Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
REDENCIÓN
“Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que
pueden redimirnos” Rut 2:20
Las calles del cielo estarán llenas de ex-cautivos, quienes por ningún mérito
propio, se encuentran perdonados y libres. Los esclavos del pecado son
convertidos en santos. No sorprende que cantan un nuevo cántico—un cántico
de alabanza al Redentor que fue inmolado (Apocalipsis 5:9). Nosotros éramos
esclavos del pecado, condenados a una separación eterna de Dios. Jesús pagó
el precio para redimirnos, resultando en nuestra liberación de la esclavitud del
pecado, y nuestro rescate de las consecuencias eternas de ese pecado.
REMISIÓN
“Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada
para remisión de los pecados” Mateo 26:28
El Señor Jesucristo fue el cordero de Dios destinado, desde antes de todas las
cosas, para derramar su sangre para remisión de nuestros pecados. Es
importante precisar que no solo la sangre es lo indispensable, sino que el
derramamiento de la misma.
Toda persona que cree de todo corazón en el sacrificio de Cristo como único
medio para alcanzar salvación, obtiene esta bendita remisión. De esta manera,
todos nuestros pecados han sido enviados lejos de la presencia de Dios. Sin
remisión, ningún hombre puede ser salvo.
JUSTIFICACIÓN
En pocas palabras, justificar es declarar justo; hacerlo a uno justo con Dios. La
justificación, es Dios declarando justos a aquellos que reciben a Cristo,
basándose en que la justicia de Cristo es imputada a la cuenta de aquellos que
lo reciben. Aunque la justificación, como un principio, se encuentra a través de
toda la Escritura, el pasaje más importante que describe la justificación en
relación a los creyentes está en romanos 3:21-26:
Romanos 5:18-19 lo resume bien: “Así que, como por la transgresión de uno
vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la
justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así
como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán
constituidos justos.”
SUSTITUCIÓN E IMPUTACIÓN
Sabemos que era natural para los judíos hablar separadamente de ellos en
relación con el resto del mundo; esta costumbre también la tenía el pueblo
romano, quien se daba el lujo de tener dos tipos de Derecho: el ius romano y
el ius gentium (el Derecho romano y el Derecho de Gentes). Con uno de ellos
juzgaban a sus ciudadanos, pero con el otro al resto de las gentes, al resto del
mundo. Juan el Bautista bautizaba con agua, y toda Jerusalén se iba tras él a
bautizarse, pero allí no acudieron Herodes ni su familia, ni la mayoría de los
fariseos o saduceos, ni muchos más; sin embargo, la expresión bíblica habla de
esa manera, de un todo colectivo, no distributivo. Hoy día nosotros decimos
frases semejantes, como que la ciudad llenó todo el estadio de fútbol, o toda la
plaza de toros. Son expresiones comunes que no denotan jamás la literalidad de
sus palabras. La noticia la sabe todo el mundo es una frase hiperbólica,
exagerada, con el fin de llamar la atención.
Por lo expresado espero quede claro que en la Biblia aparecen tropos y figuras
del lenguaje que no siempre denotan la literalidad de sus palabras, sino que
connotan de acuerdo al contexto en que aparecen. La imputación hace
referencia a un cargo legal a la cuenta de otro. De esta forma, la Biblia nos
asegura que todos los pecados de algunos pecadores, junto con su culpa y
condena, fueron cargados (imputados) a la cuenta de Jesucristo. Jesucristo fue
hecho pecado por nosotros (Gálatas 3:13), Cristo cargó el pecado de muchos
(Hebreos 9:28), cargó en su cuerpo nuestros pecados en la cruz (1 Pedro 2:24)
y llevó el pecado de muchos (Isaías 53:4-12).
EXPIACIÓN
I. SIGNIFICADO
En el sentido literal de la palabra "expiar" o hacer expiación quiere decir cubrir.
Creemos que Jesucristo, por su obediencia personal, honró la ley divina, y que
por su muerte hizo una expiación completa y vicaria por nuestros pecados;
creemos que su expiación consistió, no en dejarnos un ejemplo con su muerte
como un mártir, sino que fue la sustitución voluntaria de Él mismo en el lugar del
pecador, el justo muriendo por el injusto". Así dice la confesión de fe de muestra
iglesia.
PROPICIACIÓN
Bien sabemos que Dios es santo y que no tolera el pecado porque le enciende
el fuego de su furor. Mucho se habla de que Dios es amor, pero poco se
menciona que él es fuego consumidor. Dios ama a los pecadores, pero aborrece
nuestro pecado.
El apóstol Pablo nos presenta con mucha claridad lo que Dios siente frente al
pecado:
Jesús dijo, "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por
mí" (Juan 14:6). La única manera para aplacar la ira de Dios contra el hombre
pecador y reconciliarnos con Dios, es a través de Jesucristo. No hay otra forma.
Esta verdad se comunica también en 1 Juan 2:2: "Y él es la propiciación por
nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo
el mundo". Una parte importante de la obra salvadora de Cristo, es la liberación
de la ira de Dios; la propiciación de Jesús en la cruz es lo único que puede quitar
la condenación de Dios con respecto al pecado. Aquellos que rechazan a Cristo
como su Salvador y se niegan a creer en Él, no tienen ninguna esperanza de
salvación. Solo pueden esperar el enfrentar la ira de Dios que han acumulado
para el día del juicio (Romanos 2:5). No hay ninguna otra propiciación o sacrificio
que puede hacerse por sus pecados.
LA RECONCILIACIÓN.
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación (2 Corintios 5:18-19). De
nuevo un texto que puede ser escogido por los que tuercen las Escrituras, ya
que se habla de la reconciliación de Jesucristo hecha por el mundo sin tomarle
en cuenta sus pecados. Sin embargo, aparte de los distintos significados del
vocablo mundo que ya conocemos, en el mismo enunciado encontramos la
referencia final, cuando Pablo anuncia que nos encargó a nosotros (no al
mundo) la palabra de la reconciliación. Porque si Cristo ya reconcilió al mundo
por el cual no rogó la noche previa a su crucifixión, no tiene sentido que no le
encomiende igualmente a él la palabra de la reconciliación.
LA ADOPCIÓN
La adopción esta tan íntimamente relacionada o entretejida con la
justificación que algunos estudiantes unen a las doctrinas como
simplemente dos pasos en una fase de la obra redentora.
“para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos.”