmulas de los siguientes compuestos: N2O5 ; y Cl2O3 .
C. 30. En el enlace covalente coordinado el átomo que aporta electrones adquiere
carga ligeramente positiva, mientras que el que recibe adquiere carga ligeramente
negativa. El enlace químico se debe en gran medida a la diferencia de
electronegatividad de los elementos que forman enlace.

7.4 Conductividad del enlace covalente

La falta de conductividad en estas sustancias se puede explicar


porque los electrones de enlace están fuertemente localizados
atraídos por los dos núcleos de los átomos enlazados. La misma
explicación se puede dar para las disoluciones de estas sustancias en
disolventes del tipo del benceno, donde se encuentran las moléculas
individuales sin carga neta moviéndose en la disolución. Dada la
elevada energía necesaria para romper un enlace covalente, es de
esperar un elevado punto de fusión cuando los átomos unidos
extiendan sus enlaces en las tres direcciones del espacio como
sucede en el diamante; no obstante, cuando el número de enlaces es
limitado como sucede en la mayor parte de las sustancias (oxígeno,
hidrógeno, amoníaco, etc.) con enlaces covalentes, al quedar
saturados los átomos enlazados en la molécula, la interacción entre
moléculas que se tratará más adelante, será débil, lo que justifica que
con frecuencia estas sustancias se encuentren en estado gaseoso a
temperatura y presión ordinarias y que sus puntos de fusión y
ebullición sean bajos.

A. 31 El enlace covalente, ¿qué propiedades da a un compuesto?


Diseña un experimento que te permita identificar esas propiedades

A.32 A partir del modelo establecido para el enlace covalente, justifica


las propiedades más características de estos compuestos
C. 31 y C.32. El modelo de enlace covalente que hemos construido es una
simplificación que no permite responder a ciertas preguntas como, por ejemplo, la
forma que tienen muchas moléculas (por qué en el diamante los átomos de carbono se
unen formando tetraedros, por qué la molécula de agua no es lineal, etc.). El estudio de
estas cuestiones se realizará en cursos posteriores de química.

8. Enlace metálico

Por último estudiaremos el enlace metálico, su importancia la


podemos ver en el hecho de que las 3/4 partes de elementos del
sistema periódico son metales. El papel que estas sustancias han
tenido en el desarrollo de la humanidad es tan importante que incluso
se distingue entre la edad de piedra, la edad del bronce y la del hierro.
De los 90 elementos que se presentan en la naturaleza algunos
metales como el sodio y el magnesio, pueden extraerse de los
océanos donde se encuentran disueltos. Los demás metales se suelen
obtener a partir de depósitos minerales que se hallan encima o debajo
de la superficie terrestre. Algunos metales son tan poco reactivos que
es posible encontrarlos directamente en forma elemental, este es el
caso del oro, la plata y el platino. Otros se encuentran formando parte
de distintos compuestos químicos. En general presentan propiedades
muy peculiares que los han diferenciado desde hace siglos de las
restantes sustancias, tales como: ser excelentes conductores del calor
y la electricidad en estado sólido, ser fácilmente deformables (lo que
permite trabajarlos y fabricar con ellos objetos de distintas formas).
Por otra parte suelen presentarse como sólidos de dureza variable,
con muy diversos puntos de fusión y ebullición (el galio, por ejemplo,
funde a 2978° mientras que otro metal, el tantalio, lo hace a casi
3000°).

A. 33. ¿Qué implicaciones tuvo para la humanidad el descubrimiento


de metales como el cobre y el hierro y la puesta a punto de técnicas
adecuadas para extraerlos y trabajarlos?
C. 33. Con este tipo de actividades propiciamos la contextualización del tema, el
estudiante se ve obligado a meditar sobre las implicaciones que ha tenido este estudio
en el transcurso de la historia de la humanidad. En primer lugar podemos referirnos a la
sustitución de herramientas y armas de piedra por otras de cobre. 3000 años antes de
nuestra era, los sumerios sabían obtener cobre y alearlo con estaño para fabricar
bronce. Posteriormente, cuando se dispuso de la tecnología adecuada, el bronce fue
sustituido en muchos casos por el hierro. Las flechas y lanzas con puntas de hierro,
supusieron una mejora en el rendimiento de la caza. También la invención del arado de
hierro (unos 1000 años antes de nuestra era), cambió de forma espectacular la
agricultura. Así mismo, las llantas metálicas colocadas en las ruedas de los carromatos
o las simples herraduras de los caballos, dieron lugar a mejoras importantes en los
primeros medios de transporte terrestre. Herramientas de hierro como martillos, clavos,
sierras, etc., contribuyeron también de forma decisiva a la construcción de viviendas.
La capacidad de los metales en general para ser moldeados en diferentes formas,
permitió la elaboración de diversos recipientes de gran utilidad en la alimentación: ollas,
platos, cucharas, cacerolas, etc., o la construcción de elementos de protección como
las armaduras, escudos, cascos, mallas, etc. El descubrimiento de que el hierro podía
mejorar muchas de sus propiedades al añadirle una cierta cantidad de carbón vegetal
(acero), fue también un hito importante en la utilización de los metales.

A partir del siglo XVIII el desarrollo de la máquina de vapor y de los


motores de explosión, suponen un enorme desarrollo de la industria
siderúrgica, al tener que fabricar vías de ferrocarril, puentes, trenes,
automóviles, barcos, monumentos, etc. Otra propiedad general de los
metales, como es su capacidad para conducir la corriente en estado
sólido, permitió más tarde transportar energía eléctrica de unos
lugares a otros utilizando largos cables de cobre. Sin ello no hubiera
sido posible la electrificación de ciudades y pueblos. Otros metales
muy importantes son los llamados metales preciosos como la plata y
el oro, usados desde la antigüedad en la fabricación de joyas y de
monedas.

Tampoco podemos olvidar la utilización cada vez mayor de ciertos


metales que tienen propiedades muy específicas, como los ejemplos
que, en orden aleatorio, se citan a continuación: El aluminio en la
construcción de diversos vehículos y en la industria de la construcción
en general, por su baja densidad y resistencia a la corrosión. El calcio
es un metal que forma parte de los huesos y dientes. La luz emitida
por algunos metales, como el sodio y el mercurio, en estado de vapor
e incandescentes se utiliza en iluminación de casa y ciudades.
Metales como el cinc, el cadmio y el mercurio, se utilizan en la
fabricación de pilas eléctricas. Uno de los usos del plomo, es como
barrera frente a radiaciones (así las personas que trabajan con
aparatos de rayos X se protegen con delantales y guantes de plomo),
etc.

Desde el punto de vista electrónico los átomos de los metales se


caracterizan por tener pocos electrones de valencia. Además dichos
electrones tienen mucha facilidad para moverse en el nivel de energía
en el que se encuentran (nivel más externo) lo cual podemos
interpretar (en una primera aproximación) como una consecuencia de
que éste se encuentre tan vacío.

Si tomamos como ejemplo el átomo de sodio, podemos plantearnos el


problema de cómo explicar la existencia de un cristal de sodio
metálico. Si intentamos aplicar el concepto de enlace covalente
desarrollado en el punto anterior, nos encontramos con una dificultad:
cada átomo de sodio, en su nivel de energía más externo, sólo tiene
un electrón por lo que le faltarían 7 más para completar su octeto.

A.34. Utilice las ideas expuestas sobre los electrones de valencia de


los metales para tratar de justificar las uniones entre átomos metálicos
de sodio.
C.34. En principio podemos pensar en la compartición de 8 electrones aportados por
otros tantos átomos de sodio. Dichos electrones debido a su gran movilidad formarían
una especie de nube electrónica común a 8 cationes Na+ y esto se extendería en las
tres direcciones del espacio con todos los restantes átomos del metal. La idea anterior
se puede aplicar a cualquier metal que podría entenderse así como una red de iones
positivos vibrando en torno a una posición de equilibrio, en cuyo interior habría una
nube colectiva de electrones de valencia con gran libertad de movimientos, la cual
actuaría como elemento de unión entre los iones positivos. Esta es precisamente una
de las características fundamentales del enlace metálico: la deslocalización de los
electrones de valencia
A.35 Justifique de acuerdo con el modelo propuesto algunas de las
propiedades de los metales.
C.35. La conductividad eléctrica de los metales puede explicarse debido a la gran
movilidad de los electrones de valencia. El hecho de que un cable metálico se caliente
cuando conduce la corriente eléctrica se debería, según el modelo propuesto, a las
interacciones entre los iones positivos de la red (en continua vibración) y los electrones
que constituyen la corriente, lo cual hace que cuando se disminuye mucho la
temperatura de un metal y los iones positivos de la red reducen la amplitud de sus
vibraciones, la resistencia al paso de la corriente (desplazamiento de los electrones de
valencia de un punto a otro) pueda disminuir de forma muy significativa.

Existen muchos metales para los que la resistencia al paso de la


corriente es prácticamente nula por debajo de una temperatura
determinada (temperatura crítica). Este fenómeno se llama
superconductividad y fue descubierto en 1911 por el físico holandés H.
Kamerling Onnes. Así, por ejemplo, la temperatura crítica del mercurio
es de -268.8°C. De hecho se han observado corrientes eléctricas en
anillos metálicos superconductores que se han mantenido durante
años sin pérdidas aparentes. Naturalmente es preciso gastar energía
en mantener el anillo a la temperatura adecuada. En la actualidad se
está investigando intensamente en la obtención de materiales que
presenten superconductividad a temperaturas más altas. Una de las
líneas de investigación es trabajar con unos nuevos materiales que
tienen óxido de cobre en su composición (cupratos). De momento el
récord se obtuvo en 1993 con una temperatura crítica de -138°C

Si se consiguiera fabricar materiales que presentaran el fenómeno de


la superconductividad a temperatura ambiente ocurriría una verdadera
revolución ya que se podría transportar la corriente eléctrica sin sufrir
apenas ninguna pérdida de energía, las máquinas eléctricas
trabajarían más rápido y sin calentarse con un consumo de energía
mucho menor (casi el 15 % de la factura de electricidad proviene de
pérdidas debidas a la resistencia eléctrica), la contaminación
atmosférica disminuiría, se podrían crear campos magnéticos muy
potentes.

A.36. Discute en tu grupo: ¿Por qué un trozo de sal común es frágil y


se puede romper fácilmente cuando se le somete a una fuerza y no
ocurre lo mismo con un trozo de metal que se deforma antes de
romperse?
C.36: El modelo establecido para explicar el enlace metálico también es coherente con
otras propiedades características de los metales como, por ejemplo, la posibilidad de
deformación sin que se produzca la rotura del cristal (como ocurre en los sólidos
iónicos) ya que la deformación del cristal supone únicamente un desplazamiento de los
planos de la red que conduce a una nueva situación que apenas se diferencia en nada
de la anterior. En las figuras siguientes se pueden diferenciar de forma simple estos
fenómenos:

(Comparación entre el comportamiento de un sólido metálico y otro


iónico cuando se someten a una fuerza)

Análogamente el hecho de que los metales sean mucho mejor


conductores del calor que materiales como la madera o el corcho
blanco, se puede explicar también por la facilidad con que en los
primeros se pueden mover los electrones de valencia y pueden vibrar
los restos atómicos positivos. Todos hemos notado alguna vez lo bien
que un metal transmite el calor cuando, por ejemplo, tocamos un
objeto metálico que ha estado expuesto un tiempo al sol. La sensación
es muy distinta que si tocamos un objeto de madera (igualmente
expuesto) el cual nos parece que está a menor temperatura porque
transmite mucho peor el calor a nuestra piel. Es por eso que los
metales son muy malos aislantes térmicos.

A. 37 Justifica, razonadamente, ¿por qué se ha prohibido el uso de


pinturas, crayones y otros materiales que contengan plomo en sus
estructuras?
C.37. Con esta actividad tratamos de que la información suministrada a los estudiantes
no parezca que es solo para aprobar un tema, sino que le ayuda a comprender mejor
su entorno, en este caso será inducido a razonar sobre las característica de este metal
y sus enlaces y llegarán a la conclusión de que por la facilidad que tienen estos átomos
enlazados para desplazarse sin romper el cristal garantiza su permanencia en los
organismos humanos, como en efecto sucede, el plomo se acumula en la sangre
produciendo muerte por envenenamiento con plomo.

9. Fuerzas intermoleculares

Los átomos al unirse mediante enlaces covalentes pueden formar


moléculas. Así, por ejemplo, sabemos que cuando el hidrógeno
reacciona con el oxígeno se obtiene agua y que cada molécula de
agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno
unidos mediante enlaces covalentes. Sin embargo el agua es una
sustancia que además de encontrarse en estado gaseoso puede ser
líquida o sólida (hielo), de modo que se nos plantea la cuestión de cuál
es el mecanismo mediante el que las moléculas de agua se unen
entre sí, ya que si no existiera ninguna fuerza de enlace entre ellas el
agua siempre se encontraría en estado gaseoso. El mismo tipo de
razonamientos podría hacerse para el caso de otras sustancias
covalentes como por ejemplo, el I2, que en condiciones ordinarias se
encuentra en estado sólido. Por otra parte, sabemos que muchas
sustancias covalentes que a temperatura y presión ambientales se
hallan es estado gaseoso, cuando se baja la temperatura lo suficiente
pueden licuarse o solidificarse. De esta forma se puede obtener, por
ejemplo, dióxido de azufre sólido enfriando SO2 a una temperatura
inferior a 76°C. ¿Cómo se unen entonces las moléculas? A
continuación abordaremos este problema.

Como ya hemos señalado, las fuerzas de atracción entre moléculas


(monoatómicas o poliatómicas) sin carga neta se conocen con el
nombre de fuerzas intermoleculares o fuerzas de van der Waals.
Dichas fuerzas pueden dividirse en tres grandes grupos: las debidas a
la existencia de dipolos permanentes, las de enlace de hidrógeno y las
debidas a fenómenos de polarización transitoria (fuerzas de London).
A continuación realizaremos un estudio elemental de cada uno de
dichos grupos.

9.1. Atracción entre dipolo y dipolo

Existen gases cuyas moléculas están formadas por átomos que tienen
diferente electronegatividad (enlace covalente polar) y que se hallan
dispuestos de forma que en la molécula existen zonas con mayor
densidad de electrones que otras (polo negativo y positivo
respectivamente). Este es el caso, por ejemplo, de los gases fluoruro
de hidrógeno (HF), cloruro de hidrógeno (HCl), bromuro de hidrógeno
(HBr) y ioduro de hidrógeno (HI). Anteriormente ya hemos
representado algunas de estas moléculas.

A. 38. Tanto el gas noble criptón (Kr) como el bromuro de hidrógeno


son dos sustancias que en condiciones ordinarias se encuentran en
estado gaseoso. Ambos gases están formados por moléculas con el
mismo número de electrones y que son, aproximadamente, de la
misma masa. Sin embargo, el bromuro de hidrógeno en estado líquido
hierve a una temperatura 85°C más alta que el criptón. ¿A qué puede
deberse este hecho?
C. 38. Si reflexionamos sobre lo que se demanda en la actividad anterior nos podemos
dar cuenta que las moléculas de bromuro de hidrógeno consisten en un átomo de
hidrógeno enlazado con otro más electronegativo que él. Ello hace que los electrones
del enlace covalente pasen más tiempo cerca del átomo de bromo que del hidrógeno
(aunque sin dejar de pertenecer a ambos). Como resultado, se produce una zona con
mayor densidad de carga negativa en el átomo de bromo y otra zona con un defecto de
carga negativa en el átomo de hidrógeno, formándose así un dipolo permanente. Entre
los polos de distinto signo se establecerán fuerzas eléctricas atractivas. Este fenómeno
no ocurre en el criptón, que está formado por moléculas monoatómicas en las que no
existe ningún dipolo permanente. Esta diferencia sería la responsable de que el
bromuro de hidrógeno hierva a una temperatura sensiblemente mayor que el criptón.

9.2. Enlace de hidrógeno

Anteriormente hemos estudiado el enlace covalente polar en el que


hemos visto que en la molécula se forman dos zonas claramente
diferenciadas, una con un exceso de carga negativa (la
correspondiente al átomo más electronegativo) y otra con un defecto
de carga negativa (la correspondiente al átomo menos
electronegativo). Un caso de polaridad especialmente interesante es el
que corresponde a moléculas tales como por ejemplo H2O, HF o
NH3 en las que los átomos de hidrógeno se hallan unidos a otros
átomos mucho más electronegativos.

A.39. Proponga una posible explicación que explique cómo es posible


que se unan las moléculas de agua entre sí para formar agua líquida o
sólida.
C.39. En el agua el átomo de hidrógeno está unido con el de un elemento bastante
más electronegativo como es el oxígeno. Dada la pequeñez del átomo de hidrógeno
(es el átomo más pequeño) y la ausencia de electrones que protejan su núcleo (el
átomo de hidrógeno tiene sólo un electrón), la molécula será muy polar, lo cual implica
la posibilidad de que se unan unas con otras mediante fuerzas de tipo eléctrico entre
polos de distinto signo tal y como se indica esquemáticamente a continuación:

El enlace anterior entre el oxígeno y el hidrógeno de moléculas de


agua distintas (representado aquí por una línea punteada) recibe el
nombre de enlace de hidrógeno. Un enlace de hidrógeno es una unión
de tipo intermolecular generada por un átomo de hidrógeno que se
halla entre dos átomos fuertemente electronegativos. De hecho sólo
los átomos de F, O y N tienen la electronegatividad y condiciones
necesarias para intervenir en un enlace de hidrógeno. La clave de la
formación del enlace de hidrógeno es el carácter fuertemente polar del
enlace covalente entre el hidrógeno H y otro átomo (por ejemplo O).
La carga parcial positiva originada en el átomo de hidrógeno atrae a
los electrones del átomo de oxígeno de una molécula vecina. Dicha
atracción se ve favorecida cuando ese otro átomo es tan
electronegativo que tiene una elevada carga parcial negativa.

El hidrógeno es el único átomo capaz de formar este tipo de enlace


porque al ser tan pequeño permite que los otros átomos más
electronegativos de las moléculas vecinas puedan aproximarse lo
suficiente a él como para que la fuerza de atracción sea bastante
intensa. Este tipo de enlace intermolecular es el responsable, por
ejemplo, de la existencia de océanos de agua líquida en nuestro
planeta. Si no existiera, el agua se encontraría en forma de vapor.

A. 40. El punto de ebullición del agua líquida (a 1 atmósfera de


presión) es de 100°C mientras que el amoniaco líquido hierve a
601°C. ¿A qué puede deberse esta diferencia?
C. 40. Tanto el átomo de azufre como el de oxígeno son más electronegativos que el
átomo de hidrógeno. Sin embargo, el átomo de oxígeno es más electronegativo que el
de nitrógeno (sólo el átomo de flúor supera al de oxígeno en electronegatividad). Así
pues, en el caso del agua el par de electrones de enlace estará muy atraído por el
oxígeno (más que en el caso del NH3), con lo que el átomo de hidrógeno quedará casi
desnudo de carga negativa constituyendo un polo positivo muy intenso de forma que la
atracción con el oxígeno de una molécula de agua vecina será muy intensa (más que
en el caso del amoniaco).

A.41. En el agua en estado sólido (hielo) existe un gran número de


enlaces de hidrógeno entre moléculas de agua. Ello hace que el hielo
presente una estructura muy abierta (a). Sin embargo, cuando se
aumenta la temperatura y pasa a la forma líquida algunos de esos
enlaces se rompen (aunque se conservan todavía bastantes) y por
eso el agua líquida (b) es más compacta (más densa) que el hielo.

¿Qué importancia tiene este hecho para la vida en los lagos y en el


relieve de las altas montañas?
9.3. Fuerzas de London

A.42: El enlace entre moléculas polares se puede comprender con


bastante facilidad (fuerzas de atracción eléctrica entre dipolos), pero
¿qué tipo de fuerzas puede mantener unidas a moléculas que no son
polares, como, por ejemplo ocurre en el caso del helio sólido?
C.42. En este caso hemos de pensar en la formación de dipolos transitorios
inducidos. Para mayor simplicidad, supongamos que una molécula monoatómica de
helio se acerca bastante a otra. En ese caso, debido al movimiento de los electrones,
aunque la molécula sea neutra, se pueden producir en momentos determinados zonas
de la molécula con mayor densidad de electrones que otras, es decir, las moléculas
pueden tener a veces polaridad eléctrica. De acuerdo con esta idea, podemos pensar
en el átomo de helio no polar como un átomo en el que los electrones se encuentran en
los lados opuestos del núcleo y alineados con el mismo (a). En todas las demás
posiciones los átomos de helio presentarán una cierta polaridad debido a que el centro
de la carga negativa no coincidirá con el de la positiva (b).

Si dos átomos de helio convenientemente polarizados y orientados se acercan el uno al


otro lo suficiente, la fuerza de atracción eléctrica puede ser lo bastante intensa como
para que se produzcan uniones intermoleculares (c). Esto se puede conseguirse
bajando mucho la temperatura con lo que el movimiento es más lento. Una molécula
polarizada puede incluso polarizar a otra vecina a ella que no lo esté (inducir un dipolo).
Este tipo de fuerzas entre moléculas se denominan específicamente fuerzas de
London. En la mayoría de los casos se trata de fuerzas muy débiles, aunque van
aumentando con el tamaño molecular porque los átomos grandes al tener más
electrones se pueden deformar con mayor facilidad. Así, el yodo a temperatura
ambiente se puede presentar en forma de cristales de color violeta formados por la
unión por fuerzas de London de moléculas de I2.

10. Recapitulación

Conociendo, de manera general, cuáles son los tipos de uniones más


frecuentes que se dan entre los átomos, los mecanismos que rigen
estos procesos y sabiendo de la existencia de excepciones y por
supuesto del trabajo y dedicación que costó a los hombres y mujeres
de ciencia alcanzar estas conclusiones, que dicho sea de paso,
pueden no ser definitivas, damos por terminada esta unidad. Más
adelante centraremos nuestra atención en conocer cómo se ha
logrado unificar criterios para dar nombre a los compuestos que se
derivan de las diferentes uniones atómicas.
A. 43: Presenta un cuadro comparativo con el resultado de la
investigación de las propiedades características que tienen algunos
compuestos según el tipo de enlace que presentan en su
estructuración.

A. 44: Elabora un mapa de conceptos que muestre con claridad las


relaciones existentes entre el concepto, tipos, características y
aplicaciones del enlace químico.

A. 45: Realiza una evaluación grupal sobre la importancia del tema y


el papel de los participantes y el facilitador en el desarrollo del mismo.
C.43, C.44 y C.45. Con las actividades de recapitulación el estudiante acentúa los
conceptos, sus interrelaciones y la elaboración y presentación de informes mediante
instrumentos adecuados; con la última actividad favoreceremos la auto y la
coevaluación que nos servirán de base para realizar los correctivos necesarios que nos
ayuden a llevar el tema a una mayor contextualización en la sociedad.

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