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20100914

AR/JUR/58053/2010

Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contenciosoadministrativo Federal, sala II

Segunda

Nacional

San Martín, María Del Carmen


Ministerio de Defensa – Pref. Naval Argentina
San Martin María Del Carmen c. M° de Defensa - Pref Naval Argentina

ACTO.ADMINISTRATIVO

2ª Instancia. — Buenos Aires, septiembre 14 de 2010.


El Tribunal estableció la siguiente cuestión a resolver: ¿Se ajusta a derecho la sentencia apelada?

El doctor
José Luis López Castiñeira
dijo:

I.- La señora juez de la instancia anterior declaró la existencia de cosa juzgada en los términos del
artículo 347, inciso 6°) y último párrafo del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y, en
consecuencia, dispuso el archivo de la causa, una vez firme o consentida la sentencia.
Distribuyó las costas en el orden causado, en atención a que consideró especiales a las circunstancias
que rodearon el caso y por aplicación de lo dispuesto en el artículo 21 de la ley 24.463.
II.- Para resolver del modo indicado, destacó que la actora inició esta acción con el objeto de que se
declare la nulidad de sendos actos administrativos —por los cuales le fue denegado su pedido de
pensión en calidad de conviviente de un ex integrante de la Prefectura Naval Argentina, fallecido en
febrero de 1992— y, en consecuencia, se ordene otorgarle el beneficio pretendido.
Luego destacó que, en atención a que existe identidad de sujeto, de objeto y de causa, entre lo
resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el 7 de diciembre de 2004, en autos: "San
Martín, María del Carmen c/ANSeS s/pensiones" y el tema a decidir en autos, no corresponde emitir
pronunciamiento sobre el fondo del asunto, dado que el respeto a la cosa juzgada material que existe
en autos y a la seguridad jurídica, le impiden pronunciarse con fundamento en los artículos 163, inc.
6°) y 347, inc, 6°) y último párrafo del CPCCN.
III.- Contra lo así decidido, la actora interpuso apelación (ver fs. 300) y presentó la fundamentación
de su recurso a fs. 308/309 vta.
La demandada contestó el traslado conferido a fs. 314/314 vta. En tales condiciones, a fs. 325 se
llamó Autos.
IV.- La actora sostuvo que la sentencia recurrida evidencia una contradicción con aquélla que había
sido adoptada por el mismo tribunal (en fecha 17/05/1999) en punto al pedido de acumulación de
causas. Resaltó que tampoco en ese momento se decretó la litispendencia, a pesar de haber contado
en esa oportunidad con ambas causas.
Por otra parte, recordó que la admisibilidad de la excepción de cosa juzgada se halla supeditada al
requisito consistente en que entre la pretensión que fue objeto de juzgamiento mediante sentencia
firme y la pretensión posterior, medie identidad en cuanto a los sujetos, al objeto y a la causa.
Agregó que lo mismo ocurre con la litispendencia, aunque ésta requiere la existencia de un proceso
en trámite y la cosa juzgada supone un proceso concluido.
Manifestó que en autos no se configuran los requisitos exigidos por la legislación y la jurisprudencia
para declarar la existencia de cosa juzgada ya que, si bien la actora es la misma en ambas causas; la
demandada no lo es, dado que en un caso era la ANSeS y en éste, la Prefectura Naval Argentina, con
lo cual no existe identidad de sujetos.
En cuanto al objeto, si bien se trata de una pensión, enfatizó que los beneficios son de distinto origen
(uno lo otorga la ANSeS y el otro por la PNA), por lo cual consideró que no existiría identidad en el
objeto.
Por último, destacó que las resoluciones impugnadas fueron dictadas por distintos organismos, en
diferentes expedientes administrativos, por lo que tampoco habría identidad de causa.
V.- En primer lugar, cabe destacar que el aspecto medular de la decisión de primera instancia resultó
que del cotejo de lo decidido en autos: "San Martín, María del Carmen c/ANSeS s/pensiones", y de
esta causa, no corresponde dictar pronunciamiento en cuanto al fondo de la cuestión aquí planteada,
pues de lo contrario se afectaría la cosa juzgada y la seguridad jurídica (conf. arts. 163, inc. 6°) y
347, inc, 6°) y último párrafo del CPCCN).
Al respecto, es preciso recordar que el instituto de la cosa juzgada tiene como características
esenciales que la sentencia recaída en la causa —una vez que adquiere firmeza por no haber sido
impugnada o por haberse agotado a su respecto las instancias recursivas previstas en el ordenamiento
procesal— resulta inimpugnable y, en principio, inmutable. Tiene como fundamento una razón de
orden práctico y político en la necesidad de que los conflictos encuentren un final con la decisión
jurisdiccional que concluya el debate alcanzando ésta la firmeza que la haga ejecutable (conf. ésta
Cámara, Sala IV, in re, "Leanval SA", del 28/08/07).
A lo que cabe agregar que el artículo 347, inciso 6°) del CPCCN exige para la procedencia de la cosa
juzgada, que el examen integral de las dos contiendas demuestre que se trata del mismo asunto
sometido a decisión judicial o que, por existir continencia, conexidad, accesoriedad o subsidiariedad,
la sentencia firme ya haya resuelto lo que constituye la materia o la pretensión deducida en el nuevo
juicio que se promueve. Ello se traduce en identidad de sujetos, objeto y causa y se reconoce a los
jueces un margen de discrecionalidad para decidir, en un análisis integral de los dos litigios, si son o
no idénticos, contradictorios o susceptibles de coexistir (conf. ésta Cámara, Sala IV, in re, "Empresa
Nacional de Telecomunicaciones (e.I.)", del 10/03/09).
Además, me importa reiterar que es regla que la cosa juzgada afecta solamente a quienes fueron
partes del proceso en el que se dictó la sentencia investida de aquella autoridad; ésta, por
consiguiente, no puede beneficiar ni perjudicar a terceros que han sido ajenos al proceso —CSJN, in
re, "Badaro, Adolfo Valentín c/ANSES", 26/11/07, Fallos: 330:4866— (conf. ésta Sala, in re, "Hirzy,
Silvia Beatriz", del 22/09/09).
VI.- Sentado lo anterior, considero que no le asiste razón a la recurrente en cuanto a que la sentencia
en crisis incurre en contradicción con aquélla que había sido dictada respecto a la acumulación de
causas solicitada.
Esto es así, toda vez que el art. 347, in fine, del CPCCN prevé expresamente que la existencia de
cosa juzgada podrá ser declarada de oficio en cualquier estado del proceso y tal circunstancia resta
consistencia al agravio. A lo que debe agregarse que la actora presentó fuera de plazo la
fundamentación de la apelación que interpusiera contra el pronunciamiento de grado que rechazó la
acumulación, por lo que el recurso fue declarado desierto (ver fs. 154; 155 vta. y 158).
VII.- En cambio, pienso que en el caso no corresponde declarar la existencia de cosa juzgada, en los
términos en que fue decidida en la instancia anterior. Ello por cuanto, del análisis de los requisitos de
procedencia del instituto observo que no se trataría del mismo asunto sometido a decisión judicial.
En efecto, de las constancias agregadas a la causa surge —en cuanto aquí importa— que:
a) En autos: "San Martín, María del Carmen c/ANSeS s/pensiones", expediente N° 530706/1999, la
actora impugnó judicialmente la resolución 74796, acta 1294, emitida por la ANSeS en fecha
5/06/1996, en razón de que mediante dicho acto administrativo le fue denegada su pretensión de
reconocimiento del derecho —con fundamento en lo establecido en el art. 38, inc. 1°) de la ley
18.037 (t.o. 1976)— a percibir una pensión por convivencia que le correspondería a raíz del
fallecimiento del señor Alfonso Senande, quien en vida habría sido su concubino por más de
dieciocho años (ver fs. 9 del expediente citado, agregado por cuerda).
Tras el rechazo tanto en la primera instancia, como en la Cámara Federal de la Seguridad Social, la
pretensión tuvo favorable recepción mediante la sentencia pronunciada por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación (ver fs. 126/127 del expediente citado).
b) En el caso bajo análisis, la pretensión es similar sólo en cuanto al fundamento, pero distinta en
punto a los sujetos y decisiones involucradas; así pues, se impugnan actos administrativos, emanados
tanto de la Prefectura Naval Argentina, como del Ministerio de Defensa de la Nación, en razón de los
cuales le fue denegada a la actora su solicitud de pensión, en atención a que a juicio de esas
autoridades administrativas no se encontraba acreditado el carácter de concubina del señor Senande
—quien en vida fue miembro de la PNA—, con fundamento en lo dispuesto en los arts. 13, inc. a) y
22, inc. 1°), punto I) de la ley 12.992.
De modo que, del análisis de las dos contiendas, entiendo que no se encuentran reunidos los
presupuestos requeridos para la procedencia de la cosa juzgada, en atención a que no se trataría del
mismo asunto sometido a decisión judicial, ya que si bien la causa (o hecho desencadenante) de los
dos planteos es el mismo: el fallecimiento del señor Senande y las consecuencias que sobre la actora
podrían ocurrir; lo cierto es que no cabe afirmar lo mismo con respecto a las demandadas y al
fundamento normativo en razón del cual la actora se considera con derecho a peticionar.
Por lo tanto, considero que corresponde revocar la sentencia apelada, en cuanto declaró la existencia
de cosa juzgada.
VIII.- En razón de lo propuesto en el párrafo que antecede, corresponde adentrarse a conocer sobre el
fondo del asunto.
Al respecto, cabe recordar que los actos administrativos denegatorios aquí impugnados (conf.
disposición PERS. PU9 Nº 45-p/992, resolución Nº 185/93 del Ministerio de Defensa y disposiciones
PU9 Nº 59-p/995 y Nº 90-p/995), tuvieron por fundamento el incumplimiento por parte de la actora
del requisito establecido en el inciso 1°) del art. 1° de la ley 23.570, consistente en la convivencia
inmediata anterior al fallecimiento durante un lapso de, por lo menos, cinco (5) años.
IX.- Sobre el punto, cabe poner de relieve que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su
pronunciamiento de fecha 7 de diciembre de 2004, dictado en la causa: "San Martín, María del
Carmen c/ANSeS s/pensiones" (expediente agregado por cuerda), sostuvo —en cuanto aquí
importa— que: "...atento a la fecha del deceso del causante —febrero de 1992—, el derecho de
pensión debe regirse por el art. 1°, segundo párrafo, de la ley 23.570, norma que requería que la
convivencia pública en aparente matrimonio se hubiera prolongado por lo menos durante los dos
años inmediatamente anteriores al fallecimiento, cuando, como en el caso, el difunto hubiera estado
separado legalmente".
A lo dicho adicionó que: "...en la causa de divorcio quedó demostrado que el causante hizo abandono
del hogar en el año 1988 para irse a vivir en forma definitiva con la actora, con la cual mantenía una
relación afectiva desde el año 1974 (fs. 11 y 12 del expediente 996-18232855-02)".
Además, consideró que las circunstancias descriptas fueron corroboradas por diversas pruebas
producidas en el expediente administrativo y en el principal, tales como: declaraciones testificales
corroboradas por constancias documentales: acta de defunción del causante en el cual figura el
domicilio de la actora; certificado expedido por la Clínica Privada San Cayetano en el que consta que
aquélla acompañó a su concubino en las internaciones en ese instituto en los años 1988 y 1991;
facturas de compra de muebles y por gastos de sepelio a cargo de la peticionaria en las que se
consigna la misma dirección, boleta de pago de tasa de alumbrado, barrido y limpieza
correspondiente a la casa en la que cohabitaban.
El Tribunal le asignó particular relevancia al certificado de seguro de vida extendido por la Caja de
Ahorro y Seguro, documento del cual surge que el causante designó a la actora como beneficiaria y
declaró que se trataba de su concubina, denuncia que corrobora la plena eficacia probatoria de la
prueba examinada (arg. art. 1°, inc. b), del decreto 166/89). Por ello resolvió hacer lugar a la
demanda destinada a obtener el beneficio de pensión.
X.- Teniendo en cuenta lo hasta aquí expuesto, cabe concluir en que si bien —como queda dicho—
no existe cosa juzgada material, lo cierto es que ambas causas (ésta y la que tramitó ante el Fuero
Federal de la Seguridad Social), tienen hechos o antecedentes que les resultan comunes.
En efecto, me refiero a la muerte del señor Senade y a la relación de concubinato que existió entre la
actora y el difunto, la cual de conformidad con lo decidido por la Corte Suprema resulta, a esta
altura, indiscutible. De modo que, el cumplimiento de lo dispuesto en el art. 1°, segundo párrafo de
la ley 23.570 quedó acreditado a la luz de lo resuelto por el Tribunal citado la causa referida.
Por lo tanto, cabe concluir que a la luz de lo expuesto en los párrafos que anteceden corresponde
hacer lugar a la impugnación de los actos administrativos —mediante los cuales la Prefectura Naval
Argentina (confirmado por el Ministerio de Defensa) denegó el derecho a obtener el beneficio de
pensión— y, en consecuencia, ordenar a la demandada que le otorgue a la actora el 50% del
beneficio de pensión que le corresponde en su condición de ex concubina del señor Alfonso Senade,
con más el pago de lo adeudado en concepto de retroactivo desde la fecha del fallecimiento del
causante.
XI.- Las sumas adeudadas resultan deuda consolidada conforme las leyes 25.344 y 25.565. Dichas
normas revisten carácter de orden público (conf. arts. 13, 3°) párrafo de la ley 25.344 y 46 de la ley
25.565) y, al respecto no se han formulado agravios constitucionales.
La deuda consolidada se expresará a la fecha de corte correspondiente (art. 45 de la ley 26.078), con
más los intereses que deberán liquidarse desde que cada diferencia se devengó hasta la del respectivo
corte, señalando los días de inicio y finalización del curso de aquéllos y conforme la tasa pasiva del
BCRA (comunicación Nº 14.290). Los créditos así liquidados devengarán a partir de las respectivas
fechas de corte los intereses de conformidad con las previsiones de las leyes de consolidación y sus
reglamentaciones.
Con respecto a la deuda no consolidada, desde enero de 2002 en adelante, corresponde calcular los
réditos devengados por aplicación de la tasa pasiva promedio del BCRA.
XII.- Por lo expuesto, propongo: 1°) revocar la sentencia apelada en cuanto declaró la existencia de
cosa juzgada material; 2°) hacer lugar a la demanda entablada por la señora María del Carmen San
Martín y, por ello, declarar la nulidad de los actos administrativos impugnados; 3°) ordenar el
otorgamiento del 50% del beneficio de pensión a la actora, con más el pago de lo adeudado en
concepto de retroactividad desde la fecha del deceso del causante; 4°) declarar que la deuda se
encuentra alcanzada por el régimen de consolidación de deudas del pasivo público, en los términos
expuesto en el considerando XI.- de este voto y 5°) las costas de ambas instancias, se distribuyen en
el orden causado, en atención a lo dispuesto en el art. 21 de la ley 24.463. Así voto.

El doctor
Luis M. Márquez
adhiere al voto que antecede. Así lo decide.

En atención al resultado que instruye el acuerdo que antecede, se


Resuelve
: 1°) revocar la sentencia apelada en cuanto declaró la existencia de cosa juzgada material; 2°)
hacer lugar a la demanda entablada por la señora María del Carmen San Martín y, por ello,
declarar la nulidad de los actos administrativos impugnados; 3°) ordenar el otorgamiento del
50% del beneficio de pensión a la actora, con más el pago de lo adeudado en concepto de
retroactividad desde la fecha del deceso del causante; 4°) declarar que la deuda se encuentra
alcanzada por el régimen de consolidación de deudas del pasivo público, en los términos
expuestos en el considerando XI.- del primer voto y 5°) las costas de ambas instancias, se
distribuyen en el orden causado, en atención a lo dispuesto en el art. 21 de la ley 24.463. Así se
decide.

A los efectos del art. 109 del RJN, se deja constancia que la Vocalía Nº IV se encuentra vacante.

Regístrese, notifíquese y, oportunamente, devuélvase. —


Luis M. Márquez. — José Luis López Castiñeira
.

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