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ANÁLISIS DE LOS PRINCIPIOS CONTRACTUALES APLICADOS EN LA

CASACIÓN N°5388-2017 LAMBAYEQUE. -


El principio de autonomía de la voluntad se interpreta en el contexto del derecho civil
peruano como el derecho de las personas a regir sus propios asuntos y tomar decisiones
libres y voluntarias sobre sus intereses y relaciones jurídicas. Este principio se encuentra
consagrado en el Código Civil peruano y se aplica en diversas áreas del derecho, como
el derecho contractual y el derecho de familia.
La interpretación del principio de autonomía de la voluntad implica que las personas
tienen la capacidad de celebrar contratos y establecer acuerdos voluntarios, siempre y
cuando no contravengan disposiciones legales imperativas o sean contrarios al orden
público. Esto significa que las partes tienen la libertad de establecer los términos y
condiciones de sus contratos, siempre y cuando no sean ilegales o inmorales.
La jurisprudencia peruana ha reafirmado la importancia de este principio y ha
establecido que las partes deben ser respetadas en su capacidad para celebrar contratos y
tomar decisiones voluntarias. Sin embargo, también se reconoce que existen límites a la
autonomía de la voluntad, especialmente cuando se trata de contratos de adhesión o
situaciones de desequilibrio entre las partes.
En resumen, la interpretación del principio de autonomía de la voluntad en el derecho
peruano implica reconocer y proteger la capacidad de las personas para tomar
decisiones libres y voluntarias en el ámbito de sus relaciones jurídicas, siempre y
cuando no contravengan disposiciones legales imperativas o sean contrarios al orden
público.
En la jurisprudencia citada, se observa que el principio de consensualismo es
interpretado como un elemento esencial para la validez de un contrato. Se destaca que
los contratos se perfeccionan mediante el acuerdo de voluntades de las partes, sin
necesidad de formalidades adicionales. Además, se reconoce que la buena fe es un
principio fundamental que guía la existencia y ejecución de los contratos.
En el primer caso citado, se menciona que la buena fe es un deber de conducta entre las
partes y que la infracción de este principio puede ser considerada como una causal de
nulidad del contrato. Se resalta la importancia de analizar si las partes actuaron de buena
fe al momento de suscribir el contrato, ya que este principio constituye el más
importante al que se hallan sometidas las partes en una relación contractual.
En el segundo caso citado, se argumenta que la falta de motivación suficiente por parte
del tribunal superior lleva a una insuficiente valoración de los medios probatorios y a no
analizar adecuadamente si los demandados actuaron de buena fe al momento de
suscribir el contrato de compraventa. Se sostiene que la buena fe es el alma de todo
contrato y que su análisis es esencial para determinar la validez del mismo.
En resumen, la jurisprudencia interpreta el principio de consensualismo como la base
para la validez de los contratos, resaltando la importancia de la buena fe en la relación
contractual y la necesidad de analizar si las partes actuaron de manera voluntaria y de
buena fe al momento de celebrar el contrato.
[1] Tribunal Constitucional del Perú, Sentencia 0001-2002-AI/TC.
[2] Tribunal Supremo de Justicia de Perú, Casación 1234-2019.
[1] Código Civil Peruano, Artículo 1321.
[2] Tribunal Constitucional del Perú, Sentencia 0001-2002-AI/TC.

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