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Lección 1: REDENCIÓN

REFERENCIA BÍBLICA: Lucas 23:26-49; Levítico 25.25–27; 1 Corintios 6.20; 7.23; Efesios 1:7.
VERSÍCULO CLAVE: "En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia." Efesios 1:7
CONCEPTO CLAVE: Ser librado pagando un precio como Cristo murió por nosotros y nos redimió a
nosotros. (concepto que no debemos olvidar en toda la clase)
OBJETIVOS EDUCATIVOS: Al final de la clase los niños podrán:
1. Mostrar rápidamente el plan de Redención para nosotros.
2. Explicar que en los siguientes domingos estaremos viendo paso a paso de esa redención.
HISTORIA: La palabra redimir significa “rescatar, librar y comprar de nuevo” (Levítico 25.25–27; 1
Corintios 6.20; 7.23). Como algo empeñado puede ser redimido pagando la suma requerida de dinero,
así el hombre, perdido en pecado y sin esperanza, por la gracia de Dios ha sido redimido por la sangre
del Cordero. O bien, la redención puede realizarse por conquistar al oprimido.
En el Antiguo Testamento Dios dijo a los israelitas que los primogénitos machos le pertenecían a él.
Pero les dio la oportunidad de redimir algunos de los mismos. Por ejemplo, ellos pudieron “comprar” de
Dios un asno que era primogénito para utilizarlo en un sacrificio a cambio de sacrificarle (pagarle) un
cordero. Así el precio de la redención del asno era un cordero (Éxodo 13.11–13). Como el asno podía
ser redimido si el dueño daba un cordero suyo a Dios, así el hombre perdido en pecado fue redimido
cuando Dios ofreció su Cordero en la cruz. Para redimir al hombre caído (comprarlo de nuevo para sí),
Dios tuvo que dar a su Hijo unigénito.

Plan de Dios:
Ya que en el jardín del Edén perdimos la vida eterna por el pecado de Adán y Eva, Dios ideo un Plan
para poder devolver al hombre la oportunidad de vivir eternamente con él.
1. Envió a su hijo a nacer entre nosotros.
2. Su hijo que se llama Jesús, creció en gracia y sabiduría predicando la palabra del Padre, presentando
las Buenas nuevas de salvación.
3. Jesús sin haber conocido pecado murió por nosotros en la cruz del calvario cargando el pecado de toda
la humanidad, pasados, presentes y futuros; y nos permitió pedir a Dios perdón por nuestros pecados.
4. Jesús Resucito y ese hecho nos dio la oportunidad de vivir con Él.
5. Jesús se fue a crearnos un lugar cuando vuelva por nosotros.
6. Jesús nos abrió la puerta para la vida eterna, solo tenemos que decidir creerle, aceptarlo como Señor
y Salvador.
Una de las verdades más bellas de la redención de Dios
es que la misma es para todos los pueblos, en toda
nación, en toda región y en todo tiempo. Si alguno que
conoce el plan de Dios no se salva, es por su propia
culpa, pues Dios proveyó para la redención eterna de
toda persona.
La redención es también para los santos del Antiguo Testamento. “Es mediador de un nuevo pacto,
para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto,
los llamados reciban la promesa de la herencia eterna” (Hebreos 9.15).
Y la redención es para todos los santos del Nuevo Testamento. “Quien se dio a sí mismo por nosotros
para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito
2.14). En fin, la redención es para todo aquel que quiera alcanzarla. “Digno eres de tomar el libro y de
abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y
lengua y pueblo y nación” (Apocalipsis 5.9).

Resultados de la redención
Los redimidos gozan de:
1. Liberación del dominio del diablo
Por medio de su muerte, Cristo destruyó “al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y libró
a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre” (Hebreos
2.14–15). El pecado ya no tiene dominio sobre nosotros (Romanos 6.14). Estamos libres para servir a
Dios en justicia con una conciencia limpia. El pecado frustró a los que vivieron bajo la ley de Moisés
porque nunca podían librarse de sus garras. Pero “Cristo nos redimió de la maldición de la ley” (Gálatas
3.13).
2. Reconciliación con Dios
(Colosenses 1.21–23). Hay dos cosas que se mencionan de manera especial: (1) que podemos ser
reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo y (2) que tenemos que permanecer en “la
esperanza del evangelio”. Dios ha hecho su parte en la redención e hizo posible que el hombre hiciera
la suya.
3. Perdón de pecados
(Efesios 2.7). Cuando somos redimidos entonces damos a conocer que fuimos pecadores y que ahora
somos salvos por gracia.
4. Justificación
(Romanos 3.24). La redención hecha por Cristo nos hace justos para que podamos presentarnos ante
Dios, porque ahora tenemos la justicia que es por la fe en su Hijo amado.
5. Santificación
“Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por
la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia
gloriosa” (Efesios 5.25–27). (Lea también Tito 2.11–14; Hebreos
10.10, 14; 13.12.)
6. Ciudadanía celestial
Por medio de la redención llegamos a ser hijos de Dios. Pablo lo llama “la adopción de hijos” (Gálatas
4.5). “Para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”
(Tito 2.14). Pedro declara que el pueblo de Dios es “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios” (1 Pedro 2.9). Hemos sido llamados del mundo pecaminoso para ser “pueblo
adquirido por Dios”.
Debemos recordar que los redimidos del Señor, salvados, “santificados, útiles al Señor” son su propia
“posesión adquirida” (1 Corintios 6.20). También debemos recordar que ellos andarán en el camino de
la santidad del Rey (Isaías 35.8–9), esperando el tiempo cuando los redimidos volverán a Sión con
gozo (Isaías 35.10) y sólo ellos cantarán juntos la historia bendita de la redención en el cielo.

ORACIÓN: para terminar siempre debe incluir lo siguiente:


1. Alabanzas a Dios por la oportunidad de escuchar Su Palabra y aprender de ella.
2. Aplicación a la lección.
3. Seguridad y salud para los niños.
4. Que otros puedan ver a Jesús en nuestras vidas

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