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Una salvacion tan grande charles ryrie pdf

La Biblia presenta esta “salvación tan grande, la cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad’’ (Hebreos 2:3-4). Los creyentes que gozan de esta “salvación tan
grande” conocen prácticamente algo de su valor. No obstante, solamente estudiando la Palabra de Dios con atención podremos entrever su verdadera grandeza. Por eso la finalidad de este libro es la de presentar la enseñanza de la Palabra sobre la salvación vista en su aplicación individual, mientras que los beneficios colectivos relacionados con la
salvación son considerados brevemente aquí o allá. La salvación tiene efectos muy vastos. Comprende todas las bendiciones que proporciona el Evangelio, no solamente el perdón de los pecados sino también todos los propósitos que el amor de Dios previó para sus hijos y para gloria del Señor Jesús. Conviene que consideremos una por una esas
bendiciones. Por tal razón, cada uno de los capítulos que siguen desarrolla un aspecto particular de la salvación con el fin de permitir una mejor comprensión.
Así como no podemos ver simultáneamente los diferentes lados de un edificio, tampoco nos es posible captar el conjunto del plan divino de una sola vez. Debemos contentarnos con examinar un elemento tras otro. Pero, cada vez, el estudio detallado de un aspecto de la salvación nos regocijará y nos permitirá un progreso espiritual. Después de este
estudio detallado podremos vislumbrar mejor como un conjunto las bendiciones que Dios nos ha destinado. Así mantendremos un sano equilibrio que nos impida favorecer algún aspecto parcial.

Tenemos que considerar las diferentes verdades sin separarlas, porque todas están ligadas entre sí. Ojalá este tema nos ayude a crecer en el conocimiento de la salvación y de su Autor. De este modo nuestros corazones se sentirán cada vez más dispuestos a elevar a Dios las acciones de gracias y la alabanza. Esaú CrespoIntroducción: ¿Por qué es
grande la salvación que Cristo ofrece al pecador? Esta pregunta merece varias respuestas entre las cuales podemos mencionar las siguientes: La salvación es grande porque grande es nuestro pecado y, por lo tanto, grande es la condena que le espera al pecador que no se arrepiente de sus pecados. La Biblia dice que la paga del pecado es la muerte.
De manera que por ser grande nuestro pecado y grande nuestro castigo eterno, había necesidad de que nos salvara UN GRAN SALVADOR, el cual es nuestro Señor Jesucristo. El apóstol Pablo dice en Tito 2:13: "aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo".

Para hacer posible esta gran salvación hubo necesidad de que el Santo Hijo de Dios realizara en la cruz del Calvario un cruento y grande sacrificio. Ahora, Dios ofrece esta salvación tan grande a todos los hombres y les pide que no sean sólo oidores de la Palabra, sino que reciban, por la fe en el Señor Jesucristo, esta oferta de salvación. Por lo tanto,
no descuidemos una salvación tan grande porque... I. Nos podemos deslizar (v 1) La palabra que aquí se traduce "deslizar" es la palabra Griega "paraluomen" que implica la idea de un barco sin ancla y que está expuesto a ser llevado lentamente por el viento y el accionar de las olas. Debemos recibir la Palabra de Dios con fe. (Hebreos 4:2) La Palabra
de Dios nos dice que los israelitas oyeron la Palabra de Dios, pero no les aprovechó porque no la recibieron con fe. La Biblia nos dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Debemos recibir la Palabra de Dios con toda la pasión del corazón. Cuando es esta nuestra actitud, entonces nos es fácil obedecer las demandas divinas porque hay la disposición
de someterse a la voluntad de Dios. No basta sólo oír, debemos obedecer.
II. Hay una terrible retribución a la desobediencia (v 2) Los que desobedecieron la ley de Moisés tuvieron que pagar un precio elevado.
El autor sagrado de Hebreos nos enseña que Cristo es superior a los ángeles, a Moisés, a Josué, a Aarón, y a todas las instituciones de la ley mosaica. Si los que desobedecieron en el Antiguo Testamento recibieron su justo castigo, ¿Cómo escaparemos nosotros si despreciamos la salvación eterna que nos ofrece el Señor Jesucristo? El Antiguo
Testamento nos testifica que el rechazo a la gracia de Dios, trajo juicio. En los días del patriarca Noé, la humanidad fue aniquilada por un diluvio universal como respuesta divina a la rebelión humana; en los días del patriarca Lot, los habitantes de Sodoma y Gomorra perecieron en un diluvio de fuego por su rebelión contra Dios. III. El mensaje de
salvación ha sido gloriosamente testificado (v 4) El Señor Jesucristo testificó con su glorioso Evangelio que hay perdón por su sangre para todo pecador que se arrepienta. Por amor a nosotros el bendito Señor Jesús entregó su vida en la cruz del Calvario. Rechaza a Cristo es el pecado más grosero que el hombre puede cometer. Los apóstoles
testificaron de esta salvación, y lo hicieron con tanto entusiasmo y dedicación que llegaron a ser martirizados por su testimonio de Cristo. El Espíritu Santo testifica al hombre que sólo en Cristo hay salvación. Conclusión: Si despreciamos la salvación que Dios nos ofrece por medio de la fe en el Señor Jesucristo, ya no queda ninguna esperanza para el
pecador. Reciba en su corazón a Cristo y haga de Él su Maestro y Pastor y Ud. tendrá salvación. Visitas: 21155 “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”.

Hebreos 2:3 En la carta a los Hebreos se nos exhorta a ser diligentes para no descuidar una salvación tan grande la cual ha sido provista por nuestro Dios. Cuando pensamos en las palabras que el autor utiliza, una salvación tan grande, nos hace pensar en lo grande y maravillosa que realmente es la obra expiatoria que nos ha librado de la
condenación eterna. Pero, ¿por qué decimos que la salvación que Dios nos ofrece es grande? Veamos en esta ocasión al menos tres razones. Una salvación tan grande “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que
había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:13-15 En primer lugar, es una salvación tan grande porque nos salva de las consecuencias del pecado. La consecuencia del pecado es
la condenación eterna y por ello en las Escrituras se nos exhorta a huir del pecado y buscar la misericordia de Dios: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, (Romanos 6:23). En Colosenses se nos dice que gracias a la salvación que Dios nos ofrece nos libró de: 1. La condenación
eterna, perdonando nuestros pecados y anulando el acta que nos acusaba: Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.
2. Liberándonos del poder del diablo y sus demonios: y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. De esta forma hoy somos libres de la condenación eterna y del imperio de Satanás ya que hemos venido a ser hijos de Dios. “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo
murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osará morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Romanos 5:6-8 En segundo lugar, es una salvación tan grande porque es gracias a la obra expiatoria de Cristo Jesús
el Hijo de Dios. Nuestra salvación no consiste en las obras que nosotros u otro hombre pueda hacer, sino está basada en la obra de Cristo y por eso Pablo decía: Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osará morir por el bueno. Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Como seres pecadores nuestras justicias jamás lograrían agradar a Dios y ser suficientes como para salvarnos de la condenación eterna, de allí que Isaías dice: “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de
inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”, (Isaías 64:6). De esta forma ningún sacrificio lograría ser aceptable delante de Dios para redimirnos de nuestros pecados: “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas nunca puede, por los mismos
sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede
quitar los pecados”, (Hebreos 10:1-4). Por ello, Dios envió a su Hijo para hacer aquello que nosotros no lograríamos, ofrecer un sacrificio perfecto por todas nuestras maldades: “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”,
(Hebreos 9:28). En este sentido nuestra salvación realmente es tan grande porque es gracias al sacrificio de Cristo Jesús. “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Romanos 3:24 Finalmente, nuestra salvación es una salvación tan grande porque es gratuita. Definitivamente la gran bondad
de Dios se muestra en el sentido de que la salvación de nuestra alma no se gana por obras o méritos humanos sino es un don gratuito que Dios otorga: Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Desde el Antiguo Testamento Dios ha venido anunciando lo maravillosa que sería su salvación y que esta
sería gratuita: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura”, (Isaías 55:1-2).

Ahora bien, esta salvación es un regalo de Dios no porque no valga nada, sino al contrario, su precio es incalculable ya que vale la sangre del Hijo de Dios y nadie podría reunir los suficientes méritos o las suficientes riquezas como para comprarla.
Es esta la razón por la cual la salvación no es por obras, sino a través de la fe en el Hijo de Dios: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”, (Efesios 2:8-9). Por esta razón decimos que es una grande salvación. La salvación que el Señor nos ofrece es un
don tan grande cuyo valor expiatorio es incalculable debido a las siguientes razones: 1. Porque nos salva de las consecuencias del pecado y el infierno. 2. Porque se obtiene a través del sacrificio expiatorio de su Hijo. 3. Porque es gratuita, no por obras, sino por fe.

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